Esta
es el último ejemplo de las cinco antítesis anteriores que Jesucristo
estableció desde que dijo que él no había venido a “abolir la ley sino a
cumplir” (Mt 5:17) La primera tenía que ver con el mandamiento de matar y Jesús
interpreto correctamente este mandamiento hablándonos de que la ira es igual a
asesinar a tu hermano (Mt 5:22) El segundo tenía que ver el mandamiento de no
adulterar y Jesús interpreto correctamente que este mandamiento hablándonos que
el adulterio comienza en el corazón (Mt 5:28) el tercero tenía que ver con el
divorcio y Jesús interpreto correctamente que este mandamiento tenía que ver
con que con la permanencia del matrimonio y solo en caso de fornicación podría
haber divorcio y no en cualquier circunstancia como los fariseos creían (Mt
5:32) El cuarto tenía que ver con el mandamiento del juramento y Jesús
interpreto correctamente que tenía que ver ser fieles a nuestra palabra y jurar
solo en ocasiones de peso (Mt 5:34) el quinto tenía que con la venganza y Jesús
interpreto correctamente que debemos resistir al malo (Mt 5:39) Todos estos
mandamientos habían sido divulgados por el pueblo mediante la tradición
rabínica que distorsionaba la palabra de Dios y en cada ocasión Jesús tuvo que
corregir estas interpretaciones afirmando lo que realmente significaban con la
frase “Pero yo les digo”. La autoridad de Jesús sobre las enseñanzas del
Antiguo testamento era superior a cualquier tradición oral debido a que Jesús
es Dios encarnado (Mt 7:28-29)
Mateo 5:43 “Ustedes han oído
que fue dicho”
En
esta ocasión Jesús hace la sexta y última antítesis respecto a la tradición
rabínica. La tradición había enseñado que se debía “Amar al prójimo pero
aborrecer al enemigo”. La comunidad de Qumran tenía en su regla de la comunidad
estas afirmaciones[1]:
“Amar todo lo que el escogió y odiar todo
lo el desprecio, apartándose de todo mal y siguiendo estrictamente todo lo que
es bueno”
“Amaran a todos los hijos de la luz, a
cada uno según el destino que Dios estableció para él. Detestaran a todos los
hijos de las tinieblas, a cada uno según su culpa de acuerdo con la venganza de
Dios”
Por
otro lado los judíos habían acuñado un dicho que mostraba la actitud que los
judíos tenían respecto a los gentiles[2].
“Si un judío ve a un gentil caído en el
mar, de ninguna manera lo levanto, porque escrito esta: “No te levantaras
contra la sangre de tu prójimo” pero este hombre no es tu prójimo”
Esta forma
de interpretar las Escrituras era una de las distorsiones más terribles de
todas pues cuando uno va al Antiguo testamento no va a encontrar ninguna cita
directa que diga eso sino lo contrario. Levítico 19:18
“No te vengues, ni guardes rencor contra los
hijos de tu pueblo. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor”.
Cuando
uno observa el contexto del capítulo pueden darse cuenta quienes son el
prójimo. El prójimo son los pobres y extranjeros (Lev 19:10) el sordo y el
ciego (Lev 19:14) y los propios compatriotas (Lev 19:34) Por tanto no había
ninguna excusa para limitar el sentido de “prójimo” solamente a sus
compatriotas o probablemente aún más estrictas solo a los conocían la ley de
Dios (Jn 7:49) Podemos ver que en algún grado los escribas (Mc 12:32-33) y los
doctores de la ley (Luc 10:25) sabían que el mandamiento de amar al prójimo
incluía a toda persona pero los fariseos tenían dos razones para argumentar que
no era así. En primer lugar sostenían que Dios mismo había mandado a no dejar
con vida a nadie cuando entraran a la tierra prometida (Exo 33:2; Dt 7:1-5; Jos
3:10) ¿Cómo se puede responder esta aparente contradicción? Primero
considerando que Dios es soberano en su forma de actuar contra aquellos que
practican todo tipo idolatría como lo hacían estos pueblos ¿No destruyo de
igual forma a los pecadores por medio del diluvio o de la destrucción de Sodoma
y Gomorra? Estos pueblos no fueron destruidos porque los Israelitas quisieron
sino porque fue una orden directa del Señor. Como Dietrich Bonhoeffer escribió[3]:
“Las guerras de Israel fueron las únicas
guerras santas en la historia, porque eran las guerras de Dios contra el mundo
de los ídolos. No es esta enemistad la que Jesús condena, porque entonces
habría tenido que condenar a toda la historia del trato de Dios con su pueblo.
Por el contrario, el Señor afirma el antiguo pacto”
En
segundo lugar sostenían que los salmos imprecatorios permiten odiar a los
enemigos porque Dios los odia (Sal 3:7; 18:33; 69:22-29; 139:22-24) ¿Cómo
responder a esta aparente contradicción? Esto se responde entiendo el propósito
de los salmos imprecatorios. “Imprecar” significa el vivo deseo de que alguien
sufra mal o daño”.[4]
Este tipo de oraciones se hacían cuando el honor del Señor estaba en juego o se
estaba blasfemando el Señor con prácticas pecaminosas que destruían al prójimo
y no se podía hacer más que orar a Dios. Por ejemplo en la actualidad miles de
bebes son asesinados en los abortos legalizados en diversos países ¿Qué podemos
hacer en esos casos? Orar por la salvación de ellos u orar porque el juicio de
Dios caiga sobre ellos. Estas oraciones no tenían ninguna relación con la
venganza personal. Por tanto podemos ver
que no había justificación bíblica para odiar al prójimo sino que debía amarse
al prójimo como a uno mismo.
Mateo 5:44 Pero yo os digo:
Amen a sus enemigos
Jesucristo
interpreta correctamente este mandamiento y confirma algo que ha estado a
través de todas las Escrituras y es que se debe amar a Dios por sobre todas las
cosas y al prójimo a mí mismo (Ex 23:4-5; Dt 22:2-4; Lev 19:18; Mt 19:19; Mt
22:39; Mc 12:31; Luc 10:27; Rom 13:9; Gal 5:14; Stgo 2:8) El amor es la marca característica
de ser cristiano y ese amor se debe reflejar en todo sentido. Jesucristo dijo
que la característica para reconocer a un discípulo suyo era que se amen unos a
otros. También los apóstoles sostuvieron que aquel que ama a su hermano es
realmente un creyente verdadero. Juan 13:34.35; 1 Juan 4:20
“Un mandamiento nuevo les doy; que se amen
unos a otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes unos a otros. En
eso conocerán todos que ustedes son mis discípulos, si se aman unos a otros”
“Si alguno dice: “Yo amo a Dios” pero odia
a su hermano, es un mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha
visto. ¿Cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?
El
amor bíblico no es algo abstracto como un mero sentimiento sino que se refleja
de las tres maneras en las cuales Jesucristo nos mostró que debemos amar a
nuestros enemigos. En primer lugar se
nos dice “Bendigan a los que los maldicen”[5]
o en otras palabras es “Amen con sus palabras”. El bendecir a otro está
asociado a desear la bendición de Dios sobre la persona y el maldecir a otro
está asociado a desear que el juicio de Dios caída sobre la otra persona. Por
tanto cuando nosotros amamos con nuestra palabra les deseamos el bien a
nuestros enemigos aunque ellos nos deseen el mal a nosotros. Los apóstoles son
quienes al igual que nuestro Señor Jesucristo sufrían cruel persecución pero
ellos siguiendo el ejemplo de Jesús nos llama a bendecir a quienes nos
maldicen. Romanos 12:14; 1 Pedro 2:23
“Bendigamos a los que nos persiguen,
bendigamos y no maldigamos”
“Cuando lo maldecían, no respondía con
maldición; cuando sufría, no amenazaba, sino que remitía su causa al que juzga
con justicia”
Por
naturaleza cuando nos maldicen queremos responder de la misma manera pero
solamente cuando estamos llenos del Espíritu Santo es que podemos responder con
bendición y no con maldición. San Agustín dijo “Muchos hemos aprendido como ofrecer la otra mejilla, pero no sabemos
cómo amar a aquel que las golpeo[6]”. Piensa en alguien que te
ha hecho daño y que cuando se acerca a ti te dan ganas de responder con el
mismo daño ¿Es acaso esta la voluntad de Dios? ¿Sientes que difícil desearle
bendición del Señor? Pues eso es porque tu corazón pecaminoso quiere darle su
merecido y no confiar en el Señor. Podremos bendecir y no maldecir cuando
estemos llenos de la gracia de Dios para amar.
En segundo lugar se nos dice “Hagan bien a
los que los odian[7]” en otras palabras
“Amen con sus hechos o actos”. El amar se refleja no
solamente con las palabras sino también con los hechos o actos de las personas
hacia el otro. Proverbios 25:21-22; 1 Pedro 2:19-20
“Si el que te odia tiene hambre dale de
comer; y si tiene sed, dale de beber. Así harás que se avergüence de su
conducta y el Señor habrá de recompensarte”
“El soportar sufrimientos injustos es
digno de elogio, si quien los soporta lo hace por motivos de conciencia delante
de Dios. Porque ¿Qué merito hay en soportar malos tratos por hacer algo malo?
Pero cuando se sufre por hacer el bien y se aguanta el castigo, entonces si es
meritorio delante de Dios”
Por
naturaleza cuando alguien te haciendo daño no vas ayudarle cuando necesita
ayuda. Cuando alguien está haciendo algo injusto contra ti, tú no vas a
simplemente aguantar el castigo sino que buscaras la forma de vengarte. ¿Cómo
es entonces posible actuar de esta manera? Solamente si eres creyente, si estas
lleno del Espíritu Santo podrás actuar de esta manera. En 1567 el rey Felipe II
de España nombro a un duque que odiaba a los protestantes y buscaba matarlos a
todos. Una de las personas que habían sido sentenciada muerte se había escapado
en invierno para no ser asesinado. Un soldado lo perseguía mientras el escapaba
en pleno invierno. En una ocasión el logro atravesar un lago que está congelado
y el soldado lo siguiéndolo cayo en el lago congelado y se estaba ahogando y
por tanto el cristiano que estaba escapando se devolvió para salvarlo. Él sabía
que podía ser atrapado, torturado y asesinado pero el entendía bien que el
mandamiento del Señor era amar a sus enemigos incluso cuando tu vida estuviera
en riesgo[8]. ¿Crees que puedes amar a
tus enemigos sabiendo que ellos te pueden dañar emocionalmente o físicamente? ¿No
es cierto que sentimos que no podemos hacerlo? Ninguno de nosotros puede hacer
esto naturalmente sino es por la gracia divina. Un comentarista bíblico llamado
Alfred Plumeer dijo[9]
“Devolver mal por bien es diabólico;
devolver bien por bien es humano; devolver bien por mal es divino”
En tercer lugar se nos dice “Oren por
quienes los persiguen” (RVC; NVI) “¡Ora por quienes te persiguen! (NTV) La
oración es un instrumento poderoso dado por Dios a los cristianos (Stgo 5:16) y
en esta ocasión el Señor nos dice que oremos por algo específico, que oremos
por nuestros enemigos. Podemos recordar Esteban estaba siendo asesinado y el
oro al Señor. Hechos 7:60
“Luego cayo de rodillas y clamo con voz
fuerte: “Señor, no les tomes en cuenta este pecado” Y dicho esto, murió.
Es
natural sentir rechazo por quienes nos hacen daño y simplemente ignorarlos para
que no nos hagan más daño. ¿Has sentido alguna vez rechazo de una persona con
tan solo oír su nombre? ¿Te has sentido frustrado porque sientes que esa
persona no cambia? Dios nos dice que oremos por aquella persona. Un padre de la
iglesia llamado Crisóstomo dijo[10]: “Orar por los enemigos es la cumbre más alta del dominio propio”. Una
de las maneras en las cuales tu puedes llegar a mostrar el amor cristiano es
orando por quien tu más odias en el corazón. Yo en ocasiones le he contado que
en el seminario tuve a un profesor que llegue a aborrecer por diversas razones
y que una de las maneras de las cuales ese odio por él iba desapareciendo era
cuando practicaba el orar por él. Pero esto no se trata simplemente de lo que
yo pueda orar y todo va a desaparecer sino que el Espíritu Santo a obrar en mi
corazón por medio de la oración para no llegar a aborrecer a mi enemigo sino a
amarlo realmente.
Mateo 5:45-47 Para ser como
nuestro Padre celestial
Los
religiosos de la época que decían imitar a Dios en verdad habían quedado en
evidencia por medio de estas enseñanzas de Jesucristo que no estaban amando de
la manera en que Dios realmente demandaba. Como Calvinistas nos cuesta afirmar
que Dios ama al mundo porque pensamos por un lado que se puede interpretar que
nos referimos a la herejía del universalismo donde todos son hijos de Dios
salvos o pensamos que nos pueden interpretar como arminianos. Pero la verdad es
que la Escritura si nos dice que Dios ama al mundo en un sentido general. Es lo
que en la teología reformada se llama “gracia común”. Ningún ser humano merece
la vida si ninguna de los beneficios que ello significa como el alimento, el
vestido, el lugar donde vivir sin embargo el Señor muestra su bondad haciendo
salir el sol sobre “malos y buenos” y haciendo llover sobre “justos e
injustos”. En otras palabras podemos decir que Dios manifiesta su amor a su
creación tanto a salvos como a los no salvos. Génesis 8:22; Salmos 145:9;
Hechos 14:16-17
“Mientras la tierra permanezca, no
faltaran la sementera y la siega, ni el frio ni el calor, ni el verano ni el
invierno, ni el día ni la noche”
“El Señor es bueno con todos, y se
compadece de toda su creación”
“En el pasado, Dios permitió que la gente
anduviera por sus propios caminos, aunque no dejo de manifestar su poder al
enviarnos toda clase de bienes, pues del cielo nos viene la lluvia, que hace
fructificar la tierra para nuestro sustento y alegría”
Dios
manifiesta su gracia común y su cuidado a su creación cada día por medio de
mantener las estaciones, dar toda clase de bienes a los hombres como alimento,
comida y abrigo pero ellos simplemente dan por sentado pero por lo cual serán
juzgados. Ahora si Dios nuestro Padre celestial actúa de esta manera con
pecadores mal agradecidos que cada simplemente ignoran su gracia e incluso
viven de forma contraria a su voluntad y se burlan de su evangelio ¿Acaso
nosotros como sus hijos no deberíamos vivir de la misma manera? Durante mi vida
de cristiano he visto toda clase de excusas de mi corazón o de otros para no
manifestar este amor al mundo. Por ejemplo conocí a un hermano que sostenía que
solamente deberíamos ayudar a las personas que vinieran a la iglesia. Pero yo
le insistía que el ministerio de Jesús mostraba que él tuvo misericordia de
todas las personas que incluso quienes luego de seguirlas por los panes y los
peces estarían gritando para que los crucificaran. Hay otros cristianos que
debido que han escuchado que el concepto “justicia social” ha sido usado con
fines políticos o por parte de teología liberales entonces los cristianos
simplemente debemos dedicarnos a predicar el evangelio y no a mostrar el amor
para con pobres, viudas o extranjeros. Pero esto es un error por asociación
pues las mismas Escrituras nos llaman a preocuparnos por las viudas, pobres y
extranjeros. Otros pueden decir que a quienes hemos ayudados son mal
agradecidos y egoístas ¿No lo somos nosotros también con Dios? ¿Acaso eso limita
el amor de Dios? El mostrar el amor cristiano al mundo será un testimonio en
contra de los pecadores en el día del juicio. ¿No deberíamos entonces ser como
nuestro Padre celestial?
Ahora
Jesús nos vuelve a hacer pensar acerca del amor que como cristianos debemos
mostrar poniendo dos ejemplos con personas que la audiencia judía iba a
reconocer inmediatamente. Los cobradores de impuestos y los paganos. Debido a
que la tradición rabínica de esa época había enseñado a “amar al prójimo y
aborrece al enemigo” ellos consideraban al prójimo solamente a aquellos que
guardaban la ley igual que ellos. Por tanto un cobrador de impuestos y un
pagano no eran el prójimo sino que eran el enemigo y había que odiarlos. Por
ejemplo Jesucristo fue acusado de relacionarse con los pecadores entre los
cuales había cobradores de impuestos. Mateo 9:11
“Cuando los fariseos vieron esto, dijeron
a los discípulos: ¿Por qué come su Maestro con cobradores de impuestos y con
pecadores?
Los
cobradores de impuestos eran tan odiados porque lo veían como gente corrupta
que habían traicionado a sus compatriotas trabajando para Roma y además les
robaban dinero por medio de los impuestos a sus propios compatriotas. No podía
ver persona más vil que los cobradores de impuestos. Pero además estaban los
“paganos” o “gentiles” los cuales para los judíos eran simplemente gente que
había sido creado por Dios para ser el combustible en el infierno. Los judíos
llamaban despectivamente a los judíos perros. 2 Samuel 9:8
“Mefiboset volvió a inclinarse al rey, y
le dijo: ¿Pero quién soy yo? ¡Este siervo tuyo no es más que un perro muerto!
Aunque
este término se usaba de forma despectiva para los gentiles también se podía
usar de forma general para cualquier (Mt 7:6) en incluso de forma tierna (Mc
7:27) pero el punto es que para la mayoría de los judíos era un término usado
para referirse a los paganos o gentiles. Además un judío no podía asociarse ni
mucho menos entrar a la casa de un pagano porque quedaba ceremonialmente impuro
(Hechos 10: 28) por tanto se mantenía la distancia. Esto había creado una
barrera entre las personas. Los rabinos de la época se mantenían lejos de los
pecadores cobradores de impuestos y de los pecadores paganos. Ellos no eran su
prójimo sino sus enemigos a quienes debía odiar.
Por
tanto Jesús pone dos ejemplos que se refieren a esto. El primer ejemplo sonaba más a menos así. Si ustedes aman solamente
a quienes les aman ¿Cuál es su diferencia con esos pecadores de los cobradores
de impuestos? Ellos se relacionan con quienes los aman y aceptan y si ustedes
hacen lo mismo ¿Cuál es la diferencia? Para los términos contemporáneos seria
si nosotros como cristianos solamente nos relacionamos con los cristianos que
creemos más santos y desechamos a los que consideramos los que son más
pecadores ¿Dónde está el verdadero amor cristiano? Si nosotros incluimos en
nuestras relaciones de amistad o eventos sociales solamente a las personas que
nos “caen bien” ¿Dónde está el verdadero amor cristiano? Si nosotros buscamos
relacionarnos con quienes tenemos temas en común pero con quienes no lo tenemos
lo evitamos para no sentirnos incomodos ¿Dónde está el verdadero amor
cristiano? ¿No nos compartamos igual que pecadores egoístas que solo buscamos
amar a quienes nos aman? ¿Estamos acaso reflejando a nuestro Padre celestial?
El segundo ejemplo sonaba más o menos así. Si
ustedes saludan solamente a los hermanos en la fe pero ignoran a los paganos
¿Cuál sería la diferencia con los pecadores paganos que hacen lo mismo? El
saludo en aquella época era desear el bien para la persona en el sentido
integral (3 Juan 1:2) pero al no saludar a los paganos le estaban diciendo que
los odiaban por ser perros pecadores. ¿No es esa la actitud de muchos
cristianos con las personas que no son creyentes? Hay algunas personas que
acusan a los cristianos de creernos superiores a ellos, lo cual no es cierto,
pero debido a la actitud de algunos cristianos piensan que es así. ¿Por qué?
Porque somos indiferentes a ellos. No nos importa no solo saludarlos, no nos
importa su vida. No nos importa su condición espiritual, no nada de ellos, solo
nos importa saludar a los hermanos. ¿Estamos reflejando así a nuestro Padre
celestial?
Mateo 5:48 Ser perfectos como
nuestro Padre es perfecto
El
verso 48 es la conclusión final de toda la exposición de estos versículos. Aquí
hay un eco a versículos del Antiguo testamento. Levítico 19:2; Deuteronomio
18:13
“Habla con toda la congregación de los
hijos de Israel y diles: Ustedes deben ser santos porque yo, el Señor su Dios,
soy santo”
“Delante del Señor tú debes ser perfecto”
La
palabra perfecto aquí (Gr Telelios”) se puede entender como “finalidad”,
“madurez”, “plenitud”, “completo[11]” Por tanto aquí la idea
es que nosotros no quedemos satisfechos que tener una “madurez” u obediencia
“incompleta” sino que avancemos a la finalidad que es ser como nuestro Padre
celestial. Ahora alguno pensara que lo que está diciendo este pasaje es algo
imposible “Yo jamás seré como el Padre celestial” “Yo jamás podre ser
perfecto”. Yo te respondería que tienes razón. Si tú no eres creyente es
imposible no solamente ser “perfecto” sino que obedecer de corazón a todo lo
que el sermón del monte ha enseñado. En verdad al contrario tu no quieres
obedecer lo que Dios dice, tú quieres vivir de forma contraria al plan del
Señor. Y si tú eres creyente debes admitir que este mandato de Jesús está fuera
de nuestras obras humanas. Poder amar al enemigo, bendecirlo cuando él te
maldice, hacerle el bien cuando él te hace el mal y oren por el cuándo él te
persigue es algo que solamente alguien pudo hacer de forma perfecta y plena:
Jesucristo. Basado en la obra de Jesucristo en ocasiones veras al Espíritu
Santo obrando en ti de forma milagrosa para poder vivir de esta manera y
entonces brillaras como la luz en medio de la oscuridad.
[1] Comentario Bíblico con aplicación.
Mateo NVI. Página 246.
[2] Comentario John Macarthur. Mateo.
Página 431.
[3] Comentario John Macarthur. Mateo.
Página 432.
[4] https://dle.rae.es/?id=L68E3BU
[5] En las versiones bíblicas NVI Y NTV
no se encuentra esta frase pero si se puede encontrar en el paralelo de Lucas
6:27-28
[6] John Stott. El sermón del monte.
Página 140.
[7] En las versiones bíblicas NVI Y NTV
no se encuentra esta frase pero si se puede encontrar en el paralelo de Lucas
6:27-28
[8] Comentario John Macarthur. Mateo.
Página 437.
[9] John Stott. El sermón del monte.
Página 140.
[10] John Stott. El sermón del monte.
Página 135
[11] William Hendriksen. Comentario a
Mateo. Páginas 239-240. Comentario con aplicación NVI. Página 249.
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