Pensar el mundo a través de las Escrituras...

lunes, 30 de abril de 2018

Efesios 5:21-33 Matrimonios llenos del Espíritu Santo


Para el Señor el matrimonio es algo muy importante, es por eso que desde el principio de la humanidad el creo el matrimonio para el esposo amará a su esposa y su esposa sea la ayuda idónea de su esposo (Gen 2:21-25) de allí es que proviene la famosa frase del puritano Matthew Henry:

“La mujer fue hecha de una costilla del costado de Adán: no fue hecha de su cabeza para gobernar sobre él, ni de sus pies para ser pisoteada por él; sino de su costado para ser igual a él, bajo su brazo para ser protegida y cerca de su corazón para ser amada[1]

Cuando estaban ambos estaban en el jardín del Edén la relación matrimonial no tenia ningún problema porque no había pecado en sus vidas. Pero después del pecado los problemas en el matrimonio han estado presentes siempre en la humanidad. Esto lo podemos ver en todas las Escrituras cuando Lamec toma dos mujeres (Gen 4:19) Abram tiene dos mujeres y peca desconfiando de Dios (Gen 16:1-3) Jacob tiene dos mujeres (Gen 29:15-30) Judá fornica con Tamar (Gen 38) David fornica (2 Sam 11) Salomón se desvía por las muchas mujeres (1 Rey 11). Por tanto cuando llegamos al matrimonio nos vamos a ver enfrentados con diversos problemas que para poder solucionarlos vamos a tener que admitir dos cosas esenciales: Somos pecadores (Y lo veremos con claridad en el matrimonio) y la Biblia es la palabra de Dios y nos provee la solución.

El principal problema que tenemos los seres humanos es que somos pecadores y uno de los pecados evidentes en el matrimonio es el egoísmo. Un ejemplo de esto lo vemos en la época de Jesús donde se estaba discutiendo respecto al matrimonio (Marcos 10:1-12)

“Levantándose de allí, vino a la región de Judea y al otro lado del Jordán; y volvió el pueblo a juntarse a él, y de nuevo les enseñaba como solía. Y se acercaron los fariseos y le preguntaron, para tentarle, si era lícito al marido repudiar a su mujer. El, respondiendo, les dijo: ¿Qué os mandó Moisés? Ellos dijeron: Moisés permitió dar carta de divorcio, y repudiarla. Y respondiendo Jesús, les dijo: Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento; pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno. Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. En casa volvieron los discípulos a preguntarle de lo mismo, y les dijo: Cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella; y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio”.
Fijémonos que el fondo de la discusión era el egoísmo pecaminoso de los fariseos por separarse, pero Jesús aclaró que lo que Dios ha juntado el hombre no debe separarlo. El año pasado en nuestro país se registro que en la última década el número de divorcios ha crecido considerablemente. Incluso hubo 10 casos matrimoniales los cuales se separaron después de solo un año de estar casados.  Cuando se les pregunto a los “expertos” sobre las razones ellos dijeron lo siguiente:

“Hoy las parejas se organizan de una manera bastante más superficial y los valores que a veces las juntan son transitorios y no permanentes y, cambiando el valor, puede cambiar la posibilidad de estar juntos. Sienten afinidad y a veces se casan con cierta precipitación, en la fase de delirio, donde está muy metida la fantasía, la pasión, la impulsividad, y después se dan cuenta que era una locura, y como está la posibilidad de sincerar esto, con este dispositivo del divorcio, se pueden separar al año siguiente. Y se ve un poco raro, pero no terrible"

"En el imaginario de la juventud actual, la gente se puede separar y tener una oportunidad con otra pareja, y los hijos no se ven tan afectados si la pareja se separa bien. Hay mucha más claridad y transparencia en el tema de la pareja" 

Lo que el “experto” nos dice que estas prácticas son normales. El nos está diciendo que la razón de la separación de los matrimonios jóvenes es que “los valores que tienen son superficiales” y luego de dejarse llevar por la locura: o sea lo que se llama “amor” se dan cuenta de su error. Pero según el “experto” dice que esto no afecta a nadie si la pareja se “separa bien”. Esto por supuesto es absurdo ante la realidad de lo que provoca que los matrimonios se separen y los daños que los niños reciben por esto. Pero por un momento vamos a suponer que la “separación no hace daño” y que los “niños no salen dañados” ¿Cuál sería el problema? El problema sería que esto seguiría siendo un pecado aborrecible para Dios. El divorcio es tan terrible porque ofende a Dios. Porque Dios creó al matrimonio para que viviera toda la vida juntos.

La iglesia y el matrimonio

En la iglesia cristiana evangélica los matrimonios se han visto enfrentados a las tentaciones del mundo y por tanto a abandonar la convicción bíblica respecto al matrimonio. Es lamentable pero cierto que dentro de las congregaciones cristianas hay casi la misma cantidad de divorcios que en el mundo. ¿Por qué sucede esto? Puede haber diversos factores, pero el principal es que los matrimonios cristianos no han tomado en serio las disciplinas espirituales ni la obediencia a los mandamientos del Señor. ¿Cuáles esas disciplinas y esos mandatos? Pablo nos ha estado mostrando estas disciplina y mandato explicándonos que es ser lleno del Espíritu (Efe 5:18-21) vimos que nos dice esencialmente 3 cosas. Hablar y cantar canticos espirituales. Dar gracias al Señor y someternos unos a otros. Por tanto la pregunta es ¿Cuánto tiempo dedicamos a practicar esto como matrimonio? Generalmente me encuentro que con los matrimonios cristianos se puede conversar de todas las cosas, hablan de su trabajo, problemas, vacaciones, entretenciones, etc. Lo cual está bien, pero muy pocas veces están pensando en sus prácticas espirituales como matrimonio. ¿Cuánto tiempo dedican a estudiar la Escritura juntos? ¿Cuánto tiempo dedican a la oración juntos? ¿Cuánto tiempo dedican a agradecer al Señor juntos? ¿Cuánto tiempo dedican a pensar en temas espirituales juntos? ¿Cuánto tiempo conversan de cómo están sus vidas espirituales? Todas estas cosas son esenciales para que el matrimonio este nutrido de la gracia del Señor en sus vidas. Al no estar enfocado en esto, los matrimonios cristianos sin darse cuenta, funcionan igual que los matrimonios del mundo, ya que no tienen ninguna practica espiritual. Este es el mejor tiempo que pueden tener como matrimonio.

Cristo el centro del matrimonio (Efe 5:22-27)

Gran parte de las ideologías modernas se han caracterizado por poner al hombre y sus necesidades en el centro de todo, es común escuchar protestas por “mis derechos”. En el caso del matrimonio ha sido lo mismo, pues cuando se discuten los problema de matrimonio generalmente ambos apuntan hacia sus necesidades “es que el no me escucha” “es que ella no es me respeta”, ambos están centrados en sí mismo y no pueden ver ni reconocer su corazón pecaminoso. El principal problema en el matrimonio va a ser tu pecado, nuestra tendencia pecaminosa al egoísmo, a pensar en mí mismo y en mis necesidades. Pablo escribe cual debe ser nuestra actitud en el matrimonio

“El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer” 1 Cor 7:3-4

La lógica aquí es que el deber conyugal debe cumplirse porque la mujer ya no es dueña de su cuerpo, así como tampoco el hombre es dueño de su cuerpo, ya no son individuos separados que se preocupan solamente de sus necesidades egoístas, sino que son siervos el uno del otro para preocuparse de las necesidades del otro. Por supuesto las necesidades que tienen no son solamente sexuales, sino que tienen que ver con toda la integralidad de la persona que Dios ha creado ambos tienen necesidades físicas, emocionales y espirituales. Y ambos deben estar preocupados por el otro.

Ahora si nos fijamos en los mandatos que Pablo dio a las esposas y esposos veremos que tiene que ver exactamente con esto. A las esposas se les dice que deben “someterse a sus maridos” (Efe 5:22) y que deben “respetar a su marido” (Efe 5:33) si una esposa ve que su marido no es lo suficientemente amoroso con ella va simplemente razonar ¿Por qué debo someterme a un hombre así? ¿Por qué debo respetar a un hombre así? Más aun la filosofía feminista que ronda nuestras iglesias le estará diciendo constantemente que ella debe ser independiente que no tiene porque someterse a su marido. Pero ¿Cuál debe ser la motivación para que la mujer se sujete y respete a su marido? La razón fundamental debe ser Cristo, pues fíjense que Pablo argumenta que debe sujetarse a su marido como al Señor (Efe 5:22)

Si realmente quieres ser una mujer que agrade al Señor debes sujetarse y respetar a tu marido ¿Por qué? Porque Cristo el centro de tu vida, porque Cristo lo es todo para ti. Cuando una esposa no puede sujetarse a su marido es porque en realidad no se está deleitando en Cristo como el centro de su vida. Ella se queja constantemente y reclama por todas sus necesidades siempre sean satisfechas por su marido. Pero el problema es que no todas las necesidades serán satisfechas por el marido por el simple hecho de que el marido es el guía espiritual, pero no es Dios. Solamente en Cristo podemos encontrar nuestra plena y total satisfacción de todas las cosas.

En el caso del hombre Pablo nos dice que debe “amar a su esposa y entregarse por ella” (Efe 5:25) Si una esposa no se somete a él ni lo respeta el hombre va a razonar ¿Por qué voy a amar a una mujer así? Va a intentar que la esposa se someta por medio de decir que él es la cabeza y que debe someterse, probablemente no sea sensible ni sabio a la hora de decir esas palabras. La filosofía del machismo le dirá que debe pasar más tiempos con amigos antes de estar con su esposa y que necesita momentos de “relajo” para liberarse de la tensión que le provoca su esposa. Pensará ¿Cómo puedo amar a una mujer así? Pero Pablo dice que debe amar a su esposa como Cristo amo a la iglesia. Esto no significa que va a ser fácil, la iglesia del Señor en muchas ocasiones no hace la voluntad de Dios, es rebelde y se aleja del Señor sin embargo Cristo la sigue amando. La razón de porque no amamos a nuestra esposa es porque somos egoístas pensando en que ella debe satisfacer todas nuestras necesidades, pero ellas no son Dios, ellas no van a lograr eso, solo Cristo es quien nos da la plenitud de vida en su presencia. ¿Por qué debemos amarla? Porque Cristo es el centro de nuestra vida y nos manda hacerlo. Lo hacemos para la gloria de Dios.
Además Pablo nos muestra que el estándar del hombre es mucho más amplio porque se le manda a “santificar a su esposa” por medio de la palabra de Dios para presentarla sin mancha ni arruga. Los esposos debemos ser los guías espirituales de nuestra esposa.

La unidad en el matrimonio (Efe 5:28-31)

Estos versos que siguen son dados para el esposo y nos ponen tres ejemplos que aluden a cómo debe cuidar a su esposa. En primer lugar, nos dice que los esposos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. Este principio es simple, Jesús dijo “ama a tu prójimo como a ti mismo” (Mt 22.39) todos los seres humanos por naturaleza nos amamos a nosotros mismos. Todos nosotros nos sustentamos y cuidamos en lo más básico. Pablo usa la palabra “sustentar” (Gr. Ektrefo) que proviene del verbo “trefo” que significa “criar, alimentar, nutrir.[2]” Por tanto esto diría que el esposo alimenta y nutre a su esposa. Esto nos muestra que el hombre es el sustentador de la mujer y no al revés. Cuando el hombre pecó fue a él y no a Eva que se le dijo:

“Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás” Génesis 3:17-19
Con esto la Biblia no está diciendo que las esposas no puedan trabajar fuera del hogar, pero si nos dice que la principal trabajo de la esposa esta dentro del hogar con sus hijos. La mujer virtuosa dedicaba la mayoría de su energía en la crianza de los hijos y en el hogar (Proverbios 31:10-31) Pero el hombre no solamente trae el sustento material, sino que el también debe traer el sustento espiritual para su familia. El es la cabeza que debe velar por cada día alimentar a su familia con el maná celestial en el desierto de este mundo. Dios da llamado al hombre a ser el sustentador integral del hogar.
La otra palabra que usa Pablo para el esposo es que el debe “cuidar” a su esposa. La palabra “cuidar” viene del verbo “Thalpo” que significa calentar, suavizar por calor, mantenerse caliente como las aves cubriendo a sus pollelos[3]. Esta es una imagen muy tierna que alude que el esposo debe cuidar con ternura a su esposa. Un esposo bíblico no es un hombre áspero con su esposa, sino que alguien cariñoso que provee el cuidado amoroso constante para su esposa. Por tanto nosotros como esposos debemos sustentar y cuidar a nuestras esposas como a nosotros mismos. Pero si en realidad vamos hacerlo como Cristo debemos hacerlo mucho mejor si fuéramos nosotros mismos.

“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” Filipenses 2:5-8
En segundo lugar, nos dice que el esposo debe amar a su esposa porque ella es miembro del cuerpo de Cristo. Todo creyente al conocer al Señor es parte del cuerpo universal de Cristo y Cristo es la cabeza de la iglesia (Efe 1:22-23; 4:14-15) eso hace que cada creyente sea miembro del cuerpo de Cristo y por tanto dañar a un miembro del cuerpo es dañar a Cristo mismo. Por eso Jesús advirtió sobre quien haga tropezar a algunos de los pequeños:

“Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar.!!Ay del mundo por los tropiezos! porque es necesario que vengan tropiezos, pero !!ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!” Mateo 18:6-7
Esta es una dura advertencia de cómo los esposos debemos a tratar a nuestras esposas, porque hacerle daños a ellas es hacerle daño a Cristo y el Señor va a juzgar a aquel que ponga tropiezo para ellas.
En tercer lugar, nos muestra la unidad del matrimonio que existe entre esposo y esposa. Pablo refuerza todo lo que ha venido desarrollando citando Génesis 2:24 en donde se expresa la unidad que debe existir en el matrimonio. Hay 3 palabras claves en este pasaje. La primera palabra es “dejar” (Heb “Azab) significa básicamente salir de algo o dejar en el sentido de abandonar[4].  Por tanto esto significa que el hombre deja o abandona a sus padres para ahora unirse a una relación mucho más profunda con su esposa. Las Escrituras nos dice que debemos honrar siempre a nuestros padres (Éxodo 20:12) pero cuando nos casamos nuestra principal responsabilidad es nuestro cónyuge. Lo ideal dentro de las Escrituras es que nosotros al casarnos ya no dependamos de nuestros padres en ningún sentido económico para que esto no cree problemas de relaciones.
La segunda palabra es “unirá” (Heb Dabac) significa asirse, adherirse, apegarse.[5]Esta es una palabra que se emplea para expresar la fusión de dos sustancias con pegamento o cemento, o cual indica el carácter permanente de la unión.  Cuando un hombre se une en matrimonio con una mujer es para toda la vida porque ese es el propósito de Dios para el matrimonio. Esto significa que la mayor intimidad que un hombre puede tener es con su esposa. Una esposa es una compañera, una amiga, una consejera, una ayuda para el hombre. ¿Consideras de esa manera a tu esposa?
La tercera palabra es “carne” (Heb Basar) se usa en muchos sentidos en la Biblia[6] pero en este contexto habla de la total unidad de partes que constituyen un todo. Esto quiere decir que dos personas se han unido de una forma tan profunda e intima que son vistas como una sola persona. Por tanto la unidad entre ambos es física, emocional y espiritual. Es por eso que cuando se daña a uno de los cónyuges duele tanto porque son en realidad una sola carne.

El misterio del matrimonio (Efe 5:32)

Cuando uno observa esta unidad  entre el esposo y la esposa en el matrimonio no puede dejar de asombrarse por el plan soberano y sabio del Señor. Pero Pablo quiere apuntar a algo mucho más profundo. El quiere hablarnos del misterio respecto a Cristo y la iglesia. La palabra “misterio” (Gr mustérion) significa algo que no puede ser conocido por los medios naturales. En su sentido ordinario, un misterio significa un conocimiento retenido; su significado bíblico es verdad revelada[7]. Pablo usa 6 veces esta palabra en la carta de Efesios (Efe 1:9; 3:3, 4, 5, 9; 5:32; 6:19)
Desde el Antiguo testamento vemos este lenguaje matrimonial entre Dios y su pueblo:
“Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado” Isaías 54:5
“No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová” Jeremías 31:32
Pero en el Nuevo testamento es donde nos explica con mayor claridad que Cristo es el esposo de la esposa; la iglesia. Por tanto la iglesia siendo la esposa anhela su venida.
“Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos”  Apocalipsis 19:7-8
“Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente” Apocalipsis 22:17
Todo esto nos responde una pregunta bastante esencial y profunda ¿Qué representa el matrimonio para los cristianos? El matrimonio para los cristianos representa el misterio de la unión que existe entre Cristo y la iglesia. Los matrimonios cristianos no somos el fin en mismo,  sino que nosotros representamos esta maravillosa unión entre Cristo y la iglesia.
El gran matrimonio entre Cristo la redención total.
Cuando Dios creó el mundo había un matrimonio perfecto entre él y su creación, pero la caída produjo un gran divorcio, un divorcio que iba fracturar toda la creación. Un divorcio que como todo divorcio iba a estar lleno de dramas, dolores, lágrimas y sufrimiento, pero este gran divorcio tenía un gran final. Ese gran final tiene que ver con el gran matrimonio que existirá cuando Cristo regrese. Toda la creación se encuentra en la angustia de la separación, pero solo Dios puede sanarla con el matrimonio final de la redención. El libro de Apocalipsis nos relata de este gran matrimonio mundial donde el Señor redime todo para su gloria.

“Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron” Apocalipsis 21:1-4








[1] https://gustadadios.com/2013/03/08/hecha-de-su-costado/
[2] Diccionario Vine pagina 871.
[3] Diccionario Vine. Página 224.
[4] Diccionario Vine Pagina 1.
[5] Concordancia Strong Pagina 28.
[6] Diccionario Vine. Página 48.
[7] Diccionario Vine. Página 561.

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