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martes, 26 de diciembre de 2023

El confesionalismo bautista.


Contexto político- religioso

La reforma protestante llega a Inglaterra durante el reinado de Enrique VIII (1509-1507) pero no fue hasta el reinado de su hijo Eduardo VI (1547-1553) y su hija Isabel I (1559-1603) que la reforma se afianzo. La Isabel I de Inglaterra sería sin duda protestante pero no había claridad hasta qué punto ella sería reformada. Así que pronto se pudo ver que era calvinista en cuanto a Teología, pero Erastiana en cuanto orden y gobierno de la iglesia. En ese contexto surge el movimiento puritano que buscaba purificar la iglesia de Inglaterra (o iglesia isabelina) siguiendo el modelo de las iglesias en Suiza, Ginebra y Zurich. Uno de los primeros que comenzó a separarse y a escribir tratados contra la iglesia establecida de Inglaterra fue Robert Browne (1550-1633) a él se le apodo “el perturbador de la iglesia”. Al principio fue un presbiteriano acérrimo, pero luego con el tiempo fue variando en sus posiciones teológicas hasta llegar a la convicción de que cada iglesia local tenía el derecho y la responsabilidad de escoger a sus propios ancianos. Aunque se dice que Browne se arrepintió de sus puntos de vista al final de su vida el había dado inicio a los puntos de vista congregacionalistas que luego serían la base teológica para muchos movimientos incluyendo a los que se llamaría “Bautistas”. Es importante saber que el término “bautistas” se le dio en el siglo 18 pues ellos se veían a sí mismos como congregacionalistas con una postura credo bautista más que como “bautistas.[1] Por tanto los consideraban a sí mismos como parte de la gran familia reformada.

Esta teología comenzada por Browne hizo que pudieran nacer muchas congregaciones separatistas y entre esas estaba la de John Smyth (1566-1612). En el origen de la teología bautistas hay un debate sobre ¿Cuál es el origen de los bautistas? Algunos creen que son los anabautistas y otros sostienen que vienen de las raíces separatistas puritanas. Yo por mi parte tomo la posición de que ellos viene de las raíces separatistas puritanas. Pero más allá de ese debate del origen entre los bautistas hay dos clases de bautistas que se les conoce como los bautistas generales (arminianos) y los bautistas particulares (calvinistas) la diferencia radica en la posición que tienen respecto a la expiación. Por tanto, a John Smyth (1566-1612) se le considera el padre de los bautistas generales, aunque el mismo comenzó siendo calvinista y con el tiempo cambio de posición. Por otro lado, el origen de los bautistas particulares fue una iglesia conocida como Jacob, Lathrop, Jessey debido a sus 3 pastores: Henry Jacob (1563-1624) John Lathrop (1584-1653) Henry Jessey (1601-1663[2])

El confesionalismo bautista.

En el contexto político-religioso de Inglaterra podemos ver que todos los grupos religiosos tenían su confesión de fe. Por ejemplo, los anglicanos tenían los 39 artículos de la religión (1573), los presbiterianos tenían la confesión de Westminster (1646-1647) los independientes o congregacionalistas la confesión Saboya (1658) y los bautistas no iban a ser la excepción ya sean bautistas generales o bautistas particulares. Por ejemplo, los bautistas generales tenían la confesión corta de Smith de 1610 y la confesión corta de Helwys de 1611. Por otro lado los bautistas particulares tenían la primera confesión bautistas de 1644 y la segunda confesión bautista de 1677[3]. Esto puede sorprenderle a la mayoría de bautistas actuales que les parece que las confesiones de fe atentan contra la libertad de conciencia o contra la sola Escritura, pero históricamente no hay nada más lejano a esto. El confesionalismo bautista se caracterizó no por ser sectario como muchas iglesias bautistas hoy de corriente Lanmarkiana son, sino que se caracterizó por su intento de catolicidad de la iglesia. El libro Los Bautistas y la tradición cristiana. Editado por Matthew y Emerson. Cristhofer Morgan. R Lucas Lamps afirman lo siguiente:

Pocos bautistas han reconocido formalmente los credos ecuménicos, pero ha quedado claro desde el principio que han estado en deuda con ellos. Al igual que los reformadores protestantes, los primeros bautistas afirmaron uniformemente la autoridad suprema de la Biblia, pero no se abstuvieron de comprometerse con la tradición cristiana más amplia o incluso de utilizar los credos ecuménicos como instrumentos de responsabilidad teológica[4]

Entonces, ¿la unidad es bautista? Sí, pero la unidad de la iglesia no es una fuerza impulsora como lo fue y como debería ser. Lo mejor que tenemos sobre la unidad de la iglesia en las confesiones bautistas proviene de los primeros bautistas. La Segunda Confesión de Londres está por encima de las demás en términos de cobertura y profundidad sobre la unidad de la iglesia, siendo la siguiente más cercana la Primera Confesión de Londres. Sin embargo, gran parte del mejor material de las confesiones bautistas sobre la unidad de la iglesia se enfatizó por necesidad, para evitar la persecución y para evitar ser entendidos como cismáticos o heréticos[5]

Esto quiere decir que los bautistas intentaron de todas las maneras posibles evitar los malos entendidos y buscar la unidad con los demás cristianos. Por ejemplo, la primera confesión bautista particular de 1644 fue escrita debido a que se les acusaba a los bautistas de 3 cosas[6]. En primer lugar, falsas enseñanzas como el libre albedrio, caída de la gracia y negar el pecado original. En segundo lugar, el no someterse al magisterio civil (porque eran anabautistas) y, en tercer lugar, por cometer actos indecorosos como bautizarse desnudo o andar desnudos. Pero estas acusaciones son negadas desde el principio de la confesión afirmando en su título “La confesión de fe de aquellas iglesias que son llamadas comúnmente (aunque falsamente) Anabautistas”. Así que cuando uno revisa la teología que los bautistas particulares desarrollan en esta confesión se puede encontrar con catolicidad cristiana (no hay falsa doctrina) obediencia al magisterio (se somete y se jura) y no hay nada que llame a un bautismo indecoro. Por tanto, se puede ver con claridad que todas son falsas acusaciones contra los bautistas particulares eran falsas.

La confesión de 1677-1689

Los bautistas particulares desde su primera confesión de 1644 querían demostrar dos cosas. En primer lugar, que tenían mucho en común con la tradición cristiana. En segundo lugar, que las acusaciones que existían contra ellos eran falsas. Pero mientras transcurrieron los años y los debates en Inglaterra el clima teológico había cambiado y varias tradiciones cristianas había creado sus confesiones. Por ejemplo, la asamblea de Westminster ahora tenía la confesión de Westminster (1646) los congregacionalistas tenían la confesión de Saboya (1658) y los bautistas particulares tenían la primera confesión bautista de 1644. Sin embargo, ellos iban a crear una nueva confesión debido a varias razones ¿Cuáles fueron las razones para eso?

Las razones de la confesión de 1677-1689

Podemos decir que existen 4 razones del porque se escribió esta confesión de fe[7]. En primer lugar, está la persecución. La publicación de la primera confesión de 1644 fue entre las décadas de 1640 al 1650 cuando el gobierno del Parlamento y Oliver Cromwell concedieron un grado de libertad sin presentes para evangelizar y plantar nuevas iglesias. Pero con el regreso de Carlos II la situación cambio totalmente y la persecución sobre las iglesias que no se ajustaran la iglesia de Inglaterra fue constante por 28 años. Esta persecución presbiterianos, congregacionalista y bautistas por igual, pero tanto los presbiterianos como congregacionalistas tenían confesiones para demostrar públicamente lo que creían sin embargo los bautistas ya no tenían la oportunidad de manifestar lo que ellos creían a los demás.

En segundo lugar, el hipercalvinismo. Un pastor bautista llamado Andrew Gifford (1642-1721) conoció a muchos bautistas al suroeste de Inglaterra que enseñaban que los incrédulos no debían orar ni los creyentes debían orar por los no creyentes. La base de esta creencia era que el hipercalvinismo que había entrado en las iglesias bautistas y por tanto ello requería una respuesta de los bautistas. William Kiffen y otros bautistas redactaron una carta para corregir esta falsa enseñanza mostrando por las Escrituras que esta posición era falsa. Esto parecía ser una tendencia creciendo entre los bautistas.

En tercer lugar, la amenaza de los cuáqueros. El movimiento de los cuáqueros había comenzado a finales de la década de 1640 cuando Geoge Fox (1624-1691) el cual era un pastor y zapatero rechazaba gran parte de la teología puritana ortodoxa. La enseñanza de Fox y los cuáqueros era que existía la posibilidad de la salvación para todos los seres humanos volviéndose a la luz interior que existía en ellos. El énfasis de la luz interior a la que se referían los cuáqueros les ponían nombre como Cristo, Espíritu y hacían que esa luz estuviera por sobre la Escritura. Estas enseñanzas pusieron en alerta a los bautistas particulares.

En cuarto lugar, la apostasía de Thomas Collier. Tomas Collier (1634-1691) fue un miembro la iglesia de William Kiffen que había servido como capellán de las tropas parlamentarias en los últimos años de la guerra civil. En 1651 se convirtió en un evangelista itinerante por el suroeste de Inglaterra. Estuvo 15 años realizando este trabajo y por tanto llego a ser un líder muy conocido e influyente entre los bautistas particulares. Sin embargo, en 1674 publicó un libro llamado “tratado de la teología o confesión de fe sobre la esencia del cristianismo” en el cual negaba la trinidad[8], el pecado original, la expiación limitada y decía que la humanidad de Cristo era eterna. Para poder confrontar a Collier se hizo una entrevista entre él y 5 pastores bautistas para convencerse de su error y que renunciara a sus herejías. Sin embargo, se negó a renunciar a sus nuevas doctrinas y por tanto fue expulsado de los bautistas particulares como un hereje. Estas 4 razones son las que hicieron que los bautistas particulares pensaran en desarrollar una nueva confesión que los definiera.

La teología de la confesión.

La primera confesión de 1644 comenzaba con un “para el lector juicioso e imparcial” en el cual explican las razones de la confesión y en esta confesión hacen lo mismo para aclarar cuáles son sus intenciones de publicar esta obra[9]. 

“por lo tanto, concluimos que era necesario expresarnos más plena y distintivamente, además de escoger el método que fuera más comprensible para aquellas cosas que concebimos, a fin de explicar nuestro consenso general y nuestra creencia en estas cosas; y no hallando defecto alguno con respecto a esto en aquel método que fue elegido por la asamblea, y después de ellos, elegido por los de la senda congregacionalista, decidimos con ánimo pronto que es mejor conservar el mismo orden en nuestra presente confesión; más cuando observamos que aquellos mencionados de último escogieron en su confesión (por razones que parecieron de peso tanto a ellos como a otros) no solo expresar sus pensamientos con palabras coincidentes en su significado con las de los primeros,  concernientes a todos aquellos artículos en los que estuvieron de acuerdo, sino también hacerlo en su mayor parte sin ninguna variación de los términos, de igual manera concluimos que es mejor seguir su ejemplo de hacer uso de las mismas palabras junto con ambos en estos artículos (que son muchos) en los que nuestra fe y doctrina es la misma que la de ellos; esto hicimos tanto más abundantemente para manifestar nuestro consenso con ambos en todos los artículos fundamentales de la Religión cristiana, así como con muchos otros, cuyas confesiones ortodoxas han sido publicadas al mundo en nombre de los protestantes en diversas naciones y ciudades”

“En aquellas cosas en las que diferimos de otros nos hemos expresado con toda franqueza y claridad, para que nadie pudiera albergar celos de que escondemos algún secreto en nuestros corazones del cual no quisiéramos que el mundo se enterara; pero esperamos haber cumplido también esas reglas de modestia y humildad que harán inofensiva nuestra libertad con respecto a esto, incluso para aquellos cuyas opiniones son diferentes de las nuestras”

“Hay algo más que profesamos sinceramente y deseamos fervientemente que se nos reconozca, a saber, que la contienda está lejísimos de nuestros propósitos en todo lo que hemos hecho en este asunto; y esperamos que la libertad de un franco despliegue de nuestros principios y la apertura de nuestros corazones a nuestros hermanos, junto con los fundamentos de las Escrituras, en los que nuestra fe y práctica se apoyan, no nos sean negadas por ninguno de ellos ni se lo tomen a mal”

En este prefacio de la confesión podemos ver 4 cosas. Primero que usan intencionalmente el método de la confesión de Westminster. Segundo que usan el orden de la confesión de Saboya. Tercero que editaron las partes en las cuales no estaban de acuerdo con Westminster o Saboya.  Cuarto que su intención no era ser controversiales con los que pensaban de forma diferentes a ellos. En sencillas palabras lo que los bautistas particulares hicieron fue copiar todo lo que era ortodoxo de las confesiones anteriores para luego mostrar cuales eran las diferencias que tenían con los demás. Teniendo en cuenta esto podemos ver como la estructura de la confesión está diseñada en 4 grandes unidades[10]. La primera unidad son los cimientos de la confesión (capítulos 1 al 6) la segunda unidad es estructura pactual (capítulos 7 al 20) la tercera y cuarta unidad es lo que deriva de la estructura pactual (capítulos 21 al 32)



[1] https://semperreformandaperu.org/2022/08/18/bautista-reformado-o-deformado-por-daniel-caballero/ “La tesis principal de Mathew Bingham en su libro “Orthodox Radicals: Baptist Identity in the English Revolution” es que es un anacronismo llamar a los credobautistas del siglo XVII bautistas. La categoría teológica de “bautista” en su sentido denominacional es una categoría que tuvo lugar en el siglo XVIII, por lo cual es una imposición anacronistica histórica y teológica llamar “bautistas” a los teólogos credobautistas del siglo XVII.

[2] Michael Haykin. Kiffin, Knolls, Keach. Recuperando nuestra herencia bautista inglesa. Legado Bautista confesional. Paginas 1-32

[3] Michael Haykin. Kiffin, Knolls, Keach. Recuperando nuestra herencia bautista inglesa. Legado Bautista confesional. Paginas 1-19. Hay un debate en la tradición bautista respecto a cuál es el origen de los bautistas. Michael Haykin enumera las posiciones y asume que los bautistas particulares vienen de las raíces separatistas bautistas.

[4] Los Bautistas y la tradición Cristiana. Editado por Matthew y Emerson. Cristhofer Morgan. R Lucas Lamps página 48. Traducción propia.

[5] Los Bautistas y la tradición Cristiana. Editado por Matthew y Emerson. Cristhofer Morgan. R Lucas Lamps página 33. Traducción propia.

 

[6] James M. Renihan. Confesando la fe entre 1644 a 1689. Legado bautista confesional. Páginas 1-16. Las fuentes de la confesión de 1644 fueron el 50% de la confesión verdadera de Henry Ainsworth y la medula de la teología de William Ames. El propósito era demostrar que tenían mucho en común con la teología de la época.

[7] Michael Haykin. Kiffin, Knolls, Keach. Recuperando nuestra herencia bautista inglesa. Legado Bautista confesional. Páginas 109-121.

[8] Tópicos en Teología pastoral. Volumen 1. Puritana y reformada. Editado por Jaime Caballero. Teología para vivir. Página 34-36

[9] Edición de lectura. Segunda confesión de Londres de 1689. Legado Bautista Confesional. Páginas 1-9

[10] James M. Renihan. To the judicious and the impartial reader. Baptist Symbolics. Volumen 2. Tabla de contenido.

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