C.S
Lewis fue un conocido cristiano anglicano, apologista, crítico literario y
escritor de varios libros entre los cuales los más conocidos son las crónicas
de Narnia, Mero Cristiano y el problema del dolor. Cuando tenía 57 años se caso
Helen Joy Davidman de 40 años (más conocida como Joy Gresman por el apellido de
su primero esposo) y con la cual pudo vivir 4 años de su vida. Debido a ese
intenso dolor por la pérdida de su amada Joy el escribió un libro traducido al
español como “Una pena en observación[1]” en donde el reflexiona en
torno a este profundo sufrimiento que está experimentando por la pérdida de su
amada.
“La pena es comparable a un bombardero
que nos sobrevuela dando vueltas y dispuesto a soltar una bomba cada vez que
una de estas vueltas desde arriba coincide justamente con nuestra cabeza. El
dolor físico es como el fuego constante en una trinchera durante la Primera
Guerra Mundial, horas y horas sin cejar ni un minuto. El pensamiento nunca es estático,
el dolor físico lo es muchas veces”
“Parece como si no valiera la pena
empezar nada. No soy capaz de encontrar asiento, ando azogado y nervioso,
bostezo, fumo muchísimo. Antes nunca llegaba a tiempo para nada. Ahora no hay
nada más que tiempo. Tiempo en estado casi puro, una vacía continuidad”
“Incluso ella y yo nos habíamos
prometido sufrimientos. Eso formaba parte del programa. Nos habían dicho:
«Bienaventurados los que lloran», y yo lo aceptaba. No me ha pasado nada que no
tuviera previsto. Claro que es diferente cuando una cosa así le pasa a uno y no
a los demás, cuando pasa en realidad, no a través de la imaginación. Sí, pero a
pesar de todo, ¿puede suponer una diferencia tan enorme para un hombre en sus
cabales? No. Ni tampoco para un hombre cuya fe no fuera de pacotilla y al que
de verdad le importaran los sufrimientos ajenos. La cuestión está bien clara.
Si me han derribado la casa de un manotazo, es porque se trataba de un castillo
de naipes. La fe que «contaba con todas esas cosas» no era fe, sino simple imaginación”
C. S
Lewis se ve enfrentando con el sufrimiento en su vida cotidiana y nada parece
tener sentido, incluso siente que su fe no es una verdadera fe porque no la
está llevando a la práctica, pues asumió que enfrentaría el sufrimiento de una
forma diferente a lo que lo enfrenta ahora. Ciertamente todos nosotros podemos
“presumir” como valientemente vamos a enfrentarnos al sufrimiento pero en
cuando el sufrimiento llega de verdad que cuando vemos como esta nuestra fe. Todas
las personas en el mundo van a experimentar el sufrimiento y esto se debe a que
vivimos en un mundo caído, incluso como cristianos debemos saber que vamos a
enfrentar diversos momentos de dolor: una relación quebrada, un engaño, una
tradición, accidentes, enfermedades, divisiones, malos entendidos, enojos,
iras, desacuerdos, desastres naturales, persecuciones por la fe, etc. Pero las
preguntas que debemos hacernos son: ¿Cómo los vamos a enfrentar? ¿Cuál va a
hacer nuestra actitud? ¿Cómo vamos a reaccionar? ¿Cuáles van hacer nuestras
preguntas? ¿Qué vamos hacer con ese sufrimiento? El Apóstol Pablo nos provee de
un ejemplo como enfrentar el sufrimiento en el evangelio.
Sufriendo
en el evangelio (Fil 1:12-13)
Pablo
nos dice que “que lo que me ha sucedido
más bien a servido para el avance del evangelio” (RVC) “Lo que me ha pasado a
contribuido al avance del evangelio” (NVI) “Todo lo que me ha sucedido en este
lugar ha servido para difundir la buena noticia” (NTV) Por tanto las
preguntas son: ¿Qué le había sucedido a Pablo? ¿Como lo que le había sucedido a
Pablo había servido para el avance del evangelio? En general a Pablo le habían
sucedido muchas cosas que el mismo describe en 2 Corintios 11:23-28.
¿Son
ministros de Cristo? (Hablo como si estuviera loco.) Yo lo soy más. Mis
trabajos son más abundantes; mis azotes, innumerables; mis
encarcelamientos, muchos más; muchas veces he estado en peligro de muerte. Cinco veces he recibido de los judíos treinta y nueve azotes; Tres
veces he sido azotado con varas; una vez he sido apedreado; tres
veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta
mar. Son muchas las veces que he estado de viaje
corriendo peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de mi propia
gente, peligros de los no judíos, peligros en la ciudad, peligros en
el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos. He pasado por muchos trabajos y fatigas; muchas veces me he quedado
sin dormir; he sufrido de hambre y de sed; muchas veces no he comido, y he
pasado frío y desnudez. Además de todo esto, lo
que cada día pesa sobre mí es la preocupación por todas las iglesias.
Sin duda Pablo se había enfrentado diversos
sufrimientos por el evangelio pero específicamente se refiere aquí a los
sufrimientos que enfrento camino a Roma o en Roma mismo. Esto lo registra el libros
de Hechos 27-28 en donde si hacemos un breve resumen podemos ver que Pablo
había sufrido. En primer lugar el
estaba sufriendo un encarcelamiento injusto (Hechos 27:1) En segundo lugar el sufriría un naufragio en el cual quedaría sin
esperanzas. Hechos 27:20
“Durante
muchos días no pudieron verse el sol ni las estrellas, y la fuerte tempestad
nos seguía azotando, así que ya habíamos perdido toda esperanza de salvarnos”
En
tercer lugar
después de llegar a la isla de Malta una víbora pondría en riesgo la vida del
Apóstol Pablo pero él se sacudió su mano y no sufrió ningún daño (Hechos 28: 3-5)
En cuarto lugar experimento el
rechazo de la predicación del evangelio por parte de los judíos (Hechos 28:24)
como podemos ver el Apóstol Pablo sufrió bastante por el evangelio camino a
Roma. Entonces ¿Qué cosas habían servido para el avance del evangelio? Una de
las cosas importantes a recordar es que en general las persecuciones han ayuda
para la expansión del evangelio. Podemos ver esto en un ejemplo que se registra
en el libro de Hechos cuando después de asesinar a Esteban se inicia la
persecución (Hechos 8:4)
“Mientras
tanto los que se habían dispersado iban por todas partes anunciando el
evangelio”
Para los cristianos las persecuciones se
transformaban en una oportunidad para predicar el evangelio a otras personas y
las asesinados a los creyentes en una oportunidad dar testimonio al mundo que
es un mensaje verdadera por el cual se está dispuesto a morir. Es por eso que
uno de los padres de la iglesia Tertuliano decía "La sangre [de los
mártires] es semilla de los cristianos[2]".
En el caso específico de Pablo se habían dado muchas oportunidades
para testificar mediante el viaje como prisionero a Roma y en la misma cárcel
de Roma. Pablo había podido testificar del
evangelio a personas importantes y con autoridad como Festo, Agripa y Berenice (Hechos 25-26) además
en su viaje como prisionero había podido predicar el evangelio a las personas
después del naufragio e incluso sanar a muchas personas que estaban enfermas
(Hechos 27-28:1-10) ¿Acaso no había servido todos estos sufrimientos para el
avance del evangelio? Evidentemente sí.
Aun más en el verso 13 nos dice: “De tal modo que mis encarcelamientos por Cristo se han hecho evidentes
en todo el pretorio, y a todos los demás” (RVC) “Es más, se ha hecho evidente a
toda la guardia del palacio, y a todos los demás que estoy encadenado por causa
de Cristo” (NVI) “Pues cada persona aquí, incluida toda la guardia del palacio,
sabe que estoy encadenado por causa de Cristo” (NTV) Con la idea de
“pretorio” se refiere a la “guardia del palacio” el cual era un grupo de
militares que le prestaban protección a los emperadores romanos. Esta guardia
consistía en unos 13.000 o 14.000 soldados y se les mantenía fieles mediante
una paga más alta que los militares romanos[3]. Por
tanto Pablo estaba custodiado con la mejor guardia del imperio romano. ¿Cuál
era la ventaja de esto? La ventaja de esto es que como todas las guardias
militares ellas iban rotando por lo podían ver la fidelidad, perseverancia,
paciencia, mansedumbre y además podría predicarles del evangelio a miles de
ellos[4]. Mediante
los sufrimientos de Pablo se abría una puerta inesperada para la prédica
constante del evangelio. ¿Puedes tu ver como en tus sufrimientos ver como son
una oportunidad para la predicación del evangelio? ¿Puedes tu sufrir en el
evangelio sabiendo que aunque no lo entiendas todo obra para bien? ¿Puedes tu
ver la mano del Dios soberano actuando en medio del sufrimiento?
En el año 2006
John Piper fue diagnosticado con cáncer de próstata y debía ser operado por lo
que él escribió un texto de 10 puntos llamado “No desperdicies tu cáncer[5]”. 1)
Desperdicias tu cáncer si no crees que fue diseñado por Dios con un propósito
para ti. 2) Desperdicias tu cáncer si lo percibes como una condena y no con un
regalo. 3) Desperdicias tu cáncer si buscas alivio en tus probabilidades en vez
de buscarlo en Dios. 4) Desperdicias tu cáncer si te niegas a pensar en la
muerte. 5) Desperdicias tu cáncer si “luchas” contra él solo para estar vivo y
no para anhelar más de Cristo. 6) Desperdicias tu cáncer si dedicas más tiempo
leyendo acerca de tu enfermedad y menos tiempo leyendo acerca de Dios. 7)
Desperdicias tu cáncer si dejas que te conduzcan a la soledad en vez
profundizar en tus relaciones. 8) Desperdicias tu cáncer tu cáncer si te
entristeces como quienes no tienen esperanza. 9) Desperdicias tu cáncer si continúas
pecando igual que antes. 10) Desperdicias tu cáncer si tu cáncer no lo usas
como un medio para testificar la verdad
y la gloria de Dios. ¿Estás pensando en tus sufrimientos como una oportunidad
para vivir el evangelio, para predicar el evangelio y para glorificar a Dios?
El
sufrimiento en el evangelio produce testificar (Fil 1:14)
Pablo
nos dice que sus encarcelamientos no solamente fueron de ayuda para la
expansión del evangelio sino que además sirvieron para la edificación de los
hermanos. El versículo 14 nos dice que con los encarcelamientos de Pablo “los hermanos han cobrado animo en el Señor,
y más y más se atreven a hablar la palabra sin temor” (RVC) “Gracias a mis
cadenas, ahora más que nunca la mayoría de los hermanos, confiados en el Señor,
se han atrevido a anunciar sin temor la palabra de Dios” (NVI) “y dado que
estoy preso, la mayoría de los creyentes de este lugar ha aumentado su
confianza y anuncia con valentía el mensaje de Dios sin temor” (NTV) Esto
mismo se puede ver en Hechos 4:23-31 cuando los creyentes estaban con temor
después de que Pedro y Juan habían sido puestos en libertad y ellos oran al
Señor por ese temor y:
“Cuando terminaron de orar, el lugar
donde estaban congregados se sacudió, y todos fueron llenos del Espíritu Santo
y proclamaban la palabra de Dios sin ningún temor”
El
Espíritu Santo es quien produce esa valentía en nosotros para poder predicar el
evangelio, pero también el Espíritu Santo ha usado a hombres y mujeres como
ejemplo para aumentar nuestra valentía de predicar. El Apóstol Pablo había
determinado desde un principio a sufrir por el evangelio. En una ocasión cuando
los hermanos le decían que NO subiera a Jerusalén porque iba ser atado por los
judíos y entregado a los romanos (Hechos 21:11-13) Pero él respondió
“¿Por qué lloran? ¡Se me parte el
corazón! Por el nombre del Señor Jesús, yo estoy dispuesto a no solo a que me
aten, sino que me maten en Jerusalén”
La
valentía de Pablo traía valentía a los hermanos para predicar el evangelio, por
supuesto el no ha sido el único en mostrar esta valentía sino un sin número de
creyentes a través de los siglos. Uno de ellos es Blandina, una mujer cristiana
que fue torturada en un sin número de ocasiones y que siempre se mantuvo fiel
al Señor. Eusebio de Cesárea relata un poco de su historia en su libro Historia
Eclesiástica.
“Blandina fue llena con tal poder como
para ser librada y levantado sobre aquellos que la estaban torturando por
turnos desde mañana hasta la noche en todo tipo de formas, así que ellos
reconocieron que ellos fueron conquistados, y no podían hacerle nada más. Y ellos
estaban asombrados de su fortaleza, mientras su cuerpo entero estaba arrancado
y quebrado; y ellos testificaron que una de estas formas de tortura era
suficiente para destruir la vida, ni hablar de muchos y grandes sufrimientos.
Pero la bendita mujer, como un noble atleta, renovó sus fuerzas en su
confesión; y su conforte y recreación y alivio del dolor de sus sufrimientos
fue en exclamar, “Yo soy cristiana, y no hay nada malo hecho por nosotros.”
“Luego de todas estas cosas,
Blandina fue traída de nuevo, con Ponticus, un jóven de casi 15 años de edad.
Ellos habían sido traídos cada día a presenciar los sufrimientos de los demás,
y habían sido presionados para que juraran por sus ídolos. Pero debido a que
ellos permanecían fuertes, la multitud se puso furiosa, y no tuvieron compasión
con el joven ni por la mujer. Por lo tanto los expusieron a torturas,
repetidamente, pero siendo incapaces de hacerlos negar, pues Ponticus siendo
alentado por su hermana así que ni el pueblo podía ver que ella lo estaba fortaleciendo,
habiendo soportado las torturas, entregó su espíritu”
“Pero Blandina, la última de todos,
habiendo, como una noble madre, alentado a sus hijos y enviéandolos victoriosos
al Rey, toleró sus conflictos y se fue como si fuera a una cena de bodas en
lugar de a las bestias salvajes. Y luego de ser torturada, luego de las bestias
salvajes, y luego del asiento en llamas, fue puesta en una red, y tirada frente
a un toro. Y habiendo sido golpeada por el animal, pero sin sentir estas cosas,
debido a su esperanza, y a su comunión con Cristo, ella también fue
sacrificada. Y el mismo pueblo confesó que ellos nunca habían visto a una mujer
que perdurara tantas y terribles torturas[6]”
Los
sufrimientos que experimentamos como creyentes en el evangelio pueden ser de
gran ayuda para hermanos que se sienten débiles y temerosos en la fe y el ver
que una persona que está enfrentando la tortura aun así predica el evangelio
¿Qué más queda de nosotros que vivimos cómodamente en nuestras casas? ¿Qué más
queda de nosotros que no estamos siendo perseguidos? ¿Qué más queda de nosotros
que ponemos frases de predicadores en facebook o en twitter pero que
simplemente no vivimos como nuestros hermanos?
Dos
grupos de predicadores del evangelio (Fil 1:15-17)
Pablo
aquí se detiene por un momento para decirnos algo parece impresionante pero que
aun continua en nuestro mundo y es que hay dos grupos de personas que predican
el evangelio. Sobre el primer grupo
Pablo dice que “algunos predican a Cristo
por envidia o por pelear” (RVC V15) “Uno anuncian a Cristo por pelear y no con
sinceridad” (RVC V16) “Es cierto que algunos predican a Cristo por envidia y
rivalidad” (NVI V15) “Aquellos predican a Cristo por ambición personal y no por
motivos puros” (NVI V18) “Es cierto que algunos predican acerca de Cristo y por
celos y rivalidad” (NTV V15) “Los otros no tienen intenciones puras cuando
predican de Cristo. Lo hacen con ambición egoísta” (NTV V17) ¿Quiénes eran
estas personas que predicaban el evangelio
por envidia, por pelear y no sinceramente? Sin duda se trata de los
judaizantes a los cuales Pablo describe en Filipenses 3:2-3
“Tengan cuidado de los perros, cuídense
de los malos obreros y de los que mutilan el cuerpo. Porque nosotros somos la
circuncisión; somos los que servimos a Dios en el Espíritu, los que nos
gloriamos en Cristo Jesús y no ponemos nuestra confianza en la carne”
Antes
de la llegada ya habían predicadores en Roma por tanto cuando llega Pablo
muchos comienzan a tomar interés en él y esto provoca celos en los otros predicadores.
También habían judaizantes que siempre fueron detractores del Apóstol Pablo y
tenia envidia que la gente lo escuchara y se ponían celosos por su poder y
autoridad. Ahora que Pablo estaba encarcelado ellos seguramente lo acusaban de
que Dios no estaba con él (pues está encarcelado) y también se jactaban de que
ellos estaban predicando el evangelio. La idea de este grupo era tan malvada
que anhelaban que el Apóstol Pablo sufriera estando en la cárcel.
Sobre el segundo grupo
Pablo dice que “otros lo hacen con
sinceridad” (RVC V15) “Otros lo hacen con amor” (RVC V17) “Estos últimos
predican porque me aman” (NTV V16) Este grupo de hermanos predica el
evangelio con una verdadera motivación que Cristo le ha puesto en el corazón y
por tanto no buscan la fama personal, el éxito o el reconocimiento como los
judaizantes sino que buscan la sincera y clara predicación de la palabra de
Dios. Además de esto ellos saben y entienden que la razón por la cual Pablo
está encarcelado no es que Dios lo haya castigado sino esta allí para defender
el evangelio (hacer apología del evangelio).
Las
envidias, los celos, las peleas o rivalidades provienen todo de la carne y son
pecados contra el Señor (Gal 5:19-21) Pero una de las cosas más impresionantes
es que estas cosas de la carne se pueden dar entre los ministerios de
predicadores del evangelio. Uno puede llegar a sentir celos porque alguien es
más escuchado que otro o más considerado que otro, el pecado no excluye el
ministerio pastoral. Pero también las personas que no están en un ministerio
pastoral pueden predicar el evangelio con una motivación pecaminosa. He
conocido personas que se sienten “orgullosas” porque predican siempre el
evangelio y se sienten superiores a los demás porque lo hacen más seguidos que cualquiera
¿No es eso vanagloria y legalismo? Por otro lado he conocido a cristianos que
jamás le han predicado a nadie y dicen que como Dios es soberano el hará la
obra ¿No es eso desobediencia y libertinaje? Como cristianos debemos predicar
el evangelio porque estamos agradecimos del infinito y maravilloso amor que
Jesucristo ha mostrado por nosotros.
El
Gozo de Pablo en el Evangelio.
Pablo
reflexiona finalmente en el verso 18 que de cualquier manera “sea por pretexto o por verdad, Cristo es
anunciado. Y en esto me gozo, y me gozaré aún” (RVC) “¿Qué importa? Al fin y al
cabo, y sea como sea, con motivos falsos o con sinceridad, se predica a Cristo.
Por eso me alegro; es más, seguiré alegrándome” (NVI) “Pero eso no importa;
sean falsas o genuinas sus intenciones, el mensaje acerca de Cristo se predica
de todas maneras, de modo que me gozo. Y seguiré gozándome” (NTV) Lo que
intentaban los judaizantes era que él se sintiera mal porque ellos predicaban
el evangelio y tenían desde su punto de vista más éxito que Pablo en la cárcel.
Pero a Pablo no le importa su éxito, su prestigio, su poder, su reconocimiento,
hay solo una cosa que lo alegra y es el avance del evangelio. Como cristianos
debemos comprender que nuestro llamado de glorificar a Dios incluye el
sufrimiento. Romanos 8:17.
“Y si somos hijos, somos también
herederos, herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos
juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados”
[1] https://www.anagrama-ed.es/libro/panorama-de-narrativas/una-pena-en-observacion/9788433906533/PN_302
[2] http://www.clerus.org/clerus/dati/2004-05/31-13/12MarSp.html
[3]
Craig Keener. Comentario cultural del nuevo testamento.
[4]
William Hendriksen. Comentario a Filipenses. Página 52
[5] https://www.desiringgod.org/articles/dont-waste-your-cancer?lang=es
[6] https://sujetosalaroca.org/2008/02/14/morir-por-cristo-blandina-y-los-martires-de-lyon/
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