La caída[1]
Dios había creado todo bueno y perfecto para que el
hombre lo administrara pero debido al pecado todo lo que Dios había hecho
perfecto se corrompió con el pecado. Eugene Peterson dice: “Ha ocurrido una
catástrofe. La continuidad con nuestro buen inicio se ha roto; hemos sido
separados de ello a causa de un desastre. Por tanto, también hemos sido
separados de nuestro buen final. En otras palabras, estamos en medio del
desastre[2]”. Estas palabras de
Peterson describen bien lo que significa la entrada al pecado a este mundo, un
desastre en todo sentido. Nuestra relación con Dios, con el prójimo y con la
misma creación se ve afectada por causa del pecado.
Teología bíblica de la
caída
El
Dios trino permitió la caída. Si
las Escrituras nos dicen que Dios sabe todo, es santo, sabio y todopoderoso no
podemos pensar que él no sabía acerca de la caída. Por tanto ¿Cómo debemos
interpretar la caída del hombre? En la teología reformada se ha interpretado
como que Dios permitió la caída pues era parte de su decreto soberano[3] (Rom 11:32-34) No podemos
saber las razones por las cuales Dios permitió esto pero si sabemos que todo lo
que hace el Señor lo hace para su gloria. Otra cosa que las personas preguntan
continuamente sobre la caída es porque si Dios creo todo bueno para el hombre
porque al mismo tiempo puso en el jardín “el árbol del conocimiento del bien y
el mal” (Gen 2:9) Pero todas estas preguntas están más allá de nuestro alcance
y solo podemos decir que son parte del decreto secreto de Dios (Dt 29:29) Lo
que sí sabemos es que Adán y Eva eran responsables de obedecer a Dios en su
mandato y no lo hicieron (Gen 2:15) En las Escrituras podemos ver que Dios
permite el pecado en el mundo, pero que sin embargo es controlado por él y
guiado para sus fines santos (Gen 50:20; Hechos 2:23) Por tanto podemos
concluir que Dios permitió la caída pero eso no hace responsable a Dios de la
caída sino que el hombre es responsable por ello (Isa 6:3; Apo 4:8)
La
Caída vino por las mentiras de Satanás y la libertad del hombre de pecar. Satanás
es descrito como el padre de mentiras (Jn 8:44) debido a que es experto en
mentir y llevar a los hombres al pecado. Dios había hecho todo perfecto para el
hombre pero Satanás puso en duda la palabra de Dios distorsionando su sentido
(Gen 3:1) Otra mentira que Satanás uso después que ya había sembrado la duda en
el corazón de Eva fue contradecir directamente la palabra de Dios (Gen 3:4-5) Esto
llevo a que Eva viera “bueno”, “apetecible”, “codiciable” (Gen 3:6) Dios le
había dado un mandato a Adán el cual le decía que podía comer todo árbol del
jardín menos del conocimiento del bien y el mal (Gen 2:15) esto supone que el
hombre tenía la libertad para obedecer o para desobedecer. El hombre decidió
libremente ir contra la palabra de Dios y creerle a Satanás. Esta es la misma
manera la cual nosotros experimentamos el pecado. Al principio comenzamos a no
creer en la palabra de Dios (no intelectualmente sino en los actos) luego
escuchamos los deseos de nuestro corazón (mas el sutil murmullo de Satanás)
para luego ver el pecado como algo “bueno”, “apetecible” y “bueno” (Stgo
1:14-15) Similar al jardín del Edén nosotros tenemos la gracia de Dios dada
para no pecar, pero debido a seducción del pecado de nuestro corazón pecamos
libremente contra Dios (Jn 1:8)
La
caída afecto la relación del Dios trino con el hombre. Dios y el hombre tenían una relación de comunión
perfecta pero por causa del pecado esta relación se rompió. Después del pecado
de Adán y Eva se dieron cuenta que estaban desnudos y quisieron taparse (Gen
3:7) De allí que ver la desnudez de otra persona se vuelve pecaminosa debido al
pecado del corazón (Lev 18:7-19) también cuando Adán y Eva pecaron huyeron de la
presencia de Dios porque tuvieron miedo (Gen 3:8-9) En las Escrituras vemos que
en cada ocasión que la presencia de Dios se acercaba a los hombres ellos tenían
miedo (Exo 20: 18-19; Jue 13:22; Isa 6:5) y la razón porque Dios es santo y
ahora el hombre es pecador ya no hay una comunión entre ambos. Pero no fue
solamente Adán y Eva sino que toda la humanidad cayo en el (Rom 5:12; 1 Cor
15:21-22) Por tanto ahora los hombres nacen en pecado (Sal 51:5; 58:3) con un
corazón inclinado al mal (Jer 17:9; Rom 3:9-18) muertos y ciegos
espiritualmente (Efe 2:1-3; 2 Cor 4:4) enemistados con Dios (Rom 5:10) y con el
deseo natural de no obedecer la ley de Dios (1 Tim 1:9-11) Por tanto seres
humanos caídos estamos en contante guerra contra el creador y eso se puede
expresar en palabras (decir blasfemias contra Dios) actos (vivir contrario a la
voluntad de Dios) y nuestro destino final es la muerte física y espiritual (Gen
2:17; 3:19)
La
caída afecto el propósito del hombre en la tierra. Dios había creado al hombre a “imagen y semejanza” y
le había dado un propósito al hombre que era “gobernar la creación” para la
gloria de Dios (Gen 1:26-28) pero debido al pecado ese propósito ha quedado
distorsionado. Después de la caída el mandato de fructificarse seria reafirmado
en las Escrituras (Gen 9:1-2; Sal 127:3-5) pero debido al pecado para la mujer
tener hijos va ser un proceso doloroso que incluso en ocasiones incluye la
muerte (Gen 3:16; Gen 35:16-19) En el caso del hombre el propósito de gobernar
la creación se va convertir en algo difícil debido al pecado (Gen 3:17-19) y en
muchas ocasiones buscara no la gloria de Dios sino su propia gloria (Gen 11:4).
El pecado lo que hizo fue distorsionar la imagen y semejanza y ahora lo hombres
buscan un propósito por el cual vivir pues aunque tienen la “Imagen de Dios”
pero distorsionada por el pecado y en vez de glorificar a Dios se enfocan en
“sus propias metas, sueños y deseos” pero jamás encuentran satisfacción en eso.
San Agustín[4]
dijo: “Nos creaste para ti y nuestro corazón andara siempre inquieto mientras
no descanse en ti”.
La
caída afecto la relación del hombre con su prójimo. La relación entre Adán y Eva era perfecta en el Edén
(Gen 2:23-24) pero debido a la caída esta relación se vio afectada. Adán culpa
a Eva por su pecado y Eva culpa a la serpiente por su pecado pero ninguno de
los dos admite su culpa. Esto ya muestra el patrón de culparse al uno al otro
en las relaciones (Gen 3:11-13) Las relaciones con el prójimo se ven afectadas
por el pecado. Por ejemplo debido al pecado se asesina al prójimo (Gen 4:8; 1
Rey 21:19) se cometen pecados sexuales contra el prójimo (Gen 19:5; 34:2) se
roba al prójimo (Prov 11:1; 20:10;) se da falso testimonio contra el prójimo (Mt
26:59-60; Col 3:9-10) no se tiene misericordia con el prójimo (Lev 19:9-10; Luc
10:25-37) Si uno analiza cada relación rota en nuestro mundo, todas estas
relacionadas al pecado que habita en el corazón de los seres humanos. Sin
embargo no hay olvidar la observación de Albert Wolters acerca de la esencia de
la creación[5].
“La
prostitución no elimina la bondad de la sexualidad humana; la tiranía política
no puede borrar la estructura del estado como decreto divino; la anarquía y el
subjetivismo de mucho del arte contemporáneo no puede arrasar con la
legitimidad creacional propia del arte. En suma, el mal no tiene la capacidad
de frustrar la firme fidelidad de Dios a la obra de sus manos”
La
caída afecto la relación del hombre con la creación. Dios había creado todo “bueno” y por tanto reflejaba
la belleza, bondad y sabiduría del Señor (Gen 2:8-14) Pero debido a la caída
esa belleza ha sido manchada con el pecado. La tierra ha quedado maldecida por
el pecado y ya no es abundante todo el tiempo sino que en ocasiones hay espinos
y cardos (Gen 3:17-18) Debido al pecado en ocasiones hay hambrunas (Gen 12:10;
41:53-57; Rut 1:1; Dt 28:48) temblores (1 Sam 14:15; Hechos 16:26) sequias (1
Rey 17:1; Hageo 1:11) Las flores se marchitan (Job 14:2; Isa 40:8) los animales
son violentos con los seres humanos (1 Sam 17:46; 2 Rey 2:23-25) Todos estos
“desastres naturales” son consecuencia de la caída y pueden ser usados por Dios
soberanamente para sus propósitos. Por tanto cada vez que veamos un “desastre
natural” podemos saber que esto sucede porque el mundo está bajo maldición
debido a la caída.
La
caída responde las preguntas del mal en el mundo. Hay preguntas que la humanidad siempre ha tenido y que
solo la doctrina de la caída las responde realmente. ¿Por qué nos gusta tanto
hacer lo prohibido? ¿Por qué parecemos como seres humanos confundidos en el
propósito de la vida? ¿Por qué las relaciones entre los seres humanos son
difíciles? ¿Por qué existe “desastres naturales” en el mundo? ¿Por qué tanta
gente se muere de hambre en el mundo? ¿Por qué no podemos ser más solidarios y
ayudar al prójimo? Son respondidas por la caída.
[1] Herman Bavinck. Dogmatica Reformada.
Volumen 1. Albert Wolters y Michael Goheen. La creación recuperada. Capítulo 3.
La caída. Brian J. Wash. J. Richard Middeton. La visión transformadora.
Capítulo 2 La cosmovisión bíblica. John Macarthur. Principios para una
cosmovisión bíblica.
[2] Michael Goheen. La verdadera
historia del mundo. Página 21.
[3] Confesión Bautista 1689. Capítulo 5.
Punto 4.
[4] https://es.aleteia.org/2017/07/03/11-frases-de-san-agustin-para-buscar-a-dios/
[5] Albert Wolters y Michael Goheen. La
creación recuperada. Página 101.
0 comentarios:
Publicar un comentario