Predicándoles a los judíos[1]
Habiendo
entendido toda la historia de Israel, sus creencias y sus fiestas debemos
entonces saber cómo le vamos a predicar. Cuando Jesucristo y los apóstoles
(especialmente Pablo) les predicaban a los judíos lo primero que hacía era ir a
las mismas Escrituras para mostrarle que ellos no estaban interpretando las
Escrituras bien. Por ejemplo el primer
(Hechos 2:14-42) y segundo sermón de
Pedro (Hechos 3:11-26) tiene muchas alusiones a las profecías del Antiguo
testamento como Joel 2:28-32, Salmos 16:8-11, Salmos 89:3-4; 132:11; Salmos
110:1; Dt 18:15-16; 18:19; Gen 22:18. Por tanto nuestro trabajo con los judíos
es mostrarles las Escrituras e interpretarlas correctamente a la luz del
mesías.
Respondiendo a las
objeciones judías
Los judíos afirman que Dios es uno y que
la trinidad cristiana se contradice con sus enseñanzas[2].
En
primer lugar que hay que aclarar es que los cristianos también sostenemos que
Dios es uno (Mt 4:10; 22:37-38; 1 Cor 8:6) En segundo lugar cuando los judíos
afirman que Dios es uno están diciendo que Dios es el único Dios verdadero y
nada más que eso (Dt 6:4; Isa 45:5, 18; 22) o sea no están discutiendo
filosóficamente si Dios en su naturaleza es una unidad absoluta o compuesta. En
tercer lugar hay versículos que nos hablan en plural en las Escrituras hebreas
(Gen 1:26; 3:22; 11:7; Isa 6:8) aunque la respuesta de los rabinos ha sido
señalar que cada vez que se usa el plural es seguido inmediatamente por el
singular. Pero aún así este lenguaje plural en la unidad es algo común en la
mentalidad hebrea y es claramente una posibilidad de entender estos pasajes. En
cuarto lugar, el Nuevo Testamento sigue la tradición judía de que Dios hizo
todas las cosas por medio de la palabra (Gen 1:3; Sal 33:1; 107: 19-20;
147:15-18; Isa 55:10-11) pero los cristianos afirmamos que esa Palabra se hizo
carne (Jn 1:1) En quinto lugar esa palabra se hizo carne y puso su morada entre
nosotros (Jn 1:14) así como lo hizo el pasado en el tabernáculo (Exo 25:6) y en el templo (1
Cro 6:1-2) la gloria de Jehová llenaba el templo (2 Cro 7:1-2) Cristo es la
misma imagen del Padre (Col 1:15-19) En sexto lugar hay pasajes problemáticos
que los judíos no pueden explicar sin considerar a Dios encarnado (Gen
16:7-11;18:1-2; 16-17; 19:1; Exo 3:2; Josué 5:13-15) En séptimo lugar el
Espíritu Santo es una persona desde las Escrituras hebreas (2 Sam 23:2; Sal 106: 32-33; Isa 63:10-14; Eze
11:5; Neh 9:2; Eze 36:25-26) A la luz de
todo esto podemos aceptar lo que el nuevo testamento nos enseña respecto a la
trinidad.
La doctrina del pecado original.[3]
En
realidad hay bastantes escrituras en el Antiguo testamento para ver como la
humanidad está totalmente corrompida y por tanto se puede asumir que hay una
naturaleza pecaminosa trasmitida desde Adán que los cristianos llamados “pecado
original”. ¿Por qué mato Caín a Abel Gen 4:8? ¿Por qué el pensamiento de los
hombres es de continuo el mal Gen 6:5? ¿Por qué el mal es desde la juventud Gen
8:21? ¿Por qué dice David que nació en pecado Sal 51:5? ¿Por qué dice que es
así desde la matriz Sal 58:3? ¿Por qué todos nos desviamos del camino de Dios
Isa 53:6? ¿Por qué dice Eclesiastés 7:20 que no hay hombre que no peque?
Explicar el mal sin el “pecado original” no es posible. Las mismas Escrituras
aluden a eso y son más explicitas en el Nuevo testamento (Mt 15:18-20; Rom
3:9-20) La Enciclopedia judía igual deja la puerta abierta a esta
interpretación:
“A
través del pecado de sus primeros antepasados, toda la raza humana
"cayó" de la bienaventuranza y la gracia. La teología cristiana
sostiene que este "pecado original" ha involucrado a la humanidad en
una pecaminosidad y depravación inherente y congénita de la cual solo un acto
Divino especial puede "salvarlos". Los rabinos generalmente
sostuvieron que todos los hombres mueren a causa del pecado de Adán (una
opinión divergente es expresada por R. Ammi en Shab. 55a) pero no enseñaron una doctrina del pecado original.
Sin embargo, hay una opinión de que la serpiente le transmitió a Eva un defecto
[por cópula] que transmitió a todos sus descendientes. En el Monte Sinaí, los
israelitas fueron restaurados al estado original de perfección del hombre, pero
esto fue deshecho nuevamente por el pecado del becerro de oro”
Los judíos se aferran a la idea de que
Jesús no puede ser el mesías porque debía traer paz a la tierra[4].
Pero ¿Dicen esos las Escrituras? Hay algunos pasajes que lo hacen (Isa 2:1-4)
Pero ¿Es eso todo lo que dicen acerca del mesías? Hageo 2:6-9 se escribió al final de la construcción del segundo
templo y se profetizaba que la gloria de este templo seria mayor que la primera
y que les daría paz ¿A qué se refiere? Los rabinos jamás creyeron que se
refería simplemente a la belleza del templo, sino que a la presencia de Dios
tal como fue en el primer templo (Exo 40: 34-35 Tabernáculo; 2 Cro 5:14; 7:1-13
Primer templo) Además nombra la paz ¿Entonces donde está la gloria mayor y la
paz del segundo templo cuando ya fue destruido? Las explicación más lógica a
través de las mismas Escrituras es que Jesús fue la gloria mayor y que el trajo
la paz a esa lugar por medio de su vida y predicación (Mt 12:6-8; Jn 14:27; Hch
10:36)
Malaquías 3:1-5 Los
comentaristas judíos opinan que se refería a una visita en los días del segundo
templo para purificar a algunos y juzgar a otros. El segundo templo iba a ser
destruido en el año 70 por tanto el “mensajero” (mesías) tiene que haber venido
antes que la destrucción del segundo templo purificando a algunos y juzgando a
otros (con la destrucción) ¿Quién fue el que vino durante esa etapa?
Jesucristo.
Daniel 9:26 Es
una profecía muy discutida en la cual no entraremos en detalle ahora. Pero solo
debemos observar un dato interesante que nos dice que el Mesías debe morir
antes de la destrucción del templo y la ciudad. Esta destrucción llego el año
70, la cual había profetizada por Jesús (Mt 24:1-2) ¿Y quien murió antes que
esa época? Jesús.
Entonces
el problema es que estas profecías hablan de que esto se iba a cumplir cuando
el segundo templo estaba en pie aun, pero si estas profecías no se cumplieron
con Jesucristo ¿Con quien más se cumplieron o como pueden cumplirse en el
futuro si el segundo templo está destruido? Por tanto es claro que Jesús ha
traído la paz, es el tercer templo y que
ha reunido a todas las naciones en sí mismo (Ezequiel 37:26-28 citado por Pablo
en 2 Corintios 6:16)
El Mesías del Antiguo testamento no
es divino ni sufriente[5]
Los
judíos nunca han tenido una afirmación oficial respecto a la naturaleza del mesías
y muchos eruditos judíos describen la naturaleza del mesías como “Semi divina o
cuasi divina” debido a los pasajes que las Escrituras le atribuyen tales
atribuciones (Isa 9:6; 52:13; Daniel 7:13-14;) Hay muchos comentarios de
rabinos que ven al mesías como un mesías sufriente al cual se le aplica Isaías
53 como los cristianos afirman. Es común que algunos judíos respondan diciendo
que solo al revisar el contexto te puedes dar cuenta que no está hablando del
mesías sino de Israel nacional, pero (Brown observa que no fue hasta el siglo
XI que interpreto así)
Aunque esto es cierto no es totalmente
correcto[6].
La idea del siervo del Señor se repite 17 veces en Isaías 40-51 a veces con
referencia a la nación de Israel como un todo (Isa 41:8-9; 42:19; 43:10; 44:21;
45:4; 48:20) y otras veces con referencia a un individuo justo dentro de la
nación (Isa 49:3; 5-7; 50:10; 52:13) Observando esto podemos concluir que
comienza hablando del siervo como el Israel nacional, pero después habla del
Siervo como una persona individual (Isa 53:11) Otro dato interesante es que el
siervo nacional es desobediente (Isa 42:18-20) mientras que el siervo
individual es obediente (Isa 42:1, 6-7) La liberación de la cautividad
babilónica incluía la gloria universal (Isa 40:3-5; Isa 52:10) pero si el
pueblo fue liberado con menos de 45.000 judíos (Neh 7) ¿Dónde está la gloria
universal que profetizo Isaías? Es por eso que la “gloria venidera” debe
interpretarse de otra manera en estos pasajes. Es Juan el bautista quien habla
de preparar el camino del mesías citando Isaías 40:3 (Mt 3:3) y anuncia la
verdadera liberación que viene por medio de Cristo el mesías.
La traducción e interpretación de Isaías
7:14 aplicada por Mateo 1:21 al nacimiento virginal no es correcta[7].
El
problema de la traducción de la palabra sigue siendo un debate entre judíos y
cristianos hasta el día de hoy. El problema es que la palabra en el hebreo
significaba “joven” o “doncella” (Heb. Alma) y la traducción griega de la
Septuaginta fue “virgen” (Gr. Partheos) Algunos dicen que si Isaías hubiera
querido decir “virgen” hubiera utilizado una palabra más explícita (Heb.
Betula, virgen) Pero el problema allí esta palabra no significa siempre virgen
sino que en muchas ocasiones significa “joven y doncella” también. Por tanto
¿Es posible que las palabras que alude a “joven y virgen” se tradujeran por
“virgen”? Claro que es posible. Pensando en el contexto general del Antiguo
testamento en donde el Mesías seria divino ¿No sería lógico pensar que el
mesías vendría de forma extraordinaria? En los nacimientos milagrosos de las
Escrituras hebreas siempre había intervención divina (Gen 16:11; Jueces
13:2-3.5.7;) Para los oyentes originales de esta profecía nunca fue clara lo
que significaba ya que el contexto que ellos vivían era de crisis frente al
ataque de sus hermanos del Norte y se le pide al Rey Azaz confiar en la señal
de Dios (Isaías 7). Por tanto la interpretación que hace Mateo es perfectamente
aceptable con los estándares de la interpretación de la época.
Los
judíos creen que la salvación es por lo que se hace no por lo que se cree[8]. Desde las Escrituras hebreas se nos
muestra que la salvación siempre ha sido por gracia y no por obras. Por ejemplo
Dios eligió a Abram siendo un pagano (Gen 12:1) y fue justificado por la fe
(Gen 15:6) Dios eligió al pueblo por su gracia (Dt 7:7-12) Dios es muestra su
gracia y después da la ley (Exo 20:1-2; Dt 5:2-5) En los salmos se nos muestra
la misericordia y gracia de Dios (Sal 130:1-2; 143:1-2) El libro de Habacuc
dice que el justo por la fe vivirá (Hab 2:4) El sistema de sacrificios mostraba
que nosotros no podíamos obedecer la ley sino que había que hacer sacrificios
por el pecado (Lev 1:1-4;16) El Nuevo testamento enseña lo mismo, pero dice que
el sacrificio final y definitivo por los pecados fue Jesucristo (Hebreos 9:26)
Jesús y las fiestas judías. Los
autores del Nuevo testamento eran judíos por tanto ellos aluden constantemente
a las fiestas judías. Jesús celebro la pascua (Mt 26:17) y fue identificado
como el “cordero que quita el pecado del mundo” (Jn 1:29) o como el cordero
mismo que fue sacrificado (1 Cor 5:7) La fiesta de los panes sin levadura (1
Cor 5:8) La fiesta de las primicias y la resurrección de Cristo (1 Cor 15:23)
La fiesta de Pentecostés (Hch 1:5; 2.4) La fiesta de las trompetas (Mt 24:31) La
expiación (Rom 11:26 Yom Kipur) Michael Brown[9] sugiere que el orden de
las fiestas judías corresponden con los mismos eventos de Jesús. El murió
primero (la pascua) después resucito (1 Cor 15:20-23 La fiesta de las
primicias) después vino el derramamiento del Espíritu Santo (Hch 2:1 fiesta del
Pentecostés) Luego Cristo volverá (1 Cor 15:51-52 La fiesta de las trompetas) El
pueblo de Israel se arrepentirá de su pecado (El Yom Kipur Zac 12:.10-14) y
finalmente los judíos moraran con el mesías (La fiesta de los tabernáculos Zac
14:16)
[1]
Luisa Jeter de Walker ¿Cuál camino? El judaísmo. Páginas 17-30. Norman Anderson. Las religiones del mundo.
Páginas 62-98. Michael Brown. Respondiendo a los judíos en 4 Volúmenes. Cada
volumen esta dedica do a responder una objeción particular. El primero responde
a las objeciones “generales” El segundo a las objeciones históricas. El tercero
a las objeciones teológicas y el cuarto a las objeciones basadas en las
profecías mesiánicas.
[2]
Michael Brown. Respondiendo a las objeciones judías. Volumen 2. Páginas 15-41
[3]
Michael Brown. Respondiendo a las objeciones judías. Volumen 2. Páginas 257-269.
[4]
Michael Brown. Respondiendo a las objeciones judías. Volumen 1. Páginas 119-135
[5]
Michael Brown. Respondiendo a las objeciones judías. Volumen 2. Páginas 273-298
[6]
Michael Brown. Respondiendo a las objeciones judías. Volumen 3. Páginas 56-74
[7]
Michael Brown. Respondiendo a las objeciones judías. Volumen 3. Páginas 29-46
[8]
Michael Brown. Respondiendo a las objeciones judías. Volumen 2. Páginas 240-
252
[9]
Michael Brown. Respondiendo a las objeciones judías. Volumen 1. Páginas 135-140
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