En las últimas décadas se ha instalado un tema de debate
entre los cristianos respecto al tema de aportar económicamente en la iglesia. Algunas
personas que han sufrido consecuencia por el falso evangelio de la prosperidad
han rechazado todo tipo de aporte a las congregaciones argumentando que solo
son engaños para sacarles dinero a las personas. Otros que siguen más las
tradiciones evangélicas argumentan que todo cristiano debe aportar el diezmo a
la iglesia. Porque de lo contrario están pecando contra Dios. Y otros piensan
que es más valido dar el dinero a instituciones que ayudan a los pobres en vez
de darlo a las congregaciones. Entonces ¿Se
debe aportar a la iglesia? ¿Es bíblico dar? ¿Se debe dar el diezmo? ¿Es mejor
dar dinero a otras instituciones? ¿Por
qué y para qué se debe aportar a las iglesias? ¿Cuál es la perspectiva
correcta? Todas preguntas nacen en conjunto cuando se trata este tema.
En
primer lugar, ¿Es bíblico dar, se debe aportar a la iglesia o a otras
instituciones? Todas las personas (incluso los incrédulos)
encuentran “virtud” en dar para ayudar y muchas personas dan a diversas
instituciones por diversas razones. Incluso todos podemos dar a otras
instituciones si queremos, pues eso es “hacer el bien” que nos dice Gálatas
6:10: “Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente
a los de la familia de la fe”. El hacer el bien (o sea dar)
se puede hacer a todos pero los cristianos entendemos que el principal
instrumento de Dios para extender su reino es la iglesia.
En
segundo lugar ¿Es bíblico el diezmo? ¿Se debe aportar el 10 por ciento? Muchos
cristianos argumentan que el diezmo sigue vigente porque se dio antes de la ley
(Gen 14:20 Abraham; Gen 28:22 Jacob) Allí hay dos problemas. El primero problema es que si seguimos esa idea
diríamos que la ofrenda fue antes de la ley (Gen 4 Abel; Gen 8 Noé) o que los
sacrificios fueron antes de la ley por tanto deberían seguir vigentes. Por
tanto no se trata si fue antes de la ley sino entender el porqué. El segundo
problema es que en los “diezmos” que dio Abraham y Jacob no dice que fueran
constantes, sino que solamente se dieron una vez. Por tanto para entender el
“diezmo” se debe entender las razones por las cuales se “diezmaba”. Israel era
una teocracia donde había leyes religiosas, morales y civiles. Por tanto
existían por lo menos “3 diezmos” para mantener esto. El primero era el 10% de
los animales y producto agrícolas para los levitas que se dedican al trabajo
del templo (Num 18:20-30; Lev 27:30) El segundo diezmo era anual para el apoyo
de festividades nacionales (Dt 12:10-11; 17-18) el tercer diezmo es conocido
como el diezmo de bienestar para los pobres, extranjeros, huérfanos, viudas (Dt
14:29; Lev 19:9-10) el porcentaje que se calcula a partir de los 3 “diezmos” es
de un 23 a 25%, por tanto quienes insisten en el diezmo hoy deberían exigir la
misma cantidad. Es bastante claro que
cuando llegamos al Nuevo testamento hay solamente dos menciones del diezmo, las
cuales aluden a confrontar la hipocresía de los fariseos más que avalar la
práctica para los cristianos. (Mt 23:23; Luc 11:42) Por tanto se puede
responder que el diezmo es bíblico, pero no aplica los cristianos en la
actualidad.
En
tercer lugar, si no hay diezmos y sin embargo debemos dar ¿Cuál es la manera de
dar bíblicamente y cuáles son sus propósitos? Pablo
escribe en 1 Corintios 16:1.
“En cuanto a la ofrenda
para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las
iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga
aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no
se recojan entonces ofrendas”
La manera bíblica de dar es ofrendar en el día del Señor según lo
que uno haya prosperado. Pablo había ordenado esto mismo a las iglesias de
Galacia. Galacia era la región donde Pablo dirigió su carta a los gálatas: “las
iglesias de Galacia” (Gal 1:1) y también a las iglesias Macedonia y Acaya (Rom
15:25-26)
“Mas ahora voy a Jerusalén
para ministrar a los santos. Porque Macedonia y Acaya tuvieron bien hacer una
ofrenda para los que pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén”
Por tanto vemos que la manera de dar en la iglesia por medio de la
ofrenda. En el Antiguo testamento estaba el diezmo y la ofrenda. Los diezmos se
usaban para mantener la teocracia y funcionaban como impuestos, hoy en día ya
no existe tal teocracia y seguimos pagando impuestos al Estado que nos gobierna
(Rom 13:5-7) La ofrenda y las primicias eran mandatos de Dios a dar voluntariamente debido a un corazón
agradecido al Señor, esto se ve varias veces en el Antiguo testamento (Exo 35:4-5;
21-22; 29; 36:5-6;Num 18:12; Dt 16:10; 17; 1 Cro 29:9-10; 16) Esto quiere decir
que Dios manda a dar, pero el cuanto dar lo deja al corazón de la persona.
El propósito de la ofrenda 2 Corintios
8:1-9
Esta es la segunda carta que Pablo escribe a los
corintios. En ella él explica cómo sus aflicciones han servido para consolar a
otros (1:3-12) porque pospuso su segunda visita Corinto (1:12-24) defiende su
ministerio de los falsos maestros que en Corinto lo atacaban y como sus
enseñanzas habían entrado a la iglesia (3-6) Por tanto hace un llamado a volver
arrepentirse de haberles creído (7) Y en este capítulo 8 aborda el tema de la
ofrenda. Antes de abordar estos pasajes la pregunta es ¿Cuál es el propósito de
la ofrenda? El propósito son los santos en Jerusalén. ¿Por qué? Porque el
vendría una gran hambre a la tierra a la región de Judea donde se encontraba
Jerusalén como lo había profetizado Agabo en Hechos 11:27-30.
“En aquellos días unos
profetas descendieron de Jerusalén a Antioquía. Y levantándose uno de ellos, llamado
Agabo, daba a entender por el Espíritu, que vendría una gran hambre en
toda la tierra habitada; la cual sucedió en tiempo de Claudio. Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía,
determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea; lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de
Bernabé y de Saulo”
Por tanto el propósito de la ofrenda era los pobres de Jerusalén.
Pero además de eso, las iglesias ofrendaban para que no hubiera ningún
necesitado entre ellos (Hechos 4:34-35) ya sean viudas o Ancianos como Pablo
nos dice (1 Timoteo 5:3,4, 9; 17-18)
2 Corintios 8:1-2 La gracia de dar en toda
circunstancia
Debido a los diversos problemas que la iglesia de Corinto
enfrentaba se habían desviado del propósito de ofrendar como lo había hecho las
otras iglesias, por lo que Pablo coloca como ejemplo a las iglesias de
Macedonia para animarlos a retomar la tarea de ofrendar para los santos. Las
tres iglesias que Pablo fundo en la región de Macedonia eran Filipos, Tesalónica
y Berea (Hechos 16:12-40; 17:1-12) habían sido un ejemplo en el dar. Por
ejemplo los filipenses enviaban ayuda a Pablo sus necesidades cuando este se
mantenía predicando. Filipenses 4:16.
“Pues aun a Tesalónica me
enviasteis una y otra vez para mis necesidades”
Por lo que Pablo quiere darles a conocer a los Corintios que los
hermanos de las iglesias de Macedonia han dado, pero esto NO se les debe
atribuir a ellos simplemente, sino que debe ver como la “gracia de Dios”
actuando en ellos. La frase de “gracia de Dios” es el poder sobrenatural del
Espíritu Santo actuando en los creyentes y se usa en reiteradas ocasiones en
las cartas a los Corintios. (1 Cor 1:4; 3:10; 15:10; 16:23; 2 Cor 1:12; 6:1;
8:1, 9; 9:14; 12:9; 13:13) Por eso Pablo decía “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy y su gracia no ha sido en
vano para conmigo; antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la
gracia de Dios conmigo” 1 Corintios 15:10) Por tanto por medio de la gracia
que Dios le ha dado ellos han podido dar.
La provincia de Macedonia era la provincia de Roma al norte Grecia
y ella era una provincia empobrecida debido a las muchas guerras que habían
enfrentado. Pero además de eso ellos estaban enfrentando una “gran prueba de
tribulación” ¿A qué tribulación se refiere? No sabemos con exactitud pero es
seguro que como en Filipo habían sido encarcelados (Hechos 16) en Tesalónica y
Berea perseguidos (Hechos 17) es seguro que estas persecuciones siguieron allí.
Por tanto Pablo nos enseña aquí un contraste maravilloso. Las iglesias a pesar de su “gran prueba de tribulación” ellos abundan en
gozo. A pesar de las difíciles circunstancias ellos estan abundando en el
deleite con el Señor. También nos dice que a pesar de su “profunda pobreza”
(debajo de los medios de subsistencia)
ellos “abundan en riquezas de generosidad”. Nos está diciendo en la
tribulación hay gozo y en la pobreza hay abundancia. ¿Increíble no?
¿Has pensando alguna vez en como en los momentos de pruebas
experimentas más cercanía con el Señor? ¿Te has dado cuenta que cuando has
estado en la pobreza has dado más a la obra del Señor que cuando estás en
abundancia? ¿Por qué sucede eso? Sucede porque cuando vamos tranquilos por la
vida, decimos como la iglesia de Laodicea “Yo
soy rico y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad” (Apo 3:17)
Por tanto el Señor usa los momentos de pruebas para que nosotros dependamos
absolutamente de él y nos llenemos de gozo confiando solamente en él. El nos da
momentos de pobreza para que veamos que somos hijos de un Padre amoroso que
tiene toda la abundancia. El nos ha dado de las “riquezas de su gracia”.
“Las riquezas de su
benignidad” (Rom 2:4) “Las riquezas de su gloria” (Rom 9:23) “Las riquezas de
la gracia de Dios” (Efe 1:7) “La plena riqueza de un entendimiento completo”
(Col 2:2)
Por tanto al tener todas estas riquezas en Cristo, no podemos
pensar que lo que tenemos es “nuestro”. Sino que el Santo Espíritu trabaje en
nosotros para que en cualquier circunstancia que nos encontremos demos para la
obra del Señor.
2 Corintios 8:3-5 El privilegio de darnos a
nosotros mismos
Pablo ahora comenta lo que el había observado en los hermanos de
las iglesias de Macedonia. Debido a que ellos vivían en la tribulación y en la
pobreza se podría esperar que ellos simplemente digieran que no podían dar,
pero al contrario el Espíritu Santo había trabajado en ellos y estaban dando
más allá de sus fuerzas. Seguramente Pablo había conversado con ellos respecto
a la situación que los hermanos de Jerusalén estaban viviendo pero tampoco
quería presionarles al respecto. Sin embargo ellos le “pidieron con muchos
ruegos” (rogándonos con insistencia NVI) que les concediera participar en este
privilegio de dar a los santos. Por tanto aquí tenemos dos ideas que los
hermanos de Macedonio tenía el dar es servir a la obra de Cristo, el dar es un
privilegio cristiano a la obra de Cristo.
El dar es servir. Para
nosotros como cristianos el dar no debiera ser solo un mandamiento (que si lo
es) sino que además es parte de la naturaleza del creyente el servir. Jesús nos
enseño por medio de su vida y ejemplo que debíamos servirnos unos a otros (Jn
13:14-17) La iglesia primitiva así lo entendió cuando “no había entre ellos
ningún necesitado”(Hechos 4:34) o
“cuando buscaba atender la distribución diaria sobre las viudas” (Hechos 6:1)
Nadie podría decir que ama a su hermano si no le sirve cuando lo ve en
necesidad.
“Hermanos míos, ¿de qué
aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe
salvarle? Y si un
hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de
cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz,
calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el
cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no
tiene obras, es muerta en sí misma” Santiago 2:14-17
“Pero el que tiene bienes
de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón,
¿cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en
verdad”. 1 Juan 3:17-18
El dar es un privilegio. Somos
cristianos somos conscientes de que el Padre nos da buenas cosas como sus hijos
(Mt 7:11) por tanto ¿Acaso no es hacer la misma labor con lo que Dios nos ha
dado? Es realmente un privilegio servir a los santos, poder suplir sus
necesidades y dar para la obra del evangelio. ¡Qué privilegio más grande es ser
cristiano y a la vez contribuir en la obra de Cristo!
Pero además de esto Pablo nos cuenta que el esperaba que ellos
iban a contribuir ¡Pero jamás de esta forma extraordinaria! Ellos dieron mucho
más de lo que Pablo esperaba, fueron más allá de las expectativas. ¿Por qué
sucedió esto? ¿Cuál es la razón? El versículo 5 nos da la respuesta. Ellos se
dieron en a sí mismos al Señor, como una ofrenda agradable ante él y luego a
los hermanos.
“Así que, hermanos, os ruego por las
misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo,
santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional” Romanos 12:1
“Así que, ofrezcamos
siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de
labios que confiesan su nombre. Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales
sacrificios se agrada Dios” Hebreos 13:15-16
“vosotros también, como piedras vivas, sed
edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios
espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”. 1 Pedro 2:5
Pablo nos enseña por medio de estas exhortaciones que el dar
ofrenda es servir a la obra de Dios, que el dar ofrendas es un privilegio al
cual deberíamos estar deseosos de partir. Pero más profundo que eso es que el
dar ofrenda no tiene que ver necesariamente con la cantidad que uno da, sino
con el deseo de darse a sí mismo al Señor. Lo que tu das al Señor puede ser
como la actitud del fariseo que se jacta de lo que da a Dios o puede ser como
la viuda pobre que da de lo poco que tenia. Porque el tema no tiene que ver
necesariamente con cantidades sino con la condición del corazón. ¿Amas a Dios?
¿Amas su reino? ¿Amas su iglesia? ¿Deseas darte más a la reino de Dios? ¿Deseas
mostrar más tu fidelidad a Dios? ¿Anhelas cumplir su voluntad? ¿Amas a los
hermanos? ¿Te preocupas por ellos? ¿Estarías dispuesto a poner la vida por
ellos? Entonces no tendrás problema con ofrendar ellos. Porque entiendes que es
una ofrenda al Señor y luego a los hermanos.
2 Corintios 8:6-8 El dar nos pone a prueba
Pablo recuerda aquí que Tito había empezado a recaudar las
ofrendas de la Iglesia de Corinto anteriormente. Ya que Tito había visitado
Corinto antes para informarle a Pablo de las situaciones que allí acontecían (2
Cor 7:6-7) Probablemente las ofrendas se habían detenido debido a que los
falsos maestros de aquella iglesia habían atacado la integridad del ministerio
de Pablo del cual el tuvo que defenderse (3-4) Por tanto se le había exhortado
a Tito que después de haber resuelto el conflicto con los Corintios debería
comenzar nuevamente a recaudar las ofrendas para terminar esta “obra de
gracia”. La obra de gracia aquí es ofrendar para los santos (4). Por lo que
Pablo después de mostrarle como los hermanos de Macedonia han sido ejemplos en
su manera de dar pasa a decirles a los hermanos de Corinto.
¿Así que ustedes abundan en fe (1 Cor 12:9)? ¿Así que ustedes
abundan en palabra (1 Cor 1:5; 12:8)? ¿Así que ustedes abundan en ciencia (1
Cor 12:8)? ¿Así que ustedes abundan en solicitud (dedicación NVI) (2 Cor
7:11-12)? ¿Así que ustedes abundan en amor para con nosotros (1 Cor 13:1-3)?
Pues entonces si es así, abunden también
en esta gracia. O sea si abundan en todos estas cosas también deberían abundar
en ofrendas para los santos.
“Si nosotros sembramos
entre vosotros lo espiritual, ¿Es gran cosa si segaremos de vosotros lo
material?” 1 Corintios 9:11
Pero Pablo está diciendo “No me malinterpreten, yo no les estoy
dando órdenes respecto a este punto”. La NVI traduce con mayor claridad esta
frase: “No es que esté dándoles órdenes, sino que quiero
probar la sinceridad de su amor en comparación con la dedicación de los demás
(2 Corintios 8:8) Lo que Pablo quiere probar es la sinceridad del
amor que ellos tienen por los santos de Jerusalén.
Lo interesante de aquí es que el dar nos pone a prueba. El dar pone a
prueba nuestros corazones porque nos muestra si realmente creemos que hemos
sido bendecidos en Cristo, entonces no tendríamos problemas con dar ofrendas
para el reino de Dios. El dar pone a prueba nuestros corazones porque revela
cuáles son nuestras prioridades en nuestra vida. No hay nada de malo en sí
mismo con viajar, ir al cine, salir a comer o disfrutar de las bendiciones
temporales que Dios nos da, pero ¿Cuál es nuestra prioridad de nuestra vida?
¿Qué es lo que nos mueve en nuestra vida? ¿Es el reino de Dios y su justicia o
simplemente disfrutar de las bendiciones temporales de este mundo? La respuesta
que demos a esa pregunta, es lo que se refleja en las ofrendas dadas a los
santos.
2 Corintios 8:9 Jesucristo se dio como
ofrenda
Pablo le recuerda a los Corintios “la gracia de las gracias” la
gracia de nuestro Señor Jesucristo. Nos recuerda que Jesucristo era “rico”. ¿En
qué sentido? ¡En todo el sentido imaginado! El es el dueño de todas las cosas y
posee todo el poder, autoridad, soberanía, gloria, honor y majestad (Isa 9:6;
Miq 5:2; Jn 1:1; 8:58; 10:30; 17:5; Col 1:15-18; 2:9; Heb 1:3) sin embargo el
por amor a sus escogidos se hizo “pobre” esta es una clara referencia a la
Encarnación de Cristo (Jn 1:14; Rom 1:3; 8:3; Gal 4:4; 1 Tim 3:16; Heb 2:7) ¿En
qué sentido se hizo pobre? En el sentido de dejar todo su poder, gloria, majestad
para hacerse ser humano débil e ir a la cruz del calvario para salvarnos y
darnos vida eterna. Por eso mismo nosotros hemos sido enriquecidos
espiritualmente porque Jesucristo se ha presentado como una ofrenda al Padre.
“Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a
sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante” Efesios
5:2
Por tanto siguiendo las
pisas de nuestro maestro entreguémonos completamente al Señor, en su obra, en
su justicia, en su gracia.
0 comentarios:
Publicar un comentario