Pensar el mundo a través de las Escrituras...

jueves, 12 de marzo de 2020

El templo de Dios 1 Corintios 3:16-23



La destrucción es uno de los efectos que existe en el mundo debido a la entrada del pecado. Podemos ver la destrucción que los llamados “catástrofes naturales” que se producen en el mundo como por ejemplo las lluvias torrenciales que en Brasil que ya ha dejado varios muertos, el tornado que ha azotado a Estados Unidos y a dejando varios muertos[1] o los virus o enfermedades alrededor del mundo como la llegada del Coronavirus a Chile que también es muy probable que dejara muertos.[2] Todas estas cosas que destruyen las vidas de las personas son fruto de la entrada del pecado en el mundo.   

Pero también hay otro tipo de destrucción que los hombres provocan por causa del pecado que habita en sus corazones. Podemos pensar en la destrucción que el hombre provoca a otros hombres. Esta destrucción en ocasiones es fomentada por ideologías religiosas o políticas que incentivan el odio del hombre por el hombre. Por ejemplo en África son perseguidos los cristianos por musulmanes fanáticos que atacan iglesias y asesinan personas[3] o como en nuestro país siguen las divisiones entre personas y la violencia por tener distintas opiniones políticas. A través de la historia de la humanidad esta destrucción se ha manifestado más claramente por medio de guerras entre pueblos, naciones o imperios. Todas estas destrucciones son lamentables y terribles pero hay una destrucción que más aún más terrible y es la destrucción que busca Satanás al destruir a su iglesia y para ello usa los incrédulos como las divisiones que los creyentes crean dentro de la iglesia.

Pablo comenzó este capítulo 3 reprendiendo a los hermanos por ser gente carnal y creerse gente espiritual y les dijo que estaban viviendo bajo los criterios humanos si aún tenían entre ellos celos, contiendas y divisiones. Luego les mostro lo absurdo que es identificarse con Pablo, Apolos o Cefas pues ellos son simplemente servidores de Dios. Para explicar esto uso una analogía agrícola en donde muestra que cada cual cumple su trabajo pero finalmente solo Dios da el crecimiento. Luego siguió usando otra analogía, la analogía del edificio de Dios para mostrar como la iglesia debe edificar o construir en el fundamento correcto y con los elementos correctos para que cuando llegue el día del juicio y se pasado por fuego se revele realmente bajo que materiales edificaron la iglesia. En estos últimos versos finales el apóstol Pablo va a aplicar muchas de las cosas que ya venía enseñando anteriormente.

El templo de Dios 1 Corintios 3:16-17

Pablo comienza esta sección haciendo una pregunta, esta manera de preguntar Pablo la repite muchas veces en la carta (1 Cor 5:2, 6; 6:2-3. 16, 19; 9:4-5, 13, 24; 11:14, 22; 14:23) En el versículo 16 pregunta:

¿No saben que ustedes son templo de Dios, y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? (RVC; NVI) ¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu habita en vosotros? (LBLA) “¿No se dan cuenta que todos ustedes juntos son el templo de Dios y que el Espíritu de Dios vive en ustedes?

Cuando las personas ven esta pregunta de Pablo tienden asociar esta idea con lo que Pablo diría más adelante en esta carta. 1 Corintios 6:19

¿Acaso ignoran que el cuerpo de ustedes es templo del Espíritu Santo, que está en ustedes, y que recibieron de parte de Dios, y que ustedes son dueños de sí mismos?

Pero si vemos el contexto del capítulo 3 en donde Pablo exhorto a los hermanos y luego uso dos analogías para corregir a la iglesia podemos darnos cuenta que no está hablando de forma individual a los hermanos sino les está hablando de forma comunitaria a la iglesia como un todo. Ahora algunos de los Corintos que fueron judíos sabían bastante bien acerca del templo pues tenían una historia donde el Espíritu de Dios habitaba en el templo (1 Rey 8:10-11) como también existía la visión futura del templo en donde Dios iba habitar en ellos para siempre (Ezequiel 43:9) Pablo les está diciendo que la presencia de Dios mora en medio de ellos en conjunto con el templo de Dios viviente y eso les da la autoridad para tomar decisiones en el nombre de Cristo (1 Cor 5:4-5)  Lo que Pablo les está diciendo es ¿Acaso no saben qué es importante como trabajan en el campo de Dios? ¿Acaso no saben que es importante como edifican el edificio de Dios? Para que puedan ver lo serio que es esto les dice en el versículo 17:  

“Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios es santo, y ustedes son ese templo” (RVC) “Si alguno destruye el templo de Dios, el mismo será destruido por Dios; porque el templo de Dios es sagrado y ustedes son ese templo” (NVI) “Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios es santo, y eso es lo que vosotros sois” (LBLA)

La palabra griega “destrucción” que se usa aquí se puede entender como destrucción, arruinar o echar a perder.[4] Por tanto lo que nos dice aquí es que quien destruye, arruina o echar a perder el templo de Dios de la misma manera Dios lo va a destruir, arruinar o echar a perder. Es claramente una advertencia de juicio sobre la persona. La razón por la cual Dios es tan severo es porque el templo de Dios es Santo o Sagrado. Lo “santo” significa apartado del pecado y las Escrituras nos dicen que Dios es santo y que por tanto no puede tolerar el pecado. Dios odia el pecado. Levítico 11:44; Isaías 6:3-5

“Yo soy el Señor su Dios. Por lo tanto ustedes se santificaran, y serán santos, porque yo soy santo. Así que no se contaminen con ninguno de los animales que se arrastran por la tierra”

“Uno de ellos clamaba al otro y le decía: ¡Santo, santo, santo es el Señor de los ejércitos! ¡Toda la tierra está llena de su gloria! La voz del que clamaba hizo que el umbral de las puertas se estremeciera, y el templo se llenó de humo. Entonces dije yo: ¡Ay de mí! ¡Soy hombre muerto! ¡Mis ojos han visto al Rey, el Señor de los Ejércitos, aun cuando soy un hombre de labios impuros y habito en medio de un pueblo de labios también impuros”

Pablo les recuerda a los Corintos que al ser Dios santo esto significa que no va a permitir que su iglesia sea profanada sin ninguno juicio de su parte. Dios no va permitir que su nombre blasfemado sin ningún costo él va juzgar a todos aquellos que destruyen su santo templo, esto es su iglesia. Ahora podríamos preguntar ¿Y quiénes destruyen el templo de Dios?

Si seguimos el contexto podemos decir que en primer lugar quienes destruyen el templo de Dios son los que crean divisiones y contiendas entre los hermanos. Las divisiones en la iglesia se pueden darse por razones bíblicas como la negación de alguna doctrina fundamental o el carácter pecaminoso de los líderes o por razones pecaminosas y personales que están basados en el orgullo, jactancia o arrogancia. Es claro que las divisiones que los hermanos Corintios estaban haciendo eran por celos y contiendas entre ellos (1 Cor 1:11; 3:3) Esto estaba haciendo mucho mal a la iglesia pues internamente creaba partidos (Cloe, Pablo, Cefas) como también mostraba a los incrédulos que la iglesia de Dios no se diferenciaba en nada al mundo (1 Cor 6:6) Dios toma con bastante seriedad cuando la división está basada en pecado pues lo que se está haciendo es destruir a la iglesia de Dios y quienes realizan este acto serán juzgados por el Señor. ¿Has considerado como las murmuraciones, los celos y las contiendas internas son tropiezo para los más débiles y burla para los incrédulos?

En segundo lugar quienes destruyen o dañan a la iglesia son aquellos que toman con ligereza ser miembro de la iglesia. La idea la membresía de la iglesia viene de la metáfora que el Apóstol Pablo hace sobre el cuerpo de Cristo en cual todos los creyentes estamos unidos (1 Cor 12) y cuando alguien es miembro de una iglesia esa persona representa a Cristo en todo lugar. Desde su vida matrimonial hasta su vida laboral deben reflejar el carácter de Cristo. Es por es que cuando alguien está viviendo abiertamente en pecado y es exhortado por los hermanos a que se arrepienta pero no muestra señales de arrepentimiento debe ser expulsado como miembro de la iglesia porque lo que finalmente se está cuidando es la santidad de la iglesia (1 Cor 5:1-13) Tenemos un ejemplo donde el Apóstol Pablo corrige a Pablo públicamente porque estaba actuando de una forma hipócrita y eso estaba dañando a la iglesia de Cristo. Gálatas 2:14

“Pero cuando vi que no andaban rectamente y conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: “Si tú, que eres judío, no vives como los judíos sino como los no judíos, ¿Por qué obligas a los o judíos a hacerse judío?

En tercer lugar quienes destruyen o dañan a la iglesia son aquellos que son negligentes en su trabajo de edificar la iglesia. Pablo a estado hablando de los que trabajan en el campo de Dios o en el edificio de Dios y han advertido que todo lo que hagamos debemos hacerlo adecuadamente para su gloria. Pero siempre hay hermanos que son negligentes a la hora de trabajar en la obra de Dios. Podemos comenzar pregunta. ¿Cuánto oramos por la extensión de la obra de Dios? ¿Qué estás haciendo actualmente en la obra de Dios? ¿Te estas preparando para servir más y mejor en su obra? Mateo 9:38; 1 Tesalonicenses 5:14

“Por tanto, pidan al Señor de la mies que envié segadores a cosechar la mies”

“También les rogamos, hermanos que les llamen la atención a los ociosos, que animen a los de poco de ánimo, que apoyen a los débiles, y que sean pacientes con todos”

¿Cuántos de tus pensamientos, proyectos, anhelos están centrados en la extensión del reino de Dios? ¿No es cierto que es más fácil preocuparse por nuestras necesidades, luchas y problemas antes que el reino de Dios? ¿Qué le diremos al Señor cuando estemos delante de Dios y digamos que teníamos cosas más importantes que hacer o que no teníamos tiempo suficiente para enfocarnos en su obra?

En cuarto lugar quienes destruyen o dañan a la iglesia son los falsos maestros. Dentro de los múltiples pecados que había en Corinto es muy probable que existieran falsos maestros especialmente cuando se cuestionaba la autoridad apostólica de Pablo (1 Cor 9) y que por lo tanto estuvieran destruyendo o dañando a la iglesia de Dios con sus enseñanzas. Las Escrituras nos dicen que los falsos profetas serán juzgados por Dios. 2 Pedro 2:3

“Por su rapacidad, estos falsos maestros harán negocio de ustedes. Pero la condenación los espera desde hace mucho tiempo, y su perdición ya está en camino”

Ellos naturalmente no quiere el bien de la iglesia sino el mal pues su padre quien los guía es el diablo (Jn 8:41)

El engaño de la filosofía humana 1 Corintios 3:18-21A

Pablo prosigue con su argumento de lo que puede destruir la iglesia recordando algunas cosas que había enseñado capítulos atrás respecto a la sabiduría humana. Recordemos que Pablo enseño que Dios salvaba a los creyentes mediante la predicación del evangelio y no la sabiduría humana (1 Cor 1:21) y que para los hombres de la sabiduría humana el mensaje de la cruz es simplemente una locura (1 Cor 1:23) y ahora refuerza esto mediante las Escrituras.

Lo primero que afirma es que no nos engañemos pensando que si nos creemos sabios según los estándares humanos de la misma manera seremos sabios según los estándares divinos. En otras palabras si eres sabio según el mundo no lo eres según Dios o si eres sabio según Dios no eres según el mundo. Ambas sabidurías se oponen la una de la otra. Santiago 3:13-18

¿Quién de ustedes es sabio y entendido? Demuéstrelo con su buena conducta, y con por medio de actos realizados con la humildad propia de la sabiduría. Pero si ustedes abrigan en su corazón amargura, envidia y rivalidad, no tienen de que presumir y están falseando la verdad. Esta clase de sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino que es terrenal, estrictamente humana y diabólica. Pues donde hay envidias y rivalidades, allí hay confusión y toda clase de mal. Pero la sabiduría que viene de lo alto es, ante todo, pura, y además pacifica, amable, benigna, llena de compasión y de buenos frutos, ecuánime y genuina. Y el fruto de la justicia se siembra en paz para los que trabajan por la paz”

La sabiduría humana que los Corintios tanto amaban iban a evidenciar los frutos que producían y muchos de estos simplemente hacían daño. Por tanto para poder adquirir una verdadera sabiduría divina uno debe partir desde el temor de Dios (Prov 1:7)

En segundo lugar Pablo muestra como Dios atrapa la sabiduría de humana en sus propias trampas. Para eso Pablo cita dos versículos. El primero es Job 5:13 en donde un amigo de Job llamado Elifaz está reprendiéndolo

“Atrapa a los malvados (sabios) con sus propias artimañas y desbarata sus planes perversos”

En este primer verso la imagen es la cacería, en la cual el cazador utiliza como medio de captura la propia astucia o sagacidad de la presa. Esto quiere decir que los seres humanos se esfuerzan por esquivar astutamente a Dios sin embargo Dios usa esa misma astucia para atraparlos y mostrarles su insensatez[5]. 
El segundo es Salmos 94:11 en donde el salmista está reclamando del porque Dios no hace justicia y entonces dice esto:

“El Señor conoce la mente humana y sabe que solo piensa tonterías”

Este segundo texto es más claro y nos dice simplemente que los seres humanos piensan de forma absurda o tonta cuando actúan poniendo su confianza en la sabiduría humana en vez que en la divina. Sin embargo los Corintios habían puesto toda su confianza en esta sabiduría humana y les había hecho daño.

En tercer lugar nadie debe vanagloriarse entre los hombres. El problema de los Corintios es que querían tener un reconocimiento humano. Habían caído en todo lo contrario de lo que Jesús había enseñado sobre ser el mayor en el reino de los cielos (Mt 18:1-5) El desear un puesto, el ser aplaudido o reconocido por otros tiene en el fondo un deseo por vanagloriarse entre los hombres y finalmente quedas atrapado en la búsqueda de aprobación de los hombres. Gálatas 1:10

¿Busco acaso el favor de la gente, o el favor de Dios? ¿O trato acaso de agradar a la gente? ¡Si todavía buscara yo agradar a la gente, no sería siervo de Cristo!

Estas tres cosas nos dejan varias enseñanzas para nosotros en la actualidad y son las siguientes. En primer lugar es que las filosofías o sabidurías humanas tarde o temprano se contradicen a sí mismas.  Pondremos por ejemplo el movimiento feminista que es algo muy diverso. Feride Zeran la cual es académica de la universidad de Chile y que obtuvo el premio nacional de Periodismo (2007) dijo en el contexto de las marchas feministas del 2018 que ellas consistían en destrucción de

“la estructura ideológica patriarcal de la sociedad Chilena con la consiguiente inequidad de género y violencia contra la mujer, expresada en el acoso sexual en las aulas de nuestras universidades, y la educación sexista, el lenguaje discriminatorio y otras lacras[6]

Aclaremos que ningún cristiano podría estar a favor de la violencia contra la mujer, el acosa sexual o esas cosas. Pero lo que ella afirma es mucho más profundo ella afirma haber una “estructura ideológica patriarcal”. Esto es muy interesante porque cuando puedes conversar con feministas ellas afirman que el patriarcado es una construcción social pero jamás se preguntan ¿No es el feminismo una construcción social? Y si vamos más allá y decimos ¿Y quién define que es una construcción social? O si decimos “todo es una construcción social” entonces bajo que parámetros afirmamos que algo es real o “construcción social”. Otro problema del diverso movimiento feminista es el tema del género. Hay casos en donde las feministas se oponen a que los hombres opinen sobre el aborto porque ellos no son mujeres pero ¿Por qué ellas pueden definir el género de una persona al discutir, no es que acaso cada cual define su género? O un ejemplo interesante que leí fue que en Estados Unidos se estaba celebrando el día de la mujer hasta una de las mismas manifestantes se dieron cuenta que no tenía sentido defender los “derechos de la mujer” porque ¿Qué es la mujer? ¿Quién define que es ser mujer?

En segundo lugar las filosofías o sabidurías humanas dañan la vida personal de los creyentes. Durante mis años de cristianismo he visto varios ejemplos en los cuales se mezclan filosofías humanas y se hacen pasar por ser cristianas y que finalmente terminan dañando la vida de las personas. Por ejemplo recuerdo que en mis primeros años de cristiano comencé en una iglesia donde se afirmaba que no podías decir cosas negativas porque si no a ti mismo te iba a pasar. En una ocasión yo me encontraba enfermo y decía que estaba enfermo pero me retaron por decir eso porque no debía decir que estaba enfermo sino que decía decir que me sanaba. Ellos argumentaban que Proverbios 18:21 “El que ama la lengua comerá de sus frutos; ella tiene poder sobre la vida y la muerte” significaba eso y que por eso uno no debía afirmar cosas porque al tener la lengua poder eso se iba a cumplir. Lamentablemente hay personas que no llegaron a comprender que esto texto no significaba eso y llegaban a puntos tan extraños como a negar cosas evidentes de su vida porque no debían declararlo como por ejemplo que no le diría a su esposo cosas que debía decirle o sus hijos cosas que estaban mal para no hacerles daño ¡Y les estaba haciendo más daño con eso!

En tercer lugar las filosofías o sabidurías humanas dañan a la iglesia cristiana. Cuando el cristianismo se mezcla con filosofías mundanas es el cristianismo el que se ve dañado debido al intento de “mejorar la fe”. Por ejemplo han existido grandes pensadores cristianos pero que se han equivocado en cosas como atribuir al sexo el pecado original y luego formar toda una generación de cristianos creyendo que el pecado original es ese. O hay muchas iglesias que cayeron en las modas de libros que salían y las seguían si analizar si los métodos eran bíblicos o no. Por ejemplo hace años hubo muchos libros de “iglecrecimiento” o sea de cómo hacer crecer rápido a las iglesias y ofrecían planes maravillosos para hacerlo. Por ejemplo hacer ciertas cosas en 40 días y vas a obtener resultados fabulosos o hasta el más clásico que es “Dios tiene un propósito con tu vida” y “acéptalo en tu corazón” sin explicarle a las personas en que consiste Dios santo, la gravedad del pecado, por qué has quebrantado la ley de Dios, como puede ser justificado delante de Dios y porque fue necesario que Cristo viniera a este mundo y viviera de forma perfecta muriendo y resucitando en la cruz del calvario. Menos se le dice sobre alto costo se seguir a Jesús. Todo esto ha hecho que existan falsas conversiones entre los cristianos que luego con sus frutos evidencien quienes son.

Todo es de Cristo 1 Corintios 3:21B-23

Pablo termina su exposición con estos dos versos que son una especie de doxología a Dios. Había dicho que nadie debe vanagloriase con los hombres y la razón es porque todo es de ustedes (1 Cor 3:21)

“Por tanto ¡Que nadie base su orgullo en el hombre! Al fin y al cabo, todo es de ustedes” (NVI)

“Así que no se jacten de seguir a un líder humano en particular. Pues a ustedes les pertenece todo” (NTV)

“Así que nadie se jacte en los hombres todo es vuestro” (LBLA)  

Lo que Pablo señala es que es absurdo jactarse con los hombres cuando finalmente todo nos pertenece a nosotros. O sea está diciendo si yo me jacto ser de Pablo ¿A quién le pertenece Pablo, a quien le sirve? Si yo me jacto de ser de Apolos ¿A quién le pertenece Apolos, a quien le sirve? Si yo me jacto de ser de Cefas ¿A quién le pertenece Cefas, a quien le sirve? La respuesta es todos le pertenecen a Cristo y le sirven a Cristo por tanto si sigo a uno de ellos debo seguir a Cristo. Luego enumera 5 cosas por las cuales los seres humanos nos podemos jactar que son: el mundo, la vida, la muerte, lo presente o lo porvenir. Varios comentaristas le llaman a estos las 5 tiranías máximas de la existencia humana debido a los hombres son esclavo de ellos durante toda su vida.[7]

El mundo: El mundo nos trasmite un modelo de vida que es contrario a la Escritura y de la cual debemos ser renovados por la verdad de Dios (Rom 12:1-2) El mundo llama nuestra atención constantemente debido a los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida (1 Jn 2:16) pero la realidad es que el mundo le pertenece a Dios pues él lo creo y lo va a renovar con cielo nuevo y tierra nueva en su segunda venida (Apo 21:1) Los Corintios se estaban aferrando a este mundo.

La vida: Pareciera que para los Corintios esta vida se había convertido en la esperanza última de todo. Muchas personas dicen “vivir la vida” y usan todo su tiempo y energía en disfrutarla pues no hay ninguna otra después de este mundo. Pero ¿A quién le pertenece la vida sino a Jesucristo quien es verdad y vida?

La muerte: La muerte ha sido tema de reflexión y pensamiento durante toda la historia humana y los hombres saben que no pueden evitarlo. La mayoría de los hombres le temen a la muerte y es por eso que Jesucristo le enseño a sus discípulos que no le teman quienes pueden destruir el cuerpo sino el alma en el infierno (Mt 10:28) y esto es porque Jesucristo ha vencido a la muerte y al pecado y en Cristo tenemos la redención eterna de nuestra vida.

Lo presente y lo porvenir: La urgencia de lo presente hace que en muchos momentos nos olvidemos de lo eterno y las falsas promesas del futuro que se nos dan en esta vida también así que perdamos el foco de la verdadera esperanza que tenemos.

Y ustedes de Cristo y Cristo es de Dios: Todas estas cosas que Pablo ha nombrado le pertenecen al rey Soberano Jesús y este Rey Soberano Jesús está unido al rey soberano Dios Padre. El Dios trino es quien sabiamente han realizado esta plan donde el Padre envía al Hijo el Hijo muere en la cruz por su pueblo y el Espíritu Santo viene para sellar a los suyos y guiarlos hasta la venida del rey.


[1] https://edition.cnn.com/videos/spanish/2020/03/04/brasil-lluvias-sao-paulo-tornados-tennessee-5-cosas-cafe.cnn
[2] https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-51729957
[3] https://www.aciprensa.com/noticias/yihadistas-atacan-iglesia-y-dejan-mas-de-20-muertos-74586
[4] Gary Shogren. Comentario a 1 de Corintios. Página 115
[5] Gordon Fee. La primera epístola a los Corintios. Página 136
[6] https://www.ieschile.cl/wp-content/uploads/2020/03/19-FEB_MUJER-Y-SOCIEDAD.pdf
[7] Gordon Fee. La primera epístola a los Corintios. Página 138. Donald Carson. La cruz y el ministerio cristiano. Página 95.

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