Pensar el mundo a través de las Escrituras...

martes, 28 de abril de 2020

Conflictos frente a los incredulos 1 Corintios 6.1-6



Desde la caída del mundo en pecado es que han existido las contiendas, los conflictos y los pleitos entre todos los seres humanos y esto es porque dentro de nosotros habita el pecado y tratamos de hacer justicia o injusticia con nuestras propias manos. Desde el comienzo de la Biblia podemos ver ejemplos de esto cuando pensamos en que Dios tuvo que juzgar con el diluvio a la tierra debido a que ella estaba llena de violencia pecaminosa que surgía de las contiendas entre seres humanos (Gen 6:13) o tal vez recordemos cuando la hija de Jacob llamada Dina fue violada y sus hermanos se vengaron por eso asesinando a todos los hombres de esa ciudad (Gen 34)

Es por eso que en el Antiguo testamento fue instaurado por Dios jueces para juzgar las contiendas entre el pueblo de Israel para poder hacer justicia. Se instauraron jueces que investigaban el caso y testigos los cuales daban testimonio de la inocencia o culpabilidad de la persona que finalmente experimentaba el juicio o la liberación dependiendo del caso (Éxodo 18:13-27; Deuteronomio 16:18-20; 17:6-13) La tradición judía mantuvo esta postura incluso hasta prohibiéndole a los judíos acudir a los tribunales no judíos para resolver sus casos.[1] Pero por otro lado tenemos a una iglesia de cultura judía-gentil pero que en su mayoría era gentil y por tanto traía de trasfondo toda una práctica en donde los conflictos se resolvían en estos tribunales. La cultura grecorromana era conocida por llevar los pleitos a tribunales públicos en donde tenían todo un sistema diseñado para poder resolver estos conflictos. Lo primero que se hacía era tratar de resolver el problema entre ellos pero sino se lograba entonces cada uno escogía a una persona que lo representara y ambos escogían a un tercero que fuera imparcial para tratar de llegar a una solución. Si el problema persistía entonces acudían a un tribunal llamado los Cuarenta. En este tribunal se presentaba el caso a un árbitro que juzgaba el caso. Esta persona debía ser un ateniense de 70 años, Si aun así no se resolvía el caso entonces se llevaba a un jurado el cual finalmente decidía el caso[2]. Como puede verse el caso era totalmente público y como los cristianos estaban presentando estos casos a estos tribunales entonces la “nueva fe” estaba siendo totalmente ridiculizada por las personas que los veían.

Los santos van a juzgar todo 1 Corintios 6:1-3

La iglesia de Corinto se creía espiritualmente superior pero tenían un sin número de problemas que mostraban realmente su condición espiritual. Como hemos visto hasta ahora ellos tenían divisiones, pleitos, celos, arrogancia, orgullo, confianza en la sabiduría humana, partidismos (1 Cor 1-4) y ademas no podían ver como el pecado mismo estaba en la iglesia sin hacer nada al respecto (1 Cor 5:1-13) Pero a eso se añade que los pleitos que ellos tenían no solamente quedaban en la iglesia sino que se llevaban a los tribunales públicos en donde Pablo se mostraba sorprendido que ellos fueran tan poco sabios para resolverlo entre ellos. El problema era que un cristiano había defraudado a otro cristiano sobre algo material y para resolverlo habían acudido a un tribunal público que se situaba en el centro del mercado[3] (Hechos 18:12-17)

Ahora para ser claro al respecto esto no quiere decir que Pablo se opusiera a los tribunales públicos romanos que existían en la actualidad ya que Jesús mismo prometió que nos enfrentaríamos a eso por causa del evangelio (Mt 10:18) y el cómo Pablo tuvieron que estar en esos tribunales romanos (Mt 27:1-2; Hch 24:1) El problema para Pablo es que los Corintios se creyeran tan sabios pero a la vez fueran tan insensatos que no pudieran resolver sus problemas internamente como iglesias y tuvieran que recurrir a los tribunales públicos de los romanos donde se evidenciaba su propia incapacidad para resolver los problemas. La iglesia en Corinto se estaba comportando igual que los incrédulos los cuales cuando tenían un conflicto simplemente iban al tribunal público para resolver y donde no se siempre encontraban justicia pero estaban ignorando el proceso que la misma iglesia tiene para resolver los conflictos entre ellos (Mt 18:15-22)

Para que los Corintios se dieran cuenta de lo absurdo de su actitud les hace preguntas en los versículos 2 y 3 para pudieran reflexionar al respecto. La primera pregunta es ¿Acaso no saben ustedes que los santos juzgaran el mundo? (RVC; LBLA) ¿Acaso no saben que los creyentes juzgaran el mundo? (NVI) ¿No se dan cuenta de que algún día nosotros, los creyentes, juzgaremos el mundo? (NTV)

Una de las cosas interesantes de estas preguntas que vendrán es que ya desde el principio ponen en evidencia que los Corintios creían saber algunas cosas pero en verdad no sabían nada por eso Pablo les pregunta dos veces ¿Acaso no saben? Ahora sabemos que el Señor cuando regrese va a juzgar el mundo (Jn 5:22; Hechos 17:31) pero también las Escrituras nos dicen que junto con el Señor nosotros vamos a participar en este juicio al mundo. Daniel 7:22; Mateo 19:28; Apocalipsis 2:26-27

“Hasta que vino el Anciano entrado en años y dicto sentencia en favor de los santos del Altísimo; y llegado el momento, los santos recibieron el reino”

“Jesús les dijo: De cierto les digo que cuando todo sea hecho nuevo y el Hijo del Hombre ocupe el trono de su gloria, también ustedes, los que me han seguido. Ocuparan doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel”

“Al que salga vencedor y cumpla hasta el final con lo que yo mando le daré autoridad sobre las naciones, la misma que he recibido de mi Padre. Y gobernara las naciones con el cetro de hierro, y las despedazara como a un vaso de alfarero”

Lo que Pablo está afirmando es lo que las Escrituras nos dicen respecto a que nosotros vamos a participar con Cristo sobre el juicio del mundo por tanto si vamos participar de este juicio de todo el mundo ¿Cómo es posible que no puedan juzgar adecuadamente las cosas pequeñas de esta vida? Pablo hace un razonamiento de mayor a menor, si vamos a participar en un juicio tan impresionante como el del juicio del mundo ¿Entonces como no podemos estar capacitados para juzgar conflictos entre hermanos de la iglesia?

La segunda pregunta que está en verso 3 es: ¿No saben ustedes que nosotros juzgaremos a los ángeles? (RVC; LBLA) ¿No saben que aun a los ángeles los juzgaremos? (NVI) ¿No se dan cuenta de que juzgaremos a los ángeles? (NTV)

Esta afirmación de Pablo no parece tener ninguna evidencia directa en las Escrituras pero se puede deducir a través de otros pasajes que como cristianos vamos a participar de este juicio a los ángeles. Lo primero que debemos recordar es que los ángeles caídos serán juzgados. 2 Pedro 2:4. Judas 6

“Es un hecho que Dios no perdono a los ángeles que pecaron, sino que los arrojo al infierno y los lanzo a oscuras prisiones, donde se les vigila para llevarlos a juicio”

“Incluso a los ángeles que no cuidaron su dignidad, sino que abandonaron su propia mansión, los ha retenido para siempre en prisiones oscuras, para el juicio del gran día”

En estos pasajes vemos que la Escritura nos habla de los ángeles caídos que serán juzgados por Dios. Lo segundo es que los ángeles actúan para servir a los hombres. Si uno analiza la historia de la salvación viendo la participación de los ángeles vera como ellos ministraron a Abraham (Gen 18) Jacob (Gen 32) Moisés (Exo 3) Daniel (Dan 10:12-14) María (Lc 1) Jesús (Mt 4) Pablo (Hch 27:23) Pedro (Hch 12:6-8), Juan (Apo 22:8) El libro de Hebreos resume su trabajo Hebreos 1:14

“¿Y acaso no son todos ellos espíritus ministradores, enviados para servir a quienes serán herederos de la salvación?

La Biblia nos dice que los hombres somos “un poco menor que los ángeles” (Sal 8:5) ¿Entonces cómo vamos a juzgarlos a ellos? La respuesta se puede dar diciendo que vamos a juzgar solamente a los ángeles caídos o que vamos a juzgar a todos los ángeles en base de que tenemos autoridad en Cristo y por tanto será superior a la de los ángeles. Pero cualquiera sea la respuesta sabemos que vamos a juzgar a estos seres lo cual debe hacer que pensemos lo increíble que es que participemos en estas cosas santas. La lógica de Pablo es mayor a menor así que les dice si van a participar de este sublime juicio ¿Cómo no pueden resolver de los conflictos que hay entre ustedes en esta iglesia? ¿Si van a juzgar a los ángeles como no van poder resolver un conflicto entre seres humanos? De estos versículos podemos extraer una enseñanza bastante clara y practica que el Apóstol Pablo nos está diciendo.

Debemos juzgar las cosas de adentro de la iglesia. Pablo había terminado su exposición del capítulo anterior haciendo una comparación entre juzgar a los de afuera y a los de adentro. Por tanto es evidente que nos llama juzgar lo de adentro de la iglesia (1 Cor 5:12) Es cierto que hay un tipo de juicio que Jesucristo condena y es el juicio hipócrita y superficial basado en la apariencia como lo hacían los fariseos (Mt 7:1-6) Pero eso no significa que no debemos juzgar las cosas a la luz de la palabra de Dios. Como cristianos estamos llamados a “juzgar” las cosas, o sea a “determinar si el comportamiento de alguien es contrario a la ley[4].” En otras palabras debemos determinar si las enseñanzas o acciones de las personas que se dicen ser cristianas son conforme a la que la Escritura dice. Observemos las veces que las Escrituras nos llaman a hacer eso. En primer lugar debemos juzgar si las enseñanzas a las que nos exponemos están basadas en las Escrituras. Hechos 17:10-11; 1 Corintios 14:29

“Esa misma noche, los hermanos enviaron a Pablo y Silas hasta Berea. Y cuando estos llegaron allá, entraron en la sinagoga de los judíos. Estos eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra con mucha atención y todos los días examinaban las Escrituras para ver si era cierto lo que se les anunciaba”

“De la misma manera, que hablen dos y hasta tres profetas, y que los demás juzguen lo dicho”

Esto quiere decir que si escucho una enseñanza por internet, leo un libro antiguo o actual, o escuchan mis sermones deben ser examinados por las Escrituras. Es una obligación que todos tenemos delante de Dios. La única manera de poder ver si hay falsos maestros entre nosotros es hacer este ejercicio de juzgar lo que se nos enseña. En segundo lugar debemos juzgar la forma de vivir de nuestros hermanos si es o no conforme a las Escrituras. 1 Tesalonicenses 5:11 Hebreos 10:25

“Por lo tanto, anímense y edifíquense unos a otros, como en efecto ya lo hacen”

“No dejemos de congregarnos, como es la costumbre de algunos, sino animémonos unos a otros; y con más razón ahora que vemos que aquel día se acerca”

Esto no significa que debemos estar buscando en cada detalle de nuestros hermanos para encontrar alguna falta sino que buscamos animarnos mutuamente en la fe en los momentos de dificultad y ademas si alguno de nosotros peca estamos allí para decirles en amor que debe arrepentirse. Nuestra actitud debe ser la humildad, la mansedumbre y la misericordia pero a la vez la firmeza contra el pecado de mi hermano. En tercer lugar debemos juzgar la forma de vivir de aquellos que aspiran ser ancianos o diáconos de la iglesia. 1 Timoteo 3:1-2, 8

“Esta es la palabra fiel: Si alguno anhela ser obispo, desea una buena obra. Pero es necesario que el obispo sea irreprensible y que tenga una sola esposa; que sea sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar”

“De igual manera, los diáconos deben ser honestos y sin doblez, no demasiado afectos al vino ni codiciosos de ganancias deshonestas”

Para que alguien llegue a ser ordenado oficial de la iglesia debe ser analizado por mucho cuidado por los miembros de la iglesia para poder ver si realmente esta persona tiene los requisitos que las Escrituras señalan. Por tanto los miembros de la iglesia deben juzgar la vida de la persona que aspira a ser anciano o diacono. Como cristianos estamos llamados a examinarlo todo. 1 Tesalonicenses 5:21

“Examínenlo todo; retengan lo bueno”

En la actualidad tenemos dos tendencias dentro de la iglesia. Por un lado el juicio superficial e hipócrita que los mismos fariseos tenían. Es esa clase de hermanos que pecan porque dicen “Yo digo la verdad siempre” y simplemente dice las cosas sin sabiduría y termina dañando a los demás. O sea clase de hermanos que pecan especulando sobre los demás y haciendo juicios sin ninguna evidencia que respalde sus conclusiones y finalmente se terminan en murmuraciones. Por el otro lado tenemos a esos hermanos que tienden a decir “si veo algo raro solo voy a orar al Señor pero no juzgare a nadie” y termina haciendo el mismo daño que el lado opuesto que hace juicios pecaminosos porque finalmente está dañando a la iglesia de Dios. El juzgar de forma bíblica es hacerlo con humildad, mansedumbre y temor delante del Señor. ¿Estamos como cristianos ejercitando el juicio que el Señor nos llama hacer? ¿Hacemos el trabajo de analizar cada enseñanza a la cual somos expuestos o perezosamente solo recibimos el alimento? ¿Estamos preocupados por animar y cuidar a nuestros hermanos o simplemente nos preocupamos egoístamente de nuestras “cosas”? ¿Estamos preocupados por quienes aspiran a ser ancianos y diáconos de la iglesia para que sean conforme a la Biblia o no nos preocupamos por eso?

No hay santos capacitados ni sabios para juzgar 1 Corintios 6:4-6

Pablo sigue en estos versículos confrontando a los Corintios por medio de preguntas para que reflexionen en su forma de actuar. Pablo les dice que si hacen juicios en la iglesia porque ponen a personas tan pocas capacitadas para ese trabajo. El verso 4 es un verso difícil que entre los comentaristas existen diferentes opiniones a lo que se refiere por tanto existen 3 posibles interpretaciones[5]. La discusión tiene que ver con que significa la frase “gente de poca estima” (RVC)

La primera es la que interpreta la gente poca estima con personas gentiles, o sea personas no creyentes que fueron puestos como juez en la iglesia de Corinto. Esta postura la sigue la Biblia NTV cuando traduce esta frase “¿Por qué acuden a jueces que son de afuera y son respetados por la iglesia?” (NTV)

La segunda es la que interpreta la gente de poca estima como la gente pobre, de poca reputación o capacitad para manejar los asuntos de la iglesia.

La tercera es la que interpreta la gente de poca estima como una ironía del apóstol Pablo para mostrarle con eso lo poco sabio que realmente eran ellos como iglesia.

Todas las posturas tienen objeciones que se pueden hacer pero yo sigo la interpretación que cree que se está refiriendo a la segunda postura, o sea que ellos habían elegido a personas de poca reputación o capacidad (no necesariamente pobre) para actuar como jueces en los conflictos que habían y habían demostrado que no eran personas sabias. Creo que esto corresponde con las traducciones que hace mi versión bíblica como la NVI Y LBLA.

“¿Cómo entonces ponen como jueces a gente de poca estima en la iglesia? (RVC) ¿Cómo es que nombran como jueces a lo que no cuenta para nada en la iglesia? (NVI) ¿Por qué ponéis por jueces a los que nada son en la iglesia? (LBLA)

Entonces Pablo les estaría diciendo que ya que ellos se creen capaces de juzgar las cosas que pasan entre ellos ¿Cómo es que ponen a los menos capacitados para juzgar las cosas? ¿Cómo es que escogen a los de menor reputación para juzgar las cosas? ¡Eso demuestra que ustedes no son capaces para nada!

En el verso 5 les dice algo directamente para avergonzarlos como iglesia. Recordemos que Pablo en otras ocasiones les decía algunas cosas para no avergonzarlos (1 Cor 4:14) pero en esta ocasión y en otras ocasiones (1 Cor 15:34) si lo hace para avergonzarlos.

¿Acaso no hay entre ustedes siquiera uno que sea sabio y que pueda servir de juez entre los hermanos? (RVC) ¿Acaso no hay entre ustedes nadie lo bastante sabio como para juzgar un pleito entre creyentes? (NVI) ¿Acaso no hay entre vosotros algún sabio que pueda juzgar entre sus hermanos? (LBLA) “¿No hay nadie en toda la iglesia con suficiente sabiduría para decidir sobre esos temas? (NTV)

Esto era realmente vergonzoso para la iglesia de Corinto porque ellos mismos habían dejado claro que ellos eran una iglesia que tenía la suficiente sabiduría y se podría jactar de ese conocimiento y sabiduría que poseían. Pero en realidad eran tan ciegos que no podían ver su falta de sabiduría. Esto era tan vergonzoso e indignante que Pablo dice en el versículo 6 que no solo hay conflicto entre ellos lo cual ya es pecaminoso sino que ademas lo hacen frente a los incrédulos. Esto produce tropiezos para las personas y burlas al evangelio. 1 Corintios 10:32; 1 Timoteo 6:1

“No sean motivo de tropiezo para los judíos ni para los no judíos, ni para la iglesia de Dios”
“Todos los que están sujetos a esclavitud, consideren a sus amos dignos de todo honor, para que no sea blasfemado el nombre de Dios ni la doctrina”

Entonces lo que Pablo pregunta es ¿Dónde entonces esta la supuesta sabiduría que tienen? ¿Dónde están los hermanos capacitados para juzgar? ¿Dónde están los hermanos sabios para ayudar en los conflictos que existen? Lo que estas preguntas habían demostrado a los Corintios y también nos enseña a nosotros es que no podemos simplemente afirmar que tenemos sabiduría sino que necesitamos la sabiduría de Dios para juzgar todas las cosas.

El problemas es que los Corintios habían confiado no en el evangelio sino en las filosofías retoricas de la época y no en la sabiduría de la cruz (1 Cor 1:18-31) Es por eso que no podrían resolver los problemas de manera adecuada porque en verdad no estaban buscando la sabiduría en Dios. Las Escrituras nos dicen reiteramente que la sabiduría está en Dios. Proverbios 1:7; Colosenses 2:3

“El principio de la sabiduría es el temor al Señor; los necios desprecian la sabiduría y la enseñanza”

“En quien se hallan escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento”

Como cristianos sabemos que necesitamos buscar la sabiduría divina que no es algo natural en nosotros. Me imagino que todos nos asombramos cuando hombres y mujeres de Dios dan respuestas muy sabias a preguntas que a nosotros nos parecen muy complicadas. Eso no es porque ellos sean sabios en sí mismos sino porque se han dedicado a buscar esa sabiduría con todo el corazón. Es por eso que el Apóstol Santiago nos dice que busquemos sabiduría. Santiago 1:5

“Si alguno de ustedes requiere sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios se la da a todos en abundancia y sin hacer ningún reproche”

Nunca me ha dejado de asombrar el cómo Salomón solicito esa sabiduría y Dios le respondió inmediatamente dándoles sabiduría para resolver un caso que parecía imposible de resolver (1 Rey 3:16-28) Y eso es lo que en ocasiones puede pasar. Por ejemplo he conocido durante mi vida personas que enseñan la Biblia muy bien y se muestran muy correctas al principio pero cuando vamos llegando al corazón de su vida me encuentro con que hay una separación total entre lo que predica y lo que vive. ¡Para llegar a algo así se requiere discernimiento! O en otras ocasiones algún hermano me ha exhortado en alguna práctica pecaminosa que llevo a cabo o yo he tenido que confrontar a un hermano con pecado y para eso necesitado sabiduría de Dios para hacerlo con firmeza y gracia a la vez. Gálatas 6:1

“Hermanos, si alguno es sorprendido en alguna falta, ustedes, que son espirituales, restáurenlo con espíritu de mansedumbre. Piensa en ti mismo, no sea que también tú seas tentado”

Una vez estuve involucrado en un conflicto entre dos hermanos piadosos y tuve que orar por bastante sabiduría a Dios para poder ver quien realmente está mintiendo. También he conocido a muchos hermanos que aspiran a ser ancianos o diáconos pero que al ir acercándose a su vida vamos viendo que tienes varios problemas como que no hay devoción diaria, no hay guía familiar, o no hay capacidad de enseñar. Para poder ver todas esas cosas se necesita la sabiduría de Dios y para encontrar esa sabiduría de Dios debemos pedirla fervientemente en oración y debemos buscarla fervientemente en el estudio de su palabra. En el Antiguo testamento cuando se buscaba jueces se buscaba a hombres sabios para juzgar (Exo 18:21-22; 2 Cro 19:5) y ciertamente todos aspiramos a que existan hombres así en nuestras iglesias pero debemos tener claro que hay uno solo completamente sabio, completamente competente para juzgar, completamente confiable en sus palabras y ese es Jesucristo.




[1] William Hendriksen. 1 Corintios. Página 160.
[2] William Barclay. 1 Corintios. Página 23.
[3] Gordon Fee. La primera epistola a los Corintios. Página 203.
[4] https://dle.rae.es/juzgar
[5] Gordon Fee. La primera epístola a los Corintios. Página 209. Gary Shogren. 1 Corintios. Página 153

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lunes, 20 de abril de 2020

Corrigiendo de un malentendido 1 Corintios 5:9-13



El tener un malentendido es algo que es muy cotidiano en nuestra vida. Imagino que al igual que yo muchas veces hemos tenido malentendidos con personas con las cuales hemos necesitado aclarar algunas cosas. Cuando interactuamos con las personas hay múltiples factores que pueden llevar a las personas a malinterpretarnos o nosotros malinterpretar lo que las personas nos responden. Por ejemplo en ocasiones he estado hablando sobre algún diverso tema y como yo tengo problemas con articular correctamente (conocido como modular popularmente) a veces hay frases o ideas que yo he dicho que a veces pueden entenderse mal. Una vez hablando de algo me habían entendido que yo había dicho un garabato mientras hablaba y recuerdo que todos me miran porque pensaron que yo estaba diciendo algo así.

En otras ocasiones enseñando la Biblia también ha pasado que me han malinterpretado como una vez cuando enseñaba que el rol de la mujer era someterse a su marido y pensaban que con esto yo estaba afirmando la violencia intrafamiliar a las mujeres o cuando una vez aconseje que se debía disciplinar a los hijos con vara entonces con esto estaba enseñando que este era la única manera de disciplinar a los hijos. Estos malentendidos que he enfrentado han sido porque no he hablado con claridad o no he explicado alguna idea con claridad considerando todo el contexto. Pero esto es bueno porque te ayuda a entender la importancia de ser preciso al respecto.

Ahora si estos malentendidos se dan en forma oral imaginémonos cuando más se pueden dar de forma escrita. De manera escrita un acento, una coma, una vocal o silaba pueden cambiar todo el sentido de lo que uno ha querido transmitir de forma original. Y es por eso que es importante fijarse en todo eso cuando nosotros escribimos algún documento formal en nuestro trabajo o entregamos algún trabajo en la universidad o escuela. Pablo en esta ocasión en estos versículos quiere corregir un mal entendido que los hermanos de Corinto había asumido sobre algunas de las enseñanzas que el había dado. Ahora recordemos que el contexto de estos versículos está entre las enseñanzas de la disciplina de la iglesia. Pablo había confrontado a la iglesia su actitud pasiva respecto a la inmoralidad sexual que estaban permitiendo en la iglesia sin ningún cuestionamiento. Por tanto el llama a actuar contra ese pecado lamentándose y expulsando a la persona por el bien de la iglesia y de el (1 Cor 5:1-5) Además hace un ilustración usando la fiesta de los panes sin levadura como la pascua para mostrarnos lo que produce una vieja levadura (pecado) en la nueva masa (iglesia) (1 Cor 5:6-8) y ahora en estos versos va a aclarar este mal entendido entre los hermanos.

Aclarando lo que dijo en la carta anterior 1 Corintios 5:9-10

Pablo comienza afirmando que por carta ya les había dicho no relacionarse con personas libertinas.

“Por carta ya les había dicho que no se junten con esos libertinos” (RVC) “con personas inmorales” (NVI) “no anduvieran en compañía de personas inmorales” (LBLA) “Que no se relacionaran con personas que se entregan al pecado sexual” (NTV)

Ante este versículo podemos hacer dos preguntas. ¿A qué carta se refiere Pablo? ¿A qué se refiere Pablo con no relacionarme con libertinos? La primera pregunta sobre la carta tiene dos posturas entre los comentaristas bíblicos. Los primeros afirman que Pablo se está refiriendo a lo que él ha escrito anteriormente en esta carta o en sus enseñanzas anteriores[1] y los segundos afirman que se trata de una carta perdida de la cual no tenemos conocimiento[2]. Yo creo que se trata de una carta perdida a la cual no quedo registrada en el Nuevo testamento. Esto por supuesto no es algo nuevo ya que en el Nuevo testamento no tenemos todo lo que Jesús o los apóstoles enseñaron o hablaron. Juan 21:25; 2 Cor 2:4; 10:10

“Jesús también hizo muchas otras cosas, las cuales, si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amen”

“Era tanto el dolor y la angustia de mi corazón que, al escribirles, lo hice con muchas lágrimas. Pero no lo hice apara entristecerlos, sino para que comprendieran el gran amor que les tengo”

“Hay quienes dicen que en mis cartas son duras y fuertes, pero que mi presencia física débil y que mis palabras no valen nada”

Pero con lo que tenemos ya tenemos lo suficiente para nuestra salvación. 2 Timoteo 3:16-17

“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”

Es probable que el contenido de la carta que Pablo había enviado tuviera respuestas a otros problemas que Pablo resuelve en 1 Corintios 8-9.

La segunda pregunta ¿a qué se refiere Pablo con no relacionarme con libertinos? Trataba de responder al problema de relacionarse con las personas de Corinto. Sabemos que la ciudad de Corinto era una ciudad promiscua sexualmente y religiosamente practicaba ritos sexuales para adorar a sus dioses. Y lo que Pablo había escrito había sido interpretado por los Corintios como ¿Entonces no se me puedo relacionar con las personas cuando voy al mercado? ¿Entonces no me puedo relacionar con las personas cuando trabajo? ¿Entonces no me puedo relacionar con las personas de mi familia que no son cristianos? Esto parecía ser una locura. Pero Pablo se propone a corregir ese malentendido que ellos había deducido de la primera carta que Pablo había enviado explicándoles en el versículo 10 a lo que se refería.

“Y no me refiero a que se aparten del todo de los libertinos mundanos” (RVC) “Por supuesto, no me refería a la gente inmoral de este mundo” (NVI) “No me refería a la gente inmoral de este mundo” (LBLA) “Pero no me refería a los incrédulos que se entregan al pecado sexual”

Pablo quiere aclarar que cuando envió su carta y les dijo que no se juntaran con pecadores no se refería a las personas que viven en pecado y no conocen a Jesucristo. Entre ellos se encuentra los avaros el cual es la persona que tiene un afán desmedido de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas.[3] Jesús condeno esta actitud pecaminosa que busca acumular riquezas sin sentido en Lucas 12:15

“También les dijo: Manténganse atentos y cuídense de toda avaricia, porque la vida del hombre no depende de los muchos bienes que posea”

También se refiere se a los ladrones los cuales toman o quitan algo ajeno con o sin violencia.[4] Y de los cuales Pablo también llamo al arrepentimiento en Efesios 4:28

“El que antes robaba, que no vuelva a robar; al contrario, que trabaje y use sus manos para el bien, a fin de que pueda compartir algo con quien tenga alguna necesidad”

Y finalmente hay una alusión a la idolatría. La idolatría es la adoración que se le da a un ídolo. El amor excesivo que se da a algo o alguien.[5] Las prácticas de la ciudad de Corinto eran muy idolátrica, se idolatraba a dioses paganos, al sexo, al dinero, al poder, etc. Por tanto lo que Pablo quiere afirmar aquí es que él no está pidiendo que no se junten con ninguna de estas personas pues si fuera “así tendrían que salirse de este mundo” (RVC; NVI; LBLA) “Uno tendría que salirse de este mundo para evitar gente como esta” (NTV) Desde los comienzos del cristianismo han existido personas que han interpretado las alusiones a separarse del mundo a separarse de las personas del mundo como los monasterios o los cristianos con un tono de superioridad que nos llaman a no juntarnos con personas del mundo. El problema con esa posición es que Jesús mismo fue acusado de hacer lo contrario y los apóstoles también se relacionaron en todo momento con “pecadores” para predicar el evangelio. Mateo 9:11; Hechos 11:2-3

“Cuando los fariseos vieron esto, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come su maestro con cobradores de impuestos y con pecadores?

“Así que cuando Pedro subió a Jerusalén, los que practicaban la circuncisión comenzaron a discutir con él. Le dijeron: ¿Por qué entraste en la casa de gente no judía, y comiste allí?

Las relaciones al principio del cristianismo no iban a ser fácil porque el judaísmo tenía la idea de no asociarse con los pecadores como los cobradores de impuestos, prostitutas o gentiles. Todo esto cambio con Cristo y los apóstoles que siguieron las mismas pisadas. La enseñanza de Jesucristo sobre esto se resume de forma clara y simple en su oración sacerdotal en donde ora por sus discípulos. Juan 17: 15

“No ruego que los quites del mundo, sino que los protejas del mal”

Así que ante clara enseñanza de nuestro Señor y el ejemplo de los apóstoles podemos extraer las siguientes enseñanzas de estos versículos. En primer lugar, las relaciones con todo ser humano son fundamentales porque han sido creados a imagen de Dios. Todos nacemos dentro de una familia en donde tenemos nuestras primeras relaciones significativas con nuestros padres, hermanos o tíos. Y como cristianos sabemos que esas relaciones son importantes porque son todos ellos han sido creados a imagen y semejanza de Dios aunque no lo acepten. Es por eso que cada persona tiene dignidad y merece nuestro respeto y cuando una persona es asesinada es un ataque directo a la imagen de Dios (Gen 9:5-6) Todo el ministerio de Jesucristo está basado en relaciones con su familia (Luc 2:41-52) con sus discípulos (Luc 6:12-16) con aquellos a quienes le predicaba (Luc 19; Juan 3; 4;) Nosotros vamos a conocer personas que no van a creer en el cristianismo y nos vamos a relacionar con ellas en los estudios, trabajo, barrio. ¿Acaso no podríamos crear una amistad con ella?  A veces ha existido la tendencia a creer que solamente debemos relacionarnos con aquellos que aceptan el evangelio pero la verdad es que Cristo nos enseña que se relacionó con todos incluyendo a quienes lo rechazaron.

En segundo lugar, las relaciones con todo ser humano son fundamentales para mostrar el amor de Dios de forma práctica. Una de las cosas asombrosas del ministerio de Jesús es que el mostro misericordia con todos. Incluso a aquellos que lo buscaron por comida (Jn 6:26) por un milagro sin agradecer (Luc 17:11-19) o incluso aquellos que lo siguieron pero finalmente lo rechazaron (Jn 19:6). Sin embargo aunque todas practicas muestran el rechazo al evangelio Jesús nos enseñó a amar a nuestro prójimo (Luc 10:25-37) e incluso a nuestros enemigos (Mt 5:38-48) Nuestra relaciones están basadas en que creemos que al ser todo ser humano creado a imagen de Dios todo ser humano se le debe mostrar la misericordia que Dios ha mostrado con nosotros. Las primeras escuelas, hospitales, universidades u orfanatos no nacieron solo para ayudar a los cristianos sino a la sociedad en general. Cristianos que creyeron que era importante mostrar el amor de Dios de forma práctica en distintas ocasiones de la historia como ahora mismo lo están haciendo médicos frente a la pandemia.

En tercer lugar, las relaciones son fundamentales para predicar el evangelio. Alister Mcgrath y Michael Green escribieron un libro llamado “Como llegar a ellos” en donde relatan de una amiga que le dijo que ella no evangelizaba porque estaba segura que lo haría mal pero que sin embargo ella era muy buena en lo relacional y tenía muchos amigos[6]. Este es el tipo de personas que dice “No se evangelizar solo se hacer amigos” ¡Pues excelente manera de evangelizar! Una de las características de las personas que tienen muchos amigos es que podrán hablarle de su fe a muchos de sus amigos. El sociólogo Rodney Stark en su libro “La expansión del Cristianismo” revela que una de las formas en que el cristianismo se expandió rápidamente fue por medio de las relaciones[7]. Todos tenemos amigos de la educación básica, media o universitario o amigos del Barrio con los cuales crecimos y entre los cuales seremos invitados a participar con ellos en alguna junta de curso o del trabajo donde aparecerán innumerables ocasiones para predicar el evangelio. ¿Ves la importancia de relacionarte con ellos para predicarles el evangelio? Es obvio que Jesús y los apóstoles se relacionaron con ellos sin vivir como ellos y es lo mismo que nosotros hacemos cuando predicamos el evangelio. Ese es el real desafío, que ellos vean que hablamos tan en serio sobre el evangelio que jamás vamos a ceder de ningún tipo de práctica pecaminosa que con la cual ellos viven.

Apartándose de los falsos cristianos 1 Corintios 5:11

Después que Pablo se dedica a aclarar ese malentendido ahora se va a dedicar a explicar que es lo que realmente quiso decir en la carta que previamente había enviado. Lo que Pablo quiso decir que no deberían juntarse con aquellos que se dicen hermanos pero a la vez viven abiertamente en pecado.

“No se junten con los que se dicen hermanos, pero son libertinos, avaros, idolatras, insolentes, borrachos y ladrones” (RVC)  “que no deben relacionarse con nadie que, llamándose hermano, sea inmoral o avaro, idolatra, calumniador, borracho o estafador” (NVI) “que no anduvierais en compañía de ninguno que llamándose hermano, es un inmoral, o avaro, o idolatra, o difamador, o borracho, o estafador” (LBLA) “No se relacionen con ninguno que afirma ser creyente y aun así se entrega al pecado sexual o es avaro o rinde culto a ídolos o insulta o es borracho o estafador”

Pablo ya había nombrado algunos pecados como el pecado sexual, la avaricia, el robo y la idolatría. Pero ahora incluye otros como el insolente (calumniador, difamador, insulta) y borracho. Es seguro que dentro de la iglesia de Corinto había personas que practicaban una forma de hablar pecaminosa como borrachos que eran conocidos por su lamentable situación. Lo que Pablo estaba diciendo es que habían personas que afirmaban ser cristiano al mismo tiempo que seguían practicando sus pecados de forma pública y sin ninguna vergüenza. Pablo añade que “ni siquiera coman con ellos” (RVC) “ni siquiera deben juntarse a comer” (NVI) “con ese ni siquiera comáis” (LBLA) “ni siquiera coman con esa gente” (NTV)

El comer en el mundo antiguo era una señal de una profunda y cercanía amistad y por tanto a quien tu invitaras a comer significa que estabas de acuerdo con esa persona en ese estilo de vida. Por tanto una persona que se dice cristiana y esta abiertamente en pecado no podía participar de las comidas comunitarias que la iglesia primitiva hacía en las cuales también se practicaba la cena del Señor (1 Cor 11:20-22) Una persona así ha perdido la intimidad de la relación entre los creyentes. De igual manera alguien así no debería ser permitido tener una relación íntima con los creyentes hasta que se arrepienta. Es por eso mismo que Jesucristo fue tan cuestionado cuando comía con los pecadores de la época. Los apóstoles habían enseñado en otras ocasiones el apartarse de aquel que dice ser hermano pero vive en pecado. 2 Tesalonicenses 3:14; 2 Juan 10-11

“Si alguien no obedece a lo que en esta carta decimos, señálenlo y no se junten con él, para que se avergüence”

“Si alguno se les acerca y no trae esta doctrina, no lo reciban en su casa, y ni siquiera le deseen que tengan paz. Porque quien le desea la paz participa de sus malas obras”

Cuando comenzó el cristianismo la hospitalidad era muy importante ya que no había lugares aparte de casas donde quedarse por tanto sino tenía un lugar donde quedarme podría morir en la calle. Cuando los predicadores iban por las ciudades ellos iban predicando el evangelio y dependían de la hospitalidad de los hermanos. Es por eso que Juan está diciendo que si alguien se dice ser un predicador del evangelio pero no afirma la encarnación de Cristo y quiere ser recibido en su hogar para seguir diseminando falsa doctrina no lo acepten en su casa. Aquí no estamos hablando de alguien que está en la calle y necesita ayuda porque se esté muriendo sino de personas que intencionalmente iban a ciudad para predicar y dependían de la hospitalidad de los demás. La Escritura no dice que no podemos aceptar a personas así en nuestra casa sino estaríamos apoyando sus “malas obras”. Para ponerlo en términos más contemporáneos yo no podría darles hospitalidad a falsos pastores como el pastor Cid en mi casa[8].

Estos mandatos de Pablo debemos considerarlo en su contexto de disciplina eclesiástica donde nos dijo que debemos expulsar a la persona que practica inmoralidad sexual (1 Cor 5:1-5) a eso debemos añadir que no debemos juntarnos con el como si nada hubiera pasado sino que debemos exhortarlo a arrepentirse y volver al Señor. Algunos podrían preguntar ¿Eso significa que nunca lo salude en la calle? ¿Significa que nunca debo hablar con él en ninguna circunstancia? No, significa que no debes relacionarte con él o ella intencionalmente sin tener una conversación franca sobre su pecado. Puedes ser que lo veas en la calle, que encuentren en alguna situación social, que incluso vaya a tu casa pero no será simplemente para tener un tiempo en “comunión” juntos, sino será para decirle que necesita arrepentirse de su pecado y abandonarlo si dice ser cristiano. Para algunos estos suena bastante “duro” pero pensemos lo que esta persona hace llamándose cristiano y a la vez viviendo en pecado. ¿Cómo te sientes cuando un pastor que dice ser representante de Dios avergüenza el evangelio en televisión? ¿Cómo te sientes cuando una persona que dice ser cristiana apoya el aborto y la homosexualidad como algo normal y que a Dios no le importa ese pecado? ¿Cómo te sientes cuando personas blasfeman contra Cristo frente a ti y de burlan de el? ¿Cuál es la diferencia de eso con una persona que se dice cristiana pero vive abiertamente en pecado? ¿Respaldarías a una persona así? Las Escrituras nos mandan a morir a nuestros pecados. Colosenses 3:5

“Por lo tanto hagan morir en ustedes todo lo que sea terrenal: inmoralidad sexual, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia. Esto es idolatría”

El juicio de afuera y el juicio de adentro 1 Corintios 5:12-13

Finalmente el apóstol Pablo termina esta sección haciendo una comparación entre el juicio que se debe realizar a los de “afuera” como a los de “adentro”. En primer lugar nos habla de los de “afuera” y nos dice que “a los de afuera ya Dios los juzgara” (RVC) “Dios juzgara a los de afuera” (NVI) “Dios juzga a los que están afuera” (LBLA; NTV) Con esto Pablo nos quiere decir que en el mundo hay fornicarios, idolatras, adúlteros, homosexuales, ladrones, avaros, borrachos, estafadores que finalmente Dios va a juzgarlos a ellos cuando llegue el momento del gran juicio delante del Señor. Apocalipsis 20:11-15

“Vi también un gran trono blanco, y al que estaba sentado en el. De su presencia huyeron la tierra y el cielo, y no se volvió a hallar su lugar. Vi entonces de pie, ante Dios, a los muertos, grandes y pequeños. Unos libros fueron abiertos, y después otro más, que es el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados conforme sus obras y conforme a lo que estaba en los libros. El mar entrego los muertos que yacían en él; también la muerte y el Hades entregaron a los muertos que yacían con ellos, y cada uno fue juzgado conforme a sus obras. Luego la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Todos los que no tenían su nombre registrado en el libro de la vida fueron lanzados al lago de fuego”

Lo que nosotros como cristianos debemos hacer es predicar el evangelio a todas las personas y orar por ellas pues finalmente Dios va a juzgar a todas las personas el día del juicio respecto a la respuesta que ellos den al evangelio. Incluso Jesús enseño a sus discípulos en la parábola del trigo y la cizaña que ambos crecen juntos y nosotros no debemos intentar de extraerlas sino que el mismo lo hará en su segunda venida (Mt 13:24-30) Con esto Jesús nos enseña que el cristianismo verdadero y bíblico crece al lado del falso y aparente cristianismo y que al final de la historia Dios va juzgar a cada una de las iglesias por sus creencias y prácticas.

En segundo lugar nos habla de los de adentro. Por los de afuera de la iglesia o por las personas del mundo lo que debemos hacer es predicar y orar por su salvación y Dios va a juzgarlas finalmente. Pero en cambio entre las personas de adentro de la iglesia, de la iglesia local o de la membresía no solo debemos predicarles y orar sino que además debemos juzgar sus actos a la luz de la palabra de Dios. Y en el contexto en el cual nos encontramos la persona que cometió este pecado debe ser juzgado a partir de las Escrituras. Pablo cita parte de un pasaje del antiguo testamento para hablar de la expulsión de esta persona. Deuteronomio 17:7

“Los primeros en levantar la mano contra el condenado a muerte serán los testigos; después de ellos levantara la mano todo el pueblo. Así acabaras con el mal que haya en tu medio”

En el Antiguo testamento la expulsión de una persona en muchas ocasiones significaba la pena de muerte por apedreamiento y así se sacaba el “mal que hay en medio de ellos” (Deut 13:5; 21:21; 24:7) pero en el Nuevo testamento la expulsión tiene que por sacar a la persona de la comunión de los creyentes. Los Corintios tenían que haber sacado a ese “perverso de en medio de ellos” (RVC) “Expulsen al malvado de entre ustedes” (NVI; LBLA) “Quiten al malvado de entre ustedes” (NTV)

La iglesia de Corinto estaba tan orgullosa de sí misma que no podía ver el pecado delante de sus propios ojos. Podría hacer juicio sobre muchas cosas pero no podía ver lo más obvio que era el pecado en su propia iglesia. Ya que Pablo establece contrastes aquí nosotros también podemos establecerlos como enseñanza y aplicación de estos pasajes. En primer lugar, no te preocupes tanto del pecado de los demás sino preocúpate por tu propio corazón. Cuando una persona cae en pecado a veces tendemos a pensar ¿Cómo puedo hacer algo así? ¿Cómo es posible que pudiera pecar de esa manera? Pero mientras que debemos mantener la disciplina de la iglesia, cualquier caso que veamos de pecado como el que nos relata aquí las Escrituras debe llamarnos a examinar nuestro propio corazón. 1 Corintios 10:12

“Así que, el que crea estar firme tenga cuidado de no caer”

Después que la disciplina ha sido ejecutada en la iglesia deberíamos tener un tiempo en donde podamos analizar nuestros corazones en vez de fijarnos en el pecado de la persona expulsada. ¿Estoy viviendo de forma santa delante de Dios? ¿Estoy practicando estos mismos pecados en secreto? ¿Estoy buscando la presencia de Dios cada día?

En segundo lugar no te preocupes tanto por la crisis de la familia en el mundo sino preocúpate más por tu familia. Una de las cosas que hacemos constantemente es decir “la familia se está desmoronando” y apuntamos a todos los pecados que hay en el mundo. Y muchas veces lo hacemos con un tono de superioridad pero olvidamos que a los de afuera los va a juzgar Dios y nosotros debemos preocuparnos por nuestras familias. Por ejemplo ¿Cuántos hombres de aquí amamos a nuestra esposa como Cristo a la iglesia? ¿Cuántas esposas aquí se someten a sus maridos de corazón? ¿Cuántos de ustedes esta discipulado a sus hijos? ¿Cuántos de ustedes hacen adoración familiar cada día? Si nosotros no hacemos esto ¿Por qué criticamos tanto a los de afuera y no nos miramos a nosotros mismos?

En tercer lugar no te preocupes tanto por las iglesias falsas sino preocúpate por la condición de tu propia iglesia local.  Otra de las cosas que hacemos es mirar afuera y ver cuáles son las iglesias falsas o los falsos predicadores sin mirar nuestra propia iglesia local. Esto es lo que pasaje con los Corintios que están tan orgullosos y jactanciosos que no hacían lo que decían hacer en la iglesia local antes de criticar a todos los demás. 1 Pedro 4:17-18

“Ya es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si comienza primero por nosotros ¿Cómo será el fin de los que no obedecen al evangelio de Dios? Además: Si el justo con dificultad se salva, ¿en dónde quedaran el impío y el pecador?”

Nuestra primera preocupación debe vivir mi vida cristiana en la iglesia local ¿Estoy sirviendo en la iglesia local? ¿Estoy en oración y preocupación de mis hermanos? ¿Estoy cuidando sus vidas en confesión unos a otros? ¿Estoy poniendo todo mi ser en disposición de ella? Dejemos de preocuparnos por lo de afuera y preocupémonos por lo de adentro pues Cristo murió por su iglesia y debemos servir en su iglesia.  


[1] Gary Shoren. 1 de Corintios. Nota al pie de página 156 enumera autores que sostienen esta posición. Página 146.
[2] Gordon Fee. La primera epístola a los Corintios. Página 199.
[3] https://dle.rae.es/avaricia
[4] https://dle.rae.es/robar
[5] https://dle.rae.es/idolatr%C3%ADa
[6] Alister Mcgrath y Michael Green. ¿Cómo llegar a ellos? Página 27.
[7] Rodney Stark. La expansión del cristianismo. Página 30.
[8] https://www.24horas.cl/coronavirus/mi-dios-nunca-lo-permitiria-pastor-cid-dice-estar-seguro-que-no-contrajo-covid-19-tras-cultos-en-la-pintana-4099437

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