Después
que el Señor creo a la humanidad y ella cayó en pecado el mundo se ha
caracterizado por un sin número de guerras que tienen origen en el corazón
pecaminoso. Podríamos decir que la
violencia está enraizada en el corazón de los hombres, ya que apenas cayendo en
pecado Caín asesina a Abel y el mundo se llena maldad, violencia y guerras que
lleva a la destrucción de la humanidad por parte de Dios con el diluvio (Gen
6:13) Después que la humanidad vuelve a multiplicarse Abram se ve envuelto en
una guerra para proteger a su sobrino Lot el cual había sido raptado con toda
su familia (Gen 14:12). Por supuesto esto no solo está en las Escrituras sino
que la historia de la humanidad da abundante testimonio de guerras. Por ejemplo
los egipcios como imperio también tuvieron que enfrentar algunas guerras para
mantener el poderío de sus territorios (Batalla de Megido y Batalla de Kadesh) Por
otro lado los Asirios fueron un pueblo despiadado al momento de hacer la guerra
y practicaron lo que se llama “guerra total” el cual consistía en la
exterminación sin compasión, el saquear y destruir todo lo que este a su paso[1]. Ellos mismos son quienes Dios uso para juzgar
a su pueblo, a las tribus del Norte (2 Reyes 17) y en el Sur Dios uso al
Babilonia para destruirlos (2 Reyes 25) Por más que esto nos parezca ofensivo
en el día de hoy Dios uso a imperios paganos y su guerras para juzgar a su
pueblo. No buscamos promover la guerra, pero debemos aceptar la realidad de la
guerra porque vivimos en un mundo caído.
Sin
embargo no todas las guerras han sido de esta manera, sino que gran parte de
las guerras que han surgido en la humanidad se caracterizan por egoísmo,
orgullo, ambición, poder. Por ejemplo muchos
conocemos como la ambición de Alejandro Magno el cual queriendo conquistar todo
el mundo conocido tuvo muchos conflictos con sus propios soldados,[2] o el deseo de poder que el
imperio romano tenia[3]. Así mismo las conocidas
“guerras mundiales” estuvieron motivadas por varias razones, pero una de ellas
fue el deseo del poder imperialista que se venían desarrollando por medio de
alianzas entre países[4]. Todos estos deseos de
fama, poder e “inmortalidad” por medio de la guerra son deseos pecaminosos que finalmente
provocan las guerras y el terrible asesinato de miles de seres humanos.
Imagino
que todos nosotros pensamos ¿Cómo es posible que se produzcan estas guerras y
no consideren el sufrimiento de miles de seres humanos? Pero en realidad
también nosotros mismos somos quienes producimos todo tipo de guerra en los
diversos contextos de la vida humana. Por ejemplo si lo ponemos en el contexto de
la relación con nuestros padres ¿Qué es lo que generalmente trae conflicto? ¿No
es acaso el deseo egoísta y pecaminoso de no honrar a nuestros padres? Si lo
ponemos en el contexto del matrimonio ¿Qué es lo que trae generalmente el
conflicto en un matrimonio? ¿No es acaso el deseo egoísta y pecaminoso que
existe en nuestros corazones? ¿No es acaso el deseo de querer hacer las cosas
como a mí me parecen sin considerar al otro? O si esto mismo lo ponemos en el
contexto del trabajo. ¿Qué es lo que generalmente trae conflicto en el trabajo?
¿No es acaso el deseo egoísta y pecaminoso de ver al otro como “inútil” o tal
vez yo creerme superior al otro? O si lo ponemos en el contexto de una iglesia local ¿Qué es lo que trae conflicto en iglesia
local? ¿No son acasos nuestros deseos egoístas de creernos superiores a nuestros
hermanos? ¿No es acaso nuestro orgullo?
Santiago 4:1-3 El origen del
conflicto
El
apóstol Santiago después de haber descrito cual es la sabiduría humana y la
sabiduría divina ahora explica como la sabiduría humana o mundana provoca
profundas tensiones entre los miembros de esta iglesia. El apóstol Santiago
comienza con preguntas retoricas las cuales pretender hacer que las personas
reflexionen ¿De dónde vienes las guerras
y los pleitos? ¿No es de vuestras pasiones que combaten en vuestros miembros? (o
malos deseos que combaten en su interior NTV) La respuesta obviamente es que
sí, es que proceden de nuestros corazones pecaminosos. Si miramos todos los
conflictos que había en la iglesia a la cual Santiago se dirigía verá que todos
ellos surgían del corazón pecaminoso. Las tentaciones vienen del corazón
pecaminoso (Stgo 1:13-15) la discriminación contra el hermano pobre venia de un
corazón pecaminoso de considerar al rico como superior (Stgo 2:4) El hacer daño
con nuestras palabras vienen de un corazón pecaminoso (Stgo 3:6) La sabiduría
humana o mundana viene de un corazón pecaminoso (Stgo 3:15) Por tanto todos nos unimos con el apóstol
Pablo en declarar que: Romanos 7:22-23
“Porque según el hombre interior, me
deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela
contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está
en mis miembros”
La
raíz de todo conflicto humano surge de nuestro deseo pecaminoso. Pero
lamentablemente no solo el conflicto habita en nuestros corazones sino que se
expresa externamente por medio de deseos pecaminosos como la codicia y la
envidia. El verso 2 nos dice que “Codiciamos”
“matamos” “combatimos” (RV60) “Deseamos” “Matamos” “Reñimos” (NVI) “Deseamos”
“Envidiamos” “Luchamos” (NTV) ¿Por qué? Por conseguir o alimentar el
pecado. La codicia es un pecado que lleva al hombre a desear las cosas del bien
ajeno es por eso que el Señor lo condeno en los 10 mandamientos. Éxodo 20:17
“No codiciaras la casa de tu prójimo, no
codiciaras la mujer de tu prójimo, ni si siervo, ni su criada, ni su buey, ni
su asno, ni cosa alguna de tu prójimo”
Es
probable que los hermanos pobres estuvieran codiciando a los hermanos ricos debido
a la explotación que estos sufrían por ellos (Stgo 5:1-6) pero como sea no hay
ninguna excusa para pecar codiciando a otros porque el Señor en su providencia
es quien determina que es lo que va a poseer cada uno. La envidia va de la mano
con la codicia y es un pecado que puede llevar al hombre a cometer muchos males
como “matar”. Hay comentaristas que tratan de recrear el escenario de esta
iglesia y argumentan que es posible que algunos hayan matado literalmente por
envidia,[5] pero la mayoría lo entiende
como un lenguaje metafórico que habla de una realidad espiritual de la cual
hablo Jesucristo: Mateo 5:28
“Pero yo os digo que cualquiera que se
enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga; Necio,
a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que diga Fatuo,
quedará expuesto al infierno de fuego”
En
otras palabras significa que aquel que tiene odio o rencor contra su hermano es
como si lo hubiera asesinado y por tanto es culpable delante de Dios. Ellos
están combatiendo contra sus hermanos para llevar a cabo sus deseos y además no
están orando al Señor por las cosas que ellos desean. Sin embargo ellos están
pidiendo ¡Por cosas que son contrarias a la palabra de Dios!
Este
es el problema que tiene la teología centrada en el “yo”. Por ejemplo hay
enseñanzas que dicen que eres hijo del rey y que por tanto debes obtener todo
porque eres hijo del rey pero ¿No alimenta eso nuestro corazón orgulloso? ¿No
nos hace creernos superiores a los otros? O más directamente la teología de
prosperidad la cual argumenta que “Dios quiere darte prosperidad” ¿No hará
acaso que los busquemos por lo que deseamos obtener? O las personas que llevan
años en la iglesia y hablan con un tono de superioridad ¿No provocarán en ellos
jactancia? Pero aun en las iglesias de sana doctrina no estamos exentos de esto
ya que por medio de ser muy “ortodoxos” nos podemos creer superiores a otras
iglesias “menos ortodoxas”. He escuchado de una iglesia que lamentablemente
está sufriendo del mal de las divisiones y es claro que el origen es el corazón
pecaminoso. Ahora piensa en todos los conflictos que tienes ¿De dónde
provienen? ¿De dónde provienen las peleas matrimoniales? ¿De dónde provienen
los conflictos laborales? ¿De dónde provienen los conflictos en la
iglesia? ¿Por qué peleas generalmente?
¿Por qué discutes? ¿No es cierto que es porque quiere demostrar que tienes la
razón, que eres superior, que eres mejor?
Santiago 4:4-6 La amistad
con el mundo
El
apóstol Santiago confronta directamente a la iglesia diciéndoles que son “almas adulteras” (RV60) “gente adultera”
(NVI) “Adúlteros” (NTV) Los judíos que escuchaban esta reprensión sabían
claramente a que se refería, pues la idea del adulterio espiritual es algo que
estas muchas veces en las Escrituras: Jer 3:1
“Dicen: si alguno dejare a su mujer, y
yéndose esta de él se juntaré con otro hombre, ¿volverá a ella más? ¿No será
tal tierra mancillada? Tu, pues, has fornicado con muchos amigos; mas ¡vuélvete
a mí! dice Jehová.
“No te alegres, oh Israel, hasta saltar
de gozo como los otros pueblos, pues has fornicado apartándote de tu Dios;
amaste salario de ramera en todas las eras de trigo” Oseas 9:1
“Él respondió y les dijo: la generación
mala y adultera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del
profeta Jonás” Mateo 12:39
La
conclusión es directa si alguno quiere ser amigo del mundo va a ser enemigo de
Dios. Lo que Santiago quería explicar es ¿Cómo es posible que hayas personas
que se comporten de la manera antes descrita? ¿Cómo es posible que haya todo
tipo de pleitos, codicias y envidias entre los hermanos? Solo era posible si
aquellas personas tenían una amistad con la filosofía del mundo donde eres
alguien por lo haces, tienes o dices. Las personas que son amigas del mundo
están constantemente alimentando los deseos de los ojos, los deseos de la carne
y la vanagloria de la vida y por tanto
actúan de acuerdo a la filosofía del mundo. Entonces alguien así ¿Puede ser amigo de Dios?
No, no puede. Aquel que vive de acuerdo al mundo es enemigo de Dios. Con esto
Santiago estaba afirmando que es seguro que hay algunas personas que no conocen a Dios.
Para
darle aun mayor fuerza a su argumento el Apóstol Santiago cita dos Escrituras. La
primera Escritura que cita es un problema porque no se encuentra literalmente
en ninguna parte. Por tanto varios comentaristas opinan que se refiere a una
enseñanza general de las Escrituras[6]. La respuesta más aceptada
hasta ahora sigue siendo que Santiago convino varios pasajes donde nos habla de
que el Espíritu mora en nosotros (1 Sam 16:13; Exe 2:2) y de que Dios es celoso
(Éxodo 20:5). La segunda Escritura es Proverbios 3:34 que dice:
“Ciertamente él encarnecerá a los
escarnecedores y a los humildes da gracia” (RV60) “El Señor se burla de los
burlones pero muestra su favor con los humildes” (NVI) “El Señor se burla de
los burlones pero muestra su bondad para con los humildes”
Dios
no tolera a los “soberbios” (RV60) “orgullosos” (NVI; NTV) sino que más se
opone a ellos y los juzga, pero a los humildes él les da mayor gracia. Por
tanto ¿Qué es lo que Dios está diciendo? Esta diciendo que los que han sido
salvados por el no pueden tener ninguna relación con el mundo ya sino están
adulterando espiritualmente y no están considerando que ahora que mora el
Espíritu Santo en nosotros le pertenecemos a él. Como cristianos hemos sido
bautizados por el Espíritu Santo (1 Cor 12:12-13) y por tanto somos guiados por
el Espíritu (Rom 8:1). Se nos ha dado dones del Espíritu para su servicio (1
Cor 12:7) y hemos sido sellados por el Espíritu Santo (Efe 1:13) Por tanto
cuando somos seducidos por el mundo estamos adulterando espiritualmente,
ignorando todo lo que Cristo nos ha dado. Por tanto la Escrituras nos manda a
no ser “soberbios” u “orgullosos” y humillarnos delante de él.
Imagina
que tu marido o esposa conocen a alguien y tú ves que él o ella esta coqueteando
con esa persona ¿Qué pensarías de ella? Pensarías que aunque no tenga
relaciones sexuales está siendo infiel contigo porque está teniendo intimidad
con alguien que no es su esposo (a). Entonces cuando tu coqueteas con tu como
creyente te acercas tanto al mundo y comienza a coquetear con él y sus
filosofías ¿Acaso eso no es adulterio espiritual? ¿Cómo puede parecerte
“entretenido” el pecado por el cual murió Cristo? ¿No entiendes que coquetear
con el mundo es ser enemigo de Dios?
Santiago 4:7-10 El llamado
al arrepentimiento
El
apóstol Santiago ahora se propone a llamarnos a obedecer al Señor por medio de
estos 10 imperativos. Todos los imperativos que usa Santiago son tomados del
Antiguo testamento. Los primeros imperativos son “sométanse y resistan”. En
primer lugar se nos llama a someternos a Dios “Someteos” (RV60) “Sométanse”
(NVI) “Humíllense” (NTV) la idea es someterse a la autoridad de Dios o al
Señorío de Cristo. Las personas que estaban provocando conflictos comunitarios
pensaban que se estaban sometiendo a Dios, pero con todos los problemas que
estaban causando obviamente no lo estaban haciendo. Por tanto el llamado a
someterse a Dios incluye un arrepentimiento de no haber estado sometiéndose
realmente a Dios.
En
segundo lugar se nos llama a “Resistid”
(RV60) “Resistan” (NVI; NTV) al diablo. Satanás
siempre va a estar tentándonos por medio de sus sutiles maquinaciones. Tanto el
apóstol Pablo (Efe 6:13) como el Apóstol Pedro (1 Pe 5:9) también nos llama a
“resistir” las asechanzas del diablo. Debemos esta siempre preparados ante la
tentación que nos asedia. El único que realmente pudo resistir la tentación
perfectamente fue Jesús en el desierto (Mt 4:11) ¿Cómo estaba tentando Satanás
a las personas en esta iglesia? Los estaba tentando discriminando al hermano,
no ayudándole en sus necesidades, hablando mal de él y provocando divisiones
dentro de la iglesia. Santiago nos dice que si nosotros resistimos sus
tentaciones entonces el va a huir de nosotros.
En
tercer lugar se nos llama a “Acercaos” (RV60) “Acérquense” (NVI; NTV) al Señor.
En el Antiguo testamento el termino de acercarse a Dios estuvo relacionado con
los sacerdotes del sistema levítico (Ex 19:22; Lev 10:3; Ez 44:13) pero debido
a la obra perfecta de Cristo ahora cualquier persona puede acercarse a su
presencia. Hebreos 4:16
“Acerquémonos, pues, confiadamente al
trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno
socorro”
La
pregunta era ¿Por qué quienes dicen seguir las enseñanzas de Cristo no se
habían acercado en arrepentimiento delante de su presencia?
En cuarto
lugar se nos hace el llamado a los pecadores a “Limpiad las manos” “purificad
vuestros corazones” (RV60) “Límpiense las manos” “Purifiquen su corazón” (NVI)
“Lávense las manos” “purifiquen su corazón” (NTV) Los sacerdotes en el Antiguo
testamento tenían que lavarse las manos para mantener su limpieza ceremonial
antes de acercarse a Dios (Exo 30:19) eso se tomaba simbólicamente para quien
quería acercarse a Dios debía estar limpios de manos y puro de corazón (Sal
24:3-4) ¿Estaban limpios de manos quienes estaban creado pleitos entre los
hermanos? ¿Estaban con un corazón purificado quienes estaban odiando a su
hermano?
En
quinto lugar debían “Afligíos” “lamentad” “llorad” (RV60) “Reconoced” “lloren”
“laméntense” (NVI) “Derramen lagrimas” “lamento” “dolor” (NTV) En el pueblo de
Israel cuando había un dolor interno que estaban sufriendo lo expresaban de
forma externa por medio ayunos y ropas ásperas
(Neh 9) De la misma manera Santiago les estaba recordando a quienes
habían pecado que el verdadero arrepentimiento se expresa también externamente.
La tristeza que produce Dios es una tristeza para arrepentimiento (2 Cor 7:10)
Santiago les preguntaba ¿Hay verdadero dolor en tu corazón? ¿Hay verdadero
lamento? ¿Estás derramando lágrimas por ofender a Dios? Ellos estaban viviendo
de forma alegre mientras se destruían entre hermanos ¿Acaso no debían más bien
lamentarse? La risa y el gozo que se describe aquí es la risa atrevida y el
gozo superficial de los necios que se deleitan en el pecado. Pues al ver todos
los conflictos y destrucción que había en aquella comunidad ¿No deberías más
bien lamentarse? ¿No deberían más bien llorar en vez de reírse? Por eso es que
el verdadero arrepentimiento comienza con lágrimas, con dolor, con sufrimiento
que finalmente lleva al gozo verdadero.
En
sexto lugar debían “Humillarse delante del Señor” (RV60; NVI; NTV) “y el os
exaltará” (RV60; NVI) “los levantará con honor” (NTV) Esta es una idea que está
enraizada en todas las Escrituras donde Dios dice que exaltará a aquellos que
se humillan delante de su presencia (Sal 149:4; Ez 21:26: 1 Pe 5:6)
“Porque el que se enaltece será
humillado, y el que se humilla será exaltado” (Mateo 23:12)
La
verdadera razón de porque había tantas divisiones, disputas y conflictos en
esta iglesia era por el orgullo de muchos y el antídoto era claramente la
humillación delante de Dios.
Ahora
si reunimos todos estos imperativos que nos da Santiago podemos con claridad
ver que este es el proceso del verdadero arrepentimiento cuando hay conflictos.
Una de las tentaciones de nuestro corazón es siempre culpar al otro en medio
del conflicto ¡Tu nunca eres responsable! ¡Fue la mujer! ¡Fue la serpiente!
Pero cuando tu pecas debes comenzar reconociendo que eres un pecador que ha
fallado. Que la culpa es tuya, que has pecado contra Dios al no ponerlo a él en
primer lugar (sino a tu orgullo) y en segundo lugar que nos ha amado a tu
prójimo como a ti mismo. ¿Qué haces con esa culpa del pecado? Debes traerla a
los pies de Cristo. Debes evitar la satánica tentación de pensar que puedes
justificarte delante de Dios por tus obras, sino debes ir ante Cristo confiando
solamente en gracia, en su obra en su perdón. Debes “someterte a la autoridad
de Cristo” debes “acercarte confiando en su obra” y serás “limpiado y purificado de tus
maldades en su inmenso perdón”. Este acercamiento al Señor no incluye no
afligirse, llorar o lamentarse por el pecado, sino que en ocasiones incluye
abundantes lágrimas que reconocen que eres un pecador. Eso te llevará a la
profunda humillación en donde solo tienes como esperanza la gracia de Dios.
Entonces ¿Ya te sometiste a Dios? ¿Ya te
acercaste a Cristo? ¿Ya ves que necesitas renunciar a tu pecado? ¿Lamentas tu
condición, lloras por tu condición? ¿Te humillas delante de Dios por tu pecado? Este es el llamado a arrepentirte
delante de Dios.
Santiago 4:11-12 La
murmuración contra el hermano
Finalmente
el apóstol Santiago expone aquí un ejemplo de la lengua como fuego (Stgo 3:6)
habían hermanos que se dedicaban a murmurar o difamar a los hermanos. Quienes
hablan mal de otros creyentes se ponen a sí mismo como jueces de ellos y los
condenan. Una de las lamentables prácticas que tenemos en Chile es hablar mal
de las personas a sus espaldas y no ser capaces de decirles o preguntarle a la
persona misma. Recuerdo que muchas veces se me han acercado personas que me
dicen “Pastor, es cierto que tal o tal cosa de cierta persona” y mi respuesta
es ¿Ya le preguntaste a él? ¿Ya hablaste con él? O en otros casos he conocido
personas que se me acercan y me preguntan “¿Crees que tal persona sea hermano”
y les respondo: ¿Ya te acercaste a conocerlo? ¿Ya hablaste con él? ¿Ya te
juntarte con él? Hay que evitar toda murmuración respecto a los hermanos y
acercarse a conocerlos o si hay algo que decirle acercarse y decirle.
El
no conocer al hermano, el no querer decirles las cosas de frente es un acto de
hipocresía que va a traer más conflictos comunitarios. Además como nos dice
Santiago “uno solo es el dador de la ley” hay “uno solo que puede salvar y
perder” (o salvar y destruir) Por tanto ¿Por qué quieres tu ser el juez? Pues solo
Dios es el juez que puede juzgar porque solamente el cumplió la ley de forma
perfecta y nos justificó para darnos vida eterna.
[1]
Xavier Hernández y Xavier Rubio. Breve Historia de la guerra Antiguo y
Medieval. Página 14.
[2]
Xavier Hernández y Xavier Rubio. Breve Historia de la guerra Antiguo y
Medieval. Página 34.
[3]
Xavier Hernández y Xavier Rubio. Breve Historia de la guerra Antiguo y
Medieval. Página 50-51.
[4] https://www.aboutespanol.com/5-causas-de-la-primera-guerra-mundial-1772181
[5] David.
P Nystrom. Comentario NVI de Santiago. Nombra a un comentarista que sugiere
esta interpretación. Página 273. Craig Keener. Comentario cultural del Nuevo
testamento. Aunque no sostiene esta idea, si sugiere que en esta comunidad
habían personas que pensaban en la revolución mediante la vía armada. Página
692
[6]
Comentario mundo Hispano de Santiago. Página 190. David. P Nystrom. Comentario
NVI de Santiago. Página 276. William Hendriksen. El deja el problema abierto
sin respuesta. Página 119.
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