1 Timoteo 6:11-16
Pablo le escribe esta carta a Timoteo en gran parte para
que se quede en Éfeso, ya que, había personas que estaban enseñando diferente
doctrina. Estos personajes eran personas se basaban en otros escritos y en el
mal uso de la ley (1 Tim 1:3-11). Después de exhortar a Timoteo que los refute
en sus falsas enseñanzas Pablo le da instrucciones de cómo deben orar hombres y
mujeres en el culto (1 Tim 2:1-15) y cuáles son los requisitos para los
ancianos y diáconos de la iglesia (1 Tim 3:1-13) haríamos bien en estudiar con
atención todos los puntos que señala el apóstol Pablo. Pablo advierte a Timoteo
de la creciente apostasía que se irá manifestando y como en ese contexto debe
ser un fiel ministro del Evangelio (1 Tim 4) además añade cual debe ser el
deber de la iglesia sobre las personas viudas de la iglesia y como los ancianos
de la iglesia deben ser reconocidos por su trabajo en predicar y enseñar (1 Tim
5) también nos haría bien estudiar todo esto.
El capitulo 6 comienza llamado a los esclavos y amos a
tener un buen servicio para con el otro ya que así no se “blasfema el nombre de
Dios”. Luego pasa a describir a los falsos maestros que no conforman con las
sanas palabras del Evangelio. Las características que tienen estos falsos
maestros son tres. 1) Ellos enseñan
“otra cosa”, otra enseñanza, otra doctrina, pero no el evangelio de nuestro
Señor que provocan mucho daño como blasfemias, divisiones, malas sospechas,
etc. 2) Están envanecidos, la falsa doctrina nos pone en el centro, nosotros somos
la estrella, en cambio en el evangelio el centro es Dios y no nosotros. 3) No
se contentan con la piedad, más bien la usan como fuente de ganancia, de tal
forma que terminan amando el dinero y sufren las consecuencias por eso. Estas 3
características define con mucha precisión lo que son los falsos maestros,
también Pablo amplia un poco más la lista en 2 Timoteo 3:1-5 donde se puede
observar con mas detalles la maldad de los hombres.
Como vemos los falsos maestros no están satisfechos con
el simple evangelio, no les parece cosa interesante o profunda. Las Escrituras
para ellos les resulta no muy relevante, yo
tengo mi opinión sobre el mismo pueblo evangélico de hoy que parece
estar buscando algo muy similar a esto. No están satisfechos con el simple
evangelio porque a mi entender no conocen el verdadero evangelio. Cada vez que
voy a alguna invitación de cierta “conferencia” lo que pretendo es ir a
escuchar alguien exponer las Escrituras, pero resulta que lo que menos hay es
eso, ¿No revela eso que no hay interés por la Biblia? ¿No revela que al haber
poco interés por la Biblia hay poco interés por la vida piadosa? Este año el
Antiguo testamento una vez con dos introducciones a mi lado y lo volveré hacer
de nuevo, tengo pensando leer la Biblia completa este año ¿Se considera eso
algo increíble entre nosotros? Lo que pretendo hacer en el transcurso de esta
semana es que evaluemos nuestra vida piadosa delante de Dios. Nosotros los
cristianos estamos llamados a vivir una vida piadosa. ¿Qué es una vida piadosa?
Una vida piadosa es vivir en conformidad a la voluntad de Dios durante toda
nuestra vida en todas las áreas. Creo que por eso no vivimos piadosas el día de
hoy y es porque vivir piadosamente cuesta caro. El precio es alto, no por nada
Pablo le recuerda a Timoteo “Todos los
que quieran vivir piadosamente sufrirán persecución” (2 Tim 3:12). Nuestra
sociedad es cómoda y no queremos incomodidad, siempre buscamos lo que nos
acomode, pero la vida cristiana tiene poco de eso. Por eso quiero que nos
examinemos a la luz de lo que Pablo le dice a Timoteo en este versículo 11 y en
las otras semanas pretendo abordar el versículo 12 y 13 en adelante. Pablo nos
dice que el hombre de Dios o el hombre piadoso se le conoce como un hombre que
Huye de los pecados (v11), Persigue la voluntad de Dios (V11), Pelea por la
vida eterna (V12) y que es obediente y
fiel al llamado que Dios le hizo a su vida (v13-16). Hoy veremos de lo que el
hombre de Dios huye y lo que persigue.
1
Timoteo 6:11 “Huye de estas cosas”
Pablo le dice que Huya se “vanidad” del “envanecimiento”.
El envanecimiento puede venir por muchas razones, pero aquí la razón era que
los falsos maestros creían saber, pero en verdad no sabían nada. ¿Hay
cristianos así? Totalmente, una de las paradojas actuales es que a pesar de que
hay mucha información, la gente es muy poco profunda en los temas. Hay
muchos cristianos hoy en día con acceso
a muchos libros y algunos a veces leen un poco y ya se creen que lo saben todo.
Esto hace que miren con desprecio a sus pequeños hermanos o que usen un
lenguaje tan elevado que sus pequeños hermanos nada entienden ¿Fue así nuestro
maestro? La vanidad es algo muy sutil en nuestros corazones, cada día se pasea
entre nosotros y si no tenemos cuidado ella gobernara nuestros corazones. Si recuerdan Pablo trato este mismo problema
en Corinto donde habían se trataba el tema del sacrificio a los ídolos de la
carne y los hermanos que tenían más conocimiento en vez de preocuparse por sus
pequeños hermanos, solamente miraban por ellos y Pablo les recuerda que “El
conocimiento envanece, pero el amor edifica” (1 Cor 8:1)
Pablo le dice a Timoteo que Huya del amor al dinero
¿Existen cristiano así? Totalmente. Jesús advirtió del poder que tiene el
enamorarse de la riqueza que al final ella termina siendo tu Dios (Mt 6:24) el
amor el dinero se genera por dos razones. 1) No contentarse con lo que tienes y
querer enriquecerse manipulando la piedad. El tema de contentarse tiene que ver
con contentarse en Dios, en lo que Dios providencialmente nos da, no significa
que si quieres una nueva chaqueta o nuevos zapatos está mal, significa no
contentarse en lo que Dios te da providencialmente por medio de tus esfuerzo o
trabajo. La segunda razón es que es que amas el dinero, amas la plata y por
consecuencia no amas a Dios, por ejemplo un hermano que sabiendo que tiene lo
suficiente para vivir decide usar el dia domingo para seguir ganando y no viene
a congregarse con sus hermanos, eso muestra que hay amor por el dinero antes
que por Dios.
Estas son las cosas de las cuales un hombre de Dios debe
huir. Debe Huir de no conformarse al Evangelio, del envanecimiento o vanidad y
del amor al dinero. Fíjense que el “Huir” acá no es opcional, es un imperativo
es un mandato tal como se usa la misma palabra en 2 Timoteo 2:22 donde dice
“Huye también de las pasiones juveniles” No le dice que piense, observe,
analice y luego huya, le dice que huya inmediatamente sin pensarlo.
Pero el hombre de Dios no solamente se le conoce por lo
que el “huye” sino también por lo que el persigue. El hombre de Dios debe
seguir como en una carrera la corona de Gloria, la voluntad de Dios cueste lo
que cueste, jamás se puede quedar solamente con lo que es hoy, sino que debe
anhelar seguir en la carrera de la fe creciendo en santidad y piedad hasta la
muerte.
1
Timoteo 4:11 Y Sigue.
El hombre de Dios sigue la “Justicia” (Diakaiosune) Lo
recto, lo equitativo. Esto de la justicia no tiene que ver que con nuestra obras de justicia somos
salvos (Tito 3:5) sino por su justicia. Lo recto y equitativo tiene que ver con
nuestros pensamientos, actos, conductas. Los cristianos somos personas
instruidos en Justicia (2 Tim 3:16) debido a que tenemos la palabra de Dios y
seguimos al juez justo (2 Tim 4:8). Debido a que seguimos a Dios debemos ser
justos en nuestros juicios respecto a las personas, debemos ser cuidadosos es
como juzgamos las cosas, ya que debemos hacerlo con “justo juicio”. El uso de
nuestros recursos que Dios no dio debemos usarlo de forma “justa”, si somos
empleadores debemos ser justos con los trabajadores, sino somos trabajadores
debemos servir “justamente” a los empleadores. En la comunidad de creyentes
debemos ser justos con el trato con los hermanos, evitando toda discriminación
que no fuera justa. La justicia es todo lo que demos perseguir.
El hombre de Dios debe perseguir la piedad (gr. Eusebia)
debe seguir lo devoto, lo reverente. Esta palabra aparece 9 veces en esta carta
y nos muestra lo importante que es para Dios. Pablo ora para que vivamos en
toda “piedad” y honestidad (2:2) habla de las mujeres que profesan la “piedad”
(2:10) llama al evangelio el misterio de la “piedad” (3:16) y doctrina que es
conforme a la “piedad” (6:3) y habla de hombres que toman como fuente de
ganancia la “piedad” (6:5) Al parecer si hay algo que define al cristianismo es
la piedad. Pero seamos realista ¿Es lo que vemos hoy? ¿Vemos a los niños siendo
guiados en la piedad? ¿Vemos padres piadosos? ¿Vemos iglesias piadosas? ¿Vemos
pastores piadosos? ¿Vemos jóvenes hambrientos por ser piadosos? Al parecer es
lo que menos vemos. Y Esto es por el simple hecho de que nuestra sociedad de
comodidad tiene más influencia en nuestra vida que el mismo evangelio. Esto es
porque la piedad tiene que ver un esfuerzo, un sacrificio, debe doler, debes
gemir, debes llorar para ser piadoso, no es un camino fácil. Pablo lo ilustra
de esta manera en 4:7-8 “Ejercítate en la piedad” ¿Cuánto nos ejercitamos en la
piedad? ¿Cuánto tiempo asolas con Dios, con la Biblia orando? ¿Cuánto dedicamos
a memorizar o estudiar la Biblia? ¿Aun existen los devocionales diarios? ¿Qué
paso con las adoraciones familiares? ¿Dónde se fueron esos padres que pasaban
en la Biblioteca estudiando las Escrituras para enseñar a sus hijos? ¿Dónde
están esas madres que enseñaban a sus hijos a ser piadosos? Hay que decirlo con
lágrimas, pero casi no existen. Y nuevamente hay que repetirlo, esto es porque
la piedad duele y cuesta, pero tal como nos dice Pablo la piedad aprovecha para
esta vida y para la eterna (4:8)
El hombre de Dios sigue la fe (gr. Pistis) significa persuasión,
credibilidad, convicción, confianza. Esta palabra aparece 19 veces en la carta,
por lo que parece ser también de suma importancia. Siempre ha existido debate
por esta palabra ya que se usa en el sentido objetivo y subjetivo. Se usa en el
sentido objetivo de “fe” como sistema de creencias (3:9; 4:1) y en el sentido
subjetivo como la fe de uno (4:6; 4:12) Hay que tener mucha conciencia que
existe fe fingida (1:5) y también personas que naufragan en cuanto a la fe
(1:19) que en el fondo revelan que en verdad nunca tuvieron la fe verdadera en
el Señor sino una fe falsa. Una de las cosas que más ha perdido el cristianismo
actual es el autoexamen de la fe. Cuando uno lee libros de los predicadores
antiguos una de las cosas que es muy común es que ellos constantemente les
estaban predicando a las personas sobre el autoexamen de su fe. Nosotros hoy en
día debemos ser capaces de siempre auto examinar nuestra fe, no para
torturarnos y tener miedo del infierno, sino exactamente lo contrario para
poder tener cada día más seguridad de nuestra fe. Por supuesto que abra algunos
que estarán temblando, algunos que tienen fe débil encontraran mayor confianza
y reposo en Jesús y otros porque no
están seguros ¡Más si vives pecando! Podrán correr a los brazos del Salvador de
manera real. Un hombre de Dios siempre sigue la fe y persevera en ella.
Un hombre de Dios sigue el amor (Gr ágape) afecto,
benevolencia. Aparece 5 veces en esta carta. Pablo dice que el mandamiento para
refutar a los falsos maestros es el amor (1:5) que el amor de Dios es abundante
(1:14) la mujer cristiana debe permanecer en el amor (2:15) debemos ser
ejemplos en amor (4:12). Es interesante que el amor aparece una vez, pero con
otra palabra. Esto se debe a que es una falso amor, el amor al dinero (6:10) Si
pensamos en nuestra sociedad es fácil detectar que la ideología del falso amor
ya está por todas las partes. Por “amor” un hombre mata a su pareja, porque se
acabo “el amor” se separan, por “amor” una mujer aborta, por “amor” se casaran
las parejas homosexuales, todo es por “amor”. Ahora pensemos en los círculos
cristianos parece haber invadido la misma ideología falsa del amor. Dice un
Dios de “amor” no puede enviar gente al infierno”, lo que importa es “amor” no
la doctrina, no debes juzgar debes “amar”. Hay que ser sumamente cuidadosos en
cómo se usa la palabra amor hoy en día. El amor en las Escrituras está definido
como unido a la verdad. El verdadero amor que debemos mostrar por el mundo es
decirle la verdad. Pero también debemos mostrar el amor en nuestras iglesias,
debemos amarnos unos a otros, debemos crecer en amor, debemos negarnos a
nosotros mismos para amar a nuestros hermanos. El amor es el distintivo del
cristianismo, pero definamos bien lo que es amor.
El hombre de Dios sigue la paciencia (Gr. Jupomoné)
resistir o aguantar alegremente. Sin
duda todas las características que hay aquí hay que cultivarlas, pero pienso
que esta es una de las que más necesitamos hoy en día, debido a que no es
posible buscar la justicia sino tenemos paciencia, ni practicar la piedad si
esperamos resultados rápidos, ni perseverar en la fe si no tenemos paciencia. Todas
las características que hemos venido enunciando tienen que tener cierta dosis
de paciencia. Además hay que añadir a esto que nuestra sociedad no promueve la
paciencia para nada; si tienes una relación que no funciona te buscas otra, si
hay algo que no te gusta te compras otra, si quieres comunicarte con alguien lo
haces rápidamente, todo lo puedes obtener rápido ¿Para qué esperar? Pero como
cristianos sabemos que la paciencia es parte esencial del cristianismo. Pablo
argumentando sobre la justificación por la fe, hace esta extraordinaria
conexión con la paciencia (Rom 5:3-5) La paciencia nos enseña a esperar en Dios
y en su plan soberano, la paciencia nos invita a gozarnos en Dios pase lo que
pase.
El hombre de Dios sigue la mansedumbre (Gr praótes)
gentileza, humildad. Hay versiones de la Biblia (como NVI) que tradujeron acá
como humildad. En esta ocasión no entraremos en detalle, pero la palabra en
griego también expresa humildad. Ser manso o humilde no significa que es
alguien que es pisoteado por todas las personas. Ni tampoco significa que es
alguien necesariamente tranquilo. Ser manso o humilde es alguien que sabe quién
es. Sabe que es un pecador redimido por Jesús y que ahora es amado por Dios. Incluso
Pablo nos dice que el siervo de Dios debe ser manso y debe corregir a los que
se oponen al evangelio (2 Tim 2:25) ¿Generalmente no imaginamos a un hombre
manso corrigiendo no? Pero un hombre manso eso es lo que hace. Incluso el
hombre más manso sobre la tierra: Moisés. Se enojo de tal manera que no entró a
la tierra prometido. El hombre que es manso es el hombre que sabe quién es por
la gracia de Dios, conoce sus limitantes.