Una de las cosas que los seres humanos durante siglos han
observado es la bendición y la belleza que es tener hijos. Este es sin duda una
gran regalo y una bendición de Dios como bien sabemos los cristianos (Sal 127:3-5)
Pero a la vez debido a la naturaleza pecaminosa que habita en ellos podemos ver
las típicas “rabietas” o desobediencia que desde pequeños podemos observar
cuando le decimos que no hagan algo pero la misma manera lo hacen. Yo ahora al
ser padre lo puedo observar en mi hermosa hija Maite cuando siendo tan pequeña
de igual manera se rebela contra lo que se le prohíbe porque sé que aunque ha
sido creada a imagen y semejanza del Señor tiene en ella la corrupción del
pecado en su corazón como todo ser humano (Sal 51:5) Las Escrituras usan el
ejemplo de los niños de forma positiva y de forma negativa. De forma positiva
podemos ver cuando los discípulos estaban discutiendo sobre quien debía ser el
mayor y Jesús pone a un niño frente a ellos para enseñarles que debían ser como
niños en el sentido de la humildad. Mateo 18:3
“y dijo: De cierto les digo,
que si ustedes no cambian y se vuelven como niños, no entraran en el reino de
los cielos”
Pero también las Escrituras nos muestran el ejemplo de los niños
de forma negativa en el sentido de seguir pensando como niños cuando ya
deberían pensar como adultos. 1 Corintios 14:20
“Hermanos, no sean como
niños en su modo de razonar. Sean como niños en cuanto a la malicia, pero en su
modo de razonar actúen como gente madura”
Cuando creemos en nuestro Señor Jesucristo nacemos de nuevo
(Juan 3:3-5) y por tanto nos convertimos en bebes espirituales que necesitamos
crecer. Todos sabemos que los niños cuando son pequeños necesitan la leche
espiritual para crecer pues no saben bien hacia dónde ir. Cuando empecé en mi
vida espiritual quería muchas cosas que no me convenían y por tanto tuve hermanos
que me dijeron que no siguiera por el camino equivocado. He visto un sinfín de
cristianos que creen que por conocer algo de las Escrituras ya están llamados
al pastorado u otros por saber explicar el evangelio ya están llamados a ser
evangelistas u otros que por saber tocar algún instrumento ya son llamados ser
“ministros de alabanza”. Pero la realidad es que muchas de estas personas son
nuevas en el evangelio y por tanto inmaduras en la vida espiritual. A esto
mismo es a los cuales Pablo se dirige en la iglesia de Corinto.
1 Corintios
3:1-3 Los carnales de Corinto
Pablo comienza refiriéndose a los Corintios como “Hermanos” como
anteriormente lo había hecho (1 Cor 1:10) esto nos dice que aunque se
comportaran de forma pecaminosa ellos seguían siendo cristianos. Y luego pasa a
decirles que no puede hablarles como a personas espirituales sino a como a
gente carnal.
“Yo, hermanos, no pude
dirigirme a ustedes como a espirituales, sino como a inmaduros, apenas niños en
Cristo” (NVI)
“Tuve que hablarles como si
pertenecieran a esta mundo o como si fueran niños en Cristo” (NTV)
Como sabemos una de las cosas que los Corintios creían es que
ellos eran personas espirituales pero sus propias divisiones y contiendas (1
Cor 1:10.13) como su actitud de creer que ya habían superado lo básico del
evangelio que es la cruz del calvario y ascendido a algo más inteligente y
sabio que estaba basado en la retórica que los sabios de la época demostraba
que en realidad aún seguían actuando como personas no espirituales sino como
personas carnales (1 Cor 1:18-2:1-5) Al ser personas carnales ellos aún eran
inmaduros y solo podían seguir tomando leche pues no eran capaz de comer
alimento sólido. Cuando los bebes crecen necesitan un proceso de maduración antes
de comenzar a masticar alimento sólido. De la misma manera alguien que es bebe
espiritual no puede llegar a comer alimento solido si aún es alguien inmaduro
que solo es capaz de beber leche. El autor de Hebreos usa la misma ilustración.
Hebreos 5:11-14
“Acerca de esto tenemos
mucho que decir, aunque no es fácil explicarlo porque ustedes son lentos para
entender. Aunque después de tanto tiempo ya deberían ser maestros, todavía es
necesario que se les vuelva a enseñar lo más elemental de las palabras de Dios.
Esto es tan así que lo necesitan es leche y no alimento sólido. Pero todos los
que se alimentan de leche son inexpertos en la palabra de justicia, porque son
como niños”
Los corintios hasta ahora se habían comportado como niños
pequeños, inmaduros que aun necesitan de leche pues tienen sus “pataletas” de
vez en cuando y se creen más espirituales que los demás. Lo que Pablo está
diciendo es que “Ustedes se creen espirituales pero en realidad son carnales”
¿Qué significa ser alguien carnal? ¿Existen los cristianos carnales? Hace ya un
tiempo se ha hecho popular la idea del “cristiano carnal”. O sea existe el no
cristiano, el cristiano y el cristiano carnal. ¿Es una buena conclusión a
partir de estos pasajes? La palabra “carnal” proviene de la palabra griega que
alude a “mundano”[1].
El ser mundano no tiene que ver solamente con lo relacionado con el sexo y el
beber, fumar y ver televisión como tradicionalmente se ha interpretado sino con
pensar y actuar como el mundo en todas las áreas de la vida. En este caso los
Corintios estaban pensando como mundanos al creerse superiores a los demás.
Además estaban actuando como mundanos al provocar divisiones dentro de la
comunidad cristiana. Ahora esto no significa que existan los cristianos
carnales como una especie de categoría diferente sino que simplemente existen
cristianos que tienen actitudes carnales de las cuales deben arrepentirse.
Las evidencias de esta actitud “carnal” de niño espiritual las
describe en el versículo 3 donde nos dice que entre ellos hay “Celos”
“contiendas” y “divisiones”. Pablo ya había hablado que habían “divisiones y
contiendas” (1 Cor 1:10-11) pero aquí agrega “Celos”. La palabra para celo se
puede usar de forma positiva como se usa en 2 Corintios 11:2
“El celo que muestro por
ustedes proviene de Dios; ustedes son una doncella pura, a la que he
comprometido en matrimonio con un solo esposo que es Cristo”
O se puede usar de forma negativa como se usa acá o en otras
partes de las Escrituras donde describe varios pecados carnales. 2 Corintios
12:20
“Mucho me temo que, cuando
llegue, no los encuentre como quisiera encontrarlos, y que tampoco ustedes me
encuentren así. Me temo que entre ustedes hay pleitos, envidias, enojos,
divisiones, calumnias, chismes, insolencias y desordenes”
Como vemos todas estas prácticas son carnales porque provienen
de un pensamiento pecaminoso y un modo de actuar mundano por lo que son toda
claridad “frutos de la carne” Gálatas 5:19-21
“Las obras de la carne se
manifiestan en adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, hechicerías,
enemistades, pleitos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias,
homicidios, borracheras, orgias, y cosas semejantes a estas. Acerca de ellas
les advierto como ya antes les he dicho, que los que practican tales cosas no
heredaran el reino de Dios”
Toda esta reprensión que Pablo les hace a los Corintios que se
creían espirituales pero cuando en realidad no lo eran nos lleva a la pregunta
¿Cómo es un cristiano realmente espiritual? ¿Cómo podríamos reconocerlo y
cuáles serían sus evidencias o características?
En primer lugar no se
comporta como niño. Todos comenzamos nuestra vida
espirituales como niños que necesitamos beber de la leche espiritual de la
palabra y pasar por nuestro proceso de “pataletas” espirituales de las cuales
debemos ser corregidos y crecer en el Señor pero el problema radica cuando pasa
año tras año y seguimos siendo niños. Ahora debemos pensar ¿Cómo es un niño? Un
niño generalmente se centra en sí mismo es egoísta por naturaleza esto lo puede
ver cualquiera de nosotros cuando ve a un niño peleando por un juguete diciendo
“es mío” o llorando porque quiere el juguete de otros. Los niños espirituales
funcionan de la misma manera se centran en sí mismo y cuando no ven sus
“capacidades” piensan ¿Y porque él puede hacer eso y yo no? ¿Acaso no ven mis
capacidades? ¿Por qué lo reconocen a él y a mí no? O cuando tienen un juguete
nuevo quieren lucirlo por todo lugar y demostrar lo que tienen. Esto lo he
visto en hermanos bebes en la fe los cuales con un poco de conocimiento ya
creen que son superiores a los demás. Todas actitudes son niñerías de bebes
espirituales. Es por eso que el Apóstol Pablo cuando habla de ancianos en la
iglesia se prohíbe que sea un “neófito” porque puede caer fácilmente en las
garras de Satanás (1 Tim 3:7) ¿Tienen celos por los dones de otros? ¿Sientes
envidia porque no te reconocen? ¿Te sientes superior por saber un poco más?
¿Crees que te necesitan en la iglesia para que avance? Todos estos son
pensamientos de niños espiritualmente.
En segundo lugar es capaz de
comer alimento sólido. Los bebes reciben mejor
protección en todo sentido cuando son alimentados exclusivamente con leche
materna los 6 primeros meses. Luego entre los 5 o 6 meses los bebes ya pueden
ir comiendo alimentos sólidos y la razón es porque ya comienza su sistema a
prepararse para ese alimento. Todo esto es realmente un milagro del Señor y de
la misma manera en la vida espiritual un bebe espiritual no se le puede dar
alimento solido de un solo golpe sino que necesita prepararse su sistema para
recibirlo. Pero nuevamente no es posible para un cristiano está alimentándose
por años solo con leche y no con alimento solido porque el crecimiento no será
adecuado. Un cristiano que ha pasado 10 años en la iglesia y no es capaz de
explicarle el evangelio a otra persona es incomprensible. Un cristiano que ha
pasado 20 años en el evangelio y no sabe discipular a otra persona. Un
cristiano que ha pasado 30 años y no conoce su biblia de forma básica es
realmente un grave problema. Podemos decir que la iglesia es el único lugar
donde se permite eso. ¿En qué profesión permitirían que un médico, abogado o
educador pase 10, 20 o 30 años sin poder decir que no sabe nada sobre su
profesión? Sería algo incomprensible.
En tercer lugar tiene una
vida espiritual real y no aparente. Una de las cosas
que uno experimenta cuando es un bebe espiritual es la “apariencia de piedad”. Hay
dos formas en que se puede ver. La primera es la del cristiano que no ora, no
lee la Biblia, se congrega muy poco pero cuando se reúne con los hermanos y no
hablan ellos de biblia los considera pocos espirituales pues hablan cosas del
mundo. O podríamos imaginarnos el “líder de alabanza” que habla que no cantan
con el corazón pero en su vida cotidiana no vive nada de lo que canta. La
segunda manera es la del cristiano que ora y lee mucho en verdad pero lo hace
para sentirse muy espiritual y cuando conoce personas que no hacen esto los
considera inferiores espiritualmente. Todas estas cosas no se detectan cuando
uno es bebe espiritual sino que necesitan de hermanos que le ayuden a ver esto.
1 Corintios
3:4-8 Servidores del reino en el campo de Dios
Pablo pasa de hablar de lo que ellos mismos se creían a lo que
ellos también proyectan en los líderes que Dios había puesto en su iglesia. Los
Corintos se sentían orgullosos de identificarse con Pablo o con Apolos. Esto
era así porque Pablo había sido quien había comenzado la obra en Corinto y
Apolos fue el segundo pastor que tuvieron el cual era poderoso en las
Escrituras (Hechos 18:4-28) Pero Pablo mismo cuestiona lo que ellos estaban
haciendo y les hace preguntas retoricas en los versos 4 y 5 para que piensen en
lo que están haciendo diciendo.
“Después de todo ¿Quién es
Pablo y quien es Apolo? ¿Acaso no son gente carnal? ¿Quién es Pablo y quien es
Apolo? (RVC)
“¿No es porque están
actuando con criterios humanos? ¿Qué es Apolos? ¿Y que es Pablo? (NVI)
“¿No actúan igual que la
gente del mundo? ¿Quién es Apolos? ¿Quién es Pablo? (NTV)
Los retóricos griegos se consideraban grandes eminencias y sus
alumnos eran una especie de “esclavos” de ellos pero entre los cristianos la
situación no era igual que el mundo. Cuando Santiago y Juan le hicieron la
petición al Señor para ellos se pudieran sentar a la izquierda y a la derecha
en el reino de los cielos Cristo enseño. Mateo 20:25-28
“Entonces Jesús los llamo y
les dijo: Como ustedes saben, los gobernadores de las naciones las dominan, y
los poderosos les imponen su autoridad. Pero entre ustedes no debe ser así. Más
bien, aquel de ustedes que quiera hacerse gran será su servidor; y aquel de
ustedes que ser el primero, será su esclavo. Imiten al Hijo del hombre, que no
vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos”
Por tanto la respuesta a quien es Pablo y Apolos es: “Solo servidores por medio de los cuales
ustedes han creído” (RVC) “Nada más que servidores por medio de los cuales
ustedes hayan creído” (NVI) “Nosotros solo somos siervos de Dios mediante los
cuales ustedes creyeron la buena noticia” (NTV)
Pablo quiere aclarar que él y Apolos han sido usados por el
Señor pero eso no significa que ellos tengan una categoría espiritual superior
a los demás sino que ellos simplemente se han dedicado a trabajar en esta obra
de Dios. En cambio la tendencia de los Corintos era destacar a estos hombres
que Dios usaba como personas que estaban en una especie de esfera espiritual
especial. Pablo añade aún más diciendo que “según lo que a cada uno se le
concedió”. El Espíritu Santo reparte los dones como él quiere (1 Corintios 12:11)
y por tanto los llamados que él hace son llamados particulares para cosas
específicas que Dios quiere realizar. Para
usa una analogía agrícola para ilustrar que ellos no son superiores a los demás
sino que simplemente ha estado cumpliendo el trabajo que les encomendó.
“Yo sembré, Apolos rego, pero el crecimiento
lo ha dado Dios” (RVC)
Pablo usa esta analogía agrícola para mostrar que el simplemente
se ha dedicado sembrar el evangelio predicándolo y Apolos se ha dedicado a
regarlo predicando más las implicancias del evangelio pero ninguno de ellos
puede cambiar los corazones de las personas. El verso 7 reafirma esta verdad
diciendo que ni el que siembra ni que riega es algo sino que es simplemente
Dios quien da el crecimiento. En el verso 8 nos dice que a ambos se le va a dar
su recompensa por el trabajo realizado en su obra. Lo que Pablo está diciendo
tenía mucho sentido para los Corintos pues sabían que cuando un amo los llamaba
a trabajar en un campo se le daría un trabajo específico a realizar a uno y a
otra persona y que cuando terminaran el trabajo jamás se iba a pensar que esto
lo hacía superior a los otros trabajadores sino que ambos serian iguales y que
por tanto cada cual iba a recibir su justo pago por el trabajo realizado. Jesús
conto la parábola del sembrador donde enseño que existen distintos tipos de
terrenos donde cae la semilla y que nuestro deber es solamente lanzar las
semillas del evangelio, solamente él puede darle vida (Mateo 13:1-9 ) Las
implicaciones de estos versículos son muy relevantes para nosotros en la
actualidad.
En primer lugar está la idea
del reconocimiento en el cristianismo actual. El mundo siempre ha buscado alguna especie de reconocimiento por
medio del poder, el éxito o el reconocimiento de alguna virtud. Pero en el
cristianismo sabemos qué hacemos las cosas solamente para la gloria de Dios y
no para los aplausos. Gran parte de esta búsqueda de reconocimiento se trasmite
en la idea de la búsqueda de la identidad que se promueve hoy en día. Por eso
tenemos la locura de tener “apóstoles” por todos lados pues ellos buscan
reconocimiento y poder por sobre los demás iglesias. Esto también se puede ver
cuando cristianos se tienden a ser sentir identificado más por un pastor o
predicador que por Cristo mismo. Por supuesto esto no anula en mandato bíblico
de darle respeto y honra a quienes trabajan en la obra de Dios (Rom 13:7) sino
que se refiere a la búsqueda del reconocimiento en el fin último por el cual se
hacen las cosas. Es esa persona que nos dice ¿Ven todo lo que yo he hecho por
el evangelio? ¿Por qué no me reconocen por todo el trabajo que he hecho? ¿Acaso
no merezco ser tomado en cuenta por mi trabajo en la obra de Dios?
En segundo lugar a cada
cristiano se le ha dado un trabajo específico donde trabajar en el campo de
Dios. Como cristianos hemos sido llamados a
trabajar en la obra de Dios. Pero como mismo Pablo pregunta retóricamente en
este libro
¿Son todos apóstoles? ¿Son
todos profetas? ¿Son todos maestros? ¿Hacen todos milagros? ¿Tienen todos dones
de sanidad? ¿Hablan todos en lenguas? ¿Interpretan todos? (1 Cor 12:29-30)
La respuesta obvia es que no, no todos tenemos el mismo trabajo a realizar en
la obra de Dios. Los que son evangelistas siempre estarán diciendo que falta
evangelismo, los pastores maestros siempre dirán que falta enseñanza y
discipulado. Los diáconos siempre
estarán diciendo que hace falta preocuparse más por las necesidades de las
personas. Cada cristiano tiene un llamado particular de Dios en la obra del
Señor y no debe despreciar la obra de otro hermano en la obra de Dios. ¿Sabes
cuál es tu trabajo en la obra de Dios? ¿Agradeces a Dios por el trabajo que
otros hermanos realizan en la obra de Dios?
En tercer lugar cada
cristiano va a recibir la recompensa por el trabajo hecho en el campo de Dios. Las Escrituras nos hablan en varias ocasiones que los cristianos
van a recibir recompensas por el trabajo que realicen en la obra de Dios. La
salvación es por gracia, pero en esa misma gracia hay recompensas que Dios va otorgar.
Mateo 25: 21; Apocalipsis 22:12
“Y su señor le dijo, bien,
buen siervo fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el
gozo de tu señor”
“¡Miren! ¡Ya vengo pronto! Y
traigo conmigo mi galardón, para recompensar a cada uno conforme a sus
acciones”
No sabemos con certeza a que se refiere con estas recompensas
pero si sabemos va a haber para cada uno de los cristianos fieles. Por tanto
uno debe hacer el trabajo para la gloria de Dios sabiendo que lo que realizas
no es en vano sino que Dios lo toma en cuenta.
En cuarto lugar el
crecimiento no depende de nosotros sino de Dios. En esta analogía agrícola vemos que Pablo repite dos veces que
“El crecimiento lo ha dado Dios” “Sino Dios, que da el crecimiento”. Lo que
Pablo quiere mostrar es que por más que tú te levantes temprano para trabajar,
remuevas las tierras o lances semillas ninguno de nosotros puede asegurar que
todo esto dará fruto. En el mundo antiguo como en la actualidad cuando se
planta algo se trabaja la tierra se planta la semilla y riega con agua pero
ninguno de nosotros puede hacer que crezca, ninguno de nosotros puede controlar
el proceso “natural” del crecimiento que Dios ha establecido. De igual manera
nosotros sembramos el evangelio y los regamos constantemente con el agua viva
de la palabra de Dios pero para que se dé fruto es simplemente un acto libre y
soberano de Dios. Ninguno de nosotros puede hacer que las personas crean en el
evangelio ni que los que creen crezcan en el evangelio. Solo Dios puede hacer
eso. Esto nos aleja inmediatamente de cualquier vanagloria que podría salir de
nuestro malvado corazón.
1 Corintios 3:9A
El campo de Dios
Pablo termina su argumento diciéndonos que ellos (Pablo y
Apolos) son colaboraciones de Dios y ustedes (la iglesia) son el campo de
cultivo de Dios (RVC)
“En efecto, nosotros somos
colaboradores al servicio de Dios; y ustedes son el campo de cultivo de Dios”
(NVI)
“Pues ambos somos
trabajadores de Dios; y ustedes son el campo de cultivo de Dios” (NTV)
Pablo señala que ellos son colaboradores o sea ayudantes que
apoyan el desarrollo de la obra de Dios en el mundo. Todos los cristianos somos
servidores del reino de Dios en este mundo. Todos los cristianos somos
trabajadores de un solo Jefe que es Jesucristo. Todos los cristianos somos
esclavos de un solo Amo que es Jesucristo. Es Dios quien nos ha llamados para
anunciar las buenas nuevas de salvación a este mundo perdido. Pero para servir
en el campo de Dios necesitamos no solo el deseo de querer hacerlo sino que
necesitamos morir a nosotros mismos. Jesús enseño a sus discípulos que para que
para llevar mucho fruto él debía morir. Juan 12:23-25
“Jesús les dijo: Ha llegado
la hora de que el Hijo del Hombre sea glorificado. De cierto, de cierto les
digo que, si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, se queda solo; pero
si muere lleva mucho fruto. El que ama su vida, la perderá; pero el que
aborrece su vida en este mundo, la guardara para vida eterna”
Para que llegara mucho fruto en el campo de Dios el trigo más
valioso de Dios Padre fue enviado al mundo y vivió y murió pero también
resucito y con eso salvo a su pueblo de sus pecados y hará que llegue mucho
fruto para si mismo. Por tanto nosotros para servir en este campo de Dios
debemos estar dispuestos a morir por causa del evangelio.