El 31 de Octubre de
este año celebramos 506 años desde el día en que Martin Lutero clavo sus 95
tesis y dio comienzo a la reforma protestante. Todos los años varias iglesias
protestantes y evangélicas conmemoran este importante hito de la historia del
cristianismo reflexionando en el porqué de esta reforma y los personajes que
participaron en ella en los diversos países de Europa. Esto es muy bueno pero
lo que prevalece cuando se celebra la reforma protestante es un relato
rupturista de la reforma. El relato es más o menos: Después de la muerte de los
apóstoles vinieron los padres de la iglesia hasta el concilio de Nicea y luego
de eso la iglesia comenzó a vivir en una época medieval de oscuridad en donde
todo era una mezcla de paganismo y cristianismo hasta que llego la reforma
protestante y trajo la luz sobre todas las cosas. Ahora este relato tiene algo
de verdad, pero no lo que uno ve cuando estudia la historia de la iglesia pues
en realidad más que quiebre con la iglesia medieval uno encuentra una
continuidad sorprendente. Esto ha sido desarrollado de forma formidable por el
teólogo Mathew Barrett en su libro “La reforma como renovación” en donde
explica porque los reformadores no identificaron a sí mismo como “católicos[1]”.
O sea, cuando los romanistas los acusaban de ser cismáticos y novedosos ellos
respondían en verdad ustedes son los novedosos pues nosotros somos católicos y
enseñamos lo que la iglesia siempre ha enseñado. Entender a los reformadores en
su contexto teológico ayudaría a entender mucho mejor muchas de las cosas que
hoy se enseñan mal y una de esas es la famosa “Sola Escritura” ¿Qué es lo que
es sola Escritura muchos hermanos actualmente? Es algo así como mostrando la
Biblia declaran: “Este es nuestro único credo y confesión” sin embargo cuando
uno entra al contexto del siglo 16 se asombra al encontrarse que no existía
ningún grupo sin alguna confesión de fe pública. ¿Es que acaso ellos eran anti
bíblicos? ¿Acaso ellos que desarrollaron la “Sola Escritura” no entendieron su
propio principio? ¿O es que la teología actual se alejado del entendimiento
histórico de “Sola Escritura? Mathew Barrett escribe:
“Sola Scriptura se
confunde con demasiada facilidad hoy en día con nuda Scriptura, la opinión de que
no debemos tener "¡ningún credo más que la Biblia!" Los que entonan
este mantra creen que los credos, las confesiones, las voces de la tradición y
los que ocupan cargos eclesiásticos no tienen ninguna autoridad en la iglesia.
Pero esta no era la posición de los reformadores, ni debe equipararse con la
sola Scriptura. La Sola Scriptura reconoce que hay otras autoridades
importantes para el cristiano, autoridades que deben ser escuchadas y seguidas.
Pero sólo la Escritura es nuestra autoridad final. Es la autoridad que rige y
gobierna a todas las demás autoridades. Es la autoridad que tiene la última
palabra. Podríamos decir que mientras que la tradición de la iglesia y los
funcionarios de la iglesia juegan un papel ministerial, sólo la Escritura juega
un papel magistral. Esto significa que todas las demás autoridades deben ser
seguidas sólo en la medida en que se alineen con la Escritura, se sometan a la
Escritura, y sean consideradas como subordinadas a la Escritura, que es nuestra
única autoridad suprema[2]”
Entonces ¿Qué significa
la sola Escritura? Significa que la Escritura es la principal o máxima
autoridad en temas de fe y conducta pero que no es la única autoridad porque
los reformadores usaron la “la “tradición de la iglesia” o la “ley natural”
para definir otros temas. Por ejemplo, en general todas las confesiones
reformadas adherían por tradición a 4 concilios ecuménicos (son 7 concilios) y
muchas de estas confesiones traían el credo de Atanasio y el Credo de Nicea.
Esto era así porque creíamos en la tradición de la iglesia. O por ejemplo el
lenguaje que se ha usado para definir la trinidad o la naturaleza de Cristo no
es un lenguaje bíblico (engendrado, consustancial, encarnación, unión
hipostática) sino un lenguaje que viene de la tradición de la iglesia. A
diferencia del catolicismo romano el catolicismo reformado usaba la tradición,
pero no como una autoridad igual a las Escrituras como lo usan los romanistas
sino subordinada a las Escrituras.
¿Qué no es confesionalismo y que es el
confesionalismo?
Generalmente en la
historia de la iglesia para explicar algo siempre se ha tendido a explicar que
no es para luego decirnos que es. Así que veremos en primer lugar ¿Qué no es confesión o confesionalismo? A) Ser confesional o confesionalista no
tiene que ver con el sacramento católico romano de la confesión auricular en la
cual se confiesa los pecados al sacerdote. B) Ser confesional o confesionalista
no es creer que las confesiones tienen la misma inspiración que la Biblia. C)
Ser confesional o confesionalista no tiene que ver con la limitación de la
libertad de conciencia. D) Ser confesional o confesionalista es lo mismo que
una declaración de fe.
¿Qué es ser confesional o confesionalista? Definición
de confesional o confesionalismo[3]. Que pertenece a una
confesión religiosa o la defiende (RAE) Carl Trueman define confesión de la
siguiente manera:
Es una declaración pública de lo que una iglesia en
particular cree que la Biblia enseña en forma sintética[4].
El ser confesional es
tener una declaración pública y escrita que dice que los que la iglesia cree
acerca de las Escrituras, Dios, la creación, la caída, la iglesia, etc. Ahora
es importante darse cuenta que todos tenemos una confesión de fe. Algunos la
tenemos de forma escrita y otros la tienen de forma oral. Por ejemplo, es común
para nosotros escuchar el discurso de que aquí “Solo creemos en la Biblia” pero
cuando comienzas a confesar sobre lo que eso significa te darás cuenta que cree
en la cree en el bautismo de creyentes o en el bautismo de infantes, que cree
que los ancianos deben ser elegidos por la congregación o solo por pastores,
que hay un rapto secreto etc. Todo esto nos muestra que no hay iglesias sin
confesiones sino simplemente existen iglesias con confesiones públicas y escritas
e iglesias con confesiones privadas y orales. Lo cual finalmente es muy
autoritario y peligroso para la iglesia.
Por confesión aquí me refiero al estándar doctrinal de
la iglesia que se encuentra de forma escrita en donde se exponen e identifican
aquellas doctrinas que son necesarias para la salvación y también aquellas
doctrinas que son necesarias para el bienestar de la iglesia (Bob González)
¿Es bíblico el confesionalismo?
Hay personas que a
pesar de mostrarle todo este tema históricamente de como los reformadores
entendieron la sola Escritura se niegan a admitir que el confesionalismo sea
bíblico y necesario. Por tanto, tendremos que ir a la Biblia de forma
panorámica para que vean que es ser confesional es ser bíblico. Deuteronomio
6:4; Salmos 86:10; Jeremías 10:10; Isaías 44:6
Escucha, oh Israel, el Señor es nuestro
Dios, el Señor uno es.
Porque Tú eres grande y haces maravillas; Solo Tú
eres Dios.
Pero el Señor es el Dios verdadero; Él es el
Dios vivo y el Rey eterno. Ante Su enojo tiembla la tierra, Y las naciones
son impotentes ante Su indignación.
Así dice el Señor, el Rey de Israel, Y su
Redentor, el Señor de los ejércitos: Yo soy el primero y Yo soy el
último, Y fuera de Mí no hay Dios.
En el nuevo testamento
se sigue el mismo patrón de sostener que Dios es uno (Mc 12:29-34; 1 Corintios
8:4-6; Gal 3:20; 1 Tim 1:17; 2:5) O sea que a pesar de que había muchas
interpretaciones entre los judíos respecto a muchas leyes había un credo que
era incambiable que es Dios es uno. Ahora si nos acercamos al Nuevo testamento
podemos observar el mismo patrón de sostener una doctrina esencial. 1 Timoteo
3:16; Filipenses 2:5-11; 1 Juan 4:2-3
E indiscutiblemente, grande es el misterio de la
piedad: Él fue manifestado en la carne, Vindicado en el Espíritu,
Contemplado por ángeles, Proclamado entre las naciones, Creído en el mundo,
Recibido arriba en gloria.
Haya, pues, en ustedes esta actitud que hubo
también en Cristo Jesús, el cual, aunque existía en forma de Dios, no
consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se
despojó a Sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a
los hombres. Y hallándose en forma de hombre, se humilló Él mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios
también lo exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo
nombre, para que al nombre de Jesús se doble toda
rodilla de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la
tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de
Dios Padre.
En esto ustedes conocen el Espíritu de Dios: todo
espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de
Dios. Y todo espíritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios, y este es
el espíritu del anticristo, del cual ustedes han oído que viene, y
que ahora ya está en el mundo.
Estos textos son
tratados por los estudiosos como himnos de la iglesia primitiva que declaran
las creencias esenciales del cristianismo. O sea, quien no confiesa el credo de
que Cristo vino y se encarnó entonces no puedes ser cristiano. Estos son los
primeros credos o confesiones de la iglesia primitiva que luego seguirían los
cristianos en la tradición de la iglesia con el credo Atanasio o el credo de
los apóstoles, por ejemplo. Pero además de esto los autores del Nuevo
testamento suponen que se sabe cuál es la sana doctrina y que la fe es un
conjunto de creencias conocidas por todos. 1 Timoteo 4:6; 6:3; 2 Timoteo
1:13-14; 4:3; Judas 3
Al señalar estas cosas a los hermanos serás un
buen ministro de Cristo Jesús, nutrido con las palabras de la fe y de la
buena doctrina que has seguido.
Si alguien enseña una doctrina diferente y no se
conforma a las sanas palabras, las de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que
es conforme a la piedad.
Retén la norma de las sanas
palabras que has oído de mí, en la fe y el amor en Cristo
Jesús. Guarda, mediante el Espíritu Santo que habita en nosotros, el
tesoro que te ha sido encomendado.
Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana
doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, conforme a sus propios deseos,
acumularán para sí maestros.
Amados, por el gran empeño que tenía en escribirles
acerca de nuestra común salvación, he sentido la necesidad de escribirles
exhortándolos a luchar ardientemente por la fe que de una vez para
siempre fue entregada a los santos.
Todos estos versículos
suponen que las personas saben cuál es el contenido de la sana doctrina o que
ellos saben cuál es la fe que deben retener, mantener y combatir por ella. En
sencillas palabras ellos saben cuál son las creencias de la iglesia, cual es el
credo de la iglesia, cual es la confesión que sostienen. Por tanto, al hacer
este breve panorama de si es bíblico las confesiones podemos ver claramente que
sí lo son porque todas las Escrituras están llenas de ellas. Ahora si volvemos
un poco al argumento histórico podemos fácilmente que la iglesia a través de
los siglos ha tenido credos ecuménicos (como el concilio de Nicea) en la cual
toda la iglesia está de acuerdo, pero si uno va al siglo 16 de la reforma
protestante podrá encontrar que cada una de las denominaciones tuvo su
confesión de fe. Para los luteranos fue la confesión de Augsburgo, para los
anglicanos fueron los 39 artículos de la religión, para los presbiterianos fue
la confesión de Westminster, para los congregacionalistas fue la confesión de
Saboya. ¿Y los bautistas tuvieron confesiones?
Pocos bautistas han reconocido formalmente los credos
ecuménicos, pero ha quedado claro desde el principio que han estado en deuda
con ellos. Al igual que los reformadores protestantes, los primeros bautistas
afirmaron uniformemente la autoridad suprema de la Biblia, pero no se
abstuvieron de comprometerse con la tradición cristiana más amplia o incluso de
utilizar los credos ecuménicos como instrumentos de responsabilidad teológica[5]
Los bautistas siguieron
todo lo que las demás denominaciones afirmaban respecto a los credos ecuménicos
y tanto bautistas generales como particulares tuvieron confesiones. O sea, no
existió en el mundo bautista iglesias sin confesiones. Ahora solo para terminar
esta parte me gustaría considerar la pregunta ¿Por qué hemos abandonado el
confesionalismo? Carl Trueman ha enumerado un par de razones para poder
explicar este fenómeno moderno.[6] En primer lugar, esta lo ahistorico que es
el protestantismo actual. Es preocupante ver que los protestantes
actualmente siguen todas las novedades teológicas que salen, pero desprecian
con mucha facilidad todos los tesoros del pasado. Por ejemplo ¿Cuántos de
ustedes conocen los tesoros de los padres de la iglesia o de la iglesia
medieval? ¿Cuantos valoran esas obras del pasado? En segundo lugar, el consumismo en el que vivimos. El consumismo es
la tendencia a adquirir cosas innecesarias para luego desecharlas con
facilidad. Y así mismo usamos la teología tocando lo que nos “sirve” o lo que
“me gusta” y formando mi propia teología ecléctica. Pero el problema con eso es
que eso no nos deja ser desafiados en nuestras convicciones ni ver que muchos
de los sistemas teológicos tenían una teología interna que unía a todo. Por
ejemplo ¿Cuántos conocen a bautistas que dicen ser confesionales 1689 pero que
son dispensacionalistas o no son congregacionalistas? En tercer lugar, el pragmatismo. El pragmatismo la idea de dar
valor a las cosas por lo que funciona. Ahora mismo varios se estarán
preguntando ¿Y para qué sirve todo esto de las confesiones? Piensan así porque
están envueltos en esta cultura que le da valor solo a los practico de allí que
existan hoy en día tantos libros cristianos que enfaticen lo prácticos o nos
den muchos pasos para ciertas cosas.
¿Sirve de algo el confesionalismo o las confesiones en
la iglesia?
Hay personas que pueden
admitir que el confesionalismo cristiano es algo bíblico e histórico, pero se
preguntan ¿Y para qué sirven las confesionalismo y las confesiones? Así que
daremos 7 razones para las cuales las confesiones sirven para la iglesia.
En primer lugar, sirven para promover la unidad
cristiana. Una
de las cosas para lo que sirve las confesiones es para promover la unidad
cristiana. A primera vista no parecería ser algo importante, pero estudiamos el
contenido de la oración de Jesús en Juan 17 vemos que la unidad cristiana si es
importante. Juan 17:11; 21
Ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están
en el mundo, y Yo voy a Ti. Padre santo, guárdalos en Tu nombre,
el nombre que me has dado, para que sean uno, así como
Nosotros somos uno.
para que todos sean uno. Como Tú, oh
Padre, estás en Mí y Yo en Ti, que también ellos estén en Nosotros,
para que el mundo crea que Tú me enviaste.
Debemos admitir que un
pecado protestante es la fragmentación entre nosotros y a los católicos romanos
siempre que tienen la oportunidad les encanta usar ese argumento contra
nosotros. Pienso que tienen razón en parte, pero esto se debe mayormente en que
los protestantes hemos abandonado las confesiones históricas las cuales si uno
hace el ejercicio encontrara muchas cosas en común. El ser confesional es
partir de una base común en los credos históricos y los principios protestantes
que promueven la unidad entre nosotros.
En segundo lugar, sirven para promover la unidad
local. Imagino
que todos hemos tenido la desagradable experiencia de ir a una iglesia donde se
para un predicador un domingo y dice “En esta iglesia creemos que la salvación
se pierde” para luego ir el otro domingo y encontrarse con otro predicador que
sostiene “En esta iglesia creemos que la salvación no se pierde”. No es
sorprendente que esto lleve a la división de dicha iglesia. Efesios 4:1-3
Yo, pues, prisionero del Señor, les
ruego que ustedes vivan de una manera digna de la
vocación con que han sido llamados. Que vivan con toda humildad y
mansedumbre, con paciencia, soportándose unos a otros en amor, esforzándose
por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
¿Acaso es posible
preservar la unidad del Espíritu teniendo creencias diferentes en una iglesia
local? ¿Acaso es posible evitar la división en una iglesia creyendo cosas diferentes?
Podemos pensar que no porque tarde o temprano una iglesia tendrá que definirse
al respecto y las confesiones lo que hacen es ya tener definidas ciertas
cuestiones esenciales de la fe.
En tercer lugar, sirven para limitar el poder de la
iglesia y de sus oficiales. Una vez me contaron la historia de una iglesia
bautista que voto la ordenación de pastoras o predicadoras en una iglesia a
pesar de que ellos sabían que era anti bíblico pero debido a que creían que el
congregacionalismo era democracia creyeron que la mayoría podía cambiar las
cosas que son bíblicas. Sin embargo, cuando una iglesia tiene una confesión lo
que hace es limitar el poder de la iglesia a lo que la Biblia enseña. Hay casos
peores en donde una denominación completa por mayoría define que el matrimonio
homosexual es algo valido porque la mayoría de sus miembros están de acuerdo.
Por eso las confesiones limitan el poder de la iglesia porque tienen claro lo
que ellas creen lo que las Escrituras dicen. De igual manera las confesiones
ponen limite al poder que a los ancianos se les ha entregado para administrar. Por
ejemplo, es muy común en las iglesias confesionales que los que van a ser oficiales
se les pida que adhieran completamente a sus confesiones y juren fidelidad a
ellas pues ellos son quienes van a representar y enseñar lo que esa iglesia
cree. Por tanto si uno de ellos cambia de opinión entonces debe renunciar como
oficial. Por ejemplo, imagínese que un oficial comenzó adhiriendo al bautismo de
creyentes, pero luego con los años cambio su posición al bautismo de niños él
debe renunciar a ser oficial de la iglesia. O sea, él no puede argumentar que
porque él es el pastor toda la iglesia debe cambiar de posición teológica pues
la iglesia ya tiene una posición oficial que cree, confiesa y defiende. Quien
debería renunciar a esa iglesia seria ese oficial que cambio de opinión y
buscar una iglesia con la cual este de acuerdo. Por tanto, el poder de los
oficiales es limitada por la confesión.
En cuarto lugar, sirve para aceptar miembros. En general para que una
persona sea miembro de una iglesia bautista confesional se debe reconocer si la
persona es realmente cristiana y si ha testificado de su fe con la
administración correcta del bautismo que es por inmersión. Santiago 2:14-20
¿De qué sirve, hermanos míos, si alguien dice que
tiene fe, pero no tiene obras? ¿Acaso puede esa fe salvarlo? Si un
hermano o una hermana no tienen ropa y carecen del sustento diario, y uno
de ustedes les dice: «Vayan en paz, caliéntense y sáciense», pero no les dan lo
necesario para su cuerpo, ¿de qué sirve? Así también la
fe por sí misma, si no tiene obras, está muerta. Pero alguien dirá:
«Tú tienes fe y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré
mi fe por mis obras». Tú crees que Dios es uno. Haces bien; también
los demonios creen, y tiemblan. Pero, ¿estás dispuesto a admitir, oh
hombre vano, que la fe sin obras es estéril?
Pero además de esto se
debe ser si la persona está de acuerdo con lo que la iglesia cree en su
confesión. Ahora imagínate que no existe esto ser miembro sin aceptar una
confesión de fe ¿Por qué se le debería prohibir al hermano enseñar sus
opiniones personales sobre ciertas cosas de la iglesia? ¿Quién dice que no debe
enseñarse el bautismo salva o el bautismo de niños? La verdad es que no habría
fundamento para nada. Por eso las confesiones sirven para admitir miembros de
la iglesia local y aclararles lo esa iglesia local en particular afirma.
En quinto lugar, sirve para discipular a los miembros.
Todos
sabemos que como iglesia tenemos la gran comisión que se puede resumir en
evangelizar, discipular, enseñar y bautizar (Mateo 28:18-20) Pero para poder
realizar esa labor de forma más efectiva supongo que nadie de nosotros le dice
“Ok, eres cristiano, ahora vamos a leer de Génesis a Apocalipsis” y así podrás
aprender todo de las Escrituras. Sino que generalmente tenemos libros que
sistematizan la doctrina cristiana para ir enseñándoles a los creyentes. Esto
podría hacerse de forma temática en la iglesia como estudiar “Las Escrituras”
“Dios trino” “Creación” “Caída” “Providencia”, etc. La iglesia históricamente
lo que ha hecho para enseñar los fundamentos de la fe cristiana ha sido
catequizar a los creyentes (catecúmenos) Las iglesias protestantes siguiendo
esta tradición de la iglesia creo muchos catecismos mayores y menores que
consisten en preguntas y respuestas para enseñarles a los niños y adultos. Por
ejemplo, el catecismo bautista ortodoxo de Hercules Collins en su pregunta 2.
P. 2: ¿Cuántas cosas necesitas conocer para que,
gozando de este consuelo, puedas vivir y morir felizmente?
R.: Tres. La primera, cuán grandes son mi pecado y
miseria. La segunda, cómo soy librado de todo mi pecado y miseria. La tercera,
cuánta gratitud le debo a Dios por esta liberación.
¿En que está basada
esta declaración? En la interpretación confesional de la caída del hombre y de
la necesidad de la salvación. Por tanto, la confesión sirve para discipular a
los miembros e incluso enseñar a sus hijos a través de catecismos basados en la
confesión.
En sexto lugar, sirve para disciplinar a los miembros.
Los
protestantes hemos afirmado que las 3 marcas de una iglesia verdadera son: la
predicación verdadera de la palabra, la administración correcta de los
sacramentos (Bautismo y Cena) y la practica fiel de la disciplina. Así que una
iglesia confesional siempre reúne estas marcas de una iglesia verdadera. Por
tanto, la práctica de la disciplina bíblica es un requisito bíblico para ser
una iglesia verdadera. Tito 3:10-11
Al hombre que cause divisiones, después de la primera
y segunda amonestación, recházalo, sabiendo que el tal es perverso y está
pecando, habiéndose condenado a sí mismo.
Las confesiones han
servido para regular la sana doctrina en la congregación y cuando alguien se
desvía de la sana doctrina se le debe corregir siguiendo los pasos de la
disciplina eclesiástica (Mateo 18:15-20). En el caso que no se arrepienta de su
falsa enseñanza entonces debe ser expulsado de la membresía de la iglesia.
En séptimo lugar, sirven para alabar al Dios trino. Si te reunieras con un
unitario (solo Jesús) con un testigo de Jehová y un mormón no creo que habría
diferencia en afirmar que creen en la Biblia como palabra de Dios. Incluso no
creo que habrá problema en ver a Jesús como el hombre más sabio de todos, el
profeta o el hijo de Dios encarnado. Pero si comienzas a hablar del Dios trino
allí ya comenzaras a tener problemas. ¿Por qué? Porque las Escrituras adoran al
Dios trino a través de varios saludos, bendiciones y doxologías al Dios trino. 1
Corintios 8:5-6; 2 Corintios 13:14;1 Timoteo 1:15-17; Apocalipsis 4:
Porque aunque haya algunos llamados dioses,
ya sea en el cielo o en la tierra, como por cierto hay muchos dioses y muchos
señores, pero para nosotros hay un solo Dios, el Padre, de quien
proceden todas las cosas y nosotros somos para Él; y un solo Señor,
Jesucristo, por quien son todas las cosas y por medio de
Él existimos nosotros.
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y
la comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes.
Palabra fiel y digna de ser aceptada por todos:
Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, entre los cuales
yo soy el primero. Sin embargo, por esto hallé misericordia, para que en
mí, como el primero, Jesucristo demostrara toda Su paciencia como un
ejemplo para los que habrían de creer en Él para vida eterna. Por tanto,
al Rey eterno, inmortal, invisible, único Dios, a Él sea honor y
gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Por tanto ¿Para qué
sirven las confesiones? Sirven para adorar al Dios trino revelado en las
Escrituras y trasmitido a través de los siglos por las diversas confesiones
ortodoxas de la iglesia cristiana. ¿A que Dios adorar tú? ¿A que Jesucristo
sigues tú? Déjame decirte a que Dios adoro yo.
El Señor nuestro Dios es un Dios único, vivo y
verdadero; cuya subsistencia está en él mismo y es de él mismo, infinito en su
ser y perfección; cuya esencia no puede ser comprendida por nadie sino por él
mismo; es espíritu purísimo, invisible, sin cuerpo, miembros o pasiones, el
único que tiene inmortalidad y que habita en luz inaccesible; es inmutable,
inmenso, eterno, inescrutable, todopoderoso, infinito en todos los sentidos,
santísimo, sapientísimo, libérrimo, absoluto; que hace todas las cosas según el
consejo de su inmutable y justísima voluntad, para su propia gloria; es
amantísimo, benigno, misericordioso, longánimo, abundante en bondad y verdad,
perdonando la iniquidad, la transgresión y el pecado; galardonador de los que
le buscan con diligencia, y sobre todo, justísimo y terrible en sus juicios,
que odia todo pecado y que de ninguna manera dará por inocente al culpable
(Capitulo 2.1)
En este Ser divino e infinito hay tres subsistencias,
el Padre, el Verbo o Hijo y el Espíritu Santo, de una sustancia, un poder y una
eternidad, teniendo cada uno toda la esencia divina, pero la esencia indivisa:
el Padre no es de nadie, ni por generación ni por procesión; el Hijo es
engendrado eternamente del Padre, y el Espíritu Santo procede del Padre y del
Hijo; todos ellos son infinitos, sin principio y, por tanto, son un solo Dios,
que no ha de ser dividido en naturaleza y ser, sino distinguido por varias
propiedades relativas peculiares y relaciones personales; dicha doctrina de la
Trinidad es el fundamento de toda nuestra comunión con Dios y nuestra consoladora
dependencia de él (Capitulo 2.3)
El Hijo de Dios, la segunda persona en la Santa
Trinidad, siendo Dios verdadero y eterno, el resplandor de la gloria del Padre,
consustancial con aquel e igual a él, que hizo el mundo, y quien sostiene y
gobierna todas las cosas que ha hecho, cuando llegó la plenitud del tiempo, tomó
sobre sí la naturaleza del hombre, con todas sus propiedades esenciales y con
sus debilidades concomitantes, aunque sin pecado; siendo concebido por el
Espíritu Santo en el vientre de la virgen María, al venir sobre ella el
Espíritu Santo y cubrirla el Altísimo con su sombra; y así fue hecho de una
mujer de la tribu de Judá, de la simiente de Abraham y David según las
Escrituras; de manera que, dos naturalezas completas, perfectas y distintas se
unieron inseparablemente en una persona, pero sin conversión, composición o
confusión alguna. Esta persona es verdaderamente Dios y verdaderamente hombre,
aunque un solo Cristo, el único mediador entre Dios y el hombre (Capitulo 8.2)
[1] Matthew
Barrett. The Reformation as Revewal: Retrieving the one, holy, catholic, and
apostolic church.
[2]
Matthew Barrett. God Word Alone. The authority of Scripture. Pagina 23.
[3] https://www.youtube.com/watch?v=R3EHq9dM0Yw&t=1738s
[4] https://www.youtube.com/watch?v=hFxDC6lNajM&t=686s
[5] Los Bautistas y la tradición
Cristiana. Editado por Matthew y Emerson. Cristhofer Morgan. R Lucas Lamps
página 48
[6] Carl Trueman. El imperativo
confesional. Capítulo 1.
0 comentarios:
Publicar un comentario