Métodos
de evangelización[1]
Ya hemos visto cual es el mensaje que debemos predicar y
como el evangelio confronto las diversas filosofías que existían en la época y
como también puede confrontar las nuestras. Ahora vamos analizar cuáles fueron
los métodos de evangelización que se usaron en la iglesia primitiva y como
estos métodos pueden ayudarnos en la actualidad, pero antes de eso veremos dos
cosas previas.
Lo
primero que observamos en el cristianismo primitivo es que Jesús y los
apóstoles tenían un “estilo de vida de predicación”. Jesús
se movía predicando (Mt 4:23-25; 9:35) Jesús
envió a los apóstoles a predicar (Mt 10:5-8; Luc 9:1-6) Luego los envió de dos
en dos (Luc 10:1). Después de la resurrección Jesús le da el mandato de
predicar a los discípulos (Mt 28:18-20) el libro de Hechos comienza diciendo
que cuando venga el Espíritu Santo los creyentes iban a ser testigos en
Jerusalén, Judea, Samaria y hasta lo último de la tierra (Hechos 1:8). El libro
de Hechos es un testimonio completo de cómo los creyentes se movieron a todo lugar
para predicar el evangelio: Pedro predico (Hechos 2:14-40; 3:12-26; 4:8-22)
Esteban (Hechos 7) Todos los creyentes (Hechos 8:3) Felipe (Hechos 8:5-8;
26-40) Pablo (Hechos 9:20-22)
De aquí podemos extraer que la vida cristiana es un
estilo de vida misionero o una vida misional[2]. Todo
creyente verdadero es impulsado por el Espíritu Santo a predicar el evangelio. Para
eso el creyente y la iglesia local debe estar pensando en cómo moverse en pos
de esta misión. El historiador Kenneth
Scott Latourette escribe[3]:
“Los agentes
principales de la expansión del cristianismo no parecen haber sido aquellos que
hacían de ello una profesión o la parte más importante de sus ocupaciones, sino
los hombres y mujeres que vivían de una manera puramente secular y hablaban de
su fe a los que encontraban a su paso”
Por tanto la pregunta para nosotros es ¿Es la predicación
del evangelio nuestro estilo de vida? ¿Podremos decir cuando estemos delante de
la presencia de Dios que le hemos predicado a nuestra familia, compañeros de
universidad, compañeros de trabajo y amigos el evangelio? En la iglesia
primitiva cada creyente compartía el evangelio en el lugar donde Dios lo
llevará. Aun recuerdo hace un par de años atrás cuando conocí a unos coreanos
que vivían en Estados unidos los cuales andaban de vacaciones e incluso de
vacaciones jamás desaprovechaban la oportunidad de predicar el evangelio a las
personas. O puedo pensar en amigos norteamericanos los cuales sin saber español
están constamentente alertas para predicar el evangelio. ¿No debería ser este
nuestro estilo de vida?
Junto con predicarles los cristianos manifestaban el amor
cristiano en todo momento. Jesús y los apóstoles le predicaron a los más
pecadores (Levi Mateo 9:9-13; Zaqueo Lucas 19:1-9) a los más religiosos (Sinagoga
Lucas 4; Nicodemo Juan 3) y mostraron misericordia con todos, incluso con
quienes rechazaron el evangelio (Luc 17:11-19; Jn 6.25-29). Jesús había
enseñando a orar por quienes les perseguían (Mt 5:44-48) y los apóstoles
siguieron sus enseñanzas (Rom 12:17-21; 1 Pedro 4:12-18) Hay un sociólogo
norteamericano llamado Rodney Stark el cual escribió un libro que se llama “la
expansión del cristianismo” el cual nos explica como el cristianismo impacto en
la sociedad con estilo de vida. Por ejemplo cuando llegaba las epidemias a las
ciudades los paganos simplemente escapaban, en cambio los creyentes se quedaban
ayudando a las personas incluso morían haciendo eso[4].
El estilo de vida predicación nos lleva a evitar pensar
que solo debemos predicarle a una clase de personas (teología de la liberación)
o que debemos predicarle de forma más “dura” u otro tipo de personas
(homosexuales) nuestra predicación debe ser anunciar en evangelio a toda
criatura.
Lo
segundo es que nunca olvidar que es el Espíritu Santo el quien “convierte a las
personas” y no nosotros (Mt 16:17; Jn 16:8; 2 Cor 7:10) Esto
no significa que nosotros no podemos argumentar o persuadir con el evangelio,
pero es el Espíritu Santo quien puede usar nuestros argumentos para que la
persona se arrepienta. Esto podemos verlo en el Apóstol Pablo el cual
“discutía” “debatía” “persuadir” a las personas por medio de las Escrituras
para que creyeran en Jesucristo (Hechos
17:2-4; 18:4; 19:8; 26:28; 28:23; 2 Cor 5:11) La defensa de la fe (Apologética)
es un mandato para los creyentes (1 Pedro 3:15)
El
primer “método” que vemos es que Jesús y los apóstoles les predicaban a los
judíos en las sinagogas (Lucas 4:16-21; Hechos 13:5; 14-52) y a
través de las mismas Escrituras ellos les mostraban como el plan del Señor se
había cumplido. En esta época hay varias religiones que se basan en su libro
sagrado. Algunos dicen tener un libro aparte de la Biblia (Corán, Libro del
mormón) y otros simplemente distorsionan el sentido de las Escrituras para
mantener sus doctrinas. (Judíos y Testigos de Jehová) Por tanto el combate se
sigue dando a través de las Escrituras. También es posible que esta mismo
combate se puede dar entre los cristianos de “tradiciones en la iglesia” (Mt
15:9) los cuales nunca han comprobado por las Escrituras las cosas que le han
dicho o han creído.
El
segundo “método” es la predicación al aire libre. Esta
forma de predicar es muy antigua en el judaísmo, ya que varios de los hombres
que Dios uso fueron predicadores al “aire libre” (Esdras 10:9-14; Jer 7:1-3;
Jonás 3: 1-5; Mt 3:1-2; Hechos 8: 6-8; 13:44-52) últimamente algunas personas
han comenzado a rechazar esta forma de predicar, pero el problema no es la
predicación al aire libre sino la forma en que se ha usado. Generalmente
quienes usan este método atacan otras cosas y no se dedican a predicar el
evangelio.
El
tercer método es la evangelización personal y relacional. Para
la predicación personal vemos a Felipe (Hechos 8:26-40) y a Pablo en la cárcel
predicando el evangelio (Hechos 16:27-34). Para la predicación relacional Jesús
se relaciono y converso con muchas personas a las cuales les predico (Levi
Mateo 9:9-13; Zaqueo Lucas 19:1-9; Nicodemo Juan 3; Mujer Samaritana Juan 4) Jesús
dedico tiempo a estar con las personas y conocerlas para luego explicarles el
mensaje del evangelio (Jn 1:37-45) Hay personas que piensan que pueden
predicar, pero son muy buenas siendo amigos, pues en ese contexto de amistad es
exactamente donde uno puede compartir el evangelio.
El
cuarto método es la predicación por medio de la enseñanza.
Este es un método largo, pero uno que usaba Pablo. (Hechos 18:11; 19:10) es
largo porque requiere tiempo de conocer a las personas y explicarles poco a
poco el sentido del evangelio. Un ejemplo que podemos poner de este estilo fue
William Carrey, el misionero Bautista que estuvo 7 años predicando en la india
sin ningún convertido. Otro ejemplo moderno seria “Labri” fundada por Francis
Shaeffer[5].
El
quinto método es la evangelización en los hogares.
Los cristianos desde el principio se juntaban en hogares a orar (Hechos 2:2;
12:12) y compartir en las casas (Hechos 2:46). Pero además ellos enseñaban y
predicaban desde las casas (Hechos 5:42; 20:20-21) y a veces eran salvos todas
las persona de la casa (Hechos 16:32-34). La mayoría de los cultos se
realizaban en casas (Rom 16:3-5; 1 Cor 16:19; Col 4.15; Fil 1:2) otros en
lugares escondidos. Después con el tiempo los creyentes fueron creciendo y
comenzaron a reunirse en templos. Es a
partir de este método que se muestra la hospitalidad (Hebreos 13:1-2) y los
matrimonios reflejan el amor de Cristo en el hogar (1 Pedro 3:1-7) Por tanto la
idea de reunirse en casa no es algo moderno, sino que ha sido una práctica
común en el cristianismo.
El
sexto método es la evangelización literaria. Esto quiere decir el
escribir libros de apologética para defender la fe. El nuevo testamento nos
llama a defender la fe una vez dada a los santos (Judas 1:3) y el cristianismo
después de la muerte de los apóstoles escribió muchos tratados apologéticos. Una
obra apologética de la mitad del siglo II llamada “Apología de Arístides” dirigida
al emperador Adriano[6]
(117-138). Esta carta analiza a la humanidad de la época en tres géneros: los
paganos, los judíos y los cristianos y muestra la superioridad de los
cristianos.
“Los mandamientos del mismo Señor Jesucristo
los tienen grabados en sus corazones y los guardan, esperando la resurrección
de los muertos y la vida del siglo por venir. No adulteran, no fornican, no
levantan falso testimonio, no codician los bienes ajenos, honran al padre y a
la madre, aman a su prójimo y juzgan con justicia. Los que no quieran se les
haga a ellos no lo hacen a otros. A los que los agravian, los exhortan y tratan
de hacérselos amigos, ponen empeño en hacer bien a sus enemigos, son mansos y
modestos... Se contienen de toda unión ilegítima y de toda impureza... No
desprecian a la viuda, no contristan al huérfano; el que tiene, le suministra
abundantemente al que no tiene. Si ven a un forastero, le acogen bajo su techo
y se alegran con él como con un verdadero hermano. Porque no se llaman hermanos
según la carne, sino según el alma”
“Están dispuestos a dar sus vidas por Cristo,
pues guardan con firmeza sus mandamientos, viviendo santa y justamente según se
lo ordenó el Señor Dios, dándole gracias en todo momento por toda comida y
bebida y por los demás bienes... Este es, pues, verdaderamente el camino al
reino eterno, prometido por Cristo en la vida venidera”
[1]
Michael Green. La evangelización en la iglesia primitiva. Páginas 347-417
[2]
https://www.youtube.com/watch?v=LLHcZzLzarc
[3]
Michael Green. La evangelización en la iglesia primitiva. Páginas 359.
[4]
Rodney Stark. La expansión del cristianismo. Ver capitulo 4 “Epidemias, redes
sociales y conversión”.
[5]
http://www.labri.org/
[6]
http://www.mercaba.org/TESORO/427-9.htm
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