Cuando
en nuestro país ocurrió un violento ataque a un carabinero en el suelo en el
liceo de Aplicación en Santiago[1] muchas personas comentaron
respecto a la ya conocida “crisis de la autoridad” que enfrenta nuestra cultura, pero un comentarista[2] quiso ir más allá y
reflexionar en torno a este tema como un problema del sin sentido de nuestra
generación. El escribió:
“Pero lo más notable de
lo que ha venido ocurriendo (especialmente en los liceos) es que se trata de
explosiones que no reivindican para sí ningún significado, ninguna agenda o
sentido o meta que los justifique. El hecho de que este tipo de actos, que
amenazan con repetirse, carezcan de cualquier tipo de agenda, programa o
planteamiento que busque ser promovido (más que las quejas genéricas contra las
instituciones) es lo que reclama algún tipo de interpretación. En una
frase: ¿cuál es el significado de esa total falta de significado”?
“En ellos no hay
mayores demandas de bienestar (si bien tienen carencias, ellos son hijos del
momento de mayor bienestar material que nunca vivió la sociedad chilena),
tampoco les falta, por decirlo así, libertad en el sentido liberal de la
expresión (la juventud de hoy goza de mayor disponibilidad de su tiempo y de su
cuerpo que la de cualquier otra época). Motivos para reclamar y ejercer
violencia hubo muchísimos más hace tres décadas, donde estos actos, sin
embargo, no se producían. Los jóvenes hoy viven mejor y tienen cada vez menos
injerencia por parte de otros en sus vidas: ¿cuál es, entonces, el motivo de
esa conducta explosiva, de esa violencia vacía”?
“Es probable que esa
conducta sea la prueba de que la sociedad contemporánea, con sus rutinas de
consumo, su debilitamiento de los grupos primarios (desde la familia, el barrio
y la iglesia) y la vacuidad de sus ideologías políticas (es cosa de mirar el parlamento
y el tipo de cosas que allí se discuten), esté privando a los jóvenes de un
lugar donde situarse, por decirlo así, cognitivamente. Y es que hay algo peor
que la discriminación: la falta de coordenadas de significado para definirse
siquiera como excluido.
Una de las características de la cultura postmoderna es lo
que varios filósofos[3] han
descrito como una “era del vacío” “la era de la superficialidad” “la era del
sin sentido” pues culturalmente se inculca a que nada tiene sentido y que por
tanto debemos vivir por esa nada. Siglos atrás nuestra cultura occidental tenía
discursos que intentaban por lo menos proveer un sentido a la vida, ciertamente
todos estos relatos eran falsos o limitados pero la sociedad en general tenía
un sentido por el cual vivía, luchaba o combatía, pero hoy en día el discurso
es a vivir sin sentido sin ninguna justificación de por medio.
Esta es una de las maneras en la cuales podemos evangelizar
también cuando les preguntamos a las personas ¿Cuál es el sentido de esta vida?
¿Por qué es lo que vives? ¿No es acaso por lo que vives algo simplemente
superficial? Recuerdo en algunas veces en las cuales he estado evangelizando
encontrarme con un joven que ya no asistía a la iglesia el cual decía que había
abandonado el cristianismo, pero la pregunta de fondo era ¿Y porque lo
reemplazaste? ¿Qué es lo que sustenta tu vida ahora? ¿Qué es lo que te mueve
ahora? Y estas mismas preguntas como cristianos podemos realizarnos ahora ¿Qué
es lo que mueve tu vida? ¿Qué es lo que deseas en la vida? ¿Cuál es la
motivación por la cual existes? Porque podemos asistir a la templo cada domingo
a escuchar la palabra de Dios y reunirnos con los hermanos pero la pregunta
verdadera es ¿Es realmente el evangelio mueve tu vida? ¿Es realmente por lo que
vives? Si es así ¿Esta en tus oraciones ¿Esta en tu matrimonio? ¿Está entre tus
hijos? ¿Está en tus estudios? ¿Está en tu trabajo? ¿Está entre tus amigos?
¿Está en tu recreación? Un antiguo catecismo cristiano decía lo siguiente en su
primera pregunta[4].
1) Pregunta: ¿Cuál es el único consuelo tanto en la vida como en la
muerte? Respuesta: Que yo, con
cuerpo y alma, tanto en la vida como en la muerte, no me pertenezco a mi mismo
sino a mi fiel salvador Jesucristo, que me libró del poder del diablo,
satisfaciendo enteramente con su preciosa sangre por todos mis pecados, y que
me guarda de tal manera que sin la voluntad de mi Padre celestial ni un solo
cabello de mi cabeza puede caer, antes es necesario que todas las cosas sirvan
para mi salvación. Por eso también me asegura, por su Espíritu Santo, la vida
eterna y me hace pronto y dispuesto para vivir en adelante según su santa
voluntad.
Viviendo y
muriendo para la gloria de Dios (Fil 1:19-21)
El sentido de vivir que tenemos los cristianos es que
anhelamos y deseamos glorificar al Señor con todas nuestras fuerzas y esto lo
que Pablo nos va a estar diciendo en estos versículos siguientes. Recordemos
que Pablo se encontraba encarcelado en Roma (Fil 1:7; 13) y por tanto había
aprovechado esa ocasión para predicar el evangelio a todos allí. En el
versículo 19 nos habla que hay dos cosas que lo estaban ayudando en este
momento en la cárcel. El primero era las “oración
de ustedes” (RVC) “gracias a las oraciones de ustedes” (NVI) “gracias a las
oraciones de ustedes” (DHH) Pablo sabe que como él estaba orando por los
Filipenses (Fil 1:3-5) ellos estaban orando por él y eso le traía consuelo
porque el sabia que Dios usaba la oración forma poderosa para llevar a cabo sus
propósitos.
“La oración de justo es
muy poderosa y efectiva” Santiago 5:16
Lo segundo era “el apoyo
de Espíritu de Jesucristo” (RVC) “La ayuda que me da el Espíritu de Jesucristo”
(NVI) “La ayuda del Espíritu de Jesucristo” (NTV) Aquí con el Espíritu de
Jesucristo se refiere al Espíritu Santo pues en las Escrituras encontramos en
ocasiones que se usa de la misma manera (Rom 8:9; Gal 4:6) Antes que Jesucristo
se muriera, resucitará y ascendiera había prometido que enviaría al Espíritu
Santo (Paracletos) el cual “consolaría, enseñaría, recordaría” al creyente (Jn
14:26). Esto nos dice Romanos 8: 26-27
“De igual manera, el Espíritu
nos ayuda en nuestra debilidad, pues no sabemos qué nos conviene pedir, pero el
Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Pero el que
examina los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque intercede
por los santos conforme a la voluntad de Dios”
Por tanto Dios usa las oraciones de los creyentes y al
Espíritu Santo para mantener a Pablo firme en cumplir el propósito por el cual
Dios le ha llamado. Pablo creía que “esto
redundará en mi liberación” (RVC) “todo esto resultará en mi liberación” (NVI)
“darán como resultado mi libertad” (NTV) “Yo sé que todo esto será para mi
salvación” (DHH) Hay división entre los comentaristas a que “liberación”
debido a que el sentido básico de la palabra “liberación” es “salvación”. Pablo se puede estar refiriendo aquí a) la liberación del encarcelamiento presente
B) la liberación (o salvación) que final de todo el sufrimiento de la vida. Por
el contexto me inclino a pensar que probablemente se refiera más a la liberación
presente del encarcelamiento[5] que a
una visión de salvación futura. Pero cualquiera sea la interpretación de esta
palabra en el verso 20 Pablo nos dice que tenía un “anhelo y esperanza de que no sería avergonzado” (RVC) “Mi ardiente
anhelo y esperanza es que en nada seré avergonzado” (NVI) “Tengo la plena
seguridad y la esperanza que jamás seré avergonzado” (NTV) La idea de
“anhelo ardiente” aparece también en Romanos 8:19 donde Reina Valera 1960
traduce:
“Porque el anhelo
ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios”
Por tanto el “anhelo ardiente” significa “inquirir
ansiosamente con la cabeza levantada[6]” o “la
intensidad con que se aguarda algo que va a ocurrir sin lugar a dudas[7]” ¿Cuál
es entonces la idea del versículo 20? Es Pablo tiene una confianza absoluta y
plena que Dios no iba a dejar que sea avergonzado. Por supuesto esta idea que
expresaba el Apóstol Pablo venia del Antiguo testamento en donde Dios prometía
que su pueblo no sería avergonzado frente a sus enemigos cuando vive en la
voluntad de Dios (Sal 40:15.16; 119:80; Isa 49:23) Salmos 25:2-3
“Eres mi Dios, y en ti
confió; ¡no permitas que mis enemigos me avergüencen y se burlen de mí! No
permitas que sean avergonzados los que en ti ponen su esperanza, más bien, que
sean puestos en vergüenza los que sin razón se rebelan contra ti”
Pablo está seguro que con el Señor de su lado no será
avergonzado sino que Cristo “será
magnificado en mi cuerpo ya sea por vida o por muerte” (RVC) “Ya sea que yo
viva o muera, ahora como siempre, Cristo será exaltado en mi cuerpo” (NVI) “Y
confió en que mi vida dará honor a Cristo, sea que yo viva o muera” (NTV)
“Cristo será exaltado en mi cuerpo, ya sea por vida o por muerte” (LBLA) La
idea aquí es que Pablo está preparado para vivir como para morir por Cristo en
la sentencia que el Imperio romano le dé. La pregunta aquí es ¿Cómo es que
Pablo no se sentiría avergonzado si era asesinado cruelmente por el Imperio
romano? ¿Cómo eso no podría ser vergonzoso? Esto es porque Pablo ve la
vergüenza no como si morir fuera vergonzoso sino si el sintiera temor por el
juicio a la muerte, intimidación por sus enemigos o si él no fuera capaz de
defender el evangelio de una forma honorable. A Pablo le importaba exponer el
evangelio claramente a sus enemigos y vivir o morir para la gloria de Dios. Es
por eso que el expresa en el verso 21 “Para
mí el vivir es Cristo y el vivir ganancia” (RVC; NVI dice lo mismo) “Pues, para
mí, vivir significa vivir para Cristo y morir es aun mejor” (NTV) “Porque para
mí, seguir viviendo es Cristo, y el morir, una ganancia” (DHH) El sentido de la vida de los cristianos
esta en el evangelio, está en Jesucristo, en esta en él. Esta semana fue
asesinado un joven Americano llamado John Allen Chau el cual quería predicarles
el evangelio a una tribu en la Isla Sentinel del norte de India[8]. La
última carta a su familia decía lo siguiente:
“Ustedes quizás piensen
que estoy loco por hacer todo esto pero yo creo que vale la pena proclamar a
Jesús a esta gente…No es en vano. Las vidas eternas de esta tribu están al
alcance de la mano y estoy impaciente por verlos adorar a Dios en su propio
lenguaje”
El deseo de estar joven misionero era vivir y morir (si era
necesario) para la gloria de Dios con tal de predicar el evangelio a las
personas perdidas de esa tribu. ¿Es realmente este el sentido de vida que
nosotros tenemos también? Vemos que nuestra vida se trata de vivir para la
gloria de Dios. Uno de los cambios que ha tenido el cristianismo actual al
cristianismo histórico es su amor por esta vida. En el pasado las personas
podían morir con mucha facilidad (comenzando desde el embarazo) por cualquier
enfermedad. Por eso un profesor decía que nosotros no podemos comprender a
Martin Lutero porque estamos muy sanos y saludables ya que en el mundo antiguo
uno se iba a dormir y no sabía si iba a despertar vivo al otro día. Por tanto
la vida como algo pasajero era algo que realmente se creía. Pero ahora en
nuestra época estamos acostumbrados a que si nos enfermamos o nos sentimos mal
existe la medicina por tanto se ha creado una “costumbre por vivir”. Y ¿Creemos
realmente que morir en Cristo es ganancia? ¿O en verdad amamos tanto esta vida
y las cosas de esta vida que vemos el morir en Cristo como algo negativo? ¿Nos
hemos detenido a pensar que morir en Cristo es vida? ¿Consideramos a Cristo tan
valioso que si Dios nos llevará en su presencia lo veríamos como algo “bueno”? Esto por supuesto no es creer
que Pablo anhelaba suicidarse o algo así, sino lo que él deseaba era glorificar
a Dios incluso si eso significaba la muerte. Pues para nosotros como cristianos
morir en Cristo es bueno porque ya no habrá más lucha con el pecado y estaremos
inmediatamente en la presencia de Dios (Lucas 23:43) además después del final
de todas las cosas seremos transformados en cuerpos sin pecado (1 Cor 15:53-54)
por tanto estaremos deleitándonos para siempre en el Señor. ¿Acaso nunca has
tenido un día en la vida que te has deleitado tanto en el Señor que lo único
que deseas es estar con él? Pues así será cuando muramos y estemos para siempre
con el Señor. ¡Cómo no anhelar ese deleite! Pablo era alguien que realmente
vivía y moría para el Señor (Rom 14:8-10)
Viviendo
para la obra de Dios (Fil 1:22-26)
Aunque Pablo anhela estar en la presencia del Señor, los
versos que siguen expresa el dilema que el enfrenta ante este deseo. “Ahora bien, si seguir viviendo en este
mundo representa para mí un trabajo fructífero ¿Qué escogeré? ¡No lo sé! (NVI)
“Pero si vivo, puedo realizar más labor fructífera para Cristo. Así que
realmente no sé que es mejor (NTV) Pablo era como aquel de la parábola del
sembrador que había estado gran parte de su vida saliendo sembrar y la semilla
había caído en diversas tierras (o sea algunos respondían y otros no) como
también el tenia claro que aunque uno sembrará el crecimiento lo da el Señor (1
Cor 3:7-8) pero de todo ese trabajo había obtenido fruto. El deseaba que los
creyentes este “llenos de los frutos de justicia” en Cristo Jesús (Fil 1:11) y
que “abunde el fruto en la cuenta de ustedes” (Fil 4:17) Por tanto si él se
quedaba vivo el quería seguir trabajando para la obra del Señor y obteniendo
frutos en los creyentes para la gloria de Dios. Pablo estaba totalmente
alejando de la idea moderna que muchos cristianos tienen de que es lo
“beneficioso para mi” sino que más bien estaba pensando que es lo beneficioso
para la obra de Dios. Por eso el dice en Filipenses 2:4
“No busque cada uno su
propio interés, sino cada cual también el de los demás”
Por tanto Pablo está en un dilema respecto a que si el muere
estará para siempre disfrutando en la presencia de Dios pero si vive podrá ser
de “beneficio de la obra”, pero ¿Quiénes son esa obra? ¿Es acaso algo
abstracto? No la obra son según el verso 24 los mismos filipenses “Por causa de ustedes” (RVC) “Por el bien de
ustedes” (NVI; NTV) “a causa de ustedes es más necesario que siga viviendo”
(DHH) Por tanto el sentido de la vida de Pablo al quedarse con vida era la
edificación de la vida y en los versos 25 y 26 expresan la convicción y las
razones por la que Pablo se quedara. La primera razón es que Pablo se quedará
vivo para el “provecho y gozo de la fe”
(RVC) “para contribuir a su jubiloso avance de la fe” (NVI) “para continuar
ayudándolos a ustedes a crecer y experimentar la alegría de su fe” (NTV) Pablo
no solamente era alguien que le había enseñado a los Filipenses sino que él era
un ejemplo y que podía decir (Filipenses 3:17)
“Hermanos, sean ustedes
imitadores de mí, y fíjense en los que así se conducen, según el ejemplo que
ustedes tienen de nosotros”
En segundo lugar Pablo se quedará vivo para que “abunde su vanagloria por mí en Cristo Jesús”
(RVC) “Su satisfacción en Cristo Jesús abundará por causa mía” (NVI) Y cuando
vuelva, tendrán más razones todavía para sentirse orgullosos en Cristo Jesús de
lo que él está haciendo por medio de mí” (NTV) Creo que la traducción RVC
es confusa y es mejor quedarse con la clásica (“abunde vuestra gloria en mi”
RV60) pues lo que nos dice el pasaje es que los Filipenses podrían adorar al
Señor debido a que si Pablo queda con vida ellos van a poder disfrutar más de
su enseñanzas y relaciones con el apóstol. Pablo estaba convencido que
cualquiera sea la voluntad de Dios era para la edificación de la iglesia de
Cristo.
Esto hace que nos preguntemos si ¿Estamos viviendo para la
obra de Dios? O quizás nos preguntemos ¿Qué significa para nosotros el vivir
para la obra de Dios? En estos 11 años
de cristianos he observado que muchas personas limitan el entendimiento de lo que significa
vivir para la obra de Dios a la oración, la lectura bíblica, el evangelio y los
domingos en el templo y en base a eso basan su espiritualidad. Por supuesto que
todas estas prácticas son ejercicios espirituales fundamentales para un
cristiano, pero debemos evitar la tentación de pensar que solamente estos son
todos los ejercicios espirituales. Por ejemplo si pensamos en ser llenos del
Espíritu inmediatamente podemos pensar que estas prácticas (oración, lectura,
evangelizar) pero si revisamos el pasaje de Efesios 5-6 en su contexto nos
encontraremos con que lo aplica al matrimonio, a la crianza de los hijos y al
trabajo. Por tanto esto nos dice que la espiritualidad no solamente se prueba
en estas áreas, sino que la espiritualidad comienza en el hogar, si eres
soltero sometiéndote a tus padres y colaborando en el hogar, si eres casado
amando a tu esposa o sometiendo de tu esposo. Si son un matrimonio que tiene
hijos criando a los hijos en el temor del Señor. ¿No es acaso esto trabajar
para la obra de Dios? También existe el contexto del trabajo donde como
creyentes se nos está ordenado realizar aquel trabajo para la gloria de Dios
respetando a nuestros jefes (aunque no sean agradables) ¿No es acaso esto
trabajar para la obra de Dios. Debemos quitar de nuestras mentes esos dualismos
no bíblicos cuando pensamos en lo que significa trabajar para la obra del
Señor. Ahora la pregunta es ¿Vives porque anhelas trabajar para la obra del
Señor?
Luchando en
el evangelio (Fil 1:27-30)
Ahora que sabe que Pablo los va a volver a ver les recuerda
que ellos deben “comportarse como es
digno del evangelio de Cristo” (RVC) “compórtense de una manera digna del
evangelio de Cristo” (NVI) “comportándose de un modo digno de la Buena Noticia
acerca de Cristo” (NTV) Para varios comentaristas la palabra “compórtense”
es más que simplemente eso sino que alude al lenguaje griego de un ciudadano
libre.[9] Los
filipenses sabían que tenían ciudadanía romana y esto podía hacerles creer que
esto los hacía importantes (Fil 3:20) Pero Pablo les dice que deben vivir en
realidad como ciudadanos del cielo siguiendo los mandatos del evangelio y no
los de la ciudadanía romana. La metáfora que usa el apóstol Pablo es la de un
soldado que se mantiene “firme” y “luchando en el evangelio” contra las
adversidades que se enfrentaran como cristiano. Esta idea de estar firme se usa
en varias maneras a través de las cartas de Pablo (Rom 14:4; Gal 5:1; 1 Ts 3:8;
2 Tes 2:15) 1 Corintios 16:13
“Manténganse atentos y
firmes en la fe, sean fuertes y valientes” (RVC)
La iglesia de Filipos se había formado tras la persecución
que Pablo y Silas habían sufrido (Hechos 16:12-40) y por algún tiempo se había
mantenido sin persecución la iglesia mientras crecía pero ahora cuando Pablo
escribió se había iniciado nuevamente la persecución por lo que Pablo animaba a
los Filipenses a mantenerse firme frente a la persecución. En el verso 28 Pablo
les dice a los Filipenses que “en nada les intimiden los que se oponen” (RVC)
“Sin temor alguno a sus adversarios” (NVI) “No se dejen intimidar en ninguna
manera”. La palabra “intimidar” significa “causar o infundir miedo o empezar a
sentir miedo.[10]” Por tanto Pablo quiere
animar a los cristianos a no sentir miedo por los adversarios sino a mantenerse
unidos (unánimes) en esta persecución que están sufriendo. Como un ejército del
Dios vivo deben levantar sus espada (la palabra de Dios) levantar sus escudos
(La fe) y pelear esta buena batalla de la fe (1 Tim 6:12) Las razones por la
cual no debemos tener temor es porque esta persecución es “indicio de perdición” (RVC) “Señal de destrucción” (NVI) “Esto le será
por señal a ellos que serán destruidos” (NTV) Esto significa según algunos
comentaristas que la iglesia es probada por Dios por medio de la persecución[11]. Dios
usa incluso a sus enemigos que van a la eterna perdición para probar la fidelidad
de los creyentes en momentos difíciles. Pero a la vez esta prueba revela
quienes son los verdaderos salvos, en medio de la aflicción podemos ver quiénes
son realmente creyentes y quiénes no. Por eso es que nos dice que todo esto
viene de Dios. “Y esto de parte de Dios”
(RVC) “Y esto proviene de Dios” (NVI) “Y esto de Dios” (LBLA) “Y esto procede
de Dios” (DHH) Pablo termina diciendo que Dios nos ha dado el privilegio de
no solo creer en él sino también padecer por él y por tanto experimentar el mismo
conflicto que Pablo enfrentó y que los hermanos de Filipos habían presenciado
cuando él fue perseguido junto a Silas (Hechos 16:22-24) Es muy interesante que
el verbo griego que se traduce “concedido” se deriva del sustantivo que
significada “gracia[12]”. Por
lo que podemos pensar que el sufrimiento que Dios nos ha dado es un regalo, es
un don para nosotros, es un beneficio para nuestra vida espiritual. Podemos
afirmar que todos los que han recibido el don de la fe, también han recibido
del don del sufrimiento para que Jesucristo sea glorificado en ellos. La
mentalidad del mundo ¿Tienes problema? Evítalo. ¿Estás sufriendo? Evítalo.
¿Alguien te hirió? Evítalo. Pero las Escrituras no nos enseñan eso, nos dice
que si tienes problemas, sufres y te hieren, enfrentadlos con el
evangelio. 1 Pedro 4:1-2, 12-13
“Puesto que Cristo
sufrió por nosotros en su cuerpo, también ustedes deben adoptar esa misma
actitud, porque quien sufre en su cuerpo pone fin al pecado, para que al tiempo
que le queda de vida en este mundo lo viva conforme a la voluntad de Dios y no
conforme a los deseos humanos”
“Amados hermanos, no se
sorprendan de la prueba de fuego a que se ven sometidos, como si les estuviera
sucediendo algo extraño. Al contrario, alégrense de ser participes de los sufrimientos
de Cristo, para que también se alegren grandemente cuando la gloria de Cristo
se revele”
[1] http://www.ahoranoticias.cl/noticias/nacional/236029-video-carabinero-que-resulto-herido-en-incidente-en-liceo-de-aplicacion-relata-el-tenso-momento.html
[2] http://www.elmercurio.com/blogs/2018/10/14/64031/Violencia-en-el-liceo.aspx
[3]
Por ejemplo el filosofo francés Gilles Lipovetsky o el filosofo surcoreano
Byung-Chul Han. Ambos han escrito sobre la pérdida del significado en nuestra
sociedad contemporánea.
[4] http://www.heidelberg-catechism.com/es/lords-days/1.html
[5]
Aquí sigo Craig Keener. Comentario cultural del Nuevo testamento. Página 554.
[6]
William Hendriksen. Comentario a Filipenses. Página 56.
[7]
Frank Thielman. Comentario NVI de Filipenses. Página 127.
[8] https://elcomercio.pe/mundo/asia/john-allen-chau-grito-jesus-ama-asesinado-flechazos-tribu-india-isla-sentinel-norte-noticia-580147#!#utm_source=facebook&utm_medium=organic&utm_campaign=john-allen-chau-tribu
[9]
Los 3 comentarios que uso siguen esta interpretación. Craig Keener. Comentario
cultural del Nuevo testamento. Página 554. William Hendriksen. Comentario a
Filipenses. Página 60. Frank Thielman. Comentario NVI de Filipenses. Página 155
[10] http://dle.rae.es/srv/search?m=30&w=intimidar
[11] William
Hendriksen. Comentario a Filipenses. Página 67.
[12]
John MacArthur. Biblia de Estudio. Página 1673.
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