Pensar el mundo a través de las Escrituras...

miércoles, 27 de diciembre de 2017

Entendiendo el dispensacionalismo: El sistema teológico.

El sistema del dispensacionalismo [1]

En palabras de Charles Ryrie estas son las 7 dispensaciones:

La dispensación de la inocencia o la libertad
Esta primera dispensación es comúnmente llamada la inocencia. Aunque esta expresión no es la que describe mejor la vida de Adán antes de la caída, probablemente es la mejor manera de describirla usando una sola palabra. La palabra inocente es demasiado neutral. Adán no fue creado solamente inocente, sino con una santidad positiva que le capacitaba para comunicarse con Dios cara a cara. Sin embargo, su santidad no era la misma que la del Creador, porque estaba limitada por el hecho de que Adán era una criatura. También su santidad carecía de confirmación hasta que hubiese salido victorioso de la prueba que se había puesto delante de él. Por lo tanto, parece que la condición moral de Adán delante de Dios en aquellos días de «inocencia» era una santidad sin confirmar, propia de la criatura. Pero ésa es una frase demasiado larga para nombrar una dispensación; por lo tanto, estamos de regreso llamándole la dispensación de la inocencia. Nevin tiene una buena sugerencia, a saber: la dispensación de la libertad.  La palabra libertad caracteriza la condición del hombre antes de caer en la esclavitud del pecado, y hasta donde una criatura puede tener libertad, Adán la tuvo antes de que el pecado subyugase su voluntad. En esta economía la persona clave era Adán; en verdad debemos considerarla una dispensación o mayordomía para Adán (ya que todas las dispensaciones, desde el punto de vista humano, son mayordomías). Su responsabilidad incluía el cuidar el huerto y no comer del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Adán fracasó en la prueba concerniente al comer, y, como resultado, juicios de amplias consecuencias fueron pronunciados sobre él, su esposa, la Humanidad, y la creación. Al mismo tiempo que Dios pronunció juicio, también intervino en gracia, prometiendo un redentor, e hizo provisión inmediata para la aceptación de Adán y Eva en su condición pecaminosa delante de Él. La revelación bíblica tocante a esta economía está registrada en Génesis 1:28-3:6.


 La dispensación de la conciencia o de la autodeterminación
El dispensacionalista promedio ha sido enseñado a referirse a la segunda dispensación como la de la conciencia. Este título proviene de Romanos 2:15 y es una designación adecuada para esta mayordomía. El título no implica que el hombre no tenía conciencia antes o después de ese tiempo, como tampoco la dispensación de la ley (reconocida aun por los teólogos del pacto) implica que no había ley antes o después de ese período. Simplemente significa que ésa era la manera principal en que Dios gobernaba la Humanidad durante esa economía, y la obediencia a los dictados de la conciencia era la responsabilidad esencial de la mayordomía del hombre. Sauer sugiere que esta dispensación pudiese llamársele «la autodeterminación». Masón la llama «responsabilidad moral».  Estos títulos son muy significativos, pero no parecen ser esencialmente mejores que el de la «conciencia» para tratar de reeducar a la mayoría de los dispensacionalistas que han sido enseñados siguiendo las notas de Scofield. Durante esta mayordomía el hombre era responsable de responder a Dios a través de la dirección de su conciencia, y en su reacción debía de traer una ofrenda o sacrificio de sangre aceptable delante de Dios como Jehová le había enseñado (Gen. 3:21; 4:4). Tenemos conocimiento solamente de unos pocos que respondieron, y Abel, Enoc y Noé son especialmente citados como héroes de la fe. También tenemos el testimonio de quienes no respondieron y por sus malas obras trajeron juicio sobre el mundo. Caín rehusó reconocerse como pecador aun cuando Dios continuaba amonestándole (Gen. 4:3, 7). El homicidio aparece en la escena de la historia humana. Los afectos carnales se cultivan (Gen. 6:2). Finalmente hubo violencia, corrupción en masa y una diseminación de los deseos malignos y de los propósitos pecaminosos del corazón (Gen. 6:5). La paciencia de Dios (1. Ped. 3:20) llegó a su final, y el diluvio vino como un juicio sobre la maldad universal del hombre. Pero al mismo tiempo el Señor intervino en gracia, y Noé halló esa gracia (la primera vez que se usa esa palabra en la Biblia) delante de Dios (Génesis 6:8), y él y su familia fueron salvados. La revelación de esta economía es presentada en Génesis 4:1-8:14.


La dispensación del gobierno civil
La necesidad de una dispensación después del diluvio ya ha sido discutida. El personaje principal durante esa dispensación fue Noé. La nueva revelación tocante a ese tiempo incluye el temor de los animales hacia el hombre, permitirle al hombre comer carne de animales, la promesa de que no habría más diluvios, y el establecimiento de la pena de muerte. Es esta última característica la que ofrece la base distintiva a esta dispensación como la de gobierno humano o civil. Dios dio al hombre el derecho de quitar la vida al hombre, que en la verdadera naturaleza de la maldición dio a la criatura la autoridad para gobernar a otros. A menos que el gobierno tenga el derecho a la forma más elevada del castigo, su autoridad básica es dudosa e insuficiente para proteger adecuadamente a sus súbditos. La falta de gobernar correctamente apareció en la escena casi de inmediato, ya que Noé se emborrachó y se incapacitó a sí mismo para gobernar. El pueblo, en vez de obedecer el mandamiento de Dios de esparcirse y llenar la tierra, concibió la idea de permanecer juntos y edificar la torre de Babel para cumplir así su propósito. El compañerismo con los hombres reemplazó al compañerismo con Dios. Como resultado Dios envió el juicio de la torre de Babel y la confusión de lenguas. Dios también intervino en gracia al no destruir completamente las naciones, sino que escogió en su misericordia tratar con Abraham y con su descendencia. La revelación bíblica de esta mayordomía se encuentra en Génesis 8:15- 11:9.


La dispensación de la promesa o del gobierno patriarcal
El título promesa proviene de Hebreos 6:15 y 11:9, donde se nos dice que Abraham obtuvo la promesa y anduvo en la tierra prometida. Este título enfatiza la revelación de dicha economía. El aspecto del gobierno de esa economía es enfatizado más adecuadamente por medio del uso de la expresión del gobierno patriarcal. Hasta el comienzo de esta dispensación toda la Humanidad había estado directamente relacionada a los principios de gobierno de Dios. Ahora Dios ha señalado una familia y una nación, haciéndoles una prueba representativa de todos. La responsabilidad de los patriarcas simplemente era creer y servir a Dios, y Dios les dio todo lo necesario, así como toda provisión espiritual para estimularlos a hacer tal cosa. La tierra prometida era de ellos, así como las bendiciones entre tanto que ellos permaneciesen en la tierra. Pero, por supuesto, hubo fracaso inmediato y frecuente. Por último, Jacob guió al pueblo a Egipto e inmediatamente el juicio de la esclavitud fue traído sobre ellos. Pero Dios, una vez más, por medio de su gracia, proveyó un salvador y en el proceso de librarles mató a los opresores. La porción bíblica que comprende esta dispensación es Génesis 11:10 a Éxodo18:27. ¿Es ésta una dispensación diferente a la de la ley mosaica o es simplemente preparatoria para ese período? La respuesta parece ser clara en la base de Gálatas 3: 15-29. Aunque es verdad que Dios está tratando con el mismo pueblo durante el período patriarcal y la dispensación mosaica, esto no es el factor determinante. Después de todo, hasta el llamamiento de Abraham, Dios había tratado en diferentes maneras con el mismo grupo, la población total de la tierra. En la primera y en la segunda dispensaciones Dios estaba tratando con las mismas personas: Adán y Eva. Así que el hecho de que Dios tratase con Israel tanto durante la época patriarcal como la legal no es determinante. Lo que determina el carácter perceptible de las dos dispensaciones es simplemente las diferentes bases sobre las que El trató con ellos. La promesa y la ley son claramente perceptibles para Pablo en Gálatas 3, aunque mantiene que la ley no anuló la promesa. Y la ley mosaica es mantenida en forma tan diferente de la promesa hecha a Abraham que es difícil no reconocer una dispensación diferente. Esta es la esencia de la definición, y si algo se mantiene separado en este capítulo es la ley. Por lo tanto, una separación de la dispensación de la promesa o la de los patriarcas está justificada.


 La dispensación de la ley mosaica
Para los hijos de Israel, y a través de Moisés, fue dado el gran código que llamamos la ley mosaica. Consiste en seiscientos trece mandamientos que comprenden todas las fases de la vida y de las actividades humanas. Esta revela con detalles específicos la voluntad de Dios en esa economía. El período abarca desde Moisés hasta la muerte de Cristo, o desde Éxodo 18:28 hasta Hechos 1:26.
El pueblo era responsable de hacer todo lo que estaba en la ley (Sant. 2:10), pero no lo hizo (Rom. 10:1-3). Como resultado, hubo muchos juicios a través de ese largo período. Las diez tribus fueron llevadas cautivas a Asiría; las otras dos fueron llevadas cautivas a Babilonia; y después, debido a su rechazamiento de Jesús de Nazaret, el pueblo fue dispersado a través de todo el mundo (Mat. 23:37-39). Durante todos esos períodos de decadencia y alejamiento de Dios, el Señor trató con ellos en gracia desde la primera apostasía con el becerro de oro, cuando la ley estaba siendo entregada a Moisés, hasta las promesas del recogimiento final y la restauración en la edad milenaria que está por venir. Estas promesas de un futuro glorioso están garantizadas por la seguridad de la promesa dada a Abraham, que la ley no puede abrogar (Gal. 3:3-25). También se nos dice claramente en el Nuevo Testamento (Rom. 3:20) que la ley no era un medio para la justificación, sino para la condenación. Su relación con la salvación y con el concepto dispensacionalista de la salvación bajo la ley se discutirá más tarde.


La dispensación de la gracia
El apóstol Pablo fue el agente principal, aunque no el único, de la revelación de la gracia de Dios para esta dispensación. Cristo mismo trajo la gracia de Dios al hombre en Su encarnación (Tito 2:11), pero Pablo fue el exponente de dicha gracia. Debe aclararse que el dispensacionalista no dice que no hubo gracia manifestada antes de la venida de Cristo (como tampoco dice que no hay ley después de su venida), pero la Escritura sí dice que la venida de Cristo manifestó la gracia de Dios con tal esplendor que todas las manifestaciones previas pueden considerarse como nada. Bajo la gracia, la responsabilidad del hombre es aceptar el don de la justicia que Dios ofrece libremente a todos (Rom. 5:15-18). Hay dos aspectos de la gracia de Dios en esta economía:
1) La bendición es enteramente por gracia, y
2) la gracia es para todos. Dios ya no está tratando solamente con una nación como representativa de toda la Humanidad. La gran mayoría le ha rechazado y como resultado será juzgada. La dispensación terminará con la segunda venida de Cristo, ya que, como se ha sugerido, el período de la tribulación en sí no es una dispensación aparte, sino que es el juicio de aquellos que estén vivos y que han rechazado a Cristo al final de esta presente dispensación. La porción de la Escritura tocante a esta dispensación abarca desde Hechos 2:1 hasta Apocalipsis 19:21.


La dispensación del milenio
Después de la segunda venida de Cristo el reino milenial será establecido en cumplimiento de todas las promesas dadas en ambos Testamentos y particularmente de aquellas contenidas en los pactos abrahámico y davídico. El Señor Jesucristo personalmente se hará cargo de dirigir los asuntos del mundo durante esa edad y será el personaje central de esa dispensación. Esta continuará por mil años, y el hombre será responsable de obedecer al Rey y sus leyes. Satanás será atado, Cristo estará reinando, la justicia prevalecerá, y la desobediencia manifiesta será inmediatamente condenada. Pero al final de este período habrá un suficiente número de rebeldes para formar un ejército formidable que se atreverá a atacar el centro del gobierno (Apoc. 20:7-9). La sublevación fracasará y los rebeldes serán condenados al castigo eterno. Este es un repaso de lo que son las dispensaciones. Pero hay una respuesta más a la pregunta de este capítulo que es muy importante y frecuentemente no se le da consideración. Las dispensaciones muy posiblemente son siete en número, pueden ser designadas como hemos sugerido, y exhiben ciertas características. Pero, por encima de todo, las dispensaciones son mayordomías, y cada mayordomía tiene su mayordomo. Una persona normalmente sobresale en particular al principio y, con la excepción de la primera y la última dispensación, el personaje principal no vive la totalidad del período comprendido. La mayordomía o responsabilidad, por lo tanto, no está limitada a un hombre, pero en cierto sentido es puesta sobre todos los que viven bajo dicha economía. Apliquemos esta idea a la dispensación de la gracia. Aunque Pablo era el agente principal de la revelación de la gracia de Dios, muchos otros son mayordomos bajo esa economía. Los otros apóstoles y profetas (Ef. 3:5) y todos los creyentes (1 Ped. 4:10) también son mayordomos de esa gracia. Esto significa que cada creyente tiene una participación personal en la gracia de Dios. No es como si nosotros fuésemos espectadores sentados en la audiencia contemplando la gracia de Dios exhibiéndose en un escenario. Somos participantes en el drama y, más que eso, tenemos una parte principal en testificar y publicar la gracia de Dios bajo esta mayordomía. Una responsabilidad dispensacional significa participación para aquellos que responden a los principios de la administración. La misma responsabilidad significa juicio para aquellos que rechazan esos principios.

Resumen de las dispensaciones.

“Se puede definir una dispensación como “una economía, o administración distinguible en el cumplimiento del propósito de Dios”. La palabra griega para dispensación es oikonomia, cuyo significado es “administración”. La palabra se usa en Lucas 16:2, 3, 4; 1 Corintios 9:17; Efesios 1:10; 3:2, 9; Colosenses 1:25[2]

Dos observaciones previas: El sistema dispensacional sigue la revelación progresiva, pero a la vez afirma que al pasar de una dispensación a otra dispensación, la anterior queda obsoleta.  Por ejemplo lo que era de la dispensación de la inocencia, no se aplica al de la conciencia. Lo que es de la conciencia no se aplica al gobierno humano, etc.

La dispensación de la inocencia o libertad humana comienza en Génesis 1:1 y termina en Génesis 3:6 donde el hombre es expuesto a la prueba y falla, siendo finalmente expulsado.

La dispensación de la conciencia comienza en Génesis 3:7 y termina en Génesis 8:14. Este nombre es extraído de Romanos 2:14-15 y significa que Caín, Abel, Set, Enoc y Noé se guiaron solamente por la conciencia. Pero al fallar vino el juicio del diluvio (Gen 8)

La dispensación de la Gobierno humano comienza en Génesis 8:15 y termina en Génesis 11:9 y significa que fue la primera vez que Dios instituyó el gobierno humano en la humanidad y que el fallar vino el juicio de la torre de Babel (Gen 11)
La dispensación de la promesa comienza en Génesis 11:10 y termina en Éxodo 18:27 (Scofield dice Génesis 12:1 hasta Éxodo 19:3) Por tanto la promesa (tierra, descendencia y bendición) es solo para la descendencia de Abraham, literalmente para Israel. Debido a que fallaron en habitar en Canaán y vino el juicio de esclavitud en Egipto.

La dispensación de la ley comienza en Éxodo 19:1 y termina en Hechos 1:26. Esta es la dispensación más larga que trata de que Israel tenía que guardar la ley pero no lo hizo por tanto sufrió muchos juicios de Dios (destrucción del templo, cautiverio) sin embargo las promesas de restauración nacional son literales (2 Sam 7:8-17; Zac 12:6; Isa 65-66) esta dispensación termina con el juicio del pecado en el calvario.

La dispensación de la gracia comienza en Hechos 2:1 y termina en Apocalipsis 19:21. En esta dispensación comenzó con la muerte y resurrección de Jesús en donde el revelo su plan “misterioso”: la iglesia (Efe 3:1-9; Col 1:26) y terminará con el arrebatamiento de la iglesia  (1 Tes 4:13-18) y el juicio de la revelación de Jesucristo.

La dispensación del milenio o reino cubre el periodo de Apocalipsis 20:4-6 (Otros dicen de Apocalipsis 20-22) en donde el pueblo de Israel es restaurado (Romanos 9-11) y cumplidas todas sus promesas reinado Cristo mil años en la tierra.


Objeciones al dispensacionalismo[3]

La primera objeción es respecto al nombre de las dispensaciones. Más allá del nombre “inocencia” el tema del dispensacionalista es que saca de su contexto al llamar solamente “prueba” a la caída del hombre. En el contexto de Adán es más evidente ver que se trata de un pacto. Lo que se ha conocido entre la teología reformada como el “pacto de obras” (Oseas 6:7; Job 31:33)

En caso de la “conciencia” dicen que Abel, Caín, Set y Noé se rigieron solamente por la conciencia. Pero esto no es totalmente cierto, ya que Abel y Caín tuvieron a sus padres Adán y Eva que hubo una ley de no comer el fruto prohibido (Gen 2:16-17)  y además más Dios estuvo presente en la época de Caín, Abel y Noé. Por tanto si sabían que habían cosas agradables y desagradables a Dios. Si ellos no sabían eso ¿Por qué Dios le pregunta a Caín en Génesis 4:7?

En el caso del “gobierno humano” es absurdo pensar que este fue el primer gobierno humano, sabiendo que anteriormente Dios había creado al hombre para “sojuzgar y señorear” (Gen 1:28) y después de la caída ya habían gobiernos humanos haciendo eso (aunque pecaminosamente Gen 4:16-24)

En el caso de la promesa es errado pensar que promesa abrahamica solo se aplica a Israel, pues las mismas Escrituras nos dicen que no es así. Algunos argumentan que físicamente es para los israelitas y espiritualmente para los gentiles.  Por  tanto dicen que la promesas de la tierra aun no se cumplen y esperan el cumpliendo total de la tierra prometida en el milenio (otros que comenzó con el nacimiento moderno de Israel en 1948 asociando a Isaías 66:8). Sin embargo la promesa de la tierra, descendencia y bendición ya se cumplió (Josue 21:43-45; 23:13-15) y ahora se cumple la promesa espiritualmente: (los nuevos cielos y tierra Apo 21:1; la descendencia de la fe Gálatas 3.16; y la bendición en Cristo)

En el caso de la ley y la gracia es un error pensar que la ley termina en la cruz del calvario y empieza la dispensación de la gracia. La ley y la gracia han trabajados juntos desde el Jardín del Edén (Dios los creo por gracia y les dio un mandamiento (Ley) Génesis 2:14.15; y la gracia es su aparición Génesis 3:8-15. Debido a eso estamos bajo la maldición que nos libra Cristo (Gal 3:13) pero aun estamos bajo la ley.  El problema siempre radica en entender el propósito y la manera en que se manifiesta cada una de ellas en su tiempo (Gal 3:19)

En el caso del milenio o el reino es simplemente la consecuencia de creer que una “interpretación consistentemente literal” para pensar en un milenio terrenal (La profecía de Daniel 9) y un arrebatamiento (1 Tes 4:13-18). La interpretación de las “70 semanas” es donde el sistema dispensacional toma su teoría para afirmar estas divisiones futuras. .La interpretación del arrebatamiento dispensacional ignora el contexto. Ya que Pablo está hablando de la “segunda venida” (1 Tes 3:13) y está respondiendo a la pregunta de los que “murieron en el Señor “(Los que duermen 4:13) por tanto dice que así como Cristo resucito cuando el Señor venga resucitara en primer lugar a los que “murieron en el Señor” (4: 14-16) y luego nosotros los que estamos vivos nos uniremos con el Señor (4:17-18)

La segunda objeción es que esta divisiones en dispensaciones crea errores doctrinales y ataca (aunque no quieran) la unidad de las Escrituras. Algunos pensaron que la ley no estaba vigente en la época de la gracia, otros dijeron que el sermón del monte no era para los cristianos. Que las palabras de Jesús no aplicaban para la iglesia. Que Jesús era simplemente un salvador y no un Señor. Es obvio que estas divisiones crean un sinfín de problemas y confusiones, porque esta división no se enseña en las Escrituras.

La tercera objeción es al mito de la interpretación literalmente consistente[4]. Ellos afirman que solo se debe interpretar las Escrituras literalmente, en sentido natural. Yo creo que todos los cristianos afirman eso, pero ellos señalan que aunque muchos lo afirmamos no somos consistentes con ello. Por tanto las preguntas son ¿Por qué no interpretar que Jesús es un cordero de siete cuernos y siete ojos (Apo 5:7)? Probablemente la respuesta será porque obviamente es un símbolo, pues así respondemos quienes consideramos que profecía está llena de símbolos (Jesús es pastor de ovejas, vid verdadera, luz del mundo, Cordero inmolado, León de la tribu de Judá) ¿Por qué no interpretar que las cosas deben suceder “pronto” Apo 1:1 o que el tiempo está cerca Apo 22:10 literalmente?

Hay una contradicción entre los dispensacionalistas en este punto, pues ellos dicen que el cumplimiento de las profecías de Israel son literales. Sin embargo, cuando se observa en las Escrituras como se toman esas profecías y se aplican a otra persona no se hacen “consistemente literal” (Isa 7:14;  40:3-5; 53:1-11) Por ejemplo el 7:14 debería cumplirse literalmente en la señal dada al rey Acaz y no ser “espiritualizado” sin embargo la Biblia lo hace (Mt 1:23). Otro ejemplo es 40:3-5 estas palabras van a Judá como consuelo en su cautiverio y preparación para lo que el Señor va hacer. Sin embargo se “espiritualizan” y se aplican a Juan el Bautista (Mt 3:3) y el ejemplo más claro es de Isaías 53:1-11 el cual está hablando de la nación de Israel como siervo sufriente (esa siempre ha sido la interpretación hebrea a partir del contexto[5]) sin embargo se aplica  a Jesús (Hechos 8:35) por tanto podemos decir que el principio dispensacional que el Nuevo testamento no reinterpreta las cosas es algo equivocado e incluso contradictorio para todo el sistema dispensacional.

La cuarta objeción es la división entre Israel y la iglesia. El error dispensacional es poner esta diferencia entre “Israel y la iglesia” solamente en el tiempo. Pues Dios escogió antes de la fundación del mundo. La iglesia son los escogidos antes de la fundación del mundo (Efesios 1:4; 2 Timoteo 2:10) Jesús derramo su sangre por los escogidos (Hechos 20:28; Jer 31:3; Sal 16.3) Por tanto hay un “pastor y un rebaño” (Jn 10:16) La iglesia es la “Israel de Dios” (Gal 6:16) De ambos pueblos hizo uno (Efe 2:14-15) El nuevo pacto profetizado (Jer 31:31) es realizado por Jesus con sus discípulos (Mt 26:27) y por ende por con su iglesia (Hebreos 8:8-11) Los que interpretan Romanos 9-11 como un plan distinto de Dios con Israel, olvidan lo que Pablo está diciendo antes en su carta (Rom 2:28-29; 9:6-8) Los “hijos de Abraham” son los de la fe (Gal 3:6-7; 25-27) se aplican los mismos títulos que se aplicaban a Israel nacional a la iglesia (Dt 7:6; 1 Pedro 2:9) Esteban predica de la “iglesia” en el desierto ( Hechos 7:38 NVI asamblea) El supuesto “misterio” de la iglesia no tiene que ver con la iglesia sino con la unión entre los pueblos (Efe 1:9; 3:1-9).

La quinta objeción es la separación de la promesas de Dios. Dios ha dado sus promesas a  todo su pueblo (judíos como gentiles) veamos algunos ejemplos bíblicos del Nuevo testamento  2 Cor 7:1 ¿Qué promesas? Las que nos dice 2 Cor 6; 16-18 que es de Levítico 26:12 que habla al pueblo de Israel.  Isa 52:11 El profeta le está hablando al pueblo de Israel para que se aparte del lugar de los exiliados. 2 Samuel 7:14 le está hablando a David o sea es una promesa para el pueblo de Israel. Si se sigue la “interpretación consistente” se debería decir que estas promesas no aplican a la iglesia, sin embargo si aplican a ella. El caso de Hebreos 13:5 donde se cita Genesis 28:15; Dt 31.6,8; Josue 1:5; 1 Cro 28.20 donde obviamente es para Israel pero se aplica a la iglesia. En el caso de Hebreos 13:6 se cita el Salmo 118:6.

La sexta objeción es desconocer las tipologías y sombras del Antiguo testamento aplicado en el nuevo. Hay algunos dispensacionales que afirman reconocer esta tipologías, pero aun así dicen que esto no borra las diferencias entre Israel y la iglesia. Un ejemplo claro de las Escrituras es Gálatas 3:6 (cita Génesis 15:6) Gálatas 3:10 (cita Dt 27:26) Gálatas 3:11 (cita Hab 2:4) Gálatas 3:13 (cita Dt 21:13) Gálatas 3:16 (cita Gen 12:7) Todas estas palabras se dijeron al Israel nacional sin embargo tenía una aplicación mucho más amplia. Por tanto el cumplimento de promesas es tanto literal o espiritual. Colosenses 2:17 nos habla que todas las cosas (Comidas o bebidas; Las dieta del AT; Días de fiestas; celebraciones judías (Pascua, pentecostés) Luna nueva; El sacrificio mensual que se ofrecía en el primer día de cada mes. El sumo sacerdote es sombra del gran sumo sacerdote Jesús (hebreos 8:5)  El sacerdocio levítico no servía para estar bajo la presencia santa (hebreos 10:1)

La séptima objeción es que separa el propósito de Dios. Debido a que el sistema dispensacional tiene dos pueblos, tiene un propósito (o plan) para Israel y uno diferente para la iglesia. Para comprender el propósito de Dios debemos entender que él lo tenía planeado antes de la fundación del mundo (Mt 25:34; Efe 1:4; 2 Tim 1:9) por tanto no hay nada en las Escrituras que nos digan que “Dios tiene un plan para Israel y la iglesia” sino que en un hombre todos cayeron y en un hombre todos son redimidos (Rom 5:12; 1 Cor 15:21-22)






[1] Charles Ryrie. Dispensacionalismo Hoy. Paginas 34-38
[2] Paul Enns. Compendio de teología Portavoz. Página 480.
[3] Las objeciones fueron recogidas de los siguientes libros: Antonio Hoekema. La Biblia y el futuro. Arthur Pink. El dispensacionalismo refutado. Rubén Pérez Torres. Los albores del fin.
[4] http://www.monergismo.com/textos/dispensacionalismo/mito-literalismo-consistente_Jack-Van-Deventer.pdf
[5] http://derej-hashem.blogspot.cl/2010/11/yeshayah-isaias-53.html 
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