Pensar el mundo a través de las Escrituras...

lunes, 7 de septiembre de 2020

Comunión con Cristo 1 Corintios 10:14-22



Hay una conocida frase del reformador Juan Calvino el cual dice “Que el corazón humano es un fábrica de ídolos[1]” con esta frase el reformador buscaba decir que corazón humano es una fuente inagotable de donde proceden muchas idolatrías y que está constantemente fabricando una y otra vez nuevos ídolos. Ninguna cultura se salva de la idolatría que hay en nuestro corazón pues cada época tiene sus propios ídolos a los cuales adorar y servir. Por ejemplo un teólogo dice que en nuestra cultura posmoderna existen 4 ídolos[2] 1) El ídolo de la adolescencia interminable. Este ídolo se destaca por su escaso interés de engendrar algo, su eterna búsqueda por el placer y su escasa o nula responsabilidad ante la vida. 2) El ídolo del mercado. La mercalizacion de la vida humana reduciendo todo a ser un consumista. 3) El ídolo de la comunicación. El uso de la comunicación como un reflejo de nuestra vanidad (redes sociales) para encontrar validación. 4) El ídolo se la secularización. Esta idea de que nuestra cultura no es religiosa y no adora a nada cuando en realidad si adora cosas y necesita algo religioso a lo que aferrarse.

Podemos estar de o no de acuerdo con el análisis de este autor al decir que hay 4 ídolos pues fácilmente podríamos pensar en más de 4 pero lo cierto es que eso refleja que aun nuestra cultura que presume de ser “secular” y no adorar nada no puede evitar tener sus propios ídolos a los cuales adora y sirve. Pablo en este capítulo 10 había comenzado mostrando que aunque el pueblo de Dios había experimentado una liberación asombrosa y un sustento asombroso por medio de Dios la mayoría de ellos no entro a la tierra prometida por pecar contra Dios (1 Corintios 10:1-5) y luego paso a mostrarnos los tipos que nos ilustraban como estos mismos pecados podían practicarlo la misma iglesia en Corinto (1 Corintios 10:6-13) Aquí enumera 5 eventos de la historia de Israel que son cuando le reclaman a Moisés por no tener comida (Num 11:4) cuando el pueblo construye el becerro de oro y come y bebe delante de este ídolo (Exo 32:4-6) cuando el pueblo de Israel se prostituyo teniendo sexo con las mujeres Moab y adorando a sus dioses (Num25:1-18) cuando tentaron a Dios con sus quejas (Num 21:4-9) y cuando murmuraron con Moisés y Dios siendo destruidos totalmente (Num 16:41-49 Rebelión de Core) Y luego termina advirtiendo sobre el cuidado no creer esta firme pues podría caer y que toda prueba que venga puede Dios siempre dará las fuerzas para sobrellevarla.

Huyan de la idolatría porque ustedes tienen comunión con Cristo 1 Corintios 10:14-18

Pablo comienza en este versículo 14 concluyendo su sección anterior con la palabra “Por tanto” (RVC; NVI; LBLA) y haciendo una conexión con las diversas formas de idolatría que había descrito en los varios acontecimientos del pueblo de Israel. Y luego con el tono pastoral que caracteriza al apóstol (1 Cor 4:14) él les llama a huir de la idolatría como anteriormente les había llamado a huir de la inmoralidad sexual. 1 Corintios 6:18; 2 Timoteo 2:22

“Huyan de la inmoralidad sexual. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, ocurre fuera del cuerpo, pero el que comete inmoralidad sexual peca contra su propio cuerpo”

“Huye también de las pasiones juveniles y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, junto con aquellos que con un corazón limpio invocan al Señor”

Con este mandato Pablo les está diciendo que no solo no se acerquen a los que ídolos paganos de los cuales como ciudad estaban rodeados sino que cuando se encuentren en una situación donde se estén cerca de ellos aléjense pues la idolatría es algo muy sutil y común en el corazón de todos nosotros. En el versículo 15 Pablo les dice que él se está dirigiendo a personas sensatas (o sabias LBLA) por tanto ellas deben saber juzgar y discernir estas cosas. En otras ocasiones Pablo se había burlado de la “sabiduría” de los hermanos en Corinto (1 Cor 4:8) pero ahora les dice en realidad que si ellos son “sensatos” o “sabios” sabrán juzgar estas cosas. Les está diciendo que ellos como cristianos deben juzgar todas estas cosas con la “mente de Cristo” que ellos tienen (1 Cor 2:16) Jesús dijo que debíamos juzgar justamente en Juan 7:24

“Sean justos en sus juicios, y no juzguen según las apariencias”

El juzgar de forma bíblica y adecuada es muy importante para poder discernir sobre los ídolos que puede haber en la comunidad de Corinto y en los corazones de cada uno de los creyentes. El huir de la idolatría y el juzgar correctamente es importante porque como cristianos somos participantes del banquete espiritual que es la Cena del Señor y debemos acércanos a ella entendiendo lo que ella significa. Pablo en el verso 16 nos muestra lo que ella significa.

“La copa de bendición por la cual damos gracias, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿No es la comunión del cuerpo de Cristo? (RVC) “Esa copa de bendición por la cual damos gracias, ¿No significa que entramos en comunión con la sangre de Cristo? Ese pan que partimos, ¿No significa que entramos en comunión con el cuerpo de Cristo? (NVI) “La copa de bendición que bendecimos ¿no es la participación en la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la participación en el cuerpo de Cristo? (LBLA)

Pablo está aludiendo aquí a la cena del Señor que fue instaurada por Cristo la noche antes de morir en los evangelios (Mt 26:26-28; Mc 14:22-24; Luc 22:19-22) y que fue práctica común entre las iglesias cristianas (Hechos 2:42; 20:7) La cena del Señor tiene un trasfondo judío relacionado con la comida pascual que los judíos practicaban para recordar la liberación de la esclavitud de Egipto (Éxodo 12) Así que cuando Pablo habla de la “copa de bendición por la cual damos gracias” se está refiriendo a la tercera copa que el padre de familia levantaba en las comidas pascuales y bendecía al Señor por toda la bendiciones, dones y misericordia que habíamos recibido de su parte.[3]  Pero Pablo mediante dos preguntas retóricas les dice a los Corintios si acaso no se dan cuenta de que cuando ellos beben la copa o comen el pan tienen comunión con la sangre de y el cuerpo de Cristo. ¿Qué significa esto? Primero recordemos comunión significa “asociación, compañerismo, participación, compartir algo” por tanto cuando hablamos de comunión nos referimos a que el creyente comparte algo con Cristo cuando se celebra la Santa Cena o Cena del Señor. Lo que el creyente comparte es una relación o una unión con él.  1 Corintios 1:9; 1 Juan 1:3

“Fiel es Dios, quien los ha llamado a tener comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor”

“Así que, lo que hemos visto y oído es lo que les anunciamos a ustedes para que también ustedes tengan comunión con nosotros. Porque nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo”

Segundo recordemos que el termino la “sangre de Cristo” y “cuerpo de Cristo” hace una referencia al sacrificio de Cristo en la cruz del calvario que establecía el nuevo pacto. En el Antiguo pacto hubo comida después del establecimiento del mismo y en el Nuevo pacto también habría comida para establecer el pacto. Mateo 26:28; Hebreos 9:13-15

“Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos, para perdón de pecados”

“Si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas sobre los impuros, santifican para la purificación de la carne, ¡Cuánto más la sangre de Cristo, que por medio del Espíritu eterno se ofreció a si mismo sin mancha a Dios, limpiara de obras muertas nuestra conciencia, para que sirvamos al Dios vivo! Por eso pacto es mediador de un nuevo pacto, para los que llamados reciban la promesa de la herencia eterna, pues con su muerte libera a los hombres de los pecados cometidos bajo el primer pacto”

El primer pacto llevaba a la muerte y no podía dar vida, es solo el nuevo pacto el provee la salvación por esta establecido en un cordero puro, santo y sin mancha al cual se atribuyen nuestro pecados y que nosotros recibimos su justicia. Por tanto cuando participamos en la cena del Señor tenemos una relación espiritual con Cristo en donde se “come” y se “bebe” su sangre recordando su sacrificio (Jn 6:53-59) Pero esta participación memorial y espiritual no es solamente algo con Dios sino que también es una comunión con el prójimo. El versículo 17 nos muestra esto.

“Hay un solo pan, del cual todos participamos; por eso, aunque somos muchos, conformamos un solo cuerpo” (RVC) “Hay un solo pan del cual todos participamos; por eso, aunque somos muchos formamos un solo cuerpo” (NVI) “Puesto que el pan es uno, nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan” (LBLA)

La comunión en la Santa Cena o Cena del Señor no es solamente una comunión vertical con Cristo sino que es además una comunión horizontal con los hermanos de la misma iglesia. Como hemos visto dentro de la iglesia habían muchas divisiones, contiendas y partidos que se peleaban entre sí (1 Cor 1:10; 3:1-4; 6:1-3) Por tanto aquí Pablo nos dice que hay un solo pan y que todos compartimos de él y que siendo muchos somos un cuerpo. Esta idea del cuerpo luego iba a ser usada de forma mucho más detallada en capítulos más adelante en la carta (1 Cor 12:12) Por tanto cuando participo en la Santa cena o Cena Señor debo examinarse si he pecado contra Cristo o contra mí prójimo (1 Cor 11:27-34) Finalmente en el versículo 18 Pablo nos da un ejemplo del pueblo de Israel de como los que participaban en el sacrificio de los animales comían de esos animales. Hay comentaristas que creen que la referencia es a los sacerdotes que comían del altar[4] y otros que creen que se refiere a los banquetes donde las personas comían delante de Dios[5]. Pero yo creo junto a otros comentaristas que la una no excluye a la otra.[6] Levítico 7:6, 15; Deuteronomio 14: 26.

“Podrán comer de ella todos los varones de la familia sacerdotal, pero la deben comer en un lugar santo. Se trata de una ofrenda muy santa”

“La carne del sacrificio de paz que se ofrece como acción de gracias se comerá el mismo día en que sea ofrecida. No se dejara de ella nada para el día siguiente”

“Con ese dinero podrás también comprar todo lo que desees; vacas, ovejas, vino, sidra o cualquier otra cosa que tu desees, y lo comerás delante del Señor tu Dios, y tú y tu familia se regocijaran”

El punto de Pablo es mostrarnos que así como en el Antiguo pacto el participar del altar y comer juntos allí era un acto de adoración religiosa en la cual tenían comunión y de la misma manera lo es ahora cuando alguien participa de la cena del Señor o la santa Cena. Con todo esto Pablo quería mostrarles a los Corintios como a nosotros que en primer lugar cuando nos acercamos a la mesa del Señor debemos aprender a discernir (o juzgar) la idolatría que hay en nuestros corazones. Es común pensar que cuando hablamos de idolatría nos estamos refiriendo a las adoraciones como el becerro de oro o los ídolos que el pueblo de Israel levantaba cuando se alejaba de la palabra de Dios. Pero la idolatría es mucho más sutil y perversa de lo que podemos imaginar. Por ejemplo la idolatría pueden ser las cosas creadas o un pecado en particular como la avaricia. Romanos 1:22-23; Efe 5:5

Aunque afirmaban que eran sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria de Dios inmortal por imágenes de hombres mortales, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles

Ustedes saben bien que ninguno que sea libertino, inmundo o avaro (es decir, ningún idolatra), tendrá parte en el reino de Cristo y de Dios

La idolatría se puede disfrazar de cualquier cosa buena que amamos, admiramos o deseamos tanto que lo deseamos más que Dios. ¿Hay algo más aparte de Dios que desees en lo secreto de tu corazón? ¿Hay algún deseo o impulso que te cautive más que la gloria de Dios? ¿Hay algo que anhelas que piensas que no puedes vivir sin él? Entonces eres un idolatra y no puedes tener comunión con Cristo de esa manera pues necesitas arrepentirte.

En segundo lugar el tener comunión con Cristo y el prójimo es el reflejo del gran mandamiento. Como vimos el participar de la cena es el tener comunión con Cristo y con el prójimo por tanto debemos evitar todo lo que nos aleje de esta comunión. La comunión con Cristo se puede ver afectada por nuestros pecados por tanto debemos cuidar nuestra comunión con Cristo. Pablo en esta misma carta había dado ejemplos diciéndoles que ellos son templo del Espíritu (1 Cor 3:16-17; 6:15-16) Aquellos que profanan el templo de Dios con cualquier pecado serán juzgados por Dios e inevitablemente la comunión con Cristo se ve afectada. Querido hermano ¿Estas contaminando tu comunión con Cristo con el pecado? ¿Estas cultivando tu comunión con Cristo a través de la palabra y oración? ¿Es una necesidad vital para ti cuidar esa comunión con el Señor?

Pero además de la comunión con Cristo debemos tener comunión con nuestros hermanos. Los conflictos dentro de la iglesia de Corinto evidenciaban que era difícil mantener una comunión así. No podemos simplemente decir frases clichés como “voy a la iglesia a adorar al Señor” si tengo un conflicto con mi hermano porque eso va contra la Escritura. Mateo 5:22-24

“Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y ve y reconcíliate primero con tu hermano, y después de eso vuelve y presenta la ofrenda”

Jesús es claro que para mantener una comunión con Dios es necesario tener una comunión con tu hermano que no se vea afectada por el pecado. Como lo hemos dicho en otra ocasión que en nuestra cultura la tendencia a decir las cosas por las espaldas y no hablar cara a cara es una de las practicas pecaminosas más diseminadas incluso entre los cristianos y por tanto para resolver los conflictos en la iglesia se debe seguir los principios en las Escrituras ¿Cómo estas con la comunión con tu hermano? ¿Ya hablaste el conflicto cara a cara? ¿Ya llevaste los testigos? ¿Ya pudiste resolver el conflicto?

La comunión con Cristo no puede tener comunión con los demonios 1 Corintios 10:19-22

Después de abordar lo que significa tener comunión con Dios en la Santa Cena o Cena del Señor ahora Pablo va a explicar que es lo que quiere decir sobre todo esto y qué relación tiene con las practicas que los hermanos en Corinto están llevando a cabo al participar de los actos religiosos con los paganos. Una observación importante aquí antes de entrar en este pasaje es que debemos ver que Pablo habla de distintos contextos cuando trata este asunto de comer comida sacrificada a los ídolos. En el capítulo 8 hablo acerca de libertad que un cristiano tiene de comer la comida después del sacrificio religioso en el templo pagano. Sin embargo debía ser cuidadoso con sus hermanos (1 Cor 8:9-10) en los versículos más delante de este capítulo Pablo va a hablar sobre si un cristiano puede o no comer carne que fue sacrificada a los ídolos y es vendida en la carnicería o al ser invitado por alguien a comer ese tipo de carne (1 Cor 10:23-33) y aquí está hablando sobre participar del acto religioso pagano en sí mismo.[7] Por tanto no es Pablo se esté contradiciendo cuando da mandatos dados por Dios sino que cada situación la que trata es un contexto diferente. Pablo comienza haciendo una pregunta y respondiendo lo que quiere decir en los versos 19 y 20.

¿Qué es lo que quiero decir con esto? ¿Qué el ídolo o los animales que ofrendan a los ídolos son algo? Lo que quiero decir es que los animales que ofrecen a los no judíos, se ofrecen a los demonios y no a Dios; y yo no quiero que ustedes tengan algo que ver con los demonios (RVC) ¿Qué quiero decir con esta comparación? ¿Qué el sacrificio que los gentiles ofrecen a los ídolos sea algo, o que el ídolo mismo sea algo? No, sino que cuando ellos ofrecen sacrificios, lo hacen para los demonios, no para Dios, y no quiero que ustedes entren en comunión con los demonios (NVI) ¿Qué quiero decir, entonces? ¿Qué lo sacrificado a los ídolos es algo, o que un ídolo es algo? No, sino que digo que lo que los gentiles sacrifican, lo sacrifican a los demonios y no a Dios; no quiero que seáis participes con los demonios” (LBLA)

Pablo comienza reafirmando lo que había dicho anteriormente que el ídolo no tiene valor alguno o que no es nada (1 Cor 8:3) como lo dicen todas las Escrituras también (Isa 42:12-20; 45:20-25; 46:1-11) Sin embargo él quiere aclarar que eso no significa que por que consideremos que los ídolos no son nada tengamos la libertad para participar en cultos de otros falsos dioses pues lo que lo estaríamos haciendo es tener comunión con los demonios pues todas las religiones falsas son demoniacas. Deuteronomio 32:17

En vez de ofrecerle sacrificios a Dios, se los ofreció a los demonios, a dioses que nunca antes había conocido; a dioses nuevos, venidos de cerca, a los que sus padres nunca antes adoraron

Los corintios estaban usando su libertad cristiana para participar en los sacrificios paganos y por tanto se estaban involucrando en una comunión con los demonios y Satanás y a la vez estaban participando de la comunión con Cristo y los hijos de Dios. Las Escrituras nos hablan de que hay un mundo espiritual en el cual estamos involucrados y que por tanto al participar de cualquier otro culto es simplemente pecar contra el Señor. En el verso 21 Pablo nos muestra que esto es totalmente incompatible.

Ustedes no pueden beber de la copa del Señor, y también de la copa de los demonios; no pueden participar de la mesa del Señor, y también de la mesa de los demonios (RVC; NVI; LBLA)

Con esto Pablo nos muestra que participar de la cosa significa algo y tiene una comunión espiritual con Cristo (La cabeza) y los miembros (su cuerpo) de la misma manera que participar de la copa de los demonios significan algo y tiene una comunión espiritual con Satanás y sus demonios. La Escritura es clara en mostrarnos que existen los hijos de Dios y los hijos del diablo, la luz y las tinieblas, la justicia y la injusticia por tanto toda comunión Dios se opone a la comunión con Satanás o toda comunión con Satanás se opone a la comunión con Dios. 2 Corintios 6:14-16

No se unan con los incrédulos en yugo desigual. Pues ¿Qué tiene en común la justicia con la injusticia? ¿O qué relación puede haber entre la luz o las tinieblas? ¿Y qué concordia tiene Cristo con Belial? ¿O que en común tiene el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo puede haber entre el tiempo de Dios y los ídolos?

Pablo les está diciendo a los hermanos ¿Creen que pueden participar de estos sacrificios paganos sin ninguna consecuencia espiritual? ¡Están muy equivocados! Y para mostrarles esto hace una alusión a una historia del Antiguo testamento conocida como el cantico de Moisés en el versículo 22. Deuteronomio 32:21

Despiertan mis celos con sus ídolos; ¡provocan mi enojo con dioses que no son dioses! Pero yo también los provocare a celos con un pueblo que no es pueblo; provocare su enojo con una nación insensata

Cuando leemos acerca de los “celos” inmediatamente pensamos en la manera pecaminosa de los celos como un fruto de la carne que se nos nombre en la lista de Gálatas 5:20 o escuchamos acerca que un hombre o una mujer es celosa y lo vemos siempre desde la perspectiva negativa. Pero no todo “celo” es necesariamente malo, pues si vemos a un hombre coqueteando con nuestra esposa o una mujer coqueteando al esposo es totalmente apropiado tener celos porque los maridos se pertenecen el uno al otro (1 Cor 7;4-5) De la misma manera Dios tiene celos de nosotros porque le pertenecemos a él y no podemos honrar ni servirle a ningún otro dios (O sea ídolo) más que solo al único Dios santo y verdadero (Éxodo 20:4-5) Pablo les dice ¿Van a provocar a celos al Señor? ¿Son más fuertes que él? ¿No saben que esto puede provocar juicio de parte de Dios por estar coqueteando con ídolos que destruyen su comunión espiritual con él? Con estas enseñanzas Pablo quiere decirles a los hermanos en Corinto como a nosotros dos cosas. En primer lugar hay un mundo espiritual del cual participamos y debemos ser cuidadosos en las cosas que nos involucramos. Efesios 6:12

La batalla que libramos no es contra gente de carne y hueso, sino contra principados y potestades, contra los que gobiernan las tinieblas de este mundo, ¡Contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes!

Aunque el mundo no lo reconozca como cristianos sabemos que estamos involucrados en esta batalla espiritual en donde al ser hijos de Dios estamos contra luchando contra el reino de las tinieblas. Por lo tanto toda decisión que tomemos es una decisión espiritual por estamos sirviendo al reino de Dios. Como cristianos estamos llamados a discernir bíblicamente todas las decisiones que hacemos. Por ejemplo las decisiones más relevantes en la vida como con quien me voy a casar, como voy a educar a mis hijos, que profesión voy a estudiar, que casa me comprare son decisiones espirituales que requieren aplicar los principios bíblicos a cada una de las circunstancias. Cuando han tomado todas estas decisiones ¿Consultan la Escritura? ¿Estudian sus principios? ¿Conocen las enseñanzas que tiene enseñarnos? ¿Los ejemplos que puede mostrarnos? Los Corintos habían pecado al tomar a la ligera el mundo espiritual en el cual ellos estaban involucrados también y finalmente estaban pecando contra el Señor.

En segundo lugar pertenecemos a Cristo y por tanto no podemos coquetear con ninguna idolatría.  1 Pedro 1:18-19

Ustedes saben que fueron rescatados de una vida sin sentido, la cual heredaron de sus padres; y que ese rescate no se pagó con cosas corruptibles, como el oro y la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, sin mancha y sin contaminación…

Todos los seres humanos nacemos esclavos del pecado y por tanto pertenecientes al reino de las tinieblas en donde Satanás es nuestro Padre pero cuando somos libertados del pecado Jesucristo paga el precio por nuestra salvación, el precio para comprarnos de la esclavitud del pecado para traernos a ser esclavos de su hijo. ¿Acaso aquel que nos ha comprado no tiene derecho sobre nosotros? ¿Acaso nosotros podremos hacer cosas contrarias a los que nuestro amo nos manda? Nosotros no tenemos ningún derecho a vivir por otra motivación sino para la gloria de Dios.

 

 



[1] https://www.coalicionporelevangelio.org/podcasts/tgc-radio-podcast/guardandonos-de-la-idolatria/

[2] Pierangelo Sequeri. Contra los ídolos postmodernos.

[3] William Hendriksen. 1 de Corintios. Pagina 300

[4] Craig Keener. Comentario Cultural del Nuevo Testamento. Página 472.

[5] Gordon Fee. La Primera epístola a los Corintios. Página 404.

[6] William Hendriksen. 1 de Corintios. Página 304.

[7] William Hendriksen. 1 de Corintios. Página 305.

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