Carlos
Peña es rector de la universidad Diego Portales y conocido columnista en el
diario “El mercurio” el cual se le invito a una entrevista en canal 13 para
analizar la situación del país y en uno de sus primeros comentarios él dijo:
“Yo pienso que la generación que nació en
los años 90, esa generación que hoy día que estará cercana a los 30 o entre 30
o 40 años, es una generación que por causas que habrá que dilucidar tiene la
sensación que los que ellos sienten como certeza subjetiva acerca de lo que es
verdadero o correcto es un principio valido de acción social sin ninguna
deliberación. La convicción que basta sentir algo como injusto para que
entonces sea injusto sin ninguna mediación ni deliberación racional de ningún
tipo”
Este
análisis es muy acertado cuando se intenta interpretar el sentimiento que
muchos jóvenes tienen en nuestra cultura y la pregunta que surge es ¿De dónde
sacaron esa idea los jóvenes de los años 90? ¿De quienes obtuvieron esa idea?
Yo pienso que puede haber muchas respuestas a esta pregunta pero creo que
muchas de esas ideas provienen de la educación que le dieron o la falta de
ella. No hay duda que para los no creyentes la responsabilidad de la educación
es del jardín, de la escuela, del liceo, de la universidad pero casi nada de
los padres. Pero para nosotros como cristianos sabemos que la educación les
corresponde a los padres. Entonces ¿Quiénes educaron a los niños en los años
90? ¿Fueron realmente los padres? ¿Qué hicieron los padres de los años 90,
educaron a sus hijos conforme a las Escrituras o simplemente dejaron el peso de
la educación a la enseñanza de la escuela dominical? ¿Quiénes están educando a
tus hijos actualmente? Estas son preguntas incomodas para todos nosotros porque
no nos hemos esforzado lo suficiente en educar a nuestros hijos. El libro de “Teología de la familia” editado
por Jeff Pollard y Scott Brown en sus primeras páginas nos dice:[1]
“Tenemos que recuperar la convicción de
que el propósito de Dios para la familia y sus instrucciones para ella
constituyen un aspecto vital de la vida en la actualidad. Tenemos que confirmar
en nuestra generación que Dios creo a la familia como un elemento muy
importante en el cumplimiento de su propósito eterno. Primero, Dios creo a la
familia para dar estructura y orden a los seres humanos, los cuales hizo a su
imagen y semejanza. Segundo, la familia es la institución encargada de enseñar
y preparar a los hijos para las iglesias, comunidades, culturas y naciones.
Tercero, Dios creo a la familia con el fin de pasar el evangelio de una
generación a otra. Por último, Dios diseño a la familia para ser una
demostración viva de diversos aspectos de la gloria del evangelio y también
personificar las verdades bíblicas”
Este
libro nos recuerda que sino recuperamos este aspecto básico del cristianismo
que es la familia como algo fundamental en el plan de Dios para trasmitir el
evangelio a las próximas generaciones entonces sufrirá la iglesia y el mundo de
igual manera con una generación que no conoce a Dios. Los frutos de esto se ven
en nuestra sociedad. La delincuencia esta desatada con todos los saqueos y
ataques a casa que se está enfrentando muchas personas. La mayoría de la
juventud actual cree que todo es un derecho social y que el estado debe
proveerle de todas las cosas. ¿De dónde vivieron todas esas ideas? ¿Cómo es que
los jóvenes aceptan esa visión de la vida sin problemas? Nos gustaría decir que
ese pensamiento es solo de no creyentes pero tenemos “cristianos” avalando
todas estas prácticas hoy en día.
Efesios 6:4 “Y vosotros,
padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos”
Pablo
nos ha mostrado que una persona llena del Espíritu Santo habla de las
Escrituras, canta al Señor, da gracias por todo lo que él ha hecho en su vida y
se somete unos a otros en el temor del Señor (Efe 5:18-21) y estos mismos
principios se han aplicado a la esposa sometiéndose a su esposo como a Cristo y
al esposo amando a su esposa como Cristo amo a la iglesia (Efe 5:22-33).
También vemos que los hijos debían obedecer a los padres porque esto es justo,
esto es lo que dice la ley de Dios y esto trae promesas del Señor (Efe 6:1-3)
Debemos
rechazar las actitudes no bíblicas de criar ¿Por qué? Porque esas actitudes
pueden provocar “ira” sobre nuestros hijos (Col 3:21). La palabra “ira” (Gr.
Parorgizo) significa “encolerizarse, enfurecerse, arder en ira.[2] Otras versiones
traducen “Y ustedes, padres, no
hagan enojar a sus hijos, sino críenlos según la disciplina e instrucción del
Señor” (NVI) Padres, no hagan enojar a sus hijos con la forma en que los
tratan. Más bien, críenlos con la disciplina e instrucción que proviene del
Señor (NTV)
Pero
¿Qué cosas pueden producir que nuestros hijos se creen con esa ira en sus
corazones? Hay muchas cosas que podríamos nombrar, pero nombraremos las más
comunes. Los padres pueden
provocar a ira a sus hijos con exceso de protección. La protección
por nuestros hijos es buena, pero la sobreprotección produce finalmente niños
inseguros. Una vez conocí a una hermana que tenía un nieto que teniendo
aproximadamente 12 años de edad aun lo trataba como un niño pequeño y ¡hasta lo
bañaba! (Laban Gen 29:26; 31: 43)
Los padres pueden provocar a ira sus hijos
por la falta de protección. La falta de protección y guía
por parte de los padres puede crear niños inseguros, pero más peor aún son los
hijos que desobedientes a los padres que no consideran para nada su voz. Muchos
de los niños “rebeldes” que andan en el mundo en nuestra época son debido a
esto.
“Los hijos de Elí eran hombres impíos, y
no tenían conocimiento de Jehová” 1 Samuel 2:12
“Pero Elí ya era viejo; y oía de todo lo
que sus hijos hacían con todo Israel, y como dormían con las mujeres que
velaban a la puerta del tabernáculo de reunión. Y les dijo: ¿Por qué hacéis
cosas semejantes? Porque yo oigo de todo este pueblo vuestros malos procederes.
No, hijos míos, porque no es buena fama la que yo oigo; pues hacéis pecar al
pueblo de Jehová. Si pecare el hombre contra el hombre, los jueces le juzgarán;
más si alguno pecare contra Jehová, ¿Quién rogará por él? Pero ellos
no oyeron la voz de su padre, porque Jehová había resuelto hacerlos morir” 1
Samuel 2:22-25
Los padres pueden provocar a ira sus hijos
cuando tienen hijos favoritos. El tener un niño más
favorito que otro simplemente va a provocar los celos y las molestas
comparaciones que hacen daño. Imagino que muchos de nosotros hemos visto o
escuchado frases como “Tú querías más a mi hermano que a mi” o “tú preferías
más a mi hermano que a mí”
Los padres pueden provocar a ira sus hijos
cuando son indiferentes con ellos. Esto es muy parecido a
la desobediencia, pero tiene que ver con estar presente como padre pero no
corregir la conducta de sus hijos. Por ejemplo el Rey David fue alguien así con
su hijo Adonias y su hijo Absalon, los cuales finalmente terminaron rebelándose
contra él.
“Entonces Adonias hijo de Haguit se rebeló
diciendo: Yo reinaré. Y se hizo de carros y de gente de a caballo, y de
cincuenta hombres que corriesen delante de él. Y su Padre nunca le había
entristecido en todos sus días con decirle; ¿Por qué haces así? Además, este
era de muy hermoso parecer; y había nacido después de Absalon” 1 Reyes 1:5-6
Los padres pueden provocar a ira sus hijos
cuando aplican castigo físico excesivo. El castigo físico es
parte de la disciplina establecida por Dios. Pero debe ser usada con dominio
propio, sabiduría y cuando hay una desobediencia abierta contra el padre.
Aquellos que solo limitan la disciplina al castigo físico están equivocados.
“La vara y la corrección dan sabiduría;
más el muchacho consentido avergonzará a su madre” Proverbios 29:15
Entonces
estimados hermanos ¿Estamos practicando algunos de estos métodos no bíblicos
para enseñarles a nuestros hijos? ¿Te das cuenta que practicar el exceso o la
falta de protección produce hijos rebeldes contra el Señor? ¿Te das cuenta como
el favoritismo y la indiferencia los destruye? ¿Puedes ver como tu falta de
dominio propio y sabiduría al aplicar un castigo excesivo porque simplemente
molesta tus deseos egoístas aleja a tu hijo de tu corazón? Es muy importante
considerar estas preguntas porque la práctica de todos estos métodos no solo
alejan a tu hijo de tu vida, sino que además alejan a tu hijo de la única
esperanza que es el evangelio. Nosotros como padres se nos ha encomendado que
la tarea más sublime que tenemos es guiar a nuestros hijos ante el único y
santo salvador y aplicar métodos pecaminosos puede terminar destruyendo a tu
hijo.
Efesios 6:4 “sino criadlos en
disciplina y amonestación del Señor”
Después
de considerar todo lo que los Padres no deben hacer respecto a cómo criar a los
hijos, pues esto provocaría la ira de ellos. Ahora Pablo pasa al aspecto
positivo de la crianza que es criarlos “en la disciplina y amonestación del
Señor”. La palabra “disciplina” (Gr. Paideia) denota la formación dada a un
niño, incluyendo la instrucción, disciplina y corrección[3] Esta palabra incluye la
disciplina corporal. La palabra amonestación (Gr Nouthesia) significa poner en
mente, amonestar, exhortar. Es la instrucción de palabra tanto si es de aliento
como de reprensión o reproche.[4] Hay autores que la
consideran como palabras sinónimas pero tienen sutiles diferencias como que
“disciplina” incluye el castigo físico. Generalmente cuando pensamos en
“disciplina” se nos viene a la mente el castigo físico y aunque eso está
incluido en estas palabras es solamente una parte de la disciplina. Lo primero
que debemos hacer cuando vamos a criar a nuestros hijos es la comunicación con
ellos.
La comunicación con nuestros
hijos
Uno de
los problemas en nuestra cultura es la comunicación. En la antigüedad en Chile
el padre se destaca por no comunicarse con sus hijos y aunque esto ha cambiado
levemente ahora tenemos el problema de la tecnología. Tanto padre e hijos no se
comunican en la vida cotidiana porque es reemplaza por la televisión, el
computador o el celular. Pero lo que la Biblia supone es una enseñanza
cotidiana que incluye una comunicación cotidiana y dinámica entre Padres e
hijos.
“Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con
diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se
aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñaras a
tus hijos, y a los hijos de tus hijos” Deuteronomio 4:9
“Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán
sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en
tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las
atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y
las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas” Deuteronomio 6:6-9
Como
podemos ver esta es una descripción cotidiana de la vida con tus hijos “cuando
estás en casa” “andando por el camino” “al levantarse” toda ocasión de la vida
es un momento apropiado para enseñarle a los hijos. Esto supone que los padres
deben pasar tiempo con tus hijos, es sorprendente que hay padres que no pasen
tiempo con sus hijos jugando, hablando o caminando con ellos. ¿Cómo se supone
que enseñes a tus hijos sino pasas tiempo con tus hijos? En el mundo antiguo
esta era un poco más fácil pues la madre pasaba trabajando solamente en casa y
el padre después de cierta edad trabajaba con su hijo lo cual facilitaba de
alguna manera la comunicación.
Pero
en la cultura actual se nos va a presionar mostrándonos que esto no es tan
importante e incluso muchos padres caen en eso. Por ejemplo es común hoy en día
que la mayoría de los padres trabaje fuera del hogar y cuando llegan quieren
descansar y evitar la molestia de comunicarse con sus hijos. La solución en
muchos casos es ponerle en la televisión para que dejen de molestar. Luego que
pasan los años seguimos el mismo juego y lo reemplazamos con el celular y luego
cuando llegan a mayor edad nos preguntamos ¿Por qué nuestros hijos no se
comunican conmigo? La respuesta es simple tu nunca les enseñaste a comunicarse
contigo en lo cotidiano. Es por eso que el ideal bíblico es que la esposa
trabaje en su casa y el hombre trabaje fuera de ella, pero aun así es posible
que el hombre no se comunique con sus hijos. Lo que debemos hacer es planificar
tiempo con nuestros hijos.
El
pastor Voddie Baucham cuenta como él aprendió esta lección. En una ocasión él
fue invitado a predicar en una importante conferencia de pastores de los
Bautistas del Sur[5]. Esta
era una oportunidad única e incomparable en la vida pues estaría compartiendo
con reconocidos pastores y seria escuchado por millones de personas. Pero en
ese mismo día su hijo iba a participar en una competencia de pianos y era muy
importante para su hijo que su padre estuviera allí. Él tuvo que decidir entre
la invitación más importante para él o lo más importante para su hijo. El
decidió llamar y cancelar su presencia en la conferencia para estar con su
hijo. Esto es tener una visión bíblica sobre qué cosas son más importantes para
nosotros a la hora de comunicarnos y participar de la vida de nuestros hijos.
La mayoría de los padres pierde a sus hijos en esta etapa de la vida porque
cree que no son cosas importantes en la vida.
La comprensión de tus hijos
El
dedicar tiempo a estar con nuestros hijos nos llevara a conocer a nuestros
hijos. El es un ser humano creado a imagen de Dios (Gen 1:26-28) único y
diferente como ningún otro. Así que como imagen de Dios y como pecador necesita
ser comprendido y corregido en su pecado. El pecado de un niño es pecado ante
el Señor pero él no comprende de forma clara eso, por tanto debe ser escuchado
para ser comprendido y corregido. Por
tanto en primer lugar es importante que escuchemos a nuestros hijos.
“Al que responde palabra antes de oír; le
es fatuidad y oprobio” Proverbios 18:13
“Por esto, mis amados hermanos, todo
hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse” Santiago 1:9
Para
ser comprensivos en sus pecados y en su luchas diarias debemos escuchar a
nuestros hijos. Por ejemplo supón que tienes dos hijos y que uno le pega al
otro. Generalmente reaccionamos diciendo ¿Por qué le pegaste a tu hermana? La
respuesta será “no sé” y luego probablemente le castigo. ¿Por qué el niño no
responde? Porque el aún no tienen la suficiente reflexión para entender por qué
el pego a su hermana. Por tanto lo que necesitas allí es buscar algunas otras
preguntas que ayuden a tu hijo a entender porque reacciono así y peco golpeando
a su hermana. Tú debes ser quien escuche y guie a sus hijos a
comprender la gravedad del pecado.
En segundo lugar es importante que
respondamos las preguntas de nuestros hijos. Un
niño por naturaleza hará preguntas y ellos van a preguntas muchas cosas como
¿Por qué esto es así? O ¿Por qué haces estas cosas? Las mismas Escrituras dan
por sentado esto.
“Guardaréis esto por estatuto para
vosotros y para vuestros hijos para siempre. Y cuando entréis en la tierra
que Jehová os dará, como prometió, guardaréis este rito. Y cuando os
dijeren vuestros hijos: ¿Qué es este rito vuestro?, vosotros responderéis:
Es la víctima de la pascua de Jehová, el cual pasó por encima de las casas de
los hijos de Israel en Egipto, cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras
casas. Entonces el pueblo se inclinó y adoró. Y los hijos de Israel fueron
e hicieron puntualmente así, como Jehová había mandado a Moisés y a Aarón”
Éxodo 12:24-25
En tercer lugar es importante discernir
las luchas que tenga nuestros hijos. Debido a que nuestros
hijos son pecadores por naturaleza van a luchas con algún pecado en particular.
Hay niños que van a luchar particularmente con el egoísmo, les cuesta mucho
compartir y nosotros debemos mostrarles que compartir es importante porque es
la voluntad de Dios.
“El alma generosa será prosperada; y el
que saciaré, el también será saciado” Proverbios 11:25
Otros
luchan con el orgullo por tanto se les debe enseñar la humildad es la voluntad
de Dios.
“Cuando viene la soberbia, viene también
la deshonra; mas con los humildes esta la sabiduría” Proverbios 11:2
Recuerdo
en una ocasión que una hermana me contaba que su hija sentía “asco” por
personas gordas y una vez estando en la mesa dijo que podía estar sentada con
esta asquerosa gorda. ¿De donde aprendió eso? Pues es parte de su vanidad pecaminosa
que debe ser corregida lo más pronto posible.
En cuarto lugar se debe instruir a
nuestros hijos en todos los sentidos. La instrucción para
nuestros hijos es algo muy variado que incluye el enseñarle a orar como el
Señor le enseño a sus discípulos (Luc 11:1) o animarlos en sus momentos de
dificultad (Sal 46:1-3) o enseñares porque es tan importante la sabiduría y la
inteligencia que Dios da (Prov 2:1-5) Esto te dará inigualables oportunidades
para advertir sobre el confiar solamente en Dios (Prov 3:5-8) sobre el dar
(Prov 3:9-10) la fornicación (Prov 5:1-17) y el deleite sexual en el matrimonio
(Prov 5:18-19) La falsedad (Prov 6:1-5) la pereza (Prov 6:11) Los proverbios
son un arsenal de Sabiduría de Dios para nuestros hijos.
El uso de la vara
Hay
personas que al escuchar esto se la “vara” asocian inmediatamente con el uso de
la violencia en cualquier sentido, pero esto no tiene nada que ver el uso
adecuado y bíblico de la vara. La Biblia nos habla en varias ocasiones de
corrección (Prov 12:1; 13:1; 23:12)
“El que detiene el castigo, a su hijo
aborrece; mas el que lo ama, desde temprano lo corrige” Proverbios 13:24
“Castiga a tu hijo en tanto hay esperanza;
mas no se apresure tu alma para destruirlo” Proverbios 19:18
“Corrige a tu hijo, y te dará descanso, y
dará alegría a tu alma” Proverbios 29:17
Parte
de instruir en la disciplina y amonestación del Señor está el castigar a los
hijos. El no castigar a nuestros hijos es no amarlo en verdad porque uno
disciplina al hijo porque lo ama. Pero la pregunta es ¿Cómo debemos
castigarlos? En este punto muchos cristianos aplican métodos que los “expertos”
nos enseñan cómo decirle al niño que no podrá ver televisión, irse al cuarto,
dejarlo a solas o simplemente no darle lo que quiere. Pero ¿Es esa la manera que
el Señor nos revela en su palabra? El Señor nos revelo el uso de la vara (Prov
10:13; 26:3)
“La necedad está ligada en el corazón del
muchacho, más la vara de la corrección la alejará de él” Proverbios 22:15
“No rehúses corregir al muchacho; porque
si lo castigas con vara, no morirá. Lo castigarás con vara, y librarás su alma
del Seol” Proverbios 23:13-14
“La vara y la corrección dan sabiduría;
más el muchacho consentido avergonzará a su madre” Proverbios 29:15
Hoy en
día hay cristianos que quieren evitar la clara implicancia de estos pasajes.
Por tanto van argumentar que el uso de la vara era solo para esos tiempos pero
no para los nuestros, o que la vara se usaba solamente para guiar a los niños y
no para castigarlos. Pero ¿es esto realmente así? Veamos. La palabra “vara”
significa “echar ramas, brote o literalmente vara[6]” y como se usa de diversas
maneras en las Escrituras tiene un sin número de significados[7] como rama (Gen 30:37;
Jer 1:11) como apoyo que llevaban los viajeros ya sean pastores o
ancianos (Gen 32:10; Mr 6:8) también la usaban los pastores para contar sus
ovejas pasando por debajo (Lv 27:32; Ez 30:37) como palo que llevaban los
soldados (1 Sam 14:27; 2 Sam 23:21) los pastores lo usaban como guía y
protección (Mi 7:14) en algunos casos era símbolo de autoridad “vara de Moisés”
(Exo 4:20) o servía para medir (Eze 40:3; Apo 11:1) Por tanto podemos que la
idea de la vara esta por todas las Escrituras y en esta ocasión se está usando
claramente como aplicándolas como castigo a los hijos.
Entonces
lo que Dios nos está diciendo, es algo que los cristianos quieren evitar
escuchar en esta época que es que Dios nos está llamando a castigar a nuestros
hijos con vara.
Por supuesto hay
objeciones a la práctica de este castigo como “amo a mis hijos demasiado
para castigarlos” pero fíjate que las Escrituras nos dice que castigar
a tu hijo es realmente amarlo. Si Dios nos dejará pecar sin ninguna
consecuencia y eso nos llevará a la destrucción ¿Acaso podríamos decir que el
realmente nos ama? El castigo con vara tiene dos propósitos, uno librarlo de la
vergüenza que producirá a los padres y dos librarlo del camino al infierno.
Otra objeción es pensar que el
castigarlo de esta manera va provocar que él sea más violento. Este es un
argumento muy común entre los “expertos de familia”. Si analizan con cuidado lo
que se está diciendo en esta frase es que el niño lo vuelve más violento el
trato de los padres y que no es violento por naturaleza. ¿Cómo explicaran estos
expertos la violencia de esta generación que ha rechazado esta forma de
castigo? Es claro que es una mentira lo que dicen. Otros padres después de
probarlo un par de veces creen que esta manera de castigar no
funciona. Pero cuando uno se acerca a los padres para ver como la
aplican se dará cuenta de que hay inconsistencia al aplicarla, hay ira al
aplicarla o no hay efectividad al aplicarla. Por tanto no es culpa de esta
manera sino de la mala manera de aplicarla.
La
verdadera razón de porque los padres no practican esta manera es porque se han
acostumbrado a aceptar las mentiras de la cultura y rechazar lo que la Biblia
nos dice. El problema es que los padres cristianos pueden prestar mayor atento
al experto de moda que les diga como criar a sus hijos que a las Escrituras. En
el fondo las mentiras de Satanás han sembrado la incredulidad respecto a las
Escrituras. Pero si tú crees realmente en las Escrituras, si confías en ellas
como la revelación del Señor entonces al practicar este castigo de forma
bíblica verás los frutos que la misma Biblia dice respecto a tus hijos.
“Es verdad que ninguna disciplina al
presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto
apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados” Hebreos 12:11
El uso adecuado de la vara
Es
posible usar mal la vara y castigar a tu hijo de una manera abusiva ¿Qué quiero
decir eso? Que antes de la vara debe venir la comunicación, antes de la vara
debe venir el conocer a tus hijos para saber cuándo realmente te está
desobedeciendo para aplicar la disciplina. Cuando vayas aplicar la disciplina a
tu hijo hay tres cosas de las cuales debes poner mucha atención.
La primera cosa que debes poner atención
es que debes aplicar el castigo explicándole a tu hijo que al
haber desobedecido a ti ha hecho algo mucho más grave que es desobedecer la ley
de Dios.
“Todo aquel que comete pecado, infringe
también la ley; pues el pecado es infracción de la ley” 1 Juan 3:4
Tú no
puedes aplicarle castigo a tu hijo porque te molesta cuando estás viendo
televisión o estás haciendo algo que te entretiene y tu hijo te interfiere pues
eso sería aplicar el castigo por tus propios deleites y no por haber quebrando
la ley de Dios, por tanto en esos casos tú vas a ser quien peque contra Dios.
La segunda cosa importante es que jamás
debes aplicar el castigo cuando tú estás enojado con tu hijo.
“Porque la ira del hombre no obra la
justicia de Dios” Santiago 1:20
El
aplicar el castigo estando enojado con tu hijo hará que no te enfoques en que
él ha pecado contra Dios y no contra ti. Además puede golpear a tu hijo de una
forma excesiva y puedes terminar pecando más tú que tu hijo. Si tu hijo ha
pecado y te enojado es mejor que esperes calmarte antes de aplicar el castigo.
Esta práctica requiere mucho dominio propio que es un fruto del Espíritu (2 Tim
1:7)
La tercera cosa importante es que antes y
después de aplicarle el castigo debes decirle que haces esto porque amas a Dios
y a él. El propósito que tiene el castigo es la
restauración de la persona. Cuando una persona es excomulgada de la iglesia (Mt
18:17) es que esta persona al ser expulsada de la comunión con los creyentes se
sienta lejano de sus amados hermanos y del Señor y llegue a reconocer su pecado
con un arrepentimiento de corazón. En el caso de un niño es lo mismo lo que
buscamos no es la conducta externa sino que el corazón del niño se acerque al
Señor y antes de aplicarle la disciplina le explicas porque lo haces y después
de la disciplina lo abrazas y le dices que lo amas.
Imaginemos
un ejemplo. Supongamos que a tu hijo (a) le dices que no tome algo que en
otras ocasiones le has dicho que no tome, entonces nuevamente le dices “hijo te
he dicho en otras ocasiones que no tomes eso” entonces el simplemente insiste y
lo toma. Entonces tú debes tomar a tu hijo ponerlo en tus rodillas (si es que
hay otras personas debes irte a una habitación donde estés a solas con él) y
decirle: “hijo has desobedecido mi voz y eso es pecar contra el Señor, por
tanto como él te ama y yo también debo castigarte”. Después de bajarle el pañal
y darle unas palmadas debes decirle que haces esto porque amas al Señor y a él
y abrazarlo y comenzar todo de nuevo. Como pueden ver aquí no hay ni
enojo, ni ira, ni te enojas porque hizo algo contra ti, sino que simplemente le
expones las razones de porque los castigas y lo haces confiando en que esto irá
acercando su corazón a lo del Señor y va a ir entendiendo lo que es obediencia.
[1]
Editado por Jeff Pollard y Scott Brown. Teología de la familia. Página 17 (PDF)
[2] https://dle.rae.es/?id=M5vXGGX
[3] Diccionario Vine. Página 285
[4] Diccionario Vine. Página 53
[5] Voddie Baucham. Patrimonio
espiritual. Pagina 61
[6] Concordancia Strong. Página 128.
[7] Diccionario Certeza. Pagina 1376
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