Pensar el mundo a través de las Escrituras...

viernes, 15 de diciembre de 2017

La Reforma Radical y los Bautistas

La Reforma Radical y los Bautistas

Podemos decir que uno de los precursores de la denominación Bautista moderna son los separatistas ingleses los cuales vienen de la herencia calvinista de la Reforma Magisterial[1]. Sin embargo, otra corriente de influencia que tiene la denominación Bautista moderna es la Reforma Radical.


La Reforma Radical

El término “Reforma magisterial” alude a que los reformadores en sus diversos países se apoyaron en el Magisterio para sus reformas (o Iglesias nacionales). En cambio el término “Reforma radical[2]” alude a que estos reformadores no se apoyaron en el magisterio para sus reformas, sino que eran autónomas y separadas completamente del Estado. Además hay que observar que los Reformadores radicales buscaban más que una “reforma” ellos buscaban la “restitución” de la iglesia. 

“Los reformadores surgidos en el seno de la vieja iglesia estaban inspirados en su acción por la idea de reforma exactamente igual que los reformadores magisteriales; los anabaptistas, los espiritualistas y los racionalistas actuaron bajo un lema más radical: la restitución”
 [….]

“Los exponentes de la Reforma Radical, al abrazar el principio de la restauración fiel de la iglesia apostólica tal como existió en tiempos de los mártires (antes de recibir el apoyo que por razones de prudencia le dio Constantino), mostraron sin embargo entre sí ciertas discrepancias en cuanto ni procedimiento que había que seguir para restaurar o convocar semejante iglesia[3]


Pero de estos tres movimientos solo el Anabaptismo es quien estuvo más cerca de reproducir la estructura de la cristiandad primitiva.
¿Quiénes eran estos grupos de reformadores? Eran 3 movimientos: El racionalismo, el espiritualismo y el anabaptismo.
Los Anabaptistas fueron muy despreciados por los reformadores Magisteriales por muchas razones. En ocasiones por sus doctrinas del Bautismo de adultos,[4] y en otras ocasiones porque no comprendieron que los Anabaptistas no eran un movimiento uniforme sino diversidad de movimientos[5]. Esto es evidente cuando los Bautistas de Inglaterra en su primera confesión de fe de 1644 tuvieron que comenzar su confesión defendiéndose de la acusación de ser “anabaptista”
UNA CONFESIÓN DE FE de siete congregaciones o iglesias de Cristo en Londres, las cuales son comúnmente, pero de manera injusta, llamadas Anabaptistas[6]
Esto es porque el término “Anabaptismo” tenía una fuerte connotación despectiva y peyorativa.
El historiador Bautista Albert Henry Newman (1852-1933) en su libro “El manual de la Iglesia Cristiana[7]”  clasifica al movimiento Anabaptista en 5 categorías:

1)    Los anabaptistas quiliastas (milenistas) 2) Los anabaptistas bíblicos 3) Los anabaptistas místicos. 4) Los anabaptistas panteístas. 5) Los anabaptistas antitrinitarios.

Estas categorías de Newman fueron seguidas por varios Bautistas como por ejemplo William Roscoe Step (1920-2000) el cual los categorizo como 1) Los biblistas, 2) los inpiracionistas, 3) los racionalistas[8]. Pero  aunque estas categorías  eran validas no explican satisfactoriamente toda la diversidad de los movimientos de la época.  Por lo que George Williams siguiendo un poco la clasificación anterior, la modifico para explicar mejor la diversidad.  

“La Reforma Radical, llamada a veces el Ala izquierda de la Reforma (Roland H. Bainton) fue un movimiento hecho por tres tendencias principales, no muy estrechamente vinculadas al principio: El Anabaptismo, el espiritualismo, y el racionalismo evangélico. Estas tendencias acabaron por constituir un movimiento y un empuje únicos, una autentica tercera fuerza comparable con las otras dos, el protestantismo clásico y el catolicismo romano[9]

Justo Anderson toma esta categoría de Williams y los ordena de la siguiente manera.[10] 1) Los racionalistas que tienen a la razón como base de autoridad. 2) Los espiritualistas. El espíritu como base de Autoridad. A) Los espirituales revolucionarios. B) Los espirituales pietistas. C) Los espiritualistas místicos. 3) Los Anabaptistas. La Biblia como base de autoridad. A) Los anabaptistas carismáticos. B) Los Anabaptistas contemplativos. C) Los Anabaptistas evangélicos.

Dentro de los racionalistas se encontraban personajes como Miguel Servet (1509-1553 quemado en Ginebra como hereje) Bernandino Ochino (1487-1564) Sebastian Costiello (1515-1563), Jorge Biandrata, Faustino Sozini (1539-1604) Este movimiento reconoció la piedad natural y la razón como las base de su autoridad. Reconocieron el bautismo de creyentes en sus congregaciones, sin embargo negaron la trinidad llegando a ser unitarios y socianos (interpretación racionalista de la Biblia)

Dentro de los espiritualistas, los cuales tenían al Espíritu como autoridad, había tres grupos. Los espiritualistas revolucionarios donde estaría Thomas Muntzer (1489-1525) conocido por ser, como decía el filósofo alemán Ernst Bloch “teólogo de la revolución[11]” debido a su relación con la “rebelión campesina”. El junto con otros como los profetas de Zwinckau avalaban la violencia para establecer el “reino de Dios” en la tierra. Muntster rechazo el bautismo de infantes, pero el mismo nunca se bautizo. Anderson y otros sostienen que no debería ser considerado como un “anabaptista[12]”.
Los espiritualistas pietistas son aquellos que ponen énfasis en la piedad personal. Ellos no quieren tener nada ver con la “revolución” y son “quietistas”, lo cual quiere decir que pasan en una contemplación pasiva de Dios sin buscar ningún cambio sino solo por la oración y el encuentro intimo con el Espíritu. Este proceso de santificación es como búsqueda final la perfección. Un ejemplo de este movimiento lo podemos ver en Gaspar Schwenckfeld (1489-1561) el cual buscaba ser un mediador entre catolicismo y luteranismo, entre luteranismo y Zwinglianismo, entre Anabaptistas y espiritualistas. El recomendó la suspensión de todas las practicas eclesiásticas (especialmente el Bautismo y la cena) hasta que una iglesia “espiritual” e interina, fuese organizada de nuevo. Todo esto debido a su énfasis en la “iglesia invible” guiado por el “espíritu”.
Los espiritualistas místicos son aquellos que hacían resaltar lo “místico” (misterioso) del cristianismo. Ellos enfatizaron aspectos universales del cristianismo que termino en panteísmo. Por medio de la especulación y la interpretación alegórica de la Biblia convirtieron el cristianismo en una especie de filosofía cósmica.  Pronto cayeron en herejías como el docetismo (Jesús no es realmente humano)  y muchos teólogos y filósofos de la época siguieron esta línea. Todo esto guiado por el “Espíritu”.

Dentro del movimiento Anabaptista, que tenían como autoridad la Biblia, también existían tres grupos. El primero era los “Anabaptistas carismáticos”. Estos Anabaptistas eran diferentes a los espiritualistas porque aunque consideraban al Espíritu también consideraban a las Escrituras. Ellos bautizaban creyentes, practicaban la disciplina y pretendían basarse en la Biblia. En este grupo tenemos algunos que siguieron la línea de Munzter; Melchior Hoffman había profetizado de la  segunda venida y el establecimiento de la nueva Jerusalén en la ciudad de Estrasburgo. Juan Mathys tomando esta profecía busco establecer el reino de Dios en la tierra expulsando a católicos romanos y protestantes de sus tierras. Finalmente esto termino en guerra y asesinado a Mathys y a Juan Leyden el cual era el rey de aquella época que justificaba la poligamia y el asesinato por su interpretación del Antiguo testamento.

El segundo era los Anabaptistas contemplativos. Eran estudiosos de las Escrituras, practicaban la disciplina y el bautismo de creyentes, pero buscaban tener una profunda experiencia “interior” con Jesús. Rechazaban la violencia y la revolución (pacifistas). El aporte de este grupo fue el énfasis en el discipulado. Juan Deck fue un líder y portavoz de este grupo. El tenía un lema que decía “Nadie puede seguir a Cristo a menos que le siga con toda su vida”. El despreciaba al Cristo histórico (o sea si es cierto o no lo que dice la Biblia)  y las ordenanzas del Señor, más bien el se deleitaba en el “Cristo interior”. Ellos despreciaban todo lo externo e institucional y habían ciertas dudas respecto a la doctrina de la trinidad.

El tercero era los Anabaptistas Evangélicos. De este grupo se cree que vienen las raíces de los Bautistas Generales y la influencia en toda la denominación Bautista.  Dentro de este grupo se encuentra Jorge Blaurock (1491-1529) el cual fue un ex sacerdote católico romano. Era muy un hombre muy grande, valiente e intrépido para predicar sobre arrepentimiento, así como lo hacía Juan el Bautista. Fue alguien muy activo en predicar y abrir nuevas iglesias en sus trabajos misioneros.  Jorge Blaurock conoció a Conrado Grebel (1498-1526) y ambos habían llegado a las mismas convicciones de que el Bautismo debía ser solo para creyentes. Grebel venía de una familia de dinero y recibió una muy buena educación en humanidades. Otro que se unió a este grupo fue Felix Manz (1498-1527) él era un hijo ilegitimo de un sacerdote católico romano. Fue becado para estudiar en Francia  y domino el latín, hebreo y griego. Después de abrazar el Anabaptismo se dedico a la obra misionera por varias ciudades. 

Este grupo tuvo simpatía con Ulrico Zwinglio en Suiza, pero después de diversos debates con él sobre la necesidad de una reforma más profunda y en especial respecto al bautismo infantil, el municipio (El estado de la época) falló en contra de ellos y le dio 8 días para retractarse y bautizar a sus hijos. Pero en vez de realizar esto. Ellos se reunión el 21 de Enero en la casa de Felix Manz en Zurich, Suiza y aconteció lo siguiente:

 “Sucedió que estábamos juntos hasta que cayó sobre una nosotros una tremenda ansiedad… Caímos de rodillas ante el Dios altísimo y oramos que nos indicase su voluntad divina porque no fue una cosa de carne y de sangre que nos impulsaba, puesta que bien sabían que significaba el sufrimiento. Después de la oración Jorge Cajabob (Blaurock) se levanto y rogo que Conrado Grebel le bautizase y con el bautismo cristiano correcto en base a su fe y conocimiento. Así comenzó la separación del mundo y de las obras malas de él.

Conrado Grebel bautizo a Jorge Blaurock  y los otros rogaron que Jorge los bautizara y así fue. Este acto era una tremenda rebeldía para la época ya, el bautismo de infantes no era algo solamente teológico, sino que era algo estatal. Haber realizado este acto era ir contra lo que el estado había establecido como lo legal. Por tanto comenzaron las persecuciones en su contra mientras ellos predicaban constantemente por muchos lugares. Finalmente Jorge Blaurock murió quemado vivo por su fe, Felipe Manz murió ahogado como burla a su bautizo de creyente por inmersión y Conrado Grebel murió de una enfermedad. Así termino este primer “movimiento anabaptista”.

Otro movimiento anabaptista evangélico surgió en Nicolsburgo en Moravia (al norte de Suiza) en donde se relaciona con la vida y ministerio de Baltasar Hubmaier (1480-1528). Baltasar nació en una familia humilde en Ausburgo. Se matriculo en la universidad de Friburgo donde fue alumno de Juan Eck (el fue contrincante de Lutero) en 1515 se doctoro. Después de varios cargos importantes en 1522 se volcó hacia la reforma volviéndose Zwingliano. Allí fue donde conoció a Grebel, Manz y Blourock. Luego del debate que ellos tuvieron con Zwinglio el simpatizo con los radicales. El escribió un tratado contra el bautismo infantil y sobre la libertad de conciencia. Debido a esto y otras cosas fue quemado en la hoguera en 1528 y la frase que lo popularizo fue “la verdad es inmortal”. Los seguidores de él se llamaron los “Huterianos” y existen hasta el dia de hoy.

Otro movimiento Anabaptismo evangélico surgió en Alemania.  Uno de ellos fue Miguel Sattler (1490-1527) nació cerca de Friburgo, Alemania. Se hizo monje benedictino cuando era joven y rápidamente dominó el griego y el hebreo. El estudio de las epístolas paulinas cambio su vida  y dejo el monasterio, casándose en 1525. En ese mismo año se volvió Anabaptismo y debido a eso tuvo que escapar de las persecuciones. Él fue quien preparo la confesión de Scheleintheim, confesión que fue adoptada por varios líderes anabaptistas en el año 1527. Esta confesión fue preparada con el fin de corregir los errores de los espirituales y los racionalistas. Debido a todo este trabajo fue juzgado y ejecutado. Otro del Anabaptismo Alemán fue Pilgram Marpeck (murió en 1556) quien se cree que nació en Rotternburgo. Era de una familia prestigiosa y un ingeniero muy prestigioso de la ciudad. Pero en 1528 se hizo anabaptista y debido a ellos perdió su puesto. En ocasiones intento persuadir a otros pero en vez de escucharlo sufrió la persecución. El fue un importante teólogo anabaptista que busco solucionar el problema hermenéutico entre el Antiguo testamento y el Nuevo testamento. Él fue quien propuso que el Antiguo testamento debía ser interpretado a la luz del Nuevo testamento. Esto era muy importante ya que había sido principalmente entre los Anabaptistas.

Otro movimiento Anabaptismo se encontraban entre los países bajos, especialmente en Holanda. El principal fue Menno Simons (1496-1561) El nació en Wirmarsum, Friesland en 1496. El se hizo sacerdote a los 28 años, pero como sacerdotes tenía muchas dudas. Las dos afirmaciones famosas de Simons son:

“Por fin, se me ocurrió la idea de examinar cuidadosamente el Nuevo testamento. En seguida me di cuenta de que habíamos sido engañados, y mi conciencia, molestada antes… experimento un gran alivio… por esa iluminación de la gracia de Dios, aumentaba mi conocimiento de las Escrituras”
“Entonces, de repente renuncie a mi reputación, mi fama, mis abominaciones no cristianas, mis misas, el bautismo infantil y mi vida fácil, y me dedique a la angustia y a la pobreza bajo la cruz pesada de Cristo. En mi debilidad temía a Dios; busque a los piadosos, y aunque fueron pocos en número, encontré a algunos quienes tenia celo y habían mantenido la verdad”

Después de esta conversión Simons se dedico a predicar, enseñar y escribir constantemente las doctrinas anabaptistas. El era un hombre de profunda convicción y devoción. El escribió un tratado llamado “Libro de los fundamentos” que llego a ser un manual para todos Anabaptistas. Después de su muerte en 1561 sus seguidores se separaron en dos grupos: los menonitas y los “Waterlanders” los cuales tendrían relación con los “Bautistas Generales”. Los menonitas existen hasta el día de hoy.

Doctrinas de los Anabaptistas Evangélicas[13]

El biblicismo: Los anabaptistas al igual que los reformadores magisteriales pusieron como punto de partida las Escrituras. Por tanto desplazaron la autoridad del papa y los concilios. Interpretaron el Antiguo testamento a partir del Nuevo testamento, por lo que evitaron el error de otros reformadores (por ejemplo el Bautismo de infantes) Los errores que cometieron fueron debido a la falta de hermenéutica que tuvieron en un principio. Por ejemplo los Anabaptistas carismáticos y contemplativos.

El primitivismo: Los reformadores magisteriales buscaban la reforma de la iglesia, mientras que los reformadores radicales buscaban la restauración de la iglesia. Los radicales creían que la iglesia verdadera había caído, generalmente desde la unión de la iglesia y Estado con Constantino, por tanto su misión era restaurar a la iglesia a su verdadero sentido. Por lo que ellos buscaban la practica literal de muchas practicas de la iglesia primitiva.

El voluntarismo: Esto quería decir que todo lo que las personas hacían debía ser voluntariamente. Los anabaptistas hablaban mucho de la “experiencia personal de la salvación” por tanto rechazan ciertas nociones calvinistas y apelaban a la voluntad de la persona de seguir a Jesús. Ellos también que era incorrecto usar la coerción social o política para que las personas sean bautizados. Por eso mismo creían que el bautismo de infantes no era correcto y que solamente las personas que voluntariamente respondían a la fe, debían ser bautizadas. Los miembros de una iglesia correctamente bautizados debían voluntariamente comprometerse unos a otros. Ellos también creían que los pastores que entraran al ministerio debían hacerlo voluntariamente y no por ninguna imposición externa.

El separatismo: Ellos tendían a separar lo divino de lo humano, por tanto tenían a despreciar lo humano como algo pecaminosa (cayendo en platonismo). Hacían una radical separación entre los dos mundos: entre lo santo y lo profano.  Por tanto todo lo que fuera de “profano” para ellos hacia que se separaran de ello. Por tanto había una clara separación entre la iglesia y el Estado. Ellos creían en la legitimidad del Estado pero negaban el derecho de participar en él, jurar legalmente, participar del servicio militar y por ende ser pacifista. Ellos también creían que si una persona había sido excomulgada de la iglesia, debían mantenerse separado de él.

La evangelización: Los anabaptistas tomaron muy en serio la gran comisión (Mt 28:19) las iglesias tenían un carácter misionero. En contraste con los reformadores magisteriales ellos creían que el mandato de la gran comisión había sido dado a todos los creyentes. Por tanto se entendió a todo creyente como un misionero o evangelista.  “Ser cristiano es ser comisionado”. Esto hizo que las comunidades crecieran rápidamente, porque todo creyente debía predicar el evangelio.


¿Cuál es la relación de los Anabaptistas con los Bautistas?


¿Hubo relación entre Bautistas y Anabaptistas? ¿Eran diferentes los Bautistas y Anabaptistas? ¿Eran los Anabaptistas otros nombres para los Bautistas? ¿Hubo una influencia? ¿Qué tanta influencia hubo? Por ejemplo el historiador bautista Winthrop Hudson dice que no son bautistas y el Historiador Bautista Ernesto Payne dice que si hay vínculos históricos y espirituales. Pero como Anderson dice “este es un debate abierto entre los historiadores”.  

A pesar del debate, el consenso que existe entre los historiadores es que los Anabaptistas si influenciaron en algunos bautistas. Veamos algunas frases de los historiadores:

“No hay una línea histórica ininterrumpida del movimiento anabaptista en el continente hasta el surgimiento de los Bautistas Ingleses. Sin embargo, la influencia de los menonitas se sintió entre los bautistas primitivos” Nordenhang

“Con respecto a la relación entre los Anabaptistas y los bautistas, es seguro decir que estos son los descendientes espirituales de algunos de aquellos de aquellos. Ninguna continuidad histórica puede ser establecida entre ellos” R. G. Torbet

Esta relación se puede establecer con bastante seguridad entre los “Bautistas generales” debida a que ellos al emigrar a Holanda por las persecuciones tuvieron contacto con menonitas y las confesiones de Smith tienen claras creencias “anabaptistas”. Por otro lado los Bautistas Particulares no hay una influencia clara o directa debido a que ellos tuvieron más influencia de los reformadores magisteriales.


Lo que podemos aprender de la Reforma Radical como Bautistas actuales.

Hay cosas que podemos cuestionar del movimiento Anabaptista, pero nos enfocaremos más en las cosas positivas. En primer lugar, el énfasis que ponían en la centralidad de las Escrituras. Es lamentable saber que muchas personas hoy en día entre los Bautistas no ponen a las Escrituras como el centro de las iglesias. En segundo lugar, el voluntarismo. El voluntarismo tiene mucha relación con la membresia regenerada y la vida en comunidad como creyentes. Creo que como bautistas debemos volver a tomar seriamente el tema de la membresia regenerada y el compromiso que como creyentes en la vida en comunidad. En cuarto lugar, el separatismo. Los Bautistas debemos volver a recordar la importancia de la separación de este mundo, en especial de la iglesia y el Estado. No estamos diciendo que no deberían participar en política individualmente, sino que como iglesia busquemos la dependencia del Estado. Algo que años atrás hubiera sonado completamente extraño. En quinto lugar, la evangelización bíblica. Creo que es urgente que como Bautistas analicemos nuestra forma de evangelizar y que volvamos a evangelizar a las personas, persuadiéndolas por medio de la palabra en el poder del Espíritu Santo.






[1] Esta es la tesis de H. Leon McBeth seguida por Justo Anderson en “Historia de los Bautistas”. El historiador Tom Nettles es más radical en afirmar en su libro “The Baptists” que los historiadores Bautistas siempre tuvieron claro que venían de la reforma magisterial de Inglaterra.
[2] George Williams en su libro “La reforma radical” explica la diferencia entre ambos. Página 8 (PDF)
[3] Ibíd. Página 58 (PDF)
[4] http://www.luisjovel.com/wp-content/uploads/2015/10/Calvino-Instituto-Capitulo-XVI-Bautismo-Infantes.pdf
[5] http://caesararevalo.blogspot.cl/2014/10/calvino-y-los-anabaptistas.html
[6] http://imagenbautista.cl/historiabautista/confesionbautistadelondresde1644/
[7] https://archive.org/stream/manualofchurchh02newm#page/n5/mode/2up
[8] William Roscoe Step. Los revolucionarios del Siglo XVI. Página 23.
[9] George Williams. Reforma Radical. Página 7.
[10] Justo Anderson. Historia de los Bautistas. Página 151. Yo daré vuelta el orden por razones pedagógicas.
[11] Ernst Bloch. Thomas Munzer Teólogo de la revolución.
[12] Justo Anderson. Historia de los Bautistas. Páginas 153-154
[13] Justo Anderson. Historia de los Bautistas. Páginas 168-173 
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lunes, 24 de abril de 2017

¿Quién descubrió el principio regulador?

¿Quién descubrió el principio regulador?[1]

La mayoría de los estudiantes de la Reforma reconocen que Martin Lutero descubrió ( o más exactamente redescubrió) la doctrina de la justificación por la fe  y que Ulrich Zwinglio descubrió la interpretación simbólica de la Cena del Señor. O por lo menos, estos reformadores popularizaron estas doctrinas.

Pero, ¿quién descubrió el principio regulador de culto? No, no fue Juan Calvino o John Knox. En realidad, fue un anabaptista. ¡Sorpresa!

La primera declaración del principio regulador de culto que he encontrado en la época de la Reforma se encuentra en una carta escrita por Conrad Grebel (el cabecilla de los anabaptistas de Zurich) a Thomas Müntzer el 5 de septiembre de 1524. [1]
Hablando en nombre de los anabaptistas de Zurich, Grebel dijo a Müntzer:

“Lo que no se enseña por la instrucción clara” que consideramos como prohibido, igual que si se quedó escrito: “No harás esto”.

Este principio se aplica en la carta a diversos asuntos de culto, incluyendo el bautismo infantil:

“En ninguna parte leemos que los apóstoles bautizaron los niños con agua. En consecuencia, en ausencia de una palabra y el ejemplo específico, no deben ser bautizados”

Del mismo modo, en una disputa sobre el bautismo de niños con Zwinglio, los anabaptistas argumentaron, “Los niños en ninguna parte de las Escrituras mandan a ser bautizados, ni en ningún lugar Cristo dijo o los apóstoles bautizaron los niños”;  por lo tanto, es una tradición hecha por el hombre que “debe ser eliminado como un abuso, como otros abusos papista se han eliminado.”

Grebel aparentemente descubrió el principio regulador en los escritos de Tertuliano.

Cuando las obras de Tertuliano se publicaron en 1521, Grebel fue uno de los primeros en estudiarlas. En De Corona , que Tertuliano escribió alrededor del año 211, nos encontramos con la historia de cierto soldado cristiano, que se negó a llevar la corona de laurel sobre la adhesión del emperador Severo. Esto llevó al encarcelamiento del soldado.

Algunos cristianos argumentaron que el soldado estaba haciendo una gran cosa de nada, una mera cuestión de vestido. “Después de todo”, razonaron, “no está prohibido en las Escrituras de que se lleve una corona.” Tertuliano, por su parte, escribió De Corona en defensa de las acciones de los soldados.

Tertuliano escribe:

Para estar seguro, es muy fácil preguntar: “¿Dónde en la Escritura nos prohíbe llevar una corona?” Pero, usted ¿me puede mostrar un texto que dice que debemos ser coronados? Si la gente trata de decir que podemos ser coronados, porque las Escrituras no lo prohíben, a continuación, que se exponen a la réplica de que no seamos coronados porque la Escritura no prescribe la misma. Sin embargo, “Todo lo que no está prohibido es, sin lugar a dudas, permitió”. Más bien qué digo: “Todo lo que no esté expresamente permitido está prohibido” [2]

Tanto los calvinistas y los anabaptistas emplearon estos argumentos para los debates del siglo XVI respecto al culto, pero los dos grupos tenían diferentes criterios para lo que constituía garantía bíblica para justificar la práctica litúrgica.

En concreto, los anabaptistas tenían una comprensión más estrecha de garantía bíblica y, por lo tanto, una versión más restrictiva del principio regulador de la que los calvinistas tenían.

“Justificación bíblica directa, en forma de precepto o precedente, es necesario para sancionar cada artículo incluido en el culto público de Dios”, afirmaron los anabaptistas. [3] Por lo tanto, rechazaron el bautismo de niños, por ejemplo, debido a la ausencia en la escritura de cualquier orden clara o un ejemplo para justificarlo.

Por otro lado, los calvinistas reconocieron que podría establecer garantía bíblica, no sólo por precepto o precedente, sino también por inferencias bíblicos o, como dice la Confesión de Westminster, las deducciones por buena y necesaria consecuencia.

Como explica James Bannerman:

La doctrina de las Normas de Westminster [WCF 1: 6] y de nuestra iglesia es que todo lo que no ha sido designado expresamente en la Palabra, o nombrado por inferencia necesaria de la Palabra, no es lícito a la Iglesia para ejercer su propia autoridad para prohibir; la restricción de que la autoridad de ser, que dará a conocer y hacer valer nada en el culto público a Dios, excepto lo que Dios mismo tiene en términos explícitos o por implicación instituido. [4]

Notas finales
[1] El doctor Hughes Oliphant viejo me avisó a la conexión Grebel-Tertuliano.
[2] Robert Dick Sider, ed,. Cristianos y paganos en el Imperio Romano: El testimonio de Tertuliano (Washington, DC: Catholic University of America Press, 2001) 120.
[3] JI Packer dejó este comentario acerca de los puritanos, pero en nuestra opinión, es más descriptivo de los reformadores radicales; ver Packer, entre los gigantes de Dios: La visión puritana de la Vida Cristiana (Eastborne: Kingsway, 1991) 326.
[4] James Bannerman, La Iglesia de Cristo (Edimburgo: The Banner of Truth Trust, 1974) 1: 340.



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sábado, 18 de marzo de 2017

La disciplina del matrimonio

La disciplina del matrimonio

Hoy en día existe la tendencia a decir que el matrimonio está enfrentando una crisis profunda. En EE.UU en los últimos 40 años la tasa de divorciados se ha duplicado y solo la mitad de la población contrae matrimonio. El matrimonio es concebido como un contrato entre dos personas para satisfacción y potenciación a título individual[1]. Por tanto el matrimonio ya no es visto como un pacto delante de Dios o de la comunidad como se veía en el pasado, sino que es simplemente una relación donde pueda satisfacer todas mis necesidades y gustos personales.

En el caso de Chile, en el pasado fue un país conservador que se mantuvo con tasas muy bajas de convivencia pero en los últimos años ha aumentado considerablemente.  Según el cuadernillo de IES “Vivir juntos, reflexión sobre la convivencia en Chile[2]” Tenemos 2 millones de personas que cohabitan y 5 millones personas casadas. La cifra de la convivencia entre la juventud va aumentando rápidamente.

Ante todo estos datos podríamos rápidamente concluir que la frase “el matrimonio está en crisis” es totalmente cierta. Pero la pregunta que podríamos formularnos es ¿Acaso el matrimonio no ha estado en “crisis” en otras épocas? La historiadora Stephanie Coontz ha escrito un libro llamado “La historia del matrimonio”[3] en donde desarrolla una tesis en la cual argumenta que a través de la historia han existido diversos tipos de matrimonios y que por tanto el matrimonio siempre ha estado en crisis. Esto es de alguna manera cierto, aunque no de la misma manera en la cual Coontz lo plantea.

Cuando revisamos las Escrituras podemos ver que Dios creó a Adán y Eva para que vivieran juntos en matrimonio en el jardín del Edén (Gen 2:21-25) Pero debido a la caída el pecado entro en el mundo y por ende en el matrimonio (Gen 3:16-20) Es por eso que vemos en la narrativa bíblica matrimonios pecaminosos que Dios permitió (Gen 16:1-16), pero no aprobó. Esto lo sabemos porque cuando había otra “crisis” en la época de Jesús respecto al divorcio, Cristo aclaro que el divorcio fue permitido por la “dureza de los corazones” y no porque fuera el propósito original de Dios (Mt 19:1-9)

En base a las palabras de Jesús, me permito concluir que el matrimonio siempre ha estado en crisis. Esto es porque vivimos en un mundo caído. Creo que el matrimonio en estos 2.000 años en Occidente fue visto como algo estable y respetable por la influencia del cristianismo.  Pero ahora que se está abandonando su influencia judeocristiana, simplemente se está volviendo a paganizar el matrimonio.

Como hombres cristianos no debemos sentirnos presionados por toda crisis que existe en el mundo, pues la filosofía del mundo siempre trae confusión, sino que debemos aprender a través de las Escrituras cual es el rol bíblico del hombre. Lamentablemente aun en la iglesia evangélica actual no parece haber claridad respecto al “rol bíblico del hombre”. Por ejemplo hay un interesante artículo llamado “Hombres amanerados en el pulpito”[4] en el cual se muestra como se ha feminizado el ministerio de la palabra:


Una de las primeras señales del juicio de Dios en una cultura es la confusión de los papeles de género (Rom. 1:26ss). Los hombres ya no actúan como hombres. A medida que se tornan más auto-conscientes de su rebelión, la imagen de Dios en ellos se hace más torcida y distorsionada. Por lo tanto, mientras más se acomoda una Iglesia a las normas culturales es menos probable que los hombres en esa iglesia sean capaces de resistir la presión de conformarse a las normas culturales (e.g., Rom. 12:2). Como resultado, en lugar de que los hombres proclamen la ley y los estatutos de nuestro Dios y Rey, tenemos eunucos espirituales, jugando tontos juegos de palabras mientras toda una civilización se hunde en la decadencia. Las iglesias conservadoras insisten correctamente en tener únicamente hombres en el púlpito. ¿Pero qué bien le hace a la iglesia si los hombres en el púlpito piensan, hablan y actúan como mujeres?


¿Cómo resolvemos el problema? Tiene que comenzar con los esposos asumiendo su responsabilidad en el hogar. Y no podrán hacerlo, y no lo harán, a menos que tengan una cosmovisión Bíblica global que lo abarque todo. Es tarea del hombre tomar dominio, y por lo tanto, necesitamos hombres que puedan pensar y actuar bíblicamente. Pero, para ser un líder, tienes que saber hacia dónde estás yendo, y qué es necesario para llegar allí. Si no eres un hombre de la Palabra, entonces no serás el hombre de tu hogar.


Este artículo nos muestra que debido a que se ha descuidado el “rol bíblico del hombre” ahora la filosofía del mundo ha entrado a la iglesia y no se nos ha enseñado cual es el rol de los hombres y debido a eso nos comportamos como mujeres. Entonces ¿Cómo debe ser un hombre casado bíblicamente? Pablo nos escribió sobre eso en Efesios 5:25-33


Efesios 5:25-33

Amar a la esposa como Cristo amo a la iglesia y entregarse por ella (V 25)  En el mundo los hombres no tienen ningún estándar o guía para seguir y evidenciar que son realmente hombres. Pero en el cristianismo tenemos a Jesucristo como Señor y modelo de vida. El fue Dios encarnado, el hombre perfecto. Cuando Pablo habla de que debemos amar nuestra esposa como Cristo amo a la iglesia establece inmediatamente cual es el estándar para nosotros como hombres. Entonces ¿Cómo amo Jesús a su iglesia?

En primer lugar Jesús amo a su esposa la iglesia sometiéndose al Padre (Mt 26.29; Jn 4:34; 6:38; 1 Cor 15:28) por tanto el hombre manifiesta su amor en primer lugar cuando se somete a Dios. Este es el argumento planteado de Pablo sobre la sujeción en el contexto (Efe 5:21) Cristo siendo cabeza de la iglesia no hizo lo que quiso, sino que se sometió al Padre. Por tanto para que como hombres cumplamos realmente nuestro rol de “cabeza” debemos en someternos al padre a su voluntad revelada en su palabra.

En segundo lugar, Cristo siendo cabeza de la iglesia fue un servidor de ella (Mt 20:25-28; Jn 13:13-15) el marido al ser cabeza de la mujer quiere decir que él es servidor de ella. Lamentablemente abundan las ideas equivocadas de ser “cabeza” pues se piensa que es una especie de rey al cual deben servirle en todo ¡Es todo lo contrario! Como hombres estamos llamados a servir a nuestras esposas y así mostrar el amor abnegado que mostro Cristo con su iglesia.

En tercer lugar Jesús amo a su iglesia de forma paciente. Los discípulos del Señor no siempre hicieron lo que él les decía, en ocasiones se mostraban con poca fe (Mt 8:26), no entendían (Mc 8:17) o simplemente discutían por poder (Luc 22:24) pero Jesús tuvo la paciencia para reprenderles y enseñarles en el camino. Jesús sabiendo que los discípulos eran pecadores, tuvo paciencia para con ellos en todo. La situación es más complicada para nosotros porque nosotros somos pecadores, tanto el marido como la esposa. Por tanto en muchas ocasiones el hombre como cabeza de hogar deberá ser paciente.  Debido a que vivimos en una cultura egoísta y feminizada, los hombres de hoy no pueden soportar “un poco de presión” pues explotan inmediatamente y no tienen paciencia con su esposa. Esto manifiesta el poco amor y dominio propio que abunda en los hombres de hoy.

En cuarto lugar Jesús amo a su iglesia hasta la muerte. Jesucristo puso como estándar de su discipulado la negación de sí mismo hasta la muerte (Mt 16:24-25; Mc 8:34-35; Luc 9:23-24) El mismo cumplió esto literalmente por amor a su pueblo (Juan 12:24-26) Cuando los hombres entramos al matrimonio, entramos a un proceso de morir continuamente. Esto no quiere decir que el matrimonio sea terrible, sino que para amar como el Señor nos demanda, debemos morir a nuestros deseos egoístas y amar a nuestras esposas con todo nuestro ser.

Amar a la esposa como Cristo santifica a su iglesia por medio de la palabra de Dios (V 26-27)
Pablo sigue ampliando como se muestra el amor de Cristo por su iglesia y como nosotros como hombres debemos seguirlo. Jesús murió por su iglesia y ahora la esta santificando por medio de su palabra (Juan 17: 17-19) la predicación de la palabra es tan importante porque santifica a su iglesia. Este es el mismo trabajo que el hombre debe hacer, santificar a su esposa por medio de la palabra de Dios.

Entonces, en primer lugar debe santificarse a sí mismo. Cristo era intrínsecamente santo, pero nosotros somos declarados santos por medio de su obra, somos santos por sus meritos. (Rom 5:1) Pero a la vez estamos en el proceso de santificación y como hombres estamos llamados a ser santos (1 Pedro 1:16) Por lo que el llamado como hombres es a la santificación (1 Tes 4:7) Por tanto debemos alejarnos de todo pensamiento pecaminoso (Mt 5:28) de la mujer extraña (Prov 5-7) y que toda conversación pecaminosa que nos contamina (Efe 5:3) y procurar santificarnos cada Dios en toda nuestra manera vivir.

En segundo lugar, para santificar a la esposa con la palabra de Dios, debemos conocer la palabra de Dios. Jesús usaba las Escrituras para combatir a Satanás (Mt 4:1-11) nos mando a escudriñar las Escrituras porque ellas dan testimonio de él (Jn 5:39) y esto es porque ella es la espada del Espíritu (Efe 6:17) Es una pena ver como los hombres de hoy no conocen las Escrituras y en vez de estar enseñando a sus esposas en el hogar, ¡Ellas les están enseñando! Con esto no estamos diciendo que sea malo que una mujer enseñe en cosas a los hombres, pero esa no es la labor principal de la esposa, sino del hombre.
En tercer lugar el debe guiar a su esposa a la santidad. Jesús no solamente conocía las Escrituras, sino que el siendo Dios encarnado las aplicaba de forma sabias. Las Escrituras no es solamente información, sino que ellas nos da dirección para guiar a nuestras esposas por las sendas rectas.

Finalmente este capítulo podemos ver 3 razones más de porque debemos amar a nuestras esposas. La primera razón es que amar a tu esposa es amarte a ti mismo (V28-29) debido a que somos pecadores, vamos a tender amarnos a nosotros mismos de manera natural, por eso Jesús dijo “Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Mt 22:39) así que de la misma manera en cómo nos amamos a nosotros mismos debemos amar a nuestra esposa. Nuestro principal énfasis no debe ser nuestras necesidades, sino las necesidades de la esposa.

La segunda razón es que debemos amar a la esposa porque es un miembro de Cristo (30) Cuando uno se casa con una hermana en Cristo, debe tener en claro que el Padre de ella es Dios, por tanto es parte del reino de Dios y miembro del cuerpo de Cristo (1 Cor 12:27) ¿Acaso se puede tomar una hermana en Cristo y tratarla de cualquier forma cuando la Biblia nos advierte del trato con uno de los más pequeños? (Mt 18:6; Rom 14)

La tercera razón es que debemos amar a la esposa porque somos una sola carne con ella  (31) Pablo recuerda que cuando uno se une a su mujer es una sola carne (Gen 2:24) por tanto el cuidado, la atención, la dedicación debe ser total, pues no se trata de alguien extraño, sino del ser mas intimo que Dios le ha provisto. ¿Podríamos acaso ser indiferentes con nuestras esposas?

Amar porque es un misterio sublime entre Cristo y la iglesia (V32-33) El matrimonio es un llamado sublime de Dios para los cristianos, no es que el estado “lo legalice” no es que la iglesia lo “bendiga” es que es creación de Dios. Dios es el autor del matrimonio y es tan sublime porque representa algo mucho más profundo de lo que podemos ver o pensar, representa la unión entre Cristo y la Iglesia.







[1] Timothy Keller y Kathy Keller.  El significado del Matrimonio. Editorial Andamio 2014. Página 28-36
[2] http://www.ieschile.cl/libros/vivirjuntos.pdf
[3] https://www.casadellibro.com/libro-historia-del-matrimonio/9788497841214/1091797
[4] http://www.contra-mundum.org/castellano/abshire/Girlie_pulpit.pdf 
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