Hemos
visto que las relaciones amorosas del noviazgo moderno son pecaminosas, porque
el objetivo que busca un creyente con una relación de noviazgo es el
matrimonio. La caída nos muestra como todo fue afectado por el pecado y en esto
también está incluido las relaciones amorosas de este siglo, las cuales han
sido distorsionadas por el pecado. Como seres humanos siempre vamos a buscar
satisfacer la carne y no gloria de Dios.
Me gustaría ejemplificarlo con el
libro de Elizabeth Eliott, esposa del conocido Jim Eliott. Ella escribió un
libro llamado “Pasión y Pureza”, como poner nuestra vida amorosa bajo la
autoridad de Cristo.[1] En este libro ella relata
una conversación que tiene con una compañera de cuarto:
“Casi a las dos de la mañana, hace unos años,
una hermosa
chica que
quedaba en mi casa tocó la puerta de mi recámara. Había regresado de una cita y deseaba hablar. Se sentó al borde de mi cama, y me contó sobre su anhelo de casarse con un hombre guapo y acomodado. Este no era el hombre con el que recién había estado. Era bastante
agradable: un cristiano, guapo, interesante, «verdaderamente afable», pero no era rico.
-¿Qué es lo que más deseas sobre todo en la vida? ¿los deseos de Dios o los tuyos? -le pregunté.
-Los de Dios, por supuesto.
- ¿y si Dios te elige un hombre que sea pobre y tosco?
-Oh, i pero Él no haría eso!
-¿Por qué no?
-Porque me ama.
-Ya veo. ¿Entonces le dará
el hombre pobre y feo solo a una mujer que no ame?
-Oh, pero…
-Piensa en cuanto a esto:
¿Ama Dios al hombre feo y tosco? De ser así, ¿Le dará una mujer fea? ¿O le dará
una hermosa?
- iAy por favor!
-Jane, dices que quieres
los deseos de Dios y estos abarcan sus planes para todo un universo, los átomos, los mundos, las personas, hermosas y feas, ricas y pobres. Dios está diseñando un complejo patrón para el bien, y parte de ese patrón podría exigir
darle una hermosa mujer a un hombre tosco. Quizás ese hombre sin atractivo y sin dinero está arándole a Dios para que le seas entregada. Bueno, ¿y qué tiene eso de malo?
-Eso es muy complicado para mí.
He orado por su voluntad, y
he orado por un esposo guapo y adinerado, y eso es lo que voy a obtener, porque Jesús me
ama y Jesús desea que sea feliz.
-Y si no lo obtienes, ¿probará eso que Dios no te ama?
Los ojos azules de la
muchacha se llenaron de lágrimas.
-¿Acaso Dios no desea que sea feliz?
(Escuché un eco de Eva en el Edén.)
-Lo que más desea es que seas santa.
-Miserable y triste, entonces. ¿Eso es lo que Dios desea? ¿Eso es lo que tiene que significar
la santidad?
-¿Tiene? No. No sólo no
tiene, sino, no puede. La verdadera
santidad no puede ser miserable y triste, Jane. Santidad significa “plenitud”. Tú
lo sabes, saludable, plena.
-Bueno, eso tiene que significar feliz.
-Eso por supuesto es lo que
significa. EI problema comienza cuando nos hacemos una idea fija de lo que nos da felicidad y si no recibimos eso, significa que Dios no nos
ama. Caemos en un resbaladero de tenernos lástima a nosotros mismos porque Dios nos odia.
-Pero acabas de decir que Dios desea que seamos felices.
Nos debe dar lo que queremos, ¿no es así? Es decir, dentro de lo razonable.
-Él deseaba que Adán y Eva fueran felices, pero no les dio todo lo que deseaban.
Sabía que eso sería su muerte. Así que se enojaron y decidieron que Dios no los amaba y que tenía que ser tacaño cuando les dijo que no tocaran la fruta. ¿Cómo podría
amarlos si no los dejó tenerla? Le adjudicaron mayor valor al razonamiento de la
serpiente que al de Dios[2].
Este
ejemplo nos muestra que el razonamiento de la serpiente aún nos sigue hasta
estos días y muchos creyentes lamentablemente creer la mentira de Satanás que
la verdad de Dios revelada en su palabra. Lo primero que hace Satanás es
sembrar la duda ¿Con que Dios os ha dicho?, con lo cual quiere decir ¿Sera esto
así? ¿Es realmente esto así o quizás es una simple exageración? Así es como
muchos han reaccionado cuando se habla del tema que comúnmente se llama el
“yugo desigual” (2 Cor 6:14-18)
Después
de la caída todo lo que Dios había creado bueno se distorsiono y ahora cada
cosa que Dios creó podría dañarse. En el caso del noviazgo, el “yugo desigual” es
un pecado que puede dañar la vida espiritual de los creyentes. Lamentablemente
muchos creyentes no toman en serio este mandato buscando muchas justificaciones
para comenzar una relación con un no creyente. Las excusas son desde “yo la
amo” hasta “El Señor puede hacer la obra” pero la cuestión cierta es esta; Dios
no quiere que te involucres en relaciones de noviazgo con un no creyente.
El “Yugo desigual” a través
de las Escrituras
¿Qué significa “yugo desigual”? Un
yugo es una barra de madera que une dos bueyes el uno al otro y a la carga que
tiran. Un equipo "en yugo desigual" tiene un buey más fuerte y uno
más débil, o uno más alto y uno más corto. El buey más débil o corto camina más
lento que el más alto o más fuerte, haciendo que la carga ande en círculos.
Cuando los bueyes están en yugo desigual, no pueden realizar la tarea indicada.
En vez de trabajar juntos, están en desacuerdo el uno con el otro[3].
Por
tanto cuando te unes a un incrédulo lo que está pasando es que están yendo en
direcciones contrarias y no están de acuerdo en el objetivo hacia donde van. El
creyente busca la gloria de Dios, el incrédulo la gloria de los hombres. El
creyente busco conocer las Escrituras para obedecerla, el incrédulo sigue su
propia voluntad. El creyente quiere crecer en santidad, el incrédulo le gusta
vivir en el pecado. El creyente adora a Dios, el incrédulo es siervo de
Satanás. El creyente es hijo de Dios, el incrédulo es hijo del diablo (Jn
8:44).
Desde
el principio de las Escrituras vemos que hay dos simientes. La simiente de
mujer y la simiente de la serpiente (Gen 3:15) Después que Caín mata a Abel, su
descendencia crece (Gen 4:17-24) pero no es hasta que nace Set que “los hombres comenzaron a invocar el nombre
de Dios” (Gen 4:26) Cuando Abraham busco esposa para Isaac le dijo a su
siervo “que no tomarás para mi hijo
mujeres de las hijas de los cananeos entre los cuales yo habito” (Gen 24:3) Isaac
le mando lo mismo a Jacob diciendo “No
tomes mujer de las hijas de Canaán” (Gen 28:1) Dios le advirtió al pueblo
de Dios que cuando entraran a la tierra que el daría debían evitar hacer
cualquier alianza.
“Guarda lo que yo te mando hoy; he aquí que yo echo de delante de
tu presencia al amorreo, al cananeo, al heteo, al ferezeo, al heveo y al
jebuseo. Guárdate
de hacer alianza con los moradores de la tierra donde has de entrar, para que
no sean tropezadero en medio de ti. Derribaréis sus
altares, y quebraréis sus estatuas, y cortaréis sus imágenes de Asera. Porque no te has de inclinar a ningún otro dios, pues Jehová, cuyo
nombre es Celoso, Dios celoso es. Por tanto, no harás
alianza con los moradores de aquella tierra; porque fornicarán en pos de sus
dioses, y ofrecerán sacrificios a sus dioses, y te invitarán, y comerás de sus sacrificios;
o tomando de sus hijas para tus hijos, y fornicando sus hijas
en pos de sus dioses, harán fornicar también a tus hijos en pos de los dioses
de ellas. No te harás dioses de
fundición” Éxodo 34:11-17
Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra en la cual
entrarás para tomarla, y haya echado de delante de ti a muchas naciones, al
heteo, al gergeseo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo,
siete naciones mayores y más poderosas que tú, y Jehová tu Dios las haya
entregado delante de ti, y las hayas derrotado, las destruirás del todo; no
harás con ellas alianza, ni tendrás de ellas misericordia. Y no emparentarás con ellas; no darás tu hija a su hijo, ni
tomarás a su hija para tu hijo. Porque desviará a tu hijo de en pos de mí, y
servirán a dioses ajenos; y el furor de Jehová se encenderá sobre vosotros, y
te destruirá pronto. Mas así habéis de hacer con ellos: sus altares
destruiréis, y quebraréis sus estatuas, y destruiréis sus imágenes de Asera, y
quemaréis sus esculturas en el fuego” Deuteronomio 7:1-5
Pero el
pueblo de Dios no obedeció a este mandato sino que como nos relata el libro de
Jueces:
“Así los hijos de Israel habitaban entre los cananeos, heteos,
amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos. Y tomaron de sus hijas por mujeres, y
dieron sus hijas a los hijos de ellos, y sirvieron a sus dioses” Jueces 3:5-6
El pecado se había extendido tanto en el
pueblo que incluso un nazareno como Sansón había pecaba de esta manera.
“Descendió Sansón a Timnat, y vio en Timnat a una mujer de las
hijas de los filisteos. Y subió, y lo declaró a su padre y a su madre,
diciendo: Yo he visto en Timnat una mujer de las hijas de los filisteos; os
ruego que me la toméis por mujer. Y su padre y su madre le dijeron: ¿No hay
mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo nuestro pueblo, para que
vayas tú a tomar mujer de los filisteos incircuncisos? Y Sansón respondió a su
padre: Tómame ésta por mujer, porque ella me agrada” Jueces 14:1-3
Este
mismo pecado fue el que llevó a la destrucción a Salomón:
“Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas
mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de
Sidón, y a las heteas; gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de
Israel: No os llegaréis a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros; porque
ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A éstas,
pues, se juntó Salomón con amor. Y tuvo setecientas mujeres reinas y
trescientas concubinas; y sus mujeres desviaron su corazón. Y cuando Salomón
era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su
corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David.
Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo
abominable de los amonitas. E hizo Salomón lo malo ante los ojos de Jehová, y no siguió
cumplidamente a Jehová como David su padre. Entonces edificó Salomón un lugar
alto a Quemos, ídolo abominable de Moab, en el monte que está enfrente de
Jerusalén, y a Moloc, ídolo abominable de los hijos de Amón. Así hizo para
todas sus mujeres extranjeras, las cuales quemaban incienso y ofrecían sacrificios
a sus dioses” 1 Reyes 11:1-8
Y este
mismo pecado que llevo al pueblo a la destrucción:
“Mientras oraba Esdras y hacía confesión, llorando y postrándose
delante de la casa de Dios, se juntó a él una muy grande multitud de Israel,
hombres, mujeres y niños; y lloraba el pueblo amargamente. Entonces respondió
Secanías hijo de Jehiel, de los hijos de Elam, y dijo a Esdras: Nosotros hemos
pecado contra nuestro Dios, pues tomamos mujeres extranjeras de los pueblos de
la tierra; mas a pesar de esto, aún hay esperanza para Israel. Ahora, pues,
hagamos pacto con nuestro Dios, que despediremos a todas las mujeres y los
nacidos de ellas, según el consejo de mi señor y de los que temen el
mandamiento de nuestro Dios; y hágase conforme a la ley. Levántate, porque esta
es tu obligación, y nosotros estaremos contigo; esfuérzate, y pon mano a la
obra. Entonces se levantó Esdras y juramentó a los príncipes de los sacerdotes
y de los levitas, y a todo Israel, que harían conforme a esto; y ellos juraron”
Esdras 10:1-5
Podemos
ver que el Señor condeno con claridad los matrimonios con mujeres extranjeras
porque ellas iban a desviar al pueblo de Dios a la adoración pagana. ¿No es
acaso cierto esto todavía el día de hoy?
El texto
más claro para condenar el yugo desigual es 2 Corintios 6:14-7:1 en donde se nos presenta las razones por las
cuales no unirnos en yugo desigual. En primer lugar porque no existe comunión
entre la justicia e injusticia, entre la luz y las tinieblas (V14) En segundo
lugar porque adoran a distintos dioses. El creyente adora al Dios verdadero, el
incrédulo adora a dioses falsos (V15) En tercer lugar porque los creyentes
somos templo de Dios y se nos manda a no contaminarnos con el pecado (V16-18)
En cuarto lugar porque debemos buscar la santificación en todas las áreas de
nuestra vida.
Hay una
reconocida misionera en los Bautistas del Sur de Estados unidos llamada
Charlotte Lottie Moon[4]
(1840-1912) ella fue una de las primeras misioneras solteras enviadas a China
por los Bautistas del Sur y paso 40 años enseñando a niños y predicándole a
mujeres. Con los años ella creó su propia agencia misionera donde se recaudaba
dinero para las misiones. Cuando Charlotte estuvo estudiando en el instituto de
mujeres ella tuvo como profesor a Crawford Howell Toy[5]. Toy fue un excelente
profesor que manejaba muchas materias, pero su especialidad era el hebreo. Pronto Toy se interesó por Charlotte y él le
pidió matrimonio, pero ella rechazo la propuesta porque ella se iría al
extranjero. Sin embargo ellos siguieron escribiéndose cartas con la esperanza
de que algún día se casaran. Pero Toy quien era conocido por todos como el
campeón de la ortodoxia comenzó a cambiar su posición teológica respecto a la
inspiración. Al principio tuvo dudas de ella y luego finalmente rechazo la
inspiración y la trinidad. Con los años iba a rechazar todas las doctrinas
oxtodoxas del cristianismo. Toy y Charlottle ya había puesto fecha para la
boda, pero debido a sus cambios teológico Charlotte rechazo casarse con un
incrédulo[6].
La
historia de esta misionera nos enseña lo importante que es analizar muy bien si
con quien te vas a casar es un creyente. Puede haber ido a la iglesia por años,
puede haber seminarista o profesor de Seminario, puede ser pastor, pero eso no
lo hace salvo. Debes comprobar que realmente sea creyente porque a nosotros se
nos prohíbe que nos casemos con incrédulos.
[1] https://www.amazon.es/Pasion-y-Pureza-Elisabeth-Elliot/dp/0881130621
[2]
Elizabeth Elliot. Pasión y pureza. Páginas 43-44.
[3] https://www.gotquestions.org/Espanol/yugo-desigual.html
[4] http://imagenbautista.cl/historiabautista/charlotte-lottie-moon-1840-1912/
[5] http://archives.sbts.edu/the-history-of-the-sbts/our-professors/crawford-howell-toy/
[6] http://equip.sbts.edu/publications/towers/making-a-heretic-crawford-toys-tragic-path-from-star-student-to-false-teacher/
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