Pensar el mundo a través de las Escrituras...

lunes, 8 de julio de 2019

Dando en secreto Mateo 6:1-4



Todos los años la revista “Forbes” que es una revista especializada en negocios y finanzas y nombra a las 10 personas más millonarias del mundo.[1] Entre los 3 primeros lugares están Jeff Bezos dueño de Amazon, Bill Gates, dueño Microsoft, Warren Buffet dueño de Berkshire Hathaway (seguros de vidas, inversiones) Estas tres personas ganan muchos millones de dólares y también son conocidos por ser las personas más filantrópicas del mundo.[2] Sin duda ellos pueden dar dineros a muchas cosas y muchas personas los reconocen por eso. Sin embargo ninguna de todas estas obras de caridad son “buenas obras” para Dios. Todas las obras que hacen los hombres sin Cristo son obras muertas que no lo justifican delante de Dios porque no vienen de un corazón arrepentido ni son frutos de una verdadera conversión.

Esto se viene mostrando de forma evidente en las enseñanzas que Jesús está predicando en el sermón del monte en donde quiso enfatizar el corazón de la ley. No solamente el matar es pecado sino el deseo del corazón de odiar al otro (Mt 5:22) no solamente el adulterar es pecado sino el desear a otra mujer u hombre en el corazón (Mt 5:28) no es solamente el divorcio el pecado sino el que busca divorciarse por cualquier razón de su esposa (Mt 5:32) No solamente el jurar en vano es pecado sino el usar nuestras palabras para afirmar cosas que no vamos a cumplir (Mt 5:37) no es solamente el pecado ignorar al enemigo sino que además desearles el mal (Mt 5:44) Esto quiere decir que el pecado no solo está en el acto pecaminoso sino también en la intención detrás del acto pecaminoso. Y en esto mismo es en lo que Jesús se va central por medio de estas enseñanzas. Jesús toma los elementos más esenciales de la fe judía que son la limosna, la oración y el ayuno para mostrar cual es corazón de llevar a cabo estas prácticas.

Una de los peligros de las prácticas religiosas en pueblo de Israel era realizarlas de una forma mecánica, sin vida, sin corazón y por tanto con hipocresía. Esta actitud tuvo que ser corregida en varias ocasiones por el Señor (Isa 1:11-17; Am 5:21-24) En la actualidad nosotros podemos vernos enfrentados al mismo peligro.

El dar en la Biblia

El dar es algo que ni los griegos ni los romanos apoyaban como caridad personal.[3] En cambio los judíos practicaban esto de forma constante porque sabían que la ley lo exigía. Pero también sabían que en ocasiones el dar también era algo voluntario. Deuteronomio 15:7-8, 10-11; Éxodo 35:20-22

“Cuando en alguna de tus ciudades, en la tierra que el Señor tu Dios te da, algunos de tus compatriotas se encuentre necesitado, no endurezcas su corazón ni aprietas el puño para no ayudar a tu compatriota pobre. Al contrario, abre tu mano con generosidad y préstale a lo que le haga falta…No dejes de darle, ni seas mezquino de corazón cuando le des, porque por ello el Señor tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas y en todo lo que emprendas. En la tierra nunca faltaran menesterosos; por eso yo te ordeno que abras tu mano y ayudes en la tu tierra a tus compatriotas y a los pobres y necesitados”

“Toda la congregación de los hijos de Israel salió de la presencia de Moisés, y todos los que en su corazón quisieron hacerlo, y todos los que de voluntad se sintieron impulsados, presentaron al Señor una ofrenda para la obra del tabernáculo de reunión, para todo su servicio, y para las vestiduras sagradas. Hombres y mujeres se presentaron por su propia voluntad, y llevaron cadenas, zarcillos, anillos, brazaletes y de toda clase de joyas de oro. Todos ofrecían oro al Señor”.

Sin embargo la tradición había distorsionado el sentido de la limosna hasta llevarlo al punto de entenderlo como si les pudiera dar salvación. Esta misma siguió la iglesia católica romana[4].

“Mucho mejor es dar limosna que conseguir montones de oro. Dar limosna salva de la muerte y purifica de todo pecado” (Tob 12:8-9)

“El agua apaga el fuego que arde, y el dar limosnas consigue el perdón de los pecados” (Ecle 3:30)

“Por la oración buscamos apaciguar a Dios, mediante el ayuno extinguimos la lujuria de la carne, y por medio de las limosnas nos redimimos de nuestros pecados” Papa León el Grande.

El mandamiento del dar se había convertido en una especie de salvación por obras y por tanto para mostrarte más piadoso que los demás se hacían estas “Obras de justicia” de la forma más publica posible para que las personas vean lo piadoso que era.

Dar de forma hipócrita Mateo 6:1-2

“Cuídense de no hacer sus obras de justicia delante de la gente para llamar la atención. Si actúan así, su Padre que está en el cielo no les dará ninguna recompensa” (NVI)

 “¡Tengan cuidado! No hagan sus buenas acciones en público para que los demás los admiren, porque perderán la recompensa de su Padre, que está en el cielo” (NTV)

Algunas personas se pregunta si acaso esta mandamiento ¿No contradice lo que Jesús había dicho en Mateo 5:16 “que la luz de ustedes alumbre delante de todos, para que todos vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre, que está en los cielos”? La respuesta a esta aparente contradicción tiene que ver con entender que las afirmaciones de Jesús se dan en distintos contextos. La de ser sal y luz del mundo se da en el contexto de las bienaventuranzas donde está aplicando que los que somos verdaderamente cristianos debemos evidenciarlo por nuestras obras y no “perder el sabor” y “esconder la luz” de lo que somos. Por tanto el pecado que se reprende allí es al pecado mezclándose de tal manera con el mundo que pierda su marca distintiva de cristiano y ser un cobarde que muestra quien realmente es al mundo. Pero en este contexto lo que Jesús reprende es la hipocresía detrás del acto religioso. Las personas practican el dar para que otros lo vean y piensen de él que es muy religioso o espiritual. Por tanto el pecado que reprende aquí es el pecado de hipocresía y de no hacer las cosas con un corazón puro delante de Dios. Un autor llamado A.B. Bruce lo resume bien “Mostrar cuando estamos tentados a esconder, y esconder cuando estamos tentado a mostrar[5]

Para tratar esta cuestión de dar de forma hipócrita Jesús pone el ejemplo de los hipócritas que tocan trompeta cuando dan. La palabra “hipócrita” era en el mundo antigua venia de la idea de un actor y se aplicaba por tanto a alguien que estaba actuando y no siendo genuino. John Stott comenta al respecto:

“En el griego clásico el hupokrites fue el primero orador y luego actor. Así, en forma figurada, la palabra llego a aplicarse a alguien que trata el mundo como un escenario en el cual desempeña un papel. Hace a un lado su verdadera identidad y asume una falsa. Ya no es el mismo sino un disfraz; personifica a alguien distinto. Lleva una masca. Ahora bien, en el teatro no existe dolo o engaño en los actores que desempeñan su papel. Es una convención aceptada. El auditorio sabe que ha venido a una representación: esto no lo engaña. El problema con el hipócrita religioso, por otra parte, es que deliberamente se propone engañar a las personas. Es como un actor en que finge (de modo no vemos a la persona real sino un papel, una máscara, un disfraz), pero es bastante distinto al actor en este aspecto: toma alguna práctica religiosa que es una actividad real y la convierte en lo que no debería ser, es decir, una pieza de ficción, una exhibición teatral ante un auditorio. Y todo se hace por el aplauso”

La hipocresía lleva a las personas a tocar trompeta cuando ellas dan (Mt 6:2) a orar ostentosamente para que otros lo ven (Mt 6:5.7-8) a ayunar con rostro de sufrimiento para que otros lo vean (Mt 6:16) El tocar trompeta podría entenderse de manera literal pues existían unas trompetas en el templo que se tocaban para reunir a los ciudadanos para contribuir con alguna necesidad urgente o puede entenderse en el sentido metafórico en la cual aquel que da no debe anunciar a todas las personas que está dando para mostrar su “piedad a otros[6]”. Pero cualquiera sea la interpretación que se tome de este pasaje el sentido no cambia, pues sabemos que se refiere a que quien está anunciando de forma jactanciosa lo que da a otros. La referencia a los hipócritas es una clara referencia a los fariseos los cuales mostraban su hipócrita forma de dar en los templos y en las calles para que la gente los viera y los reconociera como gente “piadosa”. Jesús afirma que aquellos que buscan el aplauso, el reconocimiento y la aceptación de las personas esa será su única recompensa. Es como si Jesús les dijera ¿Quieren aplausos de los hombres? Pues los tendrán. ¿Tendrán una recompensa de Dios por eso? No para nada. Jesús había confrontado a los fariseos en varias ocasiones por esto. Mateo 23:5-7; Juan 5:44

“Al contrario, todo lo que hacen es para que la gente los vea. Ensanchan sus filacterias y extienden los flecos de sus mantos, y les encanta ocupar los mejores asientos en las cenas y sentarse en las primeras sillas de las sinagogas, y que la gente los salude en las plazas y los llame: “Rabí, Rabí”

“¿Y cómo pueden ustedes creer, si se honran los unos a los otros, pero no buscan la honra que viene del Dios único?

La hipocresía se puede manifestar en distintos formas entre nosotros. Por ejemplo existe la hipocresía que muestra un aparente interés en aprender en el otro, pero en realidad el propósito es pecaminoso como el maestro que pregunta a Jesús la cuestión de tributo (Mt 22:15-18) Tenemos la hipocresía de juzgar a todos según mi estándar pero a la vez no ser capaz de mis propios pecados (Mt 7:1-5) pero quizás una de las peores hipocresía es esta que usa lo religioso para mostrarse más bueno y superior a los demás. Martin Llord Jones enumero algunos principios que estos pasajes pueden darnos para confrontar nuestra hipocresía[7].

En primer lugar la hipocresía religiosa hace que se atraiga la atención sobre mí y no sobre Cristo. Lo que los fariseos buscaban era el aplauso y la aprobación de los hombres y eso lo lograban mostrándose muy piadosos y atrayendo sobre ellos la atención. La hipocresía es tan sutil que yo puedo estar sufriendo por el pecado y torturarme por el pecado tantas veces y de forma tan constante que lo único que consigo es que todos pongan la atención en mi forma de sufrir por el pecado. ¿No parece algo piadoso? ¿No parece algo religioso y real? ¿Pero lo es? Se cuenta la historia de un asceta oriental que se cubría de cenizas como señal de humildad y que con regularidad se sentaba en la esquina de una famosa ciudad. Cuando los turistas le pedían permiso para tomarle una fotografía, el místico reacomodaba las cenizas para dar la mejor imagen de miseria y humildad[8]. ¿No estaba acaso poniendo la atención sobre sí mismo?

En segundo lugar la hipocresía religiosa hace que nos jactemos con otros de los que damos. Es sabido que antiguamente grandes obras se hicieron por personas que estuvieron dispuestas a dar monetariamente o aun sus vidas para sostener a iglesias, colegios, universidades, hospitales, etc. pero ninguna de ellas esperaba el reconocimiento entre los hombres. Esto ha cambiado en la actualidad y parece que muchas creyentes esperan que se le reconozca por lo que hacen y sus nombres salgan en algún lugar. No me malinterpreten pensando que no debemos dar a las gracias a las personas por su disposición a servir sino me refiero a la idea de que si no me reconocen “No valgo nada” o “me ofendo” porque no me consideraron en algo. Por ejemplo conocí a varios hermanos que habían servido por años en iglesias y ellos me contaban las historias de sus triunfos de una manera jactanciosa sobre lo que “habían hecho”. Se enojaban cuando algún hermano se iba sin darle las gracias sobre algo porque ellos lo “habían ayudado mucho”. No estoy sugiriendo que hagamos eso, pero sí que va existir muchas ocasiones en donde lo que demos o ayudemos no debemos “sacarlo en cara a otros” sino que debemos darlo y hacerlo para la gloria de Dios y él nos dará la recompensa debida. 

En tercer lugar la hipocresía religiosa hace que nos jactemos con nosotros mismos de lo que dimos. La hipocresía religiosa es tan sutil que aunque no nos jactemos delante de otros podemos hacerlo en nuestro corazón. Podemos anidar en nuestro corazón pensamientos como “Yo he dado tanto por esta persona y ni me lo agradece” “yo he dado tanto por esta iglesia y no lo agradecen” “Ni se imaginan cuando me esforzado por esto”. “Yo soy mejor que estos hermanos porque he dado en mi vida mucho más que ellos en servicio y en dinero”. “Yo soy más amados que estos porque yo he dado más por la obra de Dios”. Todos estos pensamientos muestran que he perdido de vista que Dios es quien ve todas las cosas y que es el Señor quien va a recompensar todas las cosas conforme a su voluntad. ¿Has dado realmente para la gloria de Dios o para tu propio auto justicia?

Dar de forma secreta y sincera Mateo 6:3-4

El dar de forma hipócrita es condenado por el Señor pero ¿Cuál es la manera adecuada de dar? Es dando de forma secreta y sincera. Para ilustrarnos esto Jesucristo usa una frase que para algunos es una hipérbole[9] y para otros un probable refrán de la época. Pero si es una o la otra el significado es que nadie debe enterarse de lo que das y si es que fuera posible ni tu otra mano. Podemos imaginarnos esta enseñanza de Jesús al pensar que nuestras manos están en nuestro cuerpo y que generalmente hacemos muchas cosas usando las dos manos pero imposible hacer algo sin que la otra mano se “entere”. O sea hasta ese punto debemos ser reservados en cuanto a lo que damos a los demás. Pero ¿Por qué debe ser así? Porque la tendencia pecaminosa que tenemos es a jactarnos delante de los demás lo que hemos hecho o dado. Juan Calvino comentando este pasaje escribe[10]:

“Con esta expresión quiere decir que tenemos que estar satisfechos con tener a Dios por nuestro único testigo”

Nuestra tendencia pecaminosa es tan fuerte sobre jactarnos de las cosas que damos que podemos dar en secreto y aun así jactarnos secretamente en nuestro corazón de lo que hemos dado. Es por eso que solamente debemos dar en secreto sino que además debemos dar sinceramente sin ninguna tendencia de superioridad hacia el otro y hacerlo para honrar y glorificar al Señor.

Todos estos pasajes están llenos de la idea de “Recompensa” en el verso 1 dice “no les dará ninguna recompensa”. Verso 2 “De cierto les digo que con eso ya se han ganado su recompensa”. Verso 4 “Te recompensara en público”. La palabra “recompensa” viene del lenguaje comercial de la apoca y que significa el pago adecuado por el trabajo realizado. Hay algunas personas que rechazan esta idea de hacer la obra del Señor por recompensa. A otros simplemente les parece incongruente esta idea de recompensa con una salvación por la obra de Cristo. Pero lo cierto es que esta doctrina se repite una y otra vez en las Escrituras. Génesis 15:1; Pro 22: 4; Mateo 10:41-42; Col 3:23-24

“Después de estos sucesos, la palabra del Señor vino a Abram y en una visión. Le dijo: “No temas, Abran. Yo soy tu escudo, y tu galardón será muy grande”

“El Señor recompensa a los que le temen con riquezas, honra y vida, si son humildes”

“El que recibe a un profeta porque es profeta, recibirá igual recompensa que el profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, recibirá igual recompensa que el justo. De cierto les digo que cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos aunque sea un vaso de agua fría, por tratarse de un discípulo, no perderá su recompensa”

“Y todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no para la gente, porque ya saben que el Señor les dará la herencia como recompensa, pues ustedes sirven a Cristo el Señor”

Entre los comentaristas discuten ¿Cuáles son las recompensas y cuando se reciben estas promesas? Sobre cuáles son estas promesas no podemos especular pues no tenemos claridad sobre ello. Sobre cuando hay un poco más de luz pues se nos dice que en este mundo podemos experimentar “riqueza, honra y vida” o que si nos deleitamos en la ley de Dios seremos como un árbol plantado junto a corrientes de agua (Sal 1:2-3) También podríamos entender estas recompensas como el mandamiento con promesa que nos da una larga vida (Efe 6:2-3) Pero yo creo que la recompensa aquí se refiere principalmente a futuro. ¿Y cuándo será que seremos recompensados públicamente por lo que hemos dado en secreto? En el juicio final. Esto se ve con claridad en Mateo 25:33.46

Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda, y entonces el Rey dirá a los de su derecha: “Vengan, benditos de mi Padre, y hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y me recibieron; estuve desnudo, y me cubrieron; estuve enfermo, y me visitaron; estuve en la cárcel, y vinieron a visitarme.”  Entonces los justos le preguntarán: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre, y te dimos de comer; o con sed, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recibimos; o desnudo, y te cubrimos? ¿Cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y te visitamos?” Y el Rey les responderá: “De cierto les digo que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos más pequeños, por mí lo hicieron.” Entonces dirá también a los de la izquierda: “¡Apártense de mí, malditos! ¡Vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles! Porque tuve hambre, y no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; fui forastero, y no me recibieron; estuve desnudo, y no me cubrieron; estuve enfermo, y en la cárcel, y no me visitaron.” Ellos, a su vez, le preguntarán: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre, o con sed, o forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?” Y él les responderá: “De cierto les digo que todo lo que no hicieron por uno de estos más pequeños, tampoco por mí lo hicieron.” Entonces éstos irán al castigo eterno, y los justos irán a la vida eterna.»

Es en ese momento que la recompensa será “publica”. ¿Entonces cómo debemos dar? En primer lugar debemos dar secretamente. Si evitamos publicar o buscar que otros vean a quienes estamos ayudando será mucho mejor para nuestra vida espiritual pues va a proteger la tendencia pecaminosa que existe en nuestros corazones. Esto no significa que si alguien se entera que estamos ayudando a alguien o que damos algo públicamente estamos pecando sino que simplemente nos habla de la tendencia hipócrita que debemos evitar.

En segundo lugar debemos dar sinceramente. Ananías y Safira fue matrimonio que actuó con hipocresía al momento de dar a la iglesia y Dios los elimino (Hechos 5:1-11)¿Acaso consideramos que el ser hipócrita es menos que otro pecado? Cuando nosotros demos debemos hacerlo con un corazón sincero

En tercer lugar debemos dar voluntariamente. Cuando se trataba de ayudar con una ofrenda a los hermanos que estaban pasando por dificultades Pablo escribió en 2 Corintios 9:6-7

“Pero recuerden esto: El que poco siembra, poco cosecha; y el que mucho siembra, mucho cosecha. Cada uno debe dar según se lo haya propuesto en su corazón, no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama a quien da con alegría”

Todo lo que nosotros demos debe fluir de un lleno de agradecimiento para con Dios y con deseos de hacer el bien al prójimo.

Ahora una de las cosas que debemos tener claro es que las buenas obras que hacemos no son perfectas. Seguramente no pensamos mucho en esto pero la Escritura nos dice que todas nuestras buenas obras son como un trapo lleno de inmundicia (Isa 64:6) Esto quiere decir que todas nuestras buenas obras siempre están contaminadas con algún pecado como orgullo, vanidad, jactancia, egoísmo, auto justicia, hipocresía, mentira, etc. y esto es porque como pecadores no podemos hacer una buena obra perfecta. Jonathan Edward solía decir:

“Cuando veo dentro de mi corazón y percibo su infinita maldad, creo que es un abismo más profundo que el infierno. Cuando oro, peco; cuando predico, peco; tengo que arrepentirme de mi arrepentimiento; y mis lágrimas necesitan lavarse con la sangre de Cristo”

Todas nuestras obras están contaminadas con el pecado pero que maravilloso es saber que tenemos a un cordero perfecto, sin macha, el cual dio no solo su servicio, su dinero y su tiempo, sino su vida por pecadores como nosotros y resucito al tercer día para salvarnos de todos nuestros pecados. Cuando sabemos eso entonces nuestros deseos de dar se transforman en un gozo



[1] https://www.marca.com/tiramillas/lujo/2019/03/06/5c7fa86b22601d80658b4600.html
[2] http://www.bancaynegocios.com/los-9-filantropos-mas-destacados-del-mundo/
[3] Craig Keener. Comentario cultural de la Biblia. Página 54.
[4] John MacArthur. Comentario de Mateo. Pagina. 449.
[5] John Stott. El Sermón del monte. Página 145.
[6] Donald Carson. El Sermón del monte. Página 73
[7] Martin Llord Jones. El sermón del monte. Volumen II. Páginas 3-8. En realidad son 6 principios pero solamente usare algunos.
[8] John MacArthur. Comentario a Mateo. Página 445.
[9] Craig Keener. Comentario cultural de la Biblia. Página 54.
[10] John Stott. El Sermón del monte. Página 150

Share:

0 comentarios:

Publicar un comentario

Podcast

Con tecnología de Blogger.