Predicando
a los mormones[1]
Hay
una página de ex mormones[2] que dan testimonio de cómo
salieron de esas falsas enseñanzas llegando a las enseñanzas de la salvación
por gracia. Uno de ellos se llama Lee B el fue miembro y Obispo de la iglesia
Mormona por 32 años[3].
El nos dice:
“He
pasado muchos años en varias posiciones del liderazgo de la Iglesia de
Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, documentando, verificando y
estudiando, específicamente, las enseñanzas originales de la iglesia. He
descubierto que muchas de las enseñanzas más fundamentales están completamente
fuera de armonía con las enseñanzas del Señor que se encuentran en la Biblia”
“Para mis antiguos
hermanas y hermanos del mormonismo, mi testimonio es el siguiente: Jesús es el
Cristo y no tenemos que adorarle detrás de las sombras oscuras de hombres que
nos hicieron creer que Él es individualmente el autor de la Poligamia,
Poliandria, Expiación de la sangre, el Mentir por el Señor, y miles de otras
corrupciones motivadas por razones personales. Él desea tener una relación
directa y muy personal con cada uno de nosotros, puesto que Él pagó por
nuestros pecados. No por medio de un laberinto de doctrinas variables o por
medio de capas innumerables de oficiales y empleados administrativos, comités,
consejeros o presidencias ejecutivas de la iglesia. Él desea que de verdad le
conozcas. Quiero que sepas que una relación dulce y espiritualmente plena con
el Señor Jesucristo te espera en cuanto descartes las enseñanzas particulares
del mormonismo. Lee y estudia todas las
doctrinas y enseñanzas mormonas que puedas, y luego consulta con tu Obispo si
te sientes confundido. Por esto llegarás a saber que el Señor no es el
autor del mormonismo y serás capaz de dejar a la iglesia SUD para adorarlo en
verdad y gracia pura”.
He documentado mi excomunión obligatoria de la Fe mormona al
formular preguntas y buscar la verdad en: (El mormonismo – Una vida fraudulenta – La historia verdadera del
viaje de descubrimiento de un Obispo mormón). Mormonism – A Life Under False Pretenses –
The True Story of a Mormon Bishop’s Journey of Discovery
“En mi libro, hablo acerca de las diferencias fundamentales que
separan a la iglesia mormona de todas las iglesias verdaderamente cristianas—la
distorsión siniestra y egoísta de la misma personalidad y el carácter del Señor
Jesucristo. Para que el mormonismo sea verdadero, Cristo mismo debe ser
corrompido para ser alguien que autorizó conductas horribles y por lo tanto
hizo que los Profetas mormones del pasado quedaran completamente libres de
culpa con respecto a las motivaciones de sus acciones atroces”
La
historia de la iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos días[4].
Para
la iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos días los libros canónicos
son 4: La Biblia, El libro del mormón, doctrinas y convenios y la perla de gran
precio[5]. Por tanto son estos
libros que debemos buscar su historia y sus doctrinas. El libro la perla de
gran precio José Smith escribe una breve autobiografía[6]:
“Nací en el año de nuestro Señor mil
ochocientos cinco (1805) el día veintitrés de diciembre, en el pueblo de
Sharon, condado de Windsor, estado de Vermont. . . Tendría yo unos diez años de
edad, cuando mi padre, que también se llamaba José [Joseph] Smith, salió del
estado de Vermont y se trasladó a Palmyra, condado de Ontario (hoy Wayne),
estado de Nueva York. Como a los cuatro años de la llegada de mi padre a
Palmyra, se mudó con su familia a Manchester, en el mismo condado de
Ontario. Once personas integraban su
familia, a saber, mi padre Joseph Smith; mi madre, Lucy Smith
(cuyo apellido de soltera era Mack, hija de Solomon Mack); mis hermanos Alvin
(fallecido el 19 de noviembre de 1823, a los veinticinco años de edad), Hyrum,
yo, Samuel Harrison, William, Don Carlos, y mis hermanas Sophronia, Catherine y
Lucy”.
“Durante el segundo año de nuestra
residencia en Manchester, surgió en la región donde vivíamos una agitación
extraordinaria sobre el tema de la religión. Empezó entre los metodistas, pero pronto se
generalizó entre todas las sectas de la comarca. En verdad, parecía repercutir
en toda la región, y grandes multitudes se unían a los diferentes partidos
religiosos, ocasionando no poca agitación y división entre la gente; pues unos
gritaban: “¡He aquí!”; y otros: “¡He allí!”. Unos
contendían a favor de la fe metodista, otros a favor de la presbiteriana y
otros a favor de la bautista”
“Tan grande e incesante eran el clamor y
el alboroto, que a veces mi mente se agitaba en extremo. Los presbiterianos
estaban decididamente en contra de los bautistas y de los metodistas, y se
valían de toda la fuerza del razonamiento, así como de la sofistería, para
demostrar los errores de aquellos, o por lo menos, hacer creer a la gente que estaban
en error. Por otra parte los bautistas y los metodistas, a su vez, se afanaban
con el mismo celo para establecer sus propias doctrinas y refutar las demás. En
medio de esta guerra de palabras y tumulto de opiniones, a menudo me decía a mí
mismo: ¿Qué se puede hacer? ¿Cuál de todos estos grupos tiene razón; o están
todos en error? Si uno de ellos es verdadero, ¿cuál es, y cómo podré saberlo?”
En
medio de toda esta confusión de que José Smith enfrentaba leyó las Escrituras y
encontró la respuesta en Santiago 1:5 el cual le impacto mucho. Por tanto se
fue al bosque a orar en donde experimento en su oración primero densa oscuridad
y luego y luego una luz más brillante que el sol. Luego vio a dos personajes
que no podía describir pero que le dijo “Este es mi hijo amado; escúchalo”.
Smith les pregunto cuales de las sectas estaban correcta y el les dijo que
ninguna.
“Se me contestó que no debía unirme a
ninguna, porque todas estaban en error; y el Personaje que me habló
dijo que todos sus credos eran una abominación a su vista; que todos aquellos profesores se
habían pervertido; que “con sus labios me honran, pero su corazón lejos está de mí; enseñan como
doctrinas los mandamientos de los hombres, teniendo apariencia de piedad, mas negando el poder de ella”
Después
de aquella visión Smith vuelve a casa y unos pocos días después se encuentra
con unos metodistas a los cuales les cuenta su visión y él le argumenta que no
existen tales visiones en esta época porque ya habían cesado. Smith dice que
debido a esta visión el sufrió mucha persecución y prejuicio de las demás
sectas. Por tanto el concluye que el pasaje de Santiago era cierto, pues quien
no tiene sabiduría puede pedirla a Dios y él le dará. El 21 de Septiembre de
1823 José Smith se sintió culpable por todos sus pecados y se puso a orar para
que Dios lo perdone. Mientras hacía esto una luz ilumino su cuarto:
“Cuando lo vi por primera vez, tuve
miedo; mas el temor pronto se apartó de mí. Me llamó por mi nombre,
y me dijo que era un mensajero enviado de la presencia de Dios, y que se
llamaba Moroni; que Dios tenía una obra para mí, y que entre todas las
naciones, tribus y lenguas se tomaría mi nombre para bien y para mal, o sea,
que se iba a hablar bien y mal de mí entre todo pueblo. Dijo que se hallaba
depositado un libro, escrito sobre planchas de oro, el cual daba
una relación de los antiguos habitantes de este continente, así como del origen
de su procedencia. También declaró que en él se encerraba la plenitud del evangelio
eterno cual el Salvador lo había comunicado a los antiguos habitantes. Asimismo,
que junto con las planchas estaban depositadas dos piedras, en aros de plata,
las cuales, aseguradas a un pectoral,
formaban lo que se llamaba el Urim y Tumim; que la posesión y uso
de estas piedras era lo que constituía a los “videntes” en los días antiguos, o anteriores, y que Dios
las había preparado para la traducción del libro.
Después de decirme estas cosas, empezó a
citar las profecías del Antiguo Testamento. Primero citó parte del tercer
capítulo de Malaquías, y también el cuarto y último capítulo de la misma
profecía, aunque variando un poco de la forma en que se halla en nuestra
Biblia. En lugar de citar el primer versículo cual se halla en nuestros libros,
lo hizo de esta manera: Porque, he
aquí, viene el día que arderá
como un horno, y todos los
soberbios, sí, todos los que obran inicuamente, arderán como rastrojo; porque los que vienen los quemarán, dice el Señor de los Ejércitos, de modo que no les dejará ni raíz ni
rama. Entonces citó el quinto
versículo en esta forma: He aquí, yo
os revelaré el sacerdocio por medio de
Elías el Profeta, antes de la venida del grande y terrible día del Señor. También expresó el siguiente versículo de otro modo: Y él plantará en el corazón de los hijos las
promesas hechas a los padres, y el corazón de los hijos se volverá a sus
padres. De no ser así, toda la tierra sería totalmente asolada a su venida. Aparte
de estos, citó el undécimo capítulo
de Isaías, diciendo que estaba
por cumplirse; y también los
versículos veintidós y veintitrés
del tercer capítulo de los
Hechos, tal como se hallan en nuestro
Nuevo Testamento. Declaró que
ese profeta era Cristo, pero que aún no había llegado el día en que “toda alma que no oiga a
aquel profeta, será desarraigada del
pueblo”, sino que pronto llegaría. Citó, además, desde el versículo veintiocho
hasta el último, del segundo
capítulo de Joel. También indicó que todavía no se cumplía, pero que se
realizaría en breve; y declaró, además, que pronto entraría la plenitud de los gentiles.
Citó muchos otros pasajes de las Escrituras y expuso muchas explicaciones que
no pueden mencionarse aquí. Por otra
parte, me manifestó que cuando yo recibiera las planchas de que él había hablado — porque aún no había llegado el tiempo
para obtenerlas— no habría de
enseñarlas a nadie, ni el pectoral con el Urim y Tumim, sino únicamente a
aquellos a quienes se me mandase que las enseñara; si lo hacía, sería
destruido. Mientras hablaba conmigo acerca de las planchas, se manifestó a mi mente
la visión de tal modo que pude ver el lugar donde estaban depositadas; y con
tanta claridad y distinción, que reconocí el lugar cuando lo visité. Después de esta comunicación, vi que la luz en
el cuarto empezaba a juntarse en derredor del personaje que me había estado hablando,
y así continuó hasta que el cuarto una vez más quedó a obscuras, exceptuando
alrededor de su persona inmediata, cuando repentinamente vi abrirse algo como
un conducto que iba directamente hasta el cielo, y él ascendió hasta
desaparecer por completo, y el cuarto quedó tal como había estado antes de
aparecerse esta luz celestial”
Esta
misma visita del Ángel Moroni se repitió durante 2 veces más en la misma noche
y cuando termino de hablar con él ya había amanecido. Después de esto el fue a
buscar las “planchas de oro”
“Cerca de la aldea de Manchester,
condado de Ontario, estado de Nueva York, se levanta una colina de tamaño
regular, y la más elevada de todas las de la comarca. Por el costado occidental
del cerro, no lejos de la cima, debajo de una piedra de buen tamaño, yacían las
planchas, depositadas en una caja de piedra. En el centro, y por la parte
superior, esta piedra era gruesa y redonda, pero más delgada hacia los
extremos; de manera que se podía ver la parte céntrica sobre la superficie del
suelo, mientras que alrededor de la orilla estaba cubierta de tierra. Habiendo
quitado la tierra, conseguí una palanca que logré introducir debajo de la
orilla de la piedra, y con un ligero esfuerzo la levanté. Miré dentro de la
caja, y efectivamente vi allí las planchas,
el Urim y Tumim y el pectoral,
como lo había dicho el mensajero La caja en que se hallaban estaba hecha de
piedras, colocadas en una especie de cemento. En el fondo de la caja había dos
piedras puestas transversalmente, y sobre estas descansaban las planchas y los
otros objetos que las acompañaban. Intenté sacarlas, pero me lo prohibió el
mensajero; y de nuevo se me informó que aún no había llegado la hora de
sacarlas, ni llegaría sino hasta después de cuatro años, a partir de esa fecha;
pero me dijo que fuera a ese lugar precisamente un año después, y que él me
esperaría allí; y que siguiera haciéndolo así hasta que llegara el momento de
obtener las planchas. De acuerdo con lo que se me había mandado, acudía al fin
de cada año, y en cada ocasión encontraba allí al mismo mensajero, y en cada
una de nuestras entrevistas recibía de él instrucciones e inteligencia
concernientes a lo que el Señor iba a hacer, y cómo y de qué manera se
conduciría su reino en
los últimos días”
El
18 de Enero de 1827 José Smith se casaría con Emma Hale y debido a las diversas
persecuciones (incluso de su suegro) que enfrentaba por su visión tuvo que
mudarse a Pensilvania. Estando allí comenzó a copiar los caracteres y
traducirlos por medio de la ayuda del Urim
y Turim. Una amigo llamado Martin Harris tomo los caracteres que Smith
había escrito y los lleva donde a Nueva York donde el profesor Charles Anthon
el cual dijo que los caracteres eran egipcio, caldeo, asirio y árabe y que las
traducciones eran correctas. El 5 de Abril de 1829 Oliver Cowdery supo de la
vida de José Smith y vino a su casa a interrogarlo. Dos días después Oliver era
quien escribía la traducción de José Smith hacia de las planchas.
“El mes siguiente (mayo de 1829),
encontrándonos todavía realizando el trabajo de la traducción, nos retiramos al
bosque un cierto día para orar y preguntar al Señor acerca del bautismo para la remisión de los pecados, del cual
vimos que se hablaba en la traducción de las planchas. Mientras en esto nos
hallábamos, orando e implorando al Señor, descendió un mensajero
del cielo en una nube de luz y, habiendo puesto sus
manos sobre nosotros, nos ordenó, diciendo: Sobre vosotros, mis consiervos, en el nombre del Mesías, confiero el Sacerdocio de Aarón, el cual tiene las llaves del ministerio de ángeles, y del evangelio de arrepentimiento, y del bautismo por inmersión para la remisión de pecados; y este sacerdocio nunca más será quitado de la tierra, hasta que los hijos de Leví
de nuevo ofrezcan al Señor un
sacrificio en rectitud. Declaró que este Sacerdocio Aarónico no tenía
el poder de imponer las manos para comunicar el don del Espíritu Santo, pero
que se nos conferiría más adelante; y nos mandó bautizarnos, indicándonos que
yo bautizara a Oliver Cowdery, y que después me bautizara él a mí. Por
consiguiente, fuimos y nos bautizamos. Yo lo bauticé primero, y luego me
bautizó él a mí —después de lo cual puse mis manos sobre su cabeza y lo ordené
al Sacerdocio de Aarón, y luego él puso sus manos sobre mí y me ordenó al mismo
sacerdocio— porque así se nos había mandado.* El mensajero que en esta ocasión nos visitó y nos confirió
este sacerdocio dijo que se llamaba Juan, el mismo que es conocido como Juan el
Bautista en el Nuevo Testamento, y que obraba bajo la dirección de Pedro,
Santiago y Juan, quienes poseían
las llaves del Sacerdocio de Melquisedec, sacerdocio que nos
sería conferido, dijo él, en el momento oportuno; y que yo sería llamado el
primer Élder de la
Iglesia, y él (Oliver Cowdery) el segundo. Fue el día quince de mayo de 1829
cuando este mensajero nos ordenó, y nos bautizamos”
Después
de esto Smith y Cowdery fueron llenos del Espíritu y profetizaron las cosas que
sucederían en la iglesia de los Santos de los últimos días. Debido a que pocas
personas creían en José Smith y las planchas en donde está el mensaje de mormón
cuando comienza el libro del mormón hay tres testigos que afirman haberlas
visto las planchas y después ocho testigos más afirman lo mismo[7]. Poco tiempo después le
aparecerían los apóstoles Pedro, Santiago, Juan para imponerles las manos para
el sacerdocio de Melquisedec entre otras ordenaciones El 6 de Abril de 1830 se
organiza la iglesia de Jesucristo de los santos de los últimos días.[8] El gobierno de la iglesia
debía ser restaurado como lo afirmo Smith[9]:
“[El Libro de Mormón] nos dice que
nuestro Salvador hizo Su aparición en este continente [americano] después de Su
resurrección; que estableció aquí el Evangelio en toda su plenitud y abundancia
y poder y bendición; que tuvieron apóstoles, profetas, pastores, maestros y
evangelistas; el mismo orden, el mismo sacerdocio, las mismas ordenanzas,
dones, poderes y bendiciones que se disfrutaron en el continente oriental”
“Creo firmemente en los profetas y
apóstoles, siendo Jesucristo la principal piedra del ángulo, y hablo como quien
tiene autoridad entre ellos, y no como los escribas”
“Los Presidentes o [Primera] Presidencia
están sobre la Iglesia, y las revelaciones de la disposición y voluntad de Dios
para la Iglesia deben venir por medio de la Presidencia. Tal es el orden
celestial, así como el poder y privilegio del sacerdocio [de Melquisedec]”
“¿Qué importancia lleva el llamamiento
de los Doce Apóstoles que sea diferente de los otros llamamientos u oficiales
de la Iglesia?... Son los Doce Apóstoles los que han sido llamados al oficio del
Sumo Consejo Viajante, y son los que deben presidir las iglesias de los santos…
Tendrán las llaves de este ministerio, de abrir la puerta del reino de los
cielos a todas las naciones y predicar el Evangelio a toda criatura. Éste es el
poder, la autoridad y la virtud de su apostolado”
El
sistema de gobierno de la iglesia de Jesucristo de los últimos días consiste en
un presidente y dos consejeros. Luego en un Quórum de los 12 apóstoles, estos
apóstoles están bajo la supervisión del presidente y los consejeros[10]. Después de organizar la
iglesia José Smith sería asesinado a balazos mientras estaba encarcelado[11].
El 24 de junio, José y Hyrum Smith se
despidieron de sus respectivas familias y salieron a caballo para Carthage con
otros funcionarios de la ciudad, entregándose voluntariamente al día siguiente
a los funcionarios del condado, en Carthage. Después que habían dejado libres a
los hermanos bajo fianza por la primera acusación, los acusaron falsamente de
traición al estado de Illinois, los arrestaron y los encerraron en la cárcel de Carthage en espera de un juicio…
“Poco después de las cinco de la tarde, un grupo grande de atacantes asaltó la
prisión disparando sus armas a los hombres que estaban dentro. En pocos minutos,
dieron fin a su infame acción: Hyrum Smith fue el primero al que se le disparó
y murió casi inmediatamente; la herida del élder Richards fue milagrosamente
superficial, y élder Taylor, aunque fue gravemente herido, sobrevivió y llegó a
ser el tercer Presidente de la Iglesia. José Smith corrió hacia la ventana,
donde recibió heridas mortales. El Profeta de la Restauración y su hermano
Hyrum habían sellado su testimonio con su sangre”.
La historia no oficial de
José Smith.
José
Smith practico la poligamia a la cual su esposa Emma Hale se oponía[12] y en el escrito original
de su primera visión el ángel que se le aparece no se conoce como “Moroni” sino
con “Nefi.[13]”
Cuando el profesor Charles Anthon (1797-1867) el cual era gramático vio los
caracteres que Martin Harris le había traído el dijo que se trataba de un
engaño e incluso mando una carta informando que esto se trataba de una estafa
solo para sacer dinero[14]. En varias ocasiones
personas que conocían del griego o de lenguas antiguas llevaron cosas con
idiomas antiguos para ver si José Smith sabia que se trataba y varias veces
salieron decepcionados viendo que se trataba de un engañador más[15]. Martin Harris comentaría
que la declaración de los 8 en el libro del mormón era falsa. El idioma de
“egipcio reformado” del libro del mormón era simplemente un invento[16]. La oposición a los
mormones no era simplemente por su fe sino que en muchas ocasiones ellos
querían instaurar una especie de teocracia en donde se practicaba la poligamia
e incluso en ocasiones hicieron guerras.[17] En la última etapa de
vida de José Smith él iba a estar relacionado con prácticas masónicas y traería
prácticas con la multiplicidad de dioses y frecuente practica de la poligamia
que muchos miembros rechazarían. Es por eso que varios miembros de los mormones
crean un diario en el cual se acusaban a Smith de todas estas prácticas. Pero
en vez de asumir sus errores Smith y sus seguidores queman la imprenta donde se
publica el diario. Es por causa de estos disturbios es que el estaba encarcelado
y que fue asesinado cuando estaba en la cárcel[18].
Los mormones después de José
Smith[19]
Después
de la muerte de José Smith hubo varios conflictos por poder nombrar un sucesor
de Smith. El primer candidato era su hijo José Smith III quien tenía 11 años
cuando muere su padre. El segundo era
Sidney Rigdon quien era el único miembro vivo desde la Primera Presidencia. El
tercero era Brigham Young quien era parte del Quórum de los Doce apóstoles, el
tercero Debido a que no hubo acuerdo entre los 3 cada cual creó su rama de
mormones. José Smith hijo fundaría la “Iglesia reorganizada de Jesucristo de
los últimos días” conocida hoy en dia como la “Comunidad de Cristo”. Signey
Rigdon organiza su propia iglesia que se conoce como los “rigdonitas”. Y
Brigham Young es quien se autoproclama como el segundo presidente “oficial”
después de la muerte de José Smith, este es el presidente de la conocida
Iglesia de Jesucristo de los últimos días. Los presidentes que siguieron después de Brigham Young
(1801-1877) fueron John Taylor (1808-1897) Wilford Wooddruff (1807-1898)
Lorenzo Snow (1814-1901) Joseph Fielding Smith (1838-1918) Heber Jeddy Grant
(1856-1945) George Albert Smith (1870-1951) David Oman Mackay (1873-1970)
Joseph Fielding Smith (1876- 1972) Harold Bingham Lee (1899-1973) Spencer Woolley
Kimball (1895-1985) Ezra Taft Benson (1899-1994) Howard William Hunder
(1907-1995) Gordon Bitner Hinckley (1910-2008) Thomas Spencer Monson (1927)
[1] El
libro del mormón. Doctrinas y convenios. La perla de gran precio. Jose Smith
Enseñanzas de los presidentes de la iglesia. Sermones de Joseph Fielding Smith
La doctrina de la salvación. Bruce R. McConkie (3 tomos). James E. Talmage.
Artículos de Fe. Doctrina mormona. Jerald y Sandra Tanner. La doctrina
cambiante del mormonismo. Vicente Jara y Jorge Nuñez. Los mormones. Toni
Berticci. Jose Smith. El Norteamericano de la rebelión. Bill H. Reeves. El
mormonismo.
[2] http://www.4mormon.org/es/
[3] http://www.4mormon.org/es/el-testimonio-de-lee-b/
[4] https://www.lds.org/?lang=spa
[5]
Doctrina y convenios. Página 4.
[6] La
Perla de gran precio. Páginas 53-69
[7] El
libro del mormón. Páginas 10-11.
[8]
Doctrinas y convenios. Página 5.
[9]
Jose Smith. Enseñanzas de los presidentes de la iglesia. Páginas 148-149.
[10] https://www.saladeprensamormona.cl/articulo/sucesi%C3%B3n-en-la-presidencia-de-la-iglesia-de-jesucristo-de-los-santos-de-los-%C3%BAltimos-d%C3%ADas
[11]
José Smith. Enseñanzas de los presidentes de la iglesia. Páginas 564-565.
[12]
Vicente Jara, Jorge Nuñez. Los mormones. Página 13.
[13]
Vicente Jara, Jorge Nuñez. Los mormones. Página 15.
[14]
Vicente Jara, Jorge Nuñez. Los mormones. Página 21.
[15]
Vicente Jara, Jorge Nuñez. Los mormones. Página 22-23.
[16]
Vicente Jara, Jorge Nuñez. Los mormones. Página 24.
[17]
Vicente Jara, Jorge Nuñez. Los mormones. Páginas 29-32
[18]
Vicente Jara, Jorge Nuñez. Los mormones. Páginas 35-36
[19]
Vicente Jara, Jorge Nuñez. Los mormones. Página 38- 43
0 comentarios:
Publicar un comentario