Pensar el mundo a través de las Escrituras...

jueves, 5 de septiembre de 2019

Orando por sabiduría Mateo 7:7-12


Douglas Stone y Sheila Heen son profesores de derecho de la Universidad de Harvard[1] los cuales escribieron un libro llamado “Conversaciones difíciles[2]”. En este libro ellos explican que las conversaciones difíciles son unas de las cosas que las personas por naturaleza tienden a evitar y que la razón de ello es porque una conversación difícil está envuelta bajo tres errores que solemos cometer.

El primer error es que las personas asumen los hechos de una situación y asumen que la interpretación de sus hechos es simplemente la correcta sin cuestionarse si realmente lo otra persona interpreta lo mismo que ellos. Basamos nuestras suposiciones en nuestros sentimientos. Por ejemplo si yo me siento herido entonces asumimos que el otro quiso herirme a propósito pero esto no siempre es verdad.

El segundo error es no considerar los sentimientos de las otras personas en la conversación. Hay personas que tienden a ser más racionales y pensar que si ganamos el argumento simplemente ya no debería haber ningún problema pero olvidan que las personas no son solo razones y también emociones y todo eso está envuelto en conversación difícil.

El tercer error es no darse cuenta que algunas conversaciones difíciles porque involucran la identidad de las personas. Por ejemplo las personas que son seguras de sí mismas cuando se le cuestiona esa seguridad se sienten atacadas en su persona porque atacan su identidad.  De igual manera las personas inseguras cuando se les cuestiona se ven se sienten dañadas porque atacan su identidad.

Todas estas ideas son interesantes para cuando realizas una conversación difícil en su vida ¿Quién de nosotros no ha tenido una discusión difícil en su vida cristiana? Pero sabemos que la sabiduría para tener una conversación difícil y salir victorioso de ella radica en la sabiduría dada de lo alto por Dios y en nuestras obras o cosas que podamos hacer. 

Es lamentable que existan personas que malinterpretan la enseñanza de los versículos anteriores a estos (Mt 7:1-6) y crean que se refiere a no juzgar en ninguna ocasión o circunstancia. Pero es más terrible aun las personas que malinterpretan estos versículos que acabo de leer creyendo que lo que Jesús dice aquí se refiere a que nosotros podemos acércanos a Dios y pedir cualquier cosa que queramos y él la tiene que dar porque él lo prometió en su palabra. Estos son versículos que los falsos maestros de la teología de la prosperidad les encanta torcer para poder manipular a las personas a hacer lo que ellos le piden. En realidad la verdadera fe cristiana sabe que no siempre todo lo que le pedimos a Dios se cumple por ejemplo Jesús pidió dos veces a Dios Padre si era posible que la copa de la ira no cayera sobre el pero él no le cumplió esa petición (Mt 26:39, 42) Pablo pidió a Dios tres veces que le quitara el aguijo que lo estaba haciendo sufrir y Dios no lo quito sino que le dijo que se bastara de su gracia (2 Cor 12:8-10) Martin Llord Jones confeso sobre sus peticiones[3]:

“Doy gracias a Dios de que no esté dispuesto a darme todo lo que se me pueda ocurrir pedirle, y digo esto como resultado de mi propia experiencia. En mi vida pasada yo, al igual que todos los demás, he pedido a menudo a Dios cosas, y he pedido a Dios que haga cosas, que en esos momentos deseaba mucho y que creía que eran lo mejor para mí. Pero ahora, situado en este punto concreto de mi vida y al mirar atrás, digo que me siento profundamente agradecido a Dios de que no concediera ciertas cosas que pedía, y de que me cerrara la puerta en la cara”

No toda petición que hagamos a Dios será correcta por eso es bueno que Dios no nos conceda todas las peticiones que le hacemos. Por tanto para poder entender bien este pasaje es fundamental recordar cual es el contexto de este pasaje. Esta enseñanza había comenzó en Mateo 7:1-6 en donde habíamos visto que nuestro Señor nos enseña a no juzgar de manera hipócrita y ligera a nuestros hermanos sino que debemos hacerlo “sacando la viga de nuestro ojo antes de ir y sacar la astilla del ojo del hermano”. Si hacemos eso entonces podremos juzgar las acciones de nuestros hermanos. El verso 6 nos enseñaba que no podemos lanzar las perlas a perros y cerdos pues ellos la van a pisotear y despedazar por tanto debemos discernir en quien invertir nuestras palabras y nuestro tiempo. Estas enseñanzas nos mostraban que debemos juzgar sabiamente conforme a las Escrituras y que debemos discernir sabiamente conforme a las Escrituras. Pero ¿Cómo podremos hacer esto de una manera sabia? ¿Cómo lo haremos si somos pecadores? ¿Cómo podremos hacerlo si siempre nos vamos de un lado a otro? Aquí es entonces donde estos versículos tienen sentido. Debemos pedir por sabiduría a Dios para poder juzgar de forma adecuada. Debemos pedir a Dios por sabiduría para poder discernir de forma adecuada. Y eso es lo que nos invita hacer esta triple exhortación de “pedir, buscar, llamar”.

Pidiendo, buscando, llamando Mateo 7:7-8

Estas tres exhortaciones se basan en un primer principio que es reconocer la necesidad de sabiduría o en el lenguaje de Jesucristo ser “pobres en Espíritu” (Mt 5:3) Aquel que es realmente humilde se va dar cuenta que no puede por su propia cuenta realizar “juicios bíblicos” respecto a las cosas que ve alrededor y sentirá la necesidad de ir al Padre a buscar sabiduría en oración. Tampoco alguien podrá simplemente discernir con claridad cuando les esté dando la perla a los cerdos y perros de manera fácil sino que va a necesitar de la sabiduría de Dios para ello. ¿Reconocer realmente esta necesidad de sabiduría de parte de lo alto para poder juzgar y discernir con claridad? ¿O crees que tú eres “capaz” de hacerlo sin siquiera buscar sabiduría en Dios? Proverbios 1:7

“El principio de la sabiduría es el temor al Señor; los necios desprecian la sabiduría y la enseñanza”

“Pidan y se les dará” (RVC; NVI; Textual) “Sigan pidiendo y recibirás lo que pides” (NTV) La primera exhortación tiene que ver con buscar un humildad esta sabiduría de Dios[4]. Santiago 1:5 dice

“Si alguno de ustedes requiere sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios se la da a todos en abundancia y sin hacer ningún reproche”

Uno de los ejemplos que hay en las Escrituras respecto a la petición de sabiduría que más me ha llamado la atención es el ejemplo de Salomón. Salomón estaba comenzando su reinado y el Señor se le apareció en sueños y le dijo que le pidiera lo que quisiera y el al sentirse joven e inexperto le pidió sabiduría para gobernar al pueblo de Dios (1 Rey 3:3-15) Y luego de eso se enfrenta a unos de los primeros juicios difíciles de la época en donde dos mujeres dicen que su hijo es suyo y Salomón tiene que juzgar y discernir quien es verdaderamente la madre (1 Rey 3:16-28) Este es un relato donde se muestra como al pedir sabiduría a Dios el la otorga para poder juzgar y discernir con claridad. Hay que tener claro que la sabiduría no es conocimiento teológico simplemente, pues cualquier persona puede tener conocimiento pero no toda persona con conocimiento tiene sabiduría. La sabiduría es la aplicación del conocimiento de Dios a un problema determinado de forma eficaz. Cuando te has enfrentado a momentos difíciles ¿Has buscado Sabiduría en la palabra de Dios, en oración al Señor? ¿Dependes realmente de ello o piensas que tu “sabiduría” es suficiente para revolver todas las cosas? Proverbios 1:29-30

“Pues que aborrecen la sabiduría y no optaron por temer al Señor ni quisieron seguir mis consejos, sino que menospreciaron todas mis reprensiones comerán los frutos de sus andanzas y se hartaran con sus propios consejos. Los incautos mueren por sus propios desvíos; a los necios los destruye su autosuficiencia. Pero los que me oyen vivirán tranquilos sin sobresaltos ni temor de ningún mal”

El no depender de la sabiduría de Dios es simplemente algo necio y pecaminoso.

Busquen y encontraran (RVC; NVI; Textual) sigue buscando y encontraras” (NTV) El buscar aquí se relaciona con una actividad responsable y consciente de buscar algo que es importante[5]. Como cristianos sabemos que debemos buscar en un solo lugar la sabiduría de Dios y eso es en su palabra. Pero además de eso no solo debemos buscar en su palabra sino que si pedimos cosas deben ser conforme a su voluntad. 1 Juan 5:14

“Y esta es la confianza que tenemos en él; si pedimos algo según su voluntad, él nos oye”

Para buscar adecuadamente conforme a la voluntad de Dios lo que tenemos que hacer “escudriñar las Escrituras” (Jn 5:39) Debemos ser como los hermanos de Berea (Hechos 17:10-11) Cuando nos vemos enfrentados a algún problema en donde debemos tomar una decisión difícil ¿Es la Escritura lo primero dónde vamos? ¿Nos postramos en oración para buscar su dirección o simplemente tomamos la decisión según lo que nosotros pensamos? Buscar en la palabra de Dios sabiduría para las decisiones es crucial para la vida ya que en ella encontraremos la verdadera sabiduría.

“Llamen y se les abrirá” (RVC; NVI; Textual) “Sigan llamando y la puerta se les abrirá” (NTV) Este llamen hace referencia a la persistencia de pedir y buscar como cuando alguien persevera en oración por mucho tiempo por la salvación de un familiar.[6] Romanos 12:12

“Gocémonos en la esperanza, soportemos el sufrimiento, seamos constantes en la oración”  
El pasaje paralelo a Mateo pone mayor énfasis en la persistencia contando una historia del amigo insistente para conseguir panes para un invitado sorpresa (Luc 11:5-9) y en otras ocasiones el Señor Jesús conto otra parábola para mostrarnos lo importante de persistir en la oración (Luc 18:1-8) Una de las realidades de nuestra vida es que luchamos mucho por la persistencia o perseverancia en la oración. Es muy común que tengamos semanas muy relativas en donde debido a las diversas responsabilidades oremos y leamos la Biblia muy poco o casi nada. De igual manera hay semanas en las cuales si oramos y leemos de forma más constante pero ¿No es evidente que necesitamos dependencia más profunda con Dios?

Por tanto estas tres exhortaciones tienen un llamado a confiar que Dios va a proveer lo necesario cuando nosotros clamamos al Señor con fuerza y perseverancia. Si pedimos al Señor en nos dará, si buscamos al Señor encontraremos, si llamamos al Señor el abrirá la puerta. Pero debemos ser como niños insistentes en la búsqueda de Dios. Por supuesto está el riesgo de que pidamos mal (Stgo 4:3) pero como Dios es bueno él nos dará lo que nosotros necesitamos y no cada cosa que pidamos al igual que un padre terrenal con sus hijos.

El Padre y los hijos Mateo 7:9-11

Es muy común que como seres humanos nos rindamos rápidamente en nuestro pedir, buscar y llamar porque pensamos que no va a tener ningún resultado. Pero Jesús para animarnos a seguir buscando al Señor nos pone dos ejemplos cotidianos de la época y podamos ver la bondad de Dios al responder.

¿Quién de ustedes, si su hijo le pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide un pescado, le da una serpiente? (RVC; NVI; Textual) Ustedes los que son padres, si sus hijos les piden un pedazo de pan ¿Acaso le dan una piedra en su lugar? O si le piden un pescado ¿Les dan una serpiente? Claro que no (NTV)

La base alimentaria de la época estaba basada por pan y pescado por tanto cuando Jesús pone estos dos elementos en sus preguntas se sabía que tenía que ver con alimentos básicos para comer. Por otro lado la serpiente era parte de los animales inmundos prohibidos por Dios en leyes alimentarias del Antiguo testamento (Lev 11:12) Por tanto cuando Jesús hace estas dos preguntas las respuesta obvia es que nadie haría tal cosa con sus hijos ¿Por qué deberíamos pensar que Dios haría algo así con nosotros? Para profundizar más en el argumento el Señor dice que nosotros siendo malos sabemos dar cosas buenas a nuestros hijos ¿Cuánto más nuestro Padre celestial dará cosas buenas a quienes se lo pidan?

“Así que si ustedes, gente pecadora, saben dar buenos regalos a sus hijos, cuanto más su Padre celestial dará buenos regalos a quienes se lo pidan” (NTV)

Es importante analizar con cuidado el argumento que Cristo nos plantea veámoslo en 4 partes. En primer lugar los seres humanos somos malos. Esto es algo que se puede mostrar claramente a través de la Escrituras como a través de la experiencia que dada vivimos en nuestra vida. Génesis 6:5; Jeremías 17:9; Mateo 15:19; Romanos 3:10-12

“El Señor vio que era mucha la maldad de los hombres en la tierra y que todos los planes y pensamientos de su corazón eran siempre los de hacer solo el mal

“El corazón es engañoso y perverso, más que todas las cosas. ¿Quién puede decir que lo conoce?”

“Porque del corazón salen los malos deseos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los robos, los falsos testimonios, las blasfemias”

“Como está escrito: No hay ni uno solo que sea justo. No hay quien entienda; no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se han corrompido. No hay quien haga lo bueno, ¡no hay ni siquiera uno!

Los no creyentes son malos por naturaleza y muchos de ellos lo niegan pero dentro del estándar de Dios esto es muy evidente. Por otro lado los cristianos somos salvados por la gracia de Dios y transformados por su evangelio pero eso no significa que no seamos malos ya que si fuera así no tendríamos tentaciones ni ninguna atracción por el pecado pero aun lo tenemos. Los cristianos no somos buenos sino personas malas redimidas por la obra de Cristo.

En segundo lugar somos gente mala que damos cosas buenas a nuestro hijos. Los seres humanos hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios (Gen 1:26) pero nuestra imagen ha sido distorsionada por el pecado (Gen 3:1) por tanto aun somos capaces de amar al prójimo como también somos capaces de odiar al prójimo Por ejemplo hay un hombre de Ucrania llamado Andrei Chikatilo (1936-1994) el cual era considerado como un hombre trabajador, educado, tranquilo, que no discutía con su esposa y era cariñoso con sus hijos. Se podría decir que fue esposo y padre ejemplar. Sin embargo él tenía una vida secreta de asesinatos y se llegó a considerar como el peor asesino en serie de la Unión Soviética ya que durante su vida asesino y mutilo a más o menos 52 mujeres y niños.[7] Estoy seguro que todos nosotros podríamos decir que él era un persona mala que pudo darle cosas buenas a sus hijos. ¿Cómo es posible que un asesino en serie pueda dar cosas buenas a su familia? Pues de la misma manera ¿Cómo es posible que nosotros siendo pecadores (creyentes o no) podamos mostrar amor a quienes amamos pero a la vez podamos pecar contra ellos y hacerles daño? La razón es porque la Biblia nos muestra que somos creados por Dios pero a la vez tenemos pecado. Los cristianos por medio de la obra de Cristo estamos en el proceso de santificación en nuestras vidas pero aún le damos a nuestros conyugues, hijos o amigos cosas buenas y malas en este mundo caído.

En tercer lugar Dios es bueno y por tanto el solo puede dar cosas buenas. Las Escrituras nos señalan muchas veces que Dios es bueno. Génesis 1 nos describe que todo lo que Dios hizo es bueno y bueno en gran manera (Gen 1:4, 10, 12, 18, 21,25) Éxodo 34:6; Salmos 34; 8; 119:68; Santiago 1:17.

“Luego el Señor paso delante de Moisés y proclamo: ¡El Señor! ¡El Señor! ¡Dios misericordioso y clemente! ¡Lento para la ira, y grande en misericordia y verdad!

“¡Prueben ustedes mismos la bondad del Señor! ¡Dichoso aquel que en el confía!

“Tú eres bueno, y me tratas bien; enséñame tus estatutos”

“Toda buena dadiva y todo don perfecto descienden de lo alto, del Padre de las luces, en quien no hay cambio ni sombra de variación”

Debido a que la naturaleza de Dios es buena en esencia el solo puede darnos cosas buenas. Mateo 5:45; Hechos 14:17

“Para que sean ustedes hijos de su Padre que estas en los cielos, que hace salir el sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos”

“Aunque no dejo de manifestar su poder al enviarnos toda clases de bienes, pues del cielo nos viene la lluvia, que hace fructificar la tierra para nuestro sustento y alegría”

Los seres humanos debido a que están en bajo la esclavitud del pecado creen en la mentira satánica de que Dios es malo y generalmente por eso preguntan con un tono de cuestionamiento ¿Por qué hay mal en el mundo? ¿Por qué hay sufrimiento en el mundo? Pero nadie se atreve a preguntar ¿Por qué hay bien en el mundo? ¿Por qué hay alegrías en el mundo? Incluso a nosotros como cristianos nos pasa que pensamos que Dios no es tan bueno porque no nos da todas las cosas que le pedimos cuando en realidad es que Dios es realmente bueno porque no nos da todo lo que queramos pues de lo contrario seriamos destruidos por nuestros pecados. Dios es bueno y nos da lo que él sabe que es más sabio darnos.

La regla de oro Mateo 7:12

El clímax de toda esta exhortación se encuentra en este versículo que ha llegado a ser conocido por los cristianos y no cristianos como la “regla de oro”.

“Así que, todo lo que quieran que la gente haga con ustedes, eso mismo hagan ustedes con ellos porque en esto se resumen la ley y los profetas” (RVC; Textual)

“Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. De hecho, esto es la ley y los profetas” (NVI)

“Has a los demás todo lo que quieras que te hagan a ti. Esa es la esencia de todo lo que se enseña en la ley y en los profetas” (NTV)

Lo primero que puede observarse en este versículo es que así como Cristo dijo que no había venido abolir la ley y los profetas (Mt 5:17) ahora nos dice que este versículo nos resume adecuadamente la ley y los profetas (Mt 7:12) Jesús diría en otra ocasión que el mandato de amar a Dios con todo nuestro ser y amar al prójimo como a mí mismo eran los mandatos de los cuales dependía toda la ley y los profetas (Mt 22:36-40) Por tanto podemos pensar que este mandato es también un resumen de estos dos mandatos que son amar a Dios y amar al prójimo como a mí mismo.

Lo segundo que puede observarse de este versículo es que no era algo totalmente original lo que Jesús decía[8]. Tenemos evidencia que el famoso judío Hillel dijo “lo que te es odioso, no lo hagas a otra persona”. El libro de Tobías en los apócrifos enseña “Lo que tú mismo aborreces, a ningún hombre hagas”. Confucio enseño “Lo que no quieres que te hagan no se lo hagas a los demás”. El filósofo griego Epicteto dijo “El sufrimiento que evitar para ti mismo, no se lo aflijas a otros”. Los estoicos enseñaban “Lo que no quieres que te hagan, no se lo hagas a nadie más”. Si vemos con cuidado nos vamos a dar cuenta en todas las citas que leímos el énfasis esta en lo negativo. En cambio el principio que enseño Jesús está el énfasis en lo positivo. Esto quiere decir que el mandato de Jesús es aún más exigente que la ley que los hombres han pensado.

Una pregunta interesante sobre este pasaje seria ¿Qué es lo que nosotros queremos que la gente haga con nosotros? Es probable que la respuesta sea: “Que sean respetuosos, que sean amables, que nos acepten tal cual somos, que no sean prejuiciosos” tal vez en todas estas respuestas estaríamos de acuerdo creyentes y no creyentes. Pero ¿Qué es lo que nosotros como cristianos queremos que la gente haga con nosotros?

En primer lugar queremos que nos escuchen. Queremos que nos escuchen porque nosotros somos quienes estamos comisionados a anunciar el evangelio (Mt 28:20) y explicar la separación que tenemos con Dios, como la ley de Dios condena a los hombres y como ellos pueden encontrar salvación y gracia en Cristo. Romanos 10: 14-15

“Ahora bien, ¿Cómo invocaran aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique? ¿Y cómo predicaran sino son enviados? Como está escrito: ¡Cuan hermosa es la llegada de los que anuncian la paz, de los que anuncian las buenas nuevas!

El segundo lugar que nos vean.  Como cristianos queremos que nos vean que vivimos de forma coherente con el evangelio y que no somos solo palabras. Hay varias exhortaciones en donde se hace el llamado a manifestar estas buenas obras en su vida (Tito 2:4; 10; Heb 13:7) Por ejemplo es sorprendente lo que el Apóstol Pablo le decía esto a la iglesia en Corinto. 1 Corintios 11:1

“Imítenme a mí, así como yo imito a Cristo”

Aunque desearíamos que las personas escuchen y vean el evangelio en nosotros generalmente no nos van a escuchan ni ver vivir el evangelio porque nosotros pecamos y muchas veces en vez de ser sal y luz pareciera más bien que opacamos el evangelio con nuestras palabras y nuestras vidas. Solamente hay alguien que anuncio de forma perfecta el evangelio, que vivió de forma perfecta el evangelio y ese es Jesucristo. Por medio de él es que podemos encontrar perdón y reconciliación con Dios. 







[1] https://stoneandheen.com/authors#douglas-stone
[2] https://www.amazon.es/Conversaciones-dificiles-dialogar-realmente importa/dp/8425333512/ref=sr_1_2?keywords=CONVERSACIONES+DIFICILES&qid=1567310141&refinements=p_lbr_books_authors_browse-bin%3ADouglas+Stone&s=books&sr=1-2-catcorr
[3] Martin Llord Jones. El sermón del monte. Página 127.
[4] Michael J. Wilkins. Comentario bíblico con aplicación NVI. Página 306
[5] Michael J. Wilkins. Comentario bíblico con aplicación NVI. Página 306
[6] Michael J. Wilkins. Comentario bíblico con aplicación NVI. Página 306
[7] https://www.lavanguardia.com/sucesos/20190215/46446252344/andrei-chikatilo-carnicero-rostov-profesor-canibal-asesino-en-serie-union-sovietica-las-caras-del-mal.html
[8] John Macarthur. Comentario Macarthur del Nuevo testamento. Mateo. Página 561. 




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