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miércoles, 21 de noviembre de 2018

Predicando a los mormones. Parte 1.




Predicando a los mormones[1]

Hay una página de ex mormones[2] que dan testimonio de cómo salieron de esas falsas enseñanzas llegando a las enseñanzas de la salvación por gracia. Uno de ellos se llama Lee B el fue miembro y Obispo de la iglesia Mormona por 32 años[3]. El nos dice:

“He pasado muchos años en varias posiciones del liderazgo de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, documentando, verificando y estudiando, específicamente, las enseñanzas originales de la iglesia.  He descubierto que muchas de las enseñanzas más fundamentales están completamente fuera de armonía con las enseñanzas del Señor que se encuentran en la Biblia”

“Para mis antiguos hermanas y hermanos del mormonismo, mi testimonio es el siguiente: Jesús es el Cristo y no tenemos que adorarle detrás de las sombras oscuras de hombres que nos hicieron creer que Él es individualmente el autor de la Poligamia, Poliandria, Expiación de la sangre, el Mentir por el Señor, y miles de otras corrupciones motivadas por razones personales. Él desea tener una relación directa y muy personal con cada uno de nosotros, puesto que Él pagó por nuestros pecados. No por medio de un laberinto de doctrinas variables o por medio de capas innumerables de oficiales y empleados administrativos, comités, consejeros o presidencias ejecutivas de la iglesia. Él desea que de verdad le conozcas. Quiero que sepas que una relación dulce y espiritualmente plena con el Señor Jesucristo te espera en cuanto descartes las enseñanzas particulares del mormonismo. Lee y estudia todas las doctrinas y enseñanzas mormonas que puedas, y luego consulta con tu Obispo si te sientes confundido.  Por esto llegarás a saber que el Señor no es el autor del mormonismo y serás capaz de dejar a la iglesia SUD para adorarlo en verdad y gracia pura”.

He documentado mi excomunión obligatoria de la Fe mormona al formular preguntas y buscar la verdad en:  (El mormonismo – Una vida fraudulenta – La historia verdadera del viaje de descubrimiento de un Obispo mormón).  Mormonism – A Life Under False Pretenses – The True Story of a Mormon Bishop’s Journey of Discovery
“En mi libro, hablo acerca de las diferencias fundamentales que separan a la iglesia mormona de todas las iglesias verdaderamente cristianas—la distorsión siniestra y egoísta de la misma personalidad y el carácter del Señor Jesucristo.  Para que el mormonismo sea verdadero, Cristo mismo debe ser corrompido para ser alguien que autorizó conductas horribles y por lo tanto hizo que los Profetas mormones del pasado quedaran completamente libres de culpa con respecto a las motivaciones de sus acciones atroces”
La historia de la iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos días[4].

Para la iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos días los libros canónicos son 4: La Biblia, El libro del mormón, doctrinas y convenios y la perla de gran precio[5]. Por tanto son estos libros que debemos buscar su historia y sus doctrinas. El libro la perla de gran precio José Smith escribe una breve autobiografía[6]:

“Nací en el año de nuestro Señor mil ochocientos cinco (1805) el día veintitrés de diciembre, en el pueblo de Sharon, condado de Windsor, estado de Vermont. . . Tendría yo unos diez años de edad, cuando mi padre, que también se llamaba José [Joseph] Smith, salió del estado de Vermont y se trasladó a Palmyra, condado de Ontario (hoy Wayne), estado de Nueva York. Como a los cuatro años de la llegada de mi padre a Palmyra, se mudó con su familia a Manchester, en el mismo condado de Ontario.  Once personas integraban su familia, a saber, mi padre Joseph Smith; mi  madre, Lucy Smith (cuyo apellido de soltera era Mack, hija de Solomon Mack); mis hermanos  Alvin (fallecido el 19 de noviembre de 1823, a los veinticinco años de edad), Hyrum, yo, Samuel Harrison, William, Don Carlos, y mis hermanas Sophronia, Catherine y Lucy”.

“Durante el segundo año de nuestra residencia en Manchester, surgió en la región donde vivíamos una agitación extraordinaria sobre el tema de la religión. Empezó entre los metodistas, pero pronto se generalizó entre todas las sectas de la comarca. En verdad, parecía repercutir en toda la región, y grandes multitudes se unían a los diferentes partidos religiosos, ocasionando no poca agitación y división entre la gente; pues unos gritaban:  “¡He aquí!”; y otros: “¡He allí!”. Unos contendían a favor de la fe metodista, otros a favor de la presbiteriana y otros a favor de la bautista”

“Tan grande e incesante eran el clamor y el alboroto, que a veces mi mente se agitaba en extremo. Los presbiterianos estaban decididamente en contra de los bautistas y de los metodistas, y se valían de toda la fuerza del razonamiento, así como de la sofistería, para demostrar los errores de aquellos, o por lo menos, hacer creer a la gente que estaban en error. Por otra parte los bautistas y los metodistas, a su vez, se afanaban con el mismo celo para establecer sus propias doctrinas y refutar las demás. En medio de esta guerra de palabras y tumulto de opiniones, a menudo me decía a mí mismo: ¿Qué se puede hacer? ¿Cuál de todos estos grupos tiene razón; o están todos en error? Si uno de ellos es verdadero, ¿cuál es, y cómo podré saberlo?”

En medio de toda esta confusión de que José Smith enfrentaba leyó las Escrituras y encontró la respuesta en Santiago 1:5 el cual le impacto mucho. Por tanto se fue al bosque a orar en donde experimento en su oración primero densa oscuridad y luego y luego una luz más brillante que el sol. Luego vio a dos personajes que no podía describir pero que le dijo “Este es mi hijo amado; escúchalo”. Smith les pregunto cuales de las sectas estaban correcta y el les dijo que ninguna.

“Se me contestó que no debía unirme a ninguna, porque todas estaban en  error; y el Personaje que me habló dijo que todos sus credos eran una abominación a su vista; que todos aquellos profesores se habían pervertido; que “con sus labios me honran, pero su corazón lejos está de mí; enseñan como doctrinas los mandamientos de los hombres, teniendo apariencia de piedad, mas negando el poder de ella”

Después de aquella visión Smith vuelve a casa y unos pocos días después se encuentra con unos metodistas a los cuales les cuenta su visión y él le argumenta que no existen tales visiones en esta época porque ya habían cesado. Smith dice que debido a esta visión el sufrió mucha persecución y prejuicio de las demás sectas. Por tanto el concluye que el pasaje de Santiago era cierto, pues quien no tiene sabiduría puede pedirla a Dios y él le dará. El 21 de Septiembre de 1823 José Smith se sintió culpable por todos sus pecados y se puso a orar para que Dios lo perdone. Mientras hacía esto una luz ilumino su cuarto:

“Cuando lo vi por primera vez, tuve miedo; mas el temor pronto se apartó de mí. Me llamó por mi  nombre, y me dijo que era un mensajero enviado de la presencia de Dios, y que se llamaba Moroni; que Dios tenía una obra para mí, y que entre todas las naciones, tribus y lenguas se tomaría mi nombre para bien y para mal, o sea, que se iba a hablar bien y mal de mí entre todo pueblo. Dijo que se hallaba depositado un  libro, escrito sobre planchas de oro, el cual daba una relación de los antiguos habitantes de este continente, así como del origen de su procedencia. También declaró que en él se encerraba la plenitud del evangelio eterno cual el Salvador lo había comunicado a los antiguos habitantes. Asimismo, que junto con las planchas estaban depositadas dos piedras, en aros de plata, las cuales, aseguradas a un pectoral, formaban lo que se llamaba el  Urim y Tumim; que la posesión y uso de estas piedras era lo que constituía a los “videntes” en los días antiguos, o anteriores, y que Dios las había preparado para la traducción del libro.
                                                                                                                              
Después de decirme estas cosas, empezó a citar las profecías del Antiguo Testamento. Primero citó parte del  tercer capítulo de Malaquías, y también el cuarto y último capítulo de la misma profecía, aunque variando un poco de la forma en que se halla en nuestra Biblia. En lugar de citar el primer versículo cual se halla en nuestros libros, lo hizo de esta manera: Porque, he aquí, viene el día que arderá como un horno, y todos los soberbios, sí, todos los que obran inicuamente, arderán como rastrojo; porque los que vienen los quemarán, dice el Señor de los Ejércitos, de modo que no les dejará ni raíz ni rama. Entonces citó el quinto versículo en esta forma: He aquí, yo os revelaré el sacerdocio por medio de Elías el Profeta, antes de la venida del grande y terrible día del Señor. También expresó el siguiente versículo de otro modo: Y él plantará en el corazón de los hijos las promesas hechas a los padres, y el corazón de los hijos se volverá a sus padres. De no ser así, toda la tierra sería totalmente asolada a su venida. Aparte de estos, citó el undécimo capítulo de Isaías, diciendo que estaba por cumplirse; y también los versículos veintidós y veintitrés del tercer capítulo de los Hechos, tal como se hallan en nuestro Nuevo Testamento. Declaró que ese profeta era Cristo, pero que aún no había llegado el día en que “toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del pueblo”, sino que pronto llegaría. Citó, además, desde el versículo veintiocho hasta el último, del segundo capítulo de Joel. También indicó que todavía no se cumplía, pero que se realizaría en breve; y declaró, además, que pronto entraría la plenitud de los gentiles. Citó muchos otros pasajes de las Escrituras y expuso muchas explicaciones que no pueden mencionarse aquí.  Por otra parte, me manifestó que cuando yo recibiera las planchas de que él había hablado — porque aún no había llegado el tiempo para obtenerlas— no habría de enseñarlas a nadie, ni el pectoral con el Urim y Tumim, sino únicamente a aquellos a quienes se me mandase que las enseñara; si lo hacía, sería destruido. Mientras hablaba conmigo acerca de las planchas, se manifestó a mi mente la visión de tal modo que pude ver el lugar donde estaban depositadas; y con tanta claridad y distinción, que reconocí el lugar cuando lo visité.  Después de esta comunicación, vi que la luz en el cuarto empezaba a juntarse en derredor del personaje que me había estado hablando, y así continuó hasta que el cuarto una vez más quedó a obscuras, exceptuando alrededor de su persona inmediata, cuando repentinamente vi abrirse algo como un conducto que iba directamente hasta el cielo, y él ascendió hasta desaparecer por completo, y el cuarto quedó tal como había estado antes de aparecerse esta luz celestial”

Esta misma visita del Ángel Moroni se repitió durante 2 veces más en la misma noche y cuando termino de hablar con él ya había amanecido. Después de esto el fue a buscar las “planchas de oro”

“Cerca de la aldea de Manchester, condado de Ontario, estado de Nueva York, se levanta una colina de tamaño regular, y la más elevada de todas las de la comarca. Por el costado occidental del cerro, no lejos de la cima, debajo de una piedra de buen tamaño, yacían las planchas, depositadas en una caja de piedra. En el centro, y por la parte superior, esta piedra era gruesa y redonda, pero más delgada hacia los extremos; de manera que se podía ver la parte céntrica sobre la superficie del suelo, mientras que alrededor de la orilla estaba cubierta de tierra. Habiendo quitado la tierra, conseguí una palanca que logré introducir debajo de la orilla de la piedra, y con un ligero esfuerzo la levanté. Miré dentro de la caja, y efectivamente vi allí las planchas, el  Urim y Tumim y el  pectoral, como lo había dicho el mensajero La caja en que se hallaban estaba hecha de piedras, colocadas en una especie de cemento. En el fondo de la caja había dos piedras puestas transversalmente, y sobre estas descansaban las planchas y los otros objetos que las acompañaban. Intenté sacarlas, pero me lo prohibió el mensajero; y de nuevo se me informó que aún no había llegado la hora de sacarlas, ni llegaría sino hasta después de cuatro años, a partir de esa fecha; pero me dijo que fuera a ese lugar precisamente un año después, y que él me esperaría allí; y que siguiera haciéndolo así hasta que llegara el momento de obtener las planchas. De acuerdo con lo que se me había mandado, acudía al fin de cada año, y en cada ocasión encontraba allí al mismo mensajero, y en cada una de nuestras entrevistas recibía de él instrucciones e inteligencia concernientes a lo que el Señor iba a hacer, y cómo y de qué manera se conduciría su reino en los últimos días”

El 18 de Enero de 1827 José Smith se casaría con Emma Hale y debido a las diversas persecuciones (incluso de su suegro) que enfrentaba por su visión tuvo que mudarse a Pensilvania. Estando allí comenzó a copiar los caracteres y traducirlos por medio de la ayuda del Urim  y Turim. Una amigo llamado Martin Harris tomo los caracteres que Smith había escrito y los lleva donde a Nueva York donde el profesor Charles Anthon el cual dijo que los caracteres eran egipcio, caldeo, asirio y árabe y que las traducciones eran correctas. El 5 de Abril de 1829 Oliver Cowdery supo de la vida de José Smith y vino a su casa a interrogarlo. Dos días después Oliver era quien escribía la traducción de José Smith hacia de las planchas.

“El mes siguiente (mayo de 1829), encontrándonos todavía realizando el trabajo de la traducción, nos retiramos al bosque un cierto día para orar y preguntar al Señor acerca del bautismo para la remisión de los pecados, del cual vimos que se hablaba en la traducción de las planchas. Mientras en esto nos hallábamos, orando e implorando al Señor, descendió un  mensajero del cielo en una  nube de luz y, habiendo puesto sus manos sobre nosotros, nos ordenó, diciendo: Sobre vosotros, mis consiervos, en el nombre del Mesías, confiero el Sacerdocio de Aarón, el cual tiene las llaves del ministerio de ángeles, y del evangelio de arrepentimiento, y del bautismo por inmersión para la remisión de pecados; y este sacerdocio nunca más será quitado de la tierra, hasta que los hijos de Leví de nuevo ofrezcan al Señor un sacrificio en rectitud.  Declaró que este Sacerdocio Aarónico no tenía el poder de imponer las manos para comunicar el don del Espíritu Santo, pero que se nos conferiría más adelante; y nos mandó bautizarnos, indicándonos que yo bautizara a Oliver Cowdery, y que después me bautizara él a mí. Por consiguiente, fuimos y nos bautizamos. Yo lo bauticé primero, y luego me bautizó él a mí —después de lo cual puse mis manos sobre su cabeza y lo ordené al Sacerdocio de Aarón, y luego él puso sus manos sobre mí y me ordenó al mismo sacerdocio— porque así se nos había mandado.* El mensajero que en esta ocasión nos visitó y nos confirió este sacerdocio dijo que se llamaba Juan, el mismo que es conocido como Juan el Bautista en el Nuevo Testamento, y que obraba bajo la dirección de  Pedro,  Santiago y Juan, quienes poseían las llaves del Sacerdocio de  Melquisedec, sacerdocio que nos sería conferido, dijo él, en el momento oportuno; y que yo sería llamado el primer Élder de la Iglesia, y él (Oliver Cowdery) el segundo. Fue el día quince de mayo de 1829 cuando este mensajero nos ordenó, y nos bautizamos”

Después de esto Smith y Cowdery fueron llenos del Espíritu y profetizaron las cosas que sucederían en la iglesia de los Santos de los últimos días. Debido a que pocas personas creían en José Smith y las planchas en donde está el mensaje de mormón cuando comienza el libro del mormón hay tres testigos que afirman haberlas visto las planchas y después ocho testigos más afirman lo mismo[7]. Poco tiempo después le aparecerían los apóstoles Pedro, Santiago, Juan para imponerles las manos para el sacerdocio de Melquisedec entre otras ordenaciones El 6 de Abril de 1830 se organiza la iglesia de Jesucristo de los santos de los últimos días.[8] El gobierno de la iglesia debía ser restaurado como lo afirmo Smith[9]:

“[El Libro de Mormón] nos dice que nuestro Salvador hizo Su aparición en este continente [americano] después de Su resurrección; que estableció aquí el Evangelio en toda su plenitud y abundancia y poder y bendición; que tuvieron apóstoles, profetas, pastores, maestros y evangelistas; el mismo orden, el mismo sacerdocio, las mismas ordenanzas, dones, poderes y bendiciones que se disfrutaron en el continente oriental”
                                          
“Creo firmemente en los profetas y apóstoles, siendo Jesucristo la principal piedra del ángulo, y hablo como quien tiene autoridad entre ellos, y no como los escribas”

“Los Presidentes o [Primera] Presidencia están sobre la Iglesia, y las revelaciones de la disposición y voluntad de Dios para la Iglesia deben venir por medio de la Presidencia. Tal es el orden celestial, así como el poder y privilegio del sacerdocio [de Melquisedec]”

“¿Qué importancia lleva el llamamiento de los Doce Apóstoles que sea diferente de los otros llamamientos u oficiales de la Iglesia?... Son los Doce Apóstoles los que han sido llamados al oficio del Sumo Consejo Viajante, y son los que deben presidir las iglesias de los santos… Tendrán las llaves de este ministerio, de abrir la puerta del reino de los cielos a todas las naciones y predicar el Evangelio a toda criatura. Éste es el poder, la autoridad y la virtud de su apostolado”

El sistema de gobierno de la iglesia de Jesucristo de los últimos días consiste en un presidente y dos consejeros. Luego en un Quórum de los 12 apóstoles, estos apóstoles están bajo la supervisión del presidente y los consejeros[10]. Después de organizar la iglesia José Smith sería asesinado a balazos mientras estaba encarcelado[11].  

El 24 de junio, José y Hyrum Smith se despidieron de sus respectivas familias y salieron a caballo para Carthage con otros funcionarios de la ciudad, entregándose voluntariamente al día siguiente a los funcionarios del condado, en Carthage. Después que habían dejado libres a los hermanos bajo fianza por la primera acusación, los acusaron falsamente de traición al estado de Illinois, los arrestaron y los encerraron en  la cárcel de Carthage en espera de un juicio… “Poco después de las cinco de la tarde, un grupo grande de atacantes asaltó la prisión disparando sus armas a los hombres que estaban dentro. En pocos minutos, dieron fin a su infame acción: Hyrum Smith fue el primero al que se le disparó y murió casi inmediatamente; la herida del élder Richards fue milagrosamente superficial, y élder Taylor, aunque fue gravemente herido, sobrevivió y llegó a ser el tercer Presidente de la Iglesia. José Smith corrió hacia la ventana, donde recibió heridas mortales. El Profeta de la Restauración y su hermano Hyrum habían sellado su testimonio con su sangre”.

La historia no oficial de José Smith.

José Smith practico la poligamia a la cual su esposa Emma Hale se oponía[12] y en el escrito original de su primera visión el ángel que se le aparece no se conoce como “Moroni” sino con “Nefi.[13]” Cuando el profesor Charles Anthon (1797-1867) el cual era gramático vio los caracteres que Martin Harris le había traído el dijo que se trataba de un engaño e incluso mando una carta informando que esto se trataba de una estafa solo para sacer dinero[14]. En varias ocasiones personas que conocían del griego o de lenguas antiguas llevaron cosas con idiomas antiguos para ver si José Smith sabia que se trataba y varias veces salieron decepcionados viendo que se trataba de un engañador más[15]. Martin Harris comentaría que la declaración de los 8 en el libro del mormón era falsa. El idioma de “egipcio reformado” del libro del mormón era simplemente un invento[16]. La oposición a los mormones no era simplemente por su fe sino que en muchas ocasiones ellos querían instaurar una especie de teocracia en donde se practicaba la poligamia e incluso en ocasiones hicieron guerras.[17] En la última etapa de vida de José Smith él iba a estar relacionado con prácticas masónicas y traería prácticas con la multiplicidad de dioses y frecuente practica de la poligamia que muchos miembros rechazarían. Es por eso que varios miembros de los mormones crean un diario en el cual se acusaban a Smith de todas estas prácticas. Pero en vez de asumir sus errores Smith y sus seguidores queman la imprenta donde se publica el diario. Es por causa de estos disturbios es que el estaba encarcelado y que fue asesinado cuando estaba en la cárcel[18].

Los mormones después de José Smith[19]

Después de la muerte de José Smith hubo varios conflictos por poder nombrar un sucesor de Smith. El primer candidato era su hijo José Smith III quien tenía 11 años cuando muere su padre.  El segundo era Sidney Rigdon quien era el único miembro vivo desde la Primera Presidencia. El tercero era Brigham Young quien era parte del Quórum de los Doce apóstoles, el tercero Debido a que no hubo acuerdo entre los 3 cada cual creó su rama de mormones. José Smith hijo fundaría la “Iglesia reorganizada de Jesucristo de los últimos días” conocida hoy en dia como la “Comunidad de Cristo”. Signey Rigdon organiza su propia iglesia que se conoce como los “rigdonitas”. Y Brigham Young es quien se autoproclama como el segundo presidente “oficial” después de la muerte de José Smith, este es el presidente de la conocida Iglesia de Jesucristo de los últimos días. Los presidentes que siguieron después de Brigham Young (1801-1877) fueron John Taylor (1808-1897) Wilford Wooddruff (1807-1898) Lorenzo Snow (1814-1901) Joseph Fielding Smith (1838-1918) Heber Jeddy Grant (1856-1945) George Albert Smith (1870-1951) David Oman Mackay (1873-1970) Joseph Fielding Smith (1876- 1972) Harold Bingham Lee (1899-1973) Spencer Woolley Kimball (1895-1985) Ezra Taft Benson (1899-1994) Howard William Hunder (1907-1995) Gordon Bitner Hinckley (1910-2008) Thomas Spencer Monson (1927)





[1] El libro del mormón. Doctrinas y convenios. La perla de gran precio. Jose Smith Enseñanzas de los presidentes de la iglesia. Sermones de Joseph Fielding Smith La doctrina de la salvación. Bruce R. McConkie (3 tomos). James E. Talmage. Artículos de Fe. Doctrina mormona. Jerald y Sandra Tanner. La doctrina cambiante del mormonismo. Vicente Jara y Jorge Nuñez. Los mormones. Toni Berticci. Jose Smith. El Norteamericano de la rebelión. Bill H. Reeves. El mormonismo.
[2] http://www.4mormon.org/es/
[3] http://www.4mormon.org/es/el-testimonio-de-lee-b/
[4] https://www.lds.org/?lang=spa
[5] Doctrina y convenios. Página 4.
[6] La Perla de gran precio. Páginas 53-69
[7] El libro del mormón. Páginas 10-11.
[8] Doctrinas y convenios. Página 5.
[9] Jose Smith. Enseñanzas de los presidentes de la iglesia. Páginas 148-149.
[10] https://www.saladeprensamormona.cl/articulo/sucesi%C3%B3n-en-la-presidencia-de-la-iglesia-de-jesucristo-de-los-santos-de-los-%C3%BAltimos-d%C3%ADas
[11] José Smith. Enseñanzas de los presidentes de la iglesia. Páginas 564-565.
[12] Vicente Jara, Jorge Nuñez. Los mormones. Página 13.
[13] Vicente Jara, Jorge Nuñez. Los mormones. Página 15.
[14] Vicente Jara, Jorge Nuñez. Los mormones. Página 21.
[15] Vicente Jara, Jorge Nuñez. Los mormones. Página 22-23.
[16] Vicente Jara, Jorge Nuñez. Los mormones. Página 24.
[17] Vicente Jara, Jorge Nuñez. Los mormones. Páginas 29-32
[18] Vicente Jara, Jorge Nuñez. Los mormones. Páginas 35-36
[19] Vicente Jara, Jorge Nuñez. Los mormones. Página 38- 43

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