La
creación[1]
La
cosmovisión cristiana es un relato que explica toda la realidad y que ha sido
dividida por los teólogos cristianos en tres etapas o partes que son: Creación,
Caída, Redención. En esta ocasión solamente veremos la Creación.
Teología bíblica de la
creación
Francis
Shaeffer afirmo “El cristianismo como
sistema no comienza con Cristo como Salvador, sino con el Dios infinito y
personal que creo el mundo en el principio y quien hizo al hombre como alguien
significativo en el curso de la historia.[2]” Por tanto el punto de
partida para la cosmovisión cristiana es la doctrina de la creación.
El Dios trino existe. La
Biblia asume desde el principio que el Dios trino existe porque la creación
misma da testimonio de su existencia (Gen 1:1; Juan 1:3; Sal 19:1-6;) La ley de
Dios está escrita en el corazón del hombre (Rom 2:12) y negar la existencia de
Dios es necio (Sal 14:1; 36:1) Por tanto aquellos que rechazan la existencia
del Dios trino terminan reemplazándolo por cualquier ídolo como un “universo
eterno” “una mente eterna inteligente” “la nada inteligente” “un ser superior
alejado de todo”. Todos estos son dioses conforme a su imagen (Rom 1:18-23)
El Dios trino creo todo y lo mantiene por
su palabra. La Biblia nos muestra que Dios creo todo de la
nada por medio de su palabra (“Dijo Dios” Gen 1:2-3; 6, 9, 11, 14,20; Gen 33:6;)
y además mantiene todo el mundo por medio de su palabra (Heb 1:3; 2 Pedro 3:7) Por tanto quienes creen que Dios trino lo creo
todo ni lo mantiene por medio de su palabra creen que el “azar”, la “suerte”,
“leyes impersonales” salidas de la nada mantienen este universo. Pero en
realidad es la providencia divina la que sostiene, dirige y gobierna el
universo (Sal 135:6)
El Dios trino creo lo visible e invisible.
Cuando
la Biblia de que Dios creo todo no se refiere solamente al mundo Material, sino
también al mundo espiritual. Dios creo lo visible y lo invisible, lo material y
espiritual y el gobierna sobre todo eso (Col 1:16) Por tanto toda persona que
no cree que Dios es el creador de lo visible e invisible no puede explicar el
origen de la materia o el origen de lo espiritual. Las personas en general
buscan una explicación del mundo espiritual llamándole “energías, fantasmas u
ovnis” pero en realidad es un mundo espiritual que ellos no comprenden (1 Cor
10:20; Efe 6:12)
El Dios trino creo todo bueno.
Génesis 1 resalta constantemente que la creación fue buena hasta llegar a decir
que es “buena en gran manera” (Génesis 1:4; 10; 12; 18; 21; 25; 31) Esto quiere
decir que en la creación de Dios no hay nada intrínsecamente malo[3]. Las teogonías o
cosmogonías paganas se caracterizaban por mostrar que la creación material o
física era malas pero las Escrituras son claras en que nada de la creación es
malo en sí mismo (1 Timoteo 4:1-5)
El Dios trino manifiesta su sabiduría,
bondad, grandeza y belleza en la creación. La creación son
infinitas evidencias de la sabiduría, bondad y poder que el Dios trino posee
(Sal 104:5-26; Prov 3:19) Toda la creación nos da “evidencias” o “huellas” de
la sabiduría del creador. Por ejemplo Antonio cruz escribió un libro que se
llama “El Dios creador” donde recopila algunas de estas huellas de Dios en la
cosmología, física, astronomía, neurobiología y paleontología.[4] Por tanto estudiar la creación
solamente nos llevara a asombrarnos más del Dios trino.
El Dios trino nos enseña por medio de la
creación. En las Escrituras tenemos varios ejemplos que nos muestran
como “el libro de naturaleza[5]” nos puede enseñar. Por
ejemplo las hormigas nos pueden enseñar a ser trabajadores (Prov 6:6-8) Dios es
quien da conocimiento al que siembra (Isaías 28:24-29) Jesús nos dice que
aprendamos de las aves y las flores (Mateo 6: 26-30) Pablo usa la creación para
argumentar la resurrección (1 Corintios 15:35-44) Por tanto debemos evitar la
tentación de pensar que solamente las Escrituras nos enseña, sino que también
la creación también nos enseña (Hechos 14:15-17)
El Dios trino creo al hombre a su “imagen
y semejanza” para que gobernara su creación. Las Escrituras nos
muestran que el hombre fue creado a “imagen y semejanza” del Dios trino lo cual
significa que es el representante de Dios en la tierra para gobernar de forma
adecuada su creación (Gen 1:26-28). Esto se puede ver cuando Dios pone a Adán
en el jardín para que “lo cultivara y cuidara” (Gen 2:15) Que Dios le haya dado
el dominio al hombre sobre la creación manifiesta que el hombre es la “corona
de su creación” (Salmos 8:3-9) Por tanto aquellos que reducen el dominio a solo
la “familia, iglesia y trabajo” no han comprendido que el Señor nos llamó a
dominar la educación, economía, política, artes. Esta es la gran comisión que
el hombre tiene en el mundo.
El Dios trino tenía una comunión perfecta
por el hombre y su creación. La relación entre el hombre y
Dios se ve totalmente armoniosa pues le hablaba sobre la creación que había
hecho y les da un mandamiento (Gen 1:29-30; 2:15) también podemos ver que la
relación entre Adán y Eva era perfecta y no se avergonzaban (Gen 2:23-25) La
descripción de la creación también nos muestra que todo funcionaba de forma
armoniosa. Era fructífero, bueno, abundante (Gen 2:9-14) Por tanto podemos
decir que la comunión de Dios y el hombre, el hombre con el hombre y el hombre
con la creación era buena.
Las cosmovisiones alternativas
acerca de la creación[6]
La
cosmovisión cristiana de la creación siempre ha tenido cosmovisiones rivales o
alternativas respecto a la creación. En el mundo antiguo eran las cosmogonías o
teogonías que trataban de explicar el origen de la creación por medio de
guerras entre los dioses o de una materia amorfa y eterna que creaba todo. Una
con las cuales el cristianismo tuvo que luchar fuertemente al principio fue con
el dualismo de la filosofía griega que sostenía que lo espiritual era bueno
pero lo material era malo. La iglesia respondió con todos sus credos
categóricamente afirmando que Dios es el “creador del cielo y de la tierra y de
todo lo visible e invisible[7]” y por tanto la creación
es en esencia buena.
Deísmo: Doctrina que reconoce
a un dios como autor de la naturaleza, pero sin admitir revelación ni culto
externo.[8]
Naturalismo:
Sistema filosófico que considera la naturaleza primer principio de la realidad.[9]
Nihilismo: Negación
de todo principio religioso, político y social. Negación de un fundamento
objetivo en el conocimiento y en la moral.[10]
Existencialismo:
Doctrina que trata de fundar el conocimiento de toda realidad sobre la
experiencia inmediata de la existencia propia.[11]
Monismo panteísta oriental:
Concepción común a todos los sistemas filosóficos que tratan de reducir los
seres y fenómenos del universo a una idea o sustancia única, de la cual derivan
y con la cual se identifican.[12]
Postmodernismo: Movimiento
artístico y cultural de fines del siglo XX, caracterizado por su oposición al
racionalismo y su culto predominante de las formas, el individualismo y la
falta de compromiso social[13]
[1] Herman Bavinck. Dogmatica Reformada.
Volumen 1. Albert Wolters y Michael Goheen. La creación recuperada. Capítulo 2.
La Creación. Brian J. Wash. J. Richard Middeton. La visión transformadora.
Capítulo 2 La cosmovisión bíblica. John Macarthur. Principios para una
cosmovisión bíblica.
[2] Citado por Brian J. Wash. J. Richard
Middeton. La visión transformadora. Página 29.
[3] Diccionario Strong. Página 48. Habla
de esta palabra como “bondad, belleza, alegría, bienestar.
[4] Antonio Cruz. El Dios creador.
[5] Un libro interesante sobre la teología
natural en los puritanos. https://wipfandstock.com/puritanism-and-natural-theology.html
[6] James W. Sire. El universo de al
lado.
[7] http://www.iglesiareformada.com/Credos.html
[8] https://dle.rae.es/?id=C576R8G
[9] http://lema.rae.es/dpd/srv/search?id=Qu8CvEygPD6VjjgDAt
[10] https://dle.rae.es/?id=QVCHxoX
[11] https://dle.rae.es/?id=HFwTXTJ
[12] https://dle.rae.es/?id=PeWjWet
[13] https://dle.rae.es/?id=To9V5wd
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