Es
común que como cristianos pensemos que la “gran comisión” comienza en Mateo
28:16-20 pero la verdad es que la gran comisión comienza en Génesis 1:26-28
cuando Dios crea al hombre y a la mujer para “señorear” y “sojuzgad”. En otras
versiones las palabras usadas son para
que tengan “dominio” y la “sometan” (NVI) “reinar” y “gobernar” la creación (NVI). Este
dominio y gobierno de los seres humanos se puede manifestar de muchas formas,
pero una de las principales de ellas es que los matrimonios se “Fructifican y
se multiplican” para la gloria de Dios. Cuando Dios dijo que vencería a la
descendencia de la serpiente lo haría por medio del a descendencia de la mujer
(Gen 3:15). Después del juicio del diluvio Dios le vuelve a reiterar el mandato
de fructificar y multiplicarse (Gen 9:7) y cuando le da la promesa a Abraham le
dice que serian una “nación grande” (Gen 12:2) incontables como las estrellas
de los cielos (Gen 15:5) o la arena del mar (Gen 22:17) es por eso que las
Escrituras nos muestran siempre a los hijos como una bendición del Señor
“He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del
vientre. Como saetas en mano del valiente, Así son los hijos habidos en
la juventud. Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; No será avergonzado Cuando hablare con los
enemigos en la puerta” Salmos 127:3-5
La razón es simple, tener muchos hijos es una bendición porque la
descendencia para Dios es una bendición. Por
tanto la primera gran comisión, la primera misión, la primera iglesia,
el primer discipulado son tener hijos y criarlos en el temor del Señor. Lamentablemente
la iglesia parece haber perdido esa perspectiva y ahora ve con malos ojos tener
muchos hijos. Permítanme ilustrarlo con dos historias que
el pastor Bautista Voddie Baucham conto en su libro “Patrimonio Espiritual[1]”.
El
cuenta que tuvieron su primer hijo a los 10 meses de matrimonio y luego por la
presión de la gente tuvo su segundo hijo tres años después. Cuando su esposa
estaba embarazada del segundo hijo la gente de la iglesia le decía a ella que
sería mejor no cargar a su esposo con un montón de niños, otras sugerían que el
costo de la educación universitario y los comestibles era muy costoso. Debido a
esto ella se opero (no sé de qué) para no poder tener más hijos. Pero varios
años ambos se dieron cuenta que lo que habían hecho era algo equivocado y
llorando y arrepentidos confesaron esto ante el Señor. Ellos quisieron revertir
eso yendo al doctor a buscar una solución para poder seguir teniendo hijos,
pero la situación era irrevertible. Ellos lloraron y oraron por tomar esa
decisión equivocada y pensaron que lo mejor que podían hacer era hacer crecer
su familia por medio de la adopción.
La
segunda historia se trata de una pareja cristiana llamada los Johnson, ellos
participaban activamente en una iglesia. Tomaban muy enserio su responsabilidad
como padres y sus hijos eran un fiel reflejo de eso, pues eran obedientes y
ejemplares ante la voz de sus padres. Ellos tenían 5 hijos cuando comenzaron a
realizar una clase en la escuela dominical, al principio muchos miembros de la
iglesia bromeaban con lo típico de ¿No tienen televisión en casa? Pero ellos no
prestaban atención. Pero de pronto, ellos iban a tener otro hijo y en esta
ocasión iban a ser mellizos, por lo que se armo la controversia respecto si
ellos eran calificados para enseñar pues no actitud no reflejaba sabiduría,
responsabilidad y cordura. Ellos
preguntaron a los miembros de la iglesia cual era la base bíblica para oponerse
al tamaño de la familia de los Johnson y ellos simplemente dijeron que si Dios
hubiera queridos que tuviéramos tantos hijos, no nos hubiera proporcionado el
control de natalidad”
Ante
estas dos historias Bauchan reflexiona “El
tamaño de nuestras familias ha llegado a ser un asunto de ingresos y
conveniencia”. Con estas historias no estamos diciendo que los
anticonceptivos sean pecaminosos en sí mismo, sino que lo que debemos pensar es
¿De dónde procede esa visión que tener muchos hijos es algo malo? ¿De dónde
procede esa visión de que tener muchos hijos es ser irresponsable? ¿De dónde
procede esa visión que necesitamos estar
estables, seguros y cómodos para tener hijos? ¿Esa esa visión bíblica? Tal
parece que los cristianos nos podemos oponer al aborto sin embargo sin darnos
cuenta nos estamos oponiendo a tener varios hijos simplemente porque buscamos
mayor comodidad y bienestar pecaminoso en este mundo.
Efesios 6:1
Los hijos deben ser obedientes porque es justo.
Pablo ha llegado hasta este mandato de los hijos
después de explicarnos que significa ser lleno del Espíritu Santo (Efe 5:18) El
nos explico que ser lleno del Espíritu Santo es hablar salmos, cantar himnos y
canticos espirituales (Efe 5:19) también nos dijo que estar lleno del Espíritu
es dar gracias al Señor por todo (Efe 5.20) y tener un sometimiento mutuo entre
creyentes (Efe 5:21) además de esto nos mostró como esto se aplica al
matrimonio. Una esposa llena del Espíritu Santo es una esposa que se somete a
su marido (Efe 5:22-24) y un esposo lleno del Espíritu Santo es un esposo que
ama a su esposa como Cristo amo a la iglesia (Efe 5:25-33) Por tanto este
mandato de obediencia a los hijos supone un matrimonio que está lleno del
Espíritu Santo. Con esto no estoy diciendo que quienes son padres o madres
solteras no puedan enseñarles a sus hijos lo que significa obediencia en el
Señor, pues la gracia y el amor del Señor son poderosos. Sino que estoy
diciendo que el estándar o el ideal que Dios ha establecido para la enseñanza
de la obediencia a tus hijos es que el vea a sus padres que se aman conforme a
las Escrituras.
Pablo nos da aquí un simple mandato para los hijos “obedeced en el Señor a vuestros padres”
El pasaje paralelo de Colosenses dice algo similar: “Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor”
Colosenses 3:20. La palabra usada para “obedecer” (Gr Jupakouso)
significa “oír bajo, como subordinado, escuchar con atención[2]” Esta
palabra se usa como obediencia a Dios (Heb 5:9; 11:8) a Cristo por parte de los
elementos naturales (Mt 8:27, Mc 1:27; 4:41; Luc 8:25) a todo en general[3] (Rom
6:16) La idea de que los hijos sean obedientes a sus padres porque Dios así lo
hace establecido.
Pablo también nos dice que se debe obedecer a los
padres porque esto es “justo”. La palabra justo (Gr. Dikaios) significa
equitativo, por implicancia inocente, santo[4]. En el
Nuevo testamento denota rectitud, un estado de ser recto, de conducta recta,
sea que se juzgue en bases divinas o humanas, de lo que es recto[5] Dios ha
establecido desde la creación que los hijos obedezcan a sus padres, ellos son
quienes deben “sojuzgarlos” y “enseñorearlos” (Gen 1:28) los padres son los
encargados de trasmitir los mandatos del Señor y que los obedezcan (Gen 18:18-19)
Las circunstancias culturales cuando se dieron
estos mandatos eran bastante diferentes a las nuestras. Por ejemplo los padres
tenían toda la autoridad sobre sus hijos, incluso podían asesinarlo si querían
porque consideraban que los niños así como su esposa eran su propiedad. Muchos padres les enseñaban a sus hijos por
medio de palizas, esto era común entre el mundo griego y romano.[6] Otra
cosa que sucedía cuando Pablo daba este mandato era que los niños estaban
presentes en los cultos cristianos ya que no existía la separación por edades
sino que los niños estaban con sus padres en los cultos. Algo que sin duda como
cristianos hemos olvidado el día de hoy. Se consideraba que el ser niño era
hasta los 12 años aproximadamente, por tanto muchos niños podían escuchar este
mandamiento de Dios para ellos. El mandato de la obediencia aquí es para todo
niño, no importa si sus padres son cristianos o no, este es un mandato que los
niños deben llevar a la práctica. Por supuesto esta obediencia está condicionada
a que si tu padre te manda hacer algo contrario a la Biblia, no puede ser
obedecido porque esta es una “obediencia en el Señor”.
En nuestra cultura occidental es todo lo
contrario ya que los niños no son considerados como nuestra propiedad, en gran
parte por la influencia del cristianismo que ve a todo ser humano como “imagen
de Dios”. Ahora se ven a los niños como seres “autónomos” que no necesitan
ninguna opresión autoritaria de los padres sino que simplemente se les debe
dejar solo a sus deseos. Todo esto en nombre de los “derechos de los niños”.
Hoy el ser niño es aplazado hasta edades indefinidas en la llamada
adolescencia. Por tanto tenemos una cultura en donde se ve normal la
“desobediencia hacia los padres”. Pablo escribió en una cultura en decadencia
es cuando se normalizan muchos pecados entre ellos la “desobediencia de los
padres” (Rom 1:30; 2 Tim 3:2) pero sabemos que como creyentes no podemos vivir
de esta manera. Entonces ¿Cómo se aplica este mandato? Este mandato se aplica a
todo niño o joven que vive bajo el techo de sus padres, el debe obedecer la voz
de sus padres mientras este aún viviendo allí. Con esto no estamos diciendo que
si ya no vives con ellos debes desobedecerlos, pero si ya te casaste ellos ya
no tienen la misma autoridad que cuando vivías en su hogar. Es importante recalcar que si los padres
están llenos del Espíritu en el matrimonio entonces los hijos verán su ejemplo
y ellos probablemente también sean llenos del Espíritu en obediencia al Señor.
También es importante recalcar que si los padres son temerosos del Señor los
hijos probablemente también serán temerosos del Señor. Pues es así como lo
muestra el Proverbios.
“El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los
insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza. Oye, hijo mío, la
instrucción de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre” Proverbios
1:7-8
Padres que temen al
Señor le mostraran que ellos son obedientes al Señor, tal como ellos le llaman
a ser obedientes con ellos. Los padres deben hacer todo el esfuerzo por
mostrarle que la obediencia no se trata solo de obedecerlos a ellos, sino que
la obediencia se trata de obedecer a Dios, por tanto deben ser un ejemplo
visible de esta obediencia. Tú como Padre eres un pecador, así que tu corazón y
las enseñanzas del mundo van a presionarte para que no te esfuerces lo
suficiente por enseñarle obediencia a tu hijo, pero debes recordar que es un
mandamiento del Señor. Los niños tienen diferentes necesidades y a partir de
esas necesidades tú debes enseñarle la obediencia. Por ejemplo los niños tienen
necesidades intelectuales, sociales y espirituales y tú debes estar en todas
ellas guiándoles y enseñándoles la obediencia que Dios ha mostrado en su
palabra. Pero ¿Por qué debe hacerse
esto? Porque esto es justo. Así como nuestro Señor le dijo a Juan el Bautista “porque así conviene que cumplamos toda
justicia” (Mt 3:15) nuestra actitud
debe ser el anhelo por querer enseñarles a nuestro hijos la obediencia al
Señor. Lo más increíble es que nuestro Señor Jesucristo fue alguien que estuvo
sujeto a sus padres y fue obediente siempre a su Padre celestial como a sus
padres terrenales.
“Y
descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre
guardaba todas estas cosas en su corazón” Lucas 2:51
Efesios 6:2 Los hijos deben honrar a sus padres porque es ley de
Dios
Después que Pablo llama a los hijos a obedecer a los padres porque
es justo, ahora cita el quinto mandamiento en donde manda a honrar al padre y a
la madre:
“Honra a tu
padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová
tu Dios te da” Éxodo 20:12
“Honra a tu
padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean
prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu
Dios te da” Deuteronomio 5:16
Como siempre Pablo se basa en las Escrituras para dar sus
mandatos. La palabra “honra” (Heb Abád; Gr. Timáo) significa “Premiar, fijar,
reverenciar[7]”. En el Antiguo testamento se llamaba a honrar (reverenciar) al
anciano.
“Delante de
las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás
temor. Yo Jehová” Levítico 19:32
Y en el Nuevo testamento se usa esta palabra para hablar de la honra dada por Cristo al Padre
“Respondió
Jesús: Yo no tengo demonio, antes honro a mi Padre; y vosotros me deshonráis”
Juan 8:49
“Para que todos
honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al hijo no honra al Padre
que le envió” Juan 5.23
La palabra “honrar” también tiene una implicancia de “sostener” y
así es como Pablo la usa en 1 Timoteo 5:3 con las viudas y en 1 Timoteo 5:17
con los ancianos. Uno puede revisar pasajes en donde se muestra lo serio que
Dios consideraba este mandamiento, pues aquel hijo rebelde y desobediente era
lapidado por su actitud pecaminosa contra los padres (Ex 21:15; Lev 20:9; Dt
21:18-21) Un hijo que realmente obedecía a su padre debía honrarlos
con sus palabras (Ex 20:17; Lev 20:9; Prov 20:20; 30:11) con nuestras
expresiones fáciles (Prov 30:17) con escuchar sus consejos (Prov 23:22-25)
incluso aquel que no honraba a su padre era maldecido (Dt 27:16)
Un hijo que realmente honra a sus padres es aquel que obedece a
sus padres no solamente externamente sino que también lo hace internamente. Por
ejemplo si tu padre te manda a ordenar tu pieza o hacer tus tareas tú lo harás
porque sabes que esto es algo justo que Dios manda. Tú podrías hacer todas
estas cosas, pero podrías no estar haciéndola de corazón. Los padres deben
poner atención en sus hijos, para que ellos no sean formados con una obediencia
mecánica y legalista. Y tú como hijo debes examinar tu corazón a ver si
realmente obedeces a tus padres porque sabes que esto agrada al Señor o
simplemente por temor a ellos. Si tu obediencia es mecánica en realidad no
estás agradando al Señor porque no está honrándolo en tu corazón, sino
solamente lo haces externamente.
Entonces querido niño ¿Estas honrando a tus padres con tu actitud?
¿Estás honrando a tus padres con tus palabras? ¿Estás honrando a tus padres con
tus motivaciones? ¿Estás honrando a tus padres escuchando sus consejos? ¿Estás
honrando a tus Padres en el Señor? Si realmente deseas agradar al Señor
buscaras obedecer a tus padres.
Efesios 6:3 Los hijos deben honrar a los padres porque hay
promesas
Pero además de esta honra de corazón que un niño o joven debe
tener por sus padres, también se les dice que este es el primer mandamiento con
promesa. ¿A qué se refiere esto? Este texto ha presentado numerosas opiniones
entre los intérpretes debido a que antes que el segundo mandamiento ya trae
consigo una promesa
“Y hago
misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos” Éxodo
20:6
Entonces la pregunta es ¿Cómo puede Pablo decir que es el primer
mandamiento con promesa? Aquí tenemos algunas respuestas[9]. La primera respuesta
dice que con primera se refiere al primer mandamiento de la segunda parte de la
ley. La división común que existe es que hay 6 mandamientos que se tratan de la
relación de Dios con el hombre y 4 mandamientos que se trata de la relación
entre los hombres. El problema con esto
es que los judíos no hacían esta separación.
La segunda
respuesta dice que con
primer mandamiento se refiere al corazón del niño y que por tanto tenía un
especial significado para él. El problema con esta idea es que el texto no dice
nada de eso.
La tercera respuesta es la que dice que
era realmente el primer mandamiento con promesa pues la primera promesa era de
carácter general (Exo 20:6) y la segunda es de carácter especifico. El problema
con esta idea es que aunque hagas la separación entre general y específico aun
podemos decir que este no es el primer mandamiento con promesa.
La cuarta respuesta dice que es el mandamiento
más importante de todos los demás mandamientos. ¿Podríamos decir que es más
importante el primer mandamiento que no adorar dioses ajenos? Lo dudo mucho.
La quinta
respuesta dice que la
traducción no es primer mandamiento, sino el “mandamiento primordial”. Por
tanto se leería que este es un mandamiento primordial con promesa. Aunque no se
puede ser dogmatico en este punto adhiero a esa respuesta. Este es un
mandamiento prioritario que los niños deben comprender porque aquí hay una
promesa.
¿Cuál es la promesa? La promesa original dadas a los israelitas era
más o menos así “Si ustedes quieren
seguir viviendo en esta tierra prometida a la cual les estoy guiando observen
estos mandamientos particularmente este. Si quieren experimentar un tiempo de bendición
y felicidad en aquella tierra prometida, observen estos mandamientos,
especialmente este[10]” Pero ahora Pablo está aplicando este mismo principio a los
gentiles ¿Cuál sería su significado? ¿Acaso lo que honramos a nuestras padres
viviremos más años? ¿Cómo entonces se explica que algunas personas que honran a
sus padres mueren jóvenes y las personas que no honrar a los padres mueren de
mayor edad? La respuesta es que se debe evaluar la respuesta considerando los
otros mandamientos de las Escrituras. Por ejemplo supongamos que yo honro a mis
padres, pero sin embargo practico otro pecado ¿Debería Dios darme larga vida
porque honre a mis padres? Claro que no. Este mandato debe ser matizado con
otros mandamientos de las Escrituras. Este pasaje significa que si honro a mis
padres viviré una vida plena en el Señor y probablemente tenga una larga vida
en este mundo. Lo más importante de este mandato no es solo la larga vida, sino
que tu honrando a tus padres agradas a Dios. ¿Te gustaría ser bendecido con las
promesas de Dios? Honra a tus padres. ¿Te gustaría tener una vida de aprobación
en el Señor? Honra a tus padres. ¿Te gustaría tener una larga vida como
consecuencia de la obediencia? Honra a tus padres. Un hijo realmente lleno del
Espíritu es un hijo que obedece y honra a sus padres.
El único hijo obediente ante su Padre
La Biblia nos habla de que todo ser humano es por naturaleza
pecador (Sal 51:5; 58: 3) y por tanto todas las desobediencias o pataletas de
tu hijo apuntan hacia algo mucho más profundo que simplemente eso, apuntan a
que su corazón es un corazón en rebeldía contra el Dios santo. ¿Te has cuenta
que no puedes obedecer a tu Padre? ¿Te das cuenta que tus motivaciones son
pecaminosas? Pues ve hacia aquel que ha obedecido perfectamente. El es el único
que ha obedecido perfectamente a su Padre. Este hijo vino voluntariamente al
mundo para hacer la voluntad de su Padre (Jn 6:38). Se sujeto a sus padres
terrenales, se mantuvo firme ante los ataques, fue ridiculizado, escupido,
humillado y asesinado. El fue a la cruz del calvario en sometimiento a su Padre
y finalmente al tercer día resucito. Esto trajo un fruto agradable a su Padre.
Por la obediencia perfecta de Jesús trajo salvación. ¡Oh hijo desobediente en
el debes confiar para ser librado de tus rebeliones! Porque solo en él tienes
la promesa de la vida eterna.
[1]
Voddie T. Baucham. Patrimonio espiritual. Páginas 19-21
[2]
Concordancia Strong. Página 89.
[3]
Diccionario Vine. Página 594
[4]
Concordancia Strong. Página 22.
[5]
Diccionario Vine. Página 479.
[6]
Contexto cultural del Nuevo testamento. Página 548.
[7]
Concordancia Strong. Página 86
[8]
Diccionario Vine. Página 433.
[9]
William Hendriksen. Comentario a Efesios. Página 192.
[10]
http://www.iglesiareformada.com/Lloyd_Jones_Hogar_1.html
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