Pensar el mundo a través de las Escrituras...

lunes, 17 de agosto de 2020

Corre y lucha en el evangelio 1 Corintios 9:24-27


Donald Whitney es profesor del Seminario Bautista del Sur en donde imparte la clase de espiritualidad bíblica y autor de varios libros sobre el tema de las disciplinas espirituales pero hay uno en particular llamado “Disciplinas espirituales para la vida cristiana” en donde aborda este tema con mayor detalle[1]. En ese libro el define las disciplinas espirituales de la siguiente manera[2]:

“Las disciplinas espirituales son aquellas prácticas que se encuentran en las Escrituras y que promueven el crecimiento espiritual entre los que creen en el evangelio de Jesucristo. Son los hábitos de devoción y cristianismo experiencial que el pueblo de Dios ha practicado desde los tiempos bíblicos”

En ese libro el argumenta que las disciplinas espirituales son fundamentales para el crecimiento espiritual y que todos los hombres y mujeres que Dios ha usado en la historia de la iglesia han practicado la mayoría de estas disciplinas espirituales que son la lectura bíblica, el estudio, la memorización, la meditación, la oración, el ayuno, la adoración familiar, etc. Sin embargo en la actualidad entre los cristianos hay dos extremos sobre este tema que deben rechazarse como anti bíblicos. El primero es el que enfatiza la gracia como algo contrario a estas disciplinas espirituales y piensa que exigir que practiquemos esto es “legalismo”. Por tanto cuando alguien les dice a los hermanos que deben leer la Biblia o memorizar las Escrituras eso sería algo legalista. Por supuesto esto hace preguntarse ¿Y cómo ellos crecerán espiritualmente? El segundo es el que enfatiza tanto estas disciplinas espirituales que cree que el llevar a cabo estas prácticas te hará más aceptable ante Dios. Por lo que estos hermanos se sienten más aceptados con Dios al practicar esto y tienden a mirar con malos ojos a aquellos que lo practican. Estos dos extremos tienen un mal entendimiento sobre la gracia de Dios. Como creyentes hemos sido salvados por la gracia de Dios pero esa misma gracia nos motiva para practicar estas disciplinas espirituales y así disfrutar de Dios y crecer espiritualmente. Pablo le escribió a Timoteo. 2 Timoteo 2:1

“Tu pues hijo mío, esfuérzate en la gracia que tenemos en Cristo Jesús”

Y Pablo quiere mostrarnos a través de estos versículos que leímos que la disciplina es importante para crecer, avanzar y expandir el evangelio. En el mundo grecorromano el primer evento deportivo de importancia eran los juegos olímpicos que se realizaban en la ciudad de Olimpia y el segundo evento deportivo de importancia eran los juegos ístmicos los cuales se llevaban a cabo a unos 16 kilómetros de Corinto. Los juegos se celebraban uno de cada dos años, atrayendo a numerosos atletas y espectadores de todas partes del mundo. Durante el año y medio que Pablo paso en Corinto (50-52) los juegos se celebraron en la primera del año 51 por tanto es probable que Pablo haya presenciado toda la actividad deportiva[3]. Para aquellos que participaban en los juegos se les exigía tener un periodo de 10 meses de estricta disciplina deportiva para prepararse para cuando llegara el momento de participar. Aquellos que no se sometían a este periodo de estricta disciplina quedaban descalificados.[4] Entonces Pablo teniendo todo este conocimiento de los juegos ístmicos y las disciplinas de las carreras como del boxeo va a ocupar estas dos ilustraciones para aplicarlas a la vida cristiana.

Corre y lucha en el evangelio. 1 Corintios 9:24-25

La primera ilustración que usa el Apóstol Pablo es la de un competidor o atleta que corre y lucha en la competencia en los versículos 24 y 25 ¿Acaso no saben ustedes que aunque todos corren en el estadio, solamente uno se lleva el premio? Corran, pues, de tal manera que lo obtengan. Todos los que luchan, se abstienen de todo. Ellos lo hacen para recibir una corona corruptible; pero nosotros, para recibir una corona incorruptible. (RVC; LBLA) ¿No saben que en una carrera todos los corredores compiten, pero solo uno obtiene el premio? Corran, pues, de tal modo que lo obtengan. Todos los deportistas se entrenan con mucha disciplina. Ellos lo hacen para obtener un premio que se echa a perder; nosotros, en cambio, por uno que dura para siempre (NVI)

La idea de Pablo aquí no es establecer que hay una competencia entre cristianos y que el mejor cristiano es el que gana el premio. No hay que olvidar que Pablo está tomando una imagen de la época para ilustrar la vida cristiana por tanto no debemos tomar cada detalle de la imagen para tratar de darle un significado sino que hay que entender la idea principal que Pablo quiere trasmitir con esta imagen que es la disciplina que el atleta tenia al entrenarse y correr de tal forma que logre el premio. La idea de Pablo según el contexto aquí es que él se disciplina de tal manera que está dispuesto a renunciar sus derechos (1 Cor 9:15) y a su libertad cristiana con tal de llegar a otros con el evangelio (1 Cor 9: 19) Pablo usa esta misma idea de la disciplina como atleta en dos ocasiones. Filipenses 3:13-14; 2 Timoteo 2:5

“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo alcanzado ya; pero una cosa si hago: me olvido ciertamente de lo que ha quedado atrás, y me extiendo hacia lo que esta adelante; ¡prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús!

“y tampoco el que lucha como atleta es coronado, sino lucha legítimamente”

Como podemos ver todo esto está relacionado con la disciplina del atleta. Aquel que es cristiano debe disciplinarse como atleta en su vida espiritual porque no hay otra manera de crecer espiritualmente. El verso 25 nos agrega la idea de que ellos se disciplinan y abstienen de todo para ganar el premio. Los competidores que ganaban en el mundo antiguo recibían una guirnalda de pino y el reconocimiento de todas las personas. Pablo hace un contraste entre la corona corruptible que ellos recibían en el momento y la corona incorruptible que los cristianos recibiremos por la eternidad. Esta idea de la corona Pablo la usa en otras ocasiones también. 1 Pedro 5:4; Apocalipsis 2:10

“Así, cuando se manifieste el Príncipe de los pastores, ustedes recibirán la corona incorruptible de gloria”

“No tengas miedo de los que vas a sufrir, pues el diablo pondrá a prueba a algunos de ustedes y los echara a la cárcel, y allí tendrán que sufrir durante diez días. Tú se fiel hasta la muerte, y yo te hare la corona de la vida”

Con esto Pablo nos quiere hacer pensar que todo reconocimiento o premio en este mundo es corruptible porque es mundo es pasajero, corruptible y perecedero en cambio todo el reconocimiento o premio que recibamos por Dios es eterno, incorruptible e imperecedero (1 Pedro 1:3-5) Imagino que todos conocemos de nombre al menos al jamaicano Usain Bolt pero si no lo conoce les cuento que es un atleta que se hizo famoso cuando en varias competiciones (Pekin 2008 y Berlin 2009) rompió el record de los 100 metros y los 200 metros para transformarse en el hombre más rápido de la tierra de esta categoría y llegar a ser conocido como el “relámpago[5]”. Para llegar a convertirse en ese atleta mundial que rompe records y establece nuevas marcas él tuvo que pasar por entrenamiento muy estrictos. Un diario escribió sobre su entrenamiento lo siguiente[6]:

“Pero nada fue gratis para el jamaiquino. Durante muchos años ha tenido que someterse a sacrificios para llegar a lo que es en la actualidad. Bolt fue capaz de renunciar a sus parejas sentimentales para tener más tiempo de preparación, también dejo su comida favorita para alimentarse sanamente e incluso llego a odiar el entrenamiento, pero como cito a Muhamanad Ali en una de sus publicaciones en Instagram, “Prefiero sufrir ahora y ser recordado como un campeón por toda la vida”

Como podemos ver este atleta ha estado años sacrificándose, ha abandonado placeres mundanos como “parejas sentimentales” o comidas que a él le gusta para poder ser el mejor. Todo esto lo ha hecho para obtener el reconocimiento de los hombres a través de las medallas ¿Acaso los cristianos no deberíamos buscar disciplinarnos de esta misma manera pero con el deseo de honrar al Señor pues nuestra herencia o medallas son eternas? Por tanto como cristianos debemos disciplinarnos en sacrificarnos abandonando todo lo que interfiera en nuestro crecimiento espiritual. Lo primero en lo cual deberíamos disciplinarnos es el búsqueda de Dios. John Piper en su libro “Cuando no deseo a Dios” comenta el pasaje de Jeremías 2:13 y escribe:

“Dios se muestra a sí mismo como una fuente de montaña de agua fresca, limpia y de vida. La manera de glorificar una fuente como esa es disfrutando el agua y alabando el agua y mantenerse regresando por más agua, y fortalecerse para el amor con el agua, y nunca, nunca, nunca preferir otra agua en el mundo que es a agua[7]

Cuando comenzamos nuestra vida cristiana estamos deseosos de beber de esa agua vida que es Jesucristo pero luego debido al pecado de nuestro corazón, la frialdad y negligencia de practicar los medios de gracia como la oración, la lectura bíblica, el congregarse, el ayuno etc. tendemos a comenzar buscar nuestra satisfacción en otras cosas en vez que de Dios. Y por tanto gastamos nuestro tiempo y esfuerzo en tratar de satisfacer nuestra alma en otras cosas que no son necesariamente malas pero se convierten en un sustituto de Dios. Por ejemplo dime ¿Qué es lo que más te emociona? ¿Qué es lo que más capta tu atención? ¿En qué es lo que gastas la mayor parte de tiempo? ¿Qué es lo que más te impresiona? ¿Qué es lo que más te cautiva? ¿Es la respuesta a todas estas preguntas: Cristo, su evangelio, su reino, su palabra o es otra cosa? Eso demuestra cómo está tu alma delante de Dios.

Lo segundo es que deberíamos disciplinarnos en la abnegación de nuestra voluntad. La persona abnegada es la persona que se sacrifica o renuncia a sus deseos o interés[8] y por tanto un cristiano abnegado es un cristiano que renuncia a si mismo con el fin de glorificar más a Dios. A través de los siglos los cristianos han considerado que “abnegación” o “mortificación” como una disciplina fundamental en la vida cristiana. Por ejemplo Juan Calvino en un libro llamado ¿Cómo debe vivir un cristiano? Escribió sobre esto[9]:

“Este es el gran progreso de la vida cristiana: que prácticamente nos olvidemos de nosotros mismos; que en todos los ámbitos estimemos nuestros asuntos como menos importantes; y que fielmente nos esforcemos por dedicar nuestras energías a Dios y sus mandamientos, porque cuando las Escrituras nos mandan que desestimemos nuestros propios interese eliminan de nuestra alma el deseo de poseer cosas para nosotros mismos, el amor al poder y la ansia de alabanza de la gente”

Por naturaleza todos nosotros pensamos en nosotros mismos todo el tiempo y queremos que se haga nuestra voluntad en todas las cosas ¿Sino porque se enoja continuamente cuando las cosas no salen como usted quiere? Es porque por naturaleza queremos hacer nuestra voluntad. Sin embargo nuestro Señor Jesucristo nos enseñó que el seguimiento de Jesucristo tiene que ver con negarnos a nosotros mismos (Mt 16:24) e incluso el oro “Pero que no sea como yo quiero, sino como lo quieres tu” (Mt 26:39; 40) ¿Que tanto renuncias a ti mismo cuando estas en conflicto con algo que pide Dios y algo que tú quieres? ¿Qué tanto renuncias en tus oraciones a que se “haga tu voluntad y no la mía”? ¿Estás dispuesto a renunciar a todo lo que el Señor te pide y confiar en su cuidado amoroso?

Lo tercero es que necesitamos disciplinarnos en la mortificación de nuestros pecados. John Owen en su clásico libro “Victoria sobre el pecado y la tentación” dice que la mortificación es una expresión metafórica tomada del hacer morir a cualquier cosa viviente. El escribió[10]:

“¡Mortifica el pecado! ¡Hazlo tu dedicación diaria! Mantente en ello mientras vivas y no omitas esta obra ni un día. ¡Mata el pecado o el pecado te matara a ti!”

La única manera de matar el pecado en ti es disciplinarnos en disfrutar de Dios, es disciplinarnos en la negación o abnegación de nosotros mismos y en ir constantemente en la lectura bíblica y la oración al Señor entonces el pecado no tendrá poder sobre nosotros. ¿Mortificas tu pecado cada día? ¿Buscas al Señor en su palabra y oración cada día? ¿Es esto algo esencial para ti? La práctica de estas disciplinas son las que Dios usa para que como cristianos podamos crecer en el Señor.

Pablo corre y lucha en el evangelio 1 Corintios 9:26-27

Pablo les dice a los Corintios que deben disciplinarse no porque sea para el algo teórico sino que el mismo lleva un estilo de vida disciplinado que lo muestra con su vida. Pablo nos dice en los versos 26 y 27 de estilo de vida disciplinado. “Así que yo corro y lucho, pero no sin una meta definida; no lo hago como si estuviera golpeando el viento; más bien, golpeo mi cuerpo y lo someto a servidumbre, no sea que después de haber predicado a otros yo mismo quede eliminado” (RVC; LBLA) “Así que yo no corro como quien no tiene meta; no lucho como quien da golpes al aire. Más bien, golpeo mi cuerpo y lo domino, no sea que, después de haber predicado a otros, yo mismo quede descalificado” (NVI)

En estos versículos Pablo usa dos ilustraciones. La primera es la del atleta pero aplicada así mismo que nos dice que el “corre…no sin una meta definida”. La segunda es la del boxeador aplicada a si mismo que dice que “lucho… “no lo hace como si estuviera golpeando al viento”… “golpea su cuerpo y lo somete a servidumbre”. El boxeo era una de las principales competencias en los juegos griegos; los boxeadores usaban guantas de cuero que cubrían la mayor parte del antebrazo excepto los dedos, era un deporte violento. Luchar contra la sombra o “golpear al aire” era preparación insuficiente para una competencia de boxeo; el boxeador tenía que disciplinar su cuerpo mejor que eso para ganar y no ser descalificado[11]. Uno de los boxeadores más famosos de Chile es Martin Vargas el cual se caracterizaba por derrotar a sus contrincantes por “nocaut”[12]. Esto era así porque el sabia donde golpear para derrotar a sus contrincantes de la misma manera Pablo se refiere a que no golpea de forma alocada sino que golpea con precisión poder derrotar a su contrincante que en este caso sería su propio pecado.

Con estas dos ilustraciones Pablo quiere mostrarnos que él se disciplina como un atleta y un boxeador pero que el corre con una meta definida, el golpea de manera precisa. Como cristianos sabemos que el propósito definido por el cual debemos correr y golpear es la gloria de Dios. Si analizamos la vida de Pablo sin duda observaremos que el vivió una vida disciplinada para la gloria de Dios. El corrió esta carrera cristiana con el fin de buscar la gloria de Dios y abandonar toda gloria personal con el fin de predicar el evangelio. Por ejemplo el predico el evangelio a pesar de la gran oposición y persecución que enfrento constantemente. 1 Tesalonicenses 2:1-2

“Hermanos míos, ustedes mismos saben que nuestra visita a ustedes no fue en vano. También saben que, a pesar de haber sufrido y de ser maltratados en Filipos, Dios nos dio el valor necesario para anunciarles el evangelio aun en medio de grandes peligros”

El aborrecía el propio pecado de su corazón con el que luchaba. Romanos 7:18-19

“Yo sé que en mí, esto es, es mi naturaleza humana, no habita el bien: porque el desear el bien esta en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero”

Él estaba dispuesto a someterse (o golpear su cuerpo) a la voluntad de Dios. 2 Corintios 12:8-9

“Tres veces le he rogado al Señor que me lo quite, pero él me ha dicho: Con mi gracia tienes más que suficiente, porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por eso, con mucho gusto habré de jactarme en mis debilidades, para que el poder de Dios repose en mi”

Como podemos ver la disciplina era parte del Apóstol Pablo en su vida con Cristo y eso trajo sus frutos en todo el trabajo que hizo para la expansión del reino de Dios en la tierra plantando iglesias y sufriendo por el evangelio. Esta misma marca la vemos en otros hombres de Dios los cuales han determinado en su vida tener un solo objetivo que es la gloria de Dios y la salvación de los hombres por medio de los evangelios. Los cristianos a través de los siglos no han considerado “legalista” a quienes se proponen con ciertas convicciones agradar lo más que puedan a Dios mientras vivan. Uno de ellos es Jonathan Edwards el cual escribió 70 resoluciones (convicciones) por las cuales se esforzaría en cumplir durante su vida[13].

28. Estoy resuelto a estudiar las Escrituras tan firmemente, constantemente y con frecuencia, al punto de que pueda encontrar y plenamente percibir, que estoy creciendo en el conocimiento de ella.

30. Estoy resuelto, a hacer todo lo posible cada semana para ser llevado más alto en la religión (vida cristiana), y también en un más alto ejercicio de la gracia, de lo que fue la semana anterior.

43. Estoy resuelto de aquí en adelante, hasta que me muera, a nunca actuar como si fuera mi propio dueño, sino entera y completamente soy de Dios porque será agradable ser hallado así.

Otro de ellos es John Wesley el cual escribió un reglamento para pastores que aun podría aplicarse para todo creyente[14].  

1. Sean diligentes. Nunca permanezcan inactivos no tampoco activos en cosas frívolas. Nunca pierdan el tiempo. No pasen más tiempo en ningún lugar del que sea estrictamente necesario.

9. Sean siervos de otros. No se avergüencen de nada más que del pecado. No se avergüencen de ir a buscar leña (si el tiempo lo permite), ni de sacar agua, ni de limpiar el barro de sus propios zapatos, ni los de su prójimo.

11. Sean sosegados y apacibles en su salvación. No tienen nada de hacer más que salvar almas. Por lo tanto, gasten y sean gastados en la obra. Y vayan siempre no solo a aquellos que los quieren, sino a aquellos que más los necesiten.

Si Pablo se disciplino en su vida cristiana a pesar de toda la gracia que Dios le había otorgado ¿Por qué nosotros no lo haríamos? Si hermanos piadosos a través de la historia del cristianismo se disciplinaron para poder creer en la gracia de Dios ¿Por qué no lo haríamos nosotros? Nuestra cultura tiende a tomar las disciplinas espirituales como algo pesado, molesto o desagradable y por supuesto algo de eso tiene porque nos sacan de nuestra comodidad pero luego comprendemos lo beneficioso y liberador que es tener estas disciplinas espirituales. Por tanto la pregunta es ¿Estas practicando una vida cristiana disciplinada? ¿Qué estás haciendo para creer en la lectura bíblica y en la oración? ¿Qué estás haciendo para creer en la evangelización? ¿Cómo estas usando tu trabajo para la gloria de Dios? ¿Cómo estas usando tu matrimonio para la gloria de Dios? ¿Cómo estas usando tus estudios para la gloria de Dios? Es seguro que todos vemos nuestro pecado cuando nos damos cuenta de lo perezosos que somos en cuanto a la obra de Dios o lo incapaces que nos sentimos de no vivir vidas disciplinadas delante de Dios. Pero estas disciplinas deben vivirse en la gracia de Dios, si has fallado en llevar una vida disciplinada puedes arrepentirse y seguir los consejos que nos da el autor de Hebreos 12:1-2

“Por lo tanto también nosotros, que tenemos tan gran nube de testigos a nuestro alrededor, liberémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por su gozo que le esperaba sufrió la cruz, y menosprecio el oprobio, y se sentó a la derecha del trono de Dios”  



[1] https://www.sbts.edu/academics/faculty/donald-s-whitney/

[2] Donald S. Whitney. Disciplinas espirituales para la vida cristiana. Página 5.

[3] William Hendriksen. 1 de Corintios. Página 276

[4] Craig Keener. Comentario Cultural del Nuevo testamento. Página 470. Editorial Mundo Hispano.

[5] https://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/bolt.htm

[6] https://www.publimetro.cl/cl/grafico-chile/2015/08/24/entrenamiento-usain-bolt-hombre-mas-rapido-mundo.html

[7] John Piper. Cuando no deseo a Dios. Página 35.

[8] https://dle.rae.es/abnegado

[9] Juan Calvino ¿Cómo debe vivir un cristiano? Pagina. 18.

[10] John Owen. Victoria sobre el pecado y la tentación. Página 62 y 66. Editorial teología para vivir.

[11] Craig Keener. Comentario cultural del nuevo testamento. Página 470. Editorial mundo hispano.

[12] http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-95969.html

[13] Jonathan Edwards. El verdadero avivamiento. Página 115, 117. Editorial teología para vivir.

[14] J. C. Ryle. Grandes líderes del siglo XVIII. Páginas 142-143. Editorial teología para vivir.


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