A partir del siglo XVIII hacia adelante comenzó a
desarrollarse un área de estudio en la teología cristiana conocida como “La
búsqueda del Jesús Histórico” esta búsqueda tiene como propósito tener un
retrato genuino del Jesús histórico. Hasta el día de hoy existen 3 búsquedas
del Jesús histórico[1].
Esta búsqueda comenzó en Inglaterra con varios teólogos que partían de la base
de que el Jesús de los evangelios es totalmente diferente al Jesús histórico
que existió en Palestina en el siglo I. Por tanto cada uno de los autores que
se embarcaban en la búsqueda del Jesús histórico hacía un retrato de Jesús
según sus hipótesis. Para algunos Jesús era un revolucionario fracasado que
había malinterpretado quien era Dios, para otros Jesús era un maestro moral que
había invitado a sus seguidores a seguir sus pasos y para otros los evangelios
fueron una construcción de sus discípulos que en realidad no tenían que ver con
que Jesús hubiera resucitado sino simplemente como un acto de fe (No importa el
hecho sino el significado). Esta búsqueda del Jesús histórico siguió avanzando
entre los académicos y llego a discusiones sobre cuáles de los evangelios era
el que reflejaba más fielmente al Jesús histórico y cuáles no. Estas supuestas
búsquedas del Jesús histórico terminan simplemente en dañar dos cosas
fundamentales de la fe cristiana.
En
primer lugar parten en la
incredulidad pues afirman que lo que relatan los evangelios respecto a
Jesucristo no es verdad. Por supuesto ellos aseguran hacerlo de forma sincera
pues buscan establecer los verdaderos hechos respecto a Jesús. Pero el problema
es que las mismas Escrituras presentan los testimonios acerca de Jesús como
algo que realmente experimentaron personalmente (1 Cor 15:5-8; 1 Jn 1:1-3) por
tanto como Dios no puede mentir (Num 23:19) quienes no creen en el testimonio
de la Escritura le están diciendo a Dios mentiroso (Rom 3:4) y ellos están
creyente en sus propios razonamientos (Rom 1:21)
En
segundo lugar distorsionan la
naturaleza de Cristo. Muchos de aquellos que realizan esta “búsqueda” terminan
haciéndose su propia idea respecto a la naturaleza de Cristo. Para muchos de
ellos Cristo fue simplemente un hombre sabio o moral que no es Dios encarnado,
que no podría ser la segunda persona de la trinidad.
Muchos de estos académicos afirman ser cristianos y
creer en Jesucristo pero no de la manera en que tradicionalmente la iglesia ha
afirmado la naturaleza de Cristo. Es por eso que Jesucristo nos advierte que
habrá muchas personas que afirman creer en el que sus propias obras niegan que
realmente crean en él. Jesús ha venido mostrando que existen dos puertas, dos
caminos y dos destinos (Mt 7:13-14) también nos ha mostrado que existen dos
árboles. El árbol bueno y el árbol malo y que sus frutos van a revelar que
clase de árbol son (Mt 7:15-20) Esta advertencia que Jesús había dado era para
que se cuidaran del engaño de los falsos profetas que iban a venir vestidos de
ovejas para engañarnos. Pero Jesús aquí va un paso más allá y nos quiere
mostrar que no es suficiente que nos cuidemos de los falsos profetas sino que
además debemos cuidarnos de nosotros mismos. ¿Es acaso posible que nosotros nos
engañemos a nosotros? ¡Por supuesto! 1 Corintios 3:18; Gálatas 6:7; 1 Juan 1:8
“Que
nadie se engañe. Si alguno de ustedes se cree sabio según la sabiduría de este
mundo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio”
“No se
engañen. Dios no puede ser burlado. Todo lo que el hombre siembre, eso también
cosechara”
“Si
decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no
está en nosotros”
El engaño es algo que está fuertemente en nosotros es
por eso que debemos analizarnos constamente a la luz de la palabra. Los
cristianos a través de los siglos siempre han visto la necesidad de examinar su
vida a la luz de la palabra de Dios porque reconocen su naturaleza pecaminosa y
la advertencia de Pablo. 2 Corintios 13:5
“Examínense
ustedes mismos y vean si permanecen en la fe; póngase a prueba ustedes mismos.
¿O acaso ustedes mismos no se conocen? ¿Acaso no saben que Jesucristo está en
ustedes? ¡A menos que no hayan pasado la prueba!”
No
todo el que afirma verbalmente ser cristiano lo es Mateo 7:21
Jesús se refiere aquí a las personas que hacen un
reconocimiento superficial de quien es el. La palabra Señor se usaba en un
sentido de respeto, como lo usaron los discípulos en algunas ocasiones (Mt
18:21; 26:22) como también en el sentido de Señor de todas las cosas (Rom
10:9; 1 Cor 8:6) No es suficiente hacer una afirmación ortodoxa o intelectual
acerca de quién es Jesucristo. Los religiosos de la época eran sin duda
personas ortodoxas. Ellos creían ser descendientes de Abraham y estar haciendo
las obras que Abraham había hecho (Mt 3:8) daban limosna (Mt 6:1-4) oraban (Mt
6:5-8) ayunaban (Mt 8:16-18) y en ocasiones se dirigían a Jesús como Maestro
(Mt 22:16) pero todas estas afirmaciones no eran y acciones no eran más que
palabras vacías pues venían de un corazón muerto en delitos y pecados. Un
pastor llamado Richard Baxter (1615-1691) ya contaba sobre su época:
“No es inusual encontrar ministros que
sean inconversos. Su predicación será fría y sin vida si Cristo no está en su
corazón. Ojala cada estudiante de teología (especialmente en los seminarios)
entendiera esto. ¿De qué vale estudiar si esto no nos conduce al conocimiento
de Dios y de su gracia salvadora? Si Dios en su misericordia salva estos
ministros, entonces, ellos tendrán un conocimiento de El que jamás se hubieran
imaginado. No se puede conocer nada correctamente, a menos que se conozca a
Dios. Nada en el universo entero puede ser conocido correctamente, a menos que
sea conocido en relación con su Creador[2]”
Es
posible ser pastor o ser una persona estudiosa de la Biblia o de teología y no
ser salvo realmente. Esta debería ser una advertencia muy profunda para todos
nosotros los cuales nos sentamos cada domingo a escuchar la palabra de Dios. También
tenemos en las Escrituras a personas que hacen confesiones de fe que finalmente
no son ciertas. Unas de las más evidentes tienen que ver con Judas él estuvo en
el círculo más cercano de Jesucristo (Mt 10:4) y sin embargo lo traiciono (Mt
14.10-11) Esto no pudo haberlo hecho sin haber mantenido una fuerte apariencia
externa de ser alguien que confesaba realmente a Jesucristo. Otro ejemplo lo
tenemos en el libro de los Hechos donde se nos relata acerca de la predicación
de Felipe en Samaria en donde muchos oían la predicación y veían los milagros
que hacía. Entre esas personas se encontraba Simón un hombre que practicaba
magia y con ello engañaba a la gente para ganar dinero. (Hechos 8:4-12) el
relato nos dice que Simón creyó y se bautizó, pero aun así su confesión era
falsa. Hechos 8:12, 18
“Incluso el mismo Simón creyó y se
bautizó, y siempre andaba con Felipe y lleno de asombro veía las señales y los
grandes milagros que Felipe hacia”
“Y al ver Simón que el Espíritu Santo se
recibía por la imposición de manos de los apóstoles, les ofreció dinero”
Estos
ejemplos nos dicen que es perfectamente posible ser externamente un discípulo
de Jesús, bautizarse, ser miembro de una iglesia, servir en una iglesia, tomar
alguna responsabilidad en la iglesia, hablar a otros acerca de Cristo, predicar
en el templo o en la calle acerca de Cristo, asistir constantemente a toda
reunión que la iglesia acuerde, ofrendar en la iglesia y aun así no ser
verdaderamente salvo. ¿Cómo sabes que tu profesión de fe es verdadera? ¿Cómo
estás seguro de ser alguien realmente salvo? ¿Cómo sabes que no eres Judas o
Simón? Pero aparte de que las personas podemos hacer falsas profesiones de fe,
también los demonios pueden hacer afirmaciones ortodoxas o intelectuales en
cuanto a la fe. Cuando Jesús anduvo por la tierra de los gadarenos tuvo que
expulsar a unos demonios los cuales hicieron una confesión ortodoxa sobre
Jesús. Mateo 8:29; Stgo 2:19
“Y entre gritos le dijeron. “Hijo de Dios
¿Qué tienes que ver con nosotros? ¿Has venido para atormentarnos ante de
tiempo?”
“Tú crees que Dios es uno, y haces bien,
¡Pues también los demonios creen y tiemblan!”
La
confesión que los demonios hacían acerca sobre Jesús era correcta pero no por
esos sus vidas eran cambiadas. Ahora es cierto que hay muchas personas que en
nuestra sociedad dicen “Creer en Dios” y personas en las congregaciones dicen
“Creer en Jesucristo” Pero ¿Cómo uno puede darse cuenta si su confesión de fe
es verdadera o falsa? Imagina que eres una persona que ha venido de niño a la
iglesia, tus padres siempre te llevaron allí y conoces todas las prácticas y el
lenguaje cristiano. De pronto aparece una persona de la cual te enamoras,
sientes que no podrías vivir sin esa persona, tus anhelos y tus sueños están
junto a ella. Luego te das cuenta que a esta persona no le agrada la religión y
manifiesta que aunque te ama no le interesa en lo más mínimo tu fe en
Jesucristo. Como tú le amas y deseas tener una vida junto a el decides que la
“religión que te enseñaron tus padres” no es tan importante como pensabas así
que decides adaptar tu fe a una creencia personal y no congregarse para agradar
a tu esposo. ¿Pueden ver el ídolo allí? El amor de su vida no es Cristo, sino
un hombre. Ella decide agradar a su esposo ante que al Señor. Ella decide
servir a los hombres ante que a Cristo.
Ahora
imagina que no fuiste formado en la fe cristiana. Tuviste una vida desordenada
y mundana sin ninguna relación con el cristianismo. De pronto alguien te predica,
crees en él, te bautizas y te haces miembro de una iglesia. Con los años Dios
abre puertas para estudiar y llegas a ser un doctor importante en el país. Tu
carrera como doctor ha sido exitosa, pero ahora puedes mucho más exitosa si
aceptas un puesto de trabajo en la clínica más importante del mundo en donde
debes practicar abortos clandestinos. Al principio dudas, pero luego crees que
es una oportunidad única en la vida y aceptas. ¿Pueden ver el ídolo allí? El
éxito es el señor de su vida y no Jesucristo. El ama más el reconocimiento de
los hombres que el reconocimiento de Jesucristo. Lo que quiero decir con esto
es que la verdadera fe cristiana afecta toda la vida. Nadie puede ser cristiano
públicamente sino no lo es secretamente.
Jesús
enfatiza esto cuando nos dice que no es solamente quien confiesa verbalmente el
que entra en reino de los cielos sino aquel que “hace la voluntad de mi Padre”.
El mismo Señor dice que el había venido al mundo para esto y por tanto aquellos
que hacen la voluntad del Padre son realmente sus hermanos. Juan 6:38-39; Mateo
12:50
“Porque no he descendido del cielo para
hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y esta es la voluntad del
que me envió: Que de todo lo que él me dio, yo no pierda nada; sino que lo resucite
en el día final”
“Porque todos los que hacen la voluntad de
mi Padre que está en los cielos son mis hermanos, mis hermanas y mi madre”
El
hacer la voluntad de Dios no es solamente repetir las enseñanzas de Jesús sino
que es vivir conforme a su voluntad. ¿Y cómo sabemos si estamos viviendo
conforme a su voluntad? Si es que estamos permaneciendo en su palabra. Juan
15:4
“Permanezcan en mí, y yo en ustedes. Así
como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, sino permanece en la vid,
así tampoco ustedes, sino permanecen en mi”
El que
es verdaderamente creyente sigue creyendo en el evangelio frente a toda
circunstancia difícil de la vida. El que es verdaderamente creyente sigue
arrepiendose de su pecado sin importar el pecado que sea. Por ejemplo Andrew
Fuller fue importante bautista que escribió un libro para combatir la herejía
del hipercalvinismo que sostiene que no se debe predicar el evangelio porque
los elegidos solo los traerá Dios. Él tuvo 11 hijos con su esposa de los cuales
perdió 8 hijos. Durante la perdida de sus 8 hijos y la muerte de su amada
esposa escribió[3]:
“Las aflicciones que enfrenta mi familia
son casi insoportables, y que es lo que será de mi ¡No lo sé! Por casi un mes
los sufrimientos de mi amada esposa han sido extremadamente fuertes”
“La dulce madre ya no llora más sus pérdidas.
Ya no hay más duros trabajos ni una carga pesada en sus hombros. Su preciosa
alma en sufrimiento ha sido liberada de todo miedo y temor y por fin ha llegado
al tierno hogar junto con sus hijitos y con su Dios”
Uno podría
preguntarse ¿Cómo es que persevero Andrew Fuller a pesar de todas estas
difíciles pruebas en su vida? Porque siguió creyendo en el Evangelio a pesar de
las adversidades. O tal vez estas experimentando una fuerte lucha contra el
pecado y piensas que jamás será liberado del poder de él y cuando pecas te
sientes terrible porque piensas que Dios no puede perdonarte a un ser terrible
como tú. Pero la verdad es que un verdadero creyente se angustia frente a la
realidad del pecado en su vida. Se duele y corre al trono de la gracia a buscar
perdón. En cambio un no creyente peca y simplemente se limpia la boca y sigue
adelante sin ninguna angustia o arrepentimiento. Entonces ¿Eres tu uno de los
que afirma solo de palabra que cree en Jesús y en el evangelio y vive una vida
donde Cristo no gobierna realmente tu vida? ¿Vienes al templo pensando que aquí
serás redimido cuando realmente es solo Jesucristo quien puede redimirnos?
No
todo el que hace obras milagrosas es cristiano Mateo 7:22
En este segundo caso Jesús traslada el dialogo al día
del juicio. El “Aquel día” hace referencia al día del juicio donde Cristo venga
a juzgar todas las cosas (Isa 2:12, Jl 2:1; Mal 4:5; 1 Tes 5:2; 2 Pe 3:10) Al
igual como los “muchos” que entran por la puerta espaciosa o ancha (Mt 7:13)
ese día “muchos” van a creer que habían ido por el camino correcto cuando no
era realmente cierto. Al igual como en el primer caso estas personas hacen un
fuerte énfasis en llamar “Señor, Señor” a Jesús pero sus corazones no estaban
realmente en Cristo. Estas personas hacen tres cosas: Profetizan, echan fuera
demonios y hacen milagros.
En
primer lugar el profetizar. Los
falsos profetas podían profetizar es por eso Dios dejo una advertencia sobre
los falsos profetas (Dt 13:1-5) y en los días Jeremías ya existían (Jer
23:25-28). Pero además de eso los falsos profetas igual podían ser usados por
Dios para profetizar cosas que eran ciertas (Num 23:5; 2 Pe 2:15) Hay casos de
cristianos se han visto sorprendidos por eso cuando un falso profeta les ha
profetizado algo que puede ser cierto pero el punto es que aun Dios puede usar
a un falso profeta para llevar a cabo sus propósitos.
En
segundo lugar el echar fuera demonios. Cuando Jesús llego empezó a echar a fuera demonios (Mt
8:16; 9:33) y enseño que Satanás no puede echar fuera a Satanás porque si no
estaría dividido sobre si mismo (Mt 12:26) Por tanto cuando un no creyente intenta
echar fuera demonios fracasa. Hechos 19:13-16
“Andaban
por ahí algunos judíos exorcistas, que intentaban invocar el nombre del Señor
Jesús sobre los que tenían espíritus malignos. Les decían: En el nombre del
Jesús, a quien Pablo predica, les ordenamos salir. Los que hacían esto eran los
siete hijos de un judío llamado Esceva, que era jefe de los sacerdotes; Pero el
espíritu maligno les respondió: Yo sé quién es Jesús y se también quién es
Pablo; pero ustedes ¿Quiénes son? Dicho esto, el hombre que tenía el espíritu
malo se arrojó sobre ellos; y los derribo con tanta fuerza que los hizo huir
desnudos y heridos”
¿Entonces a que se refiere Jesús con que echan fuera
demonios? Yo creo que se refiere a que aparentan que echan fuera demonios (con Satanás
de su lado) pero en realidad no son capaces de echarlos fuera porque no tienen
el poder de Dios y si lo hacen simplemente estarían destruyendo su reino.
En
tercer lugar los milagros. Los
milagros son una de las cosas más fáciles de copiar para los demonios pues
tienen cierto poder. Cuando Moisés fue donde el Faraón y les quiso mostrar el
poder de Dios, los magos imitaron muchos de las cosas que hacia Moisés (Exodo
7:10; 22; 8:7;) Esto es porque Satanás tiene poder para hacer grandes señales
que engañan a muchos (Mt 24: 24) 2 Tesalonicenses 2: 8-10
“Entonces
se manifestara ese malvado, a quien el Señor matara con el espíritu de su boca
y destruirá con el resplandor de su venida. La llegada de este malvado, que es
obra de Satanás, vendrá acompañada de gran poder y de señales y prodigios
engañosos, y con toda la falsedad e iniquidad para los que se pierden, por no
haber querido recibir el amor de la verdad para ser salvados”
Esto nos dice algo sumamente importante, nos dice que
ni la profecía, ni echar fuera demonios ni el hacer milagro es lo central en el
evangelio. Por supuesto que estas cosas pueden suceder según lo que Dios ha
establecido en su palabra para que se haga. Pero no son lo central para ver si
una persona realmente es salva de la condenación. Es posible que también
pensemos y digamos “pero no somos una iglesia carismática” esas cosas no
suceden aquí. Ciertamente pero el principio de esta enseñanza es que podemos
hacer muchas cosas pensando que eso nos hace realmente salvos cuando no es así.
He conocido a muchas iglesias donde existe en activismo, o sea hacer muchas
cosas para demostrar con eso que todo va bien en la iglesia. Podríamos tener
más reuniones de oración, de hombres, mujeres, matrimonios, jóvenes, estudios
bíblicos, visitas a hospitales, cárceles, hogares de ancianos, patio de comida,
ayuda a los pobres, extranjeros, viudas, etc. pero eso no necesariamente
asegura que seamos realmente salvos. ¿Está basada su seguridad de Salvación en
hacer cosas, en asistir a reuniones, en cumplir con cierto estándar? El hacer
grandes obras milagrosas o de caridad no indica que voy a la presencia de Dios.
Aquellos
que tienen una relación con Jesucristo son salvos Mateo 7:23
Jesús nos relata de lo que pasara ese gran día cuando
muchos que han afirmado verbalmente creer en Jesús u otros que han profetizado,
expulsado demonios y echo milagros se acerquen a él para querer encontrar
justificación serán rechazados por el diciendo que nunca los conoció. La
palabra “conocer” aquí indica una relación muy íntima con una persona de tal
manera que Génesis 4:1 nos dice
“Adán
conoció a Eva, su mujer, y ella concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por la
voluntad del Señor he adquirido un varón”
Esto nos indica que Jesús conoce a los que son suyos.
Dios expresa por medio de su palabra que él conoce realmente a su pueblo. Jeremías
1:5; 2 Tim 2:19
“Antes
de que yo te formara en el vientre, te conocí, Antes de que nacieras, te
santifique y te presente antes las naciones como mi profeta”
“Pero
el fundamento de Dios está firme, y tiene este sello: El Señor conoce a los que
son suyos; y que se aparte de la iniquidad todo aquel que invoca el nombre de
Cristo”
Pero Jesús dice aquí que él nos los conoce, no
pertenecen a su pueblo, no pertenecen a su grey. Si vemos con atención el
pasaje veremos que Jesús no les reprende que ellos afirmen verbalmente
conocerlo o no les reprende que profeticen, echen demonios fuera y hagan
milagros, sino que les reprende que sean “hacedores de maldad” (RVC; NVI)
“violan las leyes de Dios” (NTV) Los “hacedores de maldad” a los cuales Jesús
se refiere son a aquellos que “practican el pecado”. Tal como lo describe Juan
3:8-9
“El
que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio.
Para esto se ha manifestado el Hijo de Dios: para deshacer las obras del
diablo. Todo aquel que ha nacido de Dios no practica el pecado, porque la
simiente de Dios permanece en él, y no puede pecar; porque ha nacido de Dios”
¿Practicas mentir, robar, murmurar, engañar, lujuria,
deshonrar a tus padres, homosexualidad, fornicación, ira, codicia, envidia?
Entonces no eres hijo de Dios. Esto quiere decir que ellos por un lado se
muestran personas que verbalmente y públicamente dicen “creer en Dios”, “dicen
creer en Jesús” ¿No es acaso gran parte de nuestra sociedad moralista y
conservadora aquella que afirma esto? ¿No es acaso gran parte del mundo
evangélico que afirma lo mismo sobre Jesús? ¿No sucede esto con el mundo
reformado donde todos copian y pegan frases de predicadores pero no hay
diferencia con aquellos no reformados que tienen sus biblias lejos y una vida
de oración seca? ¿Qué sucede cuando realmente tomamos conciencia de que Dios
nos ve en lo privado y quedamos en vergüenza ante su trono? ¿Qué sucede con
aquellas personas que están escuchando esto hoy para amontonar ira para el día
del gran juicio? Pero a pesar de todo esto hay una buena noticia. La buena
noticia es que si eres un hacedor de maldad, hay uno que es un hacedor de
bondad. Hay uno que fue totalmente justo, que siempre hizo la voluntad de su
padre, que profetizo, echo fuera demonios e hizo milagros y que tuvo una relación
con Dios de una forma perfecta. Es Jesucristo.
[1] Alfaro Gerardo. Historia y teología
del Jesús Histórico.
[2] http://www.iglesiareformada.com/Baxter_el_pastor_reformado.pdf
[3]
Editado por Jaime. D Caballero. Andrew Fuller. El evangelio para todos los
hombres. Página 50.
0 comentarios:
Publicar un comentario