Pensar el mundo a través de las Escrituras...

lunes, 19 de octubre de 2020

Tomando la cena indignamente 1 Corintios 11:27-34



Dietrich Bonhoeffer fue un teólogo alemán asesinado durante el contexto de la segunda guerra mundial y que es conocido por haber escrito pocos libros pero muy profundos sobre algunos temas. Uno de ellos es el libro “Vida en comunidad” en el cual explica lo que significa vivir en comunidad. Cuando habla de “La comunidad de la mesa” escribe[1]:

“Cada vez que los creyentes comparten la mesa, confiesan que Jesús está presente en medio de ellos como su Señor y su Dios. Y no es que se ceda la tendencia enfermiza de espiritualizar los dones temporales, sino que los creyentes reconocen a Jesucristo como autor de esos dones, y además, como el mismo don supremo, el verdadero pan de vida, que nos invita al banquete gozoso en el reino de Dios. De este modo, la comunidad de mesa cotidiana vincula a los cristianos con su Señor y les une entre si de una forma especial. Reconocen que es Jesucristo quien parte el pan, se les abren los ojos de su fe”

El vivir en comunión como cristianos tiene la idea de poner a Jesucristo en el centro de toda comunión. Y aunque los Corintios vivían en comunidad dentro de esa iglesia había muchos pecados los cuales tenían que corregirse como el culto por ejemplo. Pablo ha estado hablando en este capítulo 11 acerca del culto del Señor y comenzó felicitándolos porque habían mantenido algunas cosas que él les había trasmitido (1 Cor 11:2) Luego hablo del origen o procedencia de Cristo, del hombre y la mujer y que finalmente todo proviene del Dios creador. En este contexto habla de que los que hacemos en el culto público es muy importante. El hombre no debe cubrirse la cabeza porque en aquella cultura significaba actuar como los sacerdotes paganos. Por otro lado las mujeres deben cubrirse la cabeza porque en esa cultura el andar con la cabeza descubierta o tener el pelo corto o rapado significaba actuar como las mujeres paganas. Toda esta reflexión seguramente habría causado mucha discusión de la tal el Apóstol Pablo pretende no involucrarse (1 Cor 11:16)

Pero luego en la segunda parte de este capítulo 11 Pablo nos los felicita en como celebran la cena del Señor (1 Cor 11:17) La razón es porque se ha causado muchas divisiones entre ellos que ha revelado quienes son verdaderamente creyentes y quienes no (1 Cor 11:18-19) Pero el conflicto más grande se debe a como los hermanos que son ricos tratan a los hermanos que son pobres siguiendo el patrón de las comidas grecorromanas en donde solo las personas ricas se juntaban a comer excluyendo a los hermanos pobres (1 Cor 11:20-22) Esto no reflejaba en ningún sentido como el Señor instituyo la cena del nuevo pacto en donde habían personas de distintos trasfondo sociales y económicos

Examinarse a sí mismos 1 Corintios 11:27-29

Pablo comienza en estos versículos con el “Así que” mostrando una especie de conclusión respecto a lo que había dicho en como celebrar la Cena del Señor entre los diversos hermanos en la iglesia. Verso 27

Así que cualquiera que coma este pan o beba esta copa del Señor de manera indigna, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor (RVC)

Por lo tanto, cualquiera que coma el pan o beba de la copa del Señor de manera indigna será culpable de pecar contra el cuerpo y la sangre del Señor (NVI)

De manera que el que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor (LBLA)

Pablo habla que cualquiera que coma el pan y la copa de forma “indigna”. ¿A qué se refiere con indigna? Comer de manera indigna se refiere a comer de forma no consciente de la situación social que está dividiendo a la iglesia en Corinto.[2] O sea si los hermanos ricos se acercan a comer a la cena del Señor sin considerar o arrepentirse del pecado que ellos les están haciendo a sus hermanos está comiendo la cena de una forma indigna. Por tanto quien come así la Cena del Señor será “culpable del cuerpo y la sangre del Señor” (RVC) “Sera culpable de pecar contra el cuerpo y la sangre del Señor” (NVI; LBLA) ¿A que refiere con ser culpable del cuerpo? Hay algunos comentaristas dicen que aquí se podría referir a que “profana la cena del Señor de tal forma que es como si mismo asesinara a Cristo[3]” pero la forma más general de entenderla que aquel que participa de la cena del Señor y la profana se hace responsable de la muerte de Jesucristo[4]. Por tanto aquellos que se acercan a la Cena practicando el pecado contra sus hermanos es como si fueran igual como aquellos que lo asesinaron a Jesucristo. Hebreos 10:26-31

“Si con toda intención pecamos después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados sino una terrible expectativa del juicio y del fuego ardiente que devorará a los enemigos de Dios. Cualquiera que desobedece la ley de Moisés, muere sin falta, siempre y cuando haya dos o tres testigos que declaren en su contra.  ¿Y qué mayor castigo piensan ustedes que merece el que pisotea al Hijo de Dios y considera impura la sangre del pacto, en la cual fue santificado, e insulta al Espíritu de la gracia? Bien sabemos que el Señor ha dicho: «Mía es la venganza, yo pagaré», y también: «El Señor juzgará a su pueblo». ¡Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo!”

El autor de hebreos nos recuerda lo terrible que es ser culpable pisotear la obra de Cristo. Pablo les está diciendo a los hermanos Corinto ¿Saben lo grave que es hallado culpable de la sangre y el cuerpo de Cristo? ¿Se dan cuenta de lo que están haciendo? Versos 28-29.

Por tanto, cada uno de ustedes debe examinarse a sí mismo antes de comer el pan y de beber de la copa. Porque el que come y bebe de manera indigna, y sin discernir el cuerpo del Señor, come y bebe para su propio castigo (RVC)

Así que cada uno debe examinarse a sí mismo antes de comer el pan y beber de la copa.  Porque el que come y bebe sin discernir el cuerpo[d] come y bebe su propia condena (NVI)

Por tanto, examínese cada uno[l] a sí mismo, y entonces coma del pan y beba de la copa. Porque el que come y bebe sin discernir correctamente el cuerpo del Señor, come y bebe juicio para sí. (LBLA)

Por tanto lo que Pablo nos dice que cuando alguien se acerque a la mesa se “examine” o “discierna” el cuerpo antes de participar de la cena porque de lo contrario come y bebe “para su propio castigo” “para su propia condena” (NVI) “come y bebe juicio para sí” (LBLA) ¿A qué se refiere con examinarse y discernir el cuerpo? La primera alternativa es hacer una introspección de nuestro propio corazón antes de participar de la cena. Salmos 26:2; 139:23-24

“¡Ponme a prueba, Señor! ¡Examíname! ¡Escudriña mis anhelos y mis pensamientos!

“Señor examina y reconoce mi corazón; pon a prueba cada uno de mis pensamientos. Así veras si voy por mal camino, y me guiaras por el camino eterno”

Aunque ciertamente hay algo de esto en el sentido de examinarse y discernir[5] es mucho más que eso. Se trataría más bien de examinar la situación en la cual estoy participando. ¿Puedo examinar y discernir que estoy participando en una situación injusta donde se permite oprimir al pobre o donde yo mismo lo estoy haciendo? Este es un examen no solo referente a Dios sino referente en como trato a mi prójimo antes de participar en la Cena del Señor[6] que proclama el evangelio donde hay personas de todo estrato social, sexo y cultura. Así como Pablo llama a los Corintios a examinarse y discernir también nos llama a nosotros a hacer lo mismo antes de participar en la Cena del Señor.

En primer lugar examina tu relación con Cristo. Hermano (a) ¿Cómo estás viviendo tu fe cristiana? ¿Estas usando toda tu energía, tiempo, dinero, vida para conocer más a Dios y predicar el evangelio? ¿Cómo está tu comunión con Dios? ¿Cuáles son tus prioridades en tus oraciones: tus peticiones o reino de Dios y su justicia? ¿Cómo te acercas a la mesa del Señor? ¿Practicando algún pecado? ¿Frio e indiferente? ¿Te das cuenta lo que evidencia este nuevo pacto que el triunfo sobre el pecado y la muerte? Salmos 42:1-2

“Como ciervo que brama por las corrientes de agua, así mi alma clama por ti, mi Dios. Mi alma tiene sed de ti, Dios de la vida; ¿Cuándo vendré a presentarme ante ti, mi Dios?”

En segundo lugar examina tu relación con los hermanos. Hermano (a) ¿Cómo están tus relaciones con tus hermanos? ¿Hay preocupación por los pobres y necesitados de la iglesia? ¿Están en tus oraciones tus hermanos? Mateo 25:34-46

“y entonces el Rey dirá a los de su derecha: “Vengan, benditos de mi Padre, y hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y me recibieron; estuve desnudo, y me cubrieron; estuve enfermo, y me visitaron; estuve en la cárcel, y vinieron a visitarme.”  Entonces los justos le preguntarán: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre, y te dimos de comer; o con sed, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recibimos; o desnudo, y te cubrimos?  ¿Cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y te visitamos?” Y el Rey les responderá: “De cierto les digo que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos más pequeños, por mí lo hicieron.” Entonces dirá también a los de la izquierda: “¡Apártense de mí, malditos! ¡Vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles! Porque tuve hambre, y no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; fui forastero, y no me recibieron; estuve desnudo, y no me cubrieron; estuve enfermo, y en la cárcel, y no me visitaron.” Ellos, a su vez, le preguntarán: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre, o con sed, o forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?” Y él les responderá: “De cierto les digo que todo lo que no hicieron por uno de estos más pequeños, tampoco por mí lo hicieron.” Entonces éstos irán al castigo eterno, y los justos irán a la vida eterna.»

Una de las marcas de ser un verdadero creyente es el amor por Dios y por los hermanos. Aquellos que decimos amar a Dios pero no amamos a los hermanos no podemos decir que amamos a Dios (1 Juan 4:20)

La disciplina de Dios a su pueblo 1 Corintios 11:30-32

Sabemos que antes de que Pablo escribiera esta carta ya habían muchos cristianos generalmente ricos que estaban pecando contra sus hermanos pobres por tanto muchos de ellos estaban sufriendo las consecuencias de ese actuar. Versos 30-32

Por eso hay entre ustedes muchos enfermos y debilitados, y muchos han muerto.  Si nos examináramos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; pero si somos juzgados por el Señor, somos disciplinados por él, para que no seamos condenados con el mundo (RVC)

Por eso hay entre ustedes muchos débiles y enfermos, e incluso varios han muerto.  Si nos examináramos a nosotros mismos, no se nos juzgaría; pero, si nos juzga el Señor, nos disciplina para que no seamos condenados con el mundo (NVI)

Por eso hay entre ustedes muchos enfermos y debilitados, y muchos han muerto. Si nos examináramos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; pero si somos juzgados por el Señor, somos disciplinados por él, para que no seamos condenados con el mundo (LBLA)

Podemos ver que Pablo dice que dentro de la iglesia en Corinto hay “enfermos, debilitados y muertos” debido a que han sido juzgados por Dios o disciplinados por él. Podemos ver en estos pasajes tres cosas. En primer lugar Dios juzga o disciplina a su pueblo. Hebreos 12: 5-11

“y ya han olvidado la exhortación que como a hijos se les dirige: «Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni te desanimes cuando te reprenda; porque el Señor disciplina al que ama, y azota a todo el que recibe como hijo. »Si ustedes soportan la disciplina, Dios los trata como a hijos. ¿Acaso hay algún hijo a quien su padre no discipline?  Pero si a ustedes se les deja sin la disciplina que todo el mundo recibe, entonces ya no son hijos legítimos, sino ilegítimos. Por otra parte, tuvimos padres terrenales, los cuales nos disciplinaban, y los respetábamos. ¿Por qué no mejor obedecer al Padre de los espíritus, y así vivir?  La verdad es que nuestros padres terrenales nos disciplinaban por poco tiempo, y como mejor les parecía, pero Dios lo hace para nuestro beneficio y para que participemos de su santidad. Claro que ninguna disciplina nos pone alegres al momento de recibirla, sino más bien tristes; pero después de ser ejercitados en ella, nos produce un fruto apacible de justicia”

Aquellos que somos hijos de Dios experimentamos la disciplina de Dios porque eso nos ayuda a crecer en la fe. La disciplina en las Escrituras es una expresión de amor de Dios y muchas veces es un elemento purificador de nuestra vida espiritual (1 Pedro 1:7)

En segundo lugar en las Escrituras podemos ver que Dios juzga a las personas con enfermedades, debilidades o la muerte. Podemos ver varios ejemplos de esto. Hechos 5:5, 10-11; 2 Corintios 12:7-9

“Al oír Ananías estas palabras, cayó muerto. Y a todos los que se enteraron les entró mucho miedo… Al instante, ella cayó muerta a los pies de Pedro, y cuando entraron los jóvenes y la hallaron muerta, la sacaron y la sepultaron junto a su marido. Esto hizo que toda la iglesia y todos los que supieron esto se llenaran de mucho miedo”

“Y para que no me exaltara demasiado por la grandeza de las revelaciones, se me clavó un aguijón en el cuerpo, un mensajero de Satanás, para que me abofetee y no deje que yo me enaltezca. Tres veces le he rogado al Señor que me lo quite, pero él me ha dicho: «Con mi gracia tienes más que suficiente, porque mi poder se perfecciona en la debilidad.» Por eso, con mucho gusto habré de jactarme en mis debilidades, para que el poder de Cristo repose en mí. Por eso, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en las afrentas, en las necesidades, en las persecuciones y en las angustias; porque mi debilidad es mi fuerza”

Desde el Antiguo pacto hasta el Nuevo pacto Dios ha juzgado a su pueblo cuando practica el pecado y eso significa que Dios aún puede juzgar de esta manera nuestras vidas.

En tercer lugar no toda enfermedades, debilidad o muerte es causa del juicio de Dios. Los amigos de Job, como los discípulos de Jesús razonaron de esta manera y Dios corrigió esta idea. Juan 9:1-3

Al pasar, Jesús vio a un hombre que era ciego de nacimiento. Sus discípulos le preguntaron: «Rabí, ¿quién pecó, para que éste haya nacido ciego? ¿Él, o sus padres?» Jesús respondió: «No pecó él, ni tampoco sus padres. Más bien, fue para que las obras de Dios se manifiesten en él.

Por tanto aunque Dios juzga a su pueblo debemos ser muy cuidadoso para hacer afirmaciones sobre que toda enfermedad, debilidad o muerte es consecuencia del juicio de Dios. Más bien debemos recordar que hay dolor, sufrimiento y muerte porque vivimos en un mundo caído (Gen 3) Estos versículos nos enseñan dos cosas.

En primer lugar que Dios nos disciplina por nuestros pecados. Hay que hacer una distinción importante respecto a la disciplina de Dios. Lo primero es que Dios disciplina comúnmente a través de su iglesia. Esto lo podemos ver en la misma carta en donde Pablo llamo a la iglesia a expulsar a esa persona que se decía cristiana y estaba viviendo como pagano (1 Cor 5) En otras palabras Pablo estaba llamando a la iglesia a disciplinar a aquellas personas. Durante mi vida cristiana he conocido a varios que han experimentado la disciplina de la iglesia y que Dios ha usado para que vuelvan a sus caminos en arrepentimiento. Lo segundo es que Dios juzga o disciplina en ocasiones de forma directa como nos señala en estos versículos. John Flavel fue un importante puritano que escribió un libro llamado “El misterio de la providencia” en donde relata como el obispo Basilio o San Basilio fue afligido durante un largo tiempo con un violento dolor de cabeza el cual lo mantenía débil y fue usado por Dios para librarlo de la lujuria.[7] ¿Te das cuenta que Dios puede usar tus debilidades para sus gloria? ¿Te das cuenta que Dios puede usar tus enfermedades para su gloria? ¿Te das cuenta que Dios puede usar tu muerte para su gloria? Entonces ¿Estás dispuesto a aceptar su disciplina?

En segundo lugar hay algunas enfermedades, debilidades o muertes que pueden ser parte del juicio de Dios. Cuando la pandemia comenzó John Piper escribió un libro “Coronavirus y Cristo” en donde afirmaba que Dios usaba esta pandemia para varias cosas como ver lo terrible que es el pecado, despertando nuestro anhelo por la segunda venida, la oportunidad de predicar, el valor infinito de Cristo. Pero una de las cosas por las que más se le critico fue porque el afirmaba que Dios estaba usando esta pandemia para “enviar juicios divinos específicos”. Pero si uno observa versículos como el que vimos podemos fácilmente ver Dios si juzga específicamente algunas cosas pecaminosas. No sabemos porque unas si y otras no, pero si sabemos que juzga algunas cosas. Tampoco podemos afirmar que toda enfermedad, debilidad o muerte son juicio de Dios pero podríamos afirmar que si hay algunos juicios que si vienen de parte de Dios. Si estas en pecado ¿No temes al juicio de Dios? Si no has pecado contra tu hermano ¿No temes al juicio de Dios? Si otros hermanos te han dañado y aun no perdonas ¿No temes al juicio de Dios? Si estás pasando por alguna prueba y te quejas de Dios ¿No temes al juicio de Dios?

La respuesta a la práctica pecaminosa 1 Corintios 11:33-34

Después que Pablo da las advertencias respecto a cómo acercarse a la mesa del Señor y la necesidad de examinarse a la luz de todo el contexto ahora el apóstol da una respuesta directa a lo que estaba pasando en la iglesia de Corinto. Versos 33-34.

“Así que, hermanos míos, cuando se reúnan a comer, espérense unos a otros.  Si alguno tiene hambre, que coma en su casa, para que sus reuniones no se hagan acreedoras al castigo. Lo demás lo pondré en orden cuando vaya a verlos” (RVC)

 “Así que, hermanos míos, cuando se reúnan para comer, espérense unos a otros. Si alguno tiene hambre, que coma en su casa, para que las reuniones de ustedes no resulten dignas de condenación. Los demás asuntos los arreglaré cuando los visite. (NVI)

“Así que, hermanos míos, cuando os reunáis para comer, esperaos unos a otros. Si alguno tiene hambre, coma en su casa, para que no os reunáis para juicio. Los demás asuntos los arreglaré cuando vaya” (LBLA)

Como ya sabemos los hermanos ricos en Corinto no estaban esperando a sus hermanos pobres o si es que había alguno no compartían nada con ellos sino que ellos comían y bebían hasta el punto de embriagarse. Por tanto Pablo les dice que cuando se reúnan como iglesia deben esperarse uno a otros. Si algún hermano rico llega con hambre al lugar es mejor que coma primero en su casa y cuando estén en comunión con todos los hermanos compartan con ellos. No sabemos que otros asuntos Pablo tenían que arreglar en la iglesia de Corinto pero cuando fuera a verlos iba a arreglarlo. Lo que el Apóstol les está diciendo en otras palabras es “Si han estado pecando contra sus hermanos arrepiéntanse de ello y vuelvan a practicar la voluntad de Dios”. Y esto es lo maravilloso del evangelio es que si el Espíritu Santo te ha dado convicción de pecado y te niegas a arrepentirse serás juzgado por el Dios santo pero si te arrepientes encontraras “paz con Dios” y vas a experimentar un gozo que ningún pecado puede darte. ¿Qué harás pecador? ¿Qué harás hermano? ¿Seguirás en pecado para ser destruido o podrás toda tu confianza y esperanza en el Salvador?

 

 

 

 



[1] Dietrich Bonhoeffer. Vida en comunidad. Página 60.

[2] Craig Keener. Comentario cultural del Nuevo testamento. Página 476

[3]William Hendriksen. Comentario de 1 de Corintios. Página 353

[4] Gordon Fee. Epístola de 1 de Corintios. Página 478

[5] Gordon Fee. Primera epístola a los Corintios no cree que se refiera a una introspección personal. Página 479. Por otro lado Wiliam Hendriksen y Gary Shogren cree que la idea si está el texto pero no es lo principal.

[6] Gordon Fee. La primera epístola a los Corintios. Página 479

[7] John Flavel. La providencia de Dios. Página 186. Editorial Teología para vivir. 



 

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