En el siglo I los rabíes que querían enseñarles a sus discípulos,
lo hacían por medio de ilustraciones que ellos pudieran identificar con
claridad y sencillez. Esto servía para explicar cosas profundas que no eran
fáciles de explicar. Jesús no solamente era un rabí más de la época, él era el
Dios encarnado, por lo que en cada ilustración que él uso, lo hizo con tal
precisión y perfección que lograba que captara la atención inmediatamente. Podemos
recordar algunas como la parábola del sembrador para enseñar los diversos
corazones que existen al recibir la palabra (Mt 13:1-9) o el trigo y la cizaña
para ilustrar las apariencias de personas que dicen ser creyentes (Mt 13:24-30)
todas estas imágenes eran familiares para las personas que oían sus
explicaciones.
En el caso del Evangelio de Juan Jesús ha usado 6 afirmaciones que
eran familiares para las personas que lo oían. Uso el “Pan de vida” aludiendo a
la historia del maná (Jn 6:35), uso la luz del mundo usando como trasfondo la
fiesta de los tabernáculos (Jn 8:12) uso la “puerta de las ovejas”(Jn 10:9) y “el
buen pastor” usando como trasfondo el trabajo común de la época (Jn 10:11) uso
“la resurrección y la vida” usado como trasfondo la resurrección de su amigo
Lázaro (Jn 11:25-26) y uso “el camino, verdad y vida” respondiendo a la
pregunta de Tomas de cuál era el camino (Jn 14:6) y en esta séptima afirmación
de “Yo soy” va usar la “vid” como ilustración para explicar algo profundo a sus
discípulos. Podríamos decir que en las primeras 5 afirmaciones Jesús manifestó
a todos los hombres, incluyendo los fariseos quien era él y les explico por
medio de estas afirmaciones que él era Dios, sin embargo fue rechazado (Jn
6:41-59; 8:13-19; 10:22-42; 11:45-57) pero en estas últimas dos, Jesús se
dirigía más específicamente a sus discípulos (Jn 11:54) Por tanto el foco de
esta última afirmación es menos evangelistico que las anteriores. Esta
enseñanza que Jesús les va a dar a los discípulos no solamente para ellos sino
también para nosotros, pues nos va a revelar ¿Qué significa que el sea la vid
verdadera? y ¿como nosotros sabemos que realmente estamos permaneciendo en él?
Esto es lo que Jesucristo se propone a enseñarnos.
Juan 15:1 Yo soy la vid verdadera
Jesús al igual que en otras ocasiones usa una ilustración que era
familiar para las personas que lo escuchaban. Esta era la metáfora de la vid.
La vid era una figura que los judíos conocían bien, pues en el Antiguo
testamento Dios usaba con frecuencia la vid como símbolo de Israel (Sal
80:9-16; Isa 5:1-7; 27:2-6; Jer 2:21; 12:10; Eze 15.1-8; 17:1-21; 19:10-14; Ose
10:1-2) Por lo general cuando Dios usa la metáfora de la vid es cuando Israel
está siendo disciplinado.
“Ahora, pues, vecinos de
Jerusalén y varones de Judá, juzgad ahora entre mí y mi viña. ¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no
haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que diese uvas, ha dado uvas
silvestres? Os mostraré, pues, ahora lo que haré yo a
mi viña: Le quitaré su vallado, y será consumida; aportillaré su cerca, y será
hollada. Haré que quede desierta; no será podada ni
cavada, y crecerán el cardo y los espinos; y aun a las nubes mandaré que no
derramen lluvia sobre ella. Ciertamente la viña de
Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá planta
deliciosa suya. Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor”
Isaías 5:3-7
Jesús también la uso como ejemplo en otras ocasiones (Mt 20:1-16;
21:23-41; Mc 12:1-9; Lc 13:6-9; 20:9-16) a la viña que los labradores no habían
dado fruto de ella. Por tanto cuando Cristo usaba la metáfora de la vid sabían
los discípulos que se estaba refiriendo al pueblo de Dios. Pero aquí Jesús
introduce un cambio ya que como Israel era símbolo de la viña ahora Jesús es “Vid
verdadera” plantada por el Padre. Que Jesús diga que es la “Vid verdadera”
sugiere por lo menos que hay falsas vides, esto sería una referencia a los
fariseos y su falsa religión. Como diría Jesús en otra ocasión:
Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no
plantó mi Padre celestial, será desarraigada. Mateo 15:13
Pero al ser Jesús la “vid verdadera” se necesitaba un labrador que
trabaje esta vid. El trabajo de la vid era un trabajo bastante duro que
requería bastante diligencia y obviamente eso coincide con el Padre que hace el
trabajo de una forma perfecta (Jn 5:17) Por lo que tenemos aquí es el trabajo
unido que existe en el Dios trino en la obra de los creyentes. El Dios trino en
la eternidad trazo un plan de salvación por medio del trabajo de enviar a su
hijo y el hijo pagar en la cruz del calvario y el Espíritu Santo habitar en
nosotros santificándonos cada día más. Esto es aun más significativo si se
piensa que Jesús está dando esta enseñanza después de haber dicho que él instituto
la Cena del Señor donde el derrama su sangre. (Lucas 22:17-18)
Juan 15:2a “Todo pámpano que en mi no lleva
fruto, lo quitara”
Se define el pámpano como aquel “brote verde de la vid”, pero creo
que es mejor entenderlo como lo traduce NVI “ramas”. Los pámpanos son las ramas
del árbol de la vid. Por tanto el labrador (Dios Padre) se va a preocupar de
trabajar en su vid. En la vid tenemos dos clases de pámpanos o ramas, las que
no dan frutos (incrédulos) y los que dan frutos (creyentes). Esta ilustración
nos ayuda para auto examinarnos a nosotros.
En primer lugar veremos el pámpano o la rama
que no da fruto. ¿Qué hace el labrador con ella?
El labrador comienza su trabajo quitando lo que no sirve en la
vid, toda rama seca o muerta que no contribuya con el crecimiento de la vid
debe ser eliminada. En el verso 6
tenemos una descripción más detallada de lo que el labrador hace con aquel
pámpano o rama que no da fruto. En este
verso podemos mirar 5 características de aquellos que no dan frutos. En
primer lugar ellos no permanecen en Cristo. La palabra permanecer significa
quedarse o persistir, pero exactamente esto es lo que no hacen aquellos que no
dan frutos. Tomemos el ejemplo de Judas, el estuvo con el Señor todo el tiempo,
camino, escucho, comió y escucho sus enseñanzas, sin embargo no permaneció con
él sino que lo traicionó (Jn 13:21-30)
“Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros;
porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero
salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros” 1 Juan 2:19
En segundo lugar aquel que no permanece en Cristo es echado fuera.
¿Fuera donde? A la condenación. Jesús dice que aquel viene a él no le echa
fuera (Jn 6:37) pero aquel que no viene a él entonces si es echado afuera, es
echado a condenación. Porque el que no cree en Cristo ya ha sido condenado (Jn
3:19). En tercer lugar aquel que no
permanece en Cristo se seca. Por supuesto puede seguir en esta vida, pero sin
verdadera paz y sin verdadero gozo. Son como los falsos maestros descritos por
Judas 12
“arboles otoñales, sin frutos, dos veces muertos
y desarraigados”
En cuarto lugar son recogidos y echados al fuego. Las ramas secas no
sirven para nada más que ser quemadas en el fuego. Jesús explico que así seria
al final de siglo.
“Enviará el Hijo del
Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de
tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir
de dientes” Mateo 13:41-42
Y en quinto lugar, las ramas que no llevan frutos van a arder
eternamente (Mt 7:19)
“E irán éstos al castigo eterno” Mateo 25:46 “Y
el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de
fuego” Apocalipsis 20:15
Este es el destino de todo pámpano o rama que permanezca en Cristo y que
por tanto no dé fruto. Me gustaría poder rogarte a que consideraras seriamente
en tu corazón si tú estás permaneciendo en Cristo. En el infierno no habrá solo
prostitutas, rameras y vagabundos sino que también habrá religiosos, habrá
gente que predico, habrá gente que viene todos los domingos a la iglesia, habrá
que gente que conoce la Biblia, habrá gente memoriza la Biblia, habrá gente
criada en hogar cristiano, habrá gente que defiende la moral y las buenas costumbres,
habrá gente respetable, habrá gente que hace bien su trabajo, habrá ricos y
pobres, habrá fracasos y exitosos. El infierno estará lleno de gente de buenas
intenciones y que pensaron que las “creencias” no eran importantes, que tomar
en serio la santidad es una cuestión de fanáticos, que dedicar toda mi vida al
Señor es cuestión de unos pocos. Te ruego que consideres la seriedad del
asunto, tu eternidad depende de si crees o no en el Señor de corazón.
Juan 15:2b-5 “Y todo aquel que lleva fruto, lo
limpiará, para que lleve más fruto”
Después de haber visto los pámpanos o ramas que no dan fruto, ahora
pasamos a los pámpanos o ramas que si dan fruto. Aquí vemos una especie de
contradicción cuando dice que aquel que lleve más fruto lo limpiara sin embargo
en el verso 3 dice que “Ya vosotros
estáis limpios por la palabra que os he hablado” ¿Qué significa eso? Jesús
aquí está usando la misma palabra pero en diferentes sentidos. El
primer sentido es que los discípulos han sido limpiados por la palabra de Dios
y que por tanto dan frutos de eso.
“Jesús le dijo: El que esta lavado, no necesita
sino lavarse los pies, pues esta todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque
no todos” Juan 13:10
Esto quiere decir que los discípulos han sido justificados por la fe
(Rom 5:1) por tanto para ellos no hay ninguna condenación (Rom 8:1) Esta es la
condición de los creyentes cuando creen en Cristo, delante de Dios somos vistos
como justos. Por naturaleza los creyentes damos frutos (Mt 13:23) ¿Cuáles son
los frutos? Pablo nos enumera los frutos que un creyente produce por su
naturaleza:
“Amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad,
fe, mansedumbre, templanza” (Gal 5:22-23) Arrepentimiento (Mt 3:8-10)
Por tanto es imposible que un cristiano no dé fruto de su naturaleza. Algunos
pueden ser más rápidos que otros, pero todo creyente debe dar frutos. Por lo
que debemos examinar en nuestros corazones con algunas preguntas ¿Estoy dando
frutos? ¿Anhelo más su palabra? ¿Anhelo más el estar en oración con el Señor?
¿Anhelo mas servir en su iglesia? ¿Anhelo más la santidad? ¿Anhelo pasar en
comunión con los hermanos? ¿Anhelo compartir con ellos como familia de Dios? Estos
serian algunos frutos de alguien que realmente es creyente.
El segundo sentido es que los discípulos son
constantemente limpiados por el
labrador. Una de las primeras cosas que hace el pámpano o rama para
llevar el fruto es permanecer en la vid. Como dijimos la palabra “permanecer”
significa quedarse o permanecer. La forma verbal de esta palabra significa
“morada[1]”. Por
tanto esta palabra tiene conexión con los pasajes que hablan que el Señor esta
morando con el hijo.
¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en
mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que
el Padre que mora en mí, él hace las
obras. (Jn 14:10)
Que el
Espíritu Santo esta morando en nosotros
“El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede
recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en
vosotros” (Jn 14:17)
El Dios trino
hará morada en nosotros.
“Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi
palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él” (Jn 14:23)
Por tanto el
Dios trino es quien en primer lugar viene a nosotros y mora en nosotros y a
través de ello es que permanecemos en él. Permanecemos en Cristo porque él nos
sostiene con su gracia infalible. Pero esto no anula la responsabilidad que
nosotros como creyentes tenemos de perseverar por la gracia de Dios. Pablo le
escribe a Timoteo (2 Timoteo 2:1)
“Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo
Jesús”
“Por tanto, amados míos,
como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho
más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el
querer como el hacer, por su buena voluntad” Filipenses 2:12-13
Como creyentes debemos esforzarnos en la gracia de Dios,
ocupándonos en nuestra salvación. En la lectura de las Escrituras, la oración,
el evangelizar, el tener comunión ¡No podemos excusarnos con la soberanía de
Dios! ¡La soberanía de Dios no es una excusa para no trabajar en nuestra vida
espiritual! Pero por otro lado no podemos pensar que las cosas que hacemos es
por nuestra fuerza, porque somos pámpanos que dependemos de la vid, somos ramas
que dependen del tronco de su savia que brota de la vida en Cristo. Por eso el
Señor nos dice que no podemos hacer nada espiritualmente agradable a él sino
dependemos de su presencia. Juan 15:4b
“No puede llevar fruto por
sí mismo, sino permanece en la vid, así tampoco vosotros, sino permanecéis en
mi”.
El Señor finalmente explica que él es la vid verdadera y nosotros
como sus discípulos los pámpanos, que no podemos llevar frutos espirituales sin
estar unidos a la vid verdadera que es Cristo. Juan 15:5
“Yo soy la vid, vosotros
los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto;
porque separados de mi nada podéis hacer”
El versículo
dos nos dice que “el labrador va a limpiarnos para que llevemos más fruto”.
Siguiendo esta ilustración es mejor tomar la traducción que no hace NVI
respecto a este pasaje.
“Toda rama que en mí no da fruto, la corta; pero
toda rama que da fruto la poda para
que dé más fruto todavía” Juan 15:2
Como ustedes saben podar es “cortar o quitar las ramas superfluas de los
arboles, vides y otras plantas para que fructifiquen con más vigor[2]” ¿Han
visto esas enredaderas que comienzan pequeñas pero de pronto cubren todas las
paredes y no dejan ver nada? Así mismo es nuestra vida cristiana y el Padre que es el
labrador debe podar todas las ramas malas que nos sirvan para nada. ¿Cómo el Señor
nos poda? En ocasiones por medio de la disciplina.
“Porque aún no habéis
resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado; y habéis ya olvidado
la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor,
Ni desmayes cuando eres reprendido por él; Porque el Señor al
que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por
hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué
hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si
se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces
sois bastardos, y no hijos” Hebreos 12:4-8
En otras
ocasiones por medio de pruebas
“En lo cual vosotros os
alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser
afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el
oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza,
gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a
quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os
alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el
fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas” 1 Pedro 1:6-9
En otras ocasiones por medio de nuestros propios pecados
“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no
sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que
podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida,
para que podáis soportar” 1 Corintios 10:13
Hermanos
¿Alguno de ustedes está siendo disciplinado por el Señor? Dios te ama porque él
esta tratándote como un hijo para que seas formado conforme a la imagen de su
hijo. ¿Alguno está sufriendo una dura prueba? ¡No desmayes tu fe está siendo
probada como el oro! Y al final de la prueba encontraras un gozo inefable.
¿Alguno está sufriendo una tentación porque su engañoso pecado lo ciega? No te
desesperes porque el Señor te dará la salida a esa tentación malvada. No
decaiga nuestro ánimo hermanos, somos los pámpanos o ramas del Señor y el está
haciendo un trabajo perfecto, el aun no ha terminado, el está trabajando en
nosotros.
“estando persuadido de esto, que el que comenzó
en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”
Filipenses 1:6
Juan 15:7-8 La permanencia en su voluntad lo
glorifica
Hay veces que la frase “pedid todo
lo que queréis y os será hecho” es sacado de su contexto y usado como una
prueba de que Dios te puede dar lo que tú quieras. Nada más satánico que
distorsionar esta frase en ese sentido, pues antes de que el Señor pronuncie
esta frase hay dos cosas previas. En primer lugar “Si permanecéis en mi”, ya hemos visto que permanecer en Cristo
significa permanecer en comunión intima y profunda con el Dios trino. Esta
relación solo es posible en un hijo de Dios. En segundo lugar Jesús dice “Y mis palabras permanecen en vosotros”. Esto
se refiere, en el contexto inmediato a permanecer en las palabras orales
expresadas por el Señor y que los discípulos habían oído. Pero además puede
aplicarse a permanecer en las palabras de Dios reveladas en las Escrituras. Entonces
después de haber visto con claridad estas dos cosas previas podemos decir que
la frase “Pedid todo lo que queréis y os
será hecho” se refiere a que al Señor le agrada que sus hijos le
pidan.
“Pedid, y se os dará;
buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que
busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre
hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros
hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los
que le pidan?” Mateo 7:7-11
A veces los creyentes pensamos que es malo pedir pero el Señor nos
manda que pidamos, busquemos y llamemos porque él es un Padre amoroso. Pues si
nosotros permanecemos en Cristo y en su palabra ¡Lo que pediremos será conforme
a su voluntad! Esto es sabido entre los creyentes de todas las épocas que ellos
pedían al Señor. El famoso George Muller vivió toda la vida pidiendo la
provisión de Dios ¡Y El respondía! El misionero William Carrey vivió
dependiendo de Dios ¡Y Dios obro! ¿Por qué no nos acercamos al trono de Dios y
pedimos cosas conforme a su voluntad para que lo glorifiquen a él? Tu puedes
llevar mucho fruto en el Señor si le pides a él y el será glorificado. Por
tanto perseverar en su voluntad lo glorifica a Dios.
Juan 15:9-10 Permanecer en el amor
Por último aquí vemos la conexión trinitaria del amor, así como el Padre
amo al Hijo, el Padre y el Hijo nos aman en su amor eterno. Pero para estar en
ese amor trino debemos permanecer en el amor en Cristo. ¿Cómo se permanece en
ese amor trino? Nos dice el verso 10 “Si guardáis mis mandamientos”. El amor de
Dios no es algo que abstracto sino que manifiesta practicando guardar los
mandamientos de Dios.
En el mundo evangélico tenemos dos extremos respecto a los mandamientos
de Dios. Por un lado tenemos el grupo que nos dirá “Pero si ya paso el tiempo
de la ley ahora estamos en la época de la gracia, por tanto no debemos guardar
los mandamientos de Dios” Es lamentable que esta idea prevalece en muchos
lugares y es porque no han entendido nada sobre la ley ni sobre la gracia. El
otro extremo afirmará que guarda celosamente los mandatos de Dios, se atreverá
a decir como el joven rico “Todo esto lo he guardado desde mi juventud, ¿Qué
más me falta?” (Mt 19:20) ignorando por completo su incapacidad de poder
guardar los mandatos de Dios. ¿Cuál es
entonces el sentido de esta frase de Jesús? El sentido es mostrarnos nuestra
incapacidad de obedecer lo mandatos de Dios ¿Para qué? Para que cada vez que
veamos nuestra miserable condición corramos
hacia el único que puede decir “Así como yo he guardado los mandamientos
de mi Padre” ustedes guárdenlo estando en mi, permaneciendo en mi. Debes
permanecer en el único que fue capaz de habernos justificado, debemos
permanecer el vid verdadera, el cual nos da su vida cada día cuando nos
acercamos a la cruz del calvario a depender absolutamente de él.