Durante esta
semana tuve una intensa semana en las “cruzadas internacionales”[1]
visitando personas y predicándoles el evangelio. Sinceramente admiro muchos a
las personas que están dispuestas a entregar su tiempo y dinero para venir a
otro país a predicar el evangelio. Creo que ese es el “espíritu” esencial del
cristianismo, vivir una vida misional en el cual predicamos el evangelio día a día.
Pero al estar en esta cruzada, estuve pensando lo poco del evangelio que
predican muchos hermanos que vienen exactamente a esto. Más de alguno se
sentirá admirado al leer esto. ¿Cómo puedo decir que los hermanos que vienen a
predicar el evangelio no predican el evangelio? ¿Qué arrogancia es esta? Para poder
entender esto, debemos primero definir que es el evangelio y luego veremos como
muchas personas no predican en realidad el evangelio (que al parecer poco
comprenden).
Entonces ¿Qué es
el evangelio? El evangelio es simplemente la buena noticia de que Dios envió a
su hijo a pagar por los pecados que nosotros merecíamos pagar. El evangelio
presupone que las personas reconozcan que son pecadoras, que han quebrantado la
ley de Dios y que por tanto son merecedores del justo juicio de Dios y deben
arrepentirse confiando en la obra de Cristo. Este mensaje que parece bastante
simple, lo escuche muy poco durante esta intensa semana de visitas, sino que
escuche muchas otras cosas que no se ajustan al evangelio.
Escuche esta
semana la famosa declaración de que “Dios es amor”, algo que sin duda es cierto.
Pero para comprender cuanto nos amó Dios, es importante recordar que Dios es
justo y Santo. Necesariamente para entender el amor de Dios debe introducirse
la doctrina del pecado y allí es donde muchos se detienen. Escuche durante esta
semana mucho de “Dios tiene un maravilloso propósito con tu vida”, sin duda Dios
tiene un propósito con todos en esta vida, pero la idea de “maravilloso”
generalmente se asocia con sueños mundanos de nuestros corazones
pecaminosos. El “maravilloso” propósito de
Dios en nuestras vidas muchas veces es vivir o morir para su gloria. El “maravilloso”
propósito debería ser simplemente “glorificarlo
a él y disfrutarlo para siempre”[2] y eso
comienza con arrepentimiento. Lamentablente esto es la palabra que menos
escuche esta semana “arrepentimiento”. Escuche
mucho de que “tienes un vacío en tu corazón y que solo Jesús puede llenarlo”,
pero nunca se explicó que el vacío es porque la persona es enemiga de Dios y
necesita reconciliarse con Dios por medio de la cruz del calvario.
Lo que más me
preocupo de esto es que después de hablarles a las personas del “evangelio” se
les declaraba salvas con frases como “bienvenido a la familia de Dios”, pero ¿Quién
puede estar seguro de eso? ¿Cómo es posible que después de una oración se pueda
declarar salva a una persona? Creo que esto es un terrible engaño para las
personas. Recuerdo hace un tiempo que hablaba con una mujer que se sorprendía
mucho que yo le decía que lo más seguro es que ella no era cristiana, aunque
haya echo esa oración. Ella justificaba toda su vida en esa oración, creyendo
que fue salva, pero viviendo en evidente pecado. ¿Acaso no hace daño esa oración?
Creo que es evidente que hace un tremendo daño a las personas y nada tiene que
ver con la predicación apostólica donde claramente se hablaba del pecado, la
culpa y la condenación que merecían las personas y que debido a esto debían arrepentirse.
Esto es lo que vi esta semana y me gustaría decir que solo lo vi esta semana,
pero esto es lo que mayoritariamente es visto durante los 8 años de cristiano.
Puedo decir que para nuestra tristeza y motivo de oración en nuestras vidas,
esta generación no conoce el evangelio. Las buenas intenciones son válidas, pero
pueden estar erradas como lo es para muchos cristianos hoy. ¡Conozcamos el
evangelio hermanos![3]
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