Simón Blackburn es un filósofo británico que fue
profesor en varias universidades importantes como Oxford y Cambridge en donde
desarrollo su filosofía y escribió varios libros[1]. El escribió un libro
llamado “Lujuria[2]”
en el cual argumentaba que “vivir con lujuria es como vivir atado a un
lunático” sin embargo aunque el reconoce esto hace un análisis histórico con el
cual llega a concluir que la lujuria ha recibido una mala fama de parte del
cristianismo e incluso argumenta a favor de la pornografía como algo
beneficioso para la sexualidad[3].
El pensamiento este filósofo es más o menos lo que
nuestra cultura piensa sobre la lujuria. Por un lado afirman que permitir la
lujuria en todo contexto es una locura ya que produce diversas enfermedades
sexuales, hijos fuera del matrimonio, inestabilidad en las relaciones y muchos
corazones rotos. Por otro lado se promueve la educación sexual, el dar
preservativos, el sexo explícito en las novelas, serie, películas y el uso de
pornografía sin ningún problema. Es
tanto así que en el año 2017 Chile se convirtió en el país de Latinoamérica que
más pornografía consume.[4] La pornografía es tan
dañina que como una de sus mismas defensoras escribió:
La pornografía saca el sexo de la
intimidad, lo saca del amor, lo saca de lo sagrado, de la producción y la
fertilidad. La pornografía saca el sexo incluso de los cuerpos, utilizando sólo
sus partes fundamentales para representar: Devela su secreto y lo expone ligado
al único significado que le es útil: el placer. La gloria[5].
Por
supuesto esto no es algo nuevo en la humanidad pues desde que el mundo cayó en
pecado ya existido todo tipo de pecado sexual que destruye a la humanidad como
la fornicación, el adulterio, la homosexualidad. El pecado sexual ha destruido
miles de matrimonios, familias y vidas de siervos de Dios como Sansón y David. Generalmente
la postura cristiana es entendida en nuestra sociedad como una visión
retrograda, opresiva y dañina. Pero como cristianos sabemos que el pecado
sexual es un pecado muy destructivo que ofende a Dios, destruye el cuerpo y
daña al prójimo. Como cristianos no nos oponemos al sexo ni al placer que el
conlleva sino que nos oponemos al sexo pecaminoso fuera del matrimonio que
evidencia el egoísmo más profundo de un corazón pecaminoso.
Ustedes han oído Mateo 5:27
Nuevamente
los fariseos con sus enseñanzas rabínicas habían trasmitido al pueblo que el
acto del adulterio era condenado pero no enfatizaban lo interno del adulterio.
El séptimo mandamiento era bastante claro sobre esto. Éxodo 20:14 y
Deuteronomio 5:18
“No cometerás adulterio”
El
acto del adulterio estaba claramente condenado en las Escrituras y las penas
por adulterar era juzgados con la muerte. Levítico 20:10; Deuteronomio 22:22
“El que cometa adulterio con la mujer de
su prójimo será condenado a muerte, junto con la adultera”
“Si alguien es sorprendido acostándose con
una mujer casada, tanto el hombre como la mujer serán condenados a muerte. Así
quitaras el mal de Israel”
La
hipocresía de los fariseos ya se evidencia cuando traen a una mujer sorprendida
en adulterio delante de Jesús para condenarla pero no traen al hombre el cual
también debía ser condenado por el pecado (Juan 8:1-11) La interpretación
rabínica de esta mandato había olvidado convenientemente pasajes claves de las
Escrituras donde se habla acerca del deseo del corazón pecaminoso. Éxodo 20:17;
1 Samuel 16:7
“No codiciaras la casa de tu prójimo, ni
su mujer, ni su siervo, ni a su esclava, ni su buey ni su asno, ni nada que le
pertenezca a tu prójimo”
“Pero el Señor le dijo: No te dejes llevar
por la apariencia ni por su estatura. Yo soy el Señor, y veo más allá de lo que
el hombre ve. El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero miro el
corazón”
Los
fariseos podían estar cumpliendo este mandato de forma externa pero su corazón
podría ser un nido de adulterio. ¿No es acaso esta la posición de nuestra
cultura conservadora que se preocupa por encima pero detrás vive una vida
diferente? ¿No es acaso esa la posición de la mucha cultura evangélica que se
juzga y se preocupa de hermana cuando peco evidentemente quedando embarazada
pero antes de eso nadie dijo ninguna palabra sobre esa relación pecaminosa que
llevaba? ¿No es acaso esa una tentación común que tenemos los cristianos? ¿No
es esa la actitud farisaica la cual muchos de nosotros podemos caer? Por tanto
Jesús no va a enseñar que no es suficiente el mandamiento en sí, sino el
corazón de él.
El adulterio del corazón Mateo
5:28
Jesús
afirma “Pero yo os digo” no contradiciendo los mandatos de Dios sino la
interpretación rabínica oral de la ley que distorsionaba los mandatos de Dios.
Jesús tenía la plena autoridad para dar la interpretación correcta de la ley
porque era Dios encarnado (Jn 1:1) Lo que Jesús condena aquí no es una mirada
casual e involuntaria sino que es una mirada intencional, repetida, constante
con el deseo de desear sexualmente a la persona. Todos sabemos que hay una gran
diferencia cuanto ves a alguien y piensas que se ve muy bien con la ropa que
trae a mirar a alguien y desearla sexualmente en el corazón. Lo que Jesús nos
está diciendo aquí que el acto del adulterio es tan pecaminoso como el
pensamiento del adulterio que sale del corazón. Las Escrituras nos hablan
repetidamente que el problema es el corazón. Proverbios 4:23; Jeremías 17:9;
Mateo 15:19
“Cuida tu corazón más que otra cosa,
porque él es la fuente de vida”
“El corazón es engañoso y perverso, más
que todas las cosas ¿Quién puede decir que lo conoce?
“Porque del corazón salen los malos
deseos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los robos, los
falsos testimonios, las blasfemias”
Los
profetas también hablaron del adulterio del corazón cuando el pueblo se
desviaba de la ley de Dios para adorar a otros dioses. El libro de Oseas es
quien describe de forma muy gráfica el adulterio de Israel. Oseas 2:2
“Pero repróchenle a su madre el hecho de
no ser ella mi mujer, ni yo su marido. Díganle que deje de serme infiel, que no
cometa más adulterio”
La
raíz de todos los pecados que brotan en nuestra vida fluye de nuestro corazón pecaminoso
el cual anhela hacer nuestra voluntad y uno de los más evidentes es el pecado
sexual. Nuestra cultura vive asombrada abusos sexuales realizados por personas
de confianza con los sacerdotes, pastores, familiares etc. pero nunca va a la
raíz del problema que es el corazón. El adulterio de corazón se puede
manifestar de muchas diversas formas.
La
primera y más obvia forma de adulterio del corazón es la pornografía y la
masturbación de la cual muchos hermanos y hermanas luchan con ella cada día.
Todo comienza con un pensamiento o una mirada lasciva que comenzamos anidar en
nuestro corazón y lo guardamos para luego comenzar a disfrutar de él. Luego la
tecnología nos facilita el trabajo accediendo a páginas pornográficas que
incitan nuestro deseo para llevar a cabo el pecado a la muerte. El apóstol
Santiago lo describe de manera perfecta. Santiago 1:14-15
“Al contrario, cada uno es tentado cuando
se deja llevar y seducir por sus propios malos deseos. El fruto de estos malos
deseos una vez concebidos, es el pecado, y el fruto del pecado, una vez
cometido, es la muerte”
¿Dónde
comenzó todo? ¿No es nuestro corazón pecaminoso el que nos inclina a los deseos
de la carne? Una de las cosas de las cuales debemos ser conscientes es que la
iglesia está llena de personas que luchan con esto. Paul Tripp en su libro “el
llamamiento peligroso” cuenta la historia de Jorge un estudiante de seminario
que una vez le confeso al pastor que tenía una obsesión lujuriosa con las
mujeres atractivas que venía en la biblioteca pública mientras estudiaba. Él se
sentaba en la biblioteca y esperaba tener contacto con cualquier mujer bella y
había llegado a seguirlas hasta su hogar y eso realmente lo estaba asustando
debido al sentimiento pecaminoso que sentía[6]. El deseo pecaminoso en
nuestro corazón comienza con miradas, deseos y anhelos que queremos cumplir sin
pedir ayuda a alguien que nos ayude a lidiar.
La segunda manera es que se manifiesta el
adulterio de corazón es por desear sexualmente a cualquier persona. Una de
las revoluciones sexuales más fuerte que nuestra cultura está enfrentando es la
revolución homosexual. [7]Lo que propone la
homosexualidad es deshacer el binario “hombre” “mujer” y convertir a todos en
seres ambiguos que pueden desear a cualquiera. Para eso se ha inventado el
término “orientación de género” lo cual tiene que ver con las personas que nos
atraen y queremos tener una relación romántica y sexual con ella. Pueden ser
gay, transexual o bisexual[8]. Una de las cosas que como
iglesia debemos tener claro que esto ya ha llegado a nuestras filas de dos
maneras. La primera manera es la reinterpretación de las Escrituras para decir
que la homosexualidad no es pecaminosa si se trata de una relación romántica.
La segunda son las experiencias que se van viendo en la iglesia cristiana. Yo
mismo presencie esto de un “amigo” el cual se mostraba firmemente en la fe pero
finalmente tuvo un matrimonio homosexual afirmando que eso es algo cristiano.
Otra historia impresionante es que cuenta Paul Tripp en su libro “El
llamamiento peligroso” Él cuenta que una ocasión un estudiante estrella del
seminario vino donde el a pedirle ayuda con algo. Cuando llego a la oficina y
se sentaron para conversar él no podía decirle lo que le pasaba entonces
después de un rato le dijo: “En el sótano tengo un closet con ropa de mujer que
me pongo en la noche; es el único momento de mi día en que me siento cómodo[9]”. Este era un hermano que
era pastor, tenía familia, enseñaba la Biblia y sin embargo tenía una lucha
silenciosa con el pecado la cual nadie sabía y nadie estaba allí para ayudarlo.
¿Creemos realmente que esas personas no están entre nosotros? ¿Crees que tú que
podrás luchar con ese pecado si no buscas ayuda en el Señor y en los hermanos?
¡De ninguna manera!
La tercera manera de adulterio de corazón es
la intimidad. La intimidad es algo que se entiende como
reservado una persona o familia.[10] Muchas personas tienen a
reducir la intimidad a lo sexual pero es mucho más que eso. Es abrir tu corazón
o tu vida a alguien que no es tu esposo (a) para sentirse aceptado o querido.
Esa actitud tiene en la raíz el adulterio de corazón porque con quienes debes
tener intimas conversaciones acerca de tu corazón es con tu esposa (a). Nadie
más puede conocerte mejor. Sin embargo vivimos en una era donde los esposos
tienen amigos y amigas que son más íntimos que sus propios esposos. Eso es un
adulterio de corazón. Hay varios estudios que esto se ha ido masificando de
forma profunda en las redes sociales donde las personas comienzan como amigos y
luego van teniendo intimidad y abriendo sus corazones para finalmente comenzar
saborear la idea de ser infiel para finalmente llevarlo al acto sexual. ¿Dónde
comenzó todo? ¿No comenzó en nuestros pensamientos pecaminosos? ¿Crees que
podrás ser más amigo (a) de alguien ajeno a tu esposo?
La cuarta manera del adulterio de corazón
es el tener muchas parejas. En el mundo es normal
encontrar personas que comienzan una relación y luego la terminan comenzando
otra relación pero me sorprende mucho que en la iglesia permitamos esta misma
actitud sin ninguna objeción. Joshua Harris es un pastor que escribió un libro
“Le dije adiós a las citas amorosas” en donde relata cómo se dio cuenta de este
problema en el cristianismo actual. El comienza las primeras páginas de sus
libro contando una historia ficticia respecto a un sueño en donde Ana y David
están en el altar y justo en ese momento comienzan a llegar todas las personas
con las cuales tuvo una relación antes y comienzan a tomar su mano[11]. ¿Acaso no sería esto terrible?
Pero es exactamente lo que se cultiva en la iglesia actual en donde se permite
sin ningún problemas que los hermanos tengan una relación con otra hermana
“porque es normal” “porque eso hacen los jóvenes”. Esto es cultivar el
adulterio de corazón desde jóvenes. ¿Nos damos cuenta del daño que les estamos
haciendo? ¿No es acaso ser adultero de corazón desear estar con una con otra
hermana cada semestre? Esto es adulterio
es también adulterio de corazón.
La manera de tratar el
adulterio de corazón Mateo 5:29-30
Jesús
nos muestra cuan profundo es el adulterio de corazón en nuestra vida, pero a la
vez nos provee el antídoto para este persistente deseo pecaminoso. En primer
lugar Jesús toma estas palabras “sacar el ojo y cortar la mano” del Antiguo
testamento. Éxodo 21: 23.25
“Pero en caso de muerte, se pagara vida
por vida; ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura
por quemadura, herida por herida, golpe por golpe”
Hay
algunos cristianos en la historia de la iglesia que pensaron que Jesús estaba
hablando aquí literalmente como Orígenes el cual cuando leyó este mandamiento y
el de Mateo 19:12 se castro literalmente.
“Porque hay eunucos que así nacieron del
vientre de su madre, hay otros a quienes los hombres han hecho eunucos, y aún
hay otros que así mismos se hacen eunucos por causa del reino de los cielos. EL
que se capaz de comprender esto, que lo comprenda”
Por lógica
podemos decir que Jesús no está hablando de sacarse el ojo y la mano
literalmente porque si nos sacamos el ojo o la mano ¿Eliminaríamos el pecado
que habita en nuestro corazón? ¡De ninguna manera! Simplemente seriamos unos
ciegos o mancos con un corazón pecaminoso que aun desea pecar. Por tanto este
pasaje debe interpretarse de forma figurativa. Es interesante como esté pecado
comenzó en el corazón siguió por los ojos y termino en las manos. Si miramos
más de cerca el ejemplo que nos da Jesús habla del “ojo derecho” y la “mano
derecha” ¿Por qué? Porque la creencia de los judíos en aquella época era como
la mayoría de las personas eran diestras el lado derecho representaba a menudo
el lugar más poderoso e importante del cuerpo.[12] Por tanto se consideraba
el lado derecho más importante o poderoso que el lado izquierdo. ¿Qué es lo que
Jesús nos está diciendo entonces? En primera instancia podría interpretarse que
“si algo es tan valioso para ti (ojo derecho, mano derecha) que te esté
llevando al pecado entonces debes alejarlo de tu vida para que no te lleve más
al pecado. John Stott lo interpreta de esta manera[13]:
“Si tu ojo te es ocasión de caer porque la
tentación llega a ti por medio de los ojos (los objetos que ves) entonces, sácate
los ojos. Es decir ¡No mires! Compórtate como si realmente te hubieras sacado
los ojos y los hubieras tirado, y ahora estuvieras ciego y por eso no pudieras
ver los objetos que anteriormente fueron ocasión de caer. Además, si tu mano o
pie te es ocasión de caer, porque la tentación te llega por medio de tus manos
(cosas que haces) o tus pies (lugares que visitas) entonces, córtalos. Es
decir, ¡no lo hagas! ¡No vayas! Compórtate como si te hubieras realmente
cortado las manos y los pies, y los hubieras tirado, y ahora estuvieras lisiado
y por eso no pudieras hacer las cosas o visitar los lugares que anteriormente
te eran ocasión de caer”. Este es el significado de mortificación”
Cuando
Cristo nos salvó del pecado nos dio su Espíritu Santo y ahora somos capaces por
la gracia de Dios de mortificar el pecado por medio de los medios de gracia. Pablo
escribe en Romanos 8:12-13
“Así que, hermanos, tenemos una deuda
pendiente, pero no es la de vivir en conformidad a la carne, porque si ustedes
viven conforme con la carne morirán; pero si dan muerte a las obras de la carne
por medio del Espíritu, entonces vivirán”
Los
cristianos con el poder del Espíritu Santo podemos mortificar los pecadores con
los que luchamos ¿Cómo? En primer lugar no alimentando el pecado que habita en mí.
Muchas personas que caen en pecado no se dan cuenta que el pecado comienza con
pequeños susurros en su corazón que finalmente lo llevan a pecadores mayores.
John Owen escribió en su libro la mortificación del pecado[14].
“Un aspecto principal de la naturaleza
engañosa del pecado, es la forma en que comienza con pequeñas demandas. Los
primeros ataques y sugerencias del pecado son siempre modestos. Si el pecado
tiene éxito en su primer avance, entonces exigirá cada vez más hasta que por
fin “el mero hecho de mirar a una mujer hermosa bañándose” termine en el
adulterio, en maquinaciones malvadas y en homicidio” (2 Sam 11:2-17)
En
segundo lugar disciplinando tu vida espiritual en los áreas débiles donde sabes
que eres tentado. 1 Corintios 9:26-27
“Así que yo corro y lucha, pero no sin una
meta definida; no lo hago como si estuviera golpeando al viento; más bien
golpeo mi cuerpo y lo someto a servidumbre, no sea que después de haber
predicado a otros yo mismo quede eliminado”
Las
personas que tienen un pasado de muchos pecados sexuales es más sabio evitar
cualquier cercanía con cosas sensuales que sean tropiezos para la vida
espiritual. Nuevamente John Owen en su libro mortificación del pecado escribe[15]:
“Es nuestro deber “perfeccionar la
santificación en el temor del Señor (2 Cor 7:1) y “crecer en la gracia” (2 Ped
3:18) Sin embargo, estos deberes no puede ser cumplidos sin la mortificación
diaria del pecado. El pecado se opone con toda su fuerza contra cada acto de
santidad, y contra cada grado de gracia que alcanzamos. Nadie debería pensar
que puede progresar en la santidad, sin la disciplina cotidiana de negarse a
gratificar los deseos pecaminosos del corazón”
Al
igual que en la anterior enseñanza (Mt 5:21-26) Jesús se refiere al infierno.
Él repite dos veces “Es mejor que se
pierda unos de tus miembros, y que no todo tu cuerpo sea echado en el infierno”.
La importancia de esto es que aquellos que persisten involucrarse en pecados
sexuales están demostrando que su destino es el infierno. Pero aquellos que
mortifican el pecado con la gracia de Dios están demostrando que son cristianos
que luchan contra el pecado. Ningún cristiano puede vivir practicando el
pecado. Ahora uno se puede preguntar ¿Por qué pareciera que Jesús que a un
problema del corazón le da una solución externa? La respuesta es porque Jesús
nos pone un estándar imposible de cumplir para que nos demos cuenta que la
única solución verdadera a nuestro problema del corazón pecaminoso es el evangelio.
El adulterio de corazón debe ser tratado con el evangelio que transforma el
corazón.
El adulterio del corazón
frente al evangelio.
Debido
a que todos somos pecadores todos en algún momento hemos sido adúlteros de
corazón de una u otra manera por tanto si no eres creyente y luchas con un
pecado sexual debes creer en Cristo y arrepentirse de corazón de esto y el
Señor hará lo que promete en Ezequiel 36:27
“Les daré un corazón nuevo, y pondré en
ustedes un espíritu nuevo; les quitare el corazón de piedra que ahora tienen y
les daré un corazón sensible”
Lo que
generalmente hace el mundo para tratar estas cosas es simplemente hacer cosas
exteriores como terapias, rehabilitaciones, diálogos pero el problema interno
persiste porque cuando alguien tiene un corazón malo lo único que puede
salvarle es un trasplante de corazón. Ahora si eres creyente y estas luchando
con un pecado sexual y te preguntas ¿Cuándo poder salir vencedor de este
persistente pecado? La respuesta es que entre más aprendas a depender del
evangelio y con esto no estamos diciendo agregar más lectura u oración
simplemente estamos hablando de depender del evangelio. Depender del evangelio
es arrepentirme genuina y constantemente cada momento que tengo pensamientos
pecaminosos, cada vez que tengo deseos de pecar contra el Señor. Depender día
tras día. Sabiendo que el Señor no va trasformando cada día mas a su imagen. 2
Corintios 3:18
“Por lo tanto, todos nosotros, que miramos
la gloria del Señor a cara descubierta, como en un espejo, somos transformados
de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”
[1] https://www.giffordlectures.org/lecturers/simon-blackburn
[2] https://www.amazon.com/Lust-Deadly-Library-Lectures-Humanities/dp/0195162005
[3] Albert Mohler. Desejo e Engano.
Páginas 23-28
[4] https://www.24horas.cl/programas/elinformante/el-informante-el-consumo-de-pornografia-en-chile-2510066
[5] http://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/132578/Hoyo%20glorioso%20-%20Breve%20historia%20de%20la%20pornograf%C3%ADa%20en%20Chile.pdf?sequence=1&isAllowed=y
[6] Paul Tripp. El llamamiento
peligroso. Página 45.
[7] Albert Mohler. Desejo e Engano.
Capítulos 6-9 hace un análisis muy interesante sobre esta revolución homosexual.
[8] https://www.plannedparenthood.org/es/temas-de-salud/orientacion-sexual-y-genero/orientacion-sexual
[9] Paul Tripp. El llamamiento
peligroso. Página 45.
[10] https://dirae.es/palabras/intimidad
[11] Joshua Harris. Le dije Adiós a las
citas amorosas. Página 10
[12]Michael
J Wilkins. Comentario bíblico
con aplicación NVI. Página 240
[13] John Stott. El sermón del monte.
Página 100.
[14] John Owen. La mortificación del
pecado. Página 10.
[15] John Owen. La mortificación del
pecado. Página 12.
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