La historia de Chile y una ley sobre el divorcio ha
sido larga y difícil. En Chile solo existía la “nulidad” que consistía en que
debido a que el matrimonio no se había realizado siguiendo la normativa legal
el matrimonio quedaba anulado. Desde 1914 habrían existido intentos de
establecer una ley de divorcio en Chile cuando un diputado llamado Alfredo
Frigolett presento un proyecto que fue finalmente rechazado. En los 70, hubo
otras iniciativas pero ninguna de ellas próspero y durante la época de Pinochet
el tema ni siquiera se discutió. Pero en 1995 la idea fue retomada por algunos
parlamentarios y finalmente el 18 de Noviembre de 2004 entro en vigencia la ley
del divorcio[1].
Hay que dejar claro que Chile siempre ha sido un país moralista por el
catolicismo romano y en muchos sentidos hipócrita, pues aunque no existiría una
ley esto no significa que no existieran “divorcios a la Chilena”.
En el 2016, 12 años después de la ley de divorcio en
Chile, hubo un explosivo aumento de divorcios en Chile. En la última década el
número de divorcios en Chile de matrimonios que vivieron 5 años juntos aumento
un 500%. Y en el mismo año 2016 hubo 10 casos de matrimonios que solo pudieron
vivir junto 1 año. Los expertos en terapia de Pareja explican algunas razones
de este aumento[2]:
“Sienten
afinidad y a veces se casan con cierta precipitación, en la fase de delirio,
donde está muy metida la fantasía, la pasión, la impulsividad, y después se dan
cuenta que era una locura, y como está la posibilidad de sincerar esto, con
este dispositivo del divorcio, se pueden separar al año siguiente. Y se ve un
poco raro, pero no terrible”
“En el
imaginario de la juventud actual, la gente se puede separar y tener una
oportunidad con otra pareja, y los hijos no se ven tan afectados si la pareja
se separa bien. Hay mucha más claridad y transparencia en el tema de la pareja”
Como podemos ver los expertos de este mundo dicen que
es un problema no tan grave. Analizan el problema solo de forma superficial
pues aseguran que nadie sale tan dañado al divorciarse. Pero la verdad es que
quienes de casan por razones superficiales como quienes se divorcian por
razones superficiales están pecando delante del Creador del matrimonio. Además es mentira que nadie sale dañado en un
divorcio pues tanto los conyugues como los hijos son quienes son dañados
consiente o inconscientemente por eso. Armand Nicholi fue un psiquiatra clínico
de la escuela de medicina de Harvard el cual afirmo[3]:
“Ciertas
tendencias que prevalecen hoy incapacitaran a la familia, destruirán su
integridad, y harán que sus miembros padezcan conflictos emocionales tan
paralizantes que se convertirán en una carga intolerable para la sociedad. Si
algún factor influye en el desarrollo del carácter y la estabilidad emocional
del individuo, es la calidad de la relación que este experimenta de niño con
ambos padres. Por el contrario, si las personas que sufren grave enfermedad
emocional no orgánica tienen una experiencia en común, esta es la ausencia de
un padre debido a la muerte, el divorcio o alguna otra causa. La
inaccesibilidad de los padres, sea física, emocional o de ambas maneras, puede
incluir profundamente en la salud emocional del hijo[4]”
Como podemos ver el divorcio se ha convertido en uno
de los factores por la cuales tenemos una sociedad dañada emocionalmente. Ojala
esto fuera cierto solo para el mundo pero en la misma cultura evangélica
tenemos las mismas prácticas que el mundo respecto a esto. Al igual como en la
cultura judía abundaba el divorcio por razones pecaminosas en la actualidad
abunda el divorcio por razones pecaminosas por tanto debemos aprender que es lo
que Jesucristo nos enseña respecto a este tema. ¿Qué dice la Biblia sobre el
divorcio? ¿Es bíblicamente correcto aceptarlo? ¿Se puede uno divorciar por
cualquier razón? ¿Hay alguna razón para divorciarse?
El divorcio según la tradición oral Mateo 5:31
Jesucristo viene enseñando que él no había venido
anular la ley o los profetas sino a cumplir (Mt 5:17) y por tanto debía
corregir las interpretaciones que los fariseos y escribas habían realizado de
las Escrituras. Nos encontramos con que Jesús les dice “Ustedes han oído” (Mt
5:21; 27) y eso no se refiere a las Escrituras en si sino a los que la
tradición oral de los ancianos habían trasmitido al pueblo. Esto es a lo que
refiere aquí “También fue dicho” ¿Por quienes? Por los ancianos y su tradición.
Ellos habían enseñado una interpretación del divorcio que no correspondía con lo
que Dios había revelado en su palabra. En
la época de Jesús habían dos escuelas de interpretaciones que estaban
debatiendo este asunto del divorcio basados en Deuteronomio 24:1-4
“Cuando
alguien tome una mujer y se case con ella, si después no le agrada por haber
hallado en ella alguna cosa indecente,
le escribirá una carta de divorcio, se la entregara personalmente y la
despedirá de su casa. Al salir de su casa, ella podrá casarse con otro hombre.
Pero si el segundo esposo la aborrece
y le escribe una carta de divorcio, y se la entrega personalmente y la despide
de su casa, o si el segundo esposo muere, el primer marido que la despidió no
podrá volver a tomarla por esposa, pues ha quedado impura. Eso sería un acto
repugnante delante del Señor, y tú no debes corromper la tierra que el Señor tu
Dios te da en posesión”
Lo que las dos escuelas discutían era ¿Qué es lo
significa “indecente” (RV60; RVC) “Indecoroso” (NVI) “Reprochable” (NTV)? La
escuela de Shammai que predominaba en el tiempo de Jesús, sostenía que el
pasaje permitía el divorcio únicamente si la esposa era infiel. Por otro lado
la escuela de Hillel, la cual había influido mucho en la cultura judía decía
que un hombre podía divorciarse de su mujer por cualquier cosa como si ella
quemaba el pan o si encontraba a una mujer más atractiva[5]. Por tanto podemos
imaginar que en la época de Jesús habían muchos divorcios por razones de no le
gustaba como la mujer cocinaba o si ya había perdido su atractivo físico.
Entonces ¿Cuál era la interpretación correcta de Deuteronomio 24:1-4? Uno de
los comentarios bíblicos más respetados sobre el Antiguo testamento es el Keil
y Delitzsch los cuales escriben sobre este pasaje[6]:
“En
estos versículos…no se establece el divorcio como un derecho; todo lo que se
hace es que, en el caso de un divorcio, se prohibía que el marido se volviera a
unir con la mujer divorciada, si entretanto ella se había caso con otro hombre,
aunque su segundo marido también la hubiera despedido, o hubiera muerto. Los 4
versículos forman un punto en el que los versículos 1 al 3 son las cláusulas de
prótasis que describen el asunto de
que se trata. El versículo 4 contiene la apódosis
con la ley concerniente al punto en cuestión”
En otras palabras lo que este pasaje enseña no es que
Dios haya instaurado el divorcio sino que debido a que el pueblo de Israel
había sido rescatado de la esclavitud de Egipto ellos ya venían con las
practicas del divorcio, la poligamia (Éxodo 21:15-17) la esclavitud (Éxodo
21:1-11) que eran practicadas ampliamente en las culturas paganas y por tanto
Dios para había tenido que regularlas en su pueblo. La mayoría de estas leyes
estaban contenidas en lo que en nuestro idioma español se conoce como oraciones
subordinadas condicionales. Una oración subordinada condicional contiene una
prótasis y una apódosis.[7] Esto quiere decir que la
oración nos habla de supuestas condiciones que pueden pasar y luego nos da una
ley para saber cómo actuar en esa condición. Por ejemplo en la ley de la
poligamia Éxodo 21:15-17
“Si un hombre tiene dos mujeres, y a una
de ella la ama pero a la otra la aborrece, si
las dos le dan hijos pero el primogénito es de la aborrecida, cuando llegue el
día de repartir su herencia no podrá otorgar al hijo de la esposa amada el
derecho de la primogenitura, en perjuicio del hijo de la esposa aborrecida, que
es realmente el primogénito, sino que reconocerá como primogénito al hijo de la
aborrecida y le dará doble porción de la herencia que le corresponde a cada uno
de sus hijos. Porque ese hijo fue el primogénito que tuvo, y a él le
corresponde el derecho de la primogenitura”
Al leer este ejemplo podemos darnos cuenta del
condicional “Si” se encuentra en que si tiene dos mujeres y si las dos le dan
hijos entonces en esa situación la ley que deben aplicar es que Dios ha
revelado en su palabra. En el caso del divorcio de Deuteronomio 24:1-4 la
situación es la misma. Si es que alguien se casa con alguien y después
encuentra en ella algo indecente y la deja y luego esa mujer se casa con otro
hombre y este otro hombre la deja o muere entonces el primer hombre que tuvo no
puede volver a casarse con ella. Por tanto lo que buscaba prohibir este mandato
era la forma superficial de tratar el matrimonio y también que el primer marido
en el caso que el segundo marido muriera y la mujer quedara con herencia se
aprovechara de eso. Este pasaje no enseñaba que los hombres tenían una orden
para divorciarse sino que simplemente Dios había permitido el divorcio por
causa del pecado del pueblo. ¿Pero que los que habían interpretado los judíos
con su tradición oral? Que esto era una orden de Dios. Tanto Shammai como
Hillel habían perdido el verdadero sentido de la Escritura y habían limitado el
debate solamente a tratar de saber que es lo significa “indecente”. La palabra
“indecente” significaba la “desnudez de una cosa” algunos interpretes sostienen
que se trata una exposición indecente repetida (como coqueteo) y otros
sostienen que la palabra incluye todo tipo de impropiedad y en general describe
mala reputación.[8]
Pero como sea su interpretación el debate no puede basarse solo en una palabra
sino en entender todo el contexto del pasaje de Deuteronomio 24.
El matrimonio según las Escrituras Mateo 5:31; Mateo 19:1-12
Entonces si la interpretación del divorcio que la
tradición oral enseñaba ¿Qué es lo que Jesús realmente piensa sobre el
divorcio? Dios en su misericordia nos da otro texto en el mismo evangelio de
Mateo al cual podemos consultar para ver como Jesús responde a esa pregunta.
Mateo
19:1-3 Este pasaje es una
transición sobre que venía haciendo Jesús y lo que iba hacer. Él había estado
enseñando y curando en Galilea por dos años y ahora se iba hacia el este a las
regiones de Judea. Como siempre mucha gente seguía a Jesús por diversas razones
y entre esa multitud se encontraban los fariseos quienes se le acercaron a
preguntarle algo con mala intención. La pregunta que realizan los Fariseos
tiene todo un trasfondo conocido del debate que existía entre las escuelas de
interpretación de la época y es por eso que le preguntaban que si uno se puede
divorciar por cualquier causa.
Mateo
19:4-6 La respuesta de Jesús comienza
confrontándolos con las mismas Escrituras. ¿Ustedes son maestros de la ley y no
han leído lo que dice la Escritura? Jesús quiere ir mucho más allá de las
tradiciones rabínicas para llevarlos a las Escrituras y mostrarle el propósito
original del matrimonio. Pero ¿Qué es realmente el matrimonio? Jesús cita
Génesis 2:24 para explicarlo.
“Por
eso el hombre dejara a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán un
solo ser”
Siempre escuchaba que el matrimonio es un pacto pero
siempre me costaba encontrar una justificación bíblica sobre esta afirmación
pero cuando estudie las palabras “Dejar” y “unir” pude ver la relación pactual
de esta afirmación. La palabra “dejar” se refiere aquí y en otros lugares del
Antiguo testamento el cambio de la devoción y lealtad del individuo de una
persona o grupo (Dt 28:20; 31:16; Rut 2:11; Jer 1:16; Os 4:10) y “unir” es una
palabra de una unidad íntima y completa. La afirmación de que “serán una sola
carne” muestra la unión emocional, social y sexual que hay entre los dos. Esto
quiere decir que el matrimonio es una relación íntima y pactual delante de Dios
de vivir una vida de fidelidad, cuidado y ayuda mutua. Debido a que Dios le dio
mucha importancia al matrimonio los apóstoles también le dieron ese énfasis con
los principios bíblicos aplicados en las Escrituras. Por ejemplo Pablo escribió
acerca de los principios bíblicos para el matrimonio que puede resumirse en que
el hombre debe amar a su esposa como Cristo amo a la iglesia (Efe 5:25) y que
la mujer debe sujetarse y respetar a su esposo (Efe 5:22,33)
En las filosofías del mundo y también en algunas
iglesias se argumenta “que el amor se acabó” “Que ya no existe la misma pasión”
“Que ya no se está enamorado” y por tanto hay divorciarse. Esta idea tiene
varios errores. El primero es el concepto de amor como un sentimiento. El
segundo es pensar que “el amor murió” ya el amor no es algo que aparece de la
nada sino que es algo en lo cual se trabaja. El divorcio no aparece como una
posibilidad de un día a otro sino que se construye cuando el esposo no ama a su
esposa, es indiferente, es áspero, es insensible, es poco atento, no le sirve,
no la ayuda, no escucha, etc. De igual manera cuando la esposa no reconoce el
liderazgo de un esposo, lo llena de críticas, siempre reclama y no lo respeta
se está construyendo un futuro divorcio. ¿Estas amando a tu esposa como Cristo
amo a su iglesia? ¿Estas honrando a tu marido como Cristo honró a su Padre?
El pastor John Stott solía decir que el rechazaba
hablar con una persona acerca del divorcio al menos que estuviera dispuesto a
hablar del propósito del divorcio y la reconciliación.[9] Esto parece tener mucho
sentido con las palabras de Jesús ya que les explica a los fariseos cual era el
propósito original del matrimonio y que lo que Dios ha juntado no lo puede
separar el hombre. Para los fariseos el matrimonio se había vuelto solo un
trámite legal entre el matrimonio y el divorcio muy parecido a las personas
actuales cuando les hablas de matrimonio.
Lo que nos dice el verso 6 es aún más revelador porque
nos dice que lo que junto Dios el hombre no lo puede separar. En palabras de
Malaquías 2:16
“Porque
el Señor y Dios de Israel, el Señor de los ejércitos, claramente ha dicho que
aborrece el divorcio y a quienes encubren su iniquidad. Tengan, pues, cuidado
con su propio espíritu, y no sean desleales”
Debido al énfasis que el Señor le da al matrimonio y
estas palabras de Malaquías podemos ver que realmente Dios nunca ha deseado que
el divorcio sea una realidad en la humanidad pero debido a que vivimos en un
mundo caído el divorcio es una realidad pero que fue instaurada por Dios sino
simplemente permitida por el pecado.
Mateo
19:7-10 Los fariseos
seguramente estaban un poco sorprendidos por las respuestas de Jesus pero aun
así querían apelar a las Escrituras para tratar de demostrar que Jesucristo
estaba equivocado en lo que decía para mantener sus prácticas pecaminosas sobre
el divorcio. La pregunta que los fariseos hacían entonces era ¿Por qué Moisés
permitió el divorcio? Esta preguntaba estaba basada en el supuesto de que
Deuteronomio 24:1-4 era un mandato de Dios pero ya vimos que no es eso sino que
simplemente una forma de regular un pecado como ese. La respuesta que da Jesus
en el verso 8 es bastante clara, él lo permitió “porque ustedes tienen muy duro
el corazón”. El duro corazón de Israel se manifestó de muchas maneras cuando el
pueblo pecaba contra el Señor. Éxodo 32:9; Salmo 95:8
“El
Señor también le dijo a Moisés; Yo he podido ver que este pueblo es de dura
cerviz.
“No
endurezcan su corazón como en Meriba, como en el día de Masah, en el desierto”
La dureza del pueblo fue algo persistente y continuo ya
que desde el comienzo practicaron la idolatría, yéndose en pos de otros dioses
y por eso fueron juzgados. Primeros fueron divididos, luego llevados cautivos y
luego regresaron del cautiverio y siguieron practicando pecados que Dios
ilustro con el profeta Oseas el cual se casó con una prostituta (Oseas 1:2-7)
Después de siglos de llamarles al arrepentimiento y a obedecer sus mandatos nos
encontramos con una imagen sorprendente en Jeremías 3:6-8
“En
los días del rey Josías el Señor me dijo: ¿Has visto lo que ha hecho la rebelde
Israel? ¡Va y se prostituye en lo algo de cualquier monte, o a la sombra de
cualquier árbol frondoso! Yo pensaba que, después de todo eso, se volvería a
mí; pero no fue así. Esto lo vio su hermana, la rebelde Judá; vio que yo había despedido
y repudiado a Israel por su infidelidad y sus prostituciones. Pero tampoco ella
tuvo temor, sino que con la misma rebeldía de su hermana, fue y se prostituyo”
Dios está hablando de que debido a insistente
fornicación espiritual de Israel Dios le da la carta de repudio (divorcio) Por
supuesto esta imagen no dice que Dios abandona a su pueblo para siempre pero si
muestra que la persistente practica de fornicación espiritual en este caso
puede traer consecuencias. Tenemos también el caso en el cual Dios ordeno el
divorcio a través del sacerdote Esdras debido que ponía en riesgo la existencia
del pueblo debido a mezclarse con otros pueblos (Esdras 10: 3-5) Estos dos
ejemplos no muestran que Dios no odia el divorcio pero si muestran que hay
casos excepcionales debido a la dureza pecaminosa de los hombres. Esto nos
lleva a los siguientes y últimos versículos a tratar.
La cláusula de excepción Mateo 5:32; Mateo 19:9
Lo que nos dice esto dos versículos es conocida como
la cláusula de excepción debido a que solamente el evangelio de Mateo nos deja
esta cláusula pues los pasajes paralelos acerca del divorcio en los otros
evangelios solo nos muestran que aquel que se divorcia de su esposo (a) y se
casa con otro comete adulterio (Mc 10:11-12; Lc 16:18) Esta cláusula tiene
varios debates involucrados entre los comentaristas cristianos. La primer
debate es que hay algunos cristianos que interpretan este pasaje diciendo que
la “fornicación” aquí se refiere al periodo de desposorio que tuvo José y María
y por lo cual podrían haberse “divorciado” antes de casarse[10] (Mt 1:18-25) Esta
posición tiene un problema. El problema es que la palabra griega que se usa
aquí tiene que ver siempre con el divorcio y no con el desposorio judío. Además
el trasfondo del pasaje no tiene que ver con desposorio pues trata con
Deuteronomio 24 que tiene que ver directamente con la concesión del divorcio y
no con compromiso[11]. Los judíos parecen
entender claramente que Jesús habla de matrimonio y no del desposorio, por
tanto hacer un paralelo total entre estos dos pasajes no es correcto.
El segundo debate es parecido al primero pero solo se
enfoca en una palabra y dicen que la palabra “fornicación” aquí se refiere al
sexo antes del matrimonio[12].El primer problema con
esta posición es que no se ajusta al contexto del pasaje el cual está hablando
de matrimonio. En segundo problema es que la mayoría de los comentaristas opina
que limitar el sentido de fornicación al sexo antes del matrimonio no es
adecuado, sino más bien se refiere a todo tipo de inmoralidad sexual[13]
El tercer debate tiene que ver con aquellos que
afirman si incluso Jesús permitió el divorcio esto no significaría un nuevo
matrimonio. Esta fue la posición de la mayoría de los padres de la iglesia con
pocas excepciones hasta la época de la Reforma donde esto cambió radicalmente.
Esta posición tiene dos problemas. La primera es que aquellos que afirman esto
deben demostrar a la luz del contexto del primer siglo que la palabra
“divorcio” no se entendía como algo que incluyera nuevo matrimonio. Craig
Keener escribe[14]:
“Que
Jesús podría redefinir el “divorcio” si quisiera hacer, como sugiere Gordon, no
está en duda; pero el hecho de que pudiera hacerlo difícilmente prueba que lo
hizo. De hecho, a menos que deseemos convertir toda la Escritura en una
confusión léxica, la carga de la prueba debe recaer en aquellos que defienden
significados de palabras nuevas, y no creo que se haya ofrecido tal prueba. Sin
pruebas convincentes, no podemos hacer que la cláusula de excepción signifique
algo distinto a lo que significaría en fuentes antiguas”
En segundo lugar poner como prueba a los padres de la
iglesia como un argumento concluyente es difícil porque los mismos padres de la
iglesia tuvieron muchas enseñanzas inclinada al ascetismo y contraria al
matrimonio. Nuevamente Craig Keener escribe[15]:
“Respeto
mucho a los padres de la iglesia y aprendo de su sabiduría siempre que sea
posible, pero este es uno de los casos en que una apelación a ellos es
vulnerable…El pastor de Hermas, una obra que influyo mucho en las
interpretaciones posteriores refleja una corriente de ascetismo que va más allá
del testimonio apostólico; él prefiere la soltería célibe después de la viudez
e introduce la penitencia… Agustín dejo a su concubina, la madre de su hijo y
rompió un compromiso para seguir ese ideal. Tales desarrollos reflejan el
aumento generalizado del ascetismo sexual en la antigüedad tardía”
Lo que veo que Jesús está diciendo en este texto es lo
siguiente. Que cualquiera que se divorcia por razones diferentes a la de la
inmoralidad sexual y se vuelve a casar estaría cometiendo adulterio
permanentemente en una nueva relación. Por tanto las únicas razones para que
una persona se vuelva a casar son dos. La primera es que el conyugue de la
persona muera en lo cual todos los cristianos estamos de acuerdo. 1 Corintios
7:39
“De
acuerdo con la ley, la mujer casada está ligada a su esposo mientras este vive,
pero si su esposo muere queda en libertad de casarse con quien quiera, con tal
que sea en el Señor”
La segunda es que cristiano se puede divorciar por
infidelidad sexual y volverse a casar en la cual no todos los cristianos
estamos de acuerdo.
[1] https://www.latercera.com/noticia/chile-aun-existe-la-nulidad/
[2] https://www.emol.com/noticias/Nacional/2017/08/11/870529/Explosivo-aumento-en-Chile-de-divorcios-en-matrimonios-que-duran-5-anos-o-menos.html
[3] https://www.legacy.com/obituaries/bostonglobe/obituary.aspx?n=armand-m-nicholi&pid=185904319&fhid=6713
[4] John MacArthur Comentario a Mateo.
Página 389.
[5] Craig Keener. Comentario cultural
del Nuevo testamento.
[6] Keil y Delitzsch. Comentario al
texto hebreo del Antiguo testamento. Página 529.
[7]http://www.selectividad.tv/S_L_2_2_25_S_protasis_apodosis._oraciones_subordinadas_condicionales..html
[8]John MacArthur Comentario a Mateo.
Página 391
[9] John Stott. El sermón del monte.
Página 111.
[10] https://www.desiringgod.org/articles/on-divorce-and-remarriage-in-the-event-of-adultery?lang=es
[11] John Macarthur. Comentario a Mateo. Página
399.
[12]https://www.desiringgod.org/interviews/does-the-bible-allow-for-divorce-in-the-case-of-adultery?lang=es.
https://www.desiringgod.org/articles/on-divorce-and-remarriage-in-the-event-of-adultery?lang=es
[13] Los
clásicos John Gill Calvino y John Calvino. William Hendriksen. Comentario a
Mateo. Página 231. Comentario Mundo Hispano a Mateo. Página 67. Donald Carson. El sermón del monte. Página
58. John Stott. El sermón del monte. Página 110.
[14] Mark L. Strauss y Paul E. Engles
editores. Remarriage After Divorce Three Views In Today Church. Página 46.
[15] Mark L. Strauss y Paul E. Engles
editores. Remarriage After Divorce Three Views In Today Church. Página 45.
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