En 1882 el filosofo alemán Friedrich Nietzsche escribe un
libro de poesía llamado (o traducido) la “la Gaya ciencia” en la cuenta lo
siguiente:
¿No
habéis oído de aquel hombre loco que una luminosa mañana encendió un farol,
corrió al mercado y se puso a gritar incesantemente: «¡Estoy buscando a Dios!,
¡estoy buscando a Dios!»? Justo allí se habían juntado muchos de los que no
creían en Dios, por lo que levantó grandes carcajadas. ¿Acaso se te ha
extraviado?, dijo uno. ¿Se ha perdido como un niño?, dijo otro. ¿O es que se ha
escondido? ¿Tiene miedo de nosotros? ¿Se ha embarcado?, ¿habrá emigrado?: así
gritaban y se reían todos a la vez. El hombre loco se puso de un salto en medio
de ellos y los taladró con sus miradas. «¿Adónde se ha marchado Dios?»,
exclamó, «¡os lo voy a decir! Lo
hemos matado,
¡vosotros y yo! ¡Todos nosotros somos sus asesinos! ¡Dios ha muerto! ¡Dios
seguirá muerto! ¡Y nosotros lo hemos matado![1]
Estas palabras del Filósofo eran poesía de una realidad que estaba
aconteciendo en Europa. El loco era el cristiano que buscaba a Dios y los que
se reían eran los ateos de la Época. Dios realmente había muerto para los
europeos y el ateísmo iba a emerger como su sustituto. Con esto llegaría un
problema mucho mayor, el problema de la verdad. Pero ¿A quién le importa la
verdad en estos tiempos? ¿No es acaso la verdad solamente un instrumento de
opresión para las personas? ¿No es acaso la verdad una simple construcción
social de las culturas? ¿Cuál es la importancia de que exista algo como la
verdad? Esto parece simple y divertido al principio, pero tiene profundas
implicancias. Por ejemplo si la verdad no existe, el cuestionamiento sobre la “discriminación”
no tiene sentido. Porque decimos que la discriminación es “mala”, pero sin
embargo sostenemos que lo malo es relativo entonces la discriminación puede ser
mala en Chile, pero buena en Perú. ¡Esto no tiene sentido!. Podemos pensar que
esto es solo una práctica del mundo, pero lamentablemente también ha llegado
hasta nosotros con “teólogos progresistas” que sostienen que “Jesús no es el
único camino”.
Juan 14:1-5
Después de la resurrección de Lázaro, los principales sacerdotes y
los fariseos están desesperados por las señales que Jesús había hecho por tanto
determinaron matarlo (Jn 11:45-53)
“Por tanto, Jesús ya no andaba abiertamente entre
los judíos, sino que se alejó de allí a la región contigua al desierto, a una
ciudad llamada Efraín; y se quedó allí con sus discípulos” Juan 11:54
La ira de los sacerdotes y los fariseos era tanta que no solo querían
matar a Jesús sino también a Lázaro (Jn 12:9-11) Luego Jesús entra a Jerusalén
donde es recibido por una multitud y esto enfurece aun más a los fariseos (Jn
12:12-19) Entonces Jesús anuncia su que su muerte esta próxima.
“Ahora está turbada mi
alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a
esta hora. Padre,
glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo
glorificaré otra vez. Y la multitud que estaba allí, y
había oído la voz, decía que había sido un trueno. Otros decían: Un ángel le ha
hablado. Respondió Jesús y dijo: No ha venido esta voz
por causa mía, sino por causa de vosotros. Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo
será echado fuera. Y yo, si
fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo. Y decía esto dando a entender de qué muerte iba a morir” Juan
13:27-33
Se acercaba el momento de la muerte de Jesús y el Señor iba a
preparar a sus discípulos para estos momentos que ellos iban a enfrentar. El
capitulo 13 nos muestra como Jesús lava los pies de sus apóstoles y anuncia
quien lo va a traicionar (Jn 13:1-30) cuando Judas sale Jesús comienza su
discurso de despedida de los discípulos les da el “nuevo mandamiento” a sus discípulos que es amarse unos a otros.
Jesús les dice que donde va no lo pueden seguir ahora, pero lo seguirán
después, entonces Pedro dice que puede dar su vida por él. Jesús le dice que lo
va a negar tres veces (Jn 13:31-38) En este contexto oscuro que como discípulos
van enfrentar Jesús les anima con estas palabras:
“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios,
creed también en mí”
La incertidumbre entre los discípulos se nota debido a las
preguntas y afirmaciones de Pedro (Jn 13:37) Tomas (Jn 14:5) Felipe
(Jn 14:8) Judas (Jn 14:22) ellos estaban llenos en sus corazones llenos de
diversas emociones. Los discípulos estaban tristes debido a la partida de su
maestro, confundidos debido a la afirmación de que uno de ellos iba a
traicionar al maestro y quizás vacilantes en la fe debido a las preguntas que
ellos hacían para saber qué es lo que sucedería. Ese mismo temor en ocasiones
invade a creyentes de todo el mundo cuando por ejemplo creyentes
norteamericanos se ven enfrentados 3 huracanes que destruyen todo. O cuando
creyentes venezolanos se ven enfrentados a la miseria y al hambre en su país. O
peor aún, cuando un continente entero se ve destruido por medio de su profeta
Nietzsche el cual profetizo su destrucción sin Dios. O es tan simple como mirar
alrededor de nuestra cultura y preguntarse ¿Hacia dónde va? ¿Dónde está Dios? O
simplemente mirar nuestro propio corazón frio ante la realidad del pecado de
nuestro mundo, nuestras oraciones se encuentran en un eterno invierno y nueva
vida espiritual parece que ya no florece. ¿Qué más nos queda en este mundo? ¿Qué
haremos ante este mundo ante muerto en delitos y pecados?
Debemos
recordar que Jesús se sintió de esta misma manera en este mundo, el se
“estremeció en espíritu y se conmovió” con su amigo Lázaro (Jn 11:33) se turbo
su alma ante la muerte (Jn 12:27) y se conmovió en espíritu frente a la
traición de Judas (Jn 13:21) debemos enviar pensar que Jesús fue una especie de
“estoico” que no sintió nada ante la miseria de este mundo, la muerte y la
traición. Pero aun ante toda realidad Jesús les dice a sus discípulos “Dejen de
estar turbados” “No se turben en sus corazones”. ¡No permitan que sus corazones
estén distraídos hasta el punto de perder la mirada en lo importante! Luego le
dice dos imperativos ¡Creen en Dios, Crean también en mi! Jesús aquí como en
otras ocasiones se pone al mismo nivel del Padre. Si ustedes creen en Dios
Padre bien hacen, pero si creen en El ¡deben creer también en mi! “Porque el
Padre y yo un somos” (Jn 10:31) Jesús nos anima a seguir confiando en Dios
Padre y en él, en el fondo nos anima a seguir confiando en su obra. Es un
mandato a la absoluta confianza en Cristo. Porque no hay nada que pueda vencer
nuestra fe.
“Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la
victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe” 1 Juan 5:4
“En la casa de mi Padre muchas moradas hay, si así no fuera, yo os
lo hubiera dicho; voy pues, a preparar lugar para vosotros”
La razón para
creer y confiar en Jesucristo es que él sabe que en la casa del Padre hay
muchas moradas y el iría a prepararlas. La mayoría de los comentaristas se
inclina por pensar que el lugar que Jesús fue a preparar es el cielo.[2] Pero en mi caso, seguiré
la interpretación de la minoría, pues me parece más acorde al contexto cultural
judío[3]. Para sostener esta idea,
estos son los principales argumentos. 1) La
casa del Padre era el templo. Cuando Jesús llega a Jerusalén y ven que los
judíos están vendiendo en el templo él dice: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado
(Jn 2:16) esto es porque es sabido que para los judíos la casa del Padre es el
templo donde Dios moraría para siempre con su pueblo (Eze 43:7,9; 48:35; Jn
8.35) algunos pueden objetar aquí que se habla de “moradas” pero esto es
sencillo cuando entendemos que el templo de Dios tenia diferentes aposentos o
habitaciones (Jer 35:2) 2) El templo
físico es un tipo de lo celestial (Hebreos 8:5) como nos dice este pasaje
las cosas terrenales son sombra y figura de las cosas celestiales. El templo es
una representación de la presencia de Dios en la tierra. Por eso no es correcto
sostener que “el cielo hay moradas” como algunos comentaristas especulan. 3) La repetición de morada en el Evangelio de
Juan. La dos veces que se usa la palabra “morada” se está refiriendo al
Espíritu Santo morando en nosotros (Jn 14:17) y al Padre y al hijo morando en
el creyente (Jn 14:23) Esto podemos conectarlo con otros pasajes que hablan que
el cuerpo del creyente es “templo del Espíritu Santo” (1 Cor 6:19)
“Vendré otra vez y os tomaré a mi mismo para que donde yo estoy,
vosotros también estéis”
Jesús había
dicho que se iría a preparar un lugar y que volvería luego donde sus discípulos
para tomarlo para sí mismo. Los comentaristas que siguen la interpretación de que
el cielo es el lugar que Jesús fue a preparar creen que entonces Jesús se
refiere aquí a la “segunda venida” o algunos al “arrebatamiento de la iglesia”.
El arrebatamiento secreto no es algo que enseñe las Escrituras por lo que no
diremos nada sobre él, pero ¿Qué de la segunda venida? ¿Está hablando aquí
sobre eso? Aunque en otras partes de las Escrituras habla con claridad de la
segunda venida (Mt 24:30; Hechos 1:11) en este contexto no creo que esté
hablando de la segunda venida.
Entonces ¿Qué
es lo Jesús está diciendo en estos dos pasajes? Jesús esta consolando a los
discípulos por su partida. Les está diciendo que irá a “la casa de su Padre que
tiene muchas moradas y que así no fuera les hubiera dicho”. La referencia es
aquí claramente al templo. Pero como dijimos el templo simboliza lo celestial,
el no solamente está hablando del templo terrenal sino espiritual. Jesús está
usando el templo como símbolo de estar en la presencia de Dios. Jesús se va a
ir porque va a morir (Jn 12:27) y volverá después que preparé el lugar para
ellos. Entonces la pregunta es ¿Cuándo volverá Jesús? Yo creo por el contexto
que Jesús ya regreso ¿En qué sentido? Jesús moraba en el Padre
¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en
mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que
el Padre que mora en mí, él hace las
obras. (Jn 14:10)
Cuando Jesús
se fue envió al consolador el cual mora en el creyente
“El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede
recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en
vosotros” (Jn 14:17)
Pero ¿Por qué
mora en el creyente? Porque Cristo se fue y volvió por medio de la resurrección.
Y ahora no solo el Espíritu Santo mora en el creyente, sino que ahora moran el Padre y el Hijo en el creyente.
“Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi
palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él” (Jn 14:23)
Es por eso
que Cristo dice que cuando el vuelva va a tomarlo para sí mismo y donde el
este, ellos (los discípulos) estarán porque ellos estarán morando en él y él en
ellos. ¡Impresionante! Pero aun sabiendo esto, la escatología cristiana no termina
allí, sino que termina en la resurrección o glorificación del cuerpo (1 Cor 15:51-54)
y el lugar de permanencia total es la Nueva Jerusalén que desciende del cielo a
la tierra.
“Vi un cielo nuevo y una
tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar
ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender
del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y
oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres,
y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con
ellos como su Dios” (Apo 21:1-3)
Aunque el cielo tiene su importancia es un error centrar todo
nuestro pensamiento en el cielo. Lo maravilloso es pensar que el Dios trino
mora en nosotros ¡Que misterio más sublime!. Luego podemos asombrarnos y pensar
en la resurrección o glorificación del cuerpo que vamos a experimentar. No más
dolor, no más enfermedad, no más muerte, será algo que no podemos comprender
ahora. Luego podemos pensar en cómo la viviremos en la nueva Jerusalén. Estaremos
morando para siempre con nuestro salvador, sin la necedad de luna ni sol porque
la gloria de Dios va a iluminar todo. Todos los escogidos estaremos adorando al
cordero por la inmensa salvación que nos dio.
V4 Jesús les dice a los discípulos
que ellos sabían a donde él iba (a la muerte) y que además ya sabían cuál era
el camino (8:19; 10:1, 7, 9, 37, 38; 12:26, 44, 45, 49, 50; cf. Mt.
11:27, 28), pero entonces el discípulo Tomas le dice
que no sabe a donde va ni tampoco cual es el camino. Entonces Jesús responde su
sexta “Yo soy”.
Juan 14:6 Yo soy el camino
Ante la pregunta de Tomas Jesús responde directamente el sexto “Yo
soy” lo cual alude a que él es Dios. Algo que constantemente se demuestra por
medio del evangelio de Juan. En el Antiguo testamento “El camino” aludía a un
vida de rectitud (Dt 5:32-33; Isa 35:8) Para los romanos la idea de los caminos
era algo importante porque esto llevo a Roma a avanzar tecnológicamente. Por
eso es que la frase “todos los caminos llegan a Roma” era real. Una de las
características del mundo romana era su “tolerancia religiosa” respecto a los
lugares que ellos conquistaban. Por tanto la diversidad de creencias y escuelas
filosóficas era algo muy común dentro del Imperio Romano. Por ejemplo si uno
observa a veces que los discípulos predicaron diciendo que lo que anunciaban era
la verdad, les pareció algo ofensivo. El anuncio a los judíos (Hechos 4:12-13)
el anuncio a los griegos (Hechos 17:31-32) el anuncio a Agripa (Hechos 26:23-28)
La claridad de anunciar que Jesucristo es el camino llego hasta el
punto que fueron conocidos como los “del camino” (Hechos 9:2; 19:9; 23; 22:4;
24:14) esa misma claridad debemos tener nosotros en esta época que nos toco
vivir. Los hombres desde la caída en pecado han intentado construir sus propios
caminos para llegar a Dios.
“Hay
camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte”.
Proverbios 14:12
Jesús no solamente nos guía hacia el camino, no solamente
nos muestra el camino, no solamente nos indica el camino, EL ES EL CAMINO. Esto
va a sonar bastante arrogante para nuestra cultura la cual sostiene que todos
los puntos de vista son igualmente validos. Nuestro mundo que al mejor estilo
Romano propone una diversidad de caminos, pero que todos ellos sin Cristo llevan al infierno.
Nuestra cultura que habla de “tolerancia” y “diversidad” a la mentira y al pecado,
simplemente no conoce la única puerta que llevará a las personas a la salvación
de la condenación eterna.
Juan 14:6 Yo soy la verdad
Pero Jesús responde que no solamente es el camino, sino que es la
verdad. Esta palabra de repite 26 veces en el Evangelio de Juan y con esto
muestra lo importante que es. Algunas de
las afirmaciones más conocidas acerca de la verdad en el evangelio son que
Jesús es el verbo lleno de gracia y verdad (Jn 1:14) el que practica la
“verdad” viene a la luz (Jn 3:21) se debe adorar en espíritu y “verdad” (Jn
4:23) conocéis la “verdad” y la “verdad” hará libres (Jn 8:32) Una de las cosas
interesantes es que la palabra verdad significa “aletheia” lo cual significa la
realidad ideal o la verdadera realidad. Esto quiere decir que hay una aparente
realidad que es falsa.
Los filósofos buscaban la verdad y adoraban al “Dios no conocido”,
los maestros de Israel proponían sus propios caminos por medio de la
interpretación de los ancianos. Las religiones de misterio proponían que la verdad
era algo secreto solamente para algunos elegidos y todas las demás religiones
proponen un sistema de obras para salvarse. Pero ningún hombre por medio de su
propia búsqueda a podido encontrar a Dios al menos que el Señor se les revele
primero. Por eso las cosas espirituales para ellos son locura (1 Cor 2:14) Por
el mundo vive en un aparente estado de felicidad, hablando de “pasarlo bien”
“vivir la vida” “disfrutar el momento” todo tipo de frases. Por eso el mundo
vive aparentemente en éxito con sus títulos en la universidad, sus muchos
reconocimientos, sus casas, sus autos, etc. Por eso las personas viven en aparente
paz, buscando por medio de “espiritualidades” o escapando por medio de drogas
de la realidad. Todo esto simplemente la apariencia de este mundo. Por eso
Pablo dice:
“y los
que disfrutan de este mundo, como si no lo disfrutasen; porque la apariencia de
este mundo se pasa”. 1 Corintios 7:31
Esta es la apariencia ¿Cuál es la realidad? La
realidad es que hay un Dios santo, airado contra el pecado. La realidad es que
las consecuencias del sufrimiento es el pecado. La realidad es que tu corazón
es engañoso y malvado, la verdad es que eres un pecador amante del pecado y que
necesitas desesperadamente la redención de Cristo. La verdad es que si no te
arrepientes te irás al infierno eterno. La verdad es que el Mesías salvador
vino a dar su vida por pueblo en la cruz del calvario y resucito al tercer día.
El es la verdad.
Juan 14:6 Yo soy la vida
Jesús no solamente es el camino y la verdad sino que además es la
vida. Esta palabra se repite 46 veces en el evangelio de Juan. En él estaba la “vida” (Jn 1:4) el cree en el
tiene “vida eterna” (Jn 3:15-16) él cree que Dios Padre lo envió tiene “vida”
(Jn 5:24) El ha venido para que tengan “vida en abundancia” (Jn 10:10) anteriormente
Jesús había dicho que era la “resurrección y la vida” (Jn 11:25). La razón de
porque Jesús se presenta como la vida es porque estamos constantemente rodeados
de la muerte física. Las personas de Estados unidos no pensaban que iban a
enfrentar la muerte en estos días por medio de los Huracanes, sin embargo la
muerte llego. Las personas de México no pensaban que morirían sin embargo la
muerte llego. Nosotros tampoco pensamos que al salir de aquí nos enfrentaremos
a la muerte sin embargo podemos encontrarla en nuestro camino.
Pero más terrible que la muerte física es la muerte espiritual. La
Biblia habla que todos nosotros estamos muertos en delitos y pecados (Efe 2:1)
y que por lo tanto vamos a recibir la ira eterna de Dios en la condenación si
no nos arrepentimos. ¿Has considerado lo serio de este asunto? Pero esa ira
divina que debía caer sobre nosotros cayó sobre Jesucristo, por eso que Jesús
se sentía turbado en naturaleza humana porque iba a beber de la copa del a ira
de Dios. Si tu bebes de la ira de Dios serás eternamente destruido, si Cristo
bebe esa copa por ti, entonces tu serás salvo, no solamente de la muerte
física, sino también de la muerte espiritual. Quien cree en Cristo ha pasado de
pasado de muerte a vida como nos dice Juan.
“De
cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene
vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” 1 Juan
5:24
Por esta razón es que Jesús sostiene que “nadie
puede ir al Padre sino es por él” porque solamente El es el Dios hombre que por
su muerte ha establecido el camino, el es el Dios hombre que por su sacrificio
ha revelado la verdad, El es el Dios hombre que por su muerte se transformado
en la vida. El no está muerto como dice el mundo, el está vivo porque ha
resucitado de los muertos y tenemos vida eterna en él.
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