Pensar el mundo a través de las Escrituras...

lunes, 19 de agosto de 2019

Juzgando a los demás Mateo 7:1-6



En estos versos que leemos ya entramos a la última sección del sermón del monte. Jesucristo nos ha enseñado por medio del sermón del monte lo “bienaventurados o felices” al ser “pobres en espíritu”, que “lloran”, que son “mansos”, que tienen “hambre y sed de justicia”, que son “misericordiosos”, “limpios de corazón”, “pacificadores” y que padecemos por causa del evangelio (Mt 5:3-12) y como el vivir de esa manera hace que seamos sal y luz del mundo para vean nuestras buenas obras (Mt 5:13-16) Luego el Señor aclara que no había venido abolir la ley y los profetas sino a cumplir (Mt 5:17-20) y nos da ejemplos de que el problema no es solo la ira sino la ira de corazón, que no es solamente el adulterio sino el de adulterio de corazón, que no es solamente el divorcio sino la deseo del corazón de divorciarse, etc. (Mt 5:21-37) El Señor también nos enseña que no debemos resistir al malo pero que además de eso debemos amar a nuestros enemigos y así seguir el ejemplo de nuestro Dios. Somos llamados como cristianos a ser perfecto como nuestro padre celestial es perfecto (Mt 5:38-48) ¿Cómo es posible eso? Solamente por medio de la transformación de nuestro corazón.

En el capítulo 6 el Señor aborda las tres principales maneras de manifestar la religión en el pueblo judo que son la limosna, la oración y el ayuno. Estas prácticas piadosas pueden ser usadas de forma pecaminosas cuando se hacen de forma hipócrita buscando la aprobación de los hombres antes que la de Dios (Mt 6:1-18) Luego el Señor enseña que los seres humanos nos vemos enfrentados a dos tesoros (cielo-tierra) donde forma de ver las cosas (ojo bueno o malo) dos señores (dinero o Dios) en el cual vamos a confiar (Mt 6:19-24) Finalmente al tesoro que pongamos nuestra confianza, al amo al cual nos sometamos manifestara nuestra actitud respecto al afán y la ansiedad. El Señor nos llama a confiar en él y no preocuparnos por la vida, la comida o la bebida, el vestido o el futuro pues nuestra única verdadera preocupación debería ser el reino de Dios y su justicia y todo lo demás es añadido por Dios ya que él tiene dominio sobre todas las cosas (Mt 6:25-34) Ahora en estos versículos el Señor nos va a enseñar cual debe ser nuestra actitud cuando juzgamos.

Como juzgues serás juzgado Mateo 7:1-2

Estos versículos han sido muchas veces mal interpretado por creyentes y por no creyentes para decir que los cristianos no debemos emitir ningún tipo de juicio. Por tanto debemos descartar lo que el texto no nos está diciendo. El texto no nos está diciendo que no debemos emitir ningún tipo de juicio. El contexto nos indica esto debido a que después de sacar la viga de tu ojo podrás ver bien para juzgar (Mt 7:5) además en el verso 6 tenemos un juicio sobre algunas personas que son “perros” y “cerdos”. Si seguimos avanzando en el Evangelio el Señor nos dice “Cuídense de los falsos profetas” (Mt 7:15) ¿Cómo vamos a distinguir entre los verdaderos profetas y los falsos profetas a menos que emitamos juicios sobre sus enseñanzas y sus vidas? En Mateo 18:15-18 nos da los pasos para poder ejercer la disciplina en la iglesia por tanto ¿Cómo podríamos ejercer disciplina en la iglesia si no podríamos emitir ningún tipo de juicio? Estos ejemplos solo se encuentran en el Evangelio de Mateo pero fácilmente podemos encontrar muchos más ejemplos por medio de todas las Escrituras (Jn 7:24; 1 Cor 5:12; 6:1-5; Gal 1:8-9; Fil 3:2; 1 Tes 2:14-15; 1 Tim 1:6-7; Tito 3:2, 10: 1 Jn 4:1; 2 Jn 10; 3 Jn 9) Como cristianos estamos llamados a juzgar todas enseñanzas y examinar todas las afirmaciones que se nos hacen a partir de las Escrituras. Hechos 17:11; 1 Tesalonicenses 5:21

“Estos eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra con mucha atención, y todos los días examinaban las Escrituras para ver si era cierto lo que se les anunciaba”

“Examínenlo todo; retengan lo bueno”

Entonces si podemos juzgar las cosas a partir de las Escrituras ¿Qué es lo que Jesús nos quiere enseñar en estos versículos? La clave está en entender que el verbo “juzgar” (krino) tiene diversos matices y dependiendo del contexto se debe entender. Por ejemplo en Mateo 5:22 se usa en el sentido del juicio final de una persona. En Mateo 5:40 se usa en el sentido de litigios legales. En Mateo 19:28 se usa en el sentido de recompensa. En Lucas 7:43 se usa en el sentido de discernimiento o evaluación. En Juan 7:1 se usa en el sentido de pronunciamiento de una sentencia[1]. Estos mismos matices y distinciones la hacemos en nuestro lenguaje en español[2] y entendemos cuando alguien está haciendo “juicio” sobre algo para evaluar si está bien o mal, o cuando decimos que alguien perdió el “juicio” o cuando decimos que un hombre es “juicioso” o un juez pronuncia una “juicio” (sentencia) sobre una persona. Entonces debemos preguntarnos ¿Cómo está usando el Señor “juzgar” en estos textos? Jesús está usando la idea de juzgar en el sentido condenatorio sobre las personas. Está usándolo en el sentido de ponerse por encima de los demás y creerse superiores a los otros moralmente. Esto era exactamente lo que hacían los fariseos. Ellos veían a los demás como pecadores y a ellos como justos (Lc 18:11-12) pensaban que los demás eran maldecido por Dios debido a sus pecados (Jn 7:49) Esta actitud farisaica se puede ver reflejada en los juicios que hacemos a nuestros hermanos. Por eso Jesús advierte:

“Porque con el juicio con ustedes juzgan, serán juzgados; y con la medida con que miden, serán medidos”

El lenguaje de la “medida” que usa Jesús viene del ámbito comercial (Prov 20:10). El paralelo de Lucas 6:37-38 lo muestra con mayor claridad.

“No juzguen, y no serán juzgados. No condenen y no serán condenados. Perdonen y serán perdonados. Den, y se les dará una medida buena, incluso apretada, remecida y desbordante. Porque con la misma medida con que ustedes midan, serán medidos”

Debido a que los fariseos juzgaban duramente a las personas Jesucristo fue muy duro con ellos por su hipocresía (Mateo 23) Si nosotros juzgamos de forma condenatoria a nuestro prójimo por pecar entonces nuestro prójimo nos puede condenar de la misma manera cuando nosotros pequemos. Por tanto ¿Cómo juzgamos “medidamente”? En primer lugar juzgamos medidamente cuando juzgamos con compasión. Santiago 2:13

“Pues a los que no tienen compasión de otros, tampoco se les tendrá compasión cuando sean juzgados, porque la compasión prevale sobre el juicio”

Una vez escuche una historia de un pastor Bautista de Estados Unidos el cual había sido encomendado a predicar a algunos países centro americanos y que después de un tiempo desapareció. Muchos se mostraron preocupados por su desaparición y por tanto enviaron a otros hermanos a buscarlos a esos países. Ellos viajaron y comenzaron su búsqueda y cuando lo encontraron descubrieron que el en realidad no se había perdido sino que había engañado a su familia y a su iglesia teniendo otras mujeres por esos países. Entonces después de eso volvió a su iglesia de Estados unidos de la cual él había sido expulsado y fue arrepentido a pedir perdón. Pero la iglesia le negó su arrepentimiento y no quiso volver a recibirlo como miembro. El actuar de esta manera es actuar sin misericordia sino con ira en el corazón. El pensar que esta persona no merece el perdón de Dios es actuar contrariamente al evangelio ya que en realidad nadie de nosotros merece el perdón del Señor.

En segundo lugar juzgamos medidamente cuando juzgamos con justicia. En el Antiguo testamento para acusar a una persona había que haber dos o tres testigos para probar la acusación. Éxodo 21:1 advierte:

“No te dejes llevar por falsos rumores. No te dejes llevar por el impío para ser testigo falso”

Ya haber ocasiones es que vas a ver cosas las cuales crees entender de los hermanos y vas a suponer basado en esa observación que hiciste y puedes con eso crear un rumor sobre una persona sin tener ninguna evidencia seguro para eso. Por eso una de las formas en las cuales puedes juzgar medidamente es preguntando directamente, conociendo bien los hechos, teniendo las dos versiones si es que hay dos personas involucradas y luego de eso emitir un juicio sobre el asunto. De lo contrario te arriesgas a pecar sobre los hermanos dejándote llevar por tu “impresión” o por la “impresión” que otros te hacen de las personas.

En tercer lugar juzgamos medidamente cuando lo hacemos sin prejuicios.  Esto está muy relacionado con lo anterior pero esto es aun más grave porque se emite un juicio directamente de un hermano sin ni siquiera conocerlo realmente sino dejándote llevar solamente por lo externo.  Una de las cosas que sabemos de Dios es que él puede ver el corazón (1 Sam 16:7) De Jesucristo es de quien se dice en Juan 2:24-25

“Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos y no tenía necesidad de que nadie le dijera nada acerca del hombre pues él sabía lo que en el hombre había”

Nuestros juicios hacia nuestros hermanos siempre deben tener un límite porque aunque nosotros podemos ver frutos o a veces no podemos verlo con claridad solo Dios es quien conoce el corazón de cada uno de los hermanos. 

No juzguen hipócritamente Mateo 7:3-5

Para ilustrar lo que Jesús viene enseñando él pone un ejemplo que probablemente tenía que ver con el oficio de carpintero que su padre José y que el desarrollaron para el sustento de su hogar (Mt 13:55; Mc 6:33) Como carpintero Jesús tiene que haber experimentado muchas cosas que hacen los carpinteros en el mundo antiguo que era cortar, medir, amarrar o mover grandes vigas. Como también experimentar cosas que en el mundo moderno evitamos con guantes o anti parras que es enterrarse una astilla en el dedo o que te llegue una astilla al ojo. Por tanto la imagen que Jesús usa iba a ser sumamente clara, graciosa y hasta irónica. ¿Se la puede imaginar?

“¿Porque miras la paja (o astilla NVI; NTV) que está en el ojo de tu hermano, y no miras la viga que está en tu propio ojo? ¿Cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja (o astilla NVI; NTV) de tu ojo cuando tienes un viga en el tuyo”

La viga era un pesado madero usado en construcción como soporte horizontal en el techo de las casas. Por tanto cuando Jesús usa este ejemplo todas las personas se imaginaban a la persona con un madero muy pesado en su ojo tratando de mostrarles a su compañero como tenía una paja (o astilla NVI; NTV) en su ojo. Esto aplicaba muy bien a los judíos los cuales eran realmente hipócritas al hacer sus juicios sobre las personas cuando ellos mismo estaban practicando pecados y ocultándolos con la falsa religiosidad para acusar a los otros de pecadores. Romanos 2:1-3; 21-23

“Por tanto tú, que juzgas a otros, no tienes excusa, no importa quien seas, pues al juzgar a otros te condenas a ti mismo, porque haces las mismas cosas que hacen ellos. Todos sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas se ciñe a la verdad. Y tú, que juzgas a los demás pero practicas las mismas cosas que ellos ¿piensas que escaparas del juicio de Dios?

“Pues bien, tu que enseñas a otros ¿No te enseñas a ti mismo? Tu que predicas que no se debe robar, ¿Robas? Tu que dices que no se debe cometer adulterio ¿Adulteras? Tu que detestas a los ídolos ¿Robas en los templos? Tu que te sientes orgulloso de la ley ¿Deshonras la ley quebrantándola?

Los judíos decían algunas cosas ciertas sobre la ley pero condenaban a los demás pueblos como paganos sin embargo ellos mismo no vivían de acuerdo a lo que predicaban sino que eran verdaderamente hipócrita. El verso 5 llega al clímax de la enseñanza y dice:

“¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces veras bien para sacar la paja (o astilla NVI; NTV) del ojo de tu hermano”

Jesús nos enseña que quien está más preocupado de señalar los pecados ajenos que los propios es simplemente un hipócrita que no se da cuenta de su propia condición es espiritual. Un hipócrita es alguien que está actuando y se pone una máscara para interpretar un personaje y no es realmente una persona honesta para con Dios, ni para consigo misma, ni para con el prójimo. Por tanto ¿Cómo podemos juzgar de manera no hipócrita?

En primer lugar juzgamos sin hipocresía cuando antes de señalar el pecado ajeno analizo mi propio corazón pecaminoso. Esta es una de las cosas que comúnmente no admitimos mucho pero ¿Cuántas veces se han encontrado frente a un sermón y han pensado “este sermón está perfecto para este hermano”? ¿Cuántas han estado leyendo algo en la Biblia y han pensado “Esto está perfecto para este hermano”? ¿Cuántas veces hemos condenado con más dureza el pecado de un hermano y hemos sido más flexibles con nosotros mismos cuando pecamos? ¿No ciertos que es más fácil ser duros con otros pero más suave con nosotros mismos? ¿Nos damos cuenta que esto es señalar el pecado de los hermanos ante que los míos? Como pecadores no es muy fácil mostrarles a los otros su pecado pero mucho más difícil ver el nuestro. Es por eso que antes de juzgar a tu hermano analiza tu propio corazón.

En segundo lugar juzgamos sin hipocresía cuando antes de señalar el pecado ajeno analizamos si nosotros mismo lo estamos practicando. Una de las cosas de las cuales los no creyentes acusan a los creyentes es que todos somos unos hipócritas porque venimos a fingir aquí al templo y no somos honestos en nuestras vidas. Aunque esto tiene algo de verdad, nosotros venimos al templo no solamente porque somos hipócritas sino además iracundos de corazón, adúlteros de corazón, mentirosos de corazón, en una palabra: pecadores. Somos quienes confesamos nuestra maldad y clamamos cada día por el perdón de Cristo. Pero los no creyentes ¿Estarán dispuestos a admitir todas las maldades secretas que hay en sus corazones? ¿Entonces quien es realmente el hipócrita? Uno de los ejemplos de esta hipocresía la vemos en David cuando él se había acostado Betsabe, había matado a Urías y cuando el profeta Natán le cuenta la historia del hombre rico que le había robado al hombre pobre su única corderita para darle de comer a un visitante y David se enfurece por ello y dice que merece la muerte y el profeta le dice que es el (2 Sam 12:1-8) Piensa por un momento en todos los juicios que has hecho sobre los hermanos, en todas las veces que has juzgado las cosas apresuradamente ¡Y hemos vivido de la misma manera la cual condenamos con tanto apuro el día de hoy! ¿No crees que merece la muerte por ello? ¿No deberías aplicar el propio juicio que pensante contra tu hermano a ti mismo?  

En tercer lugar juzgamos sin hipocresía cuando señalamos el pecado ajeno sin superioridad espiritual y ayudamos al hermano a restaurarse. Como vimos desde el principio la enseñanza de Jesús no tiene que ver con que no debemos juzgar sino que “Sean justos con sus juicios, y no juzguen según las apariencias” (Jn 7:24) Después de que podamos ver lo pecadores que somos y como nuestros corazones nos engañan entonces podemos estar preparados para ayudar a nuestro hermano a ver su pecado. Gálatas 6:1

“Hermanos, si alguno es sorprendido en alguna falta, ustedes que son espirituales, restáurenlo con espíritu de mansedumbre. Piensa en ti mismo, no sea que también tú seas tentado”

El conocido predicador de la época de la Patrística llamado Juan Crisóstomo dijo sobre esto[3]:

“Corregirlo, pero no como a enemigo, ni como adversario exigiendo castigo, sino como el medico que provee las medicinas”

La actitud de amor que como cristianos tenemos cuando alguien peca es decirle la verdad en amor y llamarlo al arrepentimiento con un espíritu de mansedumbre. El verdadero amor confronta el pecado de un hermano con el fin de que él o ella lleguen a arrepentirse. ¿Actúas de esta manera con tus hermanos cuando pecan?

Juzguen sabiamente Mateo 7:6

Este verso les parece a muchas personas sorpresivo debido a que está en el sermón del monte y después de una enseñanza que nos llama a juzgar de forma cuidadosa. Algunos incluso han pensado que este texto no tiene sentido con el contexto de lo que Jesús ha venido diciendo pero en realidad este texto crea un equilibro necesario para que al juzgar de forma cuidadosa pensemos que no debemos juzgar nada. Jesús nos advierte de no dar lo santo (o sagrado NVI) a los perros ni dar las perlas a los cerdos ¿A qué se refiere con eso

Lo primero que tenemos que ver es que los perros para los judíos no eran mascotas domesticas para ellos sino que eran animales salvajes, feos, crueles, amenazantes y que se usaban para llevar a cabo el juicio de Dios. Proverbios 26:11; 1 Reyes 14:11

“Perro que vuelve a su vomito: ¡Eso es el necio que repite su necedad!”

“A cualquier descendiente de Jeroboan, que muera fuera de la ciudad, se lo comerán los perros, y al que muera en el campo se lo comerán las aves de rapiña. Así ha dicho el Señor”

De la misma manera los cerdos eran animales inmundos que los judíos no comían, tocaban ni se acercaban por ser sucios. Levítico 11:7; 2 Pedro 2:22

“El cerdo, porque tiene pezuña, y estas las tiene hendidas, pero no rumia. Deben considerarlo impuro”

“Pero en ellos se ha cumplido la verdad proverbial: “El perro vuelve a su vómito, y la puerca recién lavada vuelve a revolcarse en el lodo”

Por tanto los perros y los cerdos a los cuales Jesús se refiere representan personas salvajes, crueles e inmundas a las cuales no debemos darles nuestros tesoros preciosos. Esto era algo literal de la época pues nadie en su sano juicio le daría lo sus tesoros preciosos a perros salvajes ni lo valioso a los cerdos los cuales lo pisotearían como cualquier basura y hasta quizás nos ataquen por tratar de darle esto a ellos. ¿Qué quiere decir con lo santo y las perlas? A la luz del mismo evangelio de Mateo podemos decir que lo santo y las perlas se tratan del mensaje precioso del evangelio (Mt 13:45-46) Pero ¿Cómo se aplica este principio? Lo más sencillo es ver como Jesús y los apóstoles lo aplicaron.

Jesús enseño a sus discípulos que donde no los reciban ellos deben salir de esa casa y ciudad y sacudir sus pies como testimonio contra ellos (Mt 10:14) también les hablo a todas las personas en parábolas y solo se las explico a sus discípulos (Mt 13:11) con Pilatos tuvo muy pocas palabras (Luc 23:1.5) y con Herodes no tuvo ninguna (Luc 23:6-11) ¿Acaso Jesús no aprovecho esa oportunidad de predicarles el evangelio? No, porque Jesús sabía que ellos como perros y cerdos iban a tratar la perla de su mensaje como cualquier cosa. Por otro lado el Apóstol Pablo aplico este mismo principio cuando llevo a cabo sus viajes misioneros y después de mucha oposición a su mensaje finalmente el decide que ahora dejar de poner énfasis en predicarle a los judíos para ahora predicarles a los gentiles (Hechos 13:44-46) En Corinto experimenta algo parecido. Hechos 18:6

“Pero como ellos se oponían y blasfemaban, Pablo se molestó mucho y les dijo: “Que su propia sangre recaiga sobre ustedes. Yo no tengo nada de qué avergonzarme. Desde ahora, me voy a predicar a los gentiles”

¿Qué paso con Pablo, acaso el no tuvo la suficiente paciencia o amor para predicarles a los judíos? ¡Claro que la tuvo! Pero cuando el mensaje del evangelio era rechazado abiertamente y constantemente él pensó que simplemente se estaban lanzando perlas a los cerdos y a los perros sin ningún fruto. Lo importante de este principio es que debemos juzgar sabiamente y discerniendo en cada oportunidad y contexto en el cual estemos. Porque este principio no se trata de simplemente decir “Ok, no escucho la primera vez por tanto se convierte en un perro y en un cerdo” así que me dedicare a otras personas. No se trata de tener esa actitud de tratar a todos como no creyentes sino escuchan a la primera sino de orar y ser paciente amando a nuestro enemigo (Mt 5:43-44) hasta que ya sea claro que rechazan abiertamente el evangelio. Entonces ¿Cómo sabemos cuándo estamos echando perlas a los perros y cerdos y por tanto deberíamos dejar de predicarles?

En primer lugar cuando predicamos en lugares abiertamente contrarios al evangelio. Por ejemplo es interesante que los apóstoles no fueron a los templos paganos a predicar el evangelio como tampoco fueron al coliseo, ellos llegaron allá por la providencia de Dios. Ellos no fueron a buscar la confrontación con el evangelio, la confrontación llego a ellos por causa del evangelio. Creo que ese es el error que cometen muchos hermanos apasionados que van a lugares como tocatas rock, marchas del orgullo gay o actividades de ateos en donde el evangelio obviamente será tratado como algo de fanáticos y estúpidos.

En segundo lugar cuando gastamos nuestras energías en lugares donde no se quiere ya escuchar el evangelio. En este punto soy cuidadoso porque se requiere la guía del Espíritu en oración y el discernimiento dado por Dios para moverse de los lugares. Pablo cuando veía que el lugar donde predicaba rechazaba abiertamente el evangelio entonces se movía. En la historia de la iglesia hay hermanos que persistieron por años en predicar el evangelio en algún lugar determinado como William Carrey y finalmente tuvieron frutos. Pero también hay casos en los cuales por más que tu prediques no habrá conversiones al evangelio y por tanto después de mucha oración debes moverte porque Dios no ha obrado en el corazón de allí.

Jesús fue juzgado injustamente pero el juzgo y juzgara justamente.

Estos pasajes se aplican perfectamente a nosotros porque nosotros solemos juzgar de forma rápida, condenatoria, superficial y medimos a las personas con juicios de los cuales después nos arrepentimos. Nos apresuramos para mirar la astilla en el ojo del hermano, pero nos demoramos mucho para ver la viga que tenemos en nuestro propio ojo. También en vez de discernir de forma correcta gastamos mucho de nuestro tiempo echando la perlas y los perros y cerdos. Nuestra naturaleza pecaminosa hace que constantemente vivíamos desequilibrados en todas estas cosas. Pero por otro lado Jesús fue quien fue juzgado injustamente por los hombres, acusado de rebelión por los romanos y de blasfemia por los judíos cuando no fue ninguna de las dos cosas. Muchas de las personas a las cuales les había explicado su mensaje del evangelio estuvieron de acuerdo juzgarlo al decir ¡Crucifíquenle! (Mt 15:6-11) sin embargo sus juicios sobre los hombres nunca fueron apresurados, siempre fueron perfectamente medidos, nunca hubo hipocresía ni engaño en su boca, siempre supo discernir perfectamente cuando no dar las perlas a los perros y cerdos ¡Él fue perfecto en todo! Y cuando el regrese solo habrá dos respuestas respecto a los juicios que has hecho sobre todos. O Cristo tomo todos esos juicios pecaminosos sobre el en la cruz del calvario y murió y resucito al tercer día por ti o tú te presentaras con todos esos juicios pecaminosos que has expresando ante Dios como culpable e iras al infierno eterno. ¡Cristo es quien fue juzgado injustamente para poder darnos vida a los escogidos del Señor! ¿Eres tu uno de ellos? ¿Reconoces tus pecados? ¿Confías en Cristo?



[1] Michael J. Wilkins. Comentario bíblico con aplicación NVI Mateo. Página 303.
[2] En la definición de la palabra podemos ver varios matices del uso de la palabra. https://dle.rae.es/srv/fetch?id=MbWK64n
[3] John Stott. El sermón del monte. Página 210.

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