En la
historia de la humanidad han existido muchos momentos en donde se han violado
los “derechos humanos” de las personas en guerras, asesinatos, persecuciones
etc. Es por eso que en Abril del año 1945 se reunieron 51 delegados de
distintas naciones para formar lo que se conoce como las “Naciones Unidas[1]”. Tres años después de la
formación de esta organización mundial la comisión redacto un documento
conocido como la “declaración universal de los derechos humanos[2]”. Esta declaración buscaba
que las personas fueran respetadas en su dignidad, derechos, libertad y
seguridad. Articulo 1 y 3[3]
“Todos los seres humanos nacen libres e
iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente
los unos con los otros”
“Toda individuo tiene derecho a la vida, a
la libertad y a la seguridad de su persona”
Podemos
decir que estos derechos como libertad, dignidad, derechos, libertad y
seguridad son buenos porque tienen gran influencia del cristianismo aunque no
lo reconozcan pero a la vez podemos decir que aunque es una declaración
internacional ella no es obedecida en todo el mundo y nunca lo será debido a
que vivimos en mundo caído donde se cometen todo tipo de injusticia. En la historia
de nuestro país hemos enfrentado momentos en donde los derechos humanos han
sido violados por diversos sectores políticos pero que en la actualidad se han
transformado en un discurso recurrente de las personas para avalar sus
“derechos humanos”. Por ejemplo cuando se discute sobre el aborto se usan los
“derechos humanos de la mujer” para argumentar, cuando se discute el matrimonio
homosexual o la adopción homosexual se usan los “derechos humanos” para
argumentar tal parece que poner cualquier discusión en “derechos humanos” se
convierte en una mantra con la cual toda discusión se termina. Esta tendencia
de convertir todo en derechos humanos se ve con claridad en la vida de las
personas las cuales siempre están reclamando “sus derechos”. Si hasta tenemos
un cristianismo formado por esta mentalidad que “declarada” y “decreta” sus
derechos como hijo de Dios. Pero como siempre el cristianismo es contrario a
las enseñanzas del Mundo Jesús nos mostrara por medio de estas enseñanzas que
no se trata de “nuestros derechos” sino se trata de la “negación de ellos” para
vivir conforme a su voluntad. Para interpretar correctamente los pasajes que
siguen hay que recordar que Jesús no había venido abolir la ley o los profetas
sino a cumplir. Él había venido a decirle a sus seguidores que él esperaba una
justicia en ellos mayor que la de los fariseos y escribas (Mt 5:17, 20) esa
justicia era la del corazón. Por eso no era suficiente la obediencia de la ley
de forma externa, sino que era necesaria la obediencia del corazón (Mt 5:22,
28, 32, 34)
Ojo por ojo diente por diente;
No resistan al que es malo. Mateo 5:38-39
Al
igual como en las otras ocasiones Jesucristo quiere corregir lo que las
personas han “oído” respecto a la interpretación de la ley de Dios que los
rabinos han trasmitido al pueblo. Los rabinos habían enseñado que se debía
pagar “ojo por ojo y diente por diente” los ataques personales que se hacían
contra las personas pero ¿Enseñaba esto esté versículo? Este texto se encuentra
tres veces en el Antiguo testamento en Éxodo 21:23-25; Levítico 24:19-20;
Deuteronomio 19:21
“Pero en caso de muerte, se pagara vida
por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura
por quemadura, herida por herida, golpe por golpe”
“Al que hiera a su prójimo se le infligirá
el mismo daño; rotura por rotura, ojo por ojo, diente por diente. Según el daño
que cause a otro, será el daño que recibirá”
“No tengas compasión de nadie. Vida por
vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie”
¿Qué
significaban estos pasajes? Si uno revisa el contexto de cada uno de estos
pasajes se dará cuenta que estos mandatos no fueron dados para la venganza
personal sino que fueron dados para impartir justicia por medio de los jueces a
la hora del castigo justo. Dios había dado estos mandatos exactamente porque el
riesgo de la venganza personal es algo muy vivo en el corazón de los seres
humanos caído debido al pecado que vive en nosotros. La venganza personal
estaba condenado en las Escrituras. Levítico 19:18; Proverbios 20:22
“No te vengues, ni guardes rencor contra
los hijos de tu pueblo”
“Nunca digas: ¡me voy a vengar! Mejor deja
que el Señor lo haga por ti!
Por
tanto los rabinos habían tomado esta parte de la ley y la habían distorsionado
complemente de su sentido original para avalar la venganza personal. Es
interesante que aun algunas personas en nuestra sociedad usen este versículo
para justificar la venganza personal. Ahora hay que recordar que el Nuevo
testamento sigue el mismo parámetro ya que Dios nos prohíbe vengarnos
personalmente pero deja que el gobierno civil pueda dar el pago adecuado al
castigo. Romanos 12:19; Romanos 13:4
“No busquemos vengarnos, amados míos.
Mejor dejemos que actué la ira de Dios, porque está escrito: “Mia es la
venganza, yo pagare dice el Señor”
“Pues la autoridad está al servicio de
Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, entonces si debes temer, porque no
lleva la espada en vano, sino que está al servicio de Dios para darle su
merecido al que hace lo malo”
Esta distinción
que hace las Escrituras entre el no vengarse personalmente y la responsabilidad
del gobierno civil que tiene de castigar al malo debe mantenerse para que no
caigamos en errores de interpretación como lo hizo el famoso escritor ruso León
Tolstoi (1828-1910) el cual interpreto todos estos mandatos como un llamado al
pacifismo en donde no resistir al malo significaba que no existieran soldados,
policías, jueces porque no debíamos resistirnos al mal.[4] En otras palabras que si
alguien hace un mal contra mi o contra otro debo simplemente dejarlo porque no
debo resistir al malo y poner la otra mejilla. Esta es sin duda una mala
interpretación del pasaje al cual nos estamos refiriendo. Porque si por ejemplo
yo soy alguien de las fuerzas armadas y uso armas si la ley de mi país lo
permite y veo a alguien que está haciendo el mal es mi responsabilidad moral ante
Dios actuar frente a esta persona porque eso es amar al prójimo. De igual
manera si soy una persona común y corriente y veo que le están haciendo daño a
otra persona o alguien de mi familia es mi responsabilidad moral ante Dios
protegerla porque eso es amar al prójimo. Lo que Jesucristo quiere enseñarnos
aquí es buscar renunciar a nuestros propios derechos, prestigio, intereses o
dignidad. Es un llamado a la renuncia del “yo”.
Renunciando a mi dignidad
Mateo 5:39
Como
en las ocasiones anteriores Jesucristo corrige la interpretación de los rabinos
diciendo que “Pero yo les digo: No
resistan al que es malo” (RVC) Pero yo digo: No resistan a la persona mala
(NTV) Pero yo les digo: No resistan al que le haga mal” (NVI). Jesús siendo
el Dios encarnado tiene la autoridad para hacer esto (Mt 5:28-29) Lo primero
que le dice Jesús es que no resistamos al malo en el sentido de vengarnos en
nuestros conflictos personales que era como los fariseos interpretaban estos
pasajes. Jesús no está enseñando que no nos opongamos al mal como interpretaba
Tolstoi pues Jesús se opuso al mal que se practicaba en el templo (Mt 21:12: Jn
2:15) Pablo se opuso a la hipocresía de Pedro (Gal 2:11) los miembros de la iglesia deben oponerse al
pecado reprendiéndole o excomulgando de la iglesia (Mt 18:15-17; 1 Cor 5:13) y
el gobierno civil debe oponerse al mal castigándolo (Rom 13:4; 1 Ped 2:13-14) Por
tanto es obvio que no se refiere a resistir a todo el mal lo cual sería
impracticable en la realidad.
Jesús
para ilustrar su punto usa una ilustración que para los judíos del primer siglo
tendría un claro sentido para ellos. Para los judíos un golpe en la mejilla era
un algo insultante y humillante que atentaba contra la dignidad de las personas
(Mt 26:67-68; Mc 14:65; Jn 18:22) En una cultura donde el “honor y la
vergüenza” eran los valores máximos, la abofeteada en el rostro era la máxima
vergüenza contra la persona y el trato más despreciable que se le podía dar[5]. Recordemos además que la
parte “derecha” para los judíos era la parte más importante del cuerpo que
ellos consideraban (Mt 5:30) Por tanto Jesús está diciendo que “si alguien
quiere humillarte, despreciarte, tratar indignamente deja que lo haga, no solo
una vez sino dos veces”. El escuchar esto de Jesús debe haber sido algo que
dejo totalmente sorprendidos a los discípulos que escuchaban. Un ejemplo de
ello fue un evangelista llamado Billy Fray el cual siendo minero borracho y
dado a la vida desenfrenada se convirtió al Señor y cuando un hombre que odiaba
a Billy sabiendo que se había convertido se acercó a Billy y lo golpeo y Billy
simplemente no reacciono y dijo “Que Dios te perdone como yo te perdono” esto
haría reflexionar al hombre y finalmente se convertiría al Señor. Otro ejemplo
podemos verlo en el caso en el misionero Hudson Taylor estando a la orillas del
rio le hizo señas a un bote para que lo llevara. En el bote había un hombre que
no reconoció a Hudson y cuando el barco se estaba acercando lo empujo
fuertemente y el cayo al barro. Hudson sin problemas se puso de pie y se subió
al bote. Luego que aquel que lo había empujado reconoció que era Hudson se sorprendió
mucho que él no haya hecho nada en su contra él y eso llevo a Hudson a
explicarle lo que hay en el para poder comportarse de esa manera.[6] ¿Reaccionaríamos de la
misma manera nosotros? ¿Seriamos capaces de realmente poner la otra mejilla en
casos como estos? Los psicólogos dicen que la dignidad tiene relación con el
“reconocimiento social, el autoestima, el respeto y la imagen propia.[7]” Con esto en mente podemos
preguntarnos ¿Qué sucede en tu corazón cuando el reconocimiento social con
otros es menguado o excluido? En otras palabras ¿Cuándo no eres aceptado en un
grupo por supuestamente ser liberal o legalista? ¿Qué sucede en tu corazón
cuando sientes que otra persona ha distorsionado “tu imagen” o tus palabras
diciendo cosas que realmente no eres? ¿Te ofende? ¿Qué sucede en tu corazón cuando te miran en
menos, te miran como poco inteligente, hábil, capaz? ¿No es cierto que nos
sentimos atacados? ¿No es cierto que nos sentimos menospreciados? ¿Y qué
pasaría si Cristo nos dice: deja que esto sucede no solo una vez, sino dos
veces? ¿Estarías dispuesto? Sino es así ¿Por qué no? ¿Qué hay en tu corazón?
¿Por qué proteges tanto tu dignidad? ¿No será que acaso tú “dignidad” descansa
en obra tuyas y no en la obra de Cristo?
Renunciando a mis derechos
Mateo 5:40
El
segundo ejemplo de Jesús habla de quien quiera probar pleito por quitar la
túnica hay que dejarle igual la capa. Este ejemplo nos habla de que las
personas en el Imperio romano tenían una prenda interior (la túnica) y una
prenda exterior (la capa) y que el pleito por cualquiera de ellas conducía al
reclamo legal[8].
Las mismas Escrituras hablaban de esto. Éxodo 22: 26-27
“Si recibes como prenda el vestido de tu
prójimo, deberás devolvérselo al ponerse el sol. Porque ¿Cómo podrá dormir, si
eso es lo único que tiene para cubrirse? Y si el me pide ayuda, yo lo atenderé,
porque soy misericordioso”
Aquí
Jesús no está pensando en un robo de la ropa sino que cuando una persona debía
dinero y no tenía con que pagar el tribunal pedía que se pagara con ropa. El
tribunal podía exigir que dejara la
túnica pero no podía pedir que también dejara la capa, pero si alguien
estaba realmente preocupado por no dejar con resentimientos a su adversario
(por no poder pagar la deuda) era capaz de dejar la capa de forma voluntaria.
Lo que Jesús está diciendo es que hay ocasiones en los cuales hay que renunciar
a tus derechos con tal de glorificar a Dios. Hay que tener claro que Jesús no está
diciendo que debes renunciar todo el tiempo a tus derechos pues hay ocasiones
en los cuales debes usarlo por el bien del reino de Dios. Por ejemplo el
Apóstol Pablo uso su derecho de ciudadanía romana para predicar el evangelio
(Hechos 16:37) como también en otras ocasiones se negó a usar su derecho de ser
sostenido por los hermanos para no provocar problemas (1 Cor 9:12) Pablo trata
un asunto similar entre los hermanos de Corinto donde varios se estaban acusando
unos a otros en los tribunales romanos reclamando sus derechos a lo que el
Apóstol escribe. 1 Corintios 6:7
“Sin duda, ya es bastante grave que haya
pleitos entre ustedes. ¿No sería mejor pasar por alto la ofensa? ¿No sería
mejor dejar que los defrauden?
Tienen
razón en que tienen derechos y que la otra persona puede estar equivocada pero
en este caso en donde el testimonio del evangelio está en juego ¿No será mejor
simplemente renunciar a tus derechos? Esto suena radical a nuestra mentalidad
de “tienes derechos” pero pensemos en el ejemplo del misionero norteamericano
Jim Eliott[9]. Jim Eliott fue un
misionero que junto a otros hermanos fueron a la selva de Ecuador para predicar
el evangelio al pueblo Huaorani. Como norteamericanos ellos usaban armas y podían
usar el derecho de defenderse en el caso de un ataque del pueblo indígena, pero
ellos desde el principio decidieron no hacer eso sino solamente disparar para
asustarlos. Ellos fueron cruelmente asesinados por ellos dejando de lado no solo
su derecho a la defensa propia sino su propia vida por predicar el evangelio. ¿Seriamos
capaces de renunciar a todos nuestros derechos por predicar el evangelio? ¿Hay
algún derecho como la propiedad, la seguridad, la estabilidad, la comodidad que
defendamos tanto que no seriamos capaces de abandonar por el evangelio? Una de
las cosas que no pensamos comúnmente es que los apóstoles se presentaban como
“esclavos de Cristo” (Rom 1:1) Esto quiere decir que nosotros como cristianos
somos esclavos del Señor. Somos esclavos por amor de su gran bondad y
misericordia. ¿No debería llevarnos eso a querer estar más aferrado a la gracia
del Señor?
Renunciando a mi libertad
Mateo 5:41
El
tercer ejemplo de Jesús habla de que si alguien te obliga a llevar una carga
una milla vayas dos millas. Este ejemplo tenía relación con que los soldados
romanos tenían el derecho legal de poder pedirle a las personas llevar cosas o
incluso trabajar sin pagarles[10]. La medida de una milla
equivale a más o menos un kilómetro, es por eso que algunas versiones de la
Biblia traducen como “kilometro” (NVI; NTV) El ejemplo de esto lo vemos cuando
Simón de Cirene es obligado a llevar la cruz de Jesús (Mt 27:32; Mc 15:21) El
principio aquí es que debes estar dispuesto a renunciar a tu libertad para hacer
más de lo que la ley obliga sino hacer más de lo que ella pide. Los judíos de
aquella época entendían con claridad el mensaje de Jesús ya que muchos de ellos
apenas podían soportar las leyes romanas y más bien habían grupos
revolucionarios que querían destruir al imperio romano por considerarlo pagano.
Pero Jesús estaba diciéndoles que no solamente obedecieran las leyes romanas
sino que además hicieran mucho más allá de ellas. Un escritor cristiano anónimo
escribió una carta conocida el día de hoy como la “carta a Diogneto” en donde
resume como los cristianos vivían bajo las leyes de la época de forma ejemplar[11].
“Obedecen las leyes establecidas, y
sobrepasan las leyes en sus propias vidas. Aman a todos los hombres, y son
perseguidos por todos. No se hace caso de ellos, y, pese a todo, se les
condena. Se les da muerte, y aun así están revestidos de vida”
Los
cristianos no debemos ser conocidos por ser personas contenciosas contra las
leyes de los países, no debemos simplemente obedecer las leyes a regañadientes
sino que debemos hacerlo por amor al Señor. También nuestra libertad se pone a
prueba cuando no solo debemos llevar nuestras cargas sino también la de
nuestros hermanos como Pablo nos escribe en Gálatas 6:2
“Sobrelleven los unos las cargas de los otros,
y cumplan así la ley de Cristo”
El
llevar la carga del hermano requiere tiempo, paciencia, acompañamiento y por
tanto renunciar a tu “libertad”. ¿Estarías dispuesto a renunciar a tu
“libertad” por llevar la carga del hermano? Hay otras ocasiones en donde tu
libertad cristiana debe ser usada con cuidado para no ofender a otros hermanos
(Rom 15:1-2) ¿Estarías dispuesto a esto o prefieres enfatizar tu libertad
cristiana y sin considerar el daño contra tus hermanos?
Renunciando a mis posesiones
Mateo 5:42
El
cuarto ejemplo de Jesús tiene que ver con que quien pida hay que darle y quien
pida prestado no hay rehusárselo. Las Escrituras tenían varios mandatos de dar
a los necesitados y de no cobrarle intereses por la ayuda. Deuteronomio 15:7-11
“Cuando en alguna de tus ciudades, en la
tierra que el Señor tu Dios te da, alguno de tus compatriotas se encuentre
necesitado, no endurezcas tu corazón ni aprietes el puño para no ayudar a tu
compatriota pobre. Al contrario, abre tu mano con generosidad y préstale lo que
le haga falta. Ten cuidado de no abrigar en tu corazón pensamientos perversos,
ni digas: Ya está cerca el año séptimo, el de la condonación de deudas”, y veas
con malos ojos a tu compatriota necesita y no les des; porque el podrá clamar
al Señor y este pecado contara contra ti. No dejes de darle, ni seas mezquino
de corazón cuando les des, porque por ello el Señor tu Dios te bendecirá en
todo lo que hagas y en todo lo que emprendas. En la tierra nunca faltaran
menesterosos; por eso yo te ordeno que abras tu mano y ayudes en tu tierra a
tus compatriotas, y a los pobres y necesitados”
La ley
exigía que debíamos darle a los necesitados pero el punto de Jesús aquí iba más
profundo, iba al corazón de la actitud de dar. Debemos dar no solo por
obligación sino que debemos dar con gozo en el corazón para quienes lo
necesiten. Por supuesto no significa que debemos dar a todas las personas sin
analizar cada situación. El teólogo Donald Carson cuenta como él conocía a un
estudiante de la universidad de Cambridge quedo en la quiebra porque tomo este
mandamiento sin pensar en cada caso en el cual daba, así que muchas personas le
fueron a pedir porque él decía que simplemente cumplía el mandato de Jesús.[12] Debemos ser cuidadosos
con interpretar el pasaje de estas maneras absurdas que lleven a destruir
nuestra vida y de nuestra familia. El punto de Jesús aquí es ¿Te cuesta dar?
¿Te cuesta ayudar al prójimo o a los pobres de la iglesia? ¿Te cuesta ofrendar
con un corazón alegre? ¿Das como los fariseos o como la viuda pobre? Conozco a
cristianos que enfatizan tanto la propiedad privada que pareciera que sus
posesiones son todo para ello pero ¿Quién te dio las posesiones que tienes? ¿No
es acaso Dios? ¿Y que si Dios nos manda a dar todo lo que poseemos para él? ¿Lo
haríamos? El famoso George Mueller solía decir: “Hubo un día en que morí
totalmente a George Mueller y sus opiniones, sus preferencias, sus gustos su
voluntad. Morí al mundo, a su aprobación y censura. Morí a la aceptación o la
culpa, incluso de mis hermanos y amigos. Y desde entonces he estudiado
solamente para mostrarme aprobado por Dios[13]” ¿Tienes tú la misma
actitud ante las posesiones y todo lo que eres?
Cristo renuncio a su dignidad,
derecho, libertad y posesiones por amor
Una de
las cosas sorprendentes del evangelio es que el mismo Salvador renuncio a su
dignidad, derecho, libertad y posesiones por amor al Padre y a sus escogidos. Esto
lo podemos ver durante todo su ministerio en la tierra y que queda
perfectamente resumido por el Apóstol Pablo en Filipenses 2:5-11
“Que haya en ustedes el mismo sentir que
hubo en Cristo Jesús, quien, siendo en forma de Dios, no estimo ser igual a
Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo y tomo forma de
siervo, y se hizo semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre,
se humillo a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Por lo cual Dios también lo exalto hasta lo sumo, y le dio un nombre que es
sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los
que están en los cielos, y en la tierra, y debajo del a tierra; y toda la
lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios el Padre”
Si
renunciamos a nuestra dignidad no es que perdemos nuestra dignidad sino que la
encontramos en Cristo. Si renunciamos a nuestros derechos no es que lo perdemos
sino que lo encontramos en Cristo. Si renunciamos a nuestra libertad no es que
la perdamos sino que la encontramos en Cristo. Si renunciamos a nuestras
posesiones no es que la perdamos sino que la encontramos en Cristo. ¿Estás
dispuesto a abandonarte? ¿A dejar todo por Cristo? Es por eso que el llamado de
Cristo sigue siendo. Mateo 10:38-39
“El que no toma su cruz y me sigue, no es
digno de mí. El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por
causa de mí, la hallara”
[1] https://www.un.org/es/sections/about-un/overview/index.html
[2] https://www.unidosporlosderechoshumanos.mx/what-are-human-rights/brief-history/the-united-nations.html
[3] https://www.humanium.org/es/ddhh-texto-completo/#
[4] John Stott. El sermón del monte. Página
123-124. Donald Carson el Sermón del Monte. Página 62.
[5] Craig Keener. Comentario Cultural
del Nuevo testamento. Página 52
[6] Martin Llord Jones. El sermón del
monte. Páginas 178-179.
[7] https://www.psicologia-online.com/que-hacer-cuando-pisan-tu-dignidad-188.html
[8] Craig Keener. Comentario cultural
del Nuevo testamento. Página 53.
[9] https://www.inspirationalchristians.org/evangelists/jim-elliot-biography/
[10] Craig Keener. Comentario Cultural
del Nuevo testamento. Página 53
[11] https://www.primeroscristianos.com/carta-a-diogneto/
[12] Donald Carson. El sermón del monte.
Página 64.
[13] John MacArthur. Comentario a Mateo.
Página 425.
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