Nadie puede
negar que exista un tremendo aporte hoy en día desde los hermanos
presbiterianos para estudiar las Escrituras. Pastores, escritores y
predicadores como R.C Sproul, Tim Keller y Carl Trueman (por nombrar algunos)
han escrito libros muy edificantes para el cristianismo actual. Tampoco podemos
olvidar los libros clásicos de teología reformada que han aportado una enormidad
al pueblo cristiano. Libros como la institución de Calvino, la sistemática de
Berhkof, o las conferencias del Calvinismo de Kuyper son lecturas obligadas
para los cristianos hoy en día. Además tienen la confesión de fe de Westminster
que para muchos es la más completa confesión cristiana que ha existido, como también
tiene una larga historia de cristianos piadosos que han aportado con sus
escritos al pueblo de Dios. Debemos
agradecer a Dios por todos estos maestros bíblicos que edifican el pueblo de
Dios cada día. A pesar de todo esto, como bautistas reformados no debemos
olvidar que ellos son presbiterianos y tenemos con ellos algunas diferencias teológicas que no debemos soslayar.
Hay que
recordar que tenemos diferencias en nuestro origen. Sería muy largo hablar de
la historia de nuestro origen, pero gracias a Dios tenemos un curso que un
pastor ha hecho del cual podemos beneficiarnos para entender nuestra historia[1]. Nuestra confesión, aunque muy similar a la de Westminster,
es diferente en temas de las ordenanzas (sacramentos para ellos: bautismo y
Cena), la forma de gobierno eclesial y la visión del Estado. Las diferencias teológicas
que tuvimos con algunos de los reformados clásicos, llego al punto de ser
condenados por no creer en el bautismo
de infantes[2]. Por tanto aunque somos
hermanos reformados ambos, no podemos hacer como que ninguna diferencia hay
entre nosotros. También aunque nuestros hermanos presbiterianos tienen buenos
maestros, Dios también nos ha bendecido con algunos de ellos en nuestras filas.
John Bunyan, famoso por su libro progreso del peregrino fue un bautista
reformado, así como también el famoso predicador Charles Spurgeon. De la vida
de Charles Spurgeon como de sus escritos se pueden aprender sin duda muchas
cosas que parecen olvidadas el día de hoy entre los bautistas.
En nuestra época
Dios nos ha bendecido con predicadores como Albert Mohler, el cual es presidente
del Seminario Southern Baptist Theology[3] y también
con eruditos como Donald Carson[4] los
cuales han hechos valioso aportes al mundo evangélico. Entre los más populares
predicadores y escritores bautistas reformados se encuentran John Piper[5] y
Mark Dever[6],
ambos han escrito variados libros que nos ayudan a vivir en comunidad la fe y a
ser apasionados por la misión. Más
cercanos a nuestro contexto tenemos al pastor Miguel Nuñez[7] y
Sugel Michelen[8] los cuales han estado promoviendo
una sana doctrina entre el pueblo latinoamericano.
Sin duda que
tanto presbiterianos como bautistas debemos mantener la unidad y el dialogo
entre cristianos, reconociendo que Dios ha usado de ambas denominaciones
maestros bíblicos que han edificado el cuerpo. Pero tampoco podemos ser
ingenuos creyendo que toda controversia teológica esa saldada entren nosotros,
hay cosas que nos separan y debemos vivir con ellas para la gloria de Dios.
[2] http://www.luisjovel.com/2015/10/29/si-no-crees-en-el-bautismo-de-infantes-el-catecismo-de-augsburgo-te-condena/ http://www.luisjovel.com/wp-content/uploads/2015/10/Calvino-Instituto-Capitulo-XVI-Bautismo-Infantes.pdf