Pensar el mundo a través de las Escrituras...

miércoles, 31 de julio de 2019

Ayunando en secreto Mateo 6:16-18




Richard Baxter fue un conocido pastor puritano el cual escribió un libro llamado el “pastor reformado” o “pastor renovado” en donde señala el cuidado que los pastores deben tener respecto al ministerio pastoral. Una de las primeras cosas que aborda es ver si realmente el pastor o predicador es converso. El escribe[1]:

“Ser inconverso es terrible, pero ser un predicador inconverso es mucho peor. ¿Acaso no tiene miedo de abrir su Biblia y leer acerca de su propia condenación? ¿Cuándo usted predica el evangelio, acaso no se da cuenta que está incrementando su propia culpa, al rechazar al Salvador que proclama? Sin embargo, es común que un predicador inconverso no se percate de su propia condición. Diariamente tiene contacto con verdades preciosas y exteriormente vive una vida santa. El denuncia el pecado en otros y les anima a vivir una vida santa. Cuan trágico es morir de hambre teniendo el pan de vida en las manos y animando a otros para que coman de él.

Esta historia nos revela que incluso una persona que afirma ser pastor o predicador puede ser alguien no convertido. Pero ¿Cómo es posible aparentar de esa manera? ¿Cómo es posible que alguien conozca la Biblia y a la vez no sea salvo? ¿Cómo es posible vivir de manera santa de una forma externa pero no de corazón? La única respuesta es que es posible cuando se es hipócrita. El hipócrita es una figura artística de la época de Jesús que se conocía como el actor. El hipócrita era la persona que se ponía una máscara y actuaba de una determinada forma la cual no era el mismo. Jesús había tomado las 3 prácticas religiosas más importantes del pueblo judío para enseñarles cómo debía hacer todo esto sin hipocresía. Cuando hablo de la limosna cuestiono a aquellos que daban para que otros lo vieran por tanto mando a que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu derecha (Mt 6:1-4) Cuando hablo de la oración cuestiono a aquellos que oraban de pie, haciendo largas oraciones y repetitivas para que otros los vieran. Por tanto llamo a evitar este tipo de prácticas pecaminosas que buscan la aprobación de otros y por eso son hipocresía (Mt 6:5-8) Ahora en esta tercera practica que es el ayuno va a querer cuestionar esta misma actitud hipócrita que se estaba llevando a cabo por medio del pueblo.

El ayuno en la Biblia

Las Escrituras nos habla de forma abundante acerca del ayuno y tenemos muchos ejemplos de personajes bíblicos ayunaron en diversos momentos de su vida. Una primera observación que debemos hacer acerca del ayuno es que él va acompañado generalmente de la oración (1 Sam 7:5-6; 2 Sam 12:16) El Señor había mandado al pueblo en el día de la expiación o Yom Kipur que ayunara para que se arrepintiera sinceramente de sus pecados. Levítico 23:26-29

“El Señor hablo con Moisés y le dijo: “El día diez del mes séptimo será el día de la expiación. Ese día celebraran una convocación santa, y ayunaran y me presentaran una ofrenda encendida. Es el día de la expiación, en que se reconciliaran conmigo, así que ese día no harán ninguno trabajo. Todo aquel que no ayune ese día será eliminado de su pueblo”.

El pueblo de Dios tenía que ayunar ese día porque era un mandato directo de Dios para hacerlo. Pero además de este ayuno vemos muchos otros ayunos relacionados con el arrepentimiento. Como el ayuno de Esdras-Nehemías, Daniel o Jonás. Nehemías 9:1-2; Daniel 9:3; Jonás 3:5

“El día veinticuatro del mismo mes, los israelitas volvieron a reunirse a ayunar, vestidos con ropas ásperas y con la cabeza cubierta de polvo. Para entonces los israelitas ya habían apartado de si a los hijos de extranjeros. Puestos de pie, los israelitas confesaron sus pecados y los de sus padres…”

“Volví entonces mi rostro a mi Dios y Señor, para pedir su ayuda con oración y ruego. Me puse a ayunar, y me cubrí de cilicio y ceniza”

“Todos los habitantes de Nínive creyeron a Dios y decretaron ayuno, y desde el mayor hasta el menor vistieron de cilicio”

También vemos que se ayunaba por luto (1 Sam 31:13) por malas noticias (Neh 1:4) por decisiones importantes (Ester 4:16) por ayudar al necesitado (Isaías 58:6-7) En el Nuevo testamento vemos que Jesús ayuno en el desierto (Mt 4:2) que los discípulos de Juan el Bautista ayunan (Mt 9:14) y que la iglesia ayuna cuando envía misioneros y escoge ancianos. Hechos 13:2; 14:23

“Como ellos servían al Señor y ayunaban siempre, el Espíritu Santo dijo: “Apártenme a Bernabé y a Saulo, porque los he llamado para un importante trabajo”

“También nombraron ancianos en cada iglesia, y luego de orar y ayunar los encomendaron al Señor, en quien habían creído”

Podemos ver que se ayuno en varias ocasiones y por una diversidad de cosas que apuntaban a conocer más a Dios, arrepentirnos del pecado, aprender a depender más de él, tomar decisiones importantes, ayudar a nuestro prójimo. Una de las cosas que podemos ver en nuestra iglesia cristiana actual es la ausencia del ayuno. Si uno se hace la siguiente pregunta podemos ver que esto es cierto. ¿Cuándo fue la última vez que ayunaste? El abandono del ayuno tiene varias razones. Yo pensé en 3 razones del abandono del ayuno. 

La primera razón es la distorsión del ayuno. Desde la época de Jesús existían distorsiones de esta práctica para mostrarse como una persona más espiritual. Pero en nuestra época es sabido que existen enseñanzas que distorsionan el sentido del ayuno y se muestra que si yo ayuno voy a poder doblar la mano de Dios o conseguir lo que yo quiero. Por ejemplo si uno es joven y le gusta una chica el ayuno va a conseguir eso o si quiero que mi esposo o esposa cambie algo voy ayunar y eso va a cambiar porque yo ayuno. Pero aunque el ayuno haya sido distorsionado ¿Acaso no es distorsionarlo de igual manera si no lo practicamos nunca? ¿Acaso no crees que Jesús esperaba que los practicaran en alguna ocasión? ¿Acaso no necesitamos buscar más de Dios, arrepentirnos, tomar decisiones importantes o servir al prójimo con ayuno?

La segunda razón es porque el ayuno es algo que practican los hermanos pentecostales. Desde la teología reformada ha surgido una especie de recelo por todo lo que tenga que ver con los hermanos pentecostales como si no pudiéramos aprender nada de ellos. Es sabido que los hermanos pentecostales ayunan y en ocasiones se reúnen como iglesia a orar y ayunar. Pero alguno de nosotros tendemos a ver eso como lejano o extremo. ¿Acaso no podríamos aprender de ellos? ¿Acaso es solamente su responsabilidad hacerlo? ¿Acaso no deberíamos hacer lo mismo con el fin de buscar más a Dios?

La tercera razón es nuestra sociedad consumista. Generalmente tendemos a cuestionar a las personas por consumir muchas cosas que no necesitan lo cual es cierto. Pero ¿Cuántos de nosotros nos cuestionamos por comer más de lo que necesitamos? O ¿Cuántos de nosotros tan solo hemos pensado en eso? Este parece ser un pecado cultural aceptados por nosotros de una forma impresionante. El catecismo Mayor de Westminster en su pregunta 135 afirma que los deberes exigidos por el sexto mandamiento (no mataras) son muchas cosas entre esas están la “sobriedad de la comida y la bebida.[2] Richard Baxter escribió un libro llamado el Directorio cristiano en donde aborda varias cosas de la vida cristiana y ataca la gula como un pecado contra Dios porque es contrario al amor y la misericordia de Dios, es auto asesinato, ya que aunque no te mate de inmediato, eventualmente morirás de una enfermedad dolorosa relaciona con malos hábitos alimenticios, es un enemigo de la mente, la razón y la diligencia porque comer en exceso hace que su mente y su cuerpo se sientan adormecidos, te convierte en un consumidor y hace que te preocupes menos de la personas, desperdicias tu vida, no tiene en cuenta a los pobres.[3]  Generalmente cuando pensamos en ayuno pensamos solamente en la oración y el ayuno, pero el ayuno también es una disciplina espiritual que te puede ayudar a ser moderado en el sentido general de tu vida espiritual.

En un cristianismo actual que rechaza el ayuno ¿No deberíamos practicarlo? ¿No deberíamos buscar juntos la presencia de Dios para disfrutar más a Dios, arrepentirnos más, buscar dirección en nuestras decisiones, combatir pecados culturales como la gula?

El ayuno hipócrita.

El ayuno era una práctica religiosa habitual del pueblo de Dios pero lo que Dios condena aquí era la práctica falsa que ellos estaban haciendo. Esto es condenado no solo aquí sino también en el Antiguo testamento cuando Dios condena el falso ayuno en el cual en vez de hacer justicia con el prójimo se practicaba injusticias Isaías 58: 2-8

“Dicen que me buscan todos los días, y que quieren conocer mis caminos, ¡Como si fueran gente que practicara la justicia y que nunca hubiera abandonado las enseñanzas de su Dios! Me piden emitir juicios justos, dicen que quieren acercarse a mí y me preguntan ¿Qué sentido tiene que ayunemos, si no nos haces caso? ¿Para qué afligir nuestro cuerpo, si tú no te das por enterado? Pero resulta que cuando ayunan solo buscan su propia satisfacción, ¡Y mientras oprimen a todos sus trabajadores! Solo ayunan para estar peleando y discutiendo, y para dar puñetazos impunemente. Si quieren que su voz se escuchada en lo alto, no ayunen como hoy día lo hacen. ¿Acaso lo que yo quiero como ayuno es que un día alguien aflija su cuerpo, que incline la cabeza como un junco y que se acueste sobre el cilicio y la ceniza? ¿A eso le llaman ayuno y día agradable al Señor? Más bien, el ayuno que yo quiero es que desaten las ataduras de la impiedad, que se suelten las cargas de la opresión, que se ponga en libertad a los oprimidos, ¡Y que se rompa todo yugo! Ayunar es que compartas el pan con quien tiene hambre, que recibas en tu casa a los pobres vagabundos, que cubras al que veas desnudo, ¡Y que no le des la espalda a tu hermano! Si actúas así, entonces tu luz brillara como el alba, y muy pronto tus heridas sanaran; la justicia será tu vanguardia, y la gloria del Señor será tu retaguardia”

Lo que el Señor pone en cuestión en estos pasajes es pensar que tú puedes ayunar por egoísmo y además estar practicando injusticia contra el prójimo. Es como que yo ayunara todo un día para finalmente volver a casa a seguir pecando. ¿Es acaso el ayuno una práctica en la cual al Señor le gusta vernos sufrir o no deberías ser más bien una oportunidad para disfrutar de Dios y amar con más fuerza al prójimo? Thomas Boston dijo[4]

“En vano ayunarán y pretenderán ser humillados por nuestros pecados, y harán confesión sobre ellos, si nuestro amor al pecado no se convierte en odio: nuestra afición por él, en asco; y nuestro aferramiento a él en anhelo por liberarnos de él; con el firme propósito de resistir los mecanismos que tiene nuestro corazón, y de allí, los arranques en nuestra vida; y si nos volvemos a Dios como nuestro legitimo Señor y Maestro, y volvemos a nuestra labor nuevamente”

 Otro ejemplo de la hipocresía en el ayuno lo tenemos en Zacarías 7:4-5

“Y la palabra del Señor de los ejércitos vino a mí, y me dijo: Di a todo el pueblo del país, y a los sacerdotes, lo siguiente: todos estos años, cuando ustedes ayunaron y guardaron luto en los meses quinto y séptimo, ¿Lo hicieron por mí?

Zacarías confronta al pueblo para mostrarle que ellos en realidad no habían ayunado por arrepentimiento genuino ni tristeza por el pecado sino simplemente por ellos mismos. Es como que yo digiera voy ayunar para que Dios vea como yo me sacrifico por él y así me dará lo que yo quiero. Es usar a Dios como una especie de amuleto y no hacerlo sinceramente.

En la época de Jesús se encontraban los Fariseos los cuales no solo ayunaban una vez sino que ayunaban dos veces a la semana (Luc 18:12). Además cuando ayunaban ellos se mostraban “afligidos” “cara triste” (NVI; DHH) “apariencia miserable” (NTV) y “demudaban sus rostros” (RVC; NVI) “Aparentan tristeza” (DHH) “Andan desarreglados” (NTV) Los fariseos se paseaban por las calles desarreglados y con cara de sufrimiento para que los demás vieran como ellos ayunaban. Incluso algunos llegaban al extremo de maquillarse para verse aún más miserables[5]. ¡La hipocresía puede llegar a esos extremos! Pero Jesús dice que aquellos que hacen eso ya han recibido su recompensa que es la admiración de los hombres pero no la aprobación de Dios. El Señor dice que cuando ayunemos “perfumemos la cabeza y lavémonos la cara”. En el mundo antiguo cuando alguien hacia su aseo personal al comenzar el día no empezaba lavándose los dientes y la cara sino que se ungía la cabeza con aceita que solía ser fragante y a la vez se usaba como perfume y luego se lavaba el rostro como lo hacemos nosotros en la actualidad.[6] Por tanto lo que Jesús nos está diciendo es que cuando ayunemos no debemos actuar frente a los demás de una manera particularmente piadosa (desaliñado, cara de sufrimiento) para mostrar a los demás que estamos ayunando. Ahora el engaño de nuestro pecado puede ser sutil cuando determinemos ayunar delante del Señor y querer mostrar nuestra piedad a los demás.

Puedo recordar dos experiencias pecaminosas que he tenido con el ayuno. En una ocasión ayune todo el día con unos hermanos para que al final del ayuno simplemente siguiera pecando de la misma manera que lo venía haciendo y pensaba que el ayuno es una especie de fórmula mágica que me llevaría a abandonar el pecado. En otra ocasión recuerdo que ayunamos en un grupo (de jóvenes parece) en donde estuvimos todo el día ayunando, cantando y orando para que en lo posible pudiéramos olvidar el hambre que teníamos. Además de eso se suponía que en ese momento uno iba a hablar en lenguas porque el Espíritu Santo de fuego nos iba a bautizar. Pero al finalizar ese ayuno lo único que simplemente queríamos hacer era ir a comer y terminamos comiendo unos grandes completos que nos saciara. Si ayunamos de esta manera lo único que estaremos haciendo es “actuando” de forma hipócrita para ser aprobados por los demás y no estaremos ayunando como Dios quiere que realmente lo hagamos.

Entonces ¿Cómo debemos ayunar ante el Señor? En primer lugar debemos ayunar de forma sincera. Esto quiere decir que no pueden haber dos intenciones por lo cual uno va a ayunar. Uno ayuna delante del Señor no para obtener cosas de Dios sino simplemente para conocer más de su presencia. El apóstol Pablo escribió en Romanos 12: 9 que “nuestro amor debe ser sincero” por tanto cuando ayunemos delante del Señor debe hacerse con la motivación correcta que es buscar conocer más de Dios. John Piper escribió sobre esto:

“El ayuno cristiano es en su raíz el hambre de la añoranza por Dios… Esta es la esencia del ayuno cristiano: anhelamos, ansiamos y ayunamos para saber más y más de todo lo que es Dios para nosotros en Jesús[7]

¿Ayunas porque deseas conocer más de Dios? ¿Por qué anhelas arrepentirte más de tu pecado? ¿Por qué necesitas pasar más tiempo con Dios?

En segundo lugar debemos ayunar secretamente. Hemos visto que el problema de ayunar públicamente era la hipocresía pero eso no quiere decir que no podemos ayunar públicamente como iglesia. Vemos muchos ejemplos de ayunos nacionales en el Antiguo testamento y ayunos de iglesia en el Nuevo testamento. Entonces ¿Cómo oramos secretamente? Significa que debemos orar sin mostrar intencionalmente a otros que estamos ayunando. Obviamente nuestra esposa e hijos sabrán que estamos ayunando (si es que no hacemos un ayuno familiar) pero no es necesario que otras personas sepan de la práctica del ayuno porque eso puede llevar al corazón pecaminoso a querer mostrarse como más espiritual. Simplemente hazlo para buscar más al Señor y glorificarlo.

En tercer lugar debemos orar gozosamente. Una de las cosas que me llaman la atención de la pregunta que le hacen los discípulos de Juan el Bautista a Jesús es que el responde diciendo que no puede ayunar cuando el esposo esta con ellos pero que llegara el momento de hacerlo (Mateo 9:14-17; Marcos 2:18-22; Lucas 5:33-39) y luego de eso cuenta una ilustración de que no se puede poner una tela nueva en un vestido viejo ni el vino nuevo en los odres viejos ¿Por qué? Porque se rompen. Con esto Jesucristo está haciendo un contraste entre lo viejo y lo nuevo. Lo viejo estaba pasando y ahora venía lo nuevo que era el evangelio. Con esto estaba diciendo que el evangelio lo afecta todo. Cuando nosotros ayunamos no lo hacemos para sufrir, hacer huelga hambre, hacer sufrir el cuerpo, o cualquier otra extraña idea. Sino que lo hacemos queremos más de ese gozo que Cristo produce en nosotros. Queremos experimentar más tiempo comiendo y bebiendo de Cristo. Anhelamos abandonar nuestras obras y confiar solo en su obra. Necesitamos buscar de su justicia y abandonar nuestra justicia.

Al igual que el dar, y el orar el ayunar es una disciplina espiritual que puede ser usado con fines hipócritas que se usan para pecar. Y como pecadores todos en algún momento lo hemos usado de esa manera. Es por eso que si has sido un hipócrita respecto a esto, arrepiéntete y confiesa tu pecado, pues Cristo también recibe a los hipócritas cuando confiesan su maldad y creen en él.



[1] http://www.iglesiareformada.com/Baxter_el_pastor_reformado.pdf. Página 4.
[2] http://www.iglesiareformada.com/Catecismo_Mayor_Westminster.html
[3] https://www.historicaltheology.org/articles/2019/1/31/baxter-on-gluttony-choosing-selflessness-over-selfishness-this-christmas
[4] Donald S. Whitney. Disciplinas espirituales para la vida cristiana. Página 228.
[5] William Barclay. Comentario a Mateo. Página 123.
[6] John Macarthur. Comentario a Mateo. Página 513.
[7] Donald S. Whitney. Disciplinas espirituales para la vida cristiana. Página 215, 219.

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