La oración era un elemento fundamental del pueblo de Dios a través de todas las generaciones. Desde el principio de las Escrituras vemos que el pueblo de Dios “invocaban el nombre de Dios” (Gen 4:26) como los hombres oraban a Dios y el Señor se comunicaba con ellos (Abraham Gen 20:7; Isaac Gen 27:29; Moisés Dt 9:26). También podemos ver a los sacerdotes orando bendiciones para el pueblo (Num 6:22-27) o las acciones de gracias del pueblo al ofrecer las primicias y los diezmos (Dt 26:5-10) y hombres de Dios orando por el pueblo (Esdras 9; Daniel 9) Dentro de todas estas oraciones, también podemos encontrar una diversidad de motivos por los cuales se oraba. Por ejemplo habían 1) oraciones de adoración a Dios, 2) oraciones de arrepentimiento, 3) oraciones de agradecimiento, 4) oraciones de peticiones, 5) oraciones de intercesión.
1. “Venid adoremos y postrémonos;
arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor” Salmos 95:6
2. “Crea en mí, oh Dios, un corazón
limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí” Salmos 51:10
3. “Alabad a Jehová, porque él es bueno;
Porque para siempre es su misericordia” Salmos 118:1
4. “Con mi voz clamaré a Jehová; con mi
voz pediré a Jehová misericordia” Salmos 142:1
5. “Y Moisés oró por el pueblo” Números
21:7
Como
podemos ver la oración ha sido algo central en el pueblo de Israel, es por eso
que desde temprano el judaísmo trato de ordenar la vida a partir de las
oraciones que se llevaban a cabo durante el día. Hay un libro que se llama “Sidur”
que es el libro de oraciones de los judíos y que tenía por propósito ordenar
sistemáticamente los tiempos de oración[1]. Por ejemplo tenemos la
oración de la mañana en donde la persona al despertar debía orar lo siguiente:
MODÉ - Te agradezco, Rey vivo y Eterno,
que me has devuelto mi alma con misericordia. Grande es Tu fidelidad.
BARUJ - Tú que eres Bendito, Eterno,
Señor nuestro, Rey del Universo, que nos has santificado con Tus preceptos, y
nos ordenaste el lavado de las manos.
BARUJ - Tú que eres Bendito, Eterno,
Señor nuestro, Rey del Universo, que has formado al hombre con sabiduría y
creaste en él vías y conductos. Conocido y sabido es ante Tu trono de gloria
que si un solo órgano quedara obstruido o abierto, no sería posible existir ni
siquiera una sola hora. Tú eres Bendito, Eterno, que curas a toda criatura y
haces maravillas[2].
Esto
puede tener una buena intención al principio pero luego se puede convertir en
una repetición sin sentido y vacía tal como los fariseos lo hacían. En Mateo
6:5-8 Jesús condena 2 actitudes las cuales se repiten con el tiempo debido a
nuestro corazón pecaminoso. En primer lugar la actitud hipócrita de orar en
público para que los otros hombres nos vean y piensen que nosotros somos muy
espirituales. El problema allí no es orar en público, sino buscar la aprobación
de los hombres en vez de Dios. En
segundo lugar los fariseos al orar usaban mucha
“vanas repeticiones” y “la palabrería”. Esto no quiere decir que repetir
sea malo necesariamente sino que ellos pensaban que al repetir y usar palabras
rebuscadas Dios les iba a escuchar más. Esto debe llevar a examinarnos y pensar
¿Cuánto oramos a Dios? ¿Cómo oramos a Dios? ¿Deberíamos crear un sistema de
oraciones como los judíos? ¿Estamos orando por los motivos correctos? ¿Cómo
sabemos que no estamos cayendo en vanas repeticiones y palabrerías vacías? Esto
solamente podemos aprenderlo si dejamos que nuestro Señor Jesucristo nos enseñe
por medio de las Escrituras como deberíamos orar nosotros correctamente delante
de su presencia.
Lucas 11:1a Mirando el
ministerio de Jesús
En
este verso tenemos una descripción muy breve pero importante del ministerio de
Jesús. Uno de los discípulos observa que Jesús estaba orando en un lugar, se
consideraba descortés o impío interrumpir a una persona cuando estaba orando
así que solamente podía observarlo hasta que terminará[3]. Esta actitud de Jesús no
era algo novedoso en su ministerio ya que el evangelio de Marcos desde el
principio nos describe la vida oración del Señor:
“Levantándose muy de mañana, siendo aun
muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto y allí oraba” Marcos 1:35
Jesús
comenzaba su ministerio y su día con oración, esto no significa que la única
manera aceptable para orar es la mañana, pues Jesús oraba en todo tiempo
(incluso cuando fue bautizado Lucas 3:21-22) más bien tiene que ver con que
Jesús lo hacía de mañana porque era un tiempo tranquilo para estar en la
comunión con su Padre. Cada uno conoce los tiempos que Dios les ha provisto en
la vida, por tanto cada uno de nosotros somos responsables de cultivar nuestra
vida de oración según esos tiempos. Dios diseño la oración para que tengamos
comunión con él y dependamos de su poder. ¿No es evidente nuestra poca comunión
con el Padre y la dependencia de su poder cuando ya pecamos? Nosotros que
siempre luchamos con él pecado creemos que un montón de normas van a impedir el
apetito por el pecado, pero no será así. Solamente dejaremos de tener apetito
por el pecado cuando nuestra sed y hambre este saciadas en la voluntad de Dios.
¿Buscas la comunión con Dios? ¿Anhelas pasar tiempo en su presencia? ¿Tienes
deseos de conocerlo más? La oración es la prueba máxima de nuestra
espiritualidad:
“Es la actividad más sublime del alma
humana, y por lo tanto es al mismo tiempo la prueba máxima de la verdadera
condición espiritual del hombre. No hay nada que diga tanto la verdad sobre
nosotros como cristianos que nuestra vida de oración... En última instancia,
por lo tanto, el hombre descubre la condición real de su vida espiritual cuando
se examina en privado, cuando está a solas con Dios... ¿Y no sabemos todos lo
que es descubrir que, de algún modo, tenemos menos que decirle a Dios cuando
estamos solos que cuando estamos en la presencia de los demás? No debería ser
así; pero lo es a menudo. Así que cuando dejamos la esfera de las actividades y
los tratos externos con otras personas, y estamos a solas con Dios, es que
realmente sabemos dónde nos encontramos en el sentido espiritual[4]”
Martin Llord Jones
El
evangelio de Lucas nos da muchos detalles interesantes de esta vida de oración
que Jesucristo tenía en su ministerio.
“Pero su fama se extendía más y más; y
se reunía mucha gente para oírle, y para que les sanase de sus enfermedades.
Mas él se apartaba a lugares desiertos,
y oraba” Lucas 5:15-16
Jesús
había comenzado su ministerio predicando el evangelio (Luc 4:18-19) y haciendo
muchos milagros (4:31-5:11) Lo cual hacia que Cristo estuviera muy ocupado respecto
a su trabajo de predicar y sanar, sin embargo aun así Cristo se apartaba a
lugares desiertos a orar. Vivimos en una cultura hiperocupada en que el tiempo
es escaso y donde todos tenemos muchos que hacer, pero la pregunta es si todos
lo que hacemos ¿Es igualmente de importante? Nuestras preguntas como creyentes
deben ser ¿Tenemos tanto que hacer y el orar no es un hacer importante en
nuestra vida? ¿Cómo nuestro Señor Jesucristo el cual estaba muy ocupado
encontraba tiempo para orar? Cuando nos presentemos delante de Dios vamos a ver
que gran parte de lo que llamamos “estar ocupados” no era tan realmente
prioritario como pensábamos.
“En aquellos días él fue al monte a
orar, y paso la noche orando a Dios. Y cuando era de día, llamó a sus
discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamo apóstoles”
Lucas 6:12-13
Como
vimos Jesús pasaba muy ocupado en su ministerio (Lucas 5:17-6:11) pero cuando
tenía que tomar una decisión tan importante como escoger a los doce discípulos
que serian los apóstoles el paso la “noche orando a Dios”. Aunque él era el
Dios encarnado siempre buscaba la dirección de su padre en cada decisión que
tomaba. La oración para nosotros como creyentes tiene el propósito de depender
de Dios y a la vez de buscar su dirección cuando tomamos decisiones importantes
en la vida. Hay un sin número de
decisiones importantes en la vida en las cuales debemos decidir, pero antes de
decidir debemos buscar la dirección de Dios en oración. ¿Realmente oras en cada
decisión importante que vas tomar o simplemente confías en tu propio criterio?
¿Realmente buscas la voluntad de Dios cuando te enfrentas a una decisión
difícil o simplemente se basas en tu propia opinión? Los discípulos al haber
observado como Jesús iba a su Padre en cada momento importante de su
ministerio, ellos quería aprender a ser como el maestro en la vida de oración. Si
queremos aprender de la oración debemos observar en las Escrituras como nuestro
Señor Jesucristo vivía su vida de oración ¿Quieres ser como Cristo? Entonces
debes depender totalmente de la oración para cada situación en tu vida.
Lucas 11:1b Enséñanos a orar
Una
de las primeras peticiones de este discípulo que observaba a Jesús después de
orar fue pedirle al Señor que les enseñará a orar. Al igual como todo maestro
de la época Juan el bautista había tenido discípulos (1 Juan 1:35; Luc 7:18) y
a ellos le había enseñado muchas cosas entre las cuales estaba el orar. Por
tanto los discípulos del Señor querían ser enseñados de la misma manera. Una de
las cosas que los cristianos suponemos en muchas ocasiones es que ya sabemos
orar. Pero ¿acaso no es cierto que cuando escuchamos nuestras oraciones y vemos
el modelo de la oración de Jesús no se parecen mucho? ¿Acaso no es cierto que
cuando escuchamos nuestras oraciones y vemos las oraciones del Apóstol Pablo no
se parecen mucho? El problema es que la mayoría de nuestras peticiones están
basadas en la búsqueda de nuestra propia satisfacción y no en la gloria de
Dios. En palabras de Santiago 4:3
“Pedís y no recibís, porque pedís mal,
para gastar en vuestros deleites”
El
foco principal en nuestras oraciones son nuestras propias necesidades, por
supuesto Dios no es que no se interese en nuestras necesidades pero no es lo
prioritario, lo prioritario es la gloria de Dios y cuando descansamos en la
gloria de Dios entonces nuestras necesidades son satisfechas porque están en la
voluntad perfecta de Dios. Es por esto mismo que necesitamos ser enseñados por
el Señor a orar conforme a su voluntad, tal como nos enseña 1 Juan 5:14.
“Y esa es la confianza que tenemos en
él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, el nos oye”
El
Señor es quien nos va a enseñar a orar conforme a su voluntad. Pero ¿Cómo lo
hará si Jesucristo físicamente ya no está? ¿Cómo es que los discípulos del
Señor actualmente son enseñados? Por medio del Espíritu Santo. El Espíritu
Santo es quien está con nosotros (Jn 14:16) es quien nos enseña y recuerda
todas las cosas (Jn 14:26) Él es quien da testimonio de Cristo (Jn 15:26) Él es
quien nos convence de pecado, justicia y juicio (Jn 16:7-11) Él es quien nos
guía a toda verdad (Jn 16:13-15) y también es él quien nos enseña a orar. Esto
nos dice Pablo en Romanos 8:26
“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda
en nuestra debilidad; pues que hemos de pedir como conviene, no lo sabemos,
pero Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”
Las
otras traducciones dicen “con gemidos que
no puede expresarse en palabras” (NVI y NTV) ¿A qué se refiere esto? Se
refiere a la experiencia que todo creyente a tenido alguna vez en su vida de
oración. Cuando algún creyente está pasando por alguna prueba o alguna tentación
y va al Señor a orar para pedirle que Dios le ayude con esto pero resulta que
finalmente termina solamente alabando al Señor por lo que es. ¿Cómo podemos
explicar esto? Podemos explicarlo diciendo que el Espíritu Santo es quien está
obrando en nuestros corazones y cada vez que vamos al Señor en oración el
Espíritu Santo esta guiando nuestras oraciones a su voluntad de una manera que
ni siquiera comprendemos.
Lucas 11: 2 Padre Nuestro
que estás en los cielos
Jesús
después de escuchar la petición de este discípulo le comienza a enseñar como un
creyente debe orar. Cuando él le dice que deben decir esta oración cuando se
dirigen al Padre no les está diciendo que repitan literalmente cada palabra
pues si no estaría contradiciendo la idea de repeticiones vanas. Más bien les
está enseñando un modelo con los elementos esenciales cuando dirigirse a Dios
en oración. La primera frase de estos elementos es el “Padre nuestro que estás en los cielos”. Esta era un frase con la
cual el mismo Jesús se refería a Dios como “Padre” (Mt 11:25; Luc 22:42; 23:46)
Esto inmediatamente nos habla de una relación de Padre con un hijo. Un hijo sin
duda se va a referir a su Padre con esa cercanía. Una de las enseñanzas más
malvadas respecto a Dios Padre es la idea de la paternidad universal de Dios,
como que Dios es Padre de todas las personas en el mundo, aun es enseñada por
herejías como el universalismo (que todo el mundo será salvo) Charles Spurgeon
ya advertía sobre esta doctrina demoniaca[5]:
“Tal como les he advertido antes, han de
aborrecer la doctrina de la paternidad universal de Dios, pues es una mentira y
un profundo engaño. Primero, asesta puñaladas al corazón de la doctrina de la
adopción enseñada en la Escritura, pues ¿cómo puede Dios adoptar a los hombres,
si ya todos son Sus hijos? En segundo lugar, asesta puñaladas al corazón de la
doctrina de la regeneración, que es ciertamente enseñada en la Palabra de Dios.
Ahora, es por la regeneración y por la fe que nos convertimos en hijos de Dios,
pero ¿cómo podría ser eso si ya fuéramos hijos de Dios? ¿Cómo podría Dios dar a
los hombres el poder de convertirse en Sus hijos si ya tuvieran ese poder? No
crean en esa mentira del diablo, antes bien, crean en esta verdad de Dios: que
Cristo y todos los que están en Cristo mediante una fe viva, pueden regocijarse
en la Paternidad de Dios”
Las
Escrituras nos dicen con claridad que aunque Dios es el creador de toda la
humanidad, el no es el Padre de toda la humanidad, pues hay hijos de Dios e hijos
del Diablo (Jn 8:44; 1 Juan 3:1) Por otro lado el Pueblo de Israel igual sabia
que el Dios que escogió a Abraham y su descendencia era su Padre
“Ahora pues, Jehová, tu eres nuestro
padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos
somos todos nosotros” Isaías 64:8
El
pueblo de Israel sabía que Jehová era su Padre y reconocían que él los había
escogido y los estaba formando por medio de todos los procesos y pruebas que el
pueblo iba a experimentar ¿No es acaso lo mismo con nosotros que fuimos
escogidos y estamos siendo formados por su mano amorosa? por tanto lo veían
como el Padre de la nación (2 Cro 29:10). Dios Padre es muy contrario a lo que
se cree comúnmente (que Dios es airado y vengativo en el AT) pues en las
Escrituras es presentado como un padre compasivo
“Como
el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen”
Salmos 103:13
¿No
es acaso esta la misma visión de Jesús cuando dice que hombre hay entre
vosotros que si su hijo le pide pan le va a dar una piedra (Mt 7:9)? Dios Padre
es alguien compasivo para con nosotros siendo paciente al vernos muchas veces
revelándonos ante su voluntad y no siguiendo sus pasos. Además Dios se muestra
cercano al estar preocupado por los débiles de la sociedad a tal punto que se
muestra como Padre protector de ellos.
“Padre de huérfanos y defensores de
viudas es Dios en su santa morada” Salmos 68:5
Por
supuesto este no es único versículo en el cual se muestra a Dios preocupado por
los débiles de las sociedad ya que da un sin número de versículos respecto a
esto (Dt 26:12-13) El Dios Padre no solamente es compasivo y cercano sino que
además es un Padre guiador.
“Irán con lloro, más con misericordia
los haré volver, y los haré andar juntos a arrojos de aguas, por camino derecho
en el cual no tropezarán; porque soy a Israel por Padre, y Efraín es mi
primogénito” Jeremías 31:9
Como
hijos amados del Padre necesitamos la guía y el pastoreo continuo de un Padre
amoroso. Pero esto supone que los hijos deben buscar honrar a su Padre. El
Padre confronta a su pueblo cuando ellos no le obedecen
“El hijo honra al padre, y el siervo a
su señor. Si pues, soy yo padre ¿Dónde está mi honra? Y si soy señor ¿Dónde
está mi temor? Dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que
menosprecias mi nombre. Malaquías 1:6
Por
lo tanto el pueblo de Israel sabia de un Dios cercano, compasivo, guiador y que
exigía obediencia a sus hijos, pero aunque ellos sabían todo esto jamás se
imaginaban que ese Padre iba a enviar a su hijo, el cual era “el resplandor de su gloria, la imagen misma
de su sustancia y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder”
(Hebreos 1:3) y en palabras de Juan 1:1
“Lo que era desde el principio, lo que
hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y
palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida”
Ese
Padre que estaba en los cielos se había manifestado por medio de su hijo en la
tierra ¿Puede existir algo más glorioso para los discípulos del Señor?
Ciertamente los discípulos de la época y los apóstoles experimentaron al Señor
en su presencia física. ¿Eso significa que Dios es alguien lejano porque no los
experimentamos físicamente nosotros? Por supuesto que no. Por medio de la obra
de Cristo y el poder del Espíritu Santo nosotros podemos acércanos y
experimentar una cercanía muy intima con Dios.
“Pues no habéis recibido el espíritu de
esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu
de adopción por el cual clamamos: ¡Abba Padre! Romanos 8:15
“Y por cuanto sois hijos, Dios envió a
vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba Padre! Gálatas
4:6
Ahora
no solamente vemos a un Padre compasivo, cercano, guiador de un pueblo sino que
ahora vemos a un Padre compasivo que envió a su hijo a morir en la cruz del
calvario, a un Padre cercano que sacrifico a su escogido y aun Padre que nos
guía por medio del Espíritu Santo en nuestros corazones. Ya no solo le decimos
“Padre” sino que ahora con toda confianza venimos ante su presencia y le
decimos “Papito” ¡Es una cercanía increíble! ¿Por qué entonces querremos pasar
lejos de nuestro Padre celestial? ¿Por qué no nos acercamos y disfrutamos de su
presencia llena de amor y de misericordia? ¿No es asombroso que podemos
acércanos a un Dios soberano, todopoderoso y santo solo al arrodillarnos y
buscar su presencia?
Esto
es lo primero y más esencial que debemos aprender cuando oramos y es que nos
estamos dirigiendo a nuestro Padre por medio de la obra de nuestro Señor
Jesucristo. ¿Tienes tú ese privilegio de acercarte a él? ¿Ya eres hijo de Dios
y no del diablo? ¿Puedes acercarte y sentirte amado? ¿Puedes acercarte y
confiar en sus promesas? Si es así ¿Por qué no pasas más tiempo en su gracia?
[1] http://www.mesilot.org/esp/sidur/sidurspanish.pdf
[2]
Ibíd. Página 6.
[3]
Craig Keener. Comentario Cultural de Lucas. Página 215.
[4]
Citado por John MacArthur. A solas con Dios. Página 6.
[5] http://www.spurgeon.com.mx/sermon2311.pdf
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