Hay una conocida frase del reformador Juan
Calvino el cual dice “Que el corazón humano es un fábrica de ídolos[1]”
con esta frase el reformador buscaba decir que corazón humano es una fuente
inagotable de donde proceden muchas idolatrías y que está constantemente
fabricando una y otra vez nuevos ídolos. Ninguna cultura se salva de la
idolatría que hay en nuestro corazón pues cada época tiene sus propios ídolos a
los cuales adorar y servir. Por ejemplo un teólogo dice que en nuestra cultura
posmoderna existen 4 ídolos[2]
1) El ídolo de la adolescencia
interminable. Este ídolo se destaca por su escaso interés de engendrar
algo, su eterna búsqueda por el placer y su escasa o nula responsabilidad ante
la vida. 2) El ídolo del mercado. La
mercalizacion de la vida humana reduciendo todo a ser un consumista. 3) El ídolo de la comunicación. El uso
de la comunicación como un reflejo de nuestra vanidad (redes sociales) para
encontrar validación. 4) El ídolo se la
secularización. Esta idea de que nuestra cultura no es religiosa y no adora
a nada cuando en realidad si adora cosas y necesita algo religioso a lo que
aferrarse.
Podemos estar de o no de acuerdo con el
análisis de este autor al decir que hay 4 ídolos pues fácilmente podríamos
pensar en más de 4 pero lo cierto es que eso refleja que aun nuestra cultura
que presume de ser “secular” y no adorar nada no puede evitar tener sus propios
ídolos a los cuales adora y sirve. Pablo en este capítulo 10 había comenzado
mostrando que aunque el pueblo de Dios había experimentado una liberación
asombrosa y un sustento asombroso por medio de Dios la mayoría de ellos no
entro a la tierra prometida por pecar contra Dios (1 Corintios 10:1-5) y luego
paso a mostrarnos los tipos que nos ilustraban como estos mismos pecados podían
practicarlo la misma iglesia en Corinto (1 Corintios 10:6-13) Aquí enumera 5
eventos de la historia de Israel que son cuando le reclaman a Moisés por no
tener comida (Num 11:4) cuando el pueblo construye el becerro de oro y come y
bebe delante de este ídolo (Exo 32:4-6) cuando el pueblo de Israel se
prostituyo teniendo sexo con las mujeres Moab y adorando a sus dioses (Num25:1-18)
cuando tentaron a Dios con sus quejas (Num 21:4-9) y cuando murmuraron con
Moisés y Dios siendo destruidos totalmente (Num 16:41-49 Rebelión de Core) Y
luego termina advirtiendo sobre el cuidado no creer esta firme pues podría caer
y que toda prueba que venga puede Dios siempre dará las fuerzas para
sobrellevarla.
Huyan de la
idolatría porque ustedes tienen comunión con Cristo 1 Corintios 10:14-18
Pablo comienza en este versículo 14 concluyendo su sección anterior con la palabra “Por tanto” (RVC; NVI; LBLA) y haciendo
una conexión con las diversas formas de idolatría que había descrito en los
varios acontecimientos del pueblo de Israel. Y luego con el tono pastoral que
caracteriza al apóstol (1 Cor 4:14) él les llama a huir de la idolatría como
anteriormente les había llamado a huir de la inmoralidad sexual. 1 Corintios
6:18; 2 Timoteo 2:22
“Huyan de
la inmoralidad sexual. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, ocurre fuera
del cuerpo, pero el que comete inmoralidad sexual peca contra su propio cuerpo”
“Huye
también de las pasiones juveniles y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz,
junto con aquellos que con un corazón limpio invocan al Señor”
Con este mandato Pablo les está diciendo que
no solo no se acerquen a los que ídolos paganos de los cuales como ciudad
estaban rodeados sino que cuando se encuentren en una situación donde se estén
cerca de ellos aléjense pues la idolatría es algo muy sutil y común en el
corazón de todos nosotros. En el versículo
15 Pablo les dice que él se está dirigiendo a personas sensatas (o sabias
LBLA) por tanto ellas deben saber juzgar y discernir estas cosas. En otras
ocasiones Pablo se había burlado de la “sabiduría” de los hermanos en Corinto (1
Cor 4:8) pero ahora les dice en realidad que si ellos son “sensatos” o “sabios”
sabrán juzgar estas cosas. Les está diciendo que ellos como cristianos deben
juzgar todas estas cosas con la “mente de Cristo” que ellos tienen (1 Cor 2:16)
Jesús dijo que debíamos juzgar justamente en Juan 7:24
“Sean
justos en sus juicios, y no juzguen según las apariencias”
El juzgar de forma bíblica y adecuada es muy
importante para poder discernir sobre los ídolos que puede haber en la
comunidad de Corinto y en los corazones de cada uno de los creyentes. El huir
de la idolatría y el juzgar correctamente es importante porque como cristianos
somos participantes del banquete espiritual que es la Cena del Señor y debemos
acércanos a ella entendiendo lo que ella significa. Pablo en el verso 16 nos muestra lo que ella
significa.
“La copa
de bendición por la cual damos gracias, ¿no es la comunión de la sangre de
Cristo? Y el pan que partimos, ¿No es la comunión del cuerpo de Cristo? (RVC)
“Esa copa de bendición por la cual damos gracias, ¿No significa que entramos en
comunión con la sangre de Cristo? Ese pan que partimos, ¿No significa que
entramos en comunión con el cuerpo de Cristo? (NVI) “La copa de bendición que
bendecimos ¿no es la participación en la sangre de Cristo? El pan que partimos,
¿no es la participación en el cuerpo de Cristo? (LBLA)
Pablo está aludiendo aquí a la cena del Señor
que fue instaurada por Cristo la noche antes de morir en los evangelios (Mt
26:26-28; Mc 14:22-24; Luc 22:19-22) y que fue práctica común entre las
iglesias cristianas (Hechos 2:42; 20:7) La cena del Señor tiene un trasfondo
judío relacionado con la comida pascual que los judíos practicaban para
recordar la liberación de la esclavitud de Egipto (Éxodo 12) Así que cuando
Pablo habla de la “copa de bendición por la cual damos gracias” se está
refiriendo a la tercera copa que el padre de familia levantaba en las comidas
pascuales y bendecía al Señor por toda la bendiciones, dones y misericordia que
habíamos recibido de su parte.[3]
Pero Pablo mediante dos preguntas
retóricas les dice a los Corintios si acaso no se dan cuenta de que cuando
ellos beben la copa o comen el pan tienen comunión con la sangre de y el cuerpo
de Cristo. ¿Qué significa esto? Primero recordemos comunión significa
“asociación, compañerismo, participación, compartir algo” por tanto cuando
hablamos de comunión nos referimos a que el creyente comparte algo con Cristo
cuando se celebra la Santa Cena o Cena del Señor. Lo que el creyente comparte
es una relación o una unión con él. 1
Corintios 1:9; 1 Juan 1:3
“Fiel es
Dios, quien los ha llamado a tener comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro
Señor”
“Así que,
lo que hemos visto y oído es lo que les anunciamos a ustedes para que también
ustedes tengan comunión con nosotros. Porque nuestra comunión es con el Padre y
con su Hijo Jesucristo”
Segundo recordemos que el termino la “sangre
de Cristo” y “cuerpo de Cristo” hace una referencia al sacrificio de Cristo en
la cruz del calvario que establecía el nuevo pacto. En el Antiguo pacto hubo
comida después del establecimiento del mismo y en el Nuevo pacto también habría
comida para establecer el pacto. Mateo 26:28; Hebreos 9:13-15
“Porque
esto es mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos, para perdón de
pecados”
“Si la
sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra
rociadas sobre los impuros, santifican para la purificación de la carne,
¡Cuánto más la sangre de Cristo, que por medio del Espíritu eterno se ofreció a
si mismo sin mancha a Dios, limpiara de obras muertas nuestra conciencia, para
que sirvamos al Dios vivo! Por eso pacto es mediador de un nuevo pacto, para
los que llamados reciban la promesa de la herencia eterna, pues con su muerte
libera a los hombres de los pecados cometidos bajo el primer pacto”
El primer pacto llevaba a la muerte y no
podía dar vida, es solo el nuevo pacto el provee la salvación por esta
establecido en un cordero puro, santo y sin mancha al cual se atribuyen nuestro
pecados y que nosotros recibimos su justicia. Por tanto cuando participamos en
la cena del Señor tenemos una relación espiritual con Cristo en donde se “come”
y se “bebe” su sangre recordando su sacrificio (Jn 6:53-59) Pero esta
participación memorial y espiritual no es solamente algo con Dios sino que
también es una comunión con el prójimo. El versículo
17 nos muestra esto.
“Hay un
solo pan, del cual todos participamos; por eso, aunque somos muchos,
conformamos un solo cuerpo” (RVC) “Hay un solo pan del cual todos participamos;
por eso, aunque somos muchos formamos un solo cuerpo” (NVI) “Puesto que el pan
es uno, nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de
aquel mismo pan” (LBLA)
La comunión en la Santa Cena o Cena del Señor
no es solamente una comunión vertical con Cristo sino que es además una
comunión horizontal con los hermanos de la misma iglesia. Como hemos visto
dentro de la iglesia habían muchas divisiones, contiendas y partidos que se
peleaban entre sí (1 Cor 1:10; 3:1-4; 6:1-3) Por tanto aquí Pablo nos dice que
hay un solo pan y que todos compartimos de él y que siendo muchos somos un
cuerpo. Esta idea del cuerpo luego iba a ser usada de forma mucho más detallada
en capítulos más adelante en la carta (1 Cor 12:12) Por tanto cuando participo
en la Santa cena o Cena Señor debo examinarse si he pecado contra Cristo o
contra mí prójimo (1 Cor 11:27-34) Finalmente en el versículo 18 Pablo nos da un ejemplo del pueblo de Israel de
como los que participaban en el sacrificio de los animales comían de esos
animales. Hay comentaristas que creen que la referencia es a los sacerdotes que
comían del altar[4] y otros que creen que se
refiere a los banquetes donde las personas comían delante de Dios[5].
Pero yo creo junto a otros comentaristas que la una no excluye a la otra.[6]
Levítico 7:6, 15; Deuteronomio 14: 26.
“Podrán
comer de ella todos los varones de la familia sacerdotal, pero la deben comer
en un lugar santo. Se trata de una ofrenda muy santa”
“La carne
del sacrificio de paz que se ofrece como acción de gracias se comerá el mismo
día en que sea ofrecida. No se dejara de ella nada para el día siguiente”
“Con ese
dinero podrás también comprar todo lo que desees; vacas, ovejas, vino, sidra o
cualquier otra cosa que tu desees, y lo comerás delante del Señor tu Dios, y tú
y tu familia se regocijaran”
El punto de Pablo es mostrarnos que así como
en el Antiguo pacto el participar del altar y comer juntos allí era un acto de
adoración religiosa en la cual tenían comunión y de la misma manera lo es ahora
cuando alguien participa de la cena del Señor o la santa Cena. Con todo esto
Pablo quería mostrarles a los Corintios como a nosotros que en primer lugar cuando nos acercamos a la
mesa del Señor debemos aprender a discernir (o juzgar) la idolatría que hay en
nuestros corazones. Es común pensar que cuando hablamos de idolatría nos estamos
refiriendo a las adoraciones como el becerro de oro o los ídolos que el pueblo
de Israel levantaba cuando se alejaba de la palabra de Dios. Pero la idolatría
es mucho más sutil y perversa de lo que podemos imaginar. Por ejemplo la
idolatría pueden ser las cosas creadas o un pecado en particular como la
avaricia. Romanos 1:22-23; Efe 5:5
Aunque
afirmaban que eran sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria de Dios
inmortal por imágenes de hombres mortales, de aves, de cuadrúpedos y de
reptiles
Ustedes
saben bien que ninguno que sea libertino, inmundo o avaro (es decir, ningún
idolatra), tendrá parte en el reino de Cristo y de Dios
La idolatría se puede disfrazar de cualquier
cosa buena que amamos, admiramos o deseamos tanto que lo deseamos más que Dios.
¿Hay algo más aparte de Dios que desees en lo secreto de tu corazón? ¿Hay algún
deseo o impulso que te cautive más que la gloria de Dios? ¿Hay algo que anhelas
que piensas que no puedes vivir sin él? Entonces eres un idolatra y no puedes
tener comunión con Cristo de esa manera pues necesitas arrepentirte.
En segundo lugar el tener comunión con Cristo y el prójimo es el
reflejo del gran mandamiento. Como vimos el
participar de la cena es el tener comunión con Cristo y con el prójimo por
tanto debemos evitar todo lo que nos aleje de esta comunión. La comunión con
Cristo se puede ver afectada por nuestros pecados por tanto debemos cuidar
nuestra comunión con Cristo. Pablo en esta misma carta había dado ejemplos
diciéndoles que ellos son templo del Espíritu (1 Cor 3:16-17; 6:15-16) Aquellos
que profanan el templo de Dios con cualquier pecado serán juzgados por Dios e
inevitablemente la comunión con Cristo se ve afectada. Querido hermano ¿Estas
contaminando tu comunión con Cristo con el pecado? ¿Estas cultivando tu
comunión con Cristo a través de la palabra y oración? ¿Es una necesidad vital
para ti cuidar esa comunión con el Señor?
Pero además de la comunión con Cristo debemos
tener comunión con nuestros hermanos. Los conflictos dentro de la iglesia de
Corinto evidenciaban que era difícil mantener una comunión así. No podemos
simplemente decir frases clichés como “voy a la iglesia a adorar al Señor” si
tengo un conflicto con mi hermano porque eso va contra la Escritura. Mateo
5:22-24
“Por
tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene
algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y ve y reconcíliate
primero con tu hermano, y después de eso vuelve y presenta la ofrenda”
Jesús es claro que para mantener una comunión
con Dios es necesario tener una comunión con tu hermano que no se vea afectada
por el pecado. Como lo hemos dicho en otra ocasión que en nuestra cultura la
tendencia a decir las cosas por las espaldas y no hablar cara a cara es una de
las practicas pecaminosas más diseminadas incluso entre los cristianos y por
tanto para resolver los conflictos en la iglesia se debe seguir los principios
en las Escrituras ¿Cómo estas con la comunión con tu hermano? ¿Ya hablaste el
conflicto cara a cara? ¿Ya llevaste los testigos? ¿Ya pudiste resolver el
conflicto?
La comunión con
Cristo no puede tener comunión con los demonios 1 Corintios 10:19-22
Después de abordar lo que significa tener comunión
con Dios en la Santa Cena o Cena del Señor ahora Pablo va a explicar que es lo
que quiere decir sobre todo esto y qué relación tiene con las practicas que los
hermanos en Corinto están llevando a cabo al participar de los actos religiosos
con los paganos. Una observación importante aquí antes de entrar en este pasaje
es que debemos ver que Pablo habla de distintos contextos cuando trata este
asunto de comer comida sacrificada a los ídolos. En el capítulo 8 hablo acerca
de libertad que un cristiano tiene de comer la comida después del sacrificio
religioso en el templo pagano. Sin embargo debía ser cuidadoso con sus hermanos
(1 Cor 8:9-10) en los versículos más delante de este capítulo Pablo va a hablar
sobre si un cristiano puede o no comer carne que fue sacrificada a los ídolos y
es vendida en la carnicería o al ser invitado por alguien a comer ese tipo de
carne (1 Cor 10:23-33) y aquí está hablando sobre participar del acto religioso
pagano en sí mismo.[7] Por tanto no es Pablo se
esté contradiciendo cuando da mandatos dados por Dios sino que cada situación
la que trata es un contexto diferente. Pablo comienza haciendo una pregunta y
respondiendo lo que quiere decir en los versos
19 y 20.
¿Qué es
lo que quiero decir con esto? ¿Qué el ídolo o los animales que ofrendan a los
ídolos son algo? Lo que quiero decir es que los animales que ofrecen a los no
judíos, se ofrecen a los demonios y no a Dios; y yo no quiero que ustedes
tengan algo que ver con los demonios (RVC) ¿Qué quiero decir con esta
comparación? ¿Qué el sacrificio que los gentiles ofrecen a los ídolos sea algo,
o que el ídolo mismo sea algo? No, sino que cuando ellos ofrecen sacrificios,
lo hacen para los demonios, no para Dios, y no quiero que ustedes entren en
comunión con los demonios (NVI) ¿Qué quiero decir, entonces? ¿Qué lo
sacrificado a los ídolos es algo, o que un ídolo es algo? No, sino que digo que
lo que los gentiles sacrifican, lo sacrifican a los demonios y no a Dios; no
quiero que seáis participes con los demonios” (LBLA)
Pablo comienza reafirmando lo que había dicho
anteriormente que el ídolo no tiene valor alguno o que no es nada (1 Cor 8:3)
como lo dicen todas las Escrituras también (Isa 42:12-20; 45:20-25; 46:1-11)
Sin embargo él quiere aclarar que eso no significa que por que consideremos que
los ídolos no son nada tengamos la libertad para participar en cultos de otros
falsos dioses pues lo que lo estaríamos haciendo es tener comunión con los
demonios pues todas las religiones falsas son demoniacas. Deuteronomio 32:17
En vez de
ofrecerle sacrificios a Dios, se los ofreció a los demonios, a dioses que nunca
antes había conocido; a dioses nuevos, venidos de cerca, a los que sus padres
nunca antes adoraron
Los corintios estaban usando su libertad
cristiana para participar en los sacrificios paganos y por tanto se estaban
involucrando en una comunión con los demonios y Satanás y a la vez estaban
participando de la comunión con Cristo y los hijos de Dios. Las Escrituras nos
hablan de que hay un mundo espiritual en el cual estamos involucrados y que por
tanto al participar de cualquier otro culto es simplemente pecar contra el
Señor. En el verso 21 Pablo nos
muestra que esto es totalmente incompatible.
Ustedes
no pueden beber de la copa del Señor, y también de la copa de los demonios; no
pueden participar de la mesa del Señor, y también de la mesa de los demonios
(RVC; NVI; LBLA)
Con esto Pablo nos muestra que participar de
la cosa significa algo y tiene una comunión espiritual con Cristo (La cabeza) y
los miembros (su cuerpo) de la misma manera que participar de la copa de los
demonios significan algo y tiene una comunión espiritual con Satanás y sus
demonios. La Escritura es clara en mostrarnos que existen los hijos de Dios y
los hijos del diablo, la luz y las tinieblas, la justicia y la injusticia por
tanto toda comunión Dios se opone a la comunión con Satanás o toda comunión con
Satanás se opone a la comunión con Dios. 2 Corintios 6:14-16
No se
unan con los incrédulos en yugo desigual. Pues ¿Qué tiene en común la justicia
con la injusticia? ¿O qué relación puede haber entre la luz o las tinieblas? ¿Y
qué concordia tiene Cristo con Belial? ¿O que en común tiene el creyente con el
incrédulo? ¿Y qué acuerdo puede haber entre el tiempo de Dios y los ídolos?
Pablo les está diciendo a los hermanos ¿Creen
que pueden participar de estos sacrificios paganos sin ninguna consecuencia
espiritual? ¡Están muy equivocados! Y para mostrarles esto hace una alusión a
una historia del Antiguo testamento conocida como el cantico de Moisés en el versículo 22. Deuteronomio 32:21
Despiertan
mis celos con sus ídolos; ¡provocan mi enojo con dioses que no son dioses! Pero
yo también los provocare a celos con un pueblo que no es pueblo; provocare su
enojo con una nación insensata
Cuando leemos acerca de los “celos”
inmediatamente pensamos en la manera pecaminosa de los celos como un fruto de
la carne que se nos nombre en la lista de Gálatas 5:20 o escuchamos acerca que
un hombre o una mujer es celosa y lo vemos siempre desde la perspectiva
negativa. Pero no todo “celo” es necesariamente malo, pues si vemos a un hombre
coqueteando con nuestra esposa o una mujer coqueteando al esposo es totalmente
apropiado tener celos porque los maridos se pertenecen el uno al otro (1 Cor
7;4-5) De la misma manera Dios tiene celos de nosotros porque le pertenecemos a
él y no podemos honrar ni servirle a ningún otro dios (O sea ídolo) más que
solo al único Dios santo y verdadero (Éxodo 20:4-5) Pablo les dice ¿Van a
provocar a celos al Señor? ¿Son más fuertes que él? ¿No saben que esto puede
provocar juicio de parte de Dios por estar coqueteando con ídolos que destruyen
su comunión espiritual con él? Con estas enseñanzas Pablo quiere decirles a los
hermanos en Corinto como a nosotros dos cosas. En primer lugar hay un mundo espiritual del cual participamos y debemos
ser cuidadosos en las cosas que nos involucramos. Efesios 6:12
La
batalla que libramos no es contra gente de carne y hueso, sino contra
principados y potestades, contra los que gobiernan las tinieblas de este mundo,
¡Contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes!
Aunque el mundo no lo reconozca como
cristianos sabemos que estamos involucrados en esta batalla espiritual en donde
al ser hijos de Dios estamos contra luchando contra el reino de las tinieblas.
Por lo tanto toda decisión que tomemos es una decisión espiritual por estamos
sirviendo al reino de Dios. Como cristianos estamos llamados a discernir
bíblicamente todas las decisiones que hacemos. Por ejemplo las decisiones más
relevantes en la vida como con quien me voy a casar, como voy a educar a mis
hijos, que profesión voy a estudiar, que casa me comprare son decisiones espirituales
que requieren aplicar los principios bíblicos a cada una de las circunstancias.
Cuando han tomado todas estas decisiones ¿Consultan la Escritura? ¿Estudian sus
principios? ¿Conocen las enseñanzas que tiene enseñarnos? ¿Los ejemplos que
puede mostrarnos? Los Corintos habían pecado al tomar a la ligera el mundo
espiritual en el cual ellos estaban involucrados también y finalmente estaban
pecando contra el Señor.
En segundo lugar pertenecemos a Cristo y por tanto no podemos
coquetear con ninguna idolatría. 1 Pedro 1:18-19
Ustedes
saben que fueron rescatados de una vida sin sentido, la cual heredaron de sus
padres; y que ese rescate no se pagó con cosas corruptibles, como el oro y la
plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, sin mancha y sin contaminación…
Todos los seres humanos nacemos esclavos del
pecado y por tanto pertenecientes al reino de las tinieblas en donde Satanás es
nuestro Padre pero cuando somos libertados del pecado Jesucristo paga el precio
por nuestra salvación, el precio para comprarnos de la esclavitud del pecado
para traernos a ser esclavos de su hijo. ¿Acaso aquel que nos ha comprado no
tiene derecho sobre nosotros? ¿Acaso nosotros podremos hacer cosas contrarias a
los que nuestro amo nos manda? Nosotros no tenemos ningún derecho a vivir por
otra motivación sino para la gloria de Dios.
[1]
https://www.coalicionporelevangelio.org/podcasts/tgc-radio-podcast/guardandonos-de-la-idolatria/
[2]
Pierangelo Sequeri. Contra los
ídolos postmodernos.
[3]
William Hendriksen. 1 de Corintios. Pagina 300
[4]
Craig Keener. Comentario Cultural del Nuevo Testamento. Página 472.
[5]
Gordon Fee. La Primera epístola a los Corintios. Página 404.
[6]
William Hendriksen. 1 de Corintios. Página 304.
[7]
William Hendriksen. 1 de
Corintios. Página 305.
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