Pensar el mundo a través de las Escrituras...

lunes, 1 de marzo de 2021

El testimonio de Pablo 1 Corintios 15:9-11


John Bunyan fue pastor y predicador bautista el cual fue usado poderosamente por Dios el siglo 17. El escribió un libro que se llama “Gracia abundante: Misericordia divina para el más grande pecador[1]” en donde reflexiona como la gracia de Dios obro en su vida espiritual como el llamado al pastorado que Dios le hizo. El escribió sobre como Dios lo usaba en la predicación.

“Al principio apenas podía creer que Dios hablara a través de mi al corazón de alguno, ya que todavía me consideraba indigno. No obstante, aquellos que eran conmovidos por mi predicación me amaban y tenían un respeto especial por mí. Aunque en mi mente negaba que ellos fueran avivados por Dios usándome, aun lo confesaban y lo afirmaban delante de los santos de Dios. Ellos también le daban gracias a Dios por mí, un indigno infeliz, y que me consideraban un instrumento de Dios que les mostraba el camino de la salvación
A Bunyan le costaba creer que Dios lo escogió a él para ser un predicador y que incluso las personas sean bendecidas por medio de su predicación. De esta misma manera Pablo nos muestra a través de estos versículos que leímos como la gracia de Dios había actuado de una forma impresionante en su vida y en su llamado al apostolado. Recordemos que Pablo había comenzó el capítulo 15 de esta carta para combatir los errores que algunos hermanos en la iglesia estaban negando la resurrección de entre los muertos y Pablo para mostrarlo lo equivocado que estaban comienza mostrando lo que él había recibido de la tradición apostólica y como él le había trasmitido esta misma tradición. ¿Cuál era? La enseñanza del evangelio. Que Cristo había muerto y resucitado según las Escrituras (1 Cor 15:1-4) Luego para darle aún más fuerza a su argumento el Apóstol Pablo llama a un grupo de testigos que habían sido transformado por este evangelio. Habla de los 12 apóstoles, de 500 testigos, de Jacobo y de finalmente el como “un niño nacido fuera de tiempo” (1 Cor 15:5-8)

Por tanto, Pablo va a seguir esta misma lógica de “testigo” pero ahora va a hablarnos de el como un testigo del poder del evangelio y como ese poder ha obrado en su vida y ministerio apostólico.

Pablo el más pequeño e indigno de los apóstoles 1 Corintios 15:9

Pablo comienza este versículo como una explicación de lo que acaba de decir en el versículo 8 en donde dice que en “último lugar se le había aparecido a él como a un niño nacido fuera de tiempo”.

“A decir verdad, yo soy el más pequeño de los apóstoles, y no soy digno de ser llamado apóstol porque perseguí a la iglesia de Dios” (RVC) “Admito que soy el más insignificante de los apóstoles y que ni siquiera merezco ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios” (NVI) “Porque yo soy el más insignificante de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, pues perseguí a la iglesia de Dios” (LBLA)
Pablo hace dos afirmaciones significativas en este versículo las cuales seguramente los mismos Corintios había hecho contra Pablo debido a que era cuestionado constante por ellos como alguien “de poca elocuencia” “débil” y que se aprovechaba de la iglesia (1 Cor 1:17; 9:1-14) Pero Pablo se muestra de acuerdo con ellos en esto pero razones muy distintas a las que ellos dan.[2] En primer lugar, que él es el más “pequeño” o “insignificante” de los apóstoles. ¿Por qué afirma esto? Pablo piensa esto porque los 12 apóstoles fueron llamados, escogidos y encomendados directamente por Cristo. Además, ellos fueron quienes se relacionaron presencialmente con el Señor escuchando sus enseñanzas y viendo sus acciones directamente. Lucas 6:12-16; Mateo 28:16-20

Por esos días Jesús fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. Al llegar el día, llamó a sus discípulos y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles, a saber: Simón, a quien llamó Pedro; su hermano Andrés, Jacobo, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Simón, conocido como el Zelote, Judas hijo de Jacobo, y Judas Iscariote, que llegó a ser el traidor.

Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había señalado, y cuando lo vieron, lo adoraron. Pero algunos dudaban. Jesús se acercó y les dijo: «Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Enséñenles a cumplir todas las cosas que les he mandado. Y yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.» Amén.
Por tanto, cuando Pablo se compara con los 12 discípulos y su relación cercana que tuvieron con el Señor el sin duda es el más insignificante de los apóstoles. Esto no significa que Pablo no haya sido comisionado por el Señor porque si lo fue, pero de una manera diferente, para una misión un poco más diferente (Gal 1:11-13) Fue Bernabé quien lo tomo al principio para predicar juntos (Hechos 9:27) y los 12 apóstoles reconocieron un ministerio especial en el (Gal 2:8-9)

En segundo lugar, que él no es digno de ser llamado apóstol porque persiguió a la iglesia. Pablo en comparación con los 12 apóstoles da una razón de porque se siente indigno de ser apóstol y es algo que recuerda constantemente en todas las exposiciones que da acerca de conversión. Gálatas 1:13. 1 Timoteo 1:12-14

Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba;

Doy gracias a Cristo Jesús nuestro Señor, que me fortaleció, porque me consideró fiel al ponerme en el ministerio, aun cuando antes yo había sido blasfemo, perseguidor e injuriador; pero fui tratado con misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad. Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús.
La razón de sentirse indigno de Pablo era que había perseguido a la iglesia del Señor, el entraba de casa en casa buscando hombres y mujeres llevándolos a la cárcel (Hechos 8:3) su ira contra la iglesia era increíble. Por tanto, nunca le dejo asombrar que un hombre como el fuera llamado Apóstol del Señor. Ciertamente si uno se pone a pensar nadie era digno de ser llamado apóstol, pero a lo que Pablo se refiere a que él era activamente contra la iglesia del Señor.

Esta afirmación que hace el apóstol Pablo contraste con todo lo que los Corintios se creían. Ellos creían ser espirituales, gente importante, gente que era más digna que otras personas. Por tanto, esta afirmación de Pablo nos provee de dos principios muy importante para nuestras vidas espirituales que son en primer lugar que somos gente insignificante llamada por Dios. El ser insignificante significa ser de escasa importante o relevancia[3] pues si nos ponemos a pensar ¿Qué importancia o relevancia tenían los cristianos en el primer siglo a los ojos del mundo? Pues ninguna. Al contrario, vemos que Pablo nos dijo que según los criterios humanos la mayoría de nosotros no somos sabios, ni poderosos sino débiles, necios y viles escogidos por Dios para llevar a cabo sus propósitos (1 Cor 1:26-28) Esto se opone directamente a las filosóficas mundanas que nos dicen contantemente que eres especial y tú puedes hacer cualquier cosa porque tienes mucho potencial o también se opone al cristianismo estilo celebridad en el cual “todo lo puedo en Cristo que me fortalece” significa que yo como hijo del rey puedo hacer todo lo que me proponga. Pero la verdad es que no somos grandes celebridades, sino que somos personas sencillas que a los ojos del mundo somos las personas más insignificantes de la historia. Sin embargo, hemos sido llamados por Dios, salvados por su gracia, lavados por su sangre, capacitados por su Espíritu Santo con dones para el servicio de la obra de Dios. ¿No te parece increíble haber sido llamado por Dios y salvado por gracia? ¿No te parece impresionante ser alguien al cual Dios usa para llevar a cabo su obra? ¿No te sorprende ser cristiano? A Dios no le importa tu “status”, estudios, descendencia o cargo político o publico Dios te llama a servirle siendo quien eres.

En segundo lugar, es que somos gente indigna llamada por Dios. Debemos tener claro que todo ser humano ha sido creado a imagen y semejanza de Dios y que por tanto somos esencialmente “dignos” por ello, aunque nuestra imagen y semejanza esta distorsionada por el pecado (Gen 1:26-28; 3:1-20) Por tanto aquí Pablo no está atacando en ese sentido la “dignidad” que cada ser humano posee, sino que está apuntando al hecho de que somos “merecedores de la salvación” que poseemos. En ese sentido ninguno de nosotros merece la salvación que tenemos porque éramos rebeldes a Dios, ciegos, muertos, esclavos del pecado que si no fuera por la gracia de Dios estaríamos totalmente perdidos. Pero Dios en su abundante amor nos ha permitido ser creyentes y ser partícipes de su reino. Así que debes pensar lo siguiente: Tu no mereces ser llamado cristiano, sino que ha sido su gracia, tu no mereces tener los dones que tienes, sino que ha sido la gracia de Dios. Tu no mereces tener una salud relativamente buena ha sido su gracia. Tu no mereces a la esposa o esposo que tienes es su gracia. Tu no mereces el trabajo que tienes, sino que es su gracia. Pablo se asombraba de esto ¡También deberíamos estar nosotros asombrado de eso! Por ejemplo, toda esta semana la mayoría de las personas estuvieron atentos al caso del pequeño niño Tomas y que descubrieron su cuerpo sin vida y su tío abuelo confeso el homicidio[4]. Uno puede revisar las redes sociales y fácilmente encontrara la frase “No tiene perdón de Dios” y sin duda la persona debería ser juzgado con el máximo rigor de la ley humana, pero si él se arrepiente de su horrible crimen el Señor le perdona ¡Esa es la escandalosa gracia!

Pablo en quien la gracia de Dios trabajo más. 1 Corintios 15:10

Después que Pablo habla de que él es pequeño e indigno ahora pasa a mostrar como la gracia de Dios ha trabajo en el de maneras impresionantes.

“Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no ha sido en vano, pues he trabajado más que todos ellos, aunque no lo he hecho yo, sino la gracia de Dios está conmigo” (RVC) Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y la gracia que él me concedió no fue infructuosa. Al contrario, he trabajado con más tesón que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios que está conmigo” (NVI) “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no resulto vana; antes bien he trabajado mucho más que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios en mi” (LBLA)

En este versículo vemos un fuerte énfasis en la gracia de Dios ya que en tres ocasiones usa la palabra “gracia de Dios”. La gracia de Dios es el favor inmerecido de Dios o el favor de Dios sobre alguien. Por tanto, Pablo reconoce que ha sido llamado a ser apóstol (soy lo que soy) solo por la gracia de Dios y como apóstol del Señor ha sido quien ha trabajado más que todos los demás, pero no ha sido el sino la gracia de Dios actuando en su vida y ministerio. Si analizamos un poco la vida y el ministerio de Pablo rápidamente podemos quedar impresionados por el trabajo que realizo la gracia de Dios en él. En primer lugar, Pablo fue quien más escribió cartas. Empecemos viendo lo que más obvio y es que Pablo fue quien escribió 13 cartas del Nuevo testamento. Ahora si se cree que Pablo fue quien escribió hebreos tendríamos que más de la mitad del Nuevo testamento fue escrito por él. Dios inspiro de tal manera al apóstol Pablo que estuvo mucho tiempo escribió a las diversas iglesias. Si los ponemos en contrate con los demás apóstoles Pablo sin duda sobresale fácilmente ya que el más cercano es Juan quien escribió un evangelio, 3 cartas y Apocalipsis. ¿No es esto una muestra la impresionante gracia de Dios en Pablo?

En segundo lugar, Pablo fue quien más viajo predicando, enseñando y plantando iglesias. Desde el principio del ministerio Pablo estuvo viajando por diversos lugares predicando y plantando iglesias. Su método era llegar a una ciudad y luego ir a una sinagoga a predicarles que Jesús era el Mesías. Esto hizo que se ganara el odio de los judíos. Luego se dedicó más a predicarles a los gentiles y mientras Dios iba a salvando a los pecadores paganos se formaban nuevas congregaciones. Creo que todos sabemos o por lo menos hemos escuchado de los “tres viajes misioneros de Pablo” que nos relata el libro de Hechos de los apóstoles. El primer viaje misionero fue realizado junto a Bernabé comenzando desde Antioquia y termino con el concilio de Jerusalén donde se debatió el tema si los gentiles tenían que circuncidarse o no (Hechos 13-15)

El segundo viaje misionero fue realizado con fue realizado con Silas ya que se Pablo y Bernabé se dividieron por causa de Juan Marcos. En este viajo visitaron las iglesias que habían comenzado con Bernabé, pero a la vez fueron a nuevos lugares Atenas a predicar el evangelio. En este viaje conoció a hermanos que serían sus compañeros de por vida en la extensión del Evangelio como Timoteo o Aquila y Priscila (Hechos 15:36-18:22)

El tercer viaje misionero Pablo predico fervientemente el evangelio en Asia Menor y tuvo un duro enfrentamiento en Efeso donde por la predicación del evangelio hizo que se abandonaran los falsos dioses y muchos vinieran a Cristo. Al final de este viaje Pablo ya sabía que lo encarcelarían y que lo matarían por causa del evangelio (Hechos 18:23-20:38)

Todo esto que hizo Pablo ¿Podríamos atribuirlo solo a su genio y su pasión? Para nada, todo esto fue realizado porque la gracia de Dios estaba actuando constantemente en su ministerio apostólico.

En tercer lugar, Pablo quien más sufrió por el evangelio. Todos los viajes que realizo, las predicaciones o enseñanzas que dio y las cartas que escribió tuvieron un costo en su propia vida que fue sufrir por el evangelio físicamente como emocionalmente. 2 Corintios 11:23-28

¿Son ministros de Cristo? (Hablo como si estuviera loco.) Yo lo soy más. Mis trabajos son más abundantes; mis azotes, innumerables; mis encarcelamientos, muchos más; muchas veces he estado en peligro de muerte. Cinco veces he recibido de los judíos treinta y nueve azotes; Tres veces he sido azotado con varas; una vez he sido apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar. Son muchas las veces que he estado de viaje corriendo peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de mi propia gente, peligros de los no judíos, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos. He pasado por muchos trabajos y fatigas; muchas veces me he quedado sin dormir; he sufrido de hambre y de sed; muchas veces no he comido, y he pasado frío y desnudez. Además de todo esto, lo que cada día pesa sobre mí es la preocupación por todas las iglesias.

Al mirar toda esta lista de trabajo y sufrimiento del apóstol Pablo nos asombramos y preguntamos ¿Cómo pudo soportar todo esto? La única respuesta posible es porque la gracia de Dios estaba actuando en el en todo tiempo. Este versículo nos da varias enseñanzas para nuestra vida cristiana actual. Primero todo el trabajo que realizamos para el reino de Dios es la gracia de Dios trabajando en nosotros. Si nos dedicamos a leer la historia de la iglesia cristiana vamos a encontrar un patrón parecido entre lo que nosotros llamamos “los grandes predicadores o misioneros” pero ninguno de ellos le hubiera gustado que les llamaran así y es que hicieron tantas cosas por la obra de Dios que seguramente nos sorprenderíamos con lo poco que hacemos hoy. Lea la vida de San Agustín, Martin Lutero, Juan Calvino, John Bunyan, William Carrey y vea lo mucho que trabajaron por el avance del reino de Dios, pero ninguno de ellos dijo “Esto fue gracias a mi esfuerzo” sino que se lee “Ha sido un privilegio ver como la gracia de Dios obro en mi”. Así que Dios te llama a trabajar en su obra con todas las fuerzas para que experimentes la gracia de Dios abundantemente en tu vida y al final de tu vida digas como un teólogo francés llamado Andrew Rivet[5].

Soy tu siervo, Dios mío, me has enseñado desde mi juventud; y he enseñado tus maravillosas obras y tu gracia hasta hoy, porque tus dones no han sido sin fruto en mí. Soy un instrumento débil para llevar a cabo tu trabajo. Has perdonado, me has ayudado, has aceptado la verdad y la sinceridad de mi corazón. Y ahora, Dios mío, viendo que es evidente que quieres que me retire de este valle de miserias, no me abandones en este último e importante acto. Mi Dios, si es tu voluntad que yo muera, entonces, también es mi voluntad.
Segundo todo trabajo que realizamos es la gracia de Dios trabajando en nosotros. La vida cristiana es toda la vida no solamente la vida eclesial sino que el “trabajo secular” o incluso el “matrimonio” en donde se esposo (a) o padres es un trabajo que debemos hacer para la gloria de Dios. Por ejemplo, en el trabajo secular siempre habrá tentaciones de por un lado avanzar o ascender maneras pecaminosas como mintiendo robando o haciendo mal el trabajo, pero para nosotros como cristianos es eso una opción. Por otro lado, podemos tener la tentación de porque realizamos bien el trabajo buscamos el reconocimiento de los demás sin admitir que todo el bien que se ha realizado es por la gracia de Dios. O, por ejemplo, en el matrimonio todos tenemos cosas que el conyugue desearía que cambiáramos, actitudes pecaminosas que traen conflictos ¿A quién se le puede atribuir eso sino a nuestra propia naturaleza pecaminosa? Sin embargo, no se puede cambiar de un día para otro y el otro te puede hacer cambiar sino solo el Señor. Pero al pasar los años podemos ver que Dios va a cambiando a la persona que tienes a tu lado para ser más piadosa y más coherente con lo que afirma creer ¿A qué se le puede atribuir eso sino a la gracia de Dios?

Tercero estamos llamados a sufrir por el evangelio. Muchas personas admiran a los hermanos del pasado, pero pocos están dispuestos a pagar el precio que ellos pagaron. Ellos sufrieron por el evangelio, perdiendo hijos, perdiendo trabajos, pasando miserias, etc. ¿Estamos dispuesto a eso en una sociedad tan cómoda? El llamado a experimentar la gracia de Dios no es solo trabajar por el evangelio sino a sufrir también por él. Filipenses 1:29

“Porque, por causa de Cristo, a ustedes les es concedido no solo creer en él, sino también padecer por el”

Por tanto ¿Quieres trabajar en la obra de Dios? ¿Quieres experimentar la gracia trasformadora de Dios? ¿Quieres sufrir por el evangelio para la gloria de Dios?

Pablo y el mensaje que predica. 1 Corintios 15:11

El argumento central de Pablo había sido mostrar los testigos de la resurrección y él se presenta como un testigo transformado por Dios el cual ha experimentado la gracia trasformadora en su propia vida. Por tanto, aunque se había desviado un poco de su argumento central ahora concluye en este versículo volviendo a la idea central del contexto de los testigos de la resurrección.

“Pero ya sea que lo haga yo, o que lo hagan ellos, esto es lo que predicamos y esto es lo que ustedes han creído” (RVC) “En fin, ya sea que se trata de mi o de ellos, esto lo que predicamos, y esto es lo que ustedes han creído” (NVI) “Sin embargo, haya sido yo o ellos, así predicamos y así creísteis” (LBLA)
Pablo nos dice que ya sea que ellos: o sea los doce apóstoles o alguno de los 500 testigos les prediquen o el mismo con todo lo que acaba de decir sobre su ministerio lo cierto que ellos han creído ¿En que han creído? Han creído en el mensaje del evangelio que tiene que ver con la muerte y resurrección de Cristo. Por tanto, negar el mensaje de la muerte y resurrección de Cristo seria negar también sus propias creencias y por ende negar su propia conversión. Por tanto, si tu querido hermano tienes dudas de la resurrección debes seguir el orden lógico de lo que eso significa. Si Cristo no resucito entonces todo el mensaje cristiano es algo falso y tu conversión también lo es. Para aquellos que hemos experimentado el nacer de nuevo ¡Eso es imposible! Pero si te llamas cristiano y sigues insistiendo que no sucedió la resurrección entonces estas ciego, muerto, esclavo y condenado a la perdición. Porque la Escritura nos dice que para ser salvo debes haber reconocido a Cristo y toda su obra de lo contrario este condenado al infierno. 1 Juan 2:23; 5:12

“Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre”

“El que tiene al Hijo, tiene la vida, el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”



[1] https://teologiaparavivir.com/gracia-abundante/


[2] Gordon Fee. La primera epístola a los Corintios. Página 691.


[3] https://dle.rae.es/insignificante


[4] https://www.elmostrador.cl/dia/2021/02/26/familia-paterna-de-tomas-bravo-presentara-querella-contra-tio-abuelo-del-menor/


[5] http://www.prdl.org/author_view.php?a_id=106


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