Pensar el mundo a través de las Escrituras...

miércoles, 6 de marzo de 2019

La disciplina de la memorización bíblica



La lectura y el estudio de las Escrituras son fundamentales para la vida espiritual del creyente. Pero para poder extraer aún más riquezas de las Escrituras es necesario volver a practicar la disciplina de la memorización bíblica. Jerry Bridges[1] dijo[2]:

“Estoy muy consciente de que la memorización de las Escrituras han caído en desuso ampliamente en nuestros días…Pero permítanme decir con la mayor gracia y firmeza que me sea posible: No podemos buscar la santidad eficazmente sino almacenamos la Palabra de Dios en nuestra mente, donde el Espíritu Santo pueda utilizar para transformarnos. Sé que requiere esfuerzo y que a veces es desalentador cuando no podemos recordar exactamente un versículo que nos hemos esforzado mucho por aprender de memoria. Sin embargo, la verdad es que todas las formas de disciplina demandan esfuerzo y con frecuencia son desalentadoras. Pero la persona que persevera en cualquier disciplina, a pesar del gran esfuerzo y los momentos desalentadores, cosecha el premio que la disciplina tienen la intención de producir”

Hay personas que rechazan la disciplina de la memorización porque la ven como una tortura para las personas que tienen “mala memoria” o porque tuvieron malas experiencias en la escuela o simplemente piensan que el ejercicio de la memorización como algo mecánico. Pero como cristianos debemos entender que nuestras experiencias (buenas o malas) no son la norma y que la memorización bíblica no es una memorización mecánica sino que relevante para la vida.

La memorización en las Escrituras

El mundo en la antigüedad tramita todas sus enseñanzas principalmente de forma oral y debido a eso la memorización tenía una importancia relevancia en los pueblos. En el pueblo de Israel se practicaba de esta misma manera Deuteronomio 6:1-9

Éstos son los mandamientos, estatutos y decretos que el Señor su Dios me ordenó que les enseñara, para que los pongan por obra en la tierra de la cual van a tomar posesión. Para que todos los días de tu vida, tú, Israel, y tus hijos, y los hijos de tus hijos, teman al Señor su Dios y cumplan todos los estatutos y mandamientos que yo les mando cumplir, para que sus días sean prolongados.  Oye, Israel, y asegúrate de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel, y te multipliques, tal y como el Señor y Dios de tus padres te lo ha prometido. Oye, Israel: el Señor nuestro Dios, el Señor es uno.  Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Estas palabras que hoy te mando cumplir estarán en tu corazón,  y se las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando estés en tu casa, y cuando vayas por el camino, y cuando te acuestes y cuando te levantes. Las atarás en tu mano como una señal, y las pondrás entre tus ojos como frontales, y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.

Si miramos con atención vemos que en el verso 7 nos llama a “repetir y hablar” las enseñanzas de Dios en todo tiempo y en el verso 8 vemos que debían ponerla escrita en todo lugar para que no la olviden. Estos versículos suponen una práctica de memorización y repetición continua para enseñarles a nuestros hijos. También nos revela algo que todos vamos a experimentar y es que no siempre tendremos una biblia abierta para leer las Escrituras a la hora de enseñar a nuestros hijos sino que debemos conocer las Escrituras de memoria para enseñarles. Por ejemplo recuerdo[3] que Paul Tripp cuenta en que en una ocasión tenia de invitado a una persona a su casa y le pide a sus hijos que realicen una tarea y para ayudarles a cumplir esa tarea les dice ¿Recuerdan lo que dice Efesios 6:1? Y ellos inmediatamente realizan lo que le pide su padre

Jesucristo siendo Dios mismo encarnado memorizo las Escrituras y las uso en momentos de tentaciones. Mateo 4:1-11

“Luego Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. El tentador se le acercó, y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.» Jesús respondió: «Escrito está: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.» Entonces el diablo lo llevó a la santa ciudad, lo puso sobre la parte más alta del templo, y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, lánzate hacia abajo; porque escrito está: »“A sus ángeles mandará alrededor de ti”, y también: “En sus manos te sostendrán, Para que no tropieces con piedra alguna.”» Jesús le dijo: «También está escrito: “No tentarás al Señor tu Dios”.» De nuevo el diablo lo llevó a un monte muy alto. Allí le mostró todos los reinos del mundo y sus riquezas, y le dijo: «Todo esto te daré, si te arrodillas delante de mí y me adoras.» Entonces Jesús le dijo: «Vete, Satanás, porque escrito está: “Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.”» Entonces el diablo lo dejó, y unos ángeles vinieron y lo servían”

Jesús en esta ocasión para combatir las tentaciones de Satanás cito tres veces las Escrituras. En el verso 4 cito a Deuteronomio 8:3. En el verso 7 cito a Deuteronomio 6:16 y en el verso 10 cito a Deuteronomio 6:13. Por tanto esto quiere decir que Cristo conocía las Escrituras de memoria. Recuerdo la historia de uno de mis “lideres” en mis primeros años de cristiano el cual me dijo como había sido librado de la tentación de una mujer que lo estaba tentando sexualmente. Él dice que cuando estaba en ese difícil momento vinieron a su mente las palabras memorizadas de Hebreos 13:4 “Todos ustedes deben honrar el matrimonio, y ser fieles a sus cónyuges; pero a los libertinos y a los adúlteros los juzgará Dios”. Y después de recordarlas y leérselas se fue del lugar. Por tanto debemos tener memorizadas las Escrituras para no pecar como dice el salmo 119:11 “En mi corazón he atesorado tus palabras para no pecar contra ti”

Pablo escribió varias exhortaciones a las iglesias y entre esas estaba este mandato que escribió en Colosenses 3:16

“La palabra de Cristo habite ricamente en ustedes. Instrúyanse y exhórtense unos a otros con toda sabiduría: canten al Señor salmos, himnos y canticos espirituales, con gratitud en el corazón”

Para que habite ricamente la palabra de Cristo en nosotros y podamos exhortarnos mutuamente es necesario que conozcamos de memoria grandes porciones de las Escrituras. Dawson Trotman fue el fundador y organizador de un ministerio conocido como los navegantes[4] los cuales se dedican a predicar y discipular a otros marineros en alta mar. Cuando Dawson se convirtió a Cristo manejaba un camión y durante sus viajes el memorizaba pasajes bíblicos. Se dice que durante su primer año de convertido memorizo sus primeros mil versículos[5].

Las Escrituras nos mandan a que estemos siempre preparados para dar testimonio de fe a las personas que no creen en el evangelio. 1 Pedro 3:15

“Al contrario, honren en su corazón a Cristo, como Señor, y manténganse siempre listos para defenderse, con mansedumbre y respeto, ante aquellos que les pidan explicarles la esperanza que hay en ustedes”

Por eso es que la Escritura dice el Espíritu Santo nos va recordar todas las cosas (Jn 14:26) pero sino memorizamos las Escrituras ¿Qué nos va a recordar el Espíritu Santo? También nos dice que cuando estemos bajo persecución el Señor nos dará lo que tenemos que hablar (Mt 10:19-20) ¿De dónde nos dará el Espíritu Santo palabras sino de las mismas Escrituras que conocemos y memorizamos? Cuando uno revisa los discursos de Pedro después del Pentecostés se puede con claridad como ellos citaban las Escrituras abundantemente al predicar (Hechos 2:17-21; 25-28; 34-35) y esto es porque Pedro había leído y memorizado las Escrituras que el Espíritu Santo uso en su momento. Cuando tenemos la oportunidad de hablar con personas que no conocen el evangelio podemos citarles las Escrituras de memoria para explicarles el evangelio.

Dallas Willard[6] fue un profesor de Filosofía y pastor Bautista escribió respecto a la memorización[7]:

“Memorizar la Biblia es absolutamente fundamental para la formación espiritual. Si tuviera que escoger entre todas las disciplinas de la vida espiritual, escogería la memorización de la Biblia, porque es un medio fundamental para llenar nuestra mente con lo que ella necesita. Este libro de la ley no se apartará de tu boca. ¡Es allí donde lo necesitas! ¿Cómo llega a tu boca? A través de la memorización”.

Charles R. Swindoll[8] es un pastor  muy conocido por sus mensajes bíblicos y el escribió respecto a la memorización[9]:

“En práctica, no conozco ninguna otra actividad más gratificante en la vida cristiana que la de memorizar las Escrituras… ¡Ningún otro ejercicio paga mayores dividendos espirituales! Se fortalecerá tu vida de oración. Tu testimonio será más preciso y mucho más efectivo. Tus actitudes y perspectivas comenzarán a cambiar. Tu mente llegará a ser más alerta y atenta. Aumentará tu confianza y seguridad. Tu fe se consolidará”.

Consejos prácticos para memorizar las Escrituras[10]

En primer lugar lo que necesitamos para memorizar las Escrituras es que al igual que leerlas necesitamos un plan de acción para memorizar. En internet se pueden encontrar diversos planes de memorización bíblica[11]

En segundo lugar debemos hacer una lista de los versículos bíblicos que vamos a memorizar (según el plan escogido) y busquemos formas creativas de llevarnos con nosotros para recordarlos durante el día. Por ejemplo si los escribimos en tarjetas los llevamos con nosotros en el bolsillo y durante diversos momentos del día sacamos la tarjeta y la leemos y memorizamos. También podemos anotarlo en el celular (ponerle alarma) y leerlo varias veces en el día para memorizarlo mejor.

En tercer lugar busque memorizar los versículos tal y como están en las Escrituras (dependiendo de la versión bíblica que use) Una tentación común cuando se empieza es solamente recordar la “idea central” del pasaje y no el pasaje en sí mismo como también evitar el libro y capitulo. Todo esto debe estar incluido para ser una memorización eficaz.

En cuarto lugar, busque alguien con quien rendir cuentas respecto a su memorización. Si hacemos esto solo la tentación va hacer ya que nadie nos supervisa entonces no buscaremos realmente cumplir con nuestro plan de memorización, en cambio si alguien que nos ayude a rendir cuentas podremos hacerlo mejor.  


[1] http://editorialperegrino.com/jerry-bridges/
[2] Citado por Donald S. Whitney. Disciplinas espirituales para la vida cristiana. Página 50
[3] Esto lo leí en su libro “Pastoreando el corazón del niño” pero no recuerdo la página.
[4] https://www.navigators.org/about/history/
[5] Citado por Donald. S Whitney. Disciplinas espirituales para la vida cristiana. Página 47.
[6] http://dwillard.org/about
[7] https://www.desiringgod.org/articles/why-memorize-scripture?lang=es
[8] https://www.insight.org/about/chuck-swindoll
[9] https://www.desiringgod.org/articles/why-memorize-scripture?lang=es
[10] Estos consejos son sacados de Donald S. Whitney. Disciplinas espirituales para la vida cristiana. Páginas 47-50
[11] https://www.bible.com/es/search/plans?q=Planes%20para%20memorizar%20la%20Biblia

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