Pensar el mundo a través de las Escrituras...

lunes, 12 de noviembre de 2018

Sufriendo en el evangelio (Fil 1.12-18)




C.S Lewis fue un conocido cristiano anglicano, apologista, crítico literario y escritor de varios libros entre los cuales los más conocidos son las crónicas de Narnia, Mero Cristiano y el problema del dolor. Cuando tenía 57 años se caso Helen Joy Davidman de 40 años (más conocida como Joy Gresman por el apellido de su primero esposo) y con la cual pudo vivir 4 años de su vida. Debido a ese intenso dolor por la pérdida de su amada Joy el escribió un libro traducido al español como “Una pena en observación[1]” en donde el reflexiona en torno a este profundo sufrimiento que está experimentando por la pérdida de su amada.

“La pena es comparable a un bombardero que nos sobrevuela dando vueltas y dispuesto a soltar una bomba cada vez que una de estas vueltas desde arriba coincide justamente con nuestra cabeza. El dolor físico es como el fuego constante en una trinchera durante la Primera Guerra Mundial, horas y horas sin cejar ni un minuto. El pensamiento nunca es estático, el dolor físico lo es muchas veces”

“Parece como si no valiera la pena empezar nada. No soy capaz de encontrar asiento, ando azogado y nervioso, bostezo, fumo muchísimo. Antes nunca llegaba a tiempo para nada. Ahora no hay nada más que tiempo. Tiempo en estado casi puro, una vacía continuidad”

“Incluso ella y yo nos habíamos prometido sufrimientos. Eso formaba parte del programa. Nos habían dicho: «Bienaventurados los que lloran», y yo lo aceptaba. No me ha pasado nada que no tuviera previsto. Claro que es diferente cuando una cosa así le pasa a uno y no a los demás, cuando pasa en realidad, no a través de la imaginación. Sí, pero a pesar de todo, ¿puede suponer una diferencia tan enorme para un hombre en sus cabales? No. Ni tampoco para un hombre cuya fe no fuera de pacotilla y al que de verdad le importaran los sufrimientos ajenos. La cuestión está bien clara. Si me han derribado la casa de un manotazo, es porque se trataba de un castillo de naipes. La fe que «contaba con todas esas cosas» no era fe, sino simple imaginación”

C. S Lewis se ve enfrentando con el sufrimiento en su vida cotidiana y nada parece tener sentido, incluso siente que su fe no es una verdadera fe porque no la está llevando a la práctica, pues asumió que enfrentaría el sufrimiento de una forma diferente a lo que lo enfrenta ahora. Ciertamente todos nosotros podemos “presumir” como valientemente vamos a enfrentarnos al sufrimiento pero en cuando el sufrimiento llega de verdad que cuando vemos como esta nuestra fe. Todas las personas en el mundo van a experimentar el sufrimiento y esto se debe a que vivimos en un mundo caído, incluso como cristianos debemos saber que vamos a enfrentar diversos momentos de dolor: una relación quebrada, un engaño, una tradición, accidentes, enfermedades, divisiones, malos entendidos, enojos, iras, desacuerdos, desastres naturales, persecuciones por la fe, etc. Pero las preguntas que debemos hacernos son: ¿Cómo los vamos a enfrentar? ¿Cuál va a hacer nuestra actitud? ¿Cómo vamos a reaccionar? ¿Cuáles van hacer nuestras preguntas? ¿Qué vamos hacer con ese sufrimiento? El Apóstol Pablo nos provee de un ejemplo como enfrentar el sufrimiento en el evangelio.

Sufriendo en el evangelio (Fil 1:12-13)

Pablo nos dice que “que lo que me ha sucedido más bien a servido para el avance del evangelio” (RVC) “Lo que me ha pasado a contribuido al avance del evangelio” (NVI) “Todo lo que me ha sucedido en este lugar ha servido para difundir la buena noticia” (NTV) Por tanto las preguntas son: ¿Qué le había sucedido a Pablo? ¿Como lo que le había sucedido a Pablo había servido para el avance del evangelio? En general a Pablo le habían sucedido muchas cosas que el mismo describe en 2 Corintios 11:23-28.

¿Son ministros de Cristo? (Hablo como si estuviera loco.) Yo lo soy más. Mis trabajos son más abundantes; mis azotes, innumerables; mis encarcelamientos, muchos más; muchas veces he estado en peligro de muerte. Cinco veces he recibido de los judíos treinta y nueve azotes; Tres veces he sido azotado con varas; una vez he sido apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar. Son muchas las veces que he estado de viaje corriendo peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de mi propia gente, peligros de los no judíos, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos. He pasado por muchos trabajos y fatigas; muchas veces me he quedado sin dormir; he sufrido de hambre y de sed; muchas veces no he comido, y he pasado frío y desnudez. Además de todo esto, lo que cada día pesa sobre mí es la preocupación por todas las iglesias.

Sin duda Pablo se había enfrentado diversos sufrimientos por el evangelio pero específicamente se refiere aquí a los sufrimientos que enfrento camino a Roma o en Roma mismo. Esto lo registra el libros de Hechos 27-28 en donde si hacemos un breve resumen podemos ver que Pablo había sufrido. En primer lugar el estaba sufriendo un encarcelamiento injusto (Hechos 27:1) En segundo lugar el sufriría un naufragio en el cual quedaría sin esperanzas. Hechos 27:20

“Durante muchos días no pudieron verse el sol ni las estrellas, y la fuerte tempestad nos seguía azotando, así que ya habíamos perdido toda esperanza de salvarnos”

En tercer lugar después de llegar a la isla de Malta una víbora pondría en riesgo la vida del Apóstol Pablo pero él se sacudió su mano y no sufrió ningún daño (Hechos 28: 3-5) En cuarto lugar experimento el rechazo de la predicación del evangelio por parte de los judíos (Hechos 28:24) como podemos ver el Apóstol Pablo sufrió bastante por el evangelio camino a Roma. Entonces ¿Qué cosas habían servido para el avance del evangelio? Una de las cosas importantes a recordar es que en general las persecuciones han ayuda para la expansión del evangelio. Podemos ver esto en un ejemplo que se registra en el libro de Hechos cuando después de asesinar a Esteban se inicia la persecución (Hechos 8:4)

“Mientras tanto los que se habían dispersado iban por todas partes anunciando el evangelio”

Para los cristianos las persecuciones se transformaban en una oportunidad para predicar el evangelio a otras personas y las asesinados a los creyentes en una oportunidad dar testimonio al mundo que es un mensaje verdadera por el cual se está dispuesto a morir. Es por eso que uno de los padres de la iglesia Tertuliano decía "La sangre [de los mártires] es semilla de los cristianos[2]".

En el caso específico de Pablo se habían dado muchas oportunidades para testificar mediante el viaje como prisionero a Roma y en la misma cárcel de Roma.  Pablo había podido testificar del evangelio a personas importantes y con autoridad  como Festo, Agripa y Berenice (Hechos 25-26) además en su viaje como prisionero había podido predicar el evangelio a las personas después del naufragio e incluso sanar a muchas personas que estaban enfermas (Hechos 27-28:1-10) ¿Acaso no había servido todos estos sufrimientos para el avance del evangelio? Evidentemente sí.

Aun más en el verso 13 nos dice: “De tal modo que mis encarcelamientos por Cristo se han hecho evidentes en todo el pretorio, y a todos los demás” (RVC) “Es más, se ha hecho evidente a toda la guardia del palacio, y a todos los demás que estoy encadenado por causa de Cristo” (NVI) “Pues cada persona aquí, incluida toda la guardia del palacio, sabe que estoy encadenado por causa de Cristo” (NTV) Con la idea de “pretorio” se refiere a la “guardia del palacio” el cual era un grupo de militares que le prestaban protección a los emperadores romanos. Esta guardia consistía en unos 13.000 o 14.000 soldados y se les mantenía fieles mediante una paga más alta que los militares romanos[3]. Por tanto Pablo estaba custodiado con la mejor guardia del imperio romano. ¿Cuál era la ventaja de esto? La ventaja de esto es que como todas las guardias militares ellas iban rotando por lo podían ver la fidelidad, perseverancia, paciencia, mansedumbre y además podría predicarles del evangelio a miles de ellos[4]. Mediante los sufrimientos de Pablo se abría una puerta inesperada para la prédica constante del evangelio. ¿Puedes tu ver como en tus sufrimientos ver como son una oportunidad para la predicación del evangelio? ¿Puedes tu sufrir en el evangelio sabiendo que aunque no lo entiendas todo obra para bien? ¿Puedes tu ver la mano del Dios soberano actuando en medio del sufrimiento?

En el año 2006 John Piper fue diagnosticado con cáncer de próstata y debía ser operado por lo que él escribió un texto de 10 puntos llamado “No desperdicies tu cáncer[5]”. 1) Desperdicias tu cáncer si no crees que fue diseñado por Dios con un propósito para ti. 2) Desperdicias tu cáncer si lo percibes como una condena y no con un regalo. 3) Desperdicias tu cáncer si buscas alivio en tus probabilidades en vez de buscarlo en Dios. 4) Desperdicias tu cáncer si te niegas a pensar en la muerte. 5) Desperdicias tu cáncer si “luchas” contra él solo para estar vivo y no para anhelar más de Cristo. 6) Desperdicias tu cáncer si dedicas más tiempo leyendo acerca de tu enfermedad y menos tiempo leyendo acerca de Dios. 7) Desperdicias tu cáncer si dejas que te conduzcan a la soledad en vez profundizar en tus relaciones. 8) Desperdicias tu cáncer tu cáncer si te entristeces como quienes no tienen esperanza. 9) Desperdicias tu cáncer si continúas pecando igual que antes. 10) Desperdicias tu cáncer si tu cáncer no lo usas como un medio para testificar  la verdad y la gloria de Dios. ¿Estás pensando en tus sufrimientos como una oportunidad para vivir el evangelio, para predicar el evangelio y para glorificar a Dios?

El sufrimiento en el evangelio produce testificar (Fil 1:14)

Pablo nos dice que sus encarcelamientos no solamente fueron de ayuda para la expansión del evangelio sino que además sirvieron para la edificación de los hermanos. El versículo 14 nos dice que con los encarcelamientos de Pablo “los hermanos han cobrado animo en el Señor, y más y más se atreven a hablar la palabra sin temor” (RVC) “Gracias a mis cadenas, ahora más que nunca la mayoría de los hermanos, confiados en el Señor, se han atrevido a anunciar sin temor la palabra de Dios” (NVI) “y dado que estoy preso, la mayoría de los creyentes de este lugar ha aumentado su confianza y anuncia con valentía el mensaje de Dios sin temor” (NTV) Esto mismo se puede ver en Hechos 4:23-31 cuando los creyentes estaban con temor después de que Pedro y Juan habían sido puestos en libertad y ellos oran al Señor por ese temor y:

“Cuando terminaron de orar, el lugar donde estaban congregados se sacudió, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y proclamaban la palabra de Dios sin ningún temor”

El Espíritu Santo es quien produce esa valentía en nosotros para poder predicar el evangelio, pero también el Espíritu Santo ha usado a hombres y mujeres como ejemplo para aumentar nuestra valentía de predicar. El Apóstol Pablo había determinado desde un principio a sufrir por el evangelio. En una ocasión cuando los hermanos le decían que NO subiera a Jerusalén porque iba ser atado por los judíos y entregado a los romanos (Hechos 21:11-13) Pero él respondió

“¿Por qué lloran? ¡Se me parte el corazón! Por el nombre del Señor Jesús, yo estoy dispuesto a no solo a que me aten, sino que me maten en Jerusalén”

La valentía de Pablo traía valentía a los hermanos para predicar el evangelio, por supuesto el no ha sido el único en mostrar esta valentía sino un sin número de creyentes a través de los siglos. Uno de ellos es Blandina, una mujer cristiana que fue torturada en un sin número de ocasiones y que siempre se mantuvo fiel al Señor. Eusebio de Cesárea relata un poco de su historia en su libro Historia Eclesiástica.

“Blandina fue llena con tal poder como para ser librada y levantado sobre aquellos que la estaban torturando por turnos desde mañana hasta la noche en todo tipo de formas, así que ellos reconocieron que ellos fueron conquistados, y no podían hacerle nada más. Y ellos estaban asombrados de su fortaleza, mientras su cuerpo entero estaba arrancado y quebrado; y ellos testificaron que una de estas formas de tortura era suficiente para destruir la vida, ni hablar de muchos y grandes sufrimientos. Pero la bendita mujer, como un noble atleta, renovó sus fuerzas en su confesión; y su conforte y recreación y alivio del dolor de sus sufrimientos fue en exclamar, “Yo soy cristiana, y no hay nada malo hecho por nosotros.”

 “Luego de todas estas cosas, Blandina fue traída de nuevo, con Ponticus, un jóven de casi 15 años de edad. Ellos habían sido traídos cada día a presenciar los sufrimientos de los demás, y habían sido presionados para que juraran por sus ídolos. Pero debido a que ellos permanecían fuertes, la multitud se puso furiosa, y no tuvieron compasión con el joven ni por la mujer. Por lo tanto los expusieron a torturas, repetidamente, pero siendo incapaces de hacerlos negar, pues Ponticus siendo alentado por su hermana así que ni el pueblo podía ver que ella lo estaba fortaleciendo, habiendo soportado las torturas, entregó su espíritu”

“Pero Blandina, la última de todos, habiendo, como una noble madre, alentado a sus hijos y enviéandolos victoriosos al Rey, toleró sus conflictos y se fue como si fuera a una cena de bodas en lugar de a las bestias salvajes. Y luego de ser torturada, luego de las bestias salvajes, y luego del asiento en llamas, fue puesta en una red, y tirada frente a un toro. Y habiendo sido golpeada por el animal, pero sin sentir estas cosas, debido a su esperanza, y a su comunión con Cristo, ella también fue sacrificada. Y el mismo pueblo confesó que ellos nunca habían visto a una mujer que perdurara tantas y terribles torturas[6]

Los sufrimientos que experimentamos como creyentes en el evangelio pueden ser de gran ayuda para hermanos que se sienten débiles y temerosos en la fe y el ver que una persona que está enfrentando la tortura aun así predica el evangelio ¿Qué más queda de nosotros que vivimos cómodamente en nuestras casas? ¿Qué más queda de nosotros que no estamos siendo perseguidos? ¿Qué más queda de nosotros que ponemos frases de predicadores en facebook o en twitter pero que simplemente no vivimos como nuestros hermanos?

Dos grupos de predicadores del evangelio (Fil 1:15-17)

Pablo aquí se detiene por un momento para decirnos algo parece impresionante pero que aun continua en nuestro mundo y es que hay dos grupos de personas que predican el evangelio. Sobre el primer grupo Pablo dice que “algunos predican a Cristo por envidia o por pelear” (RVC V15) “Uno anuncian a Cristo por pelear y no con sinceridad” (RVC V16) “Es cierto que algunos predican a Cristo por envidia y rivalidad” (NVI V15) “Aquellos predican a Cristo por ambición personal y no por motivos puros” (NVI V18) “Es cierto que algunos predican acerca de Cristo y por celos y rivalidad” (NTV V15) “Los otros no tienen intenciones puras cuando predican de Cristo. Lo hacen con ambición egoísta” (NTV V17) ¿Quiénes eran estas personas que predicaban el evangelio  por envidia, por pelear y no sinceramente? Sin duda se trata de los judaizantes a los cuales Pablo describe en Filipenses 3:2-3

“Tengan cuidado de los perros, cuídense de los malos obreros y de los que mutilan el cuerpo. Porque nosotros somos la circuncisión; somos los que servimos a Dios en el Espíritu, los que nos gloriamos en Cristo Jesús y no ponemos nuestra confianza en la carne”

Antes de la llegada ya habían predicadores en Roma por tanto cuando llega Pablo muchos comienzan a tomar interés en él y esto provoca celos en los otros predicadores. También habían judaizantes que siempre fueron detractores del Apóstol Pablo y tenia envidia que la gente lo escuchara y se ponían celosos por su poder y autoridad. Ahora que Pablo estaba encarcelado ellos seguramente lo acusaban de que Dios no estaba con él (pues está encarcelado) y también se jactaban de que ellos estaban predicando el evangelio. La idea de este grupo era tan malvada que anhelaban que el Apóstol Pablo sufriera estando en la cárcel. 

Sobre el segundo grupo Pablo dice que “otros lo hacen con sinceridad” (RVC V15) “Otros lo hacen con amor” (RVC V17) “Estos últimos predican porque me aman” (NTV V16) Este grupo de hermanos predica el evangelio con una verdadera motivación que Cristo le ha puesto en el corazón y por tanto no buscan la fama personal, el éxito o el reconocimiento como los judaizantes sino que buscan la sincera y clara predicación de la palabra de Dios. Además de esto ellos saben y entienden que la razón por la cual Pablo está encarcelado no es que Dios lo haya castigado sino esta allí para defender el evangelio (hacer apología del evangelio).

Las envidias, los celos, las peleas o rivalidades provienen todo de la carne y son pecados contra el Señor (Gal 5:19-21) Pero una de las cosas más impresionantes es que estas cosas de la carne se pueden dar entre los ministerios de predicadores del evangelio. Uno puede llegar a sentir celos porque alguien es más escuchado que otro o más considerado que otro, el pecado no excluye el ministerio pastoral. Pero también las personas que no están en un ministerio pastoral pueden predicar el evangelio con una motivación pecaminosa. He conocido personas que se sienten “orgullosas” porque predican siempre el evangelio y se sienten superiores a los demás porque lo hacen más seguidos que cualquiera ¿No es eso vanagloria y legalismo? Por otro lado he conocido a cristianos que jamás le han predicado a nadie y dicen que como Dios es soberano el hará la obra ¿No es eso desobediencia y libertinaje? Como cristianos debemos predicar el evangelio porque estamos agradecimos del infinito y maravilloso amor que Jesucristo ha mostrado por nosotros.

El Gozo de Pablo en el Evangelio.

Pablo reflexiona finalmente en el verso 18 que de cualquier manera “sea por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado. Y en esto me gozo, y me gozaré aún” (RVC) “¿Qué importa? Al fin y al cabo, y sea como sea, con motivos falsos o con sinceridad, se predica a Cristo. Por eso me alegro; es más, seguiré alegrándome” (NVI) “Pero eso no importa; sean falsas o genuinas sus intenciones, el mensaje acerca de Cristo se predica de todas maneras, de modo que me gozo. Y seguiré gozándome” (NTV) Lo que intentaban los judaizantes era que él se sintiera mal porque ellos predicaban el evangelio y tenían desde su punto de vista más éxito que Pablo en la cárcel. Pero a Pablo no le importa su éxito, su prestigio, su poder, su reconocimiento, hay solo una cosa que lo alegra y es el avance del evangelio. Como cristianos debemos comprender que nuestro llamado de glorificar a Dios incluye el sufrimiento.  Romanos 8:17.

“Y si somos hijos, somos también herederos, herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados”


[1] https://www.anagrama-ed.es/libro/panorama-de-narrativas/una-pena-en-observacion/9788433906533/PN_302
[2] http://www.clerus.org/clerus/dati/2004-05/31-13/12MarSp.html
[3] Craig Keener. Comentario cultural del nuevo testamento.
[4] William Hendriksen. Comentario a Filipenses. Página 52
[5] https://www.desiringgod.org/articles/dont-waste-your-cancer?lang=es
[6] https://sujetosalaroca.org/2008/02/14/morir-por-cristo-blandina-y-los-martires-de-lyon/

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