Pensar el mundo a través de las Escrituras...

miércoles, 18 de abril de 2018

Efesios 5:18-21 Sean llenos del Espíritu Santo


Cuando me convertí a los 20 años de edad, una de las primeras cartas del Nuevo testamento que más me cautivaron fue la carta de los Efesios.  Recuerdo que fue uno de los libros que más rayé y con el cual más asombrado estaba porque veía que ella nos hablaba de las riquezas que tenemos en Cristo. Como sabemos muchas personas en el mundo sueñan con ser ricas que las Escrituras nos advierten constantemente del peligro de las riquezas:

“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas” Mateo 6:24

“Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee”  Lucas 12:15

“Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” 1 Timoteo 6: 9-10

“Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré” Hebreos 13:5

Incluso sabemos que tenemos una versión “evangélica” de este deseo mundano del anhelo de las riquezas que es el falso evangelio de la prosperidad que nos dice que Dios desea que tú seas rico. Dios está muy preocupado por tu prosperidad material por tanto para obtenerla debes dar mucho dinero. Pero cuando leemos el libro de Efesios vemos cuales son las verdaderas riquezas que tenemos en Cristo. A mirar el capitulo 1 vemos que el apóstol comienza hablándonos de cómo hemos sido bendecidos con toda bendición espiritual ¿Y cuáles son estas? La elección (1:4) la adopción (1:5) aceptos en el amado (1:6) el perdón de pecados (1:7) la sabiduría e inteligencia (1:8) la herencia (1:11) el sello del Espíritu Santo (1:14) y luego el ora para que nuestros ojos sean alumbrados para comprender todas riquezas que Cristo nos ha dado (1:18) En el capítulo 2 se nos muestra que  estábamos muertos en delitos y pecados y el nos dio vida por su libre gracia y nos creó para hacer buenas obras (2:10). Además hemos sido reconciliados por la cruz del calvario y ahora somos parte del pueblo de Dios (2:11-16) ahora no somos extranjeros sino la familia de Dios (2:19) El misterio revelado del evangelio es que los gentiles son coherederos de las promesas (3:6) y por todo este gran amor debemos doblar nuestra rodillas en adoración como Pablo y adorar al Señor (3:14-16).

Los primeros 3 capítulos de Efesios se conocen como los capítulos teológicos, pues ponen la base teológica para luego llevarlo a la práctica. Por tanto los 3 primeros últimos capítulos se conocen como los capítulos prácticos. Todas las riquezas de la gracia de Dios son puestas en práctica cuando vivimos en comunidad. Por eso Pablo nos llama a vivir según la vocación con la cual hemos sido llamados (Efe 4:1) debemos vivir en unidad espiritual (Efe 4:2-6) ya no debemos vivir como los gentiles (Efe 4:17) sino debemos vivir como hijos imitadores de la luz (Efe 5:1) En el capítulo 5 vemos cuatro claros contrastes que Pablo está haciendo. 1) Nos llama a andar en amor y apartarnos de todo lo inmundo (5:2-6) como cristianos no solamente debemos vivir apartado de todo lo pecaminoso sino que además debemos ni siquiera hablar de cosas pecaminosas. 2) Nos llama a vivir como hijos de la luz y a rechazar toda obra de las tinieblas (5:7-14) antes cuando no éramos cristianos vivíamos en las tinieblas pero hoy que conocemos al Señor vivimos en la luz, por tanto debemos vivir como hijos de la luz reprendiendo la obras de las tinieblas. 3) Nos llama a vivir como sabios y no como necios.  Una de las cosas que más comúnmente escuchamos en esta época es que la gente “no tiene tiempo”. ¿Pero qué tan cierto es esto? La verdad es que la mayoría de las personas no tienen tiempo porque probablemente no está usando el tiempo sabiamente por tanto eso es andar de forma necia y no sabia. Todo esto resulta pecaminoso porque vamos a dar cuentas a Dios en como usamos nuestro tiempo para la gloria de Dios. 4) Nos llama a embriagarnos con vino, sino estar llenos del Espíritu. Aquí en donde vamos a detenernos un poco más para analizar que significa esta frase de estar “lleno del Espíritu”.

Antes sed llenos del Espíritu (V18)

Pablo comienza su argumento aquí diciéndonos que “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución”. “No se emborrachen con vino que lleva al desenfreno” (NVI) “No se emborrachen con vino porque esto les arruinará la vida” (NTV). La idea es bastante simple la embriaguez es un pecado contra el Señor. Por eso Pablo escribe en la carta de Corintio que los “Borrachos no heredarán el reino de los cielos” (1 Cor 6:10) Una de las escrituras más claras que tenemos sobre lo que produce la embriaguez es el Proverbios 23:20-21; 29-35

No estés con los bebedores de vino, Ni con los comedores de carne; Porque el bebedor y el comilón empobrecerán, Y el sueño hará vestir vestidos rotos. (20-21)

¿Para quién será el ay? ¿Para quién el dolor? ¿Para quién las rencillas?
¿Para quién las quejas? ¿Para quién las heridas en balde? ¿Para quién lo amoratado de los ojos? Para los que se detienen mucho en el vino,
Para los que van buscando la mistura. No mires al vino cuando rojea,
Cuando resplandece su color en la copa. Se entra suavemente; Mas al fin como serpiente morderá, Y como áspid dará dolor. Tus ojos mirarán cosas extrañas, Y tu corazón hablará perversidades. Serás como el que yace en medio del mar, O como el que está en la punta de un mastelero. Y dirás: Me hirieron, mas no me dolió; Me azotaron, mas no lo sentí; Cuando despertare, aún lo volveré a buscar.

Como podemos ver el bebedor de vino  es un ebrio que se empobrece que es cautivado por beber de forma constante. El borracho es una persona que ve cosas extrañas, que habla perversidades de su corazón y que busca pelea pero no siente nada en el momento. ¿No es acaso esta perfecta descripción de alguien que está dominado por el alcohol? Sin duda lo es. La persona que está dominada por el alcohol es una persona que trae problemas. Además en aquella época el borracho tenía una estrecha conexión con la adoración de los dioses paganos, pues estando ebrio practicaba toda especie de maldades sexuales. No parece haber casi ninguna diferencia con la embriaguez actual de los borrachos.

Sin embargo aunque la embriaguez es pecado, las Escrituras no condenan de forma absoluta beber alcohol. Hay hermanos que argumentan que el vino en la Biblia hace referencia al jugo de uva[1]. El problema con esa posición es que si el vino es una referencia al jugo de uva querría decir que Noé se embriago con jugo de uva (Gen 9:21). También querría decir que los hermanos que se embriagaban antes de la Cena del Señor también lo hacían con jugo de uvas (1 Cor 11:21)  Esto obviamente no tendría sentido. Además esta posición también evita otros pasajes de las Escrituras (o los interpreta de forma diferente) para argumentar que  Dios no aprueba el vino como una bendición dada por él.

“Él hace producir el heno para las bestias, Y la hierba para el servicio del hombre,
Sacando el pan de la tierra, Y el vino que alegra el corazón del hombre, El aceite que hace brillar el rostro, Y el pan que sustenta la vida del hombre” Sal 104:14-15.

Juan Calvino uno de los reformadores comenta sobre este pasaje lo siguiente[2] 

“se nos enseña, que Dios no sólo prevé la necesidad de los hombres, y otorga a ellos tanto como es suficiente a los efectos normales de la vida, pero que en su bondad Él trata aún más generosamente con ellos animando sus corazones con vino y el aceite. La naturaleza sin duda estaría satisfecha con agua para beber; y por lo tanto la adición de vino se debe a la sobreabundante liberalidad de Dios.”

En verdad en las Escrituras el vino se ve como un bendición de Dios (Ecle 9:7; Isa 25:6) Jesucristo mismo es quien convirtió el agua en vino (Jn 2) y los fariseos acusaban a Jesús de un “comilón y bebedor” (Luc 7:33-35). A las personas que más se les restringía el uso del vino era a los sacerdotes (Lv 10:9) los nazareos (Num 6:3; Samuel 1:15) a los reyes (Prov 31:4,6) los ancianos (1 Tim 3:3; Tito 1:7) a los diáconos (1 Tim 3:8) La razón es que ellos son quienes dirigen al pueblo de Dios y deben estar siempre concentrados en llevar a cabo la obra de Dios.

Por tanto cuando analizamos todos los pasajes de las Escrituras, la idea de que el vino es jugo de uva no se sostiene. Sin embargo también hay que advertir que el vino actual no es igual al vino del mundo antiguo. Por tanto los creyentes que beben alcohol en grandes cantidades también pecan porque caen en embriaguez. Lo que las Escrituras nos muestran es que el beber alcohol no necesariamente es pecado, pero puede llegar hacerlo si lo bebes en exceso ¿Por qué? Porque estas siendo dominado por él. Este es el punto de Pablo “No os embriaguéis con vino, en el cual hay disolución”. Cualquier creyente que se embriaga es dominado por el vino y por tanto esta pecando delante del Señor.

Por tanto el Señor nos manda a “Antes bien, sed llenos del Espíritu”, “Al contrario, sean llenos del Espíritu” (NVI)  “En cambio sean llenos del Espíritu Santo” (NTV) Fijémonos que esto es algo opcional para el creyente, sino que es un mandato “Sed llenos”. ¿Pero que significa ser llenos del Espíritu? Hay hermanos que creen que este pasaje se refiere a la idea del “Bautismo del Espíritu Santo”. Ellos dicen que una persona llena del Espíritu Santo es una persona que es bautizada por espíritu Santo y por tanto habla en lenguas como en el libro de Hechos.

Antes de responder a esta interpretación debemos aclarar que es el Bautismo del Espíritu Santo. La promesa del Espíritu Santo que Jesús dijo que enviaría (Jn 15:26) se cumple en el pentecostés (Hechos 2:4) y luego seria ratificada en Samaria (Hechos 10:44-46) y hasta lo último de la tierra (Hechos 19:6). Pero NO todos quienes reciben el Bautismo del Espíritu Santo hablan en lenguas (Hechos 8:5-25; 16:31-34; 21:20). Por tanto el Bautismo del Espíritu Santo es simplemente cuando alguien cree en Cristo recibe el Bautismo del Espíritu Santo (1 Cor 12:13) ahora el cuerpo del creyente es morada del Espíritu (Rom 8:9) y no necesariamente habla en lenguas.  Lo que vemos en las Escrituras es que todo creyente ya tiene el Bautismo del Espíritu Santo y por tanto no necesita de otra experiencia posterior.

Entendiendo esto, podemos decir que la llenura del Espíritu Santo no se puede dar en quien no tiene el Bautismo del Espíritu Santo (que no es creyente) sino solamente en un creyente puede existir la llenura del Espíritu. ¿Qué es entonces la llenura? La llenura del Espíritu significa vivir bajo la presencia consciente del Señor y permitir que todo nuestro ser se someta a la palabra de Dios. El sentido de esta frase es “estén llenándose del Espíritu Santo”. La llenura del Espíritu es un acto continuo y constante que involucra el vivir como hijos de Dios, el reprender las obras de las tinieblas, el aprovechar bien el tiempo y el no vivir dominado por la embriaguez. En otras palabras aquel que creyente que vive en la llenura del Espíritu Santo es quien está constantemente buscando al Señor en oración, alimentándose con la palabra de Dios, viviendo en continua obediencia y estando en plena comunión con los hermanos. ¿Quieres estar lleno del Espíritu Santo? Mortifica tu carne en oración. ¿Quieres tener hambre y sed de la palabra de Dios? Pasa horas estudiando las Escrituras ¿Quieres ver el poder de Dios en tu vida? Vive en obediencia a la palabra de Dios. ¿Quieres mostrar el amor de Dios al mundo? Ama a los hermanos de tu iglesia.

Hablar, cantar y alabar a Dios en nuestros corazones (v19)

Cuando un creyente está lleno del Espíritu Santo (o siendo llenado del Espíritu Santo) es lo que sucede, el está hablando, cantando y alabando al Señor en su corazón. “Cantando salmos e himnos y canciones espirituales entre ustedes, y haciendo música al Señor en el corazón” (NTV) Anímense unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales. Canten y alaben al Señor con el corazón (NVI). Lo primero que hace una persona llena del Espíritu Santo es hablar de las Escrituras. Esto quiere decir que comparte con los hermanos acerca de las Escrituras (Salmos). No hay nada más edificante cuando como hermanos comentamos las Escrituras y nos preguntamos ¿Y qué significa esto? ¿Y qué significa esto para mi vida? Porque esto muestra que hay un intereses por conocer al Señor y a su palabra. Recordemos que nuestro Señor Jesucristo nos dijo que debemos escudriñar las Escrituras (Jn 5:39) y los hermanos bereanos nos enseñaron la importancia de Escudriñar las Escrituras.

En esta iglesia siempre verá una insistencia por la lectura de las Escrituras y la razón es simple: Si quiere ser lleno del Espíritu necesita las Escrituras. Gritar, caerse al piso, danzar y todas esas cosas que las personas asocian al Espíritu es algo fácil de hacer. Sin embargo, mantener una vida disciplinada de lectura bíblica no es fácil de hacer. El Pastor Albert Mohler escribió un artículo llamado “El analfabetismo bíblico es nuestro problema[3]” en donde evalúa la condición de las iglesias norteamericanas respecto al conocimiento bíblico y dice que la mitad de los adultos no puede nombrar los 4 evangelios,  que la mayoría de las personas no puede identificar más dos o tres discípulos del Señor, que no son capaces de recitar los 10 mandamientos y más del 80% cree que “Dios ayuda a quienes se ayudan a sí mismos”. ¿Cuál creen que es la realidad en nuestro país? ¿Creen que es diferente? Yo creo que es peor. ¿Eres capaz de saber los libros de las Escrituras? ¿Eres capaz de explicar los 10 mandamientos? ¿Eres capaz de explicar la “oración modelo”? Entonces si no eres capaz de esto eres parte del analfabetismo bíblico y eso necesitamos recuperarlo. Nada de esto cambiará si nos reunimos solo los domingos, todo esto comienza en casa con la educación piadosa de los padres hacia los hijos.

Lo segundo que hace una persona llena del Espíritu es cantar sobre las Escrituras y la obra de Dios. Los cristianos cantaban salmos, como lo hizo Jesús por ejemplo (Mt 26:30) pero además tenían himnos (Fil 2:5-11) y canticos espirituales que eran espontáneos para alabar al Señor. La palabra “cantando” alude a que se hacía con la voz y la palabra “alabando” alude a que se usaba algún instrumento de que se rasgaba con los dedos. Por tanto es probable que se cantara y se usará algún instrumento para alabar a Dios.  Los cristianos alababan al Señor porque él era su Salvador y Señor y estaban agradecidos por ello.  Ellos cantaban cuando estaban alegres y tristes.

“¿Esta alguno entre vosotros, afligido? Haga oración. ¿Esta alguno alegre? Cante alabanzas” Santiago 5:13

“Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían” Hechos 16:25

Esto es lo que los cristianos hacemos cantamos alabanzas al Señor en todo tiempo, ya sea en tiempos fáciles o tiempos difíciles alabamos al Señor en nuestros corazones. Una persona que está llena del Espíritu Santo simplemente cantará al Señor sin la necesidad de instrumentos, de música o de cosas externas. ¿Te has imagino alguna vez como la iglesia primitiva sin toda la tecnología que tenemos hoy no se hacía problema en cantar al Señor? ¿Por qué parecen tan importantes para las iglesias hoy todos los instrumentos y el “ambiente” para cantar al Señor? La única respuesta posible es porque no están llenas del Espíritu Señor, necesitan algo externo que los “emocione”, necesitan algo externo que los “motive”. ¿Te sucede a ti lo mismo? ¿Ves que necesitas algo externo para cantar al Señor? ¿O es simplemente mirar su obra en la cruz y la resurrección de los muertos para explotar en alabanza? Un cristiano lleno del Espíritu canta al Señor en su corazón.

Ser lleno del Espíritu es dar gracias por todo (v 20)

Un cristiano lleno del Espíritu Santo no solamente habla de las Escrituras y canta sobre la obra que el Señor hizo, sino que además es una persona agradecida. “dando siempre gracias a Dios el Padre por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo” (NVI)Y den gracias por todo a Dios el Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo” (NTV)

La naturaleza de los incrédulos es ser desagradecidos.

“Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido” Romanos 1:21

Los incrédulos creen que todo lo que tienen es simplemente por sus esfuerzos. Algunos dirán “gracias a Dios” pero no es más que una simple frase vacía, porque en verdad no están agradecidos a Dios por todo lo que él les ha dado. Pero un cristiano que comprende que merecía la condena al infierno y que Dios lo ha salvado estará eternamente agradecido por su Salvador. Por eso una persona llena del Espíritu es una persona agradecida.

Al igual como los cristianos le cantamos al Señor en todo tiempo, también le agradecemos al Señor en todo tiempo. Pablo agradecía a Dios por el sufrimiento porque servía como acciones de gracias para otros.

“Porque todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios” 2 Cor 4:15

“Arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias” Colosenses 2:7

“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” 1 Tesalonicenses 5:18

Una persona llena del Espíritu Santo es una persona agradecida en todo momento. ¿Estás sufriendo? ¿Le agradeces a Dios? ¿Estás pasando por un periodo de prueba? ¿Le agradeces a Dios? En el año 2005 el conocido pastor Bautista John Piper fue diagnosticado de cáncer a la próstata y en la noche antes de ser operado escribió un artículo llamado “No desperdicies tu cáncer[4]”. En este articulo el da 10 razones por las cuales un cristiano puede desperdiciar su cáncer sino lo usa para la gloria de Dios. 1) Desperdicias tu cáncer sino crees que fue diseñado por Dios con un propósito para ti. 2) Desperdicias tu cáncer si lo percibes como una condena y no como un regalo. 3) Desperdicias tu cáncer si buscas alivio en tus probabilidades en vez de buscar en Dios. 4) Desperdicias tu cáncer si te niegas a pensar en la muerte. 5) Desperdicias tu cáncer “si luchas” contra el solo para estar vivo y no para anhelar más a Cristo. 6) Desperdicias tu cáncer si dedicas más tiempo leyendo acerca de tu enfermedad y menos tiempo leyendo acerca de Dios. 7) Desperdicias tu cáncer si dejas que te conduzca a la soledad en vez de profundizar en las relaciones. 8) Desperdicias tu cáncer  si te entristeces como quienes no tienen esperanza. 9) Desperdicias tu cáncer si continúas pecando igual que antes. 10) Desperdicias tu cáncer si no lo usas como un medio para testificar la verdad y la gloria de Dios.

Detrás de toda esta idea de “desperdiciar el cáncer” esta la idea de que debemos ser agradecidos y vivir para la gloria de Dios en todo tiempo, incluso se nos diagnostica cáncer. Porque la voluntad de Dios es que seamos agradecidos en todo.

Ser lleno del Espíritu es Someternos unos a otros en el temor de Dios (v21)

Entonces un cristiano lleno del Espíritu Santo es aquel que habla de las Escrituras, canta al Señor, le da gracias a Dios por todo, pero también se “somete en el temor de Dios entre los hermanos”. Sométanse unos a otros, por reverencia a Cristo” (NVI) Es más, sométanse unos a otros por reverencia a Cristo” (NTV) Un creyente que está lleno del Espíritu es en primer lugar un creyente que no cree superior a los demás.

 “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno” Romanos 12:3

En segundo lugar un creyente lleno del Espíritu se relaciona con humildad y paciencia entre los hermanos

“Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor” Efesios 4:2

En tercer lugar un creyente lleno del Espíritu es exhortado o exhorta para la edificación del cuerpo de Cristo

“antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado” Hebreos 3:13

En cuarto lugar, los creyentes llenos del Espíritu no se creen superiores, son humildes y se exhortan porque se basan en el temor del Señor. Lo que los motiva a estar juntos y crecer en comunidad es el temor del Señor. Por eso mismo es hoy en día tenemos a personas que no se congregan ni viven en comunidad con los hermanos porque tenemos poco temor del Señor. Si vivimos llenos del Espíritu, será para nosotros un agrado vivir en comunidad como hermanos porque a eso nos ha llamado el Señor.

Como pecadores sabemos que en muchas ocasiones no leemos la Escrituras de forma disciplinada, así como no cantamos al Señor con gozo en toda circunstancia, sino que reclamamos y decimos ¿Por qué me pasa esto a mí? Y en muchas ocasiones escapamos de la vida en comunión con los hermanos y no estamos dispuestos a someternos unos a otros. Pero si hay alguien que canto a Dios antes de ir a la cruz, Dios gracia en todo tiempo, incluso en la cruz del calvario pidiendo perdón por quienes lo mataron. Y se sometió al Padre hasta la muerte, ese es nuestro Señor Jesucristo. En quien debemos poner nuestros ojos, nuestra confianza, nuestro corazón y entonces seremos llenos del Espíritu por su gracia.



[1] http://guillermodelama-bautistareformado.blogspot.cl/2015/12/el-creyente-y-las-bebidas-alcoholicas.html
[2] https://reformadoreformandome.wordpress.com/2015/11/21/los-cristianos-pueden-beber-alcohol/
[3] https://evangelio.blog/2016/01/21/el-escndalo-del-analfabetismo-bblico-es-nuestro-problema/
[4] https://www.desiringgod.org/articles/dont-waste-your-cancer?lang=es

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