Cuando se leen estos pasajes inmediatamente viene a la
mente de muchas personas palabras como “machismo”, “opresión” “esclavitud”
“maltratos” etc., esto es porque se piensa que las Escrituras enseñan una
sumisión absoluta de la mujer donde el hombre podría hacer lo que él quiera con
la mujer. ¿Enseña esto la Biblia? Por otro lado están los movimientos
feministas que ven la sumisión como algo patriarcal que busca dominar a la
mujer para sus propios intereses egoístas ¿Están ellas en lo correcto? La
verdad es que ni la visión machista[1] la
cual considera a las mujeres inferiores, ni la visión feminista[2]
que busca la igual en todos los sentidos de la vida tienen razón. Ambas son
filosofías que no tienen nada que ver con la voluntad de Dios. Por supuesto,
ambas van a usar la Biblia para argumentar su posición. Pero entonces ¿Qué
enseña la Biblia?
Las Escrituras nos enseñan que hombres y mujeres fueron
creados iguales delante de Dios “Y creo
Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” (Gen
1:27) Esto nos indica que tanto hombre como mujeres son representantes de
Dios en la tierra, ellos están llamados a fructificar y multiplicarse, a
señorear, administrar y gobernar la creación para la gloria de Dios. Esto es
completamente reafirmado cuando vemos las “riquezas ambos tienen en Cristo”.
Hombres y mujeres han sido elegidos antes de la fundación del mundo (Efe 1:4)
Hombres y mujeres han sido perdonados, adoptados, y sellados con el Espíritu
Santo (Efe 1:5-14) hombres y mujeres han recibido la herencia en Cristo (Efe
1:18) hombres y mujeres han sido salvados por gracia (Efe 2:1-10) reconciliados
por la cruz (Efe 2:11-22) ambos experimentan el amor de Dios (Efe 3) Ambos son
llamados a la unidad espiritual (Efe 4) a ambos se les pide vivir como hijos de
la luz, rechazando las obras de las tinieblas (Efe 5) a ambos se les pide andar
como sabios y no como necios (Efe 5) Por tanto no hay duda de que hombres y
mujeres son iguales espiritualmente.
“Ya no hay judío ni
griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros
sois uno en Cristo Jesús. Y si
vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según
la promesa” Gálatas 3:28-29
Es debido a esa igualdad espiritual que tanto hombres y mujeres
tienen en Cristo que debemos “someternos unos a otros en el temor del Señor”
(Efe 5:21) El contexto nos indica aquellos que se someten unos o otros son
quienes están llenos del Espíritu Santo. El estar llenos del Espíritu es el estar
sometiéndose constantemente a la voluntad de Dios y ello traerá que en nuestras
vidas que estaremos “hablando salmos,
cantando himnos y canticos espirituales y dando gracias al Señor en todo
tiempo”. Pero el estar lleno del Espíritu Santo no se limita simplemente a
la vida en comunidad eclesial sino que se extiende a la vida familiar. Esto es
muy importante de enfatizar porque en el cristianismo latinoamericano es muy
común vivir el dualismo de “una vida en la iglesia y otra en la casa”.
Por ejemplo es posible que un hermano se muestre muy espiritual
evangelizando a otras personas y sirviendo en el templo, pero descuida la
enseñanza y el pastoreo de su esposa y sus hijos. Como también es posible que
una hermana se muestre muy espiritual sujetándose, visitando, ayudando en el
templo pero este descuidando a su marido y a sus hijos. No estoy diciendo que
una cosa es contra la otra, como una vez lo converse con una mujer que se decía
“cristiana” sino que me refiero a que debemos ordenar bíblicamente nuestras
prioridades. El principal lugar donde se prueba nuestra espiritualidad es el
hogar. Si quieres conocer a una esposa realmente llena del Espíritu Santo debes
observarla en la sujeción que ella tenga con su marido. Si quieres conocer
realmente un esposo lleno del Espíritu Santo debes observarlo en como el ama a
su esposa. Esto es lo que Pablo nos va a ir explicando por medio de los
siguientes versos. En esta ocasión estaremos viendo “las esposas llenas del
Espíritu Santo” y la próxima semana los “esposos llenos del Espíritu Santo”.
La sujeción de las esposas (V21-22)
“Sométanse unos a otros, por reverencia a Cristo. Esposas,
sométanse a sus propios esposos como al Señor” (NVI) Es más, sométanse unos a otros por reverencia a Cristo. Para las
esposas, eso significa: sométase cada una a su marido como al Señor (NTV) Pablo
comenzó este argumento desde el verso 21 donde se nos llama a someternos unos
otros con el Señor, esto quiere decir que ambos debemos reconocernos
humildemente ante el Señor. Entonces cuando amplia este principio llama a la
esposa a someterse a su marido. Esto es tan claro en el griego que ni siquiera
usa la palabra “estén sujetas” sino que simplemente dice “Las casadas a sus propios maridos” ¿Por qué? Porque el Apóstol ya
había establecido en el verso 21 el principio de someterse unos a otros.
“Casadas,
estad sujetas a vuestros maridos, como conviene al Señor” Colosenses 3:18
Otro detalle importante es que las casadas
deben someterse solamente a sus maridos y no a cualquier hombre, pues su marido
es quien Dios le ha puesto como guía espiritual de su vida. Pero ¿Qué significa
que una esposa se someta a su marido? Tenemos principios prácticos en 1 Pedro
3:1-6. Recordemos que la carta de Pedro fue escrita bajo el contexto de la
persecución y el sufrimiento cristiano. En ese contexto Dios nos manda a
someternos a las autoridades civiles y a sufrir injustamente para la gloria de
Dios (1 Pedro 2:13-25) por lo que el “asimismo” que está aquí se conecta con
todo lo anterior. Así mismo como todos los creyentes se someten a la autoridad
civil, así mismo ustedes mujeres deben someterse a sus maridos. Cuando comenzó
el cristianismo muchas mujeres se convirtieron estando ya casadas y la
tentación de las mujeres era decir ahora que “somos libres en Cristo” me iré de
mi casa y seré libre, pero aquí claramente Dios dice lo contrario “somete a tu
esposo incrédulo” ¿Por qué? Porque los maridos que no creen pueden ser ganados
por la conducta de sus maridos (3:1-2) ¿Cuál es esta conducta? Una conducta
casta (integra) y respetuosa.
Una mujer no cristiana no va a vivir una vida
casta y respetuosa con su marido, generalmente su forma de vestir va a ser
sensual, su forma de tratar a su marido no va a ser respetuosa (he estado
presente donde se trata al marido de “estúpido”, “idiota” o “tonto” frente de
otras personas) entonces cuando ella se convierte comienza a cambiar su trato
hacia su marido, ahora ya no viste forma sensual y trata a su marido con
respeto. ¿Creen acaso que el hombre no se dará cuenta de esto? Por supuesto que
lo hará, su conducta santa revelará lo que hay en su corazón. El caso de Lee
Strobel (un ex ateo) es un ejemplo de esto, ya que en su historia relata cómo
su esposa Leslie se convierte al cristianismo y uno de sus cambios fue que ella
“mostraba más amorosa con él y con los niños[3]” Esto
llevo a que el evaluará la fe cristiana y finalmente se convirtiera. Por supuesto no todos los casos son así, en
algunas ocasiones pueden pasar años sin que esto sucede es puede ser que nunca
suceda. ¿Esto anularía lo que las Escrituras nos dice? Para nada, pues las
esposas cristianas deben saber que como todos los creyentes estamos llamados a
honrar al Señor en su palabra y si eso incluye sufrimiento debe hacerse para la
gloria de Dios.
Fíjense que dentro del contexto de someterse
a su esposo se encuentra el tema de la vestimenta de las mujeres (3-5) ¿Por qué? Porque esto también tiene relación
con la sujeción al marido. Esto quiere decir que cuando la mujer se arregla
debe considerar el consejo de su marido y ver si realmente su manera de vestir
refleja su conducta piadosa o no. Los hombres no debemos caer en el extremo del
legalismo respecto a eso y la esposa debe estar dispuesta a someterse al
consejo de su esposo porque esto muestra si ella realmente está sometida a su
marido. Y finalmente el verso 6 nos muestra el ejemplo de Sara como una mujer
sujeta a su marido que lo llamaba “señor” (Gen 18:12) ¿Esto significa que cada
mujer debería llamarse señor a su esposa? No necesariamente, sino que más bien
indica que la forma de dirigirse a su marido debe ser con respeto. Con esto
volvemos al contexto de Efesios donde Pablo concluye diciendo que “la mujer
respete a su marido” (Efe 5:33) Respecto significa “atención, consideración,
veneración, acatamiento que se hace a alguien[4]”. Esta
es la actitud de una mujer casada debe tener para con su esposo.
Ahora ¿Por qué Dios da este mandato a las
mujeres? Porque desde que la humanidad cayó el pecado entró en el mundo y el
matrimonio es uno de los lugares afectados. Es muy interesante que cuando uno
lee el relato de Génesis puede darse cuenta que cuando Dios creó al hombre y a
la mujer ella naturalmente era su compañera sin ningún problema hasta cuando la
serpiente engaño a Eva y se produjo la caída. En este primer acto de
independencia de Eva (o sea de no consultarlo al marido) es como el pecado
entró al mundo. Es obvio que Adán era el guía espiritual de Eva, pero no fue
necesario un mandato sobre eso porque el sometimiento era natural. Pero después
de la caída vemos que Adán le pone el nombre a Eva, mostrándose a sí que ella
debía estar sometida a él ¿Por qué después de la caída? Porque las cosas se
iban a complicar. Eva iba a querer tomar el mando en la relación del matrimonio
y Adán iba a tener que lidiar con esa actitud pecaminosa. Todas las hijas de
Eva van a seguir sus mismos pasos de someterse a sus esposos, ellas van a
querer usurpar la posición de su esposo, ella van a faltarles el respeto a sus
esposos, ellas van a decir que son independientes de sus esposos. ¿No es acaso
eso lo que promueve el mundo? ¿No es esa mentalidad pecaminosa de Eva cuando se
ve en la televisión o en las revista a esa mujer independiente en el trabajo,
independiente en el gimnasio, independiente por el mundo? Y aun más ese es el
problema en que en la iglesia los roles
establecidos por Dios se ignoren, pues al tener mujeres predicadoras y pastoras
lo que hacen es usurpar el lugar que Dios le dio a los hombres. (1 Tim 2:11-14)
¿Cómo es posible que una esposa se sujete a
su marido? Solamente si es ella está llena del Espíritu Santo. Solamente si
ella ha decidido en su corazón agradar al Señor. Solamente si ella realmente
está sometida primeramente al Señor, entonces el someterse al esposo no será un
problema. Jesucristo se sometió al Padre y eso NO lo hizo inferior (1 Cor 15:28)
La “cabeza” de la esposa,
la “cabeza” de la iglesia (V23)
“Porque el esposo es
cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza y salvador de la iglesia, la
cual es su cuerpo” (NVI) porque el marido es la cabeza de su esposa como
Cristo es cabeza de la iglesia. Él es el Salvador de su cuerpo, que es la iglesia”
(NTV)
Pablo después de decir que las casadas deben someterse a
sus maridos nos dice el porqué deben hacerlo. La razón es porque el “marido” es
cabeza de la esposa. La palabra para cabeza es “Kefalé[5]” y
se usa para Cristo (Col 1:18; 2:10, 19) como para el marido.
“Y sometió todas las
cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas al a iglesia”
Efesios 1:22
“sino que siguiendo
la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es,
Cristo” Efesios 4:15
“Pero quiero que
sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la
mujer, y Dios es la cabeza de Cristo” 1 Corintios 11:3
En los últimos años ha existido un intento de
reinterpretación de la palabra cabeza diciendo que Pablo se refiere aquí a la
cabeza como “origen” o “fuente”. Esto quiere decir que todos los pasajes que
leímos se estarían refiriendo a que Cristo es la fuente u origen de la iglesia
y que el marido es la fuente u origen de la mujer. Ellos argumentan que
entonces la idea de “cabeza” no tiene nada que ver con autoridad. Pero el
contexto de los pasajes, y el uso de la palabra griega para cabeza “Kefale”
indica claramente que cabeza si se refiere a alguien con autoridad y no
simplemente a la “fuente” u “origen”[6].
Por tanto, así como Cristo es la cabeza de la iglesia y
tiene la autoridad sobre su iglesia, así mismo el marido es cabeza y tiene la
autoridad sobre su esposa. Ahora hay que entender que con autoridad nos
referimos a la misma autoridad de servidor que tuvo Cristo y no a una autoridad
despótica. Además la autoridad que tiene el hombre como cabeza es estar
sometido a otra autoridad que es Cristo y por tanto su autoridad no es absoluta
sino condicionada a la cabeza que es Cristo.
Este orden que Pablo expone aquí no es algo nuevo para
él, sino que es el “orden creacional”. Desde Génesis vemos que ambos fueron
creados a imagen y semejanza, esto quiere decir que ambos son iguales
espiritualmente (Gen 1:26) Pero aunque ambos son igual espiritualmente, cada
uno tiene su rol dado por Dios. Dios puso al hombre a trabajar en el jardín y
le dio el mandato de no comer del árbol de la ciencia del bien y mal (Gen
2:15-17) Dios vio que no era bueno que el hombre este solo y por tanto crearía
una ayuda idónea para él (Gen 2:18) y el mismo hombre experimento eso cuando le
puso el nombre a todos los animales del jardín, pero no encontró ayuda idónea
para él (Gen 2:20) y por tanto Dios creó a Eva para que sea su ayuda idónea
(Gen 2:23) La idea de idónea tiene el sentido complementariedad, que la mujer
es su ayudadora en su trabajo de administrar la creación (fructificad y
multiplicaos) de otra forma no le sería posible hacerlo solo. Viendo estos
pasajes es claro que el hombre es “cabeza” de la mujer desde la creación.
Pero después de la caída de la humanidad, el ser cabeza
se complica debido al pecado y la sujeción de la mujer es mucho más difícil
debido al pecado también. (3:16) Es por eso que cuando Pablo quiere argumentar
contra la idea de las mujeres predicando argumenta desde la creación.
“La mujer aprenda en
silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el
hombre, sino estar en silencio. Porque Adán fue formado
primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino
que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión. Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y
santificación, con modestia” 1 Timoteo 2:11-15.
Pablo dice tres cosas. En primer lugar que Adán fue creado primero
por tanto es la “cabeza”, el guía espiritual de la familia. En segundo lugar
que Eva fue engañada y por tanto el
pecado entró al mundo. En tercer lugar que Eva se “salvará” engendrando hijos.
Esto no quiere decir que ella obtendrá la salvación por medio de hijos, sino
que debido a que ella quedo con un estigma debido a la caída (de que vengan
pecadores por medio de ella) Ella misma se libra de ese estigma de ser quien
trae pecadores, teniendo hijos y criándolos en la disciplina del Señor.
El problema con dar vueltas los roles en la iglesia es que esto
tarde o temprano llevará a dar vueltas los roles establecidos en el hogar. Uno
de los llamados del feminismo actual[7] no es
solamente el llamado a ser “independiente”, sino que ahora el llamado es
abandonar sus esposos y abandonar a sus hijos con la intención de hacer cosas
más importantes. Un pastor Bautista Walter Chantry escribió un artículo llamado
“La sublime vocación de la maternidad” en donde escribe:
Es a la mujer, y no
al hombre, que Dios atribuyo esa vocación. Pero la esperanza no se identifica
con su habilitad política, con su perspicacia en negocios, o su activismo
social. ¡Es en la fertilidad! Las mujeres actuales están ansiosas de abandonar
la “mera” maternidad por duplicar los trabajos masculinos.
“Incluso antes de que
Cristo viniera, una simiente piadosa de la mujer fue establecida contra las
fuerzas satánicas. La fertilidad preparó el camino del Señor. Cuando se
proponía levantar límites poderosos, Jehová Dios, muchas veces buscaba
peculiarmente mujeres capaces. Jocabed, la madre de Moisés; Ana, la madre de
Samuel; la esposa de Manoa, madre de Sansón, son ejemplos eminentes. A través
de la fertilidad de ellas, el curso de la historia fue maravillosamente
alterado. Desde que Cristo vino, la simiente piadosa lleva el evangelio a toda la
tierra para reunir a los electos de Dios y apresurar la venida de Cristo.
Suscitar una simiente piadosa es aun de la más profunda importancia para la
causa de Dios en la tierra[8].
Chantry nos dice que la mejor forma que Dios estableció
para vencer a las fuerzas de Satanás es tener hijos para la gloria de Dios. Es
por eso que en Tito se les llama a las mujeres ancianas a enseñarles a las
jóvenes.
“Que enseñen a las mujeres
jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas
de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea
blasfemada” Tito 2:4-5
Debido a la influencia del feminismo en las mentes de las mujeres,
incluyendo a las hermanas de la iglesia es que estos pasajes les parecen
“machistas” o “exagerados” pero esto es ser lleno del Espíritu Santo. Pero hay
una razón aun más fundamental del porque las mujeres se deben someter y no es
solamente porque el marido es su cabeza, sino que además porque Cristo es la
cabeza de la iglesia y el ha establecido estos roles para hombres y mujeres.
¿Cómo logra esto una mujer? Solamente siendo llenas del Espíritu Santo.
La iglesia sujeta a Cristo, la esposa sujeta
al marido (V23)
Así como la iglesia
se somete a Cristo, también las esposas deben someterse a sus esposos en todo
(NVI) Así como la iglesia se somete a Cristo, de igual manera la esposa debe
someterse en todo a su marido. (NTV) Pablo nos dice en este
pasaje que las esposas deben someterse a sus maridos en todo así como la
iglesia se somete a Cristo. En primer
lugar, la iglesia se somete a Cristo. ¿Cómo se somete? Escudriñando su
palabra (Jn 5:39) orando (Luc 18:1) obedeciendo la palabra (Stgo 1:22)
sometiéndose unos a otros (Efe 5:21) sometiéndose a sus pastores (Hebreos 13:17)
sometiéndose a la autoridades civiles (Rom 13) La sujeción no es solamente un
tema de mujeres, la sujeción es un tema de cristianos. Es solamente que si
vivimos sujetos a Cristo en todo lo que él nos pide es que crecemos
espiritualmente.
En
segundo lugar, las casadas se sujetan a sus maridos en todo. Ya
vimos que todos los cristianos nos sometemos, pero las esposas tienen un
llamado especifico de sujetarse a sus esposos en todo. El “todo” sin duda es
condicional, pues si el marido le manda algo contrario a las Escrituras no
puede obedecerlo. Pero el “todo” si tiene que ver con toda decisión que tu
marido tome siempre y cuando no sea pecaminosa. Por ejemplo puedes considerar
que tu marido no es igualmente preparado educado, inteligente, atento y son
cosas que puedes conversar sabiamente con él.
O puedes considerar que no es lo suficientemente espiritual porque no es
conocedor de las Escrituras, o no posee la madurez cristiana que tú desearás, y
también debes conversarlo con él sabiamente y alentarlo en todas las áreas que
tú vez que está débil. Todas las decisiones que toman como matrimonio deben
conversarse y analizarse, pero finalmente es el hombre quien va a decidir, pues
el va a ser responsable delante de Dios. Pero tú jamás puedes ponerte como la
cabeza del hogar y administrar y decidir cosas sin considerar la guía de tu
esposo porque eso mostraría que te rebelas contra él en la sujeción.
Sin embargo, aunque es el anhelo del corazón de una
cristiana obedecer al Señor en ocasiones no trataras con respeto a tu marido y
no te sometas a él, en otras ocasiones pensaras
en tu corazón que es una “estúpida decisión” y creerás que si tú tomaras las
decisiones serian mejores. O quizás siempre estés lista para decirle “Yo te lo
dije”. Incluso más allá que en ocasiones tenas razón, tu eres una pecadora que
va rebelarse por naturaleza al estándar de Dios, pero Jesucristo vivió, murió y
resucito en la cruz del calvario por pecadoras como tú, el se sacrifico y amo
hasta el final a su iglesia.
[1]
http://dle.rae.es/srv/search?m=30&w=machismo
[2]
http://dle.rae.es/srv/search?m=30&w=feminismo
[3]
http://protestantedigital.com/tublog/26822/El_adios_al_ateismo_de_Lee_Strobel
[4]
http://dle.rae.es/srv/fetch?id=WC6OLMQ
[5]
Diccionario Strong. Página 46.
[6]
Para ver la discusión y una respuesta revisar el libro Recovering Biblical
Manhood and Womanhood. Páginas 425-468.
[7]
Hay varias corrientes feministas. http://www.mujeresenred.net/spip.php?rubrique115
[8]
http://imagenbautista.cl/cosmovision/la-sublime-vocacion-de-la-maternidad-walter-j-chantry-parte-i/
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