El cimiento es la parte del edificio que está debajo
de la tierra y sobre la cual descansa toda la estructura de dicho edificio.[1] Un Arquitecto escribió
cual era el propósito de tener buenos cimientos.
“La
parte básica es soportar la carga de todo el edificio. Una buena y fuerte base
mantiene el edificio en pie mientras las fuerzas de la naturaleza causas
estragos. Los cimientos bien construidos mantienen a los ocupantes del edificio
seguros durante calamidades como terremotos, inundaciones, fuertes vientos,
etc. Los cimientos deben ser construidos de tal manera que impidan la humedad
del suelo se filtre y debilite la estructura[2]”
Cuando un edificio es construido con un mal cimiento
tiene todo el riesgo de que ese edificio se derrumbe fácilmente ante cualquier
temblor, lluvia o fuerte viento. Pero cuando tiene un buen cimiento, aunque de
igual manera tiene el riesgo de derrumbarse ante un temblor, lluvia y viendo es
muy mínima su probabilidad porque tiene un excelente fundamento. Lo más trágico
de que un derrumbe de un edificio no es el edificio por sí mismo sino la
pérdida de vidas humanas. Las personas viven cada día creyente que ellas están
bajo un edificio de solido fundamento pero la realidad es que están pronto a
perder la vida por haber puesto su confianza en un fundamento superficial. En
el mundo antiguo como en la actualidad cuando algún edificio se derrumbaba
terminaba con la vida de las personas. Lucas 13:4
“Y en
el caso de los dieciocho, que murieron aplastados al derrumbarse la torre de
Siloe, ¿Creen ustedes que ellos eran más culpables que el restos de los
habitantes de Jerusalén?
Por tanto lo que Jesús quiere hacernos pensar por
medio de esta ilustración es ¿Bajo qué cimiento esta fundamenta tu vida? ¿Es un
fundamento en la roca o es un fundamento en la arena? ¿Es tu fundamento capaz
de soportar todas las aflicciones de la vida y mantenerse en pie o al
enfrentarse al primer problema, prueba, tentación o aflicción se derrumba de
forma completa? ¿Es tu fundamento tan firme que te permitirá mantenerte con
vida o tu fundamento es tal débil que llevara a la muerte?
Edificado
sobre la roca. Mateo 7:24-25
Jesús está terminando el sermón con esta ilustración
para aplicar todo lo que nos ha enseñado por medio del Sermón del monte. Él nos
enseñó las Bienaventuranzas y que al practicarlas somos sal y luz del mundo (Mt
5:1-16) luego enseño que el no vino abolir ni abrogar los profetas sino a
cumplir y mostrarnos la ley de Dios era mucho que el acto externo en sí mismo,
sino que tenía que ver con el corazón para la ira, el adulterio, el divorcio,
los juramentos y el amor hacia el prójimo (Mt 5:17-48) también nos enseñó que
se puede ser alguien religioso pero hipócrita al practicar limosna, oración y
ayuno (Mt 6:1-18) además nos enseñó donde debería estar nuestro tesoro y porque
no debíamos afanarnos ni a tener ansiedad porque Dios nos cuidaba
providencialmente (Mt 6:19-34) Finalmente nos enseñó que debemos pedir por
sabiduría y saber que existen dos puertas, dos caminos y dos destinos. Además
debemos aprender a discernir entre los falsos y verdaderos profetas como
también debemos examinar nuestro corazón de nuestro propio engaño (Mt 7:1-23) Por
lo tanto lo que Jesús comienza enfatizando aquí es que el hombre que es sensato
o sabio es quien oye todas estas palabras y las pone en práctica.
“Todo
el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente
que construyo su casa sobre la roca” (NVI)
“Todo
el que escucha mi enseñanza y la sigue es sabio” (NTV)
El versículo paralelo a este nos da un detalle
interesante sobre este hombre. Nos dice que este hombre “cava hondo y pone los
cimientos sobre la roca” (Luc 6:48) Los rabinos debatían si era más importante
oír la ley o cumplirla. La mayoría concluía que oírla era lo más importante
porque uno no podía cumplirla sin oírla[3]. Pero podemos ver en las
Escrituras que esto era algo que iba siempre unido. Deuteronomio 6:3; Lucas
11:28
“Oye
Israel, y asegúrate de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra
que fluye leche y miel, y te multipliques, tal y como el Señor y Dios de tus
padres te lo ha prometido”
“Jesús
respondió: Mas bien, dichosos los que escuchan la palabra de Dios, y la
obedecen”
El hombre sensato es el hombre que practica la palabra
de Dios de forma cotidiana en su vida. Para el hombre sensato no es suficiente
saber de la Biblia sino que él cree todo lo que la Biblia enseña. Para el
hombre sensato no es suficiente escuchar sermones él quiere vivir esos
sermones. Para el hombre sensato no es suficiente hablar de la oración él
quiere experimentar el tiempo de oración con Dios. Para el hombre sensato no es
suficiente hablar de comunión entre los hermanos él quiere tener esa comunión
real con los hermanos. Para el hombre sensato no es suficiente hablar del
evangelio él quiere predicarles el evangelio a otros. El hombre sensato está
constantemente edificando su vida alrededor de la palabra de Dios y él sabe que
esa palabra de Dios viva es Cristo la roca eterna (Sal 78:35; 1 Pe 2:4-8) Podemos
ver una descripción general de un hombre sensato a través de las mismas
enseñanzas que el sermón del monte nos ha mostrado.
En
primer lugar el hombre sensato es un hombre que tiene deseos de conocer más a
Dios. Al ver el sermón del
monte podemos ver que en sus primeras enseñanzas el Señor nos mostró que
alguien bienaventurado busca ser pobre en espíritu, manso, que tiene hambre y
sed de justicia y que se goza aun en las persecuciones (Mt 5:1-12) ¿Qué es lo
que lo motiva a eso? ¡Conocer a Dios! Salmos 1:2-3; 42: 2
“Que,
por el contrario, se deleita en la ley del Señor, y de día y de noche medita en
ella. Ese hombre es como un árbol plantado junto a los arroyos; llegado el
momento da su fruto; y sus hojas no se marchitan. ¡En todo lo que hace
prosperara!”
“Mi
alma tiene sed de ti, Dios de la vida; ¿Cuándo vendré a presentarme ante ti, mi
Dios?
Para el hombre sensato no es suficiente saber de la
palabra de Dios sino que quiere conocer a Dios por medio de ella. Quiere
experimentar su presencia. Quiere disfrutar de su amor. David Brainerd solía
orar así[4]:
“Oh,
si mi alma estuviera envuelva en el amor divino, y mis anhelos y deseos de Dios
aumentara! Oh, bendito Dios mío! Déjame subir hasta cerca de ti, y amar, y
desear e implorar, y luchar y extenderme hacia a ti, para la liberación de mi
cuerpo de pecado y muerte”
En
segundo lugar el hombre sensato es un hombre que conoce lo peligro de su
corazón. Jesús apunto en el
sermón del monte que el tema no era simplemente cumplir el mandato de manera
externa sino que tenía que haber una obediencia del corazón (Mt 5:17-48) Por
tanto un hombre sensato es cuidadoso de sus pensamientos y motivaciones del
corazón porque saben que el proviene el mal. Mateo 15:19
“Porque
del corazón salen los malos deseos, los homicidios, los adulterios, las
fornicaciones, los robos, los falsos testimonios, las blasfemias”
Por tanto él está examinando constantemente sus
pensamientos y motivaciones de porque hace las cosas. Los fariseos pensaban que
estaban predicando la palabra de Dios. Pablo pensaba que estaba sirviendo a
Dios pero todos ellos estaban equivocados ¿Tu porque haces lo que haces? ¿Qué
te motiva realmente hacerlo?
En
tercer lugar el hombre sensato práctica su fe. Jesús enseño que si realmente vamos a vivir la
palabra de Dios amaremos a nuestro prójimo, aunque sea difícil hacerlo y
amaremos a nuestro enemigo, aunque sea imposible hacerlo (Mt 5:38-48) Los
frutos cristianos se van evidenciando mientras más vivimos en comunidad y
mientras más enfrentamos momentos difíciles. Gálatas 5:22-24; Santiago 1:2-3
“Pero
el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza. Contra tales cosas no hay ley. Y los que son que son de
Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos”
“Hermanos
míos, considérense muy dichosos cuando estén pasando por diversas pruebas. Bien
saben que, cuando su fe es puesta prueba, produce paciencia”
En
cuarto lugar el hombre sensato se esfuerza por discernir las cosas a la luz de
la palabra de Dios. Un
hombre que sensato es un hombre que al estar buscando y viviendo la palabra de
Dios va adquiriendo cada vez un discernimiento espiritual profundo sobre todas
las cosas y puede discernir en sus juicios con su hermanos, cuando falsos
profetas se acercan o cuando su propio corazón le está engañando (Mt 7:1-23)
Tal como el Apóstol Pablo nos aconseja hacerlo en 1 Tesalonicenses 5:21
“Examínenlo
todo; retengan lo bueno”
Comprendiendo que el hombre prudente practica la
palabra de Dios entonces cuando él se ve enfrentado a las diversas desgracias,
dolores, sufrimientos y males del mundo caído del cual vivimos se ve mojado por
la lluvia, azotado por las olas, golpeado por el viento pero jamás destruido
¿Por qué? Porque su cimiento es firme, su cimiento es la roca, su cimiento es
Cristo. 2 Corintios 4:7-10
“Pero
tenemos este tesoro en vasos de barro, para que vea que la excelencia del poder
es de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, pero no
angustiados; en apuros, pero no desesperados; perseguidos, pero no
desamparados; derribados, pero no destruidos, siempre llevamos en el cuerpo, y
la por todas partes, la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se
manifieste en nosotros”
Edificado
sobre la arena. Mateo 7:26-27
Por otro lado Jesús dice que oye su palabra y nos las
pone en práctica es un hombre insensato que construye sobre la arena.
“Pero
todo el que me oye estas palabras y no las pone en práctica es como un hombre
insensato que construyo su casa sobre la arena” (NVI)
“Sin
embargo, el que oye mi enseñanza y no la obedece es un necio, como la persona
que construye su casa sobre la arena” (NTV)
El versículo paralelo nos dice que el que oye y no las
pone en práctica “es como quien construye su casa sobre el suelo y no pone
cimientos” (Luc 6:49) El necio es escucha sobre Dios pero en verdad en su
corazón no hay un temor de él es por eso que desprecian la sabiduría y la
enseñanza (Prov 1:7) Ellos pueden externamente decir “Amen” a todas estas
enseñanzas que Jesús acaba de dar, pueden abrir su biblias para cumplir,
asisten a los cultos porque es lo que deben hacer, estudian teología porque así
comprenden a Dios intelectualmente pero Dios es a quien aman con todo su ser y
corazón (Mt 22: 37-40) Por tanto un hombre necio es todo lo contrario al hombre
sensato que ponía en práctica la palabra de Dios.
En
primer lugar el hombre insensato no tiene deseos de conocer más a Dios. Los fariseos eran las personas que hablaban de Dios
pero en realidad no tenían deseos por conocer a Dios. Interiormente ellos no
eran pobres, mansos ni tenían sed y hambre de justicia de Dios. Al contrario
ellos creían que eran perfectos delante de Dios. A ellos les era suficiente con
cumplir con los mandamientos de no matar, no adulterar, no divorciarse, no jurar
en vano de forma externa. Ellos se jactaban de cumplir con dar limosna, orar y
ayunar públicamente. Jesús que conocía todo su corazón dijo en Mateo 23:3
“Así
que ustedes deben obedecer y hacer todo lo que ellos les digan, pero no sigan
su ejemplo, porque dicen una cosa y hacen otra”
Un hombre insensato lo que hace es hablar de la
Biblia, hablar de la oración, hablar de teología, hablar del evangelio, hablar
de la iglesia pero su corazón en realidad está seco por la pasión por Dios.
¿Eres capaz de hablar de Dios sin ninguna admiración de su belleza? ¿Eres capaz
hablar de la gracia de Dios sin ningún verdadero interés? ¿Eres capaz de hablar
de la iglesia sin ningún sentido de urgencia? ¿Crees que ya estas obedeciendo a
Dios por asistir a un templo?
En segundo
lugar el hombre insensato no se preocupa del corazón. Debido a que los fariseos hacían todo externamente
ellos en realidad no estaban preocupados del corazón que es a donde Jesús
apunto en todo momento en el sermón del monte. El preocuparse del corazón es
admitir que eres malo al acercarte a Dios. El hombre insensato considera que
nunca desobedece a Dios y por tanto se acerca ante Dios con auto justicia.
Lucas 15:29-20; 18:11
“Pero
hijo mayor le dijo a su padre: “Aunque llevo tantos años de servirte, y nunca
te he desobedecido, tu nunca me has dado ni siquiera un cabrito para disfrutar
con mis amigos. Pero ahora viene este hijo tuyo que ha malgastado todos tus
bienes con rameras, ¡y has ordenado matar el becerro gordo para el!
“Puesto
en pie, el fariseo oraba consigo mismo de esta manera: “Dios mío, te doy
gracias porque no soy como los demás, que son ladrones, injustos y adúlteros.
¡Ni siquiera soy como este cobrador de impuestos!
Hoy puedes estar aquí pensando que eres “mejor que los
del mundo” porque asistes a un templo pero la verdad es que no hay ningún
merito en eso. No hay ninguna virtud moral delante de Dios que te justifique
realizar actos externos de religiosidad. El verdadero problema radica en tu
propio corazón pecaminoso. Esto puede ser cierto en cualquier tipo de persona,
incluso en pastores. Ostavius Winslow fue un destacado predicador de Inglaterra
relato la vida de un pastor se puede destruir cuando todo se realiza de forma
externa sin el corazón.
“Trabajando
por la salvación de los demás, no trabajo por la suya. Creció sin oración,
despreocupado, seguro de sí mismo, mundano y orgulloso, y en grados lentos pero
ciertos y fatales ¡descendió de su alta eminencia!”
En
tercer lugar el hombre insensato no tiene discernimiento espiritual. Debido a que no desea buscar a Dios y solo obedece
mandamientos religiosos externamente el hombre insensato no tiene un
discernimiento espiritual para evaluar las cosas. Por ejemplo cuando Jesucristo
vino al mundo los fariseos no lograron reconocer que era el Mesías. Juan
8:43-44
“¿Por
qué no entienden mi lenguaje? Pues porque no pueden escuchar mi palabra.
Ustedes son de su padre el diablo y quieren cumplir con los deseos de su padre,
quien desde el principio ha sido un homicida. No se mantiene en la verdad,
porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, habla de lo que es propio;
porque es mentiroso y padre de la mentira”
Cuando Pablo predico a los gentiles los judaizantes se
opusieron y no lograron ver que esto era el cumplimiento de las Escrituras.
Hechos 15:1:
“De
Judea llegaron algunos que enseñaban a los hermanos que si no se circuncidaban
según el rito de Moisés, no podían ser salvos”
El hombre insensato no comprende las cosas del
Espíritu porque está muerto en delitos y pecados. ¿Han conocido ese tipo de
personas que son entusiasmadas por cualquier viento de doctrina? ¿Qué se
interesan por cualquier moda teológica nueva y se mueven año tras año? Pues es
seguro que son hombres insensatos que no han edificado en la Roca que es
Cristo. Ahora ¿Qué pasa con este hombre insensato cuando llega la prueba, la
persecución, las aflicciones y el dolor? Es destruido por ello. Mateo 13:20-21;
2 Pedro 2:20-22
“El
que oye la palabra es la semilla sembrada entre las piedras, que en ese momento
la recibe con gozo, pero su gozo dura poco por tener poca raíz; al venir la
aflicción o la persecución por causa de la palabra se malogra”
“Gracias
al conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, habían logrado escapar
de las contaminaciones del mundo, pero volvieron a enredarse en ellas y fueron
vencidos, con lo que su estado final fue peor que el primero. Les hubiera sido
mejor no haber conocido el camino de la justicia, que volverse atrás después de
haber conocido y recibido el santo mandamiento. Pero en ellos se ha cumplido la
verdad proverbial: El perro vuelve a su vómito, y la puerca recién lavada
vuelva a revolcarse en el lodo”
El hombre insensato afirmaba creer en Cristo,
participa en la iglesia diciendo que era cristiano, escuchaba sermones, oraba y
vivía una vida de apariencia de piedad pero fue destruido porque su fundamento
no era Cristo y por tanto cualquier cosa que edificara se iba a destruir (Sal
127:1) La pregunta final de esta ilustración es ¿Sobre qué cimiento está
fundamentada tu vida? Si en esta ocasión muriera la persona a la cual más ama
¿Te sostendrías en Cristo? Si en este momento Dios te quitara algo que valoras
mucho ¿Te sostendrías en Cristo? Si en este momento se te diagnosticara una
enfermedad grave ¿Te sostendrías en Cristo? Si Dios no te concediera lo que
deseas ¿Te sostendrías en Cristo? La respuesta final a estas preguntas revela
cual es el fundamento en el cual te sostienes.
Jesús
enseña con autoridad Mateo 7:28-29
Las Escrituras nos dice que cuando Jesús termino de
enseñar las personas estaban admiradas o sorprendidas por las enseñanzas y la
autoridad de Jesús.
“Cuando
Jesús termino de decir estas cosas, las multitudes se asombraron de su
enseñanza, porque les enseñaba como quien tenía autoridad, y no como los
maestros de la ley” (NVI)
“Cuando
Jesús termino de decir esas cosas, las multitudes quedaron asombradas de su
enseñanza, porque lo hacía con verdadera autoridad, algo completamente
diferente de lo que hacían los maestros de la ley religiosa”
Esta no fue la única vez que Jesucristo sorprendió por
sus enseñanzas sino que cuando era muy joven la gente se sorprendió por su
sabiduría. Lucas 2: 46-47
“Tres
días después lo hallaron en el templo, sentando en medio de los doctores de la
ley, a quienes escuchaba y les hacía preguntas. Todos los que lo oían se
asombraban de su inteligencia y de sus respuestas”
También cuando predico en Nazaret se sorprendieron por
el conocimiento que Jesús tenía siendo el hijo de José a quien conocían. Lucas
4:22
“Todos
hablaban bien de él y se quedaban asombrados de las palabras de gracia que se
emanaban de sus labios, y se preguntaban: ¿Acaso no es este el hijo de José?
La cultura hebrea siempre estuvo rodeada de maestros, intérpretes,
rabís, que siempre estaban enseñando pero la enseñanza de Jesús tenía algo
diferente. Ellos podían ver que la profundidad de sus enseñanzas era diferente,
que la interpretación que hacía de la ley era diferente y que la aplicación que
hacía de ella era perfecta. ¡Había algo impresionante en su enseñanza!
A la vez ellos estaban sorprendidos no solo por su
enseñanza, sino porque las enseñaba con autoridad y no como los escribas. Como
sabemos los fariseos, escribas o maestros la ley eran quienes enseñaban e
interpretaban las Escrituras para luego decirle al pueblo cual era la voluntad
de Dios a sus vidas. El pueblo escucha sus enseñanzas y obedecía pero no veía
una autoridad en ellos como los profetas del Antiguo testamento que venían en
nombre de Dios y decían “Así dice el Señor”. Y aunque Jesús no uso esa manera para
mostrar su autoridad fue mucho más allá e interpretaba lo que ellos habían oído
de sus maestros judíos como una mala interpretación y él les iba a dar la
verdadera interpretación: “Ustedes han oído”, “Pero yo les digo” (Mt 5:21-22;
27-28; 31-32; 33-34; 38-39: 43-44) ¿Por qué Jesús poseía esa enseñanza perfecta
y esa autoridad impresionante? Porque él no enseñaba lo que quería sino lo que
su Padre le envió a predicar, no tenía pecado y porque era Dios encarnado. Juan
7:16; 8.46;
“Jesús
les respondió: Esta enseñanza no es mía, sino de aquel que me envió”
“¿Quién
de ustedes puede acusarme de haber pecado? Y si digo la verdad ¿Por qué no me
creen?
[1] http://lema.rae.es/drae2001/srv/search?id=IYtrb4yMxDXX2xM1jVYF
[2] https://raulpe4.blogs.uv.es/2018/08/30/cimentacion-edificio/
[3] Craig Keener. Comentario cultural
del Nuevo testamento. Página 58
[4] http://www.iglesiareformada.com/david_brainerd.pdf
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