Pensar el mundo a través de las Escrituras...

viernes, 20 de enero de 2017

Un llamado a la disciplina de la Mente.

Esta semana estuve preparando un material con el título “disciplina para la mente”. Preparando este material me leí el libro de Neil Postman “Divertirse hasta morir”.[1] Neil Postman es  un sociólogo y critico cultural de los Estados Unidos. El muestra como Norteamérica pasó a ser una cultura de abundantes lectores a obsesivos con la entretención. El principal favor de la búsqueda de entretención es la televisión, por lo que ya no son para nada críticos con el bombardeo de información que reciben cada día en la televisión. Postman argumenta que se paso de una era de la Disertación, donde la personas se alimentaban constantemente de exposiciones de argumentos (por 4 horas aproximadamente) a la era del Espectáculo donde todo debe ser rápido y divertido. Vemos ver algunos ejemplos que nos cita el libro de Postman. Este es un ejemplo sobre Billy Graham:


“No hace mucho, vi a Billy Graham unirse con Shecky Green, Red Burtons, Dionne Warwick, Milton Berle y otros teólogos para rendir homenaje a George Burns, que celebraba su supervivencia de ochenta años en el mundo del espectáculo. El reverendo Graham hizo un intercambio de chistes con Burns sobre cómo prepararse para la eternidad. Si bien la Biblia no lo menciona, el reverendo Graham aseguró a la audiencia que Dios ama a aquellos que hacen reír a la gente.”[2]



Esta breve historia nos ilustra que hasta el reconocido ministro Billy Graham puede caer en la “espíritu de la época” de mostrar lo bueno que es el entretenimiento. El siguiente ejemplo de un sacerdote católico.



“Por ejemplo, en Chicago, un sacerdote católico, el padre Greg Sakowicz, mezcla su enseñanza religiosa con música rock. De acuerdo con la Associated Press, el padre Sakowicz es pastor asociado de la Iglesia del Espíritu Santo, sita en un suburbio de Chicago, y también actúa como pinchadiscos en una radio. En su programa «El viaje hacia el interion>, el padre Sakowicz conversa en tono coloquial sobre temas tales como las relaciones familiares o el compromiso personal, e intercala sus sermones con «el sonido de los diez principales». Él asegura que sus prédicas no se hacen en tono eclesiástico, y agrega: «No es necesario ser aburrido para ser religioso”[3]



El punto del sacerdote es que como se asocia que lo religioso es algo aburrido se le debe dar un poco de entretención, por eso la forma más eficaz de llegar a la cultura es por medio de la entretención. Finalmente Postman hace una observación sobre la relación de la televisión y la religión.


"La primera es que la religión en la televisión, como cualquier
otra cosa, se presenta, sencillamente y sin pedir disculpas, como un
entretenimiento. Todo lo que hace de la religión una actividad profunda y sagrada se deja de lado; no hay ritual, ni dogma, ni tradición, ni teología y, sobre todo, no hay ningún sentido de trascendencia espiritual. En estas audiciones, el predicador es la figura máxima y Dios aparece en segundo lugar.
La segunda conclusión es que este hecho tiene que ver más con
la predisposición de la televisión que con las deficiencias de estos
llamados predicadores electrónicos. Es cierto que algunos de estos
hombres carecen de cultura, son provincianos y fanáticos. Está claro que no se comparan favorablemente con los bien conocidos evangelistas de épocas anteriores, tales corno Jonathan Edwards, George Whitefield y Charles Finney, que eran hombres con una amplia cultura, de teología sutil y de capacidad de exposición muy poderosa. No obstante esto, los predicadores de hoy probablemente no son muy diferentes en sus limitaciones que los anteriores, o que los ministros o rabinos de hoy en día, cuyas actividades están confinadas a las iglesias y sinagogas. Lo que hace de estos predicadores de la televisión los enemigos de la experiencia religiosa, no son tanto sus debilidades, sino las debilidades del medio en el cual trabajan"


Esto muestra que la principal preocupación de estos “predicadores” es la entretención y no la formación. Nuestra cultura está obsesionada con la idea de entretener a las personas, en muchas ocasiones se me ha sugerido como un consejo recomendable que mis predicaciones deben ser “divertidas” porque sino la gente se aburre. ¿Cómo podemos vivir un cristianismo real sino estamos disciplinándonos cada día a través de la Escrituras y de la exposición seria de la Biblia? Parece inconcebible esto a la luz de los mandatos de las Escrituras.
Cuando nosotros conocemos al Señor, “nacemos de nuevo” y somos nueva criatura (2 Cor 5:17) y por tanto ahora tenemos “la mente de Cristo” (1 Cor 2:16)  como cristianos estamos llamados a renovar nuestra mente por medio de la palabra de Dios (Romanos 12:2; Efe 4.23; Col 3:10) tenemos que llevar todo “pensamiento cautivo a la obedicencia de Cristo” (2 Cor 10:5)  estamos llamado a amar a Dios con todo nuestro ser; incluyendo la mente (Mt 22:37)
Harry Blamires es un teólogo anglicano, crítico literario y novelista. El escribió un libro llamado “La mente Cristiana” y el dice lo siguiente:


“Pensar cristianamente es pensar en términos de revelación. Para lo secular, Dios y la teología son el juguete de la mente. Para el cristiano, Dios es real y la teología cristiana describe su verdad revelada a nosotros. Para la mente secular, la religión es esencialmente un asunto teórico. Para la mente cristiana, el cristianismo es un asunto de acciones y hechos. Las acciones y hechos que son la base de nuestra fe están registrados en la Biblia[4]


En otras palabras, pensar bíblicamente es pensar toda la realidad a partir de la revelación especial de Dios. Para eso necesitamos conocer la palabra de Dios. La pregunta simple es ¿Cuánto tiempo dedicamos a conocer la Biblia y ser renovados por ella antes que ser bombardeados por otras filosofías humanas a cada momento por la televisión? No disciplinar nuestra mente a las Escrituras es entregar nuestros pensamientos a “los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanidad de la vida” (1 Jn 2:16)


Lamentablemente al igual que la cultura la iglesia ha sido indisciplinada en este aspecto a tal punto que esto es evidente que las personas no son capaces de leer 1 capítulo de la Biblia cada día, no son capaces de escuchar un sermón de 1 hora “porque es muy largo” y hay varios escritores cristianos que han sacados libros manifestando la crisis en el pensamiento cristiano.  El historiador Mark Noll escribió “El escándalo de la mente cristiana” el escándalo es que “no hay mente cristiana”. Inspirado en este mismo libro John Piper escribió su libro “Piense” el cual dice que lo escribió para “alentar el pensamiento serio, fiel y humilde que lleva al verdadero conocimiento de Dios, lo cual nos conduce a amarlo, rebozando de amor hacia los demás”[5]. El sociólogo cristiano y crítico social llamado Os Guiness también escribió un potente libro criticando el “antiintelectualismo cristiano”.[6]El mismo Harry Blamires escribió esta frase:


“La mente cristiana se ha dejado secularizar en un grado de debilidad y de forma tan despreocupada sin paralelos en la historia cristiana. No es fácil hallar las palabras correctas para expresar la completa pérdida de moral intelectual en la iglesia del siglo veinte. No se puede caracterizar este hecho sin recurrir la un lenguaje que parecerá ser histérica y melodramática. Ya no existe una mente cristiana. Aún hay, ciertamente, una ética cristiana, una práctica cristiana y una espiritualidad cristiana... Pero en la condición de un ser que piensa, el cristiano moderno ya sucumbió a la secularización[7]


El llamado que como cristianos tenemos es a disciplinar tu mente por medio de las Escrituras cada día.  La pregunta no es si lo debes hacer, la pregunta es ¿Cómo lo harás?





[1] https://www.amazon.es/Divertirse-Hasta-Morir-No-ficci%C3%B3n/dp/8479480467
[2] Neil Postman. Divertirse hasta morir. Pág. 9.
[3] Neil Postman. Divertirse hasta morir. Pág. 97.
[4] John Macarthur. Piense conforme a la Biblia. Pág. 41.
[5] http://josuebarrios.com/piense-john-piper-resena/
[6] http://www.tirant.com/libreria/libro/amaras-a-dios-con-toda-tu-mente-9788487940767
[7]  Citado en John Stott. Creer es también pensar. Pág. 11. 
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miércoles, 4 de enero de 2017

Recomiendo Libro: La fe bíblica e histórica del evangelio

Recomiendo: La fe bíblica e histórica del evangelio[1]


Me gustaría recomendar este libro no solamente porque es una defensa bíblica e histórica del evangelio, sino también porque es “un testimonio bíblico de los bautistas sobre la soberanía de Dios en la salvación de los hombres”. La mayoría de los Bautistas chilenos son “arminianos” y lo peor es que ni siquiera saben que significa eso. Cuando uno habla con un “Bautista tradicional” respecto a la historia Bautista, rápidamente se dará cuenta que no conoce la historia de su denominación. Entonces cuando escuchan el concepto “Calvinismo” o “Doctrinas de la Gracia” creen que los Bautistas nada tienen que ver con ello. Pero eso se debe principalmente a la ignorancia que hay sobre su propia historia. Por tanto este libro es una ayuda para que puedan ver como los Bautistas Particulares fueron Calvinistas que defendieron sin temor las Doctrinas de la Gracia.


Este libro comienza dando los nombres de los principales Bautistas Particulares o Calvinistas, algunos de ellos eran: John Bunyan, C.H Spurgeon, John Gill, Andrew Fuller, William Carrey, Adorinam Hudson, Benjamin Keach, J.P. Boyce, J.L Dagg, A.H Strong, A.W Pink, etc. Es interesante que muchas personas hoy en día, admiran algunos de estos autores, pero desconocen que eran Calvinistas. Una vez estaba conversando con un hermano el cual admiraba profundamente a C.H Spurgeon, pero quedo sorprendido cuando le dije que era calvinista. Después de nombrar los principales autores, el libro habla brevemente de las principales Confesiones Bautistas, las cuales eran calvinistas como: la Confesión de Fe Bautista de Londres 1689, la Confesión Bautista de Filadelfia de 1742 y la Confesión de New Hampshire de 1833. Este es otro punto débil de los Bautistas Chilenos contemporáneos, los cuales no conocen ni saben lo que significa ser “confesional”, pero los Bautistas históricamente lo fueron.


Luego el libro define los términos “Calvinista” y “Arminiano” y explica los puntos de cada uno de ellos. Después señala cuales son las diferencias teológicas entre uno y otro, para finalmente mostrar como esto se aplica a la experiencia personal del creyente. Pero lo que me parece más relevante del libro es la defensa que los mismos “Bautistas Particulares” (o Calvinistas) hacen de las mismas Doctrinas de la Gracia.


En primer lugar comienza con James Petrigru Boyce (1827-1888) el cual fue el Fundador y Primer Presidente del Seminario teológico Bautista del Sur (Louisville) y Presidente de la Convención Bautista del Sur (1872-1879). El es considerado como uno de los Teólogos Bautistas más destacados del siglo XIX. Este mismo Seminario hoy en día es dirigido por el reconocido  Albert Mohler. Boyce hace una clara exposición sobre el Calvinismo mediante el mostrar la prueba de los textos y llega a la siguiente conclusión:

“Los textos expuestos en tres categorías anteriores comprueban en forma concluyente, que no es a causa de sus méritos sino a causa del beneplácito de Dios que ciertos hombres son escogidos”[2]


El segundo que nombra es B.H Carroll (1843-1914) el fue Fundador y Primer Presidente del Seminario Teológico Bautista del Suroeste y autor del famoso Comentario Bíblico. El en su comentario al libro de los Hechos, en el capitulo 13:18 observa lo siguiente:

“Cuando yo era joven y no había aceptado la doctrina de la predestinación, quería el que el texto dijera “Y cuantos creyeron fueron ordenados a la vida eterna” tal vez vosotros queráis interpretarlo así… Pero la justificación sucede al momento de creer. A menos que este pasaje diga que “cuantos fueron ordenados para la vida eterna creyeron” haría pedazos la cadena de Pablo. Llegue a la conclusión en su propia mente de una vez que la salvación comienza con Dios no con el hombre”[3]


El tercero que nombra es John Bunyan (1626-1688). El escribió el famoso libro “El progreso del peregrino”, el cual ha sido el libro más vendido en todo el mundo después de la Biblia. Estuvo muchos años encarcelado en la ciudad de Benford por predicar el evangelio. Bunyan dijo sobre el decreto de la elección lo siguiente:

“Creo que este decreto, escogimiento o elección fue antes de la fundación del mundo; y por lo tanto antes de que los propios elegidos tuvieran que ser, porque “Dios que el cual da vida a los muertos y llama a las cosas que no son como si fueran” (Rom 4.14) No espera para que las cosas tengan existencia para determinar su eterno propósito, sino que teniendo todas las cosas presentes para Él y su sabiduría, hizo su escogimiento, antes de que el mundo fuese (Efe 1:4; 2 Tim 1:9)”[4]


El cuarto en nombrar es J.M. Pendleton (1811-1891) el fue un destacado erudito del siglo XIX, autor de varios libros reconocidos como “Manual para las iglesias”, “Compendio de Teología”, “Distintivos y principios Bautistas”. En el punto número 4 de su análisis a la elección él dice:

“Si algunos dicen que la elección de algunos es el rechazo de otros, podemos contestar lo siguiente: rechazo es un término innecesariamente fuerte y es preferible decir que Dios dejo a otros en la condición que estaban. El decreto de la elección les deja donde hubieran estado si no existiera tal cosa como la elección”[5]


El quinto en nombrar es Andrew Fuller (1754-1815) el fue un pastor de Inglaterra, autor del famoso libro “The Gospel Worhty of all Acceptation”. Fundador y director de la Sociedad Bautista Misionera que envió a William Carrey a la India. El hablando sobre la “consistencia de la Elección” dijo:

“La mente carnal puede preguntar ¿Cómo pueden ser posibles estas cosas? ¿Cómo puede la predestinación armonizarse con la responsabilidad humana? Pero un creyente verdadero y humilde al encontrar ambas cosas en la Biblia creerá ambas. Tal creyente encontrara en la predestinación un motivo para depender completamente de Dios, y en la responsabilidad humana una advertencia contra la flojera, la presunción y la negligencia en el deber”[6]


El sexto en nombrar es Charles Haddon Spurgeon (1834-1892) él fue un reconocido pastor del Tabernáculo Metropolitano Bautista de Londres, conocido como el “príncipe de los predicadores” y escritor de varios libros clásicos como “Discurso a mis estudiantes” o “Los tesoros de David”. El responde una antigua pregunta que siempre se les hace a los calvinistas la cual es ¿Si solo algunos son elegidos para que predicamos? El dijo:

“Y si efectivamente yo creyera que no existiera un numero definido de personas que tienen que ser salvas, ya no podría volver a subir al pulpito. Si lograran convencerme una sola vez que nadie está destinado a ser salvo, ya no tendría deseo de predicar”[7]


El séptimo en nombra es J.L Dagg (1794-1884) Es considerado como uno de los teólogos más profundo que tiene la denominación y su libro más famoso es “Manual de Teología”. En este mismo libro él responde a las objeciones más comunes que se le hacen a la doctrina de la elección. Después de responder una por una él dice:

“No contentos con el Dios que la Biblia revela, los hombres se fabrican para sí mismos un Dios más amable según su punto de vista, que el Dios de la Biblia. Si los hombres no se atreven a quitarle su justicia (y así asegurar la salvación de todos) trataran de inventar un método de salvación que les agrade más. Su meta es la de librar a Dios de la responsabilidad de determinar quienes han de ser salvos. Entonces formularan un plan, y fijaran los términos de la salvación con el propósito de hacer que los resultados dependan de las acciones de los hombres”[8]


El octavo que nombra es Arthur W. Pink (1886-1952) fue un pastor y autor de reconocidos libros como “La Soberanía de Dios”, “Los atributos de Dios” y la “Vida de Elías”. El escribe sobre la presciencia de Dios explicando cual es su significa y alcance bíblicos y dice:

“Dios no eligió a ningún pecador porque viera que creería por la razón sencilla pero suficiente de que ningún pecador cree jamás hasta que Dios le da fe, de la misma manera que ningún hombre puede ver antes que Dios le dé la vista”[9]


El noveno que nombra es John Gill (1697-1771) fue pastor de la iglesia que posteriormente iba a pastorear Charles Spurgeon. El escribió un comentario completo de la Biblia en seis grandes tomos. Además escribió una obra de teología llamada “El cuerpo de la divinidad”. El escribiendo sobre los escogidos, redimidos y llamados dijo:

“La elección, redención y el llamamiento pertenecen a las mismas personas. Aquellos que Dios ha escogido en Cristo y redimido, tarde o temprano son llamados; y la razón por la cual son llamados es porque son redimidos “Yo los llamaré con un silbido y los reuniré, porque los he redimido (Zac 10:8)”[10]


El decimo que nombra es J.R Graves (1820-1823) fue un pastor y escritor de varios libros como “el bautismo de Juan” y su libro más famoso fue “El Landmarkismo”. El escribiendo sobre la redención particular concluye:

“Sabemos que arminiano disparara todas sus baterías de rebelión contra la soberanía de Dios en la salvación del hombre e inculpara presuntuosamente a su Creador de parcialidad, y aun de pecado en sus tratos con el hombre. Pero esto no tendrá ningún efecto salvo el de manifestar una rebelión no reprimida de su propio corazón contra el gobierno de Dios”[11]


Es por eso que recomiendo este libro, porque queda en evidencia que los Bautistas no solamente eran Calvinistas, sino que fue la Teología Calvinista la que llevo a los Bautistas a ser “el pueblo del libro”. Los Bautistas de hoy parecen muy preocupados en la “identidad Bautista” y en el “Rol social de la iglesia” pero ninguna de esas cosas funcionan sin tener una teología bíblica e histórica como son las “doctrinas de la gracia o calvinismo”.



[1] https://www.logos.com/es/producto/72586/la-fe-biblica-e-historica-de-los-bautistas-sobre-las-doctrinas-de-la-gracia
[2] La Fe Bíblica e Histórica del Evangelio. Página 26. Editorial Faro de Gracia.
[3] La Fe Bíblica e Histórica del Evangelio. Página 28. Editorial Faro de Gracia.

[4] La Fe Bíblica e Histórica del Evangelio. Página 31. Editorial Faro de Gracia.
[5] La Fe Bíblica e Histórica del Evangelio. Página 34. Editorial Faro de Gracia.

[6] La Fe Bíblica e Histórica del Evangelio. Página 43. Editorial Faro de Gracia.
[7] La Fe Bíblica e Histórica del Evangelio. Página 45. Editorial Faro de Gracia.
[8] La Fe Bíblica e Histórica del Evangelio. Página 53. Editorial Faro de Gracia.

[9] La Fe Bíblica e Histórica del Evangelio. Página 60. Editorial Faro de Gracia.
[10] La Fe Bíblica e Histórica del Evangelio. Página 72. Editorial Faro de Gracia.
[11] La Fe Bíblica e Histórica del Evangelio. Página 45. Editorial Faro de Gracia.

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