Pensar el mundo a través de las Escrituras...

jueves, 8 de febrero de 2018

Las motivaciones para la evangelización.


Las motivaciones para la evangelización[1]

Después de haber visto cuales son los “métodos” de predicar el evangelio, ahora veremos cuáles fueron sus motivos para predicar el evangelio. Cuando revisamos el nuevo testamento nos asombramos al ver la pasión que ellos tenían por compartir el evangelio. ¿Qué es lo que los motivaba? Veremos algunas de sus motivaciones.

El primer motivo para la evangelización fue la gloria de Dios: Como creyentes sabemos que todo lo que hacemos debe ser para la gloria de Dios (1 Cor 10:31) Por tanto la evangelización no se hace simplemente porque debemos obedecer o porque tenemos compasión por las personas, sino que nuestra principal motivación es la gloria de Dios. Pablo escribe el apostolado y la obediencia de fe a las naciones es por amor a su nombre (Rom 1:8) John Stott comenta sobre este pasaje lo siguiente:

“El motivo más elevado para la obra misionera no es ni la obediencia a la Gran Comisión (por importante que ésta sea), ni el amor por los pecadores que se pierden (por fuerte que sea este incentivo, sobre todo cuando entendemos la ira de Dios…), sino el celo, un celo fogoso y apasionado por la gloria de Jesucristo… Solo hay un imperialismo que sea cristiano… y ése es el interés por su Majestad Imperial, el Señor Jesucristo, y por la Gloria de su Imperio[2]

El Apóstol Juan nos dice que los misiones salieron por “amor del nombre” (3 Juan 1:7) Esa es la motivación debe existir en nosotros. John Piper comenta lo siguiente sobre las misiones:

“Las misiones no son el objetivo último de la Iglesia. El objetivo último es la adoración. Las misiones existen porque no hay adoración. La adoración es el objetivo último, y no las misiones, porque Dios es la realidad última, no el Hombre. Cuando esta era se acabe, y los millones de redimidos se postren ante el trono de Dios, las misiones dejarán de existir. Es una necesidad temporal. Pero la adoración permanece para siempre[3]

Por tanto la “gloria de Dios”, la “gloria a su nombre” fue lo que motivo a los creyentes a predicar el evangelio. ¿Tenemos un profundo deseo por glorificar a Dios? Si eso es así, eso se verá reflejado en la evangelización

El segundo motivo para la evangelización fue el amor de Cristo. Los creyentes estaban infinitamente agradecidos por lo que Cristo había hecho en sus vidas. Los apóstoles escribían maravillados ante el gran amor de Dios en sus vidas.

Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.  2 Corintios 5:14

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Gálatas 2:20

En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.  Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros. Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros. 1 Juan 4:10-12

Los creyentes estaban tan asombrados por el gran amor de Cristo que ellos vivían constantemente agradecidos por lo que Cristo había hecho en sus vidas y por tanto ese amor les impulsaba a predicar a todas las personas sobre lo que Cristo había hecho en ellos. ¿Es posible reconocer el gran amor de Dios y no ser movido por ello a predicar el evangelio?

Lo tercero que motivo a los cristianos fue el sentido de responsabilidad. Los cristianos desde un comienzo se les había sido encomendado la tarea de predicar el evangelio a toda criatura (Mt 28:18-20; Mc 16:15; Luc 24:45-49; Jn 20:21-23) Pablo entiende que predicar el evangelio es una necesidad.

“Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y !!ay de mí si no anunciare el evangelio!  Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada” 1 Corintios 9:15-16

Los cristianos estaban muy conscientes de la responsabilidad que tenían de predicar el evangelio en cualquier circunstancia que Dios les pusiera (Hechos 8:4) Finalmente Dios va a juzgarnos a todos nosotros según las obras que hayamos hecho (Hechos 20:26; 1 Cor 4:11-15) ¿No nos consume el peso de la responsabilidad por predicar el evangelio?

Lo cuarto que motivo a los cristianos fue la misericordia hacia las personas. Jesucristo desde un principio había predicado y sanado a toda personas de sus dolencias (Mt 4:23; 9:35) también los había visto con misericordia como ovejas que no tenían pastor (Mt 9:36) pero lo más importante es que el había venido a buscar y salvar lo que se había perdido (Luc 19:10) Jesús sabía que si rechazaban su mensaje de creer y arrepentirse (Mt 4:17) Caería sobre ellos la condenación (Mt 25:41, 46; Jn 3:36) Es por eso que Pablo estaba dispuesto a ir casa por casa enseñando el evangelio (Hechos 20:19-21) y por tanto el estaba dispuesto a sufrir por causa de los escogidos (2 Tim 2:10) ¿Cómo es posible que veamos a nuestros familiares, amigos, conocidos y no estén incluidos en nuestras oraciones por salvación? ¿Cómo es posible que hablemos todo el tiempo con las personas sobre diversas cosas y no le hablemos de la importancia de la salvación?


[1]Algunas ideas son tomadas de Michael Green. La evangelización en la iglesia primitiva. Páginas 417- 446
[2] https://www.clie.es/wp-content/uploads/2014/12/9788482675145-alegrense-las-naciones-la-supremacia-de-dios-en-las-misiones-1capitulo.pdf
[3] https://www.clie.es/wp-content/uploads/2014/12/9788482675145-alegrense-las-naciones-la-supremacia-de-dios-en-las-misiones-1capitulo.pdf

Share:

0 comentarios:

Publicar un comentario

Podcast

Archivo del Blog

Con tecnología de Blogger.

Blog Archive