Cosmovisión
cristiana y cultura[1]
Richard
Niebuhr[2] (1894-1962) fue un teólogo
reformado el escribió un libro en el cual reflexiona en torno a la relación que
ha existido entre el cristianismo y la cultura y se llama exactamente así:
“Cristo y la cultura”. En este libro Richard propone que dentro de la historia
de la iglesia han existido 5 posiciones que la iglesia ha tenido sobre la
cultura.
La primera posición es “Cristo contra la
cultura” la cual trata de hacer una separación radical entre el
cristianismo y el mundo. Un representante de esta posición es Tertuliano[3] (160-220) el cual propuso
una radical diferencia entre el cristianismo y la cultura.
La segunda posición es el “Cristo de la
cultura”. Esta posición se trata de aquellos que intentan de
acomodar el cristianismo a la cultura. Por ejemplo la teología liberal ha hecho
siempre ese intento por evitar lo escandaloso del cristianismo y hacer de ella
más aceptable diciendo que las doctrinas fundamentales del cristianismo no son
importantes.
La tercera posición es “Cristo por sobre
la cultura”. Esta posición dice que todo lo que Dios creo
es bueno pero para que llegue a su plena realización requiere de la revelación
de Dios y la mediación de la iglesia. Un representante de esta posición seria
Clemente de Alejandría[4] (150-213) el cual se
dedicaba a enseñar a sus alumnos con filosofía pagana que podía ser mejorada
por la Revelación.
La cuarta posición es “Cristo y la cultura
en paradoja”. Esta posición se trata de que los cristianos
viven en una constante tensión. Por un lado creen que Dios ha ordenado de las
instituciones terrenales y que por tanto debemos trabajar en ellas de la mejor
manera que podamos. Pero por otro lado debemos confrontar la cultura con los
valores del reino. Un ejemplo de esta posición es Martin Lutero[5] (1483-1546) con teoría de
los dos reinos.
La quinta posición es “Cristo el
transformador de la cultura” Esta posición es la que
predica y a la vez busca la reforma social por medio de la influencia
cristiana. Un ejemplo de esta posición es San Agustín de Hipona[6] (354-430) el cual
representa esto con su obra la ciudad de Dios. Esta quinta postura es la que ha
seguido y sostenido la teología reformada.
¿Qué es la cultura?
La definición
de cultura según la Rae[7] es 1. Cultivo. 2. Conjunto
de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico. 3.
Conjunto de modos de vidas y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo
artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc. 4. Culto
religioso.
Esta
definición es interesante porque podemos hacerle varias observaciones mientras
vemos cada parte de la definición. Vamos a hacer observaciones citando el libro
del teólogo reformado Henry R. Van Til el cual escribió un libro llamado “El
concepto calvinista de la cultura[8]” en donde desarrolla como
los pensadores reformados han reflexionado en torno a esta idea.
Cultivo. Desde el principio el
Señor creo a Adán y Eva para que “dominar” o “administrar la creación” (Gen
1:26-28) Dios puso a Adán en el jardín para que lo “cultivara y cuidara” (Gen
2:15) Por tanto la idea de cultura tiene estrecha relación con “cultivar el
jardín” que Dios le había dejado a Adán y Eva. Henry R. Van Til escribe[9]:
“Originalmente el término “cultura” no
tenía la connotación amplia que hoy conlleva. Es un término derivado del latín
“colere” el cual significa simplemente la labranza o el cultivo del suelo. Esta
es la idea de la Escritura cuando leemos que Dios coloco a Adán en el Huerto
para que lo “labrara”. Denota la labor otorgada sobre la tierra para prepararla
para la siembra (Gen 2:15) El hombre iba a trabajar persistentemente la buena
tierra de manera que bajo la bendición de Dios pudiera producir su fruto. A
esto le llamamos agricultura. También hablamos del cuido de abejas como
api-cultura, el de las aves como avi-cultura y el de los caballos equi-cultura.
Esta lista podría extenderse infinitamente en la medida en que el hombre ha
traído el mundo de las cosas creadas bajo el cultivo y la explotación. Hoy
usamos la palabra “cultura” con respecto a cualquier labor humana realizada
sobre la creación de Dios en su sentido más amplio, incluyendo al hombre mismo
(la cultura de la voz, el físico culturismo, etc) por lo cual recibe formas
históricas y es refinada a un nivel superior de productividad para el disfrute
del hombre. La cultura, pues, es cualquier y todo esfuerzo y labor humanas
gastadas sobre el cosmos, para desenterrar sus tesoros y riquezas y traerlas al
servicio del hombre para el enriquecimiento de la existencia humana y para la
gloria de Dios”
Por
tanto toda actividad que realiza el ser humano es “cultivar la creación” o
“hacer cultura” según el mandato cultural que Dios había dado. Pero por causa
del pecado esto no se hace con el fin correcto (la gloria de Dios) sino con un
fin pecaminoso. Por ejemplo la tecnología no es algo malo en sí mismo pero
debido al pecado la tecnología se convierte en un ídolo, en adicción o puede
hacer cualquier tipo de mal por causa del pecado.
Conjunto de conocimientos que permite a
alguien desarrollar su juicio crítico. Cuando Dios creo al ser
humano a su “imagen y semejanza” esto significa que Dios lo creo como un ser
moral. Debido al pecado esa “imagen y semejanza” esta distorsionada y no
completamente destruida. Es por eso que en cada cultura en la historia de la
humanidad han existido “juicios morales” o “leyes” que norman el cómo vivir
entre los seres humanos. La razón es porque el hombre es un ser moral. Es un
ser moral porque tiene la ley de Dios escrita en su corazón (“Lo bueno o malo”
Rom 2:14-15) Henry R. Van Til escribe[10]:
“La cultura no es algo neutral, sin
connotación ética o religiosa. El logro humano no ocurre sin propósito sino que
busca alcanzar ciertos fines, los cuales son buenos o malos. Puesto que el
hombre es un ser moral, su cultura no puede ser amoral. Debido a que el hombre
es un ser religioso, su cultura también debe ser orientada religiosamente. No
hay cultura pura en el sentido de ser religiosamente neutral, o sin valor ético
positivo o negativo. Aunque la realización de los valores en una cultura puede
parecer, en la superficie, estar interesada meramente en lo temporal y lo
material, esto es solamente apariencia, pues el hombre es un ser espiritual
destinado para la eternidad, exhaustivamente responsable para con su Creador y
Señor.
Cuando
el ser humano en cada cultura emite juicios morales y críticos sobre algo está
actuando por su orientación religiosa. Por orientación religiosa me refiero a
la creencia personal que cada persona tiene sobre el origen de todo el mundo y
del porque existimos aquí. Por ejemplo las personas dicen “No es justo, esto o
aquello” la pregunta allí es ¿Y quién establece que es lo justo e injusto? Hay
solo dos opciones. La primera es la Biblia como autoridad moral absoluta. La
segunda los propios juicios morales relativos a mi parecer.
Conjunto de modos de vidas y costumbres,
conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una
época, grupo social, etc. Esta orientación religiosa o concepción
religiosa que tiene cada ser humano hace que lo lleva a crear cosas y se
inspira en la naturaleza, en una vivencia, en la imaginación para crear cosas.
Henry R. Van Til escribe[11]
“Hay una realidad una sensibilidad en el
esfuerzo cultural del hombre natural, un sentido de deidad, incluso una
añoranza por las cosas del espíritu. Sin embargo, en su condición apostata, las
demandas de vida y la tendencia pragmática de hacer todo para su propio placer
son tan grandes que la cultura tiende a convertirse en un asunto totalmente
centrado en este mundo. De allí que podamos decir que la cultura apostata en
todas sus formas está interesada en lo temporal y la realización material de
valores. El hombre busca realizar en este mundo aquello que es bueno para sí
mismo como un ser en el tiempo. El trasforma la naturaleza, usa los animales y
los objetos culturales no meramente para satisfacer sus necesidades básicas,
sino también para estampar su idea e ideales sobre la materia. Él tiene un
anhelo por la verdad, la belleza, la bondad y expresa este deseo en la música,
la poesía, la pintura, y da expresión a sus aspiraciones culturales edificando
catedrales, mezquitas o pagodas. Tiene visiones de orden y justicia y las
expresa en leyes escritas, gobiernos organizados y un vivir diario ordenado.
Sin embargo, el impulso cultural en el hombre no se satisface con suplir de
comodidades modernas a la existencia humana, de proporcionarle entretenimiento
y diversión al hombre. Como se dio a entender arriba el hombre se afana por ser
el amo del mundo, el soberano de todo lo que examina, el rey del universo; él
quisiera ser señor y soberano sobre todo lo que existe bajo el sol”
Cuando
uno analiza la poesía, las pinturas o la arquitectura de una cultura podrán ver
el reflejo de su propia cosmovisión reflejada en ello. Por ejemplo un artista
francés llamado Marcel Duchamp (1887-1968) expuso como obra de arte un urinario
y esa se ha considerado como la obra de arte más influyente del siglo XX[12]. ¿Por qué? Porque la
filosofía postmoderna ya no cree en los grandes discursos ni en los estándares
de belleza artística, cada cual puede determinar lo que es bello para si por
tanto el arte es subjetivo.
Culto religioso. La Rae
incluye de forma correcta en la definición de culto religioso en su definición
de cultura, aunque en mi opinión debería ir de las primeras. Henry R. Van Til escribe[13]
“Puesto que la religión está enraizada en
el corazón, es por lo tanto totalitaria por naturaleza. No es que tanto que
lleve la cultura a su consumación sino que da a la cultura su fundamento, y
sirve como la presuposición de toda cultura. Aun cuando la fe y la raíz
religiosa sean abiertamente negadas, sin embargo se encuentra tácitamente
operativas como en el comunismo ateo. Nunca se ha encontrado una cultura
verdaderamente secular y es dudoso que el materialismo Americano pueda ser
llamado secular. Incluso el Comunismo como el Nazismo tiene sus dioses y
demonios, su pecado y salvación, sus sacerdotes y sus liturgias, su paraíso en
la sociedad, sin estado del futuro. Pues la fe religiosa siempre trasciende la
cultura y es el principio y poder integrador del esfuerzo cultural del hombre”
Debido
a que la cultura tiene una raíz religiosa esto significa que la cultura aborda
todas las cosas. Por ejemplo la fe que tengamos va a establecer que entendemos
por familia, que pensamos acerca del trabajo, cual es nuestro entendimiento
sobre la educación, la política, la economía, las artes, etc.
La
Biblia y la cultura
Entonces
¿Cómo debemos abordar la cultura como cristianos? Debemos pensarla desde la
cosmovisión cristiana. 1) Dios creo todo
bueno incluyendo la cultura. En el principio no había problema con el culto
religioso porque era al verdadero Dios. El cultivo en el jardín se llevaba a
cabo sin problemas y los juicios morales eran perfectos porque no tenían
pecado. Cualquier modo de vida o costumbre iba a glorificar a Dios 2) La caída afecto la cultura (o culturas)
Por causa del pecado ahora el culto religioso se hace a falsos dioses, se
cultiva la tierra de forma pecaminosa, los juicios morales son pecaminosos y
las costumbres o modos de vidas pueden tener pecado. 3) La redención remide la cultura (o culturas). Esto quiere decir
que el culto religioso puede restaurarse por medio de Jesucristo. Que el
cultivo de la creación, los juicios morales y las costumbres y modos de vidas
pueden hacerse para la gloria de Dios en Cristo. 4) La consumación llevara a redimir toda la creación. Solamente en
la segunda venida de Cristo todas las culturas estarán sin pecado y adoraran a
Cristo para siempre.
Veamos
la aplicación de la cosmovisión cristiana en las mismas Escrituras. Dios le
había dado el mandato al hombre de “gobernar, dominar o administrar la
creación” (Gen 1:26-28) Específicamente le había dicho que “cultivara y cuidara
el jardín” (Gen 2:15) además le dio como trabajo ponerle nombres a los animales
(Gen 2:19) y expreso una poesía cuando vio que Dios le creo una ayuda idónea (Gen
2:23) Pero debido al pecado la familia, el trabajo y toda la administración de
la creación quedo manchado con el pecado pero no anulado.
En
Génesis 4:17, 20-22 vemos la creación de la primera ciudad, la primera
domesticación de animales (crían ganados), la primera creación de instrumentos
musicales (arpa, flauta), el primer trabajo con el metal. Y debido a que todos
ellos crean esa tecnología sin considerar al Creador algunos interpretan que
las ciudades son malas en sí mismas al igual que la tecnología. Pero ¿Esta
bíblicamente correcto pensar así? No, porque aunque ellos hagan eso sin
considerar al Creador fue Dios quien puso en sus corazones y mentes la
inteligencia para realizar eso y el deseo de hacer eso. Henry R. Van Til
escribe al respecto.[14]
“Debe ser inequívocamente claro que el
pecado no invalido el mandato cultural ni excusa al hombre de cumplir su tarea
cultural. El hecho que el hombre ha quebrado (transgredido) la ley de Dios no
implica que la ley de Dios ha sido abolida, que ha perdido su fuerza para la
vida del hombre como criatura de Dios. Esa ley es inalterable, puesto que es
una expresión del ser de Dios, quien es inmutable. El hombre no ha hecho
naufragar los planes de Dios, pues dice Isaías, su consejo permanecerá y hará
lo que le plazca (Isa 46:10; Prov 19:21; Sal 33:11); todas las cosas ocurren
según el consejo de su voluntad (Efe 1:11) El hombre realmente se convirtió en
un quebrantador del pacto, pero no obstante Dios le tiene por responsable,
igual como tenemos al hombre como responsable de sus obligaciones para con la
ley… Aunque el hombre rehusé funcionar como titular y vice-regente de Dios,
Dios no suprime, por esta causa, ni el pacto ni las demandas del mandato cultural.
Tampoco el pecado destruye completamente la imagen de Dios en el hombre, pues
el hombre todavía funciona en este mundo como una criatura racional, moral y
cultural. En verdad, la naturaleza del hombre es ahora una deformación
(malformación), pues ya no tiene conocimiento de la verdad, ya ama aquello que
es santo, y ha perdido la verdadera meta de sus esfuerzos culturales”
En las
Escrituras vemos elementos culturales permitidos por Dios (Gen 16:1-2; 1 Rey
11:3 Poligamia, esclavitud) redimidos por Dios (Gen 17:1 circuncisión) y
aborrecidos por Dios (Dt 12:29-32; 27:15) Dios escogió a hombres para llevar a
cabo sus planes como Noé, Abraham, Isaac, Jacob, José, Moisés. Dios escoge a
este pueblo y lo crea con sus propias leyes morales (Ex 20:1-1-17), civiles
(Exo 21-22) y ceremoniales (Ex 23:14-19) pero cuando permiten el pecado el
pueblo y sus gobernantes se corrompen moralmente (Exo 32; Jue 21:25) civilmente
(Ex 23:6-8; Miq 3; Amo 4:1-3) ceremonialmente (Lev 1:3, 10; Mal 1:8-9) Por
tanto cuando Dios traía un despertar espiritual al pueblo de Dios el traía una
reforma que volvía al pueblo a todas las practicas que Dios había mandado en su
palabra. La reforma de Ezequías fue restablecer el templo tal como Dios ordeno
la adoración sacando toda la idolatría. Celebran la pascua y reorganiza a los
sacerdotes y levitas (2 Crónicas 29-31) La reforma de Josías fue sacar la
idolatría del templo. Encontrar la ley de Dios y leerla para todo el pueblo.
Celebrar la pascua (2 Crónicas 34-35) Esto quiere decir que las reformas
bíblicas eran una reformas de toda la cultura.
El
ministerio de Jesucristo comenzó predicando el evangelio del reino (Mt 4:17)
Pero ¿Qué significaba la llegada del reino? Significaba la conversión de los
corazones a la ley de Dios (Sermón del monte Mateo 5-7; Mt 9:9-13) Significaba
la sanidad de leprosos (Mt 8:1-4) paralíticos (Mt 8:5-13; 9:1-8) enfermos (Mt
8:14-17; 9:18-20) endemoniados (Mt 8:28-34) ciegos (Mt 9:27-31) mudos (Mt
9:32-34) Lucas 4:16-21 lo resume bien:
“Jesús fue a Nazaret, donde se había
criado, y en el día de reposo entro en la sinagoga, como era su costumbre, y se
levantó a leer las Escrituras. Se le dio el libro del profeta Isaías, y al
abrirlo encontró el texto que dice: “El Espíritu del Señor esta sobre mí. Me ha
ungido para proclamar buenas noticias a los pobres; me ha enviado a proclamar
libertad a los cautivos, a dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los
oprimidos y a proclamar el año de la buena voluntad del Señor”
Generalmente
tendemos a espiritualizar este texto diciendo que Jesús nos libra de la pobreza
espiritual, nos liberta de la esclavitud del pecado, que nos da vista cuando
estábamos ciegos y esto es cierto pero no en este texto. Este texto alude más a
la liberación literal de la pobreza, esclavitud y cautividad que el pueblo de
Dios vivía bajo la cautividad babilónica y ahora se aplicaba para los pobres,
ciegos y esclavos de la sociedad[15]. Por tanto una de las
cosas que generalmente no notamos en el ministerio de Jesucristo es que el no
solamente vino a salvar personas, a confirmar con los milagros que es el
mesías, sino que además mostro la llegada de su reino con la misericordia para
los oprimidos de la sociedad (o excluidos). La predicación del evangelio
influye en toda la cultura y transforma las estructuras sociales.
Los
apóstoles mostraron esta misma actitud de Jesucristo predicando la llegada del
reino (Hch 2:40-42) sanando personas (Hch 3:1-10) y transformando estructuras
culturales de la época como la relación matrimonial (Efe 5: 21-33) el trabajo (Efe
6:5-9) y la esclavitud (Fil 15-16) El sociólogo norteamericano Rodney Stark
escribió un libro llamado la “expansión del cristianismo[16]” donde explica como el
cristianismo influencio en la sociedad romana debido a su actitud de mostrar misericordia
a quienes morían de peste, a los niños y a las mujeres.
“Los valores cristianos del amor y la
caridad se tradujeron desde los inicios en normas de servicio social y de
solidaridad comunitaria. Cuando llegaron los desastres, los cristianos estaban más
preparados para hacerles frente, lo que significó que después de cada epidemia
los cristianos constituyeron un mayor porcentaje de la población, aun sin
contar con nuevos conversos[17]”
“Era común dejar expuesto a un bebe no
deseado fuera de los hogares, donde en principio podía ser visto por alguien
que lo quisiera; pero la verdad es que lo normal era que él bebe abandonado
cayera víctima de los elementos, de los animales o de las aves. Y el abandono
de infantes era no solo una práctica común, sino que estaba justificada por la
ley defendida por los filósofos[18]”
“Además del infanticidio, la fertilidad se
redujo de manera importante en el mundo grecorromano por el recurso frecuente
al aborto. Los textos literarios detallan un número de técnicas abortivas
sorprendentemente amplio, de entre las cuales las más efectivas eran a la vez
las más peligrosas con mucho. De este modo, el aborto no solo evito muchos
nacimientos, sino que también mato a muchas mujeres antes de que pudieran
contribuir con la fertilidad, resultando además en una importancia causa de
infertilidad de las mujeres que sobrevivieron a los abortos[19].
“Desde el comienzo, la doctrina cristiana
prohibió absolutamente el aborto y el infanticidio, calificando ambas prácticas
como asesinatos. Tales prohibiciones cristianas reflejan también los orígenes
judíos del movimiento[20]”
“Un factor final a favor de la alta
fertilidad cristiana fue la abundancia de mujeres cuya infertilidad era mucho más
improbable. Puesto que solo las mujeres pueden tener hijos, la composición
según sexos de una población (siendo todo lo demás igual) un factor crucial en
sus niveles de fertilidad. El hecho de que la comunidad cristiana pudo haber
estado compuesta probablemente por un 60% de mujeres ofreció un enorme
potencial de fertilidad a la subcultura cristiana[21]”
“En ciudades llenas de vagabundos y
desposeídos, el cristianismo ofreció tanto caridad como esperanza. En ciudades
abarrotadas de forasteros y extraños, ofreció una base inmediata para
establecer lazos y adhesiones personales. En ciudades llenas de huérfanos y
viudas, el cristianismo ofreció un sentido de familia más amplio. En ciudades
desgarradas por la violencia y las dispuestas étnicas, el cristianismo ofreció
una nueva base la solidaridad social. Y en núcleos urbanos enfrentados a
epidemias, incendios y terremotos, el cristianismo ofreció atenciones y
cuidados efectivos[22]”
El
impacto que el cristianismo produjo en los primeros siglos fue algo
impresionante para la sociedad y esto es porque los cristianos comprendían que
su misión no era simplemente predicar sino mostrar el amor. En palabras de
teología reformada cumplir el mandato cultural.
La visión reformada de la
transformación cultural.
San
Agustín de Hipona (354-430)
Esta
visión del “Cristo transformador de la cultura” se ha manifestado en diversos
cristianos que son parte de la tradición reformada. Este primer teólogo no es
directamente de la tradición reformada pero sus enseñanzas son en muchas cosas
similares a lo que después autores como Juan Calvino seguirían. Henry R. Van
Til escribe al respecto.[23]
“Pues Agustín era un filósofo escritural,
alguien cuya razón estaba sujeta a la autoridad de la revelación. Cristo
transforma a los hombres y a su cultura, pero en la historia la cultura
Cristiana (civitas dei) existe siempre dentro del marco de este presente mundo
malo, que yace en tinieblas. En pocas palabras, Agustín no era un optimista
cultural, quien cree que la cultura como tal redime al hombre y a la sociedad.
Tampoco es el un pesimista cultural en el sentido Tertuliano de condenar toda
forma de cultura simplemente por causa de su origen y asociación paganos. Agustín
cree que los logros del empeño cultural del hombre debe estar saturados y
transformados por principios Cristianos para que desarrollemos una verdadera
cultura, que tema y glorifique a Dios en lugar de la cultura del mundo, que es
corrupta y desafía a Dios (civitas terrena)”
“En consecuencia, dos ciudades han sido
formadas por dos amores: la terrenal por el amor al yo, incluso sobre el
desprecio a Dios; la celestial por el amor de Dios, incluso por el desprecio al
yo. La primera, en una palabra, se gloria en sí misma, la última, en el Señor.
Pues la una busca gloria de los hombres; pero Dios es la más grande gloria que
la otra, el testimonio de la conciencia. La una levanta su cabeza en su propia
gloria; la otra dice a su Dios, “Mas tú, Jehová, eres… mi gloria, y el que
levanta mi cabeza” (Sal 3:3)…La una se deleita en su propia fuerza,
representaba en las personas de sus gobernantes; la otra dice a Su Dios “Te
amo, oh Jehová, Fortaleza mía” (Sal 18:1). Y por lo tanto, los hombres sabios
de una ciudad, viviendo según el hombre, han buscado ganancia para sus propios
cuerpos o almas, o ambos, y aquellos que han conocido a Dios “no le
glorificaron como Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus
razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido; profesando ellos mismos
ser sabios, es decir, gloriándose en su propia sabiduría y siendo poseídos por
el orgullo, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en
semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de
reptiles”. Pues eran lideres o seguidores de la gente en adorar imágenes,
“honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es
bendito por los siglos” (Rom 1:21-25) Pero en la otra ciudad no hay sabiduría
humana, sino solamente santidad, la cual ofrece la adoración debida al
verdadero Dios, y busca su recompensa en la sociedad de los santos, la de los
santos ángeles lo mismo que los hombres santos, “para que Dios sea todo en
todos” (1 Cor 15:28) Libro XIC, Cap 28[24]”
Para
San Agustín existía dos ciudades en el mundo: La ciudad celestial y la ciudad
terrenal. Ambas conviven juntas pero ambas persiguen fines distintos que en
ocasiones chocan debido a que una busca servir a los deseos carnales de los
hombres y la otra busca la gloria de Dios. Por tanto cuando más influencia la
ciudad celestial en la ciudad terrenal la transformación cultural es posible.
Juan Calvino (1509-1564)
Este
segundo teólogo es en gran manera el “fundador” de la teología reformada
respecto al área de la influencia cultural del cristianismo. Henry R. Van Til
escribe al respecto[25]
“En resumen, se debe recordar que Calvino
como el teólogo de la cultura estaba interesado en traerla a la obediencia a
Cristo por medio de la Palabra. En el área de la cultura el hombre es libre
bajo Dios de la iglesia y el estado. Pero no es la libertad de la licencia o la
libertad de renunciar al mundo como malo. EL hombre es justificado por fe y por
regeneración es renovado a la imagen de Cristo; por tanto, la influencia
santificadora de la Palabra debe extenderse a toda la existencia del hombre
bajo el sol. Todo hombre tiene un llamado divino para cumplir el mandato
cultural, pues todas las cosas son nuestras y nosotros de Cristo. Sin embargo,
debemos ejercer moderación, paciencia y fidelidad en nuestra vocación diaria,
trabajando para el Señor ante la mirada de Dios (Coram Deo) La concepción de
Calvino de la cultura también es radicalmente escatológica. Pues la vida total
es una meditación de la vida por venir, y todo debe verse a la luz de la
eternidad. Por lo tanto, debemos aprender a poseer y no ser poseídos por las
cosas de este mundo, pues el mundo pasa. Para Calvino la cultura nunca es un
fin en sí mismo. Toda la erudición, toda el arte y el aprendizaje, lo mismo que
las formas más humildes de la cultura, han de usarse para el servicio de Dios y
ejercidos para la gloria de Dios. De allí que se encuentre una dualidad que
existe en la cultura humana, pues la actividad del hombre no está dirigida al
servicio y la gloria de Dios es auto-frustrante, es vana y sin significado”
Juan
Calvino fue un teólogo de la palabra y como tal quiso mostrar como todas las
áreas de la vida deben ser llevadas a Cristo. Él lo hizo de forma práctica en
la ciudad de Ginebra donde el llevo toda una transformación cultural[26].
Abraham Kuyper (1837-1920)
Este
tercer teólogo fue intérprete de la doctrina de Juan Calvino y quiso darle un
fundamento teológico calvinista a todas las esferas de la existencia en las
cuales el hombre puede desarrollar el mandamiento cultural. Es conocido por la
famosa frase “No existe una pulgada en
toda el área de la existencia humana sobre la cual Cristo, el soberano de todos
no clame, “es mía[27]”. Henry R. Van Til
escribe al respecto[28]
“Kuyper concordaría en que la cultura
incluye todo el trabajo del hombre para el desarrollo y mantenimiento del
cosmos, y los resultados de ese trabajo, tanto en la naturaleza como en el
hombre. Pero, sin la gracia común de Dios, no hubiese surgido ninguna cultura.
El mundo, debido al pecado, hubiese sido destruido si la gracia común de Dios
no hubiera intervenido. Como tal, la gracia común es el fundamento de la
cultura, puesto que el gran plan de Dios para la creación es alcanzado por
medio de la gracia común. La gracia común no es espiritual ni recreativa, sino
temporal y material. Está basada y fluye de la confesión de la soberanía
absoluta de Dios, pues dice Kuyper, no solamente la iglesia sino el mundo
entero debe dar honor a Dios; por tanto el mundo recibió la gracia común con el
propósito de honrarle por medio de ella. De esta manera Kuyper sostiene la
afirmación católica del Cristianismo y urge su validez para todos los hombres.
La gracia común, aunque no salvadora y esta restringida a esta vida tiene su
fuente en Cristo como el mediador de la creación pues que todas las cosas
existen por medio de la Palabra eterna. Por tanto, el punto de partida para la
gracia común es la creación y la esfera de lo natural. Pero puede también ser
llamada sobrenatural, porque es la longanimidad y misericordia de Dios a las
cuales el hombre como tal no tiene derecho. Como tal es una luz tenue en medio
de la oscuridad”
Abraham
Kuyper agrego a la teología reformada la idea de la gracia común la cual
significa que Dios da de su misericordia a todos los hombres en el alimento,
vestir y en la creación de cosas. Basado en esto Kuyper tuvo una vida académica
y política muy activa, influenciando en varios aspectos de la cultura holandesa
de la época.
Klass
Shilder (1890-1952)
El
cuarto teólogo se considera como el más grande teólogo cultural después de
Abraham Kuyper. El contribuye con el entendimiento bíblico que tenemos que
tener acerca de la cultura y a la vez critica la posición de Abraham Kuyper
respecto a la gracia común. Henry R. Van Til escribe al respecto[29]
“Schilder razona, por lo tanto, que
debemos ver el mundo como un instrumento de la glorificación de Dios. Por tanto
la prolongación del tiempo después de la caída no implica gracia, puesto que
Dios tenía que prolongar el tiempo para poblar tanto el cielo como el infierno.
La mera prolongación no es ni bendición ni maldición, sino el sustrato sobre el
cual debe producirse la historia y donde la cultura pueda desarrollarse. Así
también el desarrollo de la naturaleza no es gracia sino que es parte del
proceso natural; es el resultado de un poder inherente en el hombre dado por
Dios con la creación. Es el turbulento e impetuoso impulso dentro del hombre
quien también esta transformado, para forzar a la tierra que también se está
transformando a producir sus frutos para él. El instinto para la cultura
(colere) se encuentra implantado, pero mientras que en el Paraíso era una
actividad que glorificara a Dios, después de la caída se ha vuelto egoísta y
auto-glorificadora”
Para
Shilder no es necesario agregar la idea de la “gracia común” de Kuyper sino más
bien pensar que el desarrollo de la cultura se da debido a la “imagen y
semejanza” y al impulso cultural que Dios puso en el corazón del hombre.
Más
allá de las diferencias que podamos encontrar en cada uno de los autores
reformados lo cierto es que esta visión de cosmovisión cristiana reformada ha
existido siempre esta idea de que el evangelio transforma no solo la relación
con Dios y los hombres sino también la cultura completa.
[1]
Henry R. Van Til. El concepto calvinista de la cultura. Richard Niebuhr. Cristo
y la Cultura. Donald Carson. Cristo y Cultura.
[2] https://www.britannica.com/biography/Helmut-Richard-Niebuhr
[3] https://www.biografiasyvidas.com/biografia/t/tertuliano.htm
[4] https://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/clemente_de_alejandria.htm
[5] https://www.biografiasyvidas.com/biografia/l/lutero.htm
[6] https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/agustin.htm
[7] https://dle.rae.es/?id=BetrEjX
[8] https://www.clir.net/cosmovision/concepto-calvinista-de-la-cultura.html
[9] Henry.R. Van Til. El concepto
calvinista de la cultura. Página 19 (Pdf)
[10] Henry.R. Van Til. El concepto
calvinista de la cultura. Página 17 (Pdf)
[11]
Henry. R. Van Til. El concepto calvinista de la cultura. Página 23 (pdf)
[12] https://elpais.com/cultura/2004/12/02/actualidad/1101942001_850215.html
[13]
Henry. R. Van Til. El concepto calvinista de la cultura. Página 28 (pdf)
[14]
Henry. R. Van Til. El concepto calvinista de la cultura. Páginas 45-46 (pdf)
[15] Biblia Herencia Reformada. Página
1472. Comentario a Mateo de William Hendriksen.
[16] https://www.trotta.es/libros/la-expansion-del-cristianismo/9788498790689/
[17] Rodney Stark. La expansión del
cristianismo. Página 75
[18] Rodney Stark. La expansión del
cristianismo. Páginas 111-112.
[19] Rodney Stark. La expansión del
cristianismo. Páginas 112.
[20] Rodney Stark. La expansión del
cristianismo. Páginas 117.
[21] Rodney Stark. La expansión del
cristianismo. Páginas 118.
[22] Rodney Stark. La expansión del
cristianismo. Páginas 149.
[23]
Henry. R. Van Til. El concepto calvinista de la cultura. Páginas 53-54 (Pdf)
[24]
Henry. R. Van Til. El concepto calvinista de la cultura. Páginas 66-67 (Pdf)
[25]
Henry. R. Van Til. El concepto calvinista de la cultura. Páginas 99-100 (Pdf)
[26] Andre Bieler. El humanismo social de
Calvino. Augustus Nicodemus. La responsabilidad social de la iglesia.
[27]
Henry. R. Van Til. El concepto calvinista de la cultura. Página 101. (Pdf)
[28]
Henry. R. Van Til. El concepto calvinista de la cultura. Página 102. (Pdf)
[29]
Henry. R. Van Til. El concepto calvinista de la cultura. Página 122. (Pdf)
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